Está en la página 1de 1

HOME LESIONES BUSCA TU LESIÓN AUTOCUIDAD

FisioOnline /  Artículos /  Abordaje fisioterapéutico


en casos de fracturas de tibia

Abordaje fisioterapéutico
en casos de fracturas de
tibia
Ver todo sobre Lesiones y cuidados

Iñigo Junquera
Fisioterapeuta / Terapia manual y RPG

He estudiado mucho, he leído muchos


libros, he analizado y reflexionado hasta
la saciedad, he tratado siempre de
profundizar con espíritu crítico.... y con
el paso del tiempo, cada vez creo que el
cuerpo, la naturaleza y la vida son
muuuucho más grandes de lo que
ninguna persona o ciencia sean nunca
capaz de conocer y analizar.

Publicado: 13/01/2021 / Revisado y modificado:


21/04/2023

Visitas 17057 Valoración Comentarios


0 0

Ad

Una quebradura de pierna puede implicar


que el hueso ubicado en la espinilla se ha
roto, esto trae como consecuencia
variedad de molestias y disfunciones que
se hacen evidentes desde el momento de
la lesión. En la zona de la pantorrilla
encontramos dos huesos, la tibia y el
peroné, la tibia a diferencia de su par,
cumple una importante función en la
descarga del peso corporal y la ejecución
de la marcha, por lo que es importante que
una vez los fragmentos fracturados del
hueso se hayan alineado dar inicio a un
proceso de rehabilitación enfocado en la
normalización de las funciones alteradas,
la fisioterapia resulta ser vital para lograrlo.

¿Qué son las fracturas de


tibia?
Una fractura significa que una estructura
ósea se ha roto, en este caso se trata de la
tibia. Este hueso puede verse fracturado
en distintos puntos, cuando la rotura se
presenta en la porción más cercana a la
rodilla se le denomina fractura
metafisaria de tibia o de meseta tibial, si
ocurre en el medio del hueso, justo en la
región media de la pierna, que conocemos
como espinilla se le denomina fractura
diafisaria, ahora bien, si el segmento
distal del hueso que forma parte del tobillo
es el fracturado, se le denomina fractura
de maléolo interno o de tobillo interno.

Estas lesiones al igual que otras


fracturas pueden originarse en el
contexto de un accidente de tránsito o
producto de un impacto directo al
tobillo..."

Estas lesiones al igual que otras fracturas


pueden originarse en el contexto de un
accidente de tránsito o producto de un
impacto directo a la pierna, sin embargo,
cuando se tratan de fracturas de maléolo
interno, estas frecuentemente se originan
como consecuencia de un esguince o
torcedura excesiva de tobillo. Los
fragmentos fracturados pueden volver a
alinearse y recuperar medianamente su
funcionabilidad mediante una reducción
quirúrgica, sin embargo, la recuperación
completa de esta lesión no sería posible
sin la intervención terapéutica desde la
fisioterapia.

¿Cuáles son los objetivos del


tratamiento fisioterapéutico
en caso de fracturas de tibia?
Los objetivos a tratar de cumplir desde la
fisioterapia están enlazados con los
objetivos y las metas que desee cumplir el
paciente afectado, dado que muchos de
los afectados resultan ser deportistas, uno
de los objetivos resulta ser mantener la
condición física en general, así como
restablecer la funcionabilidad de la
extremidad afectada. Dependiendo de la
ubicación de la rotura en el hueso se
establecen objetivos tales como:

Brindar analgesia al dolor e incentivar


los procesos antiinflamatorios para
reducir el edema y la hinchazón
presente.

Incentivar la amplitud del movimiento


en todos los planos de la articulación
de la rodilla y del tobillo.

Mejorar y normalizar la fuerza


muscular de la musculatura que
atraviesa la articulación del tobillo,
principalmente de: los flexores
plantares, flexores dorsales del tobillo
y pie y los músculos eversores e
inversores del pie. Así como también
los músculos que movilizan y
estabilizan la articulación del tobillo:
cuádriceps e isquiotibiales.

