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Mons.

Fasolino dio finalmente su asentimiento y por bula papal del 10 de abril


de 1961 (“Cum venerabilis”) se dispone la erección canónica de la Diócesis de Rafaela
Ese año se crean otras 10 diócesis: Avellaneda, San Martín, San Francisco, San Rafael,
Goya, Concordia, Añatuya, Orán, Rio Gallegos, Neuquén.
Queda conformada la Diócesis de Rafaela de 38.000 Km2 con 171.000
habitantes. El 12 de junio de 1961 se designa a Mons. Vicente Zazpe como
primer Obispo; el 3 de setiembre es ordenado y el 12 de octubre asume como
Obispo de Rafaela.

 Realidad previa a la creación de la Diócesis y al Concilio


- Diócesis de Rafaela: nacida bajo la luz y el impulso del Concilio Vaticano II
- Estilos, prácticas, modos anteriores al Concilio (ejemplos):
o Iglesia: “Sociedad de los fieles cristianos cuya cabeza es el Papa”
o Realidad del clero: en varias regiones de lo que entonces abarcaba la
Diócesis de Santa Fe había muy poco contacto con el Arzobispo (tanto
por parte de los sacerdotes como del laicado). Los párrocos tenían un
cargo casi vitalicio. Los sacerdotes vivían bastante solos y aislados, no
había costumbre de muchas reuniones y, en general, había poca dirección
espiritual.
o Realidad de los religiosos: generalmente estaban al frente de colegios; no
se integraban en la vida parroquial (salvo excepciones para alguna
colaboración específica, por ejemplo, la catequesis)
o Laicos más comprometidos: integraban la “Comisión de Iglesia”
(formada fundamentalmente por varones con actividades de carácter
económico); integrantes de la Acción Católica (ramas de mujeres,
hombres y jóvenes mujeres y varones, por separado); comprendida como
el “brazo secular del clero”. Otras mujeres integraban las cofradías en
devoción al Sagrado Corazón, a la Virgen del Carmen, al Santísimo
Sacramento (aquí se sumaban algunos varones también).

