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BIOGRAFÍA CORTA DE MANUELITA SÁENZ

Biografía corta de Manuelita Sáenz

Manuela Sáenz nació en Quito el 27 de diciembre de 1797. Sus padres fueron


Simón Sáenz y María de Aizpuru. Su madre murió al darle a luz, por lo que creció
en un convento de monjas.

A los 17 años huyó y a los 19 se casó con James Thorne, un médico inglés
veintiséis años mayor que ella. La boda se realizó en Lima, ciudad donde se unió
a los patriotas que conspiraban por la independencia.

En 1821 regresó a Quito y en junio de 1822 conoció a Simón Bolívar. Enamorada


del Libertador, en 1823 lo acompañó al Perú y lo apoyó durante la campaña final
por la independencia.

Regresando a la Gran Colombia le salvó la vida en un atentado de 1828.


Agradecido, Bolívar la llamó la "Libertadora del Libertador". Cuando murió su
amado, en 1830, "Manuelita" se exilió en varios países hasta que se instaló en
Paita, al norte del Perú. Aquí falleció el 23 de noviembre de 1856.

BIOGRAFÍA DE MANUELA SÁENZ (MANUELITA


SÁENZ)
Manuela Sáenz, de nombre completo Manuela Sáenz y Aizpuru o Sáenz de
Thorne, también conocida como Manuelita Sáenz, nace en Quito, Ecuador, en
1795 y muere en Paita, Perú, en 1859. Aunque esa información es estimada,
puesto que no se sabe exactamente cuándo ni dónde nació, ella misma decía “Mi
país es el continente de América. He nacido bajo la línea del Ecuador”.
Comúnmente conocida por ser amante de Simón Bolívar (estaba casada con el
doctor J. Thorne), su papel es mucho más importante que eso, pues no solo llegó
a salvarle la vida sino que participó activamente de la gesta
emancipadora. La historiografía del siglo XIX suele omitirla por ser una
“mancha” en el buen nombre del libertador, pero sus hazañas han pasado a la
historia con la categoría de heroína. Conocida también como Libertadora del
libertador, fue participe de grandes momentos históricos como el encuentro entre
Bolívar y San Martín de Guayaquil, las batallas de Pichincha y Ayacucho, la
rebelión y la disolución de la Gran Colombia.
Apodada como “amable loca”, “la Sáenz” (por los muchos enemigos de Bolívar)
y “manuelita la bella”, acompañó a Bolívar de 1822 a 1830. Era hija de Simón
Sáenz y Vergara, un español capitán de la milicia del rey y recaudador de
diezmos, y de Juana María del Campo. A los veinticuatro años Manuela se casó
con un acaudalado inglés, James Thorne. Y había sido condecorada con la Orden
del Sol el 23 de enero de 1822 por convencer a su medio hermano, el capitán del
regimiento de Numancia del Ejército Realista, para que se pasaran al campo de
los patriotas. Antes de ello, había sido criticada por abandonar el convento de
Santa Catalina en 1815, después de que su madre muriera.
Su vida hasta entonces tenía mucho contacto con la política, puesto que desde
1809 la aristocracia criolla conspiraba contra el poder de los hispanos,
presenciaba desfiles de prisioneros desde la ventana de hogar y se maravillaba
con doña Manuela Cañizares, pues la consideraba una heroína por prestar su
casa para las reuniones de los conspiradores.

Su ímpetu rebelde haría que aprendiera a escribir y a leer, lo que le permitió


iniciar una relación epistolar con su amante Fausto Delhuyar, un coronel del
ejército del rey. Se fugó con él y se dio cuenta de su infertilidad además de la
charlatanería de su amante. Se dice que nunca amó al médico Thorne, y que solo
se casó con él porque su imagen había quedado dañada.
Poco después de la fundación en Angostura de la Gran Colombia, los limeños
comenzaban a conspirar y Sáenz era una de sus principales activistas. Hacía
reuniones disfrazadas de fiestas en su casa, era una espía y ayudaba a la
revolución.

Cuando Manuelita Sáenz regresó a Quito, poco después de unir el país a la


República de la Gran Colombia, el 16 de junio de 1822 en el baile en que se
celebró la liberación conoció a Simón Bolívar. Se volvieron inseparables y fue
la última mujer con quien sostuvo una relación continua desde la muerte de su
esposa, María Teresa del Toro. Se la describe como su confidente, cuidadora de
sus archivos, de sus intereses políticos y de su vida.
Su relación pasó a ser muy pasional y a pesar de los compromisos del libertador y
las labores de consolidación de la independencia del Ecuador por su parte, no se
separaron. Hasta tuvo un uniforme, presente de Bolívar, que utilizaba cuando
sofocaba algún levantamiento. Fue nombrada miembro del Estado Mayor del
Ejército Libertador y peleó hombro a hombro junto a Antonio José de Sucre en
Ayachucho, siendo así la única mujer en pasar a la historia como combatiente
y heroína de esta batalla.
En los tiempos de esplendor de la Gran Colombia, Manuelita Sáenz viajó a Bogotá
junto a Bolívar, militando activamente y llevándole archivos. Vestía de soldado y
patrullaba junto a sus esclavas. Fue por esa época que salvó a Bolívar de un
atentado dirigido por Francisco de Paula Santander, protegiéndolo mientras
éste huía por una ventana. Fue él mismo que al regresar al palacio le dijo: “Eres
la libertadora del libertador”. Llegó a hacer una representación de “La quema
de Santander” por su traición hasta que Bolívar huyó a Santa Marta en 1830.
Algunos meses más tarde, se enteró de la muerte de su amante y decidió
suicidarse. Manuelita Sáenz fue a Guaduas donde se hizo morder de una víbora,
pero fue salvada por los habitantes del lugar. Frente a las calumnias contra Bolívar
(por parte de Santander) escribió La torre de Babel (Julio) por lo cual fue
perseguida por considerarla peligrosa. El 1 de enero de 1834 fue encerrada en la
cárcel de mujeres y enviada a Jamaica. En 1835 volvió a Ecuador pero el
presidente Vicente Rocafuerte la desterró.
Su vida después del destierro fue un acto de sobrevivencia a base de dulces,
tejidos y bordados, ya que dejaron de mandarle la renta que le correspondía por
su hacienda en Quito. Era considerada por la gente con mucho aprecio
llamándola Simón o Simona y bautizando niños. Manuelita Sáenz contrajo
difteria y murió con sus escasos recursos a los 59 años.

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