Normalizar el patrón de la marcha sin


dolor.

Mejorar la capacidad cardiovascular y


la resistencia muscular.

Restablecer la independencia
funcional, que permite al paciente
retornar a sus actividades de la vida
diaria con normalidad.

El tiempo para lograr cumplir estos


objetivos es muy variable en cada
caso, ya que existen factores intrínsecos
(capacidad reducida de reparación ósea) y
extrínsecos (descarga temprana de peso)
que pueden alterar los procesos de
reparación ósea. Por ejemplo, un paciente
tratado mediante un abordaje quirúrgico
puede tener un proceso de reparación
ósea más exitoso, que uno tratado de
manera conservadora. Sin embargo, un
abordaje quirúrgico puede conllevar la
aparición de variedad de complicaciones,
propias de un procedimiento quirúrgico
(por ejemplo, infecciones) que pueden
complicar y alargar el proceso de
recuperación.

En líneas generales, una fractura de tibia


puede requerir de 6 – 8 semanas para
lograr una reparación que le permita
soportar una descarga de peso parcial, sin
embargo, la descarga total de carga es
permitida después de 12-16 semanas.
Este tiempo es variable dependiendo de la
edad y estado de salud del paciente, así
como la gravedad de la fractura.

¿Cuál es el abordaje
fisioterapéutico en caso de
fracturas de tibia?
A pesar de las variaciones en cuanto a
formación profesional y las técnicas
terapéuticas conocidas por cada
fisioterapeuta, podemos decir que se
puede esperar un abordaje fisioterapéutico
basado en una línea de tiempo, que guarda
relación con la fase de reparación que se
está llevando a cabo en el hueso y en los
tejidos blandos adyacentes. Sin embargo,
cada intervención es adaptadas a las
características individuales de cada caso.
A continuación, le detallaremos cuales son
las intervenciones generalmente
realizadas por el fisioterapeuta, en la
rehabilitación de esta lesión:

Desde el 1° día hasta el 7° día


después del tratamiento médico
Inicialmente las intervenciones se enfocan
en la analgesia y en la desinflamación del
miembro lesionado, y secundariamente en
mantener la amplitud articular y la fuerza
muscular, para ello el fisioterapeuta
indicará:

Educación para el manejo de órtesis o


férulas de inmovilización.

Crioterapia y termoterapia.

Reducación de la marcha con apoyo en


aditamentos ortopédicos (muletas,
bastones, andaderas, etc.).

Ejercicios de movilidad rotuliana y


metatarsofalángica.

Ejercicios de amplitud articular de la


articulación de la rodilla y las
articulaciones de los pies.

Elevación de pierna recta de cadena


cinética abierta multiplanos,

Ejercicios de fortalecimiento y rango


de movimiento para la pierna sana.

Actividades de las extremidades


superiores.

¿Qué hacer durante el tiempo que


tienes una escayola puesta?
Desde esta fase, la extremidad lesionada
está inmovilizada para favorecer la unión
de los fragmentos fracturas, sin embargo,
las funciones de los tejidos blandos
adyacentes pueden verse alteradas por la
inmovilización, para evitar que esto ocurra,
te recomendamos darle un vistazo al
siguiente vídeo, en donde un experto
fisioterapeuta te brindará variadas
recomendaciones que pueden ayudarte en
el período de inmovilización:

Qué hacer durante el tiem…

Fase II: 1 – 6 semanas


Dependiendo de la evolución del paciente,
el fisioterapeuta continuará con las
medidas terapéuticas aplicadas en la fase
anterior, así como también podrá
incrementar la dosificación del ejercicio.
En esta fase podrán indicarse
intervenciones como:

Ejercicios de estiramiento de las


extremidades inferiores.

Ejercicios en bicicleta estacionaria o


piscina (cuando hayan sanado los
puntos de sutura).

Ejercicios enfocados en aumentar la


estabilidad del Core.

Fortalecimiento de la cadera en varios


planos de cadena cinética cerrada en
el lado no afectado.