 Realidad que comienza a ponerse en marcha


- De la mano de Mons Zazpe y a partir de la reforma Conciliar (de la cuál
participó activamente) se pusieron en marcha diversas acciones y estructuras
pastorales:
o Encuentros parroquiales y regionales (basados en el método Ver-Juzgar-
Actuar) que buscaban la promoción integral del laico y ayudaba a los
fieles a tomar conciencia de la realidad de la Iglesia y del mundo. En este
proceso se incorporó gente sencilla de los campos (especialmente a
través de la creación del Movimiento Rural Católico; un desprendimiento
de la rama rural de la Acción Católica; se orientaba a despertar la
conciencia de la necesidad de la ayuda y la evangelización de la zona
norte de la Diócesis)
o Se crea la Junta Diocesana de Religiosos: se los busca integrar
progresivamente a la vida de la Iglesia particular; ad-intra de las
comunidades religiosas también existían varios planteos de renovación
despertados por el Concilio: empezaban a pensarse no sólo en su
comunidad religiosa, sino también dentro de la vida de la Diócesis.
o Se crea la Junta Diocesana de Laicos (que incluye también a religiosos):
son espacios que ayudan laico a sentirse parte y protagonista en la vida
de la Iglesia. También se crea la Junta Diocesana de Religiosos
o En enero de 1962 Mons. Zazpe designa el primer “Cuerpo de
Consultores” (que realizan la función del actual “Consejo Presbiteral”)
o Se pone en marcha la primera Asamblea Diocesana que quiere comenzar
a ordenar la vida pastoral de la Diócesis; germen de la idea de pastoral
orgánica. Participan presbíteros, religiosos, laicos integrantes de los
equipos de liturgia, de los grupos de caridad (FAC), de los movimientos
como AC, MFC y Movimiento Rural Católico.
o Renovación litúrgica: se incorporan las reformas conciliares, se
incorpora el guión, cantos adecuados para cada parte de la Misa se
promueve la participación de los fieles.
o Renovación en la catequesis: comienza a tomarse conciencia de que la fe
nace y se desarrolla en la familia (no se hablaba todavía de catequesis
familiar pero sí de la participación de los padres en la catequesis). Se
comprende dentro del marco de la promoción laical (ellos son
responsables de la fe de sus hijos).
o Caridad: Antiguamente llamada Fraterna Ayuda Cristiana (FAC) (luego,
a partir de julio de 1963, recibirá el nombre de Cáritas) se pone en
marcha con el ideal de la participación de todos en la ayuda al hermano
(al hermano pobre que es Cristo). Sin embargo todavía apunta sólo a la
asistencia social inmediata.
- Muchas de las reformas y propuestas pastorales no fueron consideradas del todo
por una parte del clero mayor (algunas eran resistencias sin mucho fundamento;
otras, porque se creía ver algunos excesos en el modo de llevar adelante las
reformas). Otros mayores hacían lo que podían en medio de esta gran transición.
Entre los sacerdotes más jóvenes había despertado mucha esperanza (quizás
demasiado optimismo). Aparecían indicios de tensión entre posturas pre y post
conciliares. Esta realidad se daba también al interior de las comunidades
religiosas y entre los laicos: entre ellos empezaba a surgir un gran grupo
emprendedor, reformista, dispuesto al cambio de buena manera; pero empezaban
también a incubarse algunas posturas más extremas.
- En 3/8/1968: Nombrado Arzobispo Coadjutor con derecho a sucesión del Card.
Nicolás Fasolino en Arquidiócesis de Santa Fe
- 18/10/1968: Publica su Carta Pastoral de despedida de la Diócesis de Rafaela.
“La misión del Obispo, por ser signo y sacramento de la Paternidad de Dios, es fundar
una familia; afianzarla; dilatarla; hacerla acogedora. Sus recursos para lograrlo son: la
Palabra de Dios, los sacramentos y la acción misteriosa del Espíritu Santo. Sus
colaboradores: los sacerdotes, los religiosos, todos los bautizados; el lugar: un trozo de
tierra santafesina; el tiempo: nuestro mundo de hoy; la meta: la casa del Padre
Celestial”1.
“La Diócesis se consolidará, no por sus edificios o sus obras materiales, sino en la
medida en que sea una comunidad de personas que, uniéndose en la fe y en el amor,
trabajen juntos, amándose entre sí y sirviendo a los demás”2.
Frase de Mons. Idelso Ré (La Opinión 1994): “Aprendió entre nosotros a ser Obispo;
nosotros aprendimos de él a ser Iglesia”3
- 16/3/1969: En la Iglesia Catedral de Rafaela se ordena al nuevo Obispo Mons.
Antonio Alfredo Brasca.
1
“Vicente Zazpe, el corazón de un pastor”- Jorge Montini y Marcelo Zerva, Editorial San Pablo, Bs. As.
2000, pág. 91.
2
Ib. pág. 93.
3
Ib. pág. 95.
Nivel eclesial
- La renovación conciliar se vio complicada por la situación política y social de
nuestro país. No sólo entre los laicos se daba un contexto de pérdida de
identidad sino también “en muchos sacerdotes, que incluía la crítica a la vida
celibataria, a la disciplina eclesiástica, junto con la idea de que la plenitud del
ministerio podía adquirirse en la lucha por la justicia y la construcción de un
sociedad nueva” (la llamada “liberación social”).
- Así como existieron países “no alineados” también se dieron casos de sacerdotes
que por un lado no querían abandonar el ministerio ni la fe y por otro querían
realizar su misión mediante el compromiso con los oprimidos al margen de la
acción pastoral y la jerarquía de la Iglesia.
- El drama que vivía la Iglesia y en especial los obispos, era el desgarramiento
sufrido por la participación activa de cristianos tanto en la guerrilla
revolucionaria como en los golpes de estado

Realidad diocesana
Al poco tiempo de asumir como Obispo diocesano, Mons. Brasca realiza
importantes cambios en la distribución del clero teniendo en cuenta determinados
criterios:
 Promoción de las zonas subdesarrolladas de la Diócesis en su aspecto social
y religioso.
 Descentralización de funciones en virtud de la diversidad diocesanas en su
aspecto humano y demográfico.
 Exigencias de los diversos aspectos de la Pastoral ambiental y para mayor
contacto con las bases4.

La crisis en la identidad sacerdotal desata una crisis vocacional (el seminario de Santa
Fe termina cerrándose). Los seminaristas diocesanos eran escasos al igual que lo fueron
las ordenaciones sacerdotales en esta década.
Respecto de la vida religiosa los desafíos también son grandes
“Se observan esfuerzos y preocupación por integraren la vida de la Diócesis y por una
auténtica renovación interior según el Espíritu y las orientaciones de la Iglesia, sufren
los conflictos propios que provoca el cambio. Se notan síntomas de desgastes y
frustraciones personales. Sin embargo no se han producido deserciones cuantiosas.
Tienen incertidumbre por su propio futuro dada la escasez casi total de vocaciones. Se
notan tensiones en las mismas Comunidades, sobretodo en las más jóvenes” – Mons
Brasca

Entre los laicos también se dan cambios: desaparecen algunos organismos laicales
(Junta Diocesana de Apostolado Seglar; Consejos Diocesanos de las cuatro ramas de la
Acción Católica; Comisión Diocesana del MFC; el Movimiento Estudiantil Secundario
(MEC). Se mantienen otros organismos: como el Movimiento Rural Católico; Junta
Diocesana de Catequesis; Comisión Diocesana de Cáritas; Equipo Diocesano de
Misiones Rurales; Comisión Diocesana de Vocaciones.
- Causas internas de estos cambios (expresadas en el mismo informe quinquenal que la
Diócesis presenta a la Santa Sede):

4
Comunicado sin fecha – Archivo del Obispado de Rafaela
o Cambio del Obispo diocesano, quien había organizado y dado impulso a
varias de estas áreas, provoca un sensible desconcierto e incertidumbre
en el futuro diocesano (no obstante muchos miembros de estas
instituciones retoman el ritmo de trabajo)
o Algunos cambios en las asesorías y traslados acentúan el clima de
incertidumbre y provocan un principio de malestar, por interpretarse
como cambio de línea pastoral.
- Causas externas:
o El éxodo paulatino de un gran sector de la juventud hacia actividades de
tipo político, como consecuencia de una nueva concepción del
compromiso de fe.
Se reconoce que hay gran dificultad para crear organismos de promoción y coordinación
a nivel diocesano, si bien se han hecho experiencias e intentos
- Medidas pastorales:
o Concientización y participación de laicos y religiosos en algunos
ministerios eclesiales que traten de hacer visible a la Iglesia en los
lugares más apartados.
o Formación de un Equipo de Reflexión Pastoral
Compuesto por representantes del presbiterio, de la Junta de Religiosas, de la
Catequesis, Liturgia, Obras de barrios, Educacion, Movimiento Rural y Juventud.
o Se ponen en marcha distintas experiencias pastorales
 Ministros laicos de la Palabra y los Sacramentos
 Catequesis de las madres
Catequesis de los niños que tomarán su primera comunión, cuya preparación mínima es
de dos años, realizada por las madres de esos mismos niños. Los catequistas
parroquiales preparan a las mamás y controlan periódicamente los resultados
 Comisiones administrativas
Este nuevo sistema suprime el pago de aranceles por los servicios cultuales que brindan
las parroquias haciendo desaparecer la acusación de “negociar los sacramentos”;
libremente las familias aportan cada mes o cada año una cantidad de dinero que ellas
mismas estipulan.
 Preparación de adultos para la administración de los sacramentos
Preparación para cursos pre-matrimoniales; para padres y padrinos de bautismo, entre
otros.
 Participación de los cristianos en el culto
Es cada vez mayor, a través de lectores de la Palabra, respuestas de la comunidad,
canto, gestos, ofrenda
 Revalorización de la religiosidad popular
Se retomaron elementos de la pastoral tradicional que se habían dejado de lado, como
Misiones Populares, Visitas de la Virgen. Todo con un contenido más acore con las
directivas conciliares
 Nueva conciencia social de los cristianos:
En casi todas las parroquias nacieron centros de servicio a favor de los más necesitados:
Cáritas, dispensarios, comedores infantiles
 Otras experiencias: experiencias scouts, celebraciones semanales
de la Misa con homilía compartida; liturgia eucarística para
niños; visita de laicos a enfermos preparando la visita del
sacerdote, centros de evangelización en casa de familia,
seminarios catequísticos ambulantes.

- Repercusión dispar de las propuestas


En el sector social y económicamente más privilegiado los servicios pastorales
aparentan ser muy satisfactorios, a juzgar por la concentración de sacerdotes, religiosas
y colegios confesionales; sin embargo son fuertemente tradicionales; responden a una
pastoral de conservación que no es pensada desde y para el pueblo (…). En cambio el
sector más sufrido, menos estructurado, muestra una actividad pastoral más rica, más
creativa, en la cual son más palpables los frutos del Concilio, de Medellín o de San
Miguel” – cita del mismo informe quinquenal.

Mons. Brasca enfrentó con esperanza un momento traumático lleno de ambigüedades,


contradicciones y conflictos en la vida de la Iglesia y en el mundo. Conservó un estilo
de continuo diálogo y reflexión, abriéndose a las diversas perspectivas. Con su carácter
sencillo, fresco y alegre, aún en acontecimientos de gran envergadura... mantenía gestos
de delicada atención a los detalles de la vida diocesana. Su enfermedad dejó
prácticamente sin conducción a la Diócesis a lo largo de un año. Murió el 26 de junio de
1976.

Después de la muerte de Mons. Antonio Brasca el Papa Pablo VI nombró


Administrador Apostólico a Mons. Vicente Zazpe, quien desempeñó tal función desde
el 26 de junio de 1976 hasta el 19 de marzo de 1977, cuando asumió Mons. Casaretto
como nuevo Obispo de Rafaela.

Mons Casaretto: “Frente a esta situación la tarea fundamental a la que me he consagrado


en estos dos años ha sido la de intentar una revaloración de ‘lo esencial’ tanto en la vida
sacerdotal como en la religiosa como en la laical. Debo manifestar con alegría que
encontré buen eco y ayuda en casi todos los miembros del Pueblo de Dios”

Para llevar adelante esta “revalorización de lo esencial”, las principales acciones


pastorales fueron:
- Revaloración de la oración. Sustentar en ella toda la actividad diocesana. Como
hecho fundamental se impulsó la instalación del monasterio benedictino
- Fijación de los objetivos prioritario en la acción pastoral: familia, juventud,
religiosidad popular.
- Reafirmación de los valores fundamentales de la vida sacerdotal por medio de
jornadas de estudio de P.O.
- Reafirmación de los valores fundamentales de la vida religiosa (mediante
encuentro periódicos de religiosas)
- Insistencia en fomentar las instituciones laicales dando prioridad a los aspectos
de formación espiritual y doctrinal
- Consolidación de las estructuras diocesanas y parroquiales, especialmente en lo
administrativo, en la catequesis y en la liturgia.
- Intentos de evangelización masiva a través de dos campañas: la cruzada de la
oración en familia y la celebración del año mariano diocesano.
Las actividades surgen de reuniones con el Consejo Presbiteral (única estructura
diocesana de consulta) y del aporte de algunos laicos
TERCER PERÍODO: Década del ‘80

Realidad diocesana
El proceso iniciado por Mons Casaretto va dando sus frutos: “la respuesta del Pueblo de
Dios es positiva. No existen grandes tensiones o situaciones de conflicto. Hay, en
general, un clima de paz y de trabajo”. Además de esto:
- Se da un fuerte impulso a jornadas multitudinarias de jóvenes que dan una
respuesta muy positiva, aunque no del todo orgánica y con un camino más
sistemático.
- Además de la instalación del monasterio benedictino, llegan a la Diócesis nuevas
congregaciones religiosas.
- Hay un creciente interés por parte de algunos grupos de laicos de vivir más
intensamente la misión apostólica. Toman impulso nuevamente los movimientos
laicales (MFC, Cursillo de Cristiandad).

También aparecen límites dentro de este proceso:


- Hay una necesidad de reordenar los organismos operativos de la programación
relativa a la evangelización. Para ello:
o Los sacerdotes de las 4 Vicarías de entonces de la Diócesis (Norte,
Centro, Ciudad Sede, y Sur) tienen reuniones periódicas (cada mes y
medio para tratar temas que hacen al trabajo pastoral y para llevar sus
inquietudes al Consejo Presbiteral.
o Se hace obligatorio que las parroquias cuenten con un Consejo
Parroquial de Pastoral, compuesto por laicos representantes de
movimientos apostólicos o áreas pastorales.
o Se realiza un intento de reflexión conjunta y de dar mayor organicidad a
la acción pastoral diocesana a través de una Asamblea que convocó a un
grupo de sacerdotes y delegados laicos de las parroquias. A partir de ella
se elaboró el llamado “documento azul”. Fue un intento que no llegó a
plasmarse en herramientas prácticas y que no llegó todavía a articular del
todo una conexión con la realidad de las bases del Pueblo de Dios, con el
resto de los agentes de pastoral y del presbiterio.

