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adolescencia

Persona joven que inicia la pubertad y que aún no es adulta. Durante la adolescencia, un niño
presenta cambios físicos, hormonales y del desarrollo que marcan la transición a la edad adulta.
Por lo general, la adolescencia ocurre entre los 10 y 19 años de edad.

Qué es la adolescencia?

Tanto escuchamos y hablamos sobre los adolescentes y sus transgresiones, pero realmente,
¿cómo son? ¿Qué piensan y sienten? ¿Qué tiene de especial y diferente esta etapa?

Adolescente mujer mirando a cámara con rambla de fondo

UNICEF/Uruguay/2020/Pradera

La adolescencia tiene mala prensa. Socialmente esta etapa suele verse como un período
complicado. Muchas veces nos vinculamos con los adolescentes desde el miedo, ubicándolos en el
lugar de “problemáticos”, sin darnos cuenta de que hemos rodeado esta etapa de prejuicios.

¿Acaso los adultos nos olvidamos de cuando fuimos adolescentes?

¿No recordamos cómo nos veían y qué cosas hacíamos?

Frecuentemente los adultos creemos que los adolescentes son apáticos, irresponsables y poco
comprometidos. O incluso creemos que no son capaces de cumplir con determinadas tareas. ¿Es
realmente así?

La adolescencia es una etapa necesaria e importante para hacernos adultos. Pero esencialmente
es una etapa con valor y riqueza en sí misma, que brinda infinitas posibilidades para el aprendizaje
y el desarrollo de fortalezas. Es una etapa desafiante, de muchos cambios e interrogantes para los
adolescentes, pero también para sus padres y adultos cercanos.

¿De qué edad a qué edad va la adolescencia?


La Organización Mundial de la Salud define a la adolescencia como el período de crecimiento que
se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y 19 años.
Independientemente de la dificultad para establecer un rango exacto de edad es importante el
valor adaptativo, funcional y decisivo que tiene esta etapa.

¿Cuáles son las etapas de la adolescencia?

Ícono de 2 personas abrazándose

Adolescencia temprana

Ícono de 2 personas bailando.

Adolescencia media

Ícono de persona andando en patineta.

Adolescencia tardía

El adolescente se siente niño y adulto al mismo tiempo, pero sabemos que no es ni una cosa ni la
otra. Está en permanente transición: pasar de ser niño y depender del mundo adulto para todo, a
ser joven y comenzar a hacerse cargo de su vida.

Seguramente tengan muchos recuerdos de situaciones con sus hijos o hijas adolescentes en las
que un día los felicitaron por un acto de madurez y responsabilidad (ayudaron a su hermano
menor con la tarea, fueron solos a la feria o recibieron un elogio del adscripto del liceo) y en la
misma semana los sorprendieron por un acto de inmadurez (se olvidaron la mochila en el
ómnibus, recibieron una observación del liceo por estar jugando de manos, se durmieron luego de
pasar la noche jugando en el celular).

Antes de enojarnos recordemos la etapa que están viviendo, en la que su cerebro está cambiando
por completo, se está remodelando y generando nuevas conexiones. Ellos están viviendo una
etapa repleta de crecimiento y cambios acelerados, superada solo por lo que experimentaron en
sus primeros años de vida.

Los adultos, ¿cómo podemos acompañarlos en su crecimiento?

Los adolescentes no buscan hacernos enojar intencionalmente, no quieren hacernos la guerra ni


iniciar una lucha de poder. Muchas veces si no hacen lo que esperamos, es porque no pueden
hacerlo, porque hay un proceso de maduración cerebral que está en marcha y debe consolidarse
para dar paso a una persona con capacidad de autorregulación y toma de decisiones responsables.

Los adultos no debemos acercarnos desde el miedo o reaccionando mal cuando el adolescente
nos cuestione, esto no habilita el diálogo ni construye un entorno de confianza y seguridad.

Adolescente varón y su padre, en cuclillas, en un campo verde, mirando hacia el piso, a algo que el
niño está tomando.

La adolescencia es una etapa de florecimiento, de proyectos, de descubrimiento de sí mismos y


del entorno. Nuestro rol como adultos es justamente el de colaborar para que esto fluya y habilitar
a que pase, sin bloquearlo o enlentecerlo. Por eso, es fundamental que los padres, educadores y
referentes de los adolescentes tengamos presente que el gran objetivo al transitar la adolescencia
es que puedan aprender a tomar decisiones, aprender de sus errores, hacerse cargo de sus actos,
responder con libertad, funcionar con responsabilidad y crecer en autonomía, para poder llegar a
ser adultos saludables.

