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Cinema Utoppia: más preguntas que respuestas

El argumento de la obra es conocido: un grupo de solitarios del Chile de los años 40’ asiste a una
película sobre el futuro de los años 80’. Performado en códigos estéticos ajenos a ellos, los
espectadores del Teatro Valencia quedan absolutamente conmovidos ante la utopía presentada:
sujetos decadentes son absorbidos por su presente que no les ofrece oportunidad alguna de
salvación. El 18 de junio de 1985, luego del estreno de Cinema Utoppia (1985), un cronista
anónimo de El Mercurio publicaba la nota titulada “Entusiasmo en Estreno De Obra de Griffero”.
En ella le preguntaba a Vicente Ruiz por las impresiones que dejó en él la obra, a lo que el actor
y coreógrafo chileno responde invitando a la gente a asistir a las próximas funciones debido a que
“aquí empieza una nueva etapa del teatro chileno. De aquí se abre el futuro” (párr. 7). Hoy, a más
de treinta años de su estreno, resulta fácil coincidir con las palabras del célebre performista chileno
al tiempo que se abre un interesante juego sobre las mismas bases de la obra: ¿cómo pensar la
actualidad imaginando ser el argumento de una película exhibida en los años 80’? o ir más allá y
pensar en ¿cómo sería presenciar un filme sobre el año 2050? Sin lugar a dudas, este “asistir al
futuro” se eleva como una herramienta altamente productiva en una época donde se avecina (o
se busca producir) un cambio que rompa con la estructura política imperante: para algunos
jóvenes ochenteros, la dictadura; para mi generación, ¿el capitalismo depredador? Lo cierto es
que Griffero reproduce un mensaje que se irradia hacia múltiples puntos: si los chilenos de los
años 40’ hubieran vislumbrado el futuro que se avecinaba, ¿habrían hecho más por evitar el Golpe?

A partir del hecho de que en el Teatro Valencia el reloj está en mal estado se hace posible especular
acerca de la apertura que esto genera en el esquema de la obra. Si asistimos a una sala donde el
tiempo no se percibe de forma tradicional, los clásicos patrones serán deformados por este factor.
De esta manera me permito el juego de concebir a El Trolley como un posible reflejo del Teatro
Valencia (juego que se hace más plausible si recordamos que Griffero escribe Cinema Utoppia
pensando en el escenario de El Trolley como espacio escénico). Por un lado, está aquel espacio en
decadencia, repleto de “almas en pena cuando podrían haber sido almas en alegría” (13), ánimas
que aún esperan su hora para “llorar y clamar justicia” (6). Un cine que agrupa sujetos
extremadamente solitarios y tan diversos como el señor que comparte día y noche con su conejo
o el Acomodador que configura su realidad en base al contenido de las películas que él mismo
pasa (su lema es “la pantalla es como mi alma” (5)). Por el otro lado (el real), hay “un espacio
escénico ubicado entre burdeles y la cárcel y que tiene vida propia gracias los seguidores del
vanguardismo y la experimentación” (párr. 1)1. Un espacio al que asiste una juventud que bulle
en deseos de generar algo nuevo al tiempo que el derrumbe de su utopía se palpa en todas estas
nuevas expresiones. Cinema Utoppia, El Trolley y el mismo Teatro Fin de Siglo recogen este sentir

1
Palabras de Ramón Griffero tomadas de la crónica “Entusiasmo en Estreno de Obra de Griffero” (18 de
junio de 1985, El Mercurio). Corresponde al mismo artículo que cita a Vicente Ruiz y cuyo autor no ha sido
posible identificar.
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y buscan, a la manera de una bengala, arrojar luz sobre un futuro en el que la estabilidad pasó a
ser un bien extinto, donde tan solo unos segundos de claridad podrían marcar las pautas
necesarias para la sobrevivencia.

Como todo lo que rodea a este espacio, hablar sobre el grupo que frecuentó El Trolley nunca será
algo exacto. Fundado por jóvenes retornados y por lo tanto conocedores en primera persona de
lo que ocurría en países como Inglaterra, Francia y Bélgica, El Trolley se propuso rearticular las
expresiones culturales escindidas por la dictadura. Al igual que La Movida madrileña, un sector de
la izquierda fue laxando su discurso: los ponchos y demás motivos andinos fueron archivándose
como cosas de viejos mientras que la ropa sintética y la música en inglés se posicionaba como un
arma de lucha. La prensa de la época lo recuerda sobre todo como un local destinado a la juventud.
Un lugar al que asistían -según consigna Revista Hoy en 1986- “jóvenes de Las Condes y Pudahuel,
que buscan ahí un espacio propio"2. El mismo Griffero, afirmaba en Revista Caras (2003), que El
Trolley permitió que “la gente, reprimida durante muchos años, por fin había encontrado un canal
de expresión” (párr. 9). En este sentido, cobran valor las definiciones aportadas por John Clarke,
Stuart Hall, Tony Jefferson y Brian Roberts en “Subculturas, culturas y clase” (1975), las cuales
nos permiten comprender a estos jóvenes como pertenecientes a una subcultura (entendida como
“subconjuntos: estructuras más pequeñas, localizadas y diferenciadas, dentro de una u otra de
las redes culturales más amplias” (66)) que encarna los valores de la contracultura. La cual se
entiende como un fenómeno principalmente de clase media, difuso e individualizado, menos
centrado en el grupo, el cual se distingue “por su intento de explorar «instituciones alternativas»
a las centrales de la cultura dominante: nuevos patrones de vida, de vida familiar, de trabajo y
hasta rechazo a las carreras profesionales” (122 – 123). Por lo mismo, esta “juventud de clase
media [que] tiende a construir enclaves en los intersticios de la cultura dominante” (123) elevará
a El Trolley como espacio de congregación donde asistirán diversos sebastianes que piensan si
“antes tenía utopías, ilusiones que me parecen ridículas, pero si lo que existe también me parece
ridículo, en el fondo están todos bien, soy yo el que sobro” (17). Reflexión que deja la invitación
abierta a organizar el exitoso “Baile de los que sobran”.

