Está en la página 1de 1

Manuela Sáenz, nació en Quito|(ecuador) en 1797, hija ilegítima de dos nobles

españoles. Manuela Sáenz a los diecisiete años de edad tenía un carácter muy inusual(era
rebelde), ella escapa del convento, en el que el padre la había encerrado por dicha
conducta, para reunirse con su enamorado un teniente realista; tiempo después terminada
esa breve historia de amor, ella se reconcilia con su padre y se fue a vivir con él en Panamá
donde conoció y se casó con un comerciante inglés de treinta años más viejo; en ese
periodo de tiempo viajó frecuentemente entre Lima(peru) y Quito(ecuador), y otras
ciudades donde su marido tenía relaciones comerciales. Para el año 1822, En Lima empezó
a colaborar a la acción independentista, donde obtuvo del general San Martín la
condecoración de “Caballeresa de la Orden del Sol”; pocos meses después del mismo año
conoció a Bolívar y empezó con él el gran romance de amor y de aventura, siendo al mismo
tiempo valerosa combatiente con el grado de teniente coronel, conquistado en la batalla de
Junín, además, dama aristócrata en las fiestas de Lima(Perú), Quito(Ecuador) o
Bogotá(Colombia). Manuela Sáenz salva a Bolívar por lo menos en dos ocasiones, la más
famosa Fue el 25 de setiembre de 1829 donde a partir de entonces el mismo Bolívar la
llamaría la Libertadora del Libertador, porque él la Considerada como una conspiradora
activa y una subversiva peligrosa, desde allí ella fue odiada por los antiguos enemigos de
Bolívar, los cuales son: Francisco José de Paula Santander, Vicente Rocafuerte, entre otros,
etc. Para 17 de diciembre de 1830, ocurre la muerte de Simón Bolívar donde
lamentablemente fallece de tuberculosis a los 47 años de edad, en la Quinta de San Pedro
Alejandrino, ubicada en Santa Marta, ciudad del caribe en Colombia, Manuela siguió
defendiendo el proceso que traía Simón Bolívar, pero en 1834 fue expulsada del país donde
se ubicaba. En Ecuador no la recibieron, para ese entonces Manuela Sáenz se ve obligada a
volver a el pequeño puerto de Paita, en Perú, donde ella sobrevive vendiendo dulces,
cigarrillos y donde fallece el 23 de noviembre de 1856, después de casi treinta años de
silencio, víctima de una epidemia de difteria; su cuerpo fue sepultado en una fosa común
del cementerio local y sus bienes, para evitar el contagio, fueron quemados.

También podría gustarte