Cómo influyen las Nuevas Tecnologías en los Adolescentes?

por Aesthesis Psicólogos Madrid | 14 Abr 2020 | Psicología de la Salud

Actualmente, las nuevas tecnologías están cada vez más presentes en nuestra vida cotidiana, y
especialmente en el día a día de los más jóvenes… ¿Cómo influyen las nuevas tecnologías
realmente sobre la vida de los adolescentes?
como influyen las nuevas tecnologias en los adolescentes, chica frente a pantalla con iconos
nuevas tecnologías

Las TICS (Tecnologías de la Información y de la Comunicación) son todas aquellas herramientas y


programas que tratan, administran, transmiten y comparten la información mediante soportes
tecnológicos. Abarcan desde las tecnologías clásicas como la radio y la televisión hasta las nuevas
tecnologías centradas fundamentalmente en internet. Dentro de estas últimas pueden incluirse
una amplia variedad, las más usadas entre los jóvenes son el ordenador, el teléfono móvil, la
tablet, la consola de juegos y la televisión, con todo el entramado de opciones que ofrece internet,
con especial foco en todo el mundo de las redes sociales online. Todas estas nuevas tecnologías
tienen efectos positivos sobre los adolescentes, pero hay que tener presente que también pueden
suponer grandes riesgos para su salud.

Ventajas del uso de las Nuevas Tecnologías en los Adolescentes

Las nuevas tecnologías, especialmente internet, han revolucionado el mundo de la información, y


los adolescentes han sabido cómo aprovechar todos sus beneficios. Algunas de las ventajas de las
nuevas tecnologías para los jóvenes son:

Mejoran la comunicación. Gracias a las nuevas tecnologías es posible la comunicación entre


personas desde cualquier parte del mundo, en cualquier momento y de manera continua y
permanente. Es decir, se han reducido, casi eliminado, las barreras geográficas en la
comunicación.

Facilitan el proceso de socialización. Los adolescentes hacen un gran uso de las redes sociales
como Instagram y Facebook, y de las aplicaciones para conversar como los chats de WhatsApp,
Messenger… A través de estas nuevas tecnologías, los jóvenes se sienten integrados en un grupo
social con el que puede compartir sus aficiones e incluso sus inquietudes. Además, el posible
anonimato y la ausencia de contacto visual hace que se expresen y hablen de temas que en una
conversación «cara a cara» les resultaría tremendamente complejo.

Fácil acceso a la información. Las nuevas tecnologías han posibilitado el acceso a todo tipo de
contenido informativo de una forma mucho más sencilla y rápida, sin necesidad de
desplazamiento y obteniendo cualquier información en el momento. Además, sirven de ayuda
para la solución de problemas cotidianos relacionados con la convivencia, las vivencias del día a
día, etc., y también para obtener información para sus estudios.
Nuevas formas de aprendizaje. Las nuevas tecnologías facilitan a los jóvenes el acceso a la
formación a través de cursos, talleres, conferencias, webinars (clases y seminarios transmitidos
online en directo en los que se puede participar) de manera online sin la obligación de asistir
presencialmente a ellos. Es un tipo de formación que puede enriquecer enormemente el
conocimiento y potencian el desarrollo de habilidades mentales.

Ocio y entretenimiento. Las nuevas tecnologías posibilitan el acceso a múltiples recursos de ocio
y entretenimiento como blogs, periódicos o revistas online, juegos, películas, series, música,
conciertos en directo, etc. Nuevas formas de ocio que también potencian múltiples habilidades
psicosociales.

Inconvenientes del uso de las Nuevas Tecnologías en los Adolescentes

influencia nuevas tecnologias en los adolescentes, grupo de jovenes usando el movil y sin hablar

Los adolescentes son un grupo de población especialmente vulnerable en poder desarrollar


conductas de riesgo relacionadas con internet y las nuevas tecnologías, al estar en una edad que
se caracteriza por tener dificultades para medir los riesgos, la falsa sensación de invulnerabilidad,
la necesidad de socializar y también la necesidad de intimidad.

