TEMA: CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE EN LOS CONTRATOS CON EL ESTADO
INTEGRANTES: 1. FERNANDEZ MARILUZ, Mitchell
2. CALLATA NIFLA, Marcie Karin 3. VALIENTE JUÁREZ, Walter Luis 4. ATAYUPANQUI QUISPE, Edith 5. ARROLLO YAURI, Miluska Estela 6. DORADA HUAYMACARI, Biondi Arnold
Docente: YATACO HERNANDEZ, Glicerio
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE EN LOS CONTRATOS CON EL ESTADO LA CONCILIACIÓN EXTRAJUDICIAL EN CONTRATACIONES CON EL ESTADO Luego de la fase crítica de la paralización sufrida por el país con ocasión de la pandemia del Covid19– todos los centros de conciliación extrajudicial y los conciliadores están habilitados para llevar adelante procesos conciliatorios en donde estén involucradas pretensiones en materia de Contrataciones con el Estado. Pero ello no quiere decir, que los conciliadores se encuentren suficientemente capacitados en el conocimiento de esta materia y de otras adicionales que convergen de manera obligatoria, como la de las normas respecto a la defensa jurídica del Estado. El marco legal de la Conciliación Extrajudicial en Contrataciones con el Estado El actual ámbito normativo respecto a las Contrataciones con el Estado, permite que se recurra a la conciliación extrajudicial para intentar solucionar conflictos surgidos como consecuencia de la contratación y con la finalidad de ahorrar costos y tiempo a los involucrados, en la búsqueda de un fin primordial, cual es el interés de la comunidad. Sin embargo, a diferencia de las “otras formas” de conciliación extrajudicial, por el hecho de desenvolverse dicho mecanismo de resolución de conflictos en torno a los recursos públicos, esta forma de conciliación adquiere características especiales y –en algunos casos– complejas, que el conciliador debe conocer y hasta dominar, y a los cuales las partes se ven obligadas a someterse, si es que optan por intentar solucionar el conflicto que los aqueja a través de esta vía. Las leyes generales y las leyes especiales respecto a la Conciliación Extrajudicial en Contrataciones con el Estado La Conciliación Extrajudicial en Contrataciones con el Estado cumple con las mismas exigencias que provienen de las Leyes de Conciliación y su Reglamento, de tal manera que se mantiene, como no podía de ser de otra forma, el principio de la libre autodeterminación de las partes; el acta de conciliación tiene igualmente el valor de una sentencia judicial inapelable; se guía por los mismos protocolos para la concurrencia al centro de conciliación; se sujeta a la gran mayoría de los plazos que establecen las normas conciliatorias; etc. Pero, por otro lado, su base legal. Reglamento de la Ley Nº 30225, “Ley de Contrataciones del Estado” aprobado mediante Decreto Supremo Nº344-2018-EF, Así, por ejemplo, los plazos de caducidad para la interposición de procedimiento conciliatorio en materia de Contrataciones, los dictan las normas especiales; el principio de confidencialidad es solo aplicable al procedimiento y no al contenido del acta, la cual debe hacerse pública por imperio de dichas normas; las materias conciliables y no conciliables provienen de sus normas especiales y no de las normas conciliatorias; etc. La opción de suspender el procedimiento y la facultatividad de la Conciliación Extrajudicial en Contrataciones con el Estado En el procedimiento conciliatorio regular (regido por las leyes de conciliación extrajudicial), las partes pueden suspender la conciliación extrajudicial las veces que deseen y por los tiempos que acuerden (en días calendarios), no teniendo ninguna limitación para ello. Sin embargo, en materia de Contrataciones con el Estado, las partes solo pueden suspender el procedimiento conciliatorio por 30 días hábiles, ampliables a otros 30 días hábiles más, en caso de requerirse una resolución autoritativa de la entidad pública en la que se modifique, amplíe o restrinja el ámbito de negociación, a fin de llegar las partes a un acuerdo. A su vez, la Conciliación Extrajudicial en Contrataciones con el Estado no es obligatoria, como los son la gran mayoría de pretensiones civiles; a estas últimas, la vía judicial les pone como filtro para proseguir con el trámite judicial, la acreditación, vía acta de conciliación, de que las partes cuando menos han intentado conciliar sobre la materia controvertida; a las primeras, las leyes especiales las han revestido de facultativas, opcionales y voluntarias, pudiendo iniciar la conciliación cualquiera de las partes y, por tanto, en caso de recurrir a la vía adversarial (la arbitral) para la solución del conflicto, no se exige la