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Algunas de las empresas tecnológicas más importantes del mundo se han unido en la
iniciativa “Information Overload Research Group” para estudiar el problema del exceso
de información. En la iniciativa están Microsoft, Intel o Google, que sufren en sus
propias carnes la bajada de productividad de sus trabajadores debido a la abundancia
de llamadas o correos electrónicos. Se calcula que un trabajador chequea su correo
electrónico 50 veces durante su jornada laboral, además de ir otras 70 a la mensajería
instantánea. Estas distracciones cuestan sólo en los Estados Unidos 650 mil millones de
dólares al año. Por Raúl Morales.
Este esfuerzo, llamado “Information Overload Research Group”, viene del hecho
constatable estadísticamente de que las mismas herramientas tecnológicas que han
propiciado un aumento de la productividad llevan a una baja productividad si se usan
profusamente.
Según informa el New York Times, la propia Intel y otras empresas están ya
experimentando con algunas soluciones. Unidades creadas específicamente animan a
los trabajadores a chequear su correo electrónico con menos frecuencia o a mandar
mensajes de grupo con más juicio.
Iniciativa de Google
Google introdujo hace poco lo que han llamado “E-Mail Addict”, una opción para el
servicio de correo electrónico de la empresa que permite a los empleados “coartarse”
a ellos mismos de consultar su bandeja de entrada sólo cada 15 minutos.
A Michael Davidson, el ingeniero que tuvo esta idea, se le ocurrió después de hablar
con sus amigos sobre su constante tentación de chequear sus mensajes de correo
electrónico. En definitiva, es una herramienta que dice al trabajador que no tiene
autodisciplina y le ofrece la posibilidad de cerrar su correo durante un rato.
Las empresas tecnológicas se han tenido que unir para “matar” un monstruo que ellos
mismos han creado. Un trabajador tipo de una empresa del sector de las tecnologías
de la información comprueba su correo electrónico unas 50 veces a lo largo de su
jornada laboral, además usa la mensajería instantánea 70, según datos de la empresa
Rescue Time, especializada en el análisis de nuestros hábitos frente al ordenador.
RescueTime, que ha sacado sus datos estudiando el software en las computadoras de
40.000 personas, también ha descubierto que los trabajadores se detienen en 40 sites
a lo largo del día.
Esta fractura en la atención de los trabajadores tiene un coste. Según datos de Basex,
sólo en los Estados Unidos, las interrupciones innecesarias cuestan a las empresas 650
mil millones de dólares al año. Esta empresa afirma que la mayor parte de esas
pérdidas proviene del tiempo que el trabajador usa en recuperar la atención y volver a
su tarea después de cada interrupción.
Lo curioso de todo esto es que las propias empresas que han creado el problema se
están dando cuenta de que hay negocio en ayudar a la gente en reducir su “glotonería”
digital. Grandes corporaciones de todo el mundo están buscando soluciones para
mantener a sus trabajadores alejados de estas distracciones.
Apnea e-mail
Durante esos periodos, se colocaba unas tarjeras en los cubículos de los trabajadores
que decían “Tiempo de descanso”. Pasadas unas semanas, los empleados consideraron
el sistema demasiado restrictivo. Las tarjeras fueron retiradas y los trabajadores
empezaron a usar el correo electrónico, pero con más juicio y siendo más cuidadosos
con sus hábitos. Otros, sin embargo, siguieron con el régimen más estricto.
En una encuesta llevada a cabo entre los participantes, tres cuartas partes de éstos
consideraron que esta iniciativa debería extenderse al resto de la empresa.
Intel esperaba mucho menos de este experimento, en el que lo que ha quedado claro
es que cuando la gente no es interrumpida, se pueden sentar después de descansar y
seguir diseñando chips.
En el otro experimento, llamado “Viernes sin e-mail”, la finalidad era animar a los
empleados a que los viernes se comunicaran más cara a cara. La idea gustó, pero se
siguió usando el correo electrónico porque se consideraba esencial. El 30% de los
trabajadores aprobaron la iniciativa y otro 60% recomendó extenderlo al resto de la
empresa, pero con modificaciones.