Está en la página 1de 3

HOMILÍA DOMINICAL: “JESÚS: EL PARÁCLITO Y EL DÍA DE PENTECOSTÉS” [Jn. 20: 19-23]. DOMINGO DE PENTECOSTÉS.

Iván Montes, vdm. “Adveniat Regnum Tuum…” Reforma SV. T4E28.

LA LECTURA DE ESTE DÍA, ES DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 20 [19- 23… “A”]
[28/V/2023]
“19 En la noche de ese mismo domingo, los discípulos se reunieron en una casa. Las puertas de la
casa estaban bien cerradas, porque los discípulos tenían miedo de los líderes judíos. Jesús entró,
se puso en medio de ellos, y los saludó diciendo: ¡Que Dios los bendiga y les dé paz! 20 Después les
mostró las heridas de sus manos y de su costado, y los discípulos se alegraron de ver al Señor.
21
Jesús los volvió a saludar de la misma manera, y les dijo: Como mi Padre me envió, así también
yo los envío a ustedes. 22 Luego sopló sobre ellos, y les dijo: «Reciban al Espíritu Santo. 23 Si ustedes
perdonan los pecados de alguien, Dios también se los perdonará. Y si no se los perdonan, Dios
tampoco se los perdonará.” 1

Esta es la Palabra del Señor. [Gn. 11:1-9; Sal. 104: 24-35; Hch. 2: 1-21; I Co. 12:3-13; Jn. 20: 19-23; Gal.
5:22].

“JESÚS: EL PARÁCLITO Y EL DÍA DE PENTECOSTÉS”


1. “Jesús: ha vencido al verdugo de la muerte…” Los Apóstoles atestiguan de la trascendencia de
este hecho celestial, su aparecimiento y la novedad de la resurrección; la acción de esa primicia
cuyo aparecimiento es concedido, justamente según la medida de la fe de sus seguidores, no es
de otra forma, sino en la medida que ellos comprendan, no para confusión, más bien para
confirmación de una fe muy golpeada por los padecimientos y persecuciones. Su presencia no
causa escándalo entre ellos, más bien el texto demuestra que tienen miedo generado por los
judíos y sus métodos de persecución, encarcelamiento, tortura, muerte violenta, etc. Ahora
creen que el milagro de la resurrección es posible; ahí está quien fue muerto, testigo de lo cual
fue la ciudad entera, esto permite que su fe sea cimentada, que su nombre sea reverenciado, y
exaltado el poder del único D… SAN AGUSTÍN, Doctor de la Iglesia, afirma con San Pablo : “Ya
no muere más, la muerte ya no tiene dominio sobre él”; con estas palabras también expresa la
grandeza futura para sus hijos por medio de la resurrección. La partida de Jesús en esa forma
inesperada, por odio a la fe, se tradujo en confusión y temor para ellos. La confianza regresa a
los suyos cuando les demuestra las marcas del sufrimiento, las huellas de la crucifixión, crueldad,
sometimiento y humillación. Sus manos y heridas reconstruyen la confianza en el grupo,
homologan sentimientos, reaniman los propósitos del sagrado mensaje del cielo; el dolor es fiel
testigo de la continuidad de nuestra comunión, el sufrimiento camina con los redimidos, Jesús
se presenta con su identidad única y que a la vez transmite a todo el cristianismo generacional.
Todos nos identificamos con el ejemplo del que padece por la justicia, del que ama hasta las
últimas consecuencias, del redentor que está dispuesto a expandir su mensaje y vida hasta los
confines del mundo y para ello se aparece triunfante y desafiante contra la rudeza de la muerte.
El Apóstol confiadamente decía: “De aquí en adelante, que nadie me cause problemas; ¡Porque
yo tengo en mi cuerpo las cicatrices que demuestran que he sufrido por pertenecer a Cristo!”
[Gal. 6:17]. Nos da a conocer que debemos estar en la dinámica, alineados a los padecimientos
del Hijo de D. En esa misma lógica, el estrato celestial con sus moradores, también afirman a
viva voz: “El cordero que fue sacrificado, merece recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la
fuerza, el honor y la alabanza” [Ap. 5:11-12]. Por demás es refugiarse en los valores materiales
y del mundo, la abundancia de riquezas, egoísmo, etc. Lo cual es contrario a la naturaleza del
Espíritu Santo de D.
2. “Jesús: reitera el anuncio de la promesa del Paráclito, los acerca a la celebración del
Pentecostés…” No hay variante en su plan, aunque reviste un gran misterio para sus apóstoles,
HOMILÍA DOMINICAL: “JESÚS: EL PARÁCLITO Y EL DÍA DE PENTECOSTÉS” [Jn. 20: 19-23]. DOMINGO DE PENTECOSTÉS.
Iván Montes, vdm. “Adveniat Regnum Tuum…” Reforma SV. T4E28.

