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EL CINE: EN LA MODERNIDAD Y POSMODERNIDAD

“Todo lo solidó se desvanece en el cine”

“La post-modernidad, el neoliberalismo, prometieron la libertad,


pero lanzaron a las personas al peor de los esclavismos: la soledad.”
Etzel Báez

El cine es entendido como una forma de plasmar expeditamente realidades,


épocas, fantasías y sentimientos, así mismo plantea nuevas perspectivas de
movimiento al representar historias y acontecimientos de manera secuencial y
dentro de un margen de coherencia. El cine no representa lo moderno como
muchas de las evoluciones industriales que se han desarrollado a lo largo de la
historia, es una técnica y un mecanismo para entender los cambios del tiempo y
espacio por medio de imágenes.

El desarrollo de esta forma de representación artística a través de imágenes que


plasman momentos, lugares, sentimientos y una muestra de la estética y de la
industria, logran plasmar las transformaciones de un momento y los valores de
una sociedad. El cine plantea una forma de ver el mundo a través de un relato o
una historia, evidenciar épocas, momentos que pasaron o que pasaran y que
buscan como señalaba Baudelaire, una permanencia en lo efímero.

La muestra de modernidad plasmada en el cine tiene que ver y esta ligada


íntimamente con los desarrollos tecnológicos creando ambientes visuales del
futuro y ambientes surrealistas. Por otro lado, plasma la idea de contemplar un
mundo globalizado en donde todas las personas poseen grandes cantidades de
dinero y gracias a esto viven felices, sin detenerse en el análisis de lo efímero que
esto puede resultar.

En la aspiración de que otro mundo es posible, en las muestras de cine


sobresalen países como Estados Unidos y algunos países Europeos. La
transformación del arte moderno al posmoderno, genera un cambio en la forma de
ver y sentir el mundo por el artista, una forma ya no universal de plasmar
sentimientos sino una forma práctica y subjetiva.

En gran parte del cine posmoderno, las imágenes reflejan un panorama de


destrucción, son efímeras; representaciones de guerras, inundaciones y
catástrofes tanto naturales como políticas y tecnológicas cada vez más abundan
en la pantalla gigante, son el reflejo de los miedos propios de una cultura que se
destruye cada día y teme ser destruida, ficciones que tienen una verdad oculta.
El capitalismo ha influenciado en gran parte si no en su totalidad la industria del
cine. Es interesante ver las producciones que se realizan en países del tercer
mundo con bajo presupuesto, en donde las historias narradas forman parte de
una cultura que no es conocida y solo puede vivenciarse en lugares específicos,
por sujetos reales que como menciona Mignolo es una experiencia y una visión
del otro lado de lo que comúnmente se esta acostumbrado a ver. Se muestra el
sometimiento en el que aún después de siglos de colonialismo permanecen
latentes las formas de intervención y colonización por parte de las grandes
potencias, ahora transformadas en grandes corporaciones que explotan territorios
y se llevan por delante culturas nativas, valores y memoria.

Es la cultura del Cine, es el arte, lo que permanece en el continuo movimiento, en


lo efímero, en el cambio de épocas y así mismo de valores, la forma mas clara de
volver a un pasado que ha sido olvidado y arrasado por el continuo movimiento, el
Cine es una representación simbólica que marca que clarifica que da nuevos
elementos para repensar, que así como se han perdido grandes cosas, también
hay cosas que debemos recuperar.

En este sentido, el cine es una clara oportunidad para dar a conocer a través de
imágenes y hechos, historias y sufrimientos que viven los diversos sujetos y
movimientos sociales, hay infinidad de películas que muestran claramente los
fenómenos políticos y sociales con respecto al racismo, el género y el
sometimiento cultural en diferentes épocas, que pueden salir del imaginario
mediático para convertirse en claras realidades y romper con el silencio.

Por otro lado, el séptimo arte ha tenido algunas transformaciones negativas en el


sentido que se ha convertido en un instrumento del mercado y para el mercado,
desvirtuando el ser humano usándolo como objetos de consumo, desligando la
relación espacio temporal y convirtiendo la experiencia visual en un espacio vació,
efímero, distante e inmediato, en donde la relación frente a la otredad se convierte
en toda una incertidumbre.