presentación del acta de conciliación como requisito previo. La caducidad y la posibilidad de recurrir a la Conciliación en Contrataciones con el Estado. En cuanto a la caducidad, es especialmente exigible su observancia, pues este procedimiento solo puede iniciarse dentro del plazo establecido por las normas especiales, operando la caducidad en caso haberse dejado transcurrir los plazos sin haber accionado en la vía conciliatoria. Y, producida esta, no podrá superarse, ni aun cuando las partes hayan concurrido de mutua voluntad al centro de conciliación y arribado a acuerdo totales o parciales, dado a que el derecho a recurrir a la vía conciliatoria vence, en la mayoría de las materias sobre Contrataciones con el Estado, a los 30 días hábiles y pasado el plazo, cualquier procedimiento conciliatorio y cualquier acuerdo, no tiene ninguna validez. Por otro lado, es común y ordinario que en conflictos civiles sometidos a la vía judicial las partes puedan recurrir a la conciliación extrajudicial en cualquier momento del proceso, incluso hasta antes de haberse emitido la resolución de vista en segunda instancia judicial; sin embargo, en materia de Contrataciones del Estado ocurre que solo se podrá invocar la conciliación extrajudicial hasta dentro de los 30 días hábiles del plazo de caducidad, aun cuando se hubiera iniciado el procedimiento arbitral, el cual no interrumpe el plazo. Dicho de otro modo, solo se puede plantear la conciliación extrajudicial dentro del proceso arbitral si es que no han transcurrido los plazos de caducidad para recurrir a este mecanismo. La confidencialidad en la Conciliación Extrajudicial en Contrataciones con el Estado En la Conciliación Extrajudicial en Contrataciones con el Estado, lo único que es confidencial es el procedimiento en sí, incluidas las discusiones o deliberaciones habidas en el curso del procedimiento conciliatorio o en la audiencia de conciliación, pero el contenido del acuerdo es público. Ello es debido a que sobre lo que se llega a acuerdos es sobre materias en las que se encuentran involucrados los recursos públicos y en Contrataciones con el Estado prima en principio de transparencia, por el cual es obligación del Estado y del contratista poner al alcance de la colectividad los acuerdos respecto al destino de esos recursos. EL ARBITRAJE EN CONTRATACIONES DEL ESTADO El arbitraje en el Perú ha presentado un incremento importante en las últimas décadas a raíz de que la ley de contrataciones del Estado que establece la obligación de que las partes: Estado y contratistas, ante problemas, lleguen a conciliación mediante un árbitro. Las situaciones van desde problemas en pagos, resoluciones incumplidas, nulidad de contratos, pago de valorizaciones. El arbitraje es un sistema de resolución de conflictos por el cual las partes contratantes, encargan la composición de su controversia a una tercera persona que denominaremos el árbitro. El árbitro será la persona encargada de llevar a cabo todo un proceso que respeta una serie de principios y garantías. Ventajas y desventajas Entre sus ventajas están la celeridad con la que se alcanza una solución y la especialización de las personas que resuelven el conflicto. Al aplicarse el arbitraje, las partes atraviesan un procedimiento privado de solución de controversias en lugar de acudir a los tribunales. De esta manera, se evita atravesar por todas las instancias judiciales, toda la duración que pueden tener estos y obtener una decisión un poco más rápida o tener una decisión que va a ser un poco más especializada, con la posibilidad de escoger a los árbitros. En contrataciones públicas, el sistema se maneja de manera más sensible y práctica. Las reglas arbitrales son una especie de plantilla que se aplica casi a todos los procesos. Esta plantilla no debe entenderse como un formulario estrictamente formal o ritual. Sino que este puede adecuarse a las pretensiones de las partes para hacer su proceso sencillo si es que las partes quieren que así sea. Lo mismo sucede si es que las partes tienen un problema más complejo, el arbitraje deberá acomodarse también a estos intereses. Sin embargo, a diferencia del poder judicial, la decisión tomada por el árbitro no puede ser apelada por las partes. ¿Institucional o ad-hoc? Arbitraje institucional es en el que las partes han acordado que la organización y administración del proceso arbitral se encontrará a cargo de una institución arbitral. En el arbitraje ad-hoc las partes no han acordado someter el mismo a la organización ni a la administración de una institución arbitral. En este supuesto, serán