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Localización

Las ruinas de Tusculum están situadas en una posición que domina el borde norte del
cráter externo del volcán Albano, en los montes Albanos, 6 km al noreste de la
moderna Frascati en el monte Túscolo. El punto más elevado es de 670 metros sobre
el nivel del mar, la cima del monte Tuscolo. Tiene una amplia vista de la Campiña
Romana, con Roma situada a 25 km al noroeste. Se tenía acceso a Roma por la Vía
Latina (desde la que una bifurcación ascendía a Tusculum, mientras la carretera
principal pasaba a través del valle más al sur), o por la Vía Labicana al norte.

En el territorio de Tusculum había un río llamado Tuscus Amnis, que nacía en el


monte Túscolo, bajo la acrópolis, y fluía a través del valle en dirección sur.
Después el río giraba en dirección norte y se unía al río Aniene cerca del puente
Mammolo. Más tarde, una presa, construida en 1122 por el Papa Calixto II en el
lugar conocido como Morena, cambió el curso del Tuscus Amnis hacia el «río Albula»
(río Tíber).

Historia
Historia temprana
Urnas funerarias fechadas en los siglos VIII-VII a. C. demuestran claramente la
presencia en esta zona de un poblado perteneciente a las últimas fases de la
cultura Lacial, y una continua presencia de población humana desde el siglo VIII a.
C. hasta el siglo XII.

Antigüedad
Según la tradición, la ciudad fue fundada por Telégono, el hijo de Ulises y Circe.
Cuando Tarquinio el Soberbio fue expulsado de Roma, el jefe de Tusculum Octavio
Mamilio se adhirió a su causa y tuvo un papel protagonista en la formación de la
Liga Latina, compuesta por las treinta principales ciudades del Lacio coaligadas
contra Roma. Mamilio dirigió el ejército latino en la batalla del Lago Regilo (496
a. C.), pero murió en el combate, y la hegemonía de Roma entre las ciudades latinas
fue establecida. Conforme a algunos relatos Tusculum se convirtió en aquella época
en aliada de Roma, y fue objeto a menudo de la hostilidad de las otras ciudades
latinas.

Vista del teatro romano de Tusculum


Tusculum romana
En 381 a. C., después de declarar su completa sumisión a Roma, los habitantes de
Tusculum recibieron la ciudadanía romana con derecho a voto. Tusculum se convirtió
en el primer municipium cum suffragio, y, a partir de entonces, la ciudad mantuvo
el rango de municipium y los ciudadanos de Tusculum fueron registrados en la Tribu
Papiria. Otros relatos, sin embargo, informan de que Tusculum mantuvo alianzas con
los enemigos de Roma, la última de las cuales le unió a los samnitas en 323 a. C.

Algunas de las más prominentes familias dirigentes romanas eran originarias de


Tusculum. Entre ellas destacan las gens Mamilia, Fulvia, Fonteya, Juventia, Opia,
Coruncania, Quincia, Rabiria, Javolenia, Cordia, Manlia, Furia y Porcia. Pertenecía
a esta última el famoso Marco Porcio Catón "Catón el Viejo", nacido en Tusculum el
año 243 a. C. En 54 a. C., en sus Orationes Pro Cn. Plancio (capítulo VIII), Marco
Tulio Cicerón dejó escrito:

«....tu es ex municipio antiquissimo tusculano ex quo plurimae sunt familiae


consulares quot e reliquis municipiis omnibus non sunt....»
El consejo de la ciudad adoptó el nombre de senado y el título de dictador fue
sustituido por el de edil (aedile en latín). A pesar de esto y del hecho de que se
formó un colegio especial de caballeros romanos para hacerse cargo del culto de los
dioses de Tusculum, especialmente el de los Dioscuros, los ciudadanos residentes en
Tusculum no fueron ni numerosos ni hombres especialmente distinguidos. Las villas
vecinas adquirieron de hecho mayor importancia que la ciudad misma, debido al
difícil acceso a esta última. Hacia la etapa final de la República, y más todavía
durante el periodo imperial, el territorio de Tusculum fue uno de los lugares de
residencia preferidos por los romanos acaudalados. Entre ellos se encontraba
Cicerón que en 45 a. C. escribió una serie de libros en su villa de Tusculum, las
Tusculanae Quaestiones.

