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1.

CARL MENGER

En 1867 Menger comenzó un estudio de economía política que terminó en 1871 con la
publicación de su Principios de Economía Política convirtiéndose así en el padre de la
escuela austríaca de pensamiento económico. En su tiempo Principios fue generalmente
inadvertido, aunque con el tiempo fue adquiriendo importancia. En 1872 Menger entró en
la facultad de derecho en la Universidad de Viena, y pasó los siguientes años enseñado
finanzas y política económica en seminarios y conferencias a un número creciente de
estudiantes. En 1873 ocupó la cátedra de teoría económica con una edad muy joven, 33
años. En 1876 Menger comenzó a dar clase de economía política y estadística al
archiduque Rodolfo de la Casa de Austria, príncipe de Austria. Durante dos años Menger
acompañó al príncipe en sus viajes, primero por la Europa continental y luego por las
islas británicas. Se cree que también ayudó al príncipe en la composición de un escrito,
publicado anónimamente en 1878, que era muy crítico con la aristocracia austríaca. Su
asociación con el príncipe duraría hasta el suicidio de Rodolfo en Mayerling en 1889.

2. LOS PRINCIPIOS

El objetivo principal de su obra más importante, Principios de economía política, es, como
el propio Menger afirma en el prólogo, explicar los fenómenos económicos,
especialmente los intereses, los salarios y los ingresos, desde la perspectiva aplicable a
todos los negocios. En este libro, el autor describe cómo las personas, a partir del
conocimiento de los recursos disponibles, tratan de obtener los mayores beneficios
posibles (define la capacidad de artículos para satisfacer las necesidades de las
personas). Por tanto, el bien tiene valor cuando las personas, actuando racionalmente, se
dan cuenta de que la satisfacción de una de sus necesidades depende de su capacidad
para controlar ese bien.

Según Menger, los "bienes económicos" se definen como aquellos cuya demanda es
mayor que la oferta disponible. Los "bienes no económicos", por el contrario, son aquellos
cuya oferta supera las necesidades. En este punto, el autor enfatiza los principios
liberales (que ya fueron expuestos por Locke), enfatizando que la función principal de la
autoridad es proteger los derechos de propiedad de los bienes económicos. Los precios
de los bienes económicos se obtienen de acuerdo a la utilidad que éstos brindan en el
consumo (económicamente de acuerdo a la utilidad marginal presentada por este bien).
Los artículos no económicos como el aire -dice Menger- no tienen valor, aunque pueden

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ser útiles. Por lo tanto, no es el trabajo contenido en un bien particular lo que le da valor
(como decían Ricardo y Marx), ni es su valor intrínseco. Aquí el autor presenta "costo de
oportunidad", una de sus contribuciones más interesantes. Para ilustrar este punto,
Menger señaló que el valor de un producto en particular corresponde a "satisfacer
necesidades que serían omitidas si el producto no estuviera disponible" (que es la
definición de "costo de oportunidad"). El autor asumió que la gente sabe cómo satisfacer
pedidos y les da números de índice. Así creó el "principio del equimargen", que establece
que los individuos consumen de manera que la satisfacción con cada bien es igual en los
márgenes. Es una decisión que se le ocurre a toda persona cuando comprende la
naturaleza económica de los bienes. El análisis marginalista de Menger se convertiría en
un pilar del pensamiento económico del siglo XX.

2.1. TEORIA DE VALOR DE USO

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico II (Escuela Austriaca) veremos
cómo su fundador, Carl Menger, realiza su aportación más extraordinaria: la teoría del
valor. Esta teoría de la utilidad marginal decreciente se debe a Menger y William Stanley
Jevons y Leon Walras porque cada uno la presentó de forma independiente, cada uno
escribiendo en un idioma diferente. La teoría de la utilidad marginal refutó las teorías del
valor basadas en el trabajo. Pero hubo diferencias entre estos autores.

Es particularmente interesante notar que Menger enfatiza la naturaleza "subjetiva" del


valor. Esta característica tiene implicaciones profundas que a menudo son ignoradas por
los economistas que tratan de resolver problemas a través del análisis de costo-beneficio
cuando tanto los costos como los beneficios son subjetivos y están ocultos. es imposible
comparar estos por intercambios, e incluso entonces, solo podemos decir que aquellos
que intercambiaron lo hicieron porque sus juicios subjetivos eran diferentes, pero no
podemos decir cuántos.

