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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


U.E.C.D “Monseñor Francisco Miguel Seijas”
San Carlos-Edo Cojedes

Docente: Alumna:

Yonis Betancourt Jiorjelis Niño#39


Heroínas de la Independencia:
Fue notable y heterogéneo el grupo de mujeres que tuvieron participación
activa en el movimiento independentista. Buena parte de la historiografía
tradicional registra su actuación como la de simples acompañantes de sus
respectivos consortes en las faenas duras de la emancipación, pero lo cierto
es que cada una mostró un brillo particular en ese sangriento momento de la
Historia. De todos los sectores sociales y con diferentes niveles de
compromiso estuvieron presentes desde el inicio del movimiento
emancipador.

Josefa Joaquina Sánchez

Josefa Joaquina Sánchez nació el 18 de octubre de 1765 en el puerto de La


Guaira, Venezuela, hija de Joaquín Sánchez y Juana Bastidas.

El 27 de julio de 1783 contrajo matrimonio con el militar venezolano José


María España, con quien tuvo hasta nueve hijos la cual uno de ellos murió
mientras estuvo en prisión . Junto a su esposo, se involucró en la
Conspiración de Gual y España que tenía como propósito levantar a la
población venezolana en armas para liberarse del yugo español. Sánchez
fue la encargada de copiar los documentos del movimiento revolucionario y
de confeccionar las banderas que usarían los revolucionarios. Debido a ello,
se le considera como la bordadora de la primera bandera de Venezuela.
El 8 de mayo de 1799, su esposo fue asesinado por las autoridades
venezolanas quienes colgaron su cadáver como señal de advertencia para
los demás conspiradores. Días antes, Sánchez había sido interrogada por
oficiales venezolanos respecto a España, luego de que un esclavo negro
llamado Rafael España los Delatara.

Tras la muerte de su esposo, es arrestada y trasladada a Caracas, donde


meses después recibe su sentencia carcelaria con una duración de ocho
años, la cual habría de cumplir en la Casa Hospicio de Caracas.4 Sin
embargo, en 1808, al término de su sentencia, es desterrada de Cumaná
junto con sus hijos. Una vez que inicia el proceso de Independencia de
Venezuela, regresó a Venezuela y solicitó una pensión al gobierno. Murió en
1813

Manuela Sáenz

Manuela Sáenz de Vergara y Aizpuru, nació en Quito el 27 de diciembre de


1797, aunque algunas fuentes citan otra fecha, casi un año después de la
muerte de su madre. Fue hija natural del hidalgo español Simón Tadeo
Sáenz de Vergara y Yedra, nacido c. 1751 en Burgos, y de la criolla quiteña
María Joaquina de Aizpuru y Sierra Pambley. Su madre, que había sido
enviada a la hacienda Cataguango, propiedad de los Aizpuru, a dar a luz,
murió de fiebre puerperal, según demuestra el historiador Carlos Álvarez
Saá, a partir de la partida de defunción, pocos días después del nacimiento
de Manuela, por lo cual la niña fue entregada al Convento de las Monjas
Conceptas también llamado Real Monasterio de la Limpia e Inmaculada
Concepción, en el que pasó sus primeros años bajo la tutela de su
superiora, Sor Buenaventura.

Su padre era funcionario de la Real Audiencia de Quito, casado con Juana


del Campo Larraondo y Valencia, ilustre dama nacida c. 1760 en Popayán,
con quien tuvo varios hijos, medio hermanos por tanto de Manuela. Su padre
le llevaba de visita a la Hacienda Cataguango que compartía con su esposa,
quien siempre trató a la niña con cariño y le prodigó afectuosos cuidados de
madre. Se sabe que, por sus talentos y dones especiales, fomentó su interés
por la lectura y le enseñó buenas costumbres. En los primeros años de su
vida cuando salía del internado para pasar unos días en Cataguango, su
padre le obsequia con dos esclavas negras Natán y Jonatás, dos niñas
como ella para que jugaran y la cuidaran, se inició así en la niñez una
amistad que les unió siempre, y fueron sus inseparables amigas y
compañeras. En la casa paterna nació además un profundo lazo de amor
con su hermano de padre, José María Sáenz de Vergara.

