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1. CONSTITUCIÓN
Se requiere de una base sobre la cual se estructura toda sociedad y esa base se
denomina constitución donde se contienen sus instituciones fundamentales.
El vocablo constitución deriva del latín «constitutio» y se usa para referirse a como está
compuesto un cuerpo o al conjunto de circunstancias o hechos que dan a las cosas y seres
un ordenamiento y su modo de existencia.
Una comunidad de personas forma un cuerpo social, que debe sujetarse a una organización
para lograr una convivencia ordenada, es decir, organiza un gobierno compuesto de
autoridades, limita el poder político y, finalmente, garantiza las libertades para los
integrantes. Se dice entonces que se tiene una constitución, o sea ha logrado constituirse.
2. SUPREMACIA DE LA CONSTITUCION
ESTRUCTURA:
CONCEPTO:
Ley suprema, que determina la forma de organización del Estado y que establece
la garantía de los derechos humanos básicos.
Por su carácter de ley fundamental solo puede contener el marco central, los rasgos
básicos, la línea gruesa de los tópicos que cubre y deja entregada la regulación de sus
normas, el detalle a las leyes que la complementan.
Nuestra constitución se complementa con diferentes leyes, y entre ellas están: Ley orgánica
constitucional (LOC), ley interpretativa de la constitución, ley de quorum calificado y ley
ordinaria constitucional.
Funciono desde la fecha de su designación hasta 18 octubre de 1978 día en que hizo
entrega de un anteproyecto de constitución política del estado al presidente de la república
quien lo remite al consejo de defensa del estado solicitando su opinión.
El consejo presidido por JAR, estudió el anteproyecto de 1978 a 1980 devolviéndolo con las
observaciones correspondientes.
La junta de gobierno despacho el proyecto constitucional dictando el decreto ley N°3464 el 8
de agosto de 1908.
5.2 PLEBISCITO
Por decreto N°3465 de la misma fecha se convocó a plebiscito para someter a la
consideración de la ciudadanía el texto constitucional. El plebiscito tuvo lugar el 11 de
septiembre de 1980 siendo aprobado, el cual fue promulgado el 21 y publicado el 24 de
octubre de 1980.
Se divide en:
6. ESTRUCTURA Y CONTENIDO
Consta de dos partes claramente diferenciadas, por un lado, la parte orgánica (estructura
básica del estado, organización y atribuciones de los poderes públicos y sus órganos) y por
otro, la parte dogmática (referente al reconocimiento y protección de los derechos
fundamentales).
7. LEYES COMPLEMENTARIAS
Como ley fundamental solo contiene un marco central y la regulación de sus normas la
deja entregada a una serie de leyes que la complementan, como son:
objetivo del quorum tan alto: Con esta exigencia extraordinariamente alta el
constituyente quiso dar a este tipo de leyes una estabilidad que los vaivenes de
las mayorías circunstanciales no pudieran afectar.
Por ende, la CPR, en la Jerarquía Normativa Interna de un Estado, ocupa la posición más
alta, y debe ser respetada por todos los demás creadores de normas jurídicas.
En este sentido, las normas jurídicas dictadas por los órganos del Estado deberán
someterse en su contenido y procedimientos con lo que establezca la Constitución
Política. Este principio, denominado “supremacía constitucional” se encuentra consagrado
en los artículos 6 y 7 de la CPR, y en el fondo, consiste en reconocer que no existe, a nivel
interno, otra norma de mayor rango normativo que la Constitución.
Se recalca la idea que esta supremacía sólo opera “a nivel interno”, ya que no afecta a
normas de carácter internacional, las que representan un ordenamiento “paralelo”, que
deben ser acatadas por los Estados bajo todo respecto, y que en ningún caso pueden
ser dejadas de obedecer por éstos bajo el pretexto de ser las normas de un tratado,
incompatibles con su derecho interno. Esta última idea se expresa aun con mayor énfasis en
lo relativo a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana,
reconocidos por los Tratados Internacionales suscritos por Chile y que se encuentren
vigentes, ya que ellos son un límite al ejercicio de la soberanía nacional, y que, por lo
tanto, deben ser respetados aun contra lo dispuesto por normas internas de cualquier
jerarquía (art. 5º inciso 2º CPR).
