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Reseña y Criítica: “Historia de un Crimen: Colmenares”

“Historia de un Crimen: Colmenares’, estará inspirada en la polémica muerte del


joven colombiano Luis Andrés Colmenares, quien falleció en el año 2010 en extrañas
circunstancias, luego de acudir a una fiesta de Halloween junto a sus compañeros de
universidad.
En el avance aparecen personajes que fueron vinculados por años a esa investigación
como lo son Jessy Quintero, Laura Moreno y Carlos Cárdenas, los cuales quedaron
absueltos de cualquier culpa, tras de someterse a un largo proceso judicial.

La Crítica de los padres

La serie se estrenó el pasado viernes 03 de abril y como se dijo desde un principio que
los padres de Colmenares no estaban de acuerdo con la realización de la serie, el
mismo día del estreno durante Exa Colombia comenzaron a decir las “mentiras” que
cuenta la serie.

1. Jorge Colmenares (el hermano): “Ahí ya empezaron a mentir. Nunca, en ningún


momento, mi mamá le regaló ese disfraz a mi hermano. Es más, a mi mamá
no le gustó el disfraz que tenía mi hermano, de diablo, esa noche”.
2. Jorge Colmenares (el hermano): “Siento que están llenando a las personas que
lo vayan a ver de mentiras, de un trato discriminatorio que no tenían hacia mi
hermano, y menos a una persona que colaboraba, que era monitor, que era un
líder, que los amigos querían ser como él, que yo quería ser como él. Ahí están
es demostrando otras cosas, como si mi hermano estuviera buscando
aceptación de las personas, cuando nunca fue así”.
 

 Mientras veían la serie, la familia destacó, sin embargo, el casting que hicieron para el
papel de su hijo y otras verdades, como cuando comenzaron la búsqueda de Luis
Andrés, como comentó el hermano del fallecido:
“Sí, eso también fue verdad. Cuando nosotros nos enteramos que mi hermano estaba
desaparecido, yo me meto a Facebook y desde el perfil de él publico que mi hermano
estaba desaparecido, que si alguien lo había visto, pues que nos avisara. Y ahí en la
serie se ve cómo le notifican a los amigos y empiezan a ver la imagen y, efectivamente,
a partir de ese momento fue que los supuestos amigos de mi hermano se empiezan a
contactar conmigo, mientras, como se muestra ahí, junto con mi mamá estamos en la
búsqueda en los hospitales”.
 
Nuestra crítica

Concuerdo con la familia Colmenares que Cast es muy bueno, ya que todos los
personajes son idénticos a los de al vida real tal y como se hizo con Colosio; el trabajo
de ambientación, la fotografía y la construcción de un drama enfocado (en
principio) en el personaje de Luis Andrés Colmenares, interpretado por Sebastián
Osorio, quien le imprime a su papel un tono tranquilo, familiar y también una sensación
de sentirse un poco fuera de lugar en el circuito de amistades que lo rodean.
Caso Colmenares, verdad jurídica vs. representación
audiovisual
El miedo contemporáneo al spoiler no existe en la serie Historia de un crimen:
Colmenares (Netflix), pues ya existe un fallo que, desde la verdad procesal, revela lo
que ocurrió en el canal del parque El Virrey (Bogotá), en la madrugada de Halloween
del 2010, después de que Luis Andrés Colmenares, Jessy Quintero y Laura Moreno
(estudiantes de la Universidad de Los Andes) salieran de una fiesta de disfraces.
 
La serie se basa en un trabajo periodístico de José Monsalve, aunque al terminar cada
capítulo finaliza con esta advertencia: “la verdad procesal sobre el caso Colmenares
reposa en los expedientes y en las decisiones judiciales”.
 
Casos de connotación mediática como el de estos estudiantes trascienden del
escenario judicial para ubicarse en la ficción, pero ¿dónde están los límites de la
representación?, ¿se afecta la verdad jurídica?, ¿un público no especializado con qué
relato se queda, el jurídico o el argumental?
Hay que decirlo, en los ocho capítulos de la serie se ven varios yerros jurídicos,
entendibles desde el punto de la narrativa, para adaptar el relato a todos los públicos,
pero en las redes sociales los abogados no perdonaron las siguientes expresiones o
situaciones:
 
-          Un nuevo tipo penal: ‘cohomicidio agravado’.
-          Las órdenes de captura se dictan a media noche en la casa de un juez, no en
audiencia.
-          Las interrupciones por parte de la defensa de Moreno y Quintero en todas las
intervenciones de la Fiscalía.
 
-          La expresión ‘casa por cárcel’, aunque también este es un error diario de
muchos periodistas y ciudadanos.
 
-           El relevo de fiscales de manera verbal.
 
-          La jueza profirió sentencia en una inspección.
 
-          Los testigos estuvieron presentes en todas las audiencias.
 
-          Hay ‘juzgados de instrucción penal’.
 
-          La ubicación de las partes en la audiencia.
 
-          Y la infaltable ‘demanda penal’.
Puede parecer exceso de rigor jurídico, pero el papel de los productos culturales
también es educar en medio del entretenimiento.
 