Una de las últimas evidencias arqueológicos de la Tusculum romana es una tabla de


bronce del año 406 en honor del cónsul Anicio Probo y su hermana Anicia. Desde el
siglo V al X no hay menciones históricas sobre Tusculum. En el siglo X surgen a la
luz de la historia los Condes de Túsculo, una importante familia en la historia
medieval de Roma.

El número y la amplitud de los restos arqueológicos de Tusculum casi desafían


cualquier descripción, y solamente pueden ser descritos con claridad a través de un
mapa. Ya en la época de Cicerón había dieciocho propietarios de villas en Tusculum.
La mayor parte de su territorio, incluida la villa de Cicerón, contaba con
suministro de agua a través del acueducto conocido como Aqua Crabra, pero no la
ciudad propiamente dicha, que se encontraba en una posición demasiado elevada. En
la colina de Túscolo se conservan los restos de un pequeño teatro, excavado en
1839.

Alta Edad Media

Madonna del Tuscolo


En la Alta Edad Media había tres iglesias en Tusculum, la de San Salvador y Santa
Trinidad in civitate, y la de Santo Tomás en la acrópolis. El monasterio griego de
Santa Ágata estaba situado al pie de la colina Túscolo, en la milla XV de la Vía
Latina, la antigua Statio Roboraria. Fue erigido en 370 por el monje Juan de
Capadocia para albergar una reliquia de su maestro San Basilio de Cesarea, también
conocido como San Basilio el Grande, que le había entregado el monje Gregorio
Nacianceno. En este monasterio griego murió San Nilo el Joven el 27 de diciembre de
1005.

Los Condes de Tusculum (o Túsculo)


Desde el siglo X al siglo XII la historia de Tusculum se confunde con la de los
Condes de Tusculum (o Túsculo). Esta familia tuvo sus orígenes en Teofilacto I,
Conde de Túsculo (muerto en 924), y en su hija Marozia (892 - 932), que se casó con
Alberico I de Spoleto (muerto en 917), duque y marqués de Spoleto y Camerino,
vencedor en 915 en la batalla del río Garigliano contra el ejército sarraceno.
Muchas veces se hace referencia a esta familia como los "Teofilactos", patronímico
derivado de su patriarca, o con el toponímico de "Tusculano", así tenemos que el
nombre secular del papa Juan XII es "Octaviano de Tusculano" o " de Túsculo".

Los Condes de Túsculo se convirtieron en los árbitros de los asuntos políticos y


religiosos en Roma; una posición que mantuvieron durante un largo período. Fueron
probizantinos y enemigos del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Muchos
Papas del periodo comprendido entre el año 914 y el 1049 fueron miembros de esta
familia. La particular fórmula creada por los Condes de Túsculo fue una solución al
problema de la relación entre el poder civil y religioso en Roma; los Condes
subordinaron sus propias necesidades a las del Papado. Los Condes de Túsculo
llegaron a tener en aquella época a dos miembros de su familia como Papa y como
jefe civil de Roma.

Se recuerda a Gregorio I de Túsculo como uno de los más grandes Condes debido a que
reconstruyó la fortaleza de la colina Túscolo, dio como presente el Criptaferrata a
San Nilo el Joven, y encabezó en 1001 la rebelión del pueblo romano contra el
emperador Otón III.

Después de 1049 el Papado de los Condes de Túsculo declinó, ya que la particular


fórmula de la familia-Papado quedó obsoleta. Posteriores sucesos desde 1062
confirmaron el cambio en la política de los Condes de Túsculo, que se convirtieron
en aliados del emperador contra la comuna de Roma.

Los huéspedes notables de Tusculum


Tusculum tuvo en este periodo huéspedes muy importantes, entre los que se cuentan
Enrique III, Sacro Emperador Romano, y su esposa, la emperatriz Inés, en 1046, Luis
VII de Francia y su esposa Leonor de Aquitania en 1049, Federico Barbarroja y el
Papa inglés Adriano IV en 1155.

La guerra con la comuna romana


En 1167 el ejército de la comuna romana atacó Tusculum en la conocida como batalla
de Monte Porzio, en el campo de Prataporci, pero fue derrotada por el ejército de
los aliados del emperador, dirigido por Christian I, Arzobispo de Mainz. En el
verano de 1167 una plaga diezmó el ejército del emperador y Federico I Barbarroja
regresó a Alemania.