Manuela Sáenz, portando la insignia de la Orden El Sol del Perú.

Luego de haber completado su formación con las monjas Conceptas, pasó


al monasterio de Santa Catalina de Siena (Quito), de la Orden de Santo
Domingo, para concluir así con la educación que en ese tiempo se impartía a
las señoritas de las más importantes familias de la ciudad. En ese lugar,
aprendió a bordar, a elaborar dulces, a comunicarse en inglés y francés,
habilidades y labores que la mantendrían en sus años de exilio en Paita
(Perú).

En 1817 se une en un matrimonio arreglado por su padre con el acaudalado


médico inglés James Thorne, mucho mayor que ella.

Por sus actividades proindependentistas, José de San Martín, luego de


haber tomado Lima con su Ejército de Los Andes y proclamado su
independencia el 28 de julio de 1821, le concedió el título de Caballeresa de
la Orden El Sol del Perú.

En 1821, a raíz de la muerte de su tía materna, Manuela decidió regresar al


Ecuador, para reclamar su parte de la herencia de su abuelo materno, y viajó
con su medio hermano, entonces oficial del batallón Numancia, ya integrado
al ejército libertador con el nombre de Voltígeros de la Guardia y bajo las
órdenes del general Antonio José de Sucre, que había recibido la orden de
trasladarse a Quito, pero al no contar con la aprobación de su padre o su
marido no se le permitió participar directamente en el campo de batalla,
encargándose de la asistencia de los heridos y del apoyo logístico. Allí
conoció a Simón Bolívar.

Cuando se acercaba al paso de nuestro balcón, tomé la corona de rosas y


ramitas de laureles y la arrojé para que cayera al frente del caballo de S. E.;
pero con tal suerte que fue a parar con toda la fuerza de la caída, a la casaca,
justo en el pecho de S. E. Me ruboricé de la vergüenza, pues el Libertador
alzó su mirada y me descubrió aún con los brazos estirados en tal acto; pero
S. E. se sonrió y me hizo un saludo con el sombrero pavonado que traía a la
mano.

Manuela Sáenz.

En un encuentro posterior, en el baile de bienvenida al Libertador, él le


manifiesta: «Señora: si mis soldados tuvieran su puntería, ya habríamos
ganado la guerra a España». Abandona a su marido, y Manuela y Bolívar se
convierten en amantes y compañeros de lucha durante ocho años, hasta la
muerte de él, en 1830.

Los años turbulentos

Retrato de Manuela Sáenz (1830) - Bogotá.

En 1823 Manuela acompañó a Bolívar al Perú y estuvo a su lado durante


buena parte de las campañas, participando en ellas activamente, hasta
culminar la gesta libertadora cuando se radicaron en la ciudad de Quito.

Thorne en varias ocasiones pidió a Manuela que volviera a su lado. La


respuesta de ella fue contundente: seguiría con Bolívar y daba por finalizado
su matrimonio. Admiraba grandemente a Simón Bolívar y compartían el
mismo ideal. Esa admiración y amor hacia el Libertador, es para algunos,
una de las características más interesantes de este personaje histórico.

Coronela del Ejército Colombiano

Manuela Sáenz combatió bajo las órdenes del Mariscal Antonio José de
Sucre en las batallas de Pichincha, Junín y Ayacucho, que consagraron la
independencia de Ecuador y Perú, respectivamente. Las cartas de Simón
Bolívar dirigidas a Sucre, dan testimonio del pedido expreso de cuidado
especial a Manuelita en el campo de batalla. Sin embargo, Manuela participó
activamente tanto en la división de Húsares como en la de Vencedores.
Estos hechos motivaron su ascenso a Coronela del Ejército Colombiano.