En economía, el valor es un concepto diferente para cada una de las teorías diferentes,
denominadas teorías del valor, que han tratado de definirlo y medirlo durante la historia
económica. Es una escala con la que se pueden medir los bienes económicos diferentes
comparando su utilidad. La diferencia entre el valor útil o de uso total y el valor de cambio,
o precio de mercado, nos permite separar los dos conceptos (valor y precio).

La teoría del valor del trabajo dice que el valor de un bien o servicio depende
directamente de la cantidad de trabajo que contiene. Típico de la economía política
clásica y de la escuela marxista, también se le llama teoría sustantiva del valor. Propone

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que el valor es la cantidad necesaria para la producción social de un bien económico (es
decir, que tiene un valor de uso) en un determinado nivel de desarrollo tecnológico. Los
precios de estas escuelas se derivan del valor, por lo que siempre se mueven en
pequeñas fluctuaciones a su alrededor. Además, en la economía clásica, con respecto al
valor de cambio, al costo de producción se le suma el costo de oportunidad, es decir la
cantidad de ganancia potencial que se pierde al tomar la decisión de producir ambos
bienes. Una alternativa a eso es la teoría del valor como el costo de producción.

Por lo tanto, la teoría neoclásica asume que los precios no tienen que estar cerca de los
costos de producción. Algunos economistas, como Carl Menger, también de la escuela
austriaca, argumentaron que el valor de los factores no es cada contribución individual al
producto final; más bien, su valor es el valor que afectó más recientemente al producto
final (el beneficio marginal antes de alcanzar el punto óptimo de Pareto)

Para Menger el valor de un bien existe cuando una persona se da cuenta de que la
satisfacción de una necesidad depende de la capacidad para disponer del bien. Tanto los
bienes económicos y no económicos tienen utilidad, ya que la utilidad es la capacidad de
algo para satisfacer necesidades humanas pero el valor de uso solo es exclusivo de
los bienes económicos porque presupone escasez.

EJEMPLO:

Establecimiento subjetivo, en orden de grado, de aquellos bienes que necesita para


satisfacer sus necesidades. Necesidad de los bienes de primer orden (comida), si no
surgen la necesidad de bienes de primer orden, tampoco surgirá la demanda de bienes
de orden superior (viajes, esparcimiento, educación) (dependen)

La cantidad de un bien de primer orden necesario para la satisfacción de una necesidad


concreta dentro de un periodo dado de tiempo, está determinada por la necesidad y en
esta encuentra su medida. Se pueden prever los bienes para satisfacer una necesidad
futura, aunque se carezca de la información suficiente o esta sea deficiente debido a la
incertidumbre constante de las situaciones variables e imprevistas en el tiempo. SI LAS
NECESIDADES ORDEN SUPERIOR ESTÁN SATISFECHAS NO HAY NECESIDAD DE
SATISFACERLAS CON BIEN DE ORDEN SUPERIOR (no me puedo comer un carro).

Pero si esta necesidad no está cubierta del todo o en parte por bienes de primer orden,
surge respecto de ese periodo una necesidad de órdenes superiores; esta última
necesidad se mide en definitiva por nuestra necesidad de bienes de primer orden

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atendiendo el nivel de la técnica en las distintas y correspondientes ramas de la
producción.

Nunca surge la necesidad de un bien de orden superior aisladamente, sólo cuando está
cubierta la necesidad de un bien de primer orden, nacerá la necesidad cuantitativamente
adecuada de los bienes complementarios de orden superior.

Zapatos: producir 10 mil y sólo tener material para 5 mil

La necesidad latente, relativa 10 mil

Necesidad real :5 mil

2.2. EL VALOR DEL MERCADO

El valor de mercado es el valor que un producto (bien o servicio) tiene como consecuencia
de la aplicación de la ley de la oferta y la demanda, es decir, lo que normalmente pagaría
un comprador por ese producto en condiciones normales de mercado.

El valor de mercado es el monto neto que el oferente podría razonablemente esperar por
el bien o servicio en la fecha de valuación en caso de comercialización adecuada y
suponiendo que al menos un comprador tiene potencial financiero y está debidamente
informado sobre las características del producto, y que tanto la oferta como la demanda
operan libremente y con objetivos específicos. El costeo utiliza el valor de mercado para
determinar el costo total de los productos individuales, en este caso se utilizan los
métodos de valor de mercado en el punto de separación y el método del valor realizable
neto, se utilizan dos métodos. valor de mercado para asignar costos conjuntos a
productos individuales. El análisis de negocios en cualquier área geográfica requiere
datos lo más precisos posibles y correspondientes a la realidad, de los cuales se pueden
extraer conclusiones correctas para la toma de decisiones. En este sentido, los esfuerzos
realizados a nivel nacional y supranacional durante las últimas décadas hacen que
estemos en una situación aceptable, donde el espacio regional es el más escaso y por
tanto el más necesitado de profundidad. niveles comparables que permiten análisis
similares y facilitan estudios comparativos.