En 1924 el presidente de Chile era Don Arturo Alessandri Palma, pero como ya hemos dicho
existía una predominancia del poder legislativo por sobre los demás poderes del Estado.
Así llega el día 5 de septiembre de 1924 cuando la oficialidad asiste al congreso y presencia
la instauración de la “dieta parlamentaria” lo que resulto un desmedro a las pretensiones
económicas de las fuerzas armadas. Por este motivo es que se produce un alzamiento
militar que concede un permiso constitucional al presidente Alessandri para salir del
país por 6 meses y disuelve el parlamento.
En enero de 1925 se le pide al presidente que vuelva desde Roma, pero este acepta
con la condición de llamar a una asamblea constitucional para elaborar una nueva carta
fundamental que sea más acorde con los tiempos que corrían. Este proyecto fue sometido a
referéndum el 30 de agosto de 1925 y arrojo como resultado la aprobación de la nueva
constitución que tenía un carácter netamente presidencialista.
En Chile no hemos tenido una sola República, sino que hemos tenido cinco distintas, con
algunas interrupciones de gobierno de dictaduras o de facto", explica del otro lado del
teléfono el decano de la Facultad de Derecho de la U. de Chile, Pablo Ruiz-Tagle. Su libro
"Cinco repúblicas y una tradición. Constitucionalismo chileno comparado" (Lom editores,
2016) será publicado en los próximos meses por la Cambridge University Press, en
Inglaterra, al mismo tiempo en que, adelanta el abogado, Chile podría estar dando sus
primeros pasos en una nueva etapa republicana. "La Sexta República yo me la imagino como
algo que empezó a instalarse en Chile a contar del 25 de octubre de 2020, porque en ese
momento se le da la oportunidad a la Convención Constitucional de pensar una nueva
Constitución", adelanta Ruiz-Tagle, pero antes explica que república "es mucho más que lo
opuesto a lo monárquico". "Es un concepto político clásico. Cicerón dice que la República es
el mejor de los sistemas políticos porque los problemas que surgen en la vida política son
muy complejos. Ninguna persona sola, ningún monarca, ningún dictador puede resolverla por
sí mismo, por más genial y poderoso que sea", dice en primer lugar
"La segunda idea es que el gobierno no puede estar sometido a la voluntad caprichosa de
una persona, sino que debe estar organizado en torno a leyes. El derecho debe servir para
limitar el poder", agrega. Otras ideas "típicamente republicanas": la división de poderes del
Estado —"no debe haber ningún ente, órgano o persona que sea tan poderosa que pueda
aplacar a los demás"—, la educación pública, el combate al lujo y al gasto excesivo como
una medida de austeridad. En la historia de Chile, Ruiz-Tagle identifica cinco repúblicas: la
Independiente (de 1810 a 1830), la Autoritaria (de 1833 a 1871), la Liberal (de 1874 a 1924),
la Democrática (de 1932 a 1973) y la Neoliberal (de 1990 hasta la actualidad). Las identifica
de acuerdo a tres variables: la forma en que se le reconocen los derechos a la ciudadanía, la
estructura que tiene el poder del Estado y quiénes son los sujetos o actores políticos que
intervienen. —¿Hay alguna esencia que se haya ido heredando de una República a otra o ha
sido más la mutación que lo que se ha mantenido? —Es una pregunta muy profunda. Sí, hay
líneas de continuidad, así como hay de discontinuidad. Por ejemplo: Chile siempre, desde la
Primera República, se ha buscado un gobierno independiente, un autogobierno de quienes
viven aquí. Ese proyecto de tener un sistema político autónomo ha estado siempre. También
ha estado presente, y se nota mucho en lo que sucedió este domingo, la idea de que se ha
buscado resolver las diferencias entre los distintos grupos y sensibilidades de la ciudadanía
mediante el sufragio. La tercera característica, que no se puede encontrar en todas las
repúblicas pero sí en varias, es un tremendo poder entregado al Presidente de la República.