En 1183 cuando el ejército de la comuna romana volvió a atacar Tusculum, el


emperador Federico Barbarroja envió un nuevo contingente de tropas para su defensa.

La cruz del Túscolo


La destrucción de Tusculum
El ejército de la comuna romana destruyó la ciudad el 17 de abril de 1191, con la
aprobación del Papa Celestino III y la autorización, obtenida por el pueblo romano,
de Enrique VI, Sacro Emperador Romano, hijo de Federico Barbarroja.

Roger de Hoveden escribió «lapis supra lapidem non remansit», y, de hecho, los
soldados de la comuna se llevaron a Roma las piedras de las murallas de Tusculuum
como botín de guerra.

El retrato de la Madonna del Tuscolo situado actualmente en un pequeño aedicule en


la colina Túscolo es una reproducción en cerámica de un icono original de Tusculum,
que hoy se halla en la abadía de Santa María en Grottaferrata.

Desde la destrucción hasta la actualidad


El saqueo de Tusculum
Después de su destrucción, Tusculum se convirtió en una zona de bosque y tierra de
pasto, siendo los edificios destruidos de Tusculum utilizados como cantera por los
habitantes de las ciudades vecinas de los montes Albanos.

La dispersión de los habitantes de Tusculum


A partir de 1167 los habitantes de Tusculum comenzaron a trasladarse a pequeñas
aldeas vecinas (Locus) como Monte Porzio Catone o Grottaferrata, aunque la mayor
parte de los tusculanos se establecieron en Frascati. El día de su destrucción la
ciudad de Tusculum, de hecho, estaba desierta. Se encontraba en ella solamente un
pequeño grupo de tropas de defensa.

En una excavación en 1999 se encontraron evidencias arqueológicas de sepulturas,


desde 1191, en el área al sur de la ciudad, entre ésta y la Vía Latina, en el lugar
que hoy ocupan las ruinas de una iglesia medieval del siglo XIII.

El redescubrimiento y las excavaciones arqueológicas de Tusculum


En 1806 Luciano Bonaparte inició la primera campaña de excavaciones arqueológicas
en la cima de la colina Túscolo. En 1825 Cristina de Borbón, mujer de Carlos Félix
de Cerdeña, contrató al arqueólogo Luigi Biondi para encontrar el emplazamiento de
la antigua ciudad de Tusculum. En 1839 y 1840 el arquitecto y arqueólogo Luigi
Canina, por encargo de la misma familia real, excavó el área del teatro de
Tusculum. Las antiguas obras de arte desenterradas fueron enviadas al castillo de
Aglié de los Duques de Saboya en el Piamonte.

En 1890 Thomas Ashby, un experto en topografía de monumentos antiguos, llegó a Roma


como director de la British School. Estudió los monumentos de Tusculum e informó de
los resultados en la obra La Campiña romana en la época clásica (The Roman Campagna
in Classical Times) publicada en Londres en 1927.

En 1955 y 1956 el arqueólogo Maurizio Borda excavó una necrópolis de urnas. Desde
1994 a 1999 las últimas campañas de excavaciones del arqueólogo Xavier Dupré, de la
Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma, han ayudado a comprender mejor
la historia de esta antigua ciudad latina.

La cruz
Actualmente en la cima de la colina Túscolo se halla un altar y una cruz de hierro
de 19 metros de altura. En el altar se encuentra una losa de mármol con la
siguiente inscripción en latín:

La losa de mármol.

HIC UBI DIIS GENTIUM EXTITERE DELUBRA


CRUX CHRISTI REFULGET
QUAM PERENNANDAE MEMORIAE SAECULI XIX A REPARATA SALUTE
ET ANNI L AB INITIO SACERDOTIO MICHAELIS LEGA CARD EPISC
OPTIMATES CLERUS POPULUSQUE TUSCULI ET DIOECESEOS
ERIGENDAM CURARUNT A.D. MCMXXXIV A FR XII
PIO XI PONT. MAX - VICTORIO EMM. III REGE - BENITO MUSSOLINI DUX -
ALDOBRANDINIO PRINCIPE PATRONO

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