Los problemas asociados a las nuevas tecnologías que con más frecuencia afectan a los jóvenes
están relacionados con uso desmedido de éstas y con problemas de seguridad personal, ello
eclipsa las múltiples ventajas señaladas de las nuevas tecnologías y las convierte en herramientas
que pueden provocar graves daños en los adolescentes. Nombramos a continuación los problemas
más frecuentes.

Interferencia con otras actividades: estudio, ejercicio y deporte, ocio, sociabilidad… Un uso
excesivo de las nuevas tecnologías genera múltiples distracciones que desplazan la atención de las
actividades importantes del día a día hacia un uso desmedido de estas tecnologías, en detrimento
de otras actividades importantes como estudiar, hacer ejercicio, ocio cultural, incluso sociabilizar
más de manera presencial con los amigos. Además, la ausencia de planificación de un horario que
ayude a realizar todos los quehaceres necesarios, favorece que la nuevas tecnologías interfiera
aún más.

Falta de privacidad y uso indebido de datos personales. Los adolescentes suelen hacer uso de la
nuevas tecnologías sin tomar las necesarias precauciones de seguridad, por lo que jóvenes y niños
ponen en riesgo su intimidad, y pueden estar dejando totalmente desprotegida sensible
información personal.

Exceso de información disponible. La numerosa información expuesta a través de las nuevas


tecnologías supone un riesgo en cuanto al tiempo invertido en encontrar información concreta,
tanto en su localización como en su filtrado, restando tiempo a otras actividades diarias de mayor
importancia.

Información inapropiada. Ese mismo exceso de información facilita que los adolescentes
encuentren a través de las nuevas tecnologías información inapropiada, no fiable, no verificada,
que pueden influir en la percepción del mundo que les rodea y en su propia conducta. Internet
cuenta con múltiples informaciones referentes a la violencia, el racismo, movimientos radicales,
violencia de género, homofobia, prácticas sexuales…

Aislamiento social y retraso en el desarrollo de las habilidades sociales. El uso continuado de las
nuevas tecnologías por los adolescentes puede generar aislamiento social al dejar de realizar
actividades con los grupos sociales de pertenencia y con ello, pueden verse afectadas las
habilidades sociales, imprescindibles para muchos ámbitos.

Nuevas vías para el acoso. Uno de los mayores problemas que ha provocado internet es generar
nuevas vías para el acoso, facilitando el anonimato y los perfiles falsos . En el ámbito online se
denomina ciberbullying al acoso llevado a cabo utilizando las nuevas tecnologías, se trata de
someter a la persona acosada a través de humillaciones y chantajes, así como amenazas, mediante
el uso o difusión de información, fotografía o vídeos privados o personales a través de las redes
sociales, aplicaciones como Whatsapp, etc.

El ciberbullying, o acoso escolar online, es algo que está proliferando entre los jóvenes de manera
alarmante. Otra nueva vía muy preocupante de acoso online es el grooming, una serie de
conductas y acciones deliberadas llevadas a cabo por un adulto con la finalidad de ganarse la
amistad de un menor de edad conectando con él emocionalmente e intentando disminuir sus
inhibiciones para poder abusar sexualmente de él.
Favorece el sedentarismo y sobrepeso. En muchas ocasiones las nuevas tecnologías restringen el
espacio del juego y las actividades de ocio al uso de los dispositivos electrónicos, sin apenas
movilidad, lo que está favoreciendo el sedentarismo, y con ello el sobrepeso en los adolescentes.

Dificultades para conciliar el sueño. Existe una relación directa entre la calidad e higiene del
sueño y el mal uso de las nuevas tecnologías. Se ha establecido recientemente el término Vamping
para definir el uso de las nuevas tecnologías hasta altas horas de la madrugada antes de dormir,
algo también en aumento en la población más joven. La explicación científica que subyace a este
fenómeno es que en la retina de nuestros ojos existen células que reciben luz brillante durante el
día y envían mensajes al cerebro indicando que es momento de estar despierto. El cerebro frena
así la liberación de la hormona del sueño hasta que llega la noche, cuando vuelve a generarla
nuevamente. Pero si los ojos reciben luz directa durante la noche, como la que emiten los
aparatos electrónicos, el cerebro no logrará percibir la diferencia entre día y noche, pudiendo
causar esto trastornos del sueño como insomnio o pesadillas.