La libertadora del Libertador

Artículo principal: Conspiración Septembrina

Durante su estancia en Santa Fe de Bogotá, el 25 de septiembre de 1828, el


Libertador Simón Bolívar fue objeto de un intento de asesinato, frustrado
gracias a la valiente intervención de Manuelita. Los enemigos de Bolívar se
habían conjurado para darle muerte aquella noche de septiembre. Al entrar
al palacio de San Carlos (hoy en día sede de la Cancillería de Colombia),
frente al teatro Colón, Manuela se da cuenta del atentado, y se interpone a
los rebeldes, con el fin de que Simón Bolívar tuviera tiempo de escapar por
la ventana. En conmemoración de estos hechos en esta casa se colocó una
placa con las siguientes palabras:

"SISTE PARUMPER SPECTATOR GRADUM / SI VACAS MIRATORUS VIAM


SALUTIS

QUA SESE LIBERAVIT / PATER SALVATORQUE PATRIAE / SIMON


BOLIVAR / IN NEFANDA NOCTE SEPTEMBRINA

"DETENTE, ESPECTADOR, UN MOMENTO / Y MIRA EL LUGAR POR DONDE


SE SALVÓ / EL PADRE Y

LIBERTADOR DE LA PATRIA / SIMÓN BOLÍVAR / EN LA NEFANDA NOCHE


SEPTEMBRINA

1828" 9
Por estas acciones, Bolívar mismo la llamó la Libertadora del Libertador.

Tras las investigaciones posteriores, los responsables del atentado fueron


capturados. Francisco de Paula Santander fue acusado de traición, siendo
hallado culpable del atentado. Fue degradado, expulsado deshonrosamente
y condenado a morir fusilado por la espalda; pero se le perdonó la vida y fue
desterrado.

Exilio y muerte

Después de que fuera aceptada su dimisión a la presidencia, Bolívar


abandonó la capital colombiana el 8 de mayo de 1830 y falleció en diciembre
en la ciudad de Santa Marta producto de un trastorno hidroelectrolítico
(aunque durante mucho tiempo se ha supuesto que murió de tuberculosis),
sumiendo a Manuela en la desesperación. En 1834, el gobierno de Francisco
de Paula Santander la desterró de Colombia y ella partió hacia el exilio en la
isla de Jamaica. Regresó a Ecuador en 1835, pero no alcanzó a llegar a
Quito: cuando se encontraba en Guaranda, su pasaporte fue revocado por el
presidente Vicente Roca fuerte, por lo que decidió instalarse en el puerto de
Paita, al norte del Perú. Allí fue visitada por varios ilustres personajes, como
el patriota italiano Giuseppe Garibaldi, el escritor peruano Ricardo Palma
(que se basó en sus relatos para redactar parte de sus Tradiciones
peruanas) y el venezolano Simón Rodríguez. Durante los siguientes 25 años
se dedicó a la venta de tabaco, además de traducir y escribir cartas a los
Estados Unidos de parte de los balleneros que pasaban por la zona, y de
hacer bordados y dulces por encargo.

En 1847, su ex esposo legal murió asesinado, siendo incapaz de cobrar ni


siquiera los 8000 pesos de la dote entregada por su padre al momento de su
matrimonio.
Manuela Sáenz falleció el 23 de noviembre de 1856, cerca de cumplir los 59
años de edad, durante una epidemia de difteria que azotó la región.13 Su
cuerpo fue sepultado en una fosa común del cementerio local y todas sus
posesiones, para evitar el contagio, fueron incineradas, incluidas una parte
importante de las cartas de amor de Bolívar y documentos de la Gran
Colombia que aún mantenía bajo su custodia. Manuela entregó al historiador
O’Leary gran parte de documentos para elaborar la voluminosa biografía
sobre el Libertador, de quien Manuela dijo: Vivo adoré a Bolívar, muerto lo
venero
Ana María Campos:

Vida temprana

Ana María Campos nació el 2 de abril de 1796 en Los Puertos de Altagracia,


era hija de Domingo José de Campos y Perozo de Cervantes, y de María Ana
Cubillán de Fuentes y Vera. Desde muy joven fue partidaria de la expulsión
del gobierno español.