Ahora, si esta subcultura que frecuentó El Trolley encarnó los valores de la contracultura, si todos
estos jóvenes involucrados en Cinema Utoppia, los cuales -como aprecia María Eugenia Meza en
su artículo para Revista Paula (23 de julio de 1985)- “despliegan enorme talento y esfuerzos en
aras de algo que realmente les compromete” (párr. 2), fue porque claramente no estaban
conformes con su entorno. Pienso en la actualidad y sigo viendo una lucha similar a la que libraron
estos jóvenes, sólo que se complejiza todo cada vez más: contra la figura de la izquierda machista,
contra la apropiación cultural, contra el capitalismo, contra la derecha, contra la oligarquía. Lista
interminable pero que pocas veces logra encontrar un “junto a”. Pienso también en la dificultad
que carga este vivir en democracia repleto de injusticias legalizadas: ¿cómo hacer Cinema Utoppia

2
La cita es tomada del blog “urbatorium.blogspot.com” del reconocido cronista Criss Salazar.
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en la actualidad? ¿cómo hablar en dictadura sobre DD.DD.? Recuerdo también la novela Nancy
(2015) de Bruno Lloret la cual se propone un ejercicio similar al de Griffero: pensar la adultez de
una adolescente nacida en el 2000. Así, Lloret presenta un futuro que se configura como uno
canceroso y repleto de cuerpos parasitarios que habitan espacios/cuerpos hasta su extinción: el
resultado es una novela plagada de cruces. Pero la gran diferencia estriba en que la novela de
Lloret no viene acompañada de un Trolley que enlace su contenido con la realidad. Imagino a
Griffero escribiendo los potentes diálogos de Arturo, preguntándose en cómo no caer en el
pesimismo que ilustra ese “afuera no hay nada más que hacer, se nos fue el momento, a mí por
lo menos, y para andar lamentándose por las calles es mejor aquí” (7). Si bien nunca podré
conocer las últimas intenciones de la obra, sí distingo estas imágenes-bengalas que hablan desde
un pesimismo que arroja sus últimas esperanzas en el futuro: me sigue asombrando lo fuerte del
nombre. Teatro Fin de Siglo.

Siempre toda generación guardará algún tipo de rencor para con la generación de sus
progenitores. Justamente, esa cuasi ley social es la que explota el dramaturgo chileno. Si el joven
Griffero de los años 80’ se cuestionaba acerca del papel que jugaron sus mayores fue porque los
comprende a la vez que intenta hacer algo nuevo. Aquellos jóvenes masticaron largamente la
pregunta por cómo atrapar lo imposible. Arturo, el mayor, el de los años 40’, tiene conciencia de
que “habría que destruir tanto, acabar con todo lo que nos mantiene acá, sepultar a los que nos
han mentido y no nos han dejado vivir, pero para esto hay que ganarles y eso es imposible” (12).
Hoy nosotros estamos en una posición similar, solo que a falta de una unidad que nos permita -
tal y como sugiere la carta que le llega a Sebastián- condenar el presente y dibujar el futuro,
muchas veces nos la pasamos peleando sobre cómo ponernos de acuerdo. En suma, quizás una
parte de la solución esté en comprender a nuestros padres y lo que les tocó vivir. Comprensión
que debe estar anclada en un pensamiento crítico, la cual nos permita transformar ese rencor
(rencor que se activa cada vez que vemos cómo los mayores ostentan un poder que destruye el
mundo) en lástima. Ver en ellos a los jóvenes solitarios y sufrientes que asisten al Teatro Valencia
y sólo así soñar una representación donde el quitarse la vida en la periferia de Paris pueda generar
un cambio en la resistencia.

Obras citadas
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Clarke, John; Hall, Stuart; Jefferson, Tony y Roberts, Brian. “Subculturas, culturas y clase”.
Rituales de resistencia: subculturas juveniles en la Gran Bretaña de postguerra. Eds.
Stuart Hall y Tony Jefferson. Madrid: Traficantes de Sueños, 2014. 61 – 143.

Griffero, Ramón. Cinema Utoppia. Buenos Aires: CELCIT, 2004.

Jurado, María Cristina. “Ramón Griffero: Veinte años y un día”. Revista Caras [Santiago de Chile]
9 May. 2003: 166 – 168.

Lloret, Bruno. Nancy. Santiago: Cuneta, 2015.

Meza, María Eugenia. “Las utopías de Griffero”. Revista Paula [Santiago de Chile] 23 Jul. 1985: 9.

s.a. “Entusiasmo en Estreno De Obra de Griffero”. El Mercurio [Santiago de Chile] 18 Jun. 1985:
s.p.

Salazar, Criss. “El legendario teatro y centro de eventos ‘El Trolley”. Urbatorium.blogspot.com
[Chile] 2 Oct. 2019: s.p. Recuperado de: https://urbatorium.blogspot.com/2019/10/el-
legendario-teatro-y-centro-de.html.

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