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Luisa Cáceres Díaz de Arismendi (Caracas, 25 de septiembre de 1799- Caracas, 2 de

junio de 1866) fue una heroína y prócer de la Independencia de Venezuela y esposa del
General Juan Bautista Arismendi.
Fallecimiento: 2 de junio de 1866 (66 años); C...
Cónyuge: Juan Bautista Arismendi
Nacimiento: 5 de septiembre de 1808, Caraca...
Sepultura: Panteón Nacional de Venezuela

(Luisa Cáceres Díaz de Arismendi; Caracas, 1779 - 1866) Heroína de la Guerra de Independencia de
Venezuela. La emancipación definitiva de Venezuela no llegaría sino diez años después de su
proclamación el 5 de julio de 1811; los años que siguieron a esta fecha pueden ser fácilmente
catalogados como los de la barbarie por el encarnizamiento y crueldad con que los españoles
intentaron a toda costa retener la colonia.
Luisa Cáceres de Arismendi

Particularmente, 1814 fue un año difícil para la naciente República; las fuerzas patrióticas al
mando de Simón Bolívar emprendieron la retirada de Caracas tras la brutal irrupción de José
Tomás Boves. Los acontecimientos de aquel año marcarían definitivamente la vida de la joven
Luisa: en marzo de 1814 su padre, Domingo Cáceres, murió a manos de las tropas de Francisco
Rosete en el asalto realista a la guarnición de Ocumare; su hermano Félix, que formó parte de una
fracasada expedición que tenía como objetivo recuperar la guarnición, fue capturado y ejecutado
diez días después.

Estos sucesos desencadenaron un gran éxodo de caraqueños, muchos de los cuales huyeron en la
llamada Emigración a Oriente. La joven Luisa, acompañada de su familia, formaba parte de aquel
contingente humano. La travesía tuvo como destino final la Isla Margarita; sin embargo, no todos
corrieron la misma suerte: la cantidad de decesos fue considerable y los supervivientes menos
afortunados tuvieron que permanecer en tierra firme.

La familia Cáceres, reducida a Luisa, su madre y un hermano menor por causa de la muerte de tres
de sus tías durante el trayecto, logró en agosto de 1814 pasar a la isla, donde el general Juan
Bautista Arismendi, destacado líder patriota, les brindaría protección y manutención. En medio de
temores, refugios y amenazas, Luisa Cáceres y Juan Bautista Arismendi se casaron el 4 de
diciembre de 1814.

Al año siguiente las tropas del general Pablo Morillo desembarcaron en la Isla Margarita, que
quedó sometida de nuevo al dominio español. Juan Bautista Arismendi consiguió escapar, pero
Luisa Cáceres fue detenida por las autoridades españolas con el propósito de presionar a su
esposo Arismendi, quien desarrollaba una feroz campaña contra las fuerzas españolas.

El gobernador de Isla Margarita, el español Joaquín Urreiztieta, no consiguió nada ni de ella ni de


su marido, por lo que Luisa permaneció en la prisión de la fortaleza de Santa Rosa (donde tuvo a
una niña que murió en el parto) hasta que fue trasladada a la fortaleza de Pampatar, de allí a La
Guaira y finalmente, tras los triunfos de Arismendi y José Antonio Páez en Apure, a España (1816),
donde también fue víctima de presiones para que renegara de sus ideas republicanas.

Luisa Cáceres de Arismendi, sin embargo, nunca abandonó sus ideales independentistas. Una vez
en libertad, regresó a Venezuela en 1818, siendo recibida con honores de heroína, y continuó
apoyando las ideas de libertad y soberanía del pueblo americano. Vivió en Caracas hasta su
muerte. En reconocimiento a su lucha por la independencia de Venezuela, sus restos fueron
sepultados en el Panteón Nacional en 1876.
Manuela Sáenz

Manuela Sáenz, retrato de época, realizado por Pedro Duarte en 1825 - Lima Perú.