Ella provenía de una de las familias más aristocráticas de la región, nota 14 y


recibió la educación limitada que era tradicional para las mujeres en esas
familias, que estaba restringida principalmente al estudio del catolicismo. A
pesar de esto, ella aprendió en las artes de la sociedad e incluso en el
código de caballería, llegando a ser conocida como «una amazona
consumada».

Dentro de la alta sociedad, Campos estuvo expuesta indirectamente a los


escritos y pensamientos liberales de la era de la Ilustración, y desde muy
joven se informó que tenía «una sed de libertad, igualdad y fraternidad», una
sed que le daría una razón para resistirse al contragolpe realista de 1821-23.

Campañas de resistencia y arresto

Simpatizante de las causas de la independencia desde la infancia y luego


activa en ellas, Campos abrió las habitaciones de su gran hogar familiar para
la organización de estas fuerzas, y conspiró con ellas.

Campos es conocida por sus acciones durante la ocupación realista del lago
de Maracaibo, encabezada por el mariscal de campo Francisco Tomás
Morales. Después de escuchar los intentos de Campos de ayudar a la
revolución, en septiembre de 1822, Morales la acusó de organizar reuniones
clandestinas para derrocar la corona y la arrestaron.5 Una de las pruebas
aportadas fue algo que dijo en una de las reuniones secretas: «Si Morales no
capitula, monda» (en la lengua vernácula de la época, «Si Morales no se
rinde, muere»). Morales la interrogó personalmente y confesó haber dicho la
frase, que ya se había convertido en un canto popular en Maracaibo.

Ella se negó a pedir disculpas a España, y fue condenada y sentenciada a


ser flagelada públicamente. Esto implicaba andar por las calles
descamisada, específicamente en un burro en lugar de a caballo, como señal
de oprobio. Fue golpeada al mismo tiempo por el verdugo público, Valentín
Aguirre. Se informa que, después de cada latigazo, él le preguntó si quería
arrepentirse, y cada vez ella respondía «Si no capitula, monda». Después de
soportar la tortura, fue liberada. Sin embargo, las lesiones sufridas
eventualmente serían la causa de su muerte.

Batalla del Lago de Maracaibo

Aunque golpeada, Campos vivió varios años más. El año después de su


arresto y tortura, la batalla que había buscado ocurrió en la Batalla del Lago
de Maracaibo, el 24 de julio de 1823. Aunque todavía débil por la tortura,
asumió un papel de apoyo en la batalla. Los revolucionarios ganaron la
batalla, asegurando la independencia de Maracaibo y obligando a Morales a
rendirse.

Muerte

Campos murió a los 32 años, (cinco años después de la victoria en el lago


de Maracaibo) debido a un ataque epiléptico a causa de sus heridas de
tortura, en las orillas del lago de Maracaibo el 17 de octubre de 1828.26

Legado

Numerosos sitios en Maracaibo llevan el nombre de Campos, incluyendo


una calle, una plaza pública, un centro de capacitación para mujeres
reclusas, y un complejo petroquímico. Un monumento en la plaza pública
que lleva su nombre muestra a Campos montando descamisada en un burro
mientras un hombre maneja un látigo detrás de ella.
En las zonas de Estado Zulia, el estado de nacimiento de Campos, el
bicentenario de su nacimiento se celebró con un gran festival. También
hubo un impulso para crear más biografías de ella en este momento, y se
formó la Orquesta Ana María Campos. Una melodía popular en Venezuela
fue compuesta y dedicada a Campos, llamada «Canción de primavera», y se
usa para conmemorarla.