Adicción a las nuevas tecnologías. Algunos adolescentes usan las nuevas tecnologías durante un
largo período de tiempo ya no sólo por la búsqueda de gratificación, al considerar el uso de las
nuevas tecnologías una actividad placentera, sino también para reducir el nivel de ansiedad que
les produce el hecho de no utilizarlas. Es decir, han llegado al punto en el que se han vuelto
adictos a las nuevas tecnologías, y si no las usan, padecen gran ansiedad.

¿Cuál es la influencia del uso de las redes sociales en las adolescentes?

Las redes sociales son una gran parte de la vida de muchas adolescentes. Una encuesta de 2018
del Centro de Investigación Pew realizada a casi 750 personas de 13 a 17 años encontró que el
45% está en línea constantemente y el 97% usa una plataforma de redes sociales, como YouTube,
Facebook, Instagram o Snapchat.

Pero, ¿qué influencia tiene en ellas el uso de las redes sociales?

Beneficios de las redes sociales

Las redes sociales permiten a las adolescentes crear identidades en línea, comunicarse con otros y
construir vínculos sociales. Así, pueden ser de ayuda para ellas, especialmente para aquéllas que
experimentan exclusión o tienen discapacidades o enfermedades crónicas.

Las adolescentes también usan las redes sociales para entretenerse y expresarse. Y estas
plataformas pueden informarlas de eventos actuales, permitirles interactuar a través de barreras
geográficas y enseñarles sobre una variedad de temas, incluidos comportamientos saludables.

Las redes sociales que son divertidas o que les proporcionan una conexión significativa con
compañeras, y con una amplia variedad de contactos, incluso podrían ayudarles a evitar la
depresión.

Peligros de las redes sociales

Sin embargo, el uso de las redes sociales también puede afectar negativamente a las adolescentes,
las distrae, altera sus patrones de sueño, y las expone a la intimidación, a rumores falsos, a
concepciones poco realistas sobre la vida de otras personas y a la presión grupal.

Los riesgos podrían relacionarse con la cantidad de tiempo invertido en redes sociales. Un estudio
de 2019, hecho a más de 6,500 adolescentes de 12 a 15 años (en EU), expuso que aquéllos que
pasaban más de tres horas al día usando las redes sociales podrían tener mayor riesgo de sufrir
problemas de salud mental.

Otros estudios apuntan a vínculos entre el uso frecuente de redes sociales y la ansiedad. Un
estudio de 2016 descubrió que a mayor uso nocturno de las redes sociales e inversión emocional
en ellas -como molestarse al no poder iniciar sesión- existe una peor calidad del sueño y mayores
niveles de ansiedad y depresión.

La forma en que las adolescentes usan las redes sociales también podría determinar su influencia.
Un estudio de 2015 encontró que cuando se comparan socialmente y buscan retroalimentación en
estos medios tienen más probabilidades de presentar síntomas depresivos.

Y un estudio anterior sobre el impacto de las redes sociales en estudiantes universitarias de


pregrado mostró que cuanto más tiempo usaban Facebook, más fuerte era su creencia de que
otros eran más felices que ellas. Pero cuanto más tiempo pasaban con amigas, menos se sentían
así.

Contenido relacionado: La convivencia entre sus pares fortalece la seguridad en sí mismas

Debido a la naturaleza impulsiva de las adolescentes, los expertos sugieren que aquéllas que
publican contenido corren el riesgo de compartir asuntos muy personales. Esto puede ocasionar
que sean intimidadas o incluso chantajeadas. A menudo crean publicaciones sin tener en cuenta
tales consecuencias.

¿Cómo puedes proteger a tu hija adolescente?

Hay pasos a seguir con que puedes alentar un uso responsable de las redes sociales y limitar
algunos de sus efectos negativos. Considera estos consejos:

Establece límites razonables. Habla con tu hija adolescente sobre cómo podría prevenir que las
redes sociales interfieran con sus actividades, sueño, comidas o tareas escolares.

Fomenta una rutina nocturna en que se evite el uso de medios electrónicos y mantén los teléfonos
celulares fuera de sus habitaciones. Da el ejemplo al seguir estas reglas tú mismo.
Revisa las cuentas de tu hija adolescente. Házle saber a tu hija que revisarás regularmente sus
cuentas de redes sociales. Puedes intentar hacerlo una vez a la semana o más. Asegúrate de ser
constante.

Explícale lo que no esté bien. Disuade a tu hija de chismear, difundir rumores, intimidar o dañar
la reputación de alguien más, en línea o de otra manera. Habla con ella sobre lo que es adecuado y
seguro compartir en las redes sociales.

Fomenta el contacto cara a cara con amigas. Esto es particularmente importante para las
adolescentes vulnerables al trastorno de ansiedad social.

Habla sobre las redes sociales. Comenta tus propios hábitos en las redes sociales. Pregúntale a
tu hija cómo está usando las redes sociales y cómo la hace sentir. Recuérdale que las redes
sociales están llenas de construcciones poco realistas.

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Si crees que tu hija adolescente está experimentando signos o síntomas indeseables respecto al
uso de las redes sociales, siempre puedes acudir con un profesional que te aconseje mejor.

La influencia de los medios de comunicación en los jóvenes

El impacto de los medios en los jóvenes es algo que preocupa, y mucho, a los responsables de los
medios, a los propios jóvenes (aunque quizá menos) y a los estudiosos del fenómeno de la
comunicación de masas. Y también es el título del curso que abrió el VI Ciclo de Otoño de
Comunicación del Foro Complutense. La conclusión fue que no siempre los jóvenes tienen
suficiente influencia en los medios.

El seminario se desarrolló entre los días 28 y 31 de octubre y si algo agradecieron los asistentes fue
la presencia de las personas más directamente implicadas en los contenidos dirigidos a los
jóvenes. Allí estuvieron, compartiendo sus conocimientos con los alumnos, profesionales de la
talla de Manuel Espín, editor del programa “La aventura del saber”, de TVE; María José Parejo,
guionista de “La Mandrágora”, también de la cadena pública; Javier Reyes, subdirector de
Informativos de Telemadrid, o José Díaz Argüelles, director de canales temáticos de Antena 3
Televisión.

Sin embargo, en el planteamiento del encuentro también tuvieron cabida otros campos de
actividad hoy en día directamente relacionados con el público joven. El director de comunicación
de Coca-Cola y presidente de la Asociación Española de Anunciantes, Félix Muñoz, explicó a los
asistentes de qué manera las grandes marcas se fijan en las actitudes y modas de los jóvenes para
captar a ese público objetivo, y cómo se diseña la imagen de un producto para garantizar su
consumo.

Asimismo, hubo espacio para analizar el lenguaje con el que todos estos emisores –cada uno
desde su propio ámbito y con su propia finalidad– tratan de llegar a sus audiencias. Ana María
Vigara, profesora de Lengua de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad
Complutense de Madrid (UCM), lanzó una tesis que pocos de los asistentes esperábamos y que
motivó el debate a lo largo de las jornadas. Según Vigara, los medios de comunicación no tienen
una excesiva influencia en el lenguaje de los jóvenes; antes bien, «los medios reflejan muy pobre y
parcialmente el lenguaje de los jóvenes, y sólo (el lenguaje) de grupos aislados». En este sentido
puso como prueba a El País de las Tentaciones (suplemento de Ocio del diario español El País) o
determinadas revistas juveniles del tipo Ragazza, que sí hacen un esfuerzo por reflejar la forma de
expresarse del grupo de población que va de los 12 a los 25 años.

«Los medios beben de los jóvenes»

Fuera de estos ejemplos, Vigara sostuvo que, más que mediatización, «son los medios los que
beben de los jóvenes, y normalmente de forma interesada». Frente a la mencionada tesis de que
la prensa escrita, la radio y la televisión no recogen el lenguaje de los jóvenes, la docente expuso
su opinión, respaldada con ejemplos, de que los medios acuñan expresiones que luego quedan en
el habla de la población, incluso adulta. Todos recordamos aún a los jasp, “jóvenes aunque
sobradamente preparados”, de un conocido modelo de automóvil anunciado en la televisión
española hace unos años; jasp fue durante un largo tiempo un adjetivo de uso común en el ámbito
coloquial del lenguaje, aunque ahora haya caído en el olvido. “Multiplícate por cero” es la frase
favorita de un personaje de dibujos animados, Bart Simpson, y de muchos adolescentes de
nuestro país y del extranjero. Si durante un tiempo creímos que esto es un infierno, hasta el punto
de que no sentíamos las piernas, fue gracias al (o por culpa del) programa televisivo “Esta noche
cruzamos el Mississippi”. Y humoristas como Chiquito de la Calzada fueron en su día los
responsables de la introducción de un cuasi-dialecto en nuestra forma de expresarnos.
“¿Cómorrrrr?”, se preguntarán algunos de ustedes.

Nosotros hemos buscado la respuesta a muchos de los “cómos” que se plantean los que estudian
los contenidos de los medios de comunicación preguntando a Francisco Reyes, profesor de la
Facultad de Ciencias de la Información (UCM) y uno de los organizadores del curso. Para Reyes –
experto en lenguaje publicitario, diseño y creatividad– la relación entre los jóvenes y los medios
«es una simbiosis, no una retroalimentación». Los medios captan tendencias, las manipulan y
luego las reenvían a los jóvenes a través de sus programas, artículos, etc. En este sentido, su punto
de vista es muy similar al expuesto por Vigara. Reyes puso como ejemplo frases publicitarias como
“busque, compare y, si encuentra algo mejor, cómprelo”, o “el algodón no engaña”. Su conclusión
es que «los medios, sobre todo la televisión, saben cuál es la imagen de moda y la explotan».

La escasa presencia juvenil en los medios

Pero, por otra parte, Reyes también señaló un aspecto que consideró fundamental: que los que
diseñan los programas de televisión o, en general, los que tienen poder de decisión en los medios
de comunicación, no son jóvenes ni están metidos en el mundo de los jóvenes. Y ése es el motivo
por el que los medios no reflejan el mundo de los jóvenes. Siempre según Reyes, lo que sucede en
la realidad es que las pautas siempre vienen impuestas por personas ajenas a la juventud, que
deciden qué es lo que puede traer más ingresos a un medio y, en función de ese esquema, definen
o diseñan el fondo y la forma de ese medio.

A modo de ejemplo más claro, Reyes se refirió al programa de televisión “Desesperado Club
Social”, que emite Antena 3 Televisión los fines de semana por la mañana; un programa que está
presentado por adolescentes pero que, obviamente, no ha sido diseñado por ellos. Reyes incidió
en el hecho de que probablemente el productor ejecutivo de ese programa tiene más de cuarenta
años y es, obviamente, el que impone las pautas de cómo deben hacerse las cosas. Y los directores
de programación de las cadenas no son tampoco jóvenes.

En este sentido, Reyes abogó por un cambio radical, al menos en los espacios dirigidos a la
juventud: «una opción sería que los programas para jóvenes estuvieran llevados por jóvenes, pero
es difícil. Tienen que surgir talentos jóvenes, como (el director de cine) Amenábar».
La televisión como forma de desconectar

Reyes justificó que todos sus ejemplos se refirieran siempre al mundo televisivo. «Las preguntas
que hicieron los alumnos a los ponentes del curso siempre iban encaminadas a la televisión. La
tele les mola más», afirmó. En este sentido, opinó que muchas veces este medio es percibido
como un vehículo de cultura cuando, en realidad, «muy pocas personas ven La 2 (la segunda
cadena pública española), como lo demuestran las cifras de audiencia. En realidad lo que más
atrae a la audiencia son los programas basura, los programas de corazón. La televisión es una
forma de desconectar. Todo el mundo dice que ve La 2 y luego no la ve nadie».

Por su parte, Juan Benavides, responsable de este VI Ciclo de Otoño de Comunicación, resaltó la
importancia de los jóvenes en los medios: «la juventud puede ser entendida como un público
objetivo al que se dirigen los medios para vender, entretener o perseguir el voto y la fidelización
respecto a una marca; o también entendida como un constructo de los medios y los mitos
publicitarios que conduce a una visión determinista y muy publicitaria de la juventud», afirmó el
catedrático. Benavides también insistió en la necesidad de que los estudiantes se acerquen «a los
temas relacionados con los modelos de estrategias comunicativas y corporativas (hoy por hoy es
un tema fundamental en los procesos de comunicación tanto corporativa como de marca y
producto) y aquellos aspectos relacionados con el protocolo».

Los medios de comunicación -- Cómo ayudar a su hijo durante los primeros años de la
adolescencia

Childlike drawing of a parent telling a child to go to bed and stop watching television

¿Qué puedo hacer para que los medios no tengan una influencia negativa en mi hijo?
Es difícil comprender el mundo del adolescente sin considerar el gran impacto que los medios de
comunicación hacen en su vida. Los medios compiten con las familias, los amigos, las escuelas y las
comunidades en su capacidad para moldear los intereses, actitudes y valores de los adolescentes.

Los medios de comunicación masiva están presentes constantemente en sus vidas. La mayoría de
los adolescentes ven televisión y películas, utilizan el Internet, intercambian correos electrónicos,
escuchan discos y emisoras de radio que van dirigidas específicamente a ellos con música y
anuncios comerciales, y leen artículos y anuncios en las revistas para adolescentes.

Primeramente hay que ver el lado bueno. Las nuevas tecnologías de la comunicación pueden ser
muy divertidas y emocionantes. Utilizadas sabiamente, también pueden educar. Los buenos
programas de televisión pueden informar, la buena música puede dar aliento, y las buenas
películas pueden ampliar los intereses y abrir nuevos horizontes. Además hay muchos tipos de
medios que se utilizan dentro del aula de clases—computadoras, televisión por cable, y video
caseteras que ya son parte íntegra de la enseñanza. De hecho, en los últimos años se ha visto un
afán por conectar a todos los salones de clase al Internet y por proveer un número mínimo de
computadoras en cada aula para uso de los estudiantes. Como resultado los niños deben
exponerse a los medios de comunicación, como mínimo para saber cómo utilizarlos.

Los niños americanos se pasan más horas con los medios de comunicación que con su trabajo
escolar.

El problema reside en que los adolescentes frecuentemente no saben cómo o no pueden


distinguir entre lo que es bueno en los medios y lo que es dañino. Algunos se pasan horas
interminables frente al televisor o enchufados a sus audífonos, alimentándose pasivamente de
todo lo que ven y oyen—violencia, sexo, maldiciones, estereotipos y personajes e historias
totalmente fuera de la realidad. Sabemos por los estudios como el que dirigieron George
Comstock y Erica Sherrar que el ver demasiada violencia en la televisión parece aumentar los
comportamientos agresivos en los niños y que el exponerse frecuentemente a la violencia hace
que ésta sea menos sorprendente y más fácil de aceptar.

Los alumnos que reportan que ven más televisión que sus compañeros generalmente sacan
peores notas en la escuela y califican peor en los exámenes estandarizados. "En cualquier
discusión que tengamos en el aula es muy obvio quienes ven más televisión que otros," explica la
maestra Sherry Tipps. "A los alumnos con menos motivación en el salón de clase, mencióneles
algún programa de televisión y de repente reaccionan."

A medida que los adolescentes maduran, las horas excesivas de televisión, los juegos electrónicos
y el uso de la computadora resultan en una acumulación de consecuencias negativas. Los niños
americanos se pasan más horas con los medios de comunicación que con su trabajo escolar. Los
alumnos del séptimo grado, por ejemplo, se pasan un promedio de 135 minutos al día viendo
televisión y sólo 57 minutos haciendo tarea.

Además de los efectos negativos académicos y sicológicos, también existen malos efectos físicos.
Según estudios recientes del Médico General de los Estados Unidos, el número de adolescentes
obesos en el país ha aumentado dramáticamente en las últimas dos décadas. Estar pasado de peso
puede contribuir a varias enfermedades serias, tales como la diabetes.

Existen otras influencias negativas en los medios de comunicación. Por ejemplo, recientemente se
ha visto un aumento en el número de anuncios en las revistas, incluyendo anuncios para
productos nocivos como alcohol y tabaco, que están dirigidos específicamente a los adolescentes.

Su hijo aprovechará mucho su consejo para ayudarle a balancear las actividades relacionadas con
los medios de comunicación, con otras actividades tales como leer, hablar con familiares y
compartiendo con sus amigos. Aquí les ofrecemos algunos consejos sobre cómo ayudar a su hijo a
escoger con buen criterio cómo va a utilizar los medios de comunicación:

Limite el tiempo que su hijo ve televisión. Es imposible proteger a su hijo completamente de los
medios. Si usted le prohíbe completamente la televisión, sólo va a ganar que le parezca más
atractiva que nunca. Sin embargo algunos padres sí prohíben la televisión durante la semana, con
algunas excepciones que han acordado de antemano.

Recuerde que es más fácil restringir las malas opciones si usted dice no antes de que su hijo
traiga a casa CDs o juegos electrónicos ofensivos o insiste en ver programas de televisión
excesivamente violentos. Hágale saber que usted tiene la intención de supervisar lo que escoge
ver o escuchar.
Supervise lo que su hijo ve y escucha. La ex directora Carole Kennedy aconseja, "No se fije
solamente en el volumen de la música, preste atención a la letra también." Infórmese sobre los
programas de televisión y las películas que le interesan a su hijo, los juegos electrónicos que
quiere jugar y la música que quiere escuchar. Si usted está bien informado sobre los intereses de
su hijo, usted podrá adentrarse a su mundo con mayor facilidad y podrá hablar con él con mayor
conocimiento y poder. Pregúntele que grupos o cantantes le gusta escuchar. Lea sobre sus artistas
favoritos en las revistas o escuche su música en la radio o en CD.

Usted también puede ver o escuchar con su hijo. Así podrá compartir un momento con él y
aprenderá más sobre los programas, juegos y música que le gustan. Hable con él sobre lo que
están viendo y escuchando.

Sugiérale programas de televisión que usted quiere que vea. Aliente a su hijo a ver programas
de televisión sobre una gran variedad de temas—la naturaleza, viajes, historia, ciencias, biografía y
noticias, además de los programas creados sólo para entretener. Los programar noticiosos y de
historia por ejemplo, pueden fomentar conversaciones sobre acontecimientos mundiales, la
política nacional y local, los problemas sociales y asuntos sobre salud.

Hable con su hijo sobre la diferencia entre los hechos y las opiniones. Los adolescentes deben
aprender que no todo lo que ven y escuchan es necesariamente cierto. Infórmele que el programa
de televisión o la película que han visto, la estación de radio o la música que le gusta escuchar,
tanto como la revista que lee, poseen un punto de vista en particular. Hable con él sobre cómo los
medios promueven ciertas ideas o creencias, las cuales probablemente no estén de acuerdo con
sus valores familiares. Si su hijo quiere ver, escuchar, o leer algo que usted cree es impropio,
hágale saber exactamente por qué usted está en desacuerdo.

Hable con su hijo sobre los anuncios comerciales engañosos. Los adolescentes son muy
susceptibles a los anuncios. Hable con sus hijos acerca del propósito de los anuncios—vender
productos—y sobre cómo juzgar si los productos anunciados son apropiados para él. Por ejemplo,
si su hija tiene cabello corto, rubio y rizado, pregúntele si de veras piensa que el shampoo de $15
dólares que quiere que le compren va a resultar en una cabellera larga, oscura y lisa, como la
modelo en la revista.

Considere la compra de un "V-chip" para su televisor o un filtro para su computadora. Un V-chip


es un aparatito que se le pone al televisor para que filtre programas según su clasificación—X, R, o
PG y bloquea el material pornográfico, excesivamente violento o de alguna manera impropia para
los menores. También existen estos filtros para evitar que su hijo visite ciertos sitios Web en la
computadora. La mayoría de estos filtros son gratuitos o no cuestan mucho.

Hable con su hijo sobre los riesgos que toma al entrar en "salas de charla" electrónicas.
Asegúrese que su hijo entiende bien lo peligroso que es "hablar" electrónicamente con una
persona desconocida. Existe software que impide el uso de estas charlas cuando hay niños sin
impedir que ellos usen la computadora para otros propósitos.

Hable con otros padres. Si usted habla sobre las películas, los programas de televisión, los juegos
electrónicos y CDs con los padres de los amigos de su hijo, usted tendrá mayor autoridad para
decir que no cuando él quiera ver o escuchar algo inadecuado. Usted puede descubrir muy
rápidamente que no todos los alumnos del séptimo grado tienen permiso de ver la última película
clasificada "R" que incluye escenas de sangre y extrema violencia.

Ofrezca alternativas al entretenimiento con los medios. Según el maestro Bill Gangl, "Si usted les
da suficientes actividades con que entretenerse, la televisión desaparece". Dada la oportunidad,
muchos niños prefieren hacer que sólo ver. Un día en el campo de golfito o visitando a un amigo
puede ser más interesante que otra noche más frente al televisor.

Dé un buen ejemplo. Si un adolescente ve a sus padres paralizados frente al televisor o


revisando su correo electrónico mientras se apresura a cenar, definitivamente va a captar un
mensaje claro. Los padres que apagan el televisor o la computadora y participan mejor en la buena
conversación, los deportes, juegos u otras actividades están demostrando con su ejemplo otras
opciones de entretenimiento. Un adolescente contemporáneo quizás se pregunte "¿qué se hacía
antes de que hubiera televisión (o computadoras y juegos electrónicos)?" ¡demuéstreselo!

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