BASES DE LA INSTITUCIONALIDAD
Es aquel cuyo ejercicio está regulado y limitado por el poder constituyente originario a
través de la Constitución. Llamado también Poder Constituyente Jurídico o Reformador.
Actualmente ya no se acepta esta clase de poder constituyente, ahora todo Poder
Constituyente, es originario.
15. LAS CRISIS Y QUIEBRES CONSTITUCIONALES:
El Estado, como cuerpo político, está expuesto, lo mismo que el hombre, a sufrir crisis y
diversas enfermedades. De hecho, no existe Estado en el mundo que no haya sufrido a lo
menos una vez durante su existencia de una grave crisis, que puede ser una guerra externa,
una guerra civil, una revolución, un golpe de estado, un pronunciamiento militar o un
cuartelazo. Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos, Alemania, Japón, Italia, España, países
que hoy en día se encuentran entre los más desarrollados y estables del mundo, han sufrido
graves crisis o quiebres a lo largo de su historia, lo mismo que Chile, cuyo último gran
quiebre fue en 1973. Estas crisis pueden ser de cierta gravedad, pero solucionables, como
una emergencia climática, un desastre de la naturaleza o una pandemia, o conducir o
traducirse derechamente en un quiebre de la institucionalidad, caso en que el gobierno en
ejercicio cae y es sustituido, generalmente por medio de la fuerza, por otro.
Para los primeros casos el ordenamiento constitucional prevé los llamados estados de
emergencia, o estados de excepción constitucional, como se denominan en Chile. Para el
segundo tipo de casos no existe remedio en el ordenamiento jurídico-constitucional, ya que
precisamente dichos casos implican un rompimiento de la propia institucionalidad. Estas
crisis pueden ser de cierta gravedad, pero solucionables, como una emergencia climática, un
desastre de la naturaleza o una pandemia, o conducir o traducirse derechamente en un
quiebre de la institucionalidad, caso en que el gobierno en ejercicio cae y es sustituido,
generalmente por medio de la fuerza, por otro.
Para los primeros casos el ordenamiento constitucional prevé los llamados estados de
emergencia, o estados de excepción constitucional, como se denominan en Chile.
Para el segundo tipo de casos no existe remedio en el ordenamiento jurídico-
constitucional, ya que precisamente dichos casos implican un rompimiento de la
propia institucionalidad
Puede que la enfermedad del cuerpo político sea tan grave que no alcance con estos
remedios que contempla la Constitución y el ordenamiento jurídico y el orden
constitucional simplemente se rompa. Cuando ello sucede estamos en presencia de un
quiebre institucional, el que puede adoptar la forma de una revolución, una guerra civil, un
golpe de estado, un pronunciamiento militar o un cuartelazo.
No hay país que no haya tenido un quiebre institucional en su historia. Hasta Estados Unidos,
que jamás ha tenido un golpe de estado, tuvo sin embargo una guerra civil entre 1861 y
1865, cuando un grupo de once estados esclavistas intentaron salirse de la Federación, lo
cual casi significó el rompimiento definitivo de la misma.
Chile, desde su existencia como estado independiente, ha tenido varios quiebres, como en
1823, 1829, 1891, 1924 y 1973, aparte de otros intentos de golpe de estado o revolución en
1851 y 1859, los que fracasaron. Acá es posible que se den dos situaciones: si el intento
de golpe fracasa los revolucionarios van a ser juzgados de acuerdo con el mismo
jurídico-político-institucional que intentaron derribar. Si en cambio tiene éxito va a
entrar a operar lo que en doctrina se denomina “Teoría de la Revolución”, que veremos
en el acápite siguiente.
Estos quiebres constitucionales se pueden clasificar en revoluciones y golpes de estado.
En la revolución hay un cambio por la fuerza y por vías al margen de la Constitución no
solo del gobernante y de las estructuras políticas sino de todas las otras estructuras e
instituciones, es decir también las sociales y económicas. Desde este punto de vista, las
revoluciones propiamente tales que ha habido no han sido muchas, contándose entre ellas la
Revolución Francesa de 1789, la Revolución Rusa de 1917, la Revolución China de 1949 o la
Revolución Cubana de 1959.