Heroína del alba y de la rosa

Entre espadas y sangre,

Tu corazón de fuego en fuego arde

Cómo pasa tu nombre por la historia,

En ritmo de jazmín, laurel y gloria.

En 2016, el Consejo Legislativo del Estado Zulia estableció la Orden Ana


María Campos, que se otorga anualmente a las mujeres locales que luchan
activamente por la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres
en las diferentes ramas sociales del país
Consuelo Fernández:

Historia

Consuelo Fernández nació en 1797 en Villa de Cura se sabe que vivió junto a
su padre y su hermano Manuel Fernández en el pueblo de [Villa de Cura] a
quién cuidaba, su hermano partió un día para unirse a las tropas de José
Félix Ribas, dejándola sola junto a su padre; durante la Guerra de
Independencia de Venezuela, luego de que el general español José Tomás
Boves derrotara a Vicente Campo Elías en 1814, esto le da paso para
refugiarse en la Villa; uno de los coroneles de Boves comenzó a cortejar a
Consuelo, esta aprovechó la situación para extraer información de los
próximos movimientos de las fuerzas realistas. Al descubrir que Boves
atacaría La Victoria (Venezuela), alertó a su hermano, quién formaba parte
del ejército de José Félix Ribas, a través de una carta, la cual encomienda a
un hombre, para que la haga llegar a su hermano. Sin embargo, el hombre es
capturado en el viaje y Consuelo es delatada, con lo que es culpada de
"insurgente revolucionaria" y encarcelada.

Carta:

“El sargento Boves que se encuentra acuartelado en Villa de Cura, se


prepara a invadir La Victoria, avísalo al General Ribas, y marchen lo más
pronto que puedan a salvarnos. Uno de los tenientes llamado coronel Pérez,
que me vio el otro día en la Iglesia, se atrevió a pedir mi mano a papá
.Figúrate con que indignación no rechazamos esa proposición, pues tu
sabes que entre los patriotas y los realistas hay un abismo insondable. Te
bendice, tu hermana Consuelo”

Consuelo es encarcelada el 10 de febrero de 1814 en la población de Villa de


cura, en el estado Aragua, fue testigo de uno de tantos hechos que a las
luchas independentistas de Venezuela. El coronel le propone contraer
matrimonio y renunciar a la causa independentista, para así ser libre junto a
su padre, Consuelo se negó “Aparte de mi lado jamás me podré unirme a lo
que me inspira tanto desprecio, ¡Viva la patria viva la libertad¡” y fue
condenada a muerte el 10 de febrero de 1814,fusilada en la plaza de la
población de Villa de Cura a sus 17 años de edad

Teresa Heredia:
Teresa Heredia. Patriota independentista venezolana, sufrió como muchas
mujeres las consecuencias de la Guerra por la emancipación, perdió a sus
padres y otros familiares al ser asesinados por estar con la causa de la
independencia. Comprometida con la gesta revolucionaria, fue apresada,
sufriendo maltratos, entre otras cosas al escarnio público para que fuese
objeto de burlas, fue condenada a ser expulsada de Venezuela.

Síntesis biográfica

Nació en Ospino, Portuguesa, Venezuela en año 1799, en el seno de una


familia de elevada posición tanto social como económica, que estaba
emparentada con el coronel Fermín de Heredia, jefe realista que murió en la
Batalla de Araure, en 1813.
La niña creció en un ambiente en el que se hablaba mucho de las ideas de
emancipación, y siendo todavía muy joven optó por la independencia. Sus
padres, activistas de la causa patriótica, pagaron con la vida su amor por la
libertad, dejando a la joven huérfana, al cuidado de una tía que la llevó a vivir
con ella a La Guaira, donde comenzó a transformarse en la mujer de gran
personalidad, comprometida con la causa de la independencia.