Ahora bien, estudiamos el expediente para poner en su lugar las cosas, delimitar el rol
de los medios de comunicación como divulgadores de las decisiones judiciales y
recordar el derecho a la presunción de inocencia.
 
El juicio final
El último capítulo de la serie aborda, en casi 40 minutos, la etapa de juicio basándose,
principalmente, en la verdad procesal, pero en los capítulos previos tienen mayor
representación hipótesis como la teoría del fiscal Luis Antonio González cuando reabrió
el caso, coadyuvado por dos supuestos testigos presenciales de los hechos, que en
realidad fueron tres (Johnattan Martínez; Wilmer Ayola y Jesús Alberto Martínez),
quienes tiempo después fueron declarados falsos.
 
También se hace lo mismo detallando el proceso en contra de Carlos Cárdenas,
expareja sentimental de Laura Moreno, quien fue absuelto en primera y segunda
instancia por homicidio agravado doloso en calidad de autor material y falso testimonio,
por inexistencia de material probatorio suficiente para comprobar que golpeó y asesinó
a Luis Andrés.
 
El público debe saber que hay una teoría del caso, desde el 2017, aceptada por la
justicia, específicamente el Juzgado 11 penal del circuito con función de conocimiento
de Bogotá.
 
El fallo, de 258 páginas, absuelve a Moreno del delito de homicidio agravado a título de
coautora y a Quintero por la conducta de encubrimiento en calidad de autora.
 
En esta primera instancia, la jueza Paula Astrid Jiménez concluyó:
 
-          Causa de la muerte comprobada. No se encontraron discrepancias entre
los diferentes testigos y peritos. Luis Andrés Colmenares falleció por asfixia por
sumersión en agua, estando en estado de inconciencia, producido por un severo
trauma craneoencefálico y coadyuvado por intoxicación etílica.
 
-          Prueba médica pericial sobre la exhumación. Los procedimientos
desarrollados por el médico legista (Máximo Duque) durante el proceso de
exhumación y segunda necropsia practicada al cadáver no tuvieron ninguna
clase de rigor, no se procedió de manera científica ni se atendieron
recomendaciones sobre el lugar, implementos o herramientas apropiadas para
este tipo de examen (se utilizó un cuchillo de cocina), ni condiciones
medioambientales adecuadas y de seguridad que garantizaran la no alteración
de la evidencia ósea. En cambio, se propició un daño secundario y sí se
modificó el estado original del cadáver.
 
-          Posición del cadáver y livideces cadavéricas (teoría de la Fiscalía para
explicar el asesinato por varios golpes). Al momento de su fallecimiento, el
cadáver se encontraba boca abajo y, horas después, al momento de la
inspección judicial y traslado a la morgue fue volteado hacia arriba.
 
-         Lesiones de tejidos blandos en cara y rodillas y su mecanismo (teoría de
la Fiscalía para explicar el asesinato por varios golpes). Las lesiones en estas
regiones corresponden al arrastre y la fricción del cuerpo en el canal.
 
-          Fracturas en cráneo y cara (teoría de la Fiscalía para explicar el
asesinato por varios golpes). Quedó plenamente demostrado que se alteró la
evidencia al ocasionar nuevas fracturas al macizo facial por el arrancamiento
inapropiado del tejido momificado y que se perdieron varios pequeños
fragmentos óseos.
 
En opinión de la operadora judicial, lo que resultó realmente reprochable es que
el experto, en lugar de dar cuenta de ello y advertir en la audiencia lo anterior,
ocultó y utilizó los hechos para convencer en el juicio que todos los hallazgos de
la segunda necropsia eran originales y habían ocurrido en vida, cuando
realmente sucedieron postmortem.
 
-          ¿Las fracturas en el cuerpo son como consecuencia de varios golpes o
por una caída accidental de altura? Dichas fracturas son propias de un impacto
de alta energía  recibido en el contrafuerte supraciliar, en el que la energía es
absorbida en su totalidad por el sujeto, ocasionando el extenso daño óseo del
macizo cráneo facial. Por lo anterior, el despacho determinó que el daño sufrido
por Colmenares es consistente con una caída sobre la cara y no a golpes
propinados por terceros.
 
-          El cuerpo aparece 16 horas después en el túnel Box Coulvert (teoría de la
fiscalía de ocultamiento del cadáver). La tesis que el primer grupo de bomberos
no encontró el cuerpo “porque no estaba allí” quedó sin credibilidad alguna, en
tanto el juzgado, en sede de contrainterrogatorio, pudo verificar que el cuerpo
estaba en el metro 25.
 
Y es que, agrega la providencia, estos bomberos no vieron el cuerpo sin vida,
porque solo entraron hasta el cuarto metro que les daba la cinta de seguridad
que utilizaban.
 
En cambio, quedó al descubierto que le mintieron a las autoridades, puesto que
la bombero Yadira Piamonte, quien manifestó que sí habían hecho todas las
labores de búsqueda y que había entrado al túnel y cruzado aceptó que no lo
habían cruzado y que desde el punto donde alcanzó a entrar no podía ver si
estaba o no el cuerpo.
 
-          Sobre las llamadas e interceptaciones. Al verificar las llamadas de las
investigadas y sus compañeros de universidad se pudo comprobar que dijeron la
verdad, ya que la duración y  la ubicación desde donde se hicieron son
concordantes con lo que narraron y guardaron relación con la búsqueda final del
cuerpo.
 
-          Sobre las pruebas testimoniales. Lo que narraron las acusadas a las
autoridades demuestra concordancia y convergencia en la búsqueda de
Colmenares, todo el tiempo estos estudiantes se estuvieron comunicando y no
hubo un espacio de tiempo para ocultar o transportar un cuerpo, puesto que
todos estaban distraídos en la búsqueda. 
 
-          Juicio mediático. Las acusadas tuvieron un proceso por fuera de la sala
de audiencia, en los noticieros, los periódicos y las redes sociales, que hizo ver
algo que nunca se demostró en el juicio.
 
De acuerdo con Vallejo, este caso sirve para llamarles la atención a los medios
por el respeto de las piezas procesales en asuntos penales. En su concepto, los
comunicadores deben entender que la administración de justicia es
independiente y no puede supeditarse a los “juicios paralelos” que se realizan en
las salas de redacción.
 
-          Reflexión final de la jueza. “También se aprendió que ocultar evidencia en
forma sistemática no lleva nada bueno, como lo que se vio en este juicio. Nunca
en los juicios que he llevado a cabo como funcionaria judicial había estado
sujeta a un ocultamiento de evidencia cuyo origen estuviera en el ente acusador.
Sabemos muy bien que al interior de esa institución la mayoría es gente honesta
y estudiosa, pero por eso mismo hay que establecer qué fue lo que pasó aquí.
Hubo varios funcionarios que dijeron, desde el principio, que no hubo un
homicidio, si se les hubiera hecho caso no era necesario haber gastado tanto
tiempo en este juicio, donde ha quedado claro que el ente acusador, en verdad,
nunca tuvo prueba alguna de dicho ilícito”
Testimonios y el presente

Aunque es claro que aún falta la decisión definitiva por parte de la segunda instancia,
las reflexiones finales del juzgado sobre desinformar al público, presionar
mediáticamente a la administración de justicia y atentar contra el buen nombre de los
implicados llaman la atención sobre el tratamiento que la sociedad le da a los casos
penales.
 
Los juristas Jaime Granados Peña y Pedro Enrique Aguilar, defensa de  Laura Moreno,
cuestionaron que Netflix no los consultaran sobre el uso del nombre de su defendida en
la producción audiovisual, y anunciaron medidas legales.
 
Según estos litigantes, "la emisión de la serie, cuando todavía la definición judicial del
caso se encuentra pendiente, es un asunto caracterizado por la desmesurada
presencia mediática, resulta altamente inconveniente para la debida imparcialidad y
puede constituirse en un factor de presión social indebida sobre la administración de
justicia, con grave detrimento de la verdad, la presunción de inocencia y el debido
proceso”.
 
Así mismo, la familia de Luis Andrés expresó su total rechazo. Jaime Lombana, su
apoderado, afirmó que está trabajando con su equipo para definir si tendría cabida una
acción legal contra Netflix, teniendo en cuenta que es ofensivo para sus representados
y con la administración de justicia.
 
“Es un motivo adicional a ese dolor que ha llevado la familia a lo largo de estos nueve
años, a la frustración, al sentimiento de impunidad, de cómo el más fuerte doblega al
débil. Han debido esperar el fallo antes de contaminar el ambiente e irrespetar por unos
dólares el sentimiento de quienes todavía sienten el corazón de Luis Andrés sentir
dentro de su hogar", afirmó Lombana.
 
En el estado actual de los procesos la serie sí acierta:
 
-          En decisión de segunda instancia, proferida en el 2014, se absolvió a
Cárdenas de cualquier responsabilidad, pero se aclara que la muerte del
estudiante Colmenares sí fue producto de un asesinato a manos de terceros que
todavía no han sido identificados, y no de un accidente.
 
-          En el 2014, Luis Antonio González presenta su renuncia a la Fiscalía
argumentando razones personales y abre una firma de abogados.
 
-          Carlos Cárdenas fue absuelto por la justicia. En el 2016, su familia
demanda al Estado por más de $ 2 mil millones, por privación injusta de la
libertad con base en falsos testigos presentados por la Fiscalía. El Tribunal
Administrativo de Cundinamarca rechaza la acción, por caducidad del medio de
control.
 
Finalmente, frente a los reparos de la Fiscalía y del Ministerio Público de la decisión
que absolvió a las últimas personas que vieron con vida a Luis Andrés : Laura Moreno
y Jessy Quintero, el caso se encuentra en apelación ante el Tribunal Superior de
Bogotá. Providencia que, sin duda alguna, escribirá un nuevo capítulo en esta polémica
causa penal.

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