En el golpe de estado en cambio solo hay una sustitución de un gobernante por otro,
pero en general se mantienen las estructuras económicas y sociales. Los golpes de
estado a su vez se pueden subclasificar en pronunciamientos militares y cuartelazos o
putsch. En los primeros actúa el conjunto de las fuerzas armadas, como ocurrió en Chile
en septiembre de 1924 y en septiembre de 1973, mientras que en el cuartelazo actúa un
sector o rama o incluso una parte de una rama de las fuerzas armadas, como ocurrió en
Chile con el estallido de la guerra civil de 1891, en que la Armada tomó partido por el
Congreso y se sublevó contra el presidente de la República, a quien se mantuvo apoyando el
ejército.
18. LA TEORÍA DE LA REVOLUCIÓN. EL DERECHO DE
RESISTENCIA A LA OPRESIÓN Y LOS GOBIERNOS DE FACTO.
ILEGITIMIDAD DE ORIGEN E ILEGITIMIDAD DE EJERCICIO.
Cuando al interior de un Estado se quiebra el orden institucional, por la razón que sea,
justificada o no, se sale del campo del Derecho y se ingresa al campo de los hechos. Si
bien es cierto, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789
consagra el derecho de resistencia a la opresión, las Constituciones no lo hacen, y de
hecho la prohíben, sea expresa o sea tácitamente.
Es lo que ha sucedido siempre en la historia, y ello explica que por ejemplo se hable tanto
por ciertos actores políticos de que la Constitución de 1980 es ilegítima en cuanto a su
origen, pues fue dictada tras un golpe de estado por una dictadura militar, sin reparar que la
Constitución de 1925 igualmente lo fue, así como la Constitución de 1833 fue impuesta tras
una guerra civil por el bando vencedor. Si nos remontamos hacia atrás en la historia de Chile
y de otros países, veremos que siempre en su origen hubo un primer hecho ilícito, de
acuerdo con el ordenamiento jurídico vigente en la época, que triunfó y se consolidó en el
tiempo, a partir del cual se creó todo el orden político, jurídico, constitucional y social vigente.
Es lo que sucedió en el mismo caso de Chile con el proceso de independencia de 1810 a
1818, en que inclusive hubo un primer intento fallido, entre 1810 y 1814, conocido con el
nombre de Patria Vieja, tras lo cual los patriotas independentistas que no lograron arrancar
fueron duramente castigados y reprimidos por la metrópoli española, hasta que vino la
Reconquista en 1817. ¿Es que acaso de acuerdo con el orden jurídico vigente era lícito que
estos territorios se independizaran de España? Obviamente no, pero los patriotas no iban a
pedir autorización a la Corona para independizarse, puesto que jamás se las habrían
otorgado (y donde por lo demás el rey Fernando VII estaba preso de los franceses), por lo
que debieron recurrir a la fuerza.
De acuerdo con lo visto al principio toda la existencia y el orden político y jurídico de Chile y
de todos los países de América, incluidos los Estados Unidos, sería entonces inválida, en
circunstancias que hoy en día la propia España reconoce a estos Estados, lo mismo que
Gran Bretaña respecto de Estados Unidos y Portugal respecto de Brasil. Evidentemente ello
es absurdo y no puede ser. Es lo que sucede entonces con todas las revoluciones y procesos
independentistas triunfantes. Los que no triunfan, en cambio, no van a poder imponer un
nuevo orden porque simplemente no lograron hacerse con el poder o independizarse, como
le sucedió a los Estados Confederados de Norteamérica que intentaron separarse de los
Estados Unidos en 1861, y que al perder la guerra fueron obligados a volver por la fuerza. Si
el resultado de la guerra civil hubiese sido distinto y los separatistas hubiesen triunfado (y
estuvieron cerca de hacerlo) la historia habría cambiado, y probablemente se habría formado
otro gran Estado al sur de los Estados Unidos, el cual posiblemente seguiría existiendo hasta
el día de hoy.