A los 17 años, contrajo matrimonio con el canario José Antonio Agüero. Dos
años después, quedó viuda y se incorporó al movimiento emancipador, en el
cual conoció al coronel José María Ladrón de Guevara, un joven patriota
cautivo de los realistas en la cárcel de La Guaira, de quien se enamoró
entrañablemente, y para procurar su fuga se confabuló con el vigilante de la
prisión, el soldado de artillería José Hidalgo, haciéndose pasar por su
prometida, para no despertar sospechas.

Su relación con los insurrectos, quienes habían buscado y encontrado asilo


a su lado, fue descubierta por las autoridades españolas; la interrogaron y
ante su negativa a reconocer alguna vinculación con los insurgentes y a
informar sobre su paradero, fue recluida en la prisión de La Guaira, donde
vivió seis meses de angustia y amargura.

El 8 de mayo la transfirieron a la cárcel de Caracas y le correspondió a Don


Antonio Guzmán, Sargento Mayor de la Plaza, hacerle el juicio sumario por
sospecha de infidelidad, para lo cual le pagó a un grupo de personas que
testificaron en su contra.

La acusada se defendió con valentía y dignidad y negó que fuesen ciertos


los cargos que se le imputaban, así como toda vinculación con grupos
insurgentes; denunció que fue vejada por el Gobernador de Valencia, el
capitán Dato, quien la arrestó sin fórmula de juicio, le mando a cortar el pelo,
la embadurnó con melado y dejó caer sobre ella miles de plumas que se
pegaron a su cuerpo, paseándola por las calles para después ponerla en
libertad, solo porque no quiso ser su cortesana.
El consejo de guerra no pudo probar su actividad revolucionaria, pero uno
de sus asesores, de apellido Oropeza, despiadadamente, propuso se
expulsara a América. Después que fue expulsada del país, nada más volvió a
saberse de ella, pero su nombre quedó escrito para la posteridad en el
corazón de los venezolanos

Luisa Arrambide de Pacanins:

Luisa Arrambide de Pacanins. Distinguida guaireña, amante de la libertad y


las ideas emancipadoras, quien expuesta desnuda e interrogada
públicamente, en la plaza de San Juan de Caracas y a pesar del terrible
suplicio no derramó una lágrima por el castigo y a cada azote de los
verdugos solo contestó “Viva la Patria, mueran los tiranos”.

Síntesis biográfica

Esta mujer de extraordinaria y delicada belleza nace en La Guaira en 1798


hija de Don Javier de Arrambide -acusado de asociarse a la conspiración de
Gual y España- y Doña Petronila Roldan. Según dicen que era la chica más
linda de la Guaira y Caracas de aquellos tiempos, con una considerable
fortuna y esmerada educación.
En su residencia bajo el pretexto de fiestas, reuniones musicales, tertulias
literarias y conversaciones intelectuales donde en alguna de ellas hicieron
presencia Simón Bolívar y Tomas Montilla se organizan clandestinas
organizaciones a favor de la emancipación y futuros planes a ejecutar de los
patriotas.

Como todos los jóvenes de la época, Luisa estaba apasionada con las ideas
emancipadoras, en su casa se dieron las primeras citas para discutir y
planear la liberación durante los largos años de la planificación y
surgimientos de los motores decisivos. Pero un día, como estrategia de
disuasión los Regentes realistas, arrestan a Luisa y la torturan en público,
hasta perder el conocimiento en la Plaza de San Juan (hoy Plaza
Capuchinos). Se dice que cuando la azotaban desnuda en la plaza pública
Luisa repetía sin cesar y sin derramar lagrimas “viva la patria, mueran los
tiranos”.

Luisa Arrambide se casa con Tomas Pacanins y emigra a Puerto Rico donde
tuvo cinco hijos y muere a la edad de 28 años, como muchas mujeres de la
época, dando a luz su ultima hija, que se llamo Luisa. En su lecho de muerte
fue atendida personalmente por el doctor José María Vargas en el año de
1825.

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