las propias partes quienes regularán todos los aspectos y etapas del proceso arbitral, siendo regulado en defecto de éstas, por los árbitros. ¿Cómo se realiza el arbitraje en las contrataciones del Estado? Se realiza mediante la intervención de un tercero en el conflicto entre una entidad pública y su proveedor privado. Este tercero imparcial puede ser un árbitro único o un tribunal arbitral de tres personas, los mismos que serán los responsables de resolver el problema surgido durante la ejecución del contrato firmado entre ambas partes, sirviendo como un mecanismo para resolver sus disputas sin recurrir a las instancias judiciales. Las características de este proceso se hallan reguladas en la Ley Nº 30225, su TUO y Reglamento. Dicha normativa también contempla la conciliación y la Junta de Resolución de Disputas como métodos alternativos para resolver conflictos sin recurrir a un juzgado. El arbitraje es optado como un medio de solución de controversias por la rapidez que ofrece para resolver conflictos y la libertad que otorga a las partes en cuestión. ¿Cuál es la diferencia entre conciliación y arbitraje? La diferencia entre conciliación y arbitraje consiste en que la primera depende de las partes, mientras que la segunda queda a decisión de un tercero (arbitro). La conciliación es, al igual que el arbitraje, un mecanismo alternativo a la vía judicial para solucionar las controversias durante la etapa de la ejecución contractual. Sin embargo, en la conciliación las partes asisten voluntariamente a un Centro de Conciliación Extrajudicial donde un conciliador acreditado por el Ministerio de Justicia apoya a ambas partes para llegar a un entendimiento, pudiendo proponer consensos. A diferencia del Árbitro, el conciliador no puede imponer su decisión y es solo un apoyo para los involucrados, dependiendo de ellos finalmente adoptar o no las medidas conversadas. ¿Qué es mejor? ¿Mediación o arbitraje? Si debemos responder a la pregunta ¿Qué es mejor? ¿Mediación o arbitraje? Tendremos que inclinarnos por el arbitraje, aunque este último tampoco está libre de problemas. Sencillamente la conciliación ha demostrado ser un medio bastante improductivo para terminar conflictos ya que la mayoría de sus controversias terminan llegando al arbitraje. Esto se debe a que la conciliación es incapaz de imponer sus acuerdos, por ello las partes deciden seguir empujando por sus intereses. No obstante, el arbitraje también se ha convertido en un problema, toda vez que trasladarlo del ámbito privado a las contrataciones públicas, evidentemente, tenía que generar inconvenientes relacionados a la transparencia. Por ello, se han ido introduciendo modificaciones que buscan reducir el uso del arbitraje, tales como la creación de la Junta de Resolución de Disputas, para el caso de ejecución de obras. Con este mismo objetivo también se ha creado el Sistema Nacional de Arbitraje – SNA. ¿Cuál es la diferencia entre un juez y un árbitro? Existe la diferencia entre un juez y un árbitro. Estas las podemos encontrar expuestas por uno de los Magistrados del Tribunal Constitucional en la sentencia STC Nº 2275- 2013-PA/TC. La principal consiste en que un juez es aquel funcionario del Poder Judicial que encarna la potestad de administrar justicia con responsabilidad ante el pueblo, mientras que un árbitro no encarna tal responsabilidad al deber su designación y autoridad a la voluntad de las partes que lo invocan. Un juez, en cambio, debe ser designado por un concurso público de méritos llevado a cabo por la Junta Nacional de Justicia (antes Consejo Nacional de la Magistratura). El juez puede hacer uso de la fuerza pública gracias a su autoridad, mientras que el árbitro debe recurrir a un juez para conseguir el uso de la misma. Además, un juez debe rendir cuentas por el ejercicio de su autoridad, cosa que no ocurre con un árbitro. Finalmente, las decisiones de un juez pueden ser revisadas, en una segunda instancia e incluso en un proceso ante el TC. Una decisión arbitral es, en contrapartida, inapelable para las partes, las cuales de encontrarse disconformes deberán acudir al proceso judicial. ¿Qué ley regula el arbitraje? Podemos encontrar que ley regula el arbitraje revisando el Decreto Legislativo Nº 1071, el cual fue modificado en el 2020 mediante el Decreto de Urgencia Nº 020-2020. Sin embargo, es más adecuado remitirnos a la Ley Nº 30225, así como a sus posteriores y más recientes modificaciones introducidas por los Decreto Legislativo Nº 1341 y 1444. Podemos recurrir de forma más directa al Texto Único Obligatorio, el cual fue aprobado por