Información personal

Nombre de nacimiento Manuela Sáenz de Vergara y Aizpuru

Apodo Libertadora del Libertador

Nacimiento 27 de diciembre de 1795

Quito, Bandera del Imperio español Imperio español

Fallecimiento 23 de noviembre de 1856 (58 años)

Bandera de Perú Paita, Perú

Causa de muerte Difteria

Sepultura Paita y Panteón de Hombres Ilustres Ver y modificar los datos en Wikidata

Nacionalidad Ecuatoriana

Religión Católica

Lengua materna Español Ver y modificar los datos en Wikidata

Familia

Cónyuge James Thorne

(1817-1847)

Pareja Simón Bolívar

(1822-1830)

Información profesional

Ocupación Militar

Distinciones

Orden del Sol del Perú (1822) Ver y modificar los datos en Wikidata

Manuela Sáenz de Vergara y Aizpuru (Quito, Real Audiencia de Quito, 27 de diciembre de 1797-
Paita, Perú, 23 de noviembre de 1856) fue una patriota ecuatoriana, reconocida por la
historiografía independentista hispanoamericana contemporánea como heroína de la
independencia de América del Sur. Es conocida también como Manuelita Sáenz y como
Libertadora del Libertador, apodo que le otorgó Simón Bolívar al salvarle la vida durante la
conspiración Septembrina en Bogotá.1
Criticada, denigrada, ignorada y desterrada por sus contemporáneos, aun décadas después de su
muerte, solo a mediados del siglo XX Manuela Sáenz empezó a ser reconocida como una gran
heroína y prócer en la gesta de la independencia o como precursora del feminismo en América
Latina.

Obra y vida

Manuela Sáenz de Vergara y Aizpuru, nació en Quito el 27 de diciembre de 1797, aunque algunas
fuentes citan otra fecha. Fue hija natural del hidalgo español Simón Tadeo Sáenz de Vergara y
Yedra, nacido c. 1751 en Burgos, y de la criolla quiteña María Joaquina de Aizpuru y Sierra
Pambley. Su madre, que había sido enviada a la hacienda Cataguango, propiedad de los Aizpuru, a
dar a luz, murió de fiebre puerperal, según demuestra el historiador Carlos Álvarez Saá, a partir del
acta de defunción, pocos días después del nacimiento de Manuela, por lo cual la niña fue
entregada al Convento de las Monjas Conceptas también llamado Real Monasterio de la Limpia e
Inmaculada Concepción, en el que pasó sus primeros años bajo la tutela de su superiora, Sor
Buenaventura.

Su padre era funcionario de la Real Audiencia de Quito,4 casado con Juana del Campo Larraondo y
Valencia, ilustre dama nacida c. 1760 en Popayán, con quien tuvo varios hijos, mediohermanos por
tanto de Manuela. Su padre le llevaba de visita a la Hacienda Cataguango que compartía con su
esposa, quien siempre trató a la niña con cariño y le prodigó afectuosos cuidados de madre. Se
sabe que, por sus talentos y dones especiales, fomentó su interés por la lectura y le enseñó
buenas costumbres. En los primeros años de su vida cuando salía del internado para pasar unos
días en Cataguango, su padre le obsequia con dos esclavas negras Natán y Jonatás, dos niñas como
ella para que jugaran y la cuidaran, se inició así en la niñez una amistad que les unió siempre, y
fueron sus inseparables amigas y compañeras. En la casa paterna nació además un profundo lazo
de amor con su hermano de padre, José María Sáenz de Vergara.

Manuela Sáenz, portando la insignia de la Orden El Sol del Perú.

Luego de haber completado su formación con las monjas conceptas, pasó al monasterio de Santa
Catalina de Siena (Quito), de la Orden de Santo Domingo, para concluir así con la educación que en
ese tiempo se impartía a las señoritas de las más importantes familias de la ciudad. En ese lugar,
aprendió a bordar, a elaborar dulces, a comunicarse en inglés y francés, habilidades y labores que
la mantendrían en sus años de exilio en Paita (Perú).

En 1817 se une en un matrimonio arreglado por su padre con el acaudalado médico inglés James
Thorne, mucho mayor que ella.5
Por sus actividades proindependentistas, José de San Martín, luego de haber tomado Lima con su
Ejército de Los Andes y proclamado su independencia el 28 de julio de 1821, le concedió el título
de Caballeresa de la Orden El Sol del Perú.