La primera causa de la distinta capacidad de venta de las mercancías se halla en la


circunstancia de que unas veces es mayor y otra menor el círculo de personas que
pueden adquirirlas y de que los puntos de concentración de los interesados en la

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formación del precio de dichas mercancías están organizados en unos lugares mejor o
peor que en otros» (p. 312).

«Hay mercancías que tienen prácticamente la misma capacidad de venta en manos de


cualquier agente económico. Las pepitas de oro que un sucio trotamundos ha adquirido
en las arenas del Aranyo tienen en sus manos la misma capacidad de venta que en las
del propietario de una mina de oro, con la única condición de que acierte a encontrar el
mercado adecuado a su mercancía.

» En cambio, las mercancías expuestas a fuertes oscilaciones de precio solo pueden


circular con facilidad si se las vende “por debajo del precio”, porque todas las personas
que se mantienen alejadas de la especulación quieren asegurarse contra las pérdidas»

2.3. LIQUIDEZ DE LAS MERCANCIAS

En los inicios del comercio, el economista se dio cuenta, aunque muy gradualmente, de
las ventajas económicas que se obtenían del uso de los intercambios disponibles. Las
metas de este hombre, según la sencillez de toda cultura primitiva, se dirigen
principalmente a lo que está a su alcance.

Y sólo en este aspecto entra en su negocio el valor de uso de los bienes que adquiere. En
tales circunstancias, cada persona trata de intercambiar sólo aquellos productos que
necesita directamente y rechaza aquellos que no necesita o de los que ya tiene
suficiente. Está claro que, en estas situaciones, el número de acuerdos comerciales
efectivamente concluidos está dentro de límites muy estrechos.

Consideremos con qué poca frecuencia nos encontramos con una mercancía que es
propiedad de cierta persona y que tiene menos valor en uso que otra mercancía
propiedad de otra persona, dándose para esta última la situación inversa. ¡Mucho más
extraño aun es el caso en el cual estos dos individuos se encuentran! Pensemos, en
realidad, en las peculiares dificultades que obstaculizan el trueque inmediato de
productos en esos casos, en los que la oferta y la demanda cuantitativamente no
coinciden: en los cuales, por ejemplo, una mercancía indivisible debe ser intercambiada
por una variedad de productos que son posesión de diferentes personas o por
mercancías tales que sólo se las demanda en determinadas oportunidades y que
únicamente pueden ser suministradas por ciertas personas. Incluso en el caso
relativamente simple y a menudo recurrente en el que una unidad económica

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A requiere una mercancía que posee B y B necesita una que posee C mientras que C
quiere una que es propiedad de A, aun aquí, conforme a una regla de simple trueque, el
intercambio de los bienes en cuestión, como regla general y por necesidad, no se
realizaría. Estas dificultades se habrían convertido en obstáculos insuperables para el
progreso del comercio, y al mismo tiempo para la producción de bienes que no
requirieran una venta regular, si no se hubiese hallado una solución en la naturaleza
misma de las cosas, es decir, los diferentes grados de liquidez de los productos. La
diferencia que existe en este sentido entre los artículos de comercio tiene enorme
importancia para la teoría del dinero y del mercado en general. Y el no haber tomado en
cuenta adecuadamente este hecho para explicar los fenómenos del comercio no sólo
constituye una brecha lamentable en nuestra ciencia sino también una de las causas
esenciales del estado de retraso de la teoría monetaria.

La teoría del dinero necesariamente presupone la existencia de una teoría de liquidez de


los bienes. Si logramos aprehender esto podremos entender cómo la suprema liquidez
del dinero es sólo un caso especial -que únicamente presenta una diferencia de matiz- de
un fenómeno genérico de la vida económica, es decir, la diferencia en la liquidez de las
mercancías en general

Para ejemplificar esta idea Menger plantea una situación en donde una mercancía
indivisible debe ser intercambiada por una variedad de productos que están posesión de
diferentes personas., Y debido a esta situación, el intercambio de los bienes en cuestión,
como regla general y por necesidad, no se realizaría debido al incapacidad para repartir
dicho bien entre las partes. Y estas dificultades se habrían convertido en obstáculos
insuperables para el progreso del comercio, y al mismo tiempo para la producción de
bienes que no requirieran una venta regular, si no se hubiese hallado una solución en la
naturaleza misma de las cosas, es decir, los diferentes grados de liquidez de los
productos

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