su fe es restaurada; su propósito no debe quedar inconcluso, el mensaje debe globalizarse, el


amor no puede ser exclusivo de unos pocos y su paz debe ser compartida con cada alma que
transita por el mundo. Según se les ha instruido para permanecer en Jerusalén hasta la llegada
del Paráclito o Consolador, se trata de la persona que estará con cada uno hasta el fin de los
tiempos. Ese día debe esperarse con temor y dedicación; se les hace saber “…que serán
bautizados en el Espíritu Santo, por ello deben permanecer en Jerusalén” [Hch. 1:5]. El
Paráclito se representa en la Palabra bajo ciertas figuras que emiten significado, a veces como
un torcaz o paloma que representa la paz, mensaje de consuelo; su representación es agua que
corre, indicando la vida que el vital líquido otorga a la creación, sin el cual reinaría muerte y
aridez; también se representa como aceite de la unción, usado para la cura de enfermedades,
la preservación alimentaria, el consuelo de los afligidos; se ha representado este Paráclito como 2
un torbellino indetenible que sopla a voluntad suya, sobre cualquier voluntad natural y humana;
además, este Abogado nuestro es presentado como una inusual tormenta de fuego, impetuosa,
imparable, aterradora, cual hombre alguno jamás podrá poner bajo su autoridad.
Increíblemente muchos alucinan tener la capacidad de manipular las acciones de este
Consolador divino. PENTECOSTÉS es una celebración grande, notoria para toda la comunidad
judía nacional e internacional, desde cada rincón del mundo, producto de la diáspora, venían
los temerosos de D, conmemoraban la entrega de la Ley en el Sinaí, justamente 50 días de la
liberación y salida de Egipto. Jesús coincide a perfección con la inmolación del cordero pascual
que dio la vida al pueblo; la novedad de la Ley en Cristo era que esta vez, según lo dicho por el
profeta, afectaría el corazón de cada persona en el mundo, ratificaría el pacto cohabitando en
cada corazón regenerado por este Espíritu de vida. El Escritor Apostólico dice: “Así será mi
nuevo Pacto con mi pueblo; haré que mis enseñanzas las aprendan de memoria, las escribiré
en su corazón, y que sean la guía para su vida” [Hb. 10:17]. Pentecostés sería el día escogido
en los propósitos del Padre para inaugurar la era más gloriosa donde las obras de D y el
conocimiento de su nombre serían expuestos, sin precedente alguno, para testimonio del
mundo y su obra redentora.
3. “Jesús: el ESPÍRITU es enviado para estar siempre morando con nosotros…” Ellos han
permanecido en Jerusalén, ya son 50 días; en su reunión, el Maestro les “SOPLÓ” diciéndonos:
Reciban el Espíritu Santo; la voz griega es PNEUMA, literalmente quiere decir “SOPLO” y con la
misma se designa al Espíritu Santo. Él mora en toda la vida del pueblo de D, la conduce en la
historia y no se aparta de los designios del cielo. Un hecho grandioso es la inmensa e ilimitada
diversidad de sus obras; es hasta vergonzoso creer, como muchos hoy día, presumen manipular
al “espíritu” donde generan desórdenes, confusión, duda en sus seguidores, y engañan a
multitudes para beneficio propio; otra acción errada es el uso del reduccionismo teológico
cuando muchos en sus declaraciones doctrinales afirman que el hombre es capaz de conocer al
espíritu de verdad, por lo que ellos denominan “La evidencia del espíritu mediante la glosolalia
o hablar en nuevas lenguas…” lo cual no sólo es exclusivista, reduccionista, y alejado de la
sagrada Palabra; el testimonio de la Escritura es inmenso, el verdadero Espíritu es INSPIRADOR
de las mismas Escrituras, es INTERCESOR en nuestras oraciones, CONSOLADOR para nuestras
angustias, es ILUMINADOR en nuestras horas oscuras, REVELADOR y CUSTODIO de la verdad, es
el DADOR de la vida, IMPULSOR de la misión y proclamación evangelizadora, la FUERZA y poder
en los sacramentos para guiarnos y exhortarnos por el camino de rectitud; etc. etc. Su presencia
no debe solo interpretarse como las lenguas de fuego repartidas el día de Pentecostés, sino
como el portento para llevar el mensaje hasta los rincones del mundo, se trata de un verdadero
milagro; dice la Escritura “Él magnificará sus fuerzas, serán testigos, a la manera de Cristo y sus
acciones serán conocidas por cada generación hasta los confines del mundo” [Hch. 1: 8]. Su
abundancia de provisión es tal que repartió dones a los hombres; lleva la sanidad, el
HOMILÍA DOMINICAL: “JESÚS: EL PARÁCLITO Y EL DÍA DE PENTECOSTÉS” [Jn. 20: 19-23]. DOMINGO DE PENTECOSTÉS.
Iván Montes, vdm. “Adveniat Regnum Tuum…” Reforma SV. T4E28.

conocimiento, la proclamación, la unidad entre sus hijos, la paz en el mundo, este Espíritu es
dispensador de la bondad, la alegría, fidelidad, y sobre todo, nos usa como instrumentos de su
amor [Gal. 5:22]. SAN AGUSTÍN decía sobre este Espíritu de vida: “El Espíritu Santo es en nuestra
alma, un huésped silencioso” reconozcamos ahora su ilimitada actividad y poder para guiarnos
mostrándonos la ruta de la verdad; reconozcamos con humildad y reverencia su Deidad y misión
que es glorificar al Padre y al Hijo; dejémonos persuadir con seriedad y confianza para que
unidos a sus propósitos exaltemos al D que ha dispuesto redimir su creación en pleno.

OREMOS: D omnipotente, en este día abriste el camino de la vida eterna a toda raza y nación por
el don prometido de tu Espíritu Santo: Esparce este don sobre todo el mundo por la predicación 3
del Evangelio, para que llegue a los confines de la tierra; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y
reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

“Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio D, sea honor y gloria por los
siglos de los siglos. Amén”

También podría gustarte