Decreto Supremo Nº 082-2019-EF, o al Reglamento aprobado por D.S. Nº 344-2018-EF y modificado por el D.S. Nº 377- 2019-EF ¿Cuál es el trámite de un arbitraje en contrataciones del Estado? El trámite de un arbitraje en contrataciones del Estado inicia con la existencia de un convenio arbitral suscrito junto al contrato original, por el cual las partes acuerdan someterse a un proceso de arbitraje en caso de controversia. El Decreto Legislativo Nº 1444 obliga a que todos los contratos cuyo valor sea igual o menor a 5 millones de soles deben ser llevados mediante Arbitraje Ad Hoc. Además, el Arbitraje Institucional podrá ser utilizado cuando la conciliación previa haya fracasado al resolver todas las controversias, dentro del plazo de 30 días iniciales para su caducidad. Las partes pueden solicitar el inicio del arbitraje mediante escrito, en cuyo caso la institución arbitral o el OSCE (Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado), en caso de Arbitraje Ad Hoc, deberán instalarse en un plazo máximo de 20 días, pudiendo emplear las oficinas descentralizadas del OSCE. Las partes también deben ponerse de acuerdo sobre la cantidad de árbitros (Arbitro Único o Tribunal Arbitral), pudiendo recusar a los mismos cuando estos no cumplan las competencias necesarias, hayan dudas sobre su imparcialidad o se encuentren impedidos por el reglamento de contrataciones del Estado. ¿Qué materias pueden ser sometidas a arbitraje en contrataciones del Estado? Las materias que pueden ser sometidas a arbitraje en contrataciones del Estado son todas las que están relacionadas a la ejecución, interpretación y resolución del contrato firmado entre la entidad pública y el proveedor. También se puede arbitrar sobre la inexistencia, ineficacia o invalidez del mismo. Además, se puede recurrir a la conciliación para atender estas materias, salvo que la materia de discusión sea la nulidad del contrato, la misma que solo puede ser resuelta por arbitraje. ¿Cuáles son los tipos de arbitrajes en contrataciones del Estado? Los tipos de arbitrajes en contrataciones del Estado son dos: el primero es el arbitraje institucional. En este tipo de arbitraje el Estado y su proveedor acordaron previamente recurrir a una institución arbitral de surgir alguna controversia. Esta institución es un conjunto de árbitros debidamente registrados en el Registro Nacional de Árbitros que se encargan de organizar todas las etapas del arbitraje en cuestión. El segundo tipo es el arbitraje ad-hoc. En este tipo de arbitraje no se designa ninguna institución arbitral, sino que las partes son las que organizan todo el arbitraje y designan árbitros individuales, los cuales también deben estar inscritos en el RNA. ANÁLISIS CONSTITUCIONAL Nuestro texto constitucional tiene un trato igual a la inversión extranjera y la nacional y se reconoce al arbitraje como mecanismo de solución de controversias de inversión y al arbitraje como jurisdicción. En efecto, conforme al artículo 139° de la mencionada Carta Magna, no existe ni puede establecerse jurisdicción alguna independiente, con excepción de la militar y la arbitral. Lo cual implica que los árbitros ejercen potestad jurisdiccional. A mayor abundamiento, nuestro Tribunal Constitucional ha reconocido la naturaleza jurisdiccional del arbitraje. Por su parte, el artículo 63° de nuestra Constitución Política dispone que el Estado y las demás personas de derecho público pueden someter las controversias derivadas de relación contractual a tribunales constituidos en virtud de tratados en vigor, asimismo, también someterlas a arbitraje nacional o internacional, en la forma en que lo disponga la ley. Esto es, existe una habilitación constitucional que permite al Estado y privados, resolver las controversias que surjan de una relación contractual mediante el arbitraje DICTAN REGLAS DE ARBITRAJES ESPECIALIZADOS EN EL OSCE El Gobierno estableció diversos lineamientos para la organización y administración de los arbitrajes a cargo del régimen institucional de arbitraje subsidiario y especializado del OSCE en materia de contratación pública. Se trata de la Resolución Nº 032-2020-OSCE/PRE, que determina las disposiciones aplicables a los arbitrajes que se organicen y administren con el Sistema Nacional de Arbitraje del OSCE (SNA-OSCE) . La norma señala que el OSCE organiza y administra un régimen institucional expeditivo de arbitraje para la solución de controversias en materia de contrataciones públicas, con las disposiciones establecidas en la normativa de contrataciones del Estado que resulten aplicables al caso concreto. MUCHAS GRACIAS