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VENTAJAS DEL ARBITRAJE

 Libertad para elegir el foro. Esto significa que ante una controversia internacional o con
foros comunes y especiales, las partes pueden acordar someterse a un foro concreto, por lo
que ninguna parte debería quedar perjudicada por el foro de un país o región determinado.
 Especialización de los árbitros. En este punto, destaca que al poder elegir a los árbitros que
deberán resolver el conflicto, se asegura que estos serán profesionales expertos en la
materia, asegurando una resolución más técnica.
 La disponibilidad y de los árbitros y la celeridad de sus laudos, en contra de lo que sucede
con los jueces, quienes suelen estar más ocupados y disponen de menos tiempo para dedicar
a cada caso, los árbitros pueden dedicar un mayor tiempo a resolver los conflictos. Si a esto
le unimos la posibilidad de fijar el plazo máximo para la resolución del asunto en el
convenio arbitral, podemos tener un laudo en un mucho más breve periodo de tiempo que
una sentencia.
 Sistema más sencillo que el judicial, al ser el arbitraje un sistema donde las partes acuerdan
el método por el que se resolverá el conflicto, se ahorra el tiempo y esfuerzo que conlleva
conocer el sistema judicial del país o región que debiera conocer del asunto.
 Confidencialidad. Ante el carácter público de los sistemas jurídicos, para el arbitraje puede
acordarse la privacidad y confidencialidad del mismo, quedando el conflicto, las pruebas y
el laudo desconocidos para conocimiento público.
 Al ser un contrato de mutuo acuerdo, las partes podrán pactar los medios, el idioma, el tipo
de procedimiento, etc., por lo que se controlarán tanto los tiempos como los costes.
 Las partes podrán decidir el número de árbitros que deberán resolver el conflicto, lo que
ayuda en casos que son de especial dificultad, siempre con un número impar.
 Este tipo de resoluciones puede ayudar a mantener una mejor relación entre las partes, y al
pactarse la confidencialidad, el público no tiene por qué conocer de sus disputas, lo que
ayuda a mantener una mejor imagen.
 Carecen de impugnación. Esta es quizás una de sus principales ventajas, si en los
procedimientos judiciales, el vencido suele impugnar hasta las últimas instancias, en el caso
del arbitraje, el laudo no puede ser impugnado, tan solo podrá ser solicitada su anulación
ante los tribunales si se han vulnerado los motivos formales y tasados que se pactaron.
 Los laudos son ejecutables de la misma manera que las sentencias. Aunque en principio
podría parecer lo contrario, es más fácil que se reconozca un laudo en territorio extranjero
que una sentencia dictada por un juez de otro país. A esto ayuda el Convenio de Nueva
York de 1958, del que una gran mayoría de países son miembro.

DESVENTAJAS DEL ARBITRAJE


 Si se ha elegido a una institución para que resuelva el conflicto, esta será la
encargada de seleccionar a los árbitros, por lo que ya no serán las partes quienes lo
hagan, y puede que la calidad técnica de los árbitros no sea la deseada por las partes.
 Al ser el arbitraje de obligado cumplimiento cuando las partes se han comprometido
a someterse a él, el ordenamiento judicial queda descartada, aunque si ambas partes
así lo acuerdan, pueden ignorar el convenio arbitral y someterse a los tribunales.
 Los costes podrían ser más elevados, ya que hay que pagar a los árbitros, y al carecer
generalmente de la cláusula de “condena en costas”, cada parte deberá afrontar los
honorarios de sus letrados, aunque podría el laudo condenar en costas totales o
parciales a una de las partes.
 Al ser irrevocables los laudos, o siendo los casos revocables de extraordinaria
realización, en caso de producirse un error por parte de los árbitros las partes pueden
quedar perjudicadas, de ahí la importancia de elegir árbitros especialistas.
 Los laudos que pretendamos ejecutar en países ajenos al Convenio de Nueva York de
1958 pueden tener una difícil acogida en estos países, pero debemos destacar que los
principales países comerciales se sometieron en su día a dicho tratado.
 Al no estar regulado, los honorarios de los letrados pueden ser realmente elevado.
 Exista una idea extendida, de la que pudiendo existir, no queremos creer en ella. Hay
quien dice que ciertos árbitros o instituciones fallan a favor de quien puede repetir
sus negocios con ellos, o a favor de quien es miembro de su asociación si la otra
parte no lo es. Como decíamos, nos cuesta creer en ello, por lo que, aunque lo
mencionamos, no lo compartimos.

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