Técnicas de facilitación neuromuscular


propioceptiva (FNP) de las
extremidades inferiores.

Ejercicio de propiocepción que enfatiza


el control neuromuscular.

Ejercicios de fortalecimiento
progresivo del tobillo en varios planos.

Fase III: 6 -8 semanas


En esta fase se da inicio a la descarga de
peso bajo supervisión, el porcentaje de
peso descargado sobre la extremidad
dependerá de la calidad de callo óseo
presente, esto será verificado por el
médico tratante mediante radiografías.
Algunas de las indicaciones terapéuticas
son:

Continuación de las modalidades


aplicada en las otras fases
(dependiendo del caso).

Incremento en la intensidad de la
dosificación del ejercicio, se inician a
movimientos activos para el
fortalecimiento de los músculos de la
pierna afectada (pantorrilla,
isquiotibiales, cuádriceps, etc.)

Ejercicios de estiramiento para los


músculos de la pierna afectada
(pantorrilla, isquiotibiales, cuádriceps,
etc.)

Progresión del soporte de peso:


actividades con soporte de peso
completo (si es posible)

Entrenamiento de reeducación de la
marcha

Propiocepción y entrenamiento del


equilibrio

¿Cómo acostumbrar al pie a cargar


peso tras una inmovilización o
escayola?
Generalmente en esta fase el médico retira
el inmovilizador, una vez retirado el yeso o
escayola es normal que te cueste pisar y
apoyar el peso del cuerpo en el pie. En el
siguiente vídeo mostramos un ejercicio
para volver a pisar y caminar con
normalidad.

Cómo acostumbrar al pie …

Fase IV: 9 – 20 semanas


Los objetivos a tratar en este punto son
normalizar la marcha, recuperar el rango
de movimiento completo en la rodilla y el
tobillo, así como la fuerza muscular. En
esta fase el entrenamiento es más fuerte y
con mayor descarga de peso sobre la
extremidad lesionada, además, se indican
ejercicios de fortalecimiento de la parte
inferior del cuerpo como sentadillas,
elevaciones de talón, puentes y
elevaciones de piernas. En este punto, se
comenzará a incorporar en el
entrenamiento cardiovascular modalidades
que incluyen la parte inferior del cuerpo,
como la bicicleta estática y cinta de correr.

Fase V: 20-24 semanas


Posterior a los 4 – 5 meses el foco de la
fractura suele estar estable y las
capacidades funcionales suelen estar
recuperadas, por lo cual el fisioterapeuta
puede indican ejercicios más avanzados,
que contribuyan al retorno de la actividad
deportiva del paciente con un rendimiento
óptimo. Para ello indica intervenciones
tales como:

Ejercicios de coordinación y
propiocepción de manera bilateral y
unilateral.

Ejercicios multidireccionales
específicos del deporte y actividad
pliométrica, realizados inicialmente de
manera bilateral progresando a
unilateral.

Fortalecimiento con mayor carga de las


extremidades inferiores, aumento en el
entrenamiento cardiovascular y la
flexibilidad.

Entrenamiento del gesto deportivo.

El uso de agentes físicos variara


dependiendo del criterio del
fisioterapeuta y los requerimientos del
paciente.

Ejercicios de propiocepción o
propioceptivos de tobillo - Nivel
intermedio - Reforzar el tobillo
Una vez culminada la recuperación total de
los tratamientos quirúrgicos o
conservadores de esta lesión, es
importante restablecer la capacidad
propioceptiva del tobillo con la finalidad de
evitar nuevas lesiones y de recuperar la
fuerza y resistencia de la musculatura de
la pierna y del tobillo, esto lo puedes lograr
a través del entrenamiento propioceptivo
que te mostraremos a continuación:

Puede interesarte:

Lesiones y cuidados

ÚLTIMOS ARTÍCULOS

Metatarsalgia: qué es, causas,


prevención y ejercicios

Piernas hinchadas: causas, consejos y


ejercicios

Vértigos y mareos cervicales: qué son,


causas y cómo tratarlos

más artículos

SIGUIENTE

También podría gustarte