En 1821, a raíz de la muerte de su tía materna, Manuela decidió regresar al Ecuador, para reclamar
su parte de la herencia de su abuelo materno, y viajó con su medio hermano, entonces oficial del
batallón Numancia, ya integrado al ejército libertador con el nombre de Voltígeros de la Guardia y
bajo las órdenes del general Antonio José de Sucre, que había recibido la orden de trasladarse a
Quito, pero al no contar con la aprobación de su padre o su marido no se le permitió participar
directamente en el campo de batalla, encargándose de la asistencia de los heridos y del apoyo
logístico. Allí conoció a Simón Bolívar.

Cuando se acercaba al paso de nuestro balcón, tomé la corona de rosas y ramitas de laureles y la
arrojé para que cayera al frente del caballo de S. E.; pero con tal suerte que fue a parar con toda la
fuerza de la caída, a la casaca, justo en el pecho de S. E. Me ruboricé de la vergüenza, pues el
Libertador alzó su mirada y me descubrió aún con los brazos estirados en tal acto; pero S. E. se
sonrió y me hizo un saludo con el sombrero pavonado que traía a la mano.

Manuela Sáenz.

En un encuentro posterior, en el baile de bienvenida al Libertador, él le manifiesta: «Señora: si mis


soldados tuvieran su puntería, ya habríamos ganado la guerra a España». Abandona a su marido, y
Manuela y Bolívar se convierten en amantes y compañeros de lucha durante ocho años, hasta la
muerte de él, en 1830.

Los años turbulentos

Retrato de Manuela Sáenz (1830) - Bogotá.

En 1823 Manuela acompañó a Bolívar al Perú y estuvo a su lado durante buena parte de las
campañas, participando en ellas activamente, hasta culminar la gesta libertadora cuando se
radicaron en la ciudad de Quito.

Thorne en varias ocasiones pidió a Manuela que volviera a su lado. La respuesta de ella fue
contundente: seguiría con Bolívar y daba por finalizado su matrimonio. Admiraba grandemente a
Simón Bolívar y compartían el mismo ideal.

Coronela del Ejército Colombiano


Manuela Sáenz combatió bajo las órdenes del Mariscal Antonio José de Sucre en las batallas de
Pichincha, Junín y Ayacucho,6 que consagraron la independencia de Ecuador y Perú,
respectivamente. Las cartas de Simón Bolívar dirigidas a Sucre, dan testimonio del pedido expreso
de cuidado especial a Manuelita en el campo de batalla. Sin embargo, Manuela participó
activamente tanto en la división de Húsares como en la de Vencedores. Estos hechos motivaron su
ascenso a Coronela del Ejército Colombiano. 78

La libertadora del Libertador

Artículo principal: Conspiración Septembrina

Durante su estancia en Santa Fe de Bogotá, el 25 de septiembre de 1828, el Libertador Simón


Bolívar fue objeto de un intento de asesinato, frustrado gracias a la valiente intervención de
Manuelita. Los enemigos de Bolívar se habían conjurado para darle muerte aquella noche de
septiembre. Al entrar al palacio de San Carlos (hoy en día sede de la Cancillería de Colombia),
frente al teatro Colón, Manuela se da cuenta del atentado, y se interpone a los rebeldes, con el fin
de que Simón Bolívar tuviera tiempo de escapar por la ventana. En conmemoración de estos
hechos en esta casa se colocó una placa con las siguientes palabras:

"SISTE PARUMPER SPECTATOR GRADUM / SI VACAS MIRATORUS VIAM SALUTIS

QUA SESE LIBERAVIT / PATER SALVATORQUE PATRIAE / SIMON BOLIVAR / IN NEFANDA NOCTE
SEPTEMBRINA

AN MDCCCXXVIII"

"DETENTE, ESPECTADOR, UN MOMENTO / Y MIRA EL LUGAR POR DONDE SE SALVÓ / EL PADRE Y

LIBERTADOR DE LA PATRIA / SIMÓN BOLÍVAR / EN LA NEFANDA NOCHE SEPTEMBRINA

1828" 9

Por estas acciones, Bolívar mismo la llamó la Libertadora del Libertador

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