El cine permite que las fronteras se hagan cada vez más cortas en cuanto a la
manera de reconocer que existen otras culturas diferentes a las nuestras o por lo
menos las que popularmente reconocemos. El desarrollo y acceso a las
tecnologías de la información ha permitido trasladarse a otros lugares sin
necesidad de tomar un avión. En este sentido el aprovechamiento del cine y la
televisión nos abre el espacio y la posibilidad para converger en otras culturas,
otros lugares; es posible formar una idea acerca de una cultura a través de las
imágenes y simbologías plasmadas en un filme, en allí en donde la relación de
espacio y tiempo es fundamental.
El cine como instrumento de reconocimiento e identidad

Cuando se realiza un filme relatando una historia sea de un país o un


acontecimiento, se convierte en un factor principal la manera de hacerlo, como
hacer que los demás lo vean de la forma que se quiere mostrar. En este sentido,
puede tener dos miradas que pueden ser recreadas de manera positiva o
negativa, dejando en el espectador algunas percepciones que pueden tergiversar
la realidad que quiere ser presentada.

En el caso Colombiano la mayoría de filmes que se producen en el país tratan


sobre temas como el narcotráfico, guerrillas, drogas, secuestros, etc., que aunque
dichas cuestiones forman parte de una cruda realidad en la que se encuentra
inmerso el país hace más de 50 años y que debe ser contadas, existen y han
existido diferentes maneras de retratarlas. En ese sentido, la producción de este
tipo de films puede generar alguna posición en particular por parte del espectador.

Es necesario abrir las puertas del conflicto sociopolítico Colombiano frente al


mundo, el cine es un instrumento para lograrlo. No para alimentar el morbo y la
imagen negativa de una sociedad que asume los látigos y el peso de un conflicto
que no le corresponde, descubrir los matices de la cultura propia es el reto de
todo aquel que haga y disfrute el cine. Recuerdo en particular la cita de Mignole
en el texto “un paradigma otro” en el cual mencionaba la visión de Cristóbal Colón
al “descubrir” América como análisis histórico y por otro lado la visión de los indios
en el momento de la ocupación de los españoles, no es fuente de interés.

Entonces cómo lograr una identidad propia sin esquemas paternalistas de otros
países, cómo lograr identificar los valores y así crear una cultura propia.
Considero que esto tendrá lugar en el momento en que cada sujeto mire a su
alrededor y se analice que existen otras culturas no menos importantes que la
suya y que el sujeto se construye permanentemente reconociéndose frente la
otredad.

Así mismo, destruyendo ese imaginario colectivo de estado nación que se


encuentra fragmentado y lleno de vacíos. Retomar la historia contada por los
nuestros como punto de partida para reconocernos y reconstruirnos. Romper las
cadenas que han atado nuestros pueblos y llenado de sangre nuestros ríos.

Para finalizar, hay que ver y producir cine que muestre y transmita la identidad de
la mayoría, no de unos pocos, hay que plasmar no solo guerras y violencia,
también el lado humano de las personas que sufren y temen cada día despertar a
causa de las políticas en contra de los derechos de la mayoría, hay que dejar lo
efímero y comenzar a construir desde todos los lugares lo sólido de la sociedad
que merecemos, no la que nos imponen.
No solo el cine es el instrumento que puede evidenciar que cada sociedad y cada
cultura tienen un pasado y un presente, el cine y el arte en general debe ponerse
a disposición de las mayorías para el desarrollo y la memoria de todas las
culturas, evitando que todo lo que no se muestra se desvanezca en el aire.

Bibliografía

HARVEY, David. La Condición De La Posmodernidad: Investigación sobre los


orígenes del cambio. Librería Paidos.

DE SOUSA SANTOS, B. De La mano de Alicia: lo social y lo político en la


posmodernidad. Siglo del Hombre Editores, Bogotá.

MIGNOLO, Walter D. Historias locales. Diseños globales. Editorial, Akal, Madrid.

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