Los gobiernos de facto son aquellos que emanan de un quiebre constitucional, vale
decir de una toma del poder por medios no contemplados en el ordenamiento jurídico y
constitucional. De facto significa de hecho, ya que como vimos y salvo contadas
excepciones, las Constituciones no contemplan la posibilidad de la revolución o el
golpe de Estado, sancionando con la nulidad cualquier acto en dicho sentido.
Esto último fue lo que sucedió, por ejemplo, con el régimen militar que asumió el poder vía
golpe de estado o pronunciamiento el día 11 de septiembre de 1973, el que en sus inicios era
un gobierno de facto, que legislaba y ejercía la potestad constituyente vía decretos ley, así
como también la función gubernativa, quedando solo sin intervención –al menos directa- el
Poder Judicial, pero que posteriormente, a contar del 11 de marzo de 1981, se transforma en
gobierno de iure, o sea de Derecho, cuando se otorga su propio ordenamiento constitucional,
el cual nos rige –con modificaciones, algunas sustanciales y otras no- hasta el día de hoy (la
Constitución Política de la República de 1980).
22. IMPORTANCIA:
Primero porque, intrínsecamente, los aspectos que regula son los más importantes en la
organización del Estado, estableciéndose una verdadera “filosofía jurídica “(Silva
Bascuñán), por la cual opta nuestra Constitución en forma expresa y categórica.
Segundo porque forma parte de la Constitución y, como tal, sus normas son
obligatorias. Decimos esto porque hay quienes han pensado que las normas del
capítulo de las Bases de las Institucionalidad es un mero listado de principios, pero en
realidad se equivocan: estos primeros artículos son normas jurídicas y como tales
implican un deber de respeto.
Tercero porque es un elemento imprescindible para interpretar el resto de la
Constitución. Vale decir, de acuerdo con el principio de “Unidad de la Constitución”,
cualquier interpretación constitucional deberá tener en cuenta el respeto por las
disposiciones contenidas en este primer apartado.
ARTICULO 1, CPR
23. LA DIGNIDAD DE LA PERSONA:
La nueva estructura constitucional no puede dejar de considerar a la familia como una de las
bases de la institucionalidad, esta surge como la primera y básica sociedad humana
conceptual e históricamente. se trata de una sociedad necesaria de la cual el hombre
no ha podido ni podrá prescindir.
La familia es la célula vital de la sociedad, la base de toda sociedad y es ella la que
entrega a las demás agrupaciones sus componentes. También es la fuente donde
recibimos la vida, la primera escuela donde se nos enseña a pensar, el primer templo
donde aprendemos a orar, de ahí su importancia en la conformación de todas las otras
sociedades.
El concilio vaticano segundo la define como «la escuela del más rico humanismo». Juan
pablo segundo en su homilía de Rodelillo «la familia es el lugar más sensible donde todos
podemos el termómetro que nos indique cuales son las valores y contravalores que
animan o corroen a la sociedad en un determinado país».
Existe una prioridad de derecho respecto del estado por haber prioridad de naturaleza.
Para no ser absorbida por otras sociedades, existen dos principios que le dan fuerza
interna a la familia, los que son el principio conyugal y paternal. El primero es origen de
la unión conyugal cuya finalidad es la procreación y el paternal une a los padres con
los hijos y demás descendientes creando derechos y deberes mutuos.
Si la sociedad superior nace para cumplir fines que la inferior no puede realizar,
resulta evidente que no le es legítimo a aquella la absorción del campo que es propia
de la menor y dentro del cual esta debe tener una suficiente autonomía. La órbita de
competencia de la sociedad mayor empieza donde termina la posibilidad de acción que
corresponde a la menor.
Ninguna sociedad superior puede arrogarse el campo que respecto de su propio fin
especifico pueden satisfacer las entidades menores y en especial la familia como tampoco
esta puede invadir los que es íntimo de cada conciencia humana. La autonomía que
garantiza la constitución a los grupos intermedios “es para cumplir sus propios fines
específicos y no otros”.
Democratico – democracia: