Datos generales sobre Demócrito
• 460/57 – después de 380 a.C. (alternativamente
Demócrito de Abdera
Bases del atomismo
• La tesis original corresponde a Leucipo y es retomada por
Demócrito.
FR. 298: “Leucipo y su compañero Demócrito dicen que son elementos lo
pleno y lo vacío, a los que denominan, respectivamente, ser y no ser (…)
afirman, en consecuencia, que el ser no es en mayor medida que el no ser
(…)”.
aprox. 427 – 347 a.C.).
• Profundiza y amplía una tesis de Leucipo.
• Amplia obra de carácter enciclopédico (fragmentos de
Ética principalmente).
• Especial influencia en el escepticismo antiguo.
Lo pleno y lo vacío
• Lo pleno: lo sólido, constituye una realidad concreta
presente en un lugar.
• Lo vacío: lo contrario de lo sólido, “no ser” en tanto no
tiene concreción. Está presente en un lugar, estableciendo
intersticios entre las partes sólidas.
• Como existen lugares “vacíos” entre las partes sólidas, lo
sólido está compuesto de infinitas partes.
• Cada parte es átomo: parte mínima concreta, parte “sin
más partes”.
 Lo pleno y lo vacío
¿Por qué plantear esta tesis?
• Necesidad de explicar la multiplicidad de partes de un objeto (la
divisibilidad presupone vacíos).
• Necesidad de explicar el cambio (la nueva asociación de partes sólidas
presupone que algunos vacíos son ocupados por elementos sólidos).
• En el fondo, se trata de salvar las apariencias: se parte
de la experiencia común y se busca una explicación
racional (“empirismo”).
Sentido de las apariencias
FR. 308: “‘Por convención el color, por convención lo dulce, por
convención lo salado, pero en realidad existen sólo átomos y vacío’ (…)
Cuando dice ‘por convención’ quiere decir algo semejante a ‘según la
opinión’ o ‘respecto de nosotros’ y no alude a la naturaleza de las cosas
en sí mismas (…)”.
Lo pleno y lo vacío
Consecuencias de la tesis
• Abandono del principio de no contradicción: lo real está conformado por
partes que son (=tienen realidad concreta) y partes que no son (=no
poseen concreción).
• No solamente abandono de la unidad del ser (los átomos son infinitos),
sino también de la prohibición fundamental: se admite la existencia del
no ser.
• Finalmente, renuncia a la primacía del pensamiento sobre la experiencia:
si la experiencia obliga a admitir algo impensable, somete a la capacidad
racional.
Sentido de las apariencias
• Si solamente existen los átomos y el vacío, todo es una combinatoria de
ambos.
• Los átomos son partes sólidas e imperceptibles de las cosas, las otras
partes son “los vacíos”.
• La combinatoria de átomos y vacíos produce la apariencia de las cosas
que existen.
• Esto incluye a las “cualidades” de las cosas.
Los átomos Sentido de las propiedades de los
átomos
• Figura, posición y ordenamiento (y, en otros fragmentos, magnitud)
FR. 336: “ (…) Éstas [sc. Las diferencias entre los átomos] son tres:
determinan, respecto de los cuerpos compuestos:
‘estructura’, ‘dirección’ y ‘contacto’, lo cual equivale a decir figura, posición
• Dureza – fragilidad
y orden (…)”.
• Ser liso o áspero.
• Ser cambiante o estable.
• Las propiedades de los átomos tienen efectos en las cualidades de los
• Los átomos no tienen las cualidades de los objetos de la apariencia (color, compuestos.
temperatura, textura, etc.).
• Su asociación depende exclusivamente de cualidades cuantitativas. • Inversamente, puede investigarse las cualidades de los átomos por sus
• Las propiedades de los objetos compuestos derivan de la forma en que los efectos.
átomos se encuentran entrelazados.

Los átomos y las sensaciones Los átomos y las sensaciones

FR. 618: “Dice que la causa de la visión son ciertas imágenes que son
semejantes a las cosas y que, fluyendo continuamente de lo que se ve,
penetran en la vista”.
FR. 622: “El sonido resulta de la entrada violenta de aire condensado”.
FR. 625: “… Y remite también los gustos a las figuras <de los átomos>”.
• Todas las sensaciones se producen por contacto.
• Como el contacto depende de que ciertos átomos o sus impresiones
puedan pasar por nuestros conductos perceptivos, las sensaciones son
“por convención”: solamente “reales para nosotros”.
• La apariencia pasa ahora a ser con claridad relativa a la constitución del
ser que percibe.
El problema del movimiento
FR. 382: “Estos átomos, que en el vacío infinito están separados unos de
otros y que difieren entre sí por sus figuras, magnitudes posición y orden,
se desplazan en el vacío y, al encontrarse unos con otros, entran en
colisión. Algunos rebotan al azar; otros se enlazan conforme a la simetría
de sus figuras, magnitudes, posiciones y órdenes y se mantienen unidos,
dando así por resultado la generación de los compuestos”.
Causa última del movimiento
FR. 446: “Pero también Demócrito, donde dice: ‘del todo se separó un
torbellino de formas diversas’ – aunque no dice de qué manera ni por qué
causa – parece estar indicando que <el torbellino> se genera por
espontaneidad y azar”.
• Dentro del movimiento, existe una necesidad mecánica del mismo.
• Sin embargo, la causa última del movimiento es “ciega” (el azar).
• Demócrito elimina de este modo la existencia de una causa divina.
El problema del movimiento
• Todos los cambios se reducen a la asociación o separación de átomos
(reducción de todo tipo de cambio al desplazamiento).
• Las asociaciones o separaciones se producen por una “lógica mecánica”
(una necesidad exclusivamente física).
• Los átomos se encuentran ya en movimiento. ¿Por qué?
Problemas de Demócrito
• Su posición parte de la experiencia para explicarla siguiendo criterios
racionales.
• La experiencia obliga, sin embargo, a abandonar el criterio básico del
pensamiento según Parménides (principio de no contradicción).
• Si la experiencia es una mera convención que se construye por encima
de la auténtica realidad (átomos y vacío), ¿cómo es posible conciliar
ambos niveles de la realidad?
 Problemas de Demócrito
• El movimiento no se explica más por un sentido ordenador general
(búsqueda de la unidad, despliegue ordenado desde la unidad hacia la
multiplicidad o de la multiplicidad hacia la unidad).
• La necesidad planteada por Demócrito es “mecánica”.
• La filosofía explica la realidad como una causalidad “ciega”.