El 19 de marzo de1983, Mons. Casaretto fue nombrado Obispo Coadjutor de


San Isidro por el Papa Juan Pablo II, cargo que asumió el 15 de mayo del mismo año.
Mons. Idelso Ré asume como administrador diocesano hasta la llegada de Mons. Héctor
Romero (hasta entonces auxiliar de la Diócesis de Lomas de Zamora) quien toma
posesión el 25 de marzo de 1984.
En esta segunda mitad de la década del ’80 el movimiento juvenil y vocacional
que experimenta la diócesis comienza a dar sus frutos: se va haciendo cada vez más
visible la renovación del clero, con la incorporación de nuevos ordenados. Se vive
también una honda fraternidad sacerdotal (en este período ya no hay problemas
relacionados con posturas políticas o ideológicas).
Sigue en aumento también la participación de los laicos en la tarea
evangelizadora de los Movimientos (los más fuertes en este momento son: la Acción
Católica de Mujeres, el Movimiento Familiar Cristiano –en la Diócesis desde 1979-, los
Cursillos de Cristiandad –tiene presencia en la Diócesis desde 1983-, el Movimiento
Juvenil Diocesano estructurado sobre el modelo de la Juventud de la Acción Católica) y
en la catequesis familiar (que, paulatinamente, va llegando a la mayoría de las
parroquias). Se agrega, como servicio diocesano, Encuentro con Cristo, que llega a la
Diócesis en 1987.
Además de la formación propia de los grupos y movimientos, existe un Instituto
de Teología para laicos y tres Escuelas de Ministerios.
La mayoría de los sacerdotes (con gran colaboración de parte de las religiosas)
dedican parte de su tiempo a los movimientos diocesanos y actividades formativas para
laicos
En 1986 se conmemoran los 25 años de la Diócesis: para la ocasión se buscó dar
impulso a la Pastoral de Conjunto, realizándose la Asamblea del Pueblo de Dios. Tuvo
tres etapas: en las parroquias, en los decanatos y en el mencionado encuentro a nivel
diocesano. En este proceso se intentó descubrir cuáles eran las necesidades pastorales
básicas. Se hicieron 3 opciones: por la familia, por la pastoral social, para la formación
de agentes de evangelización. En base a ellas se intentó constituir un programa básico
de trabajo
Por ejemplo, al asumir como prioridad la opción por la familia se ponen en
funcionamiento iniciativas como la catequesis familiar, encuentros conyugales,
asesoramiento en el método Billings, atención e integración apostólica de mujeres
separadas, familias transitorias para niños en etapa de pre-adopción. Sin embargo se
reconoce que a estas iniciativas les falta “extensión”.

En la mayoría de las parroquias está constituido el Consejo de Pastoral


Parroquial. La organización pastoral suele funcionar mejor en las ciudades y sectores
rurales más poblados (es más difícil, en cambio, en lo sectores rurales poco poblados).

Realidad Diocesana
o La Diócesis está dividida en cinco decanatos, cada uno de los cuales está
presidido por un presbítero elegido por el resto de los presbíteros del
decanato (se aspira a que existan nuevas instancias intermedias entre
parroquias y Diócesis que dinamicen la pastoral orgánica)
o La distribución del clero se hace conforme a criterios de dinamismo
pastoral y exigencias propias de cada lugar. Sin embargo se privilegia
cada vez más la posibilidad de que los presbíteros no vivan solos.
- Nueva áreas y actividades pastorales se ponen en marcha o adquieren impulso:
o Se constituye el Equipo Diocesano de Infancia Misionera (para mediados
de los ’90 existen grupos en diez parroquias)
o Se comienzan a reorganizar las escuelas de agentes de pastoral, de
ministerios instituidos y del diaconado permanente.
o Área discernimiento: se realizan cursos de discernimiento vocacional una
vez por mes, de abril a diciembre. Se envía mensualmente a las
parroquias material de acompañamiento y dirección espiritual
o Al no haber una pastoral orgánica diocesana desarrollada algunas
comunidades intentan diversos caminos de renovación de la vida pastoral
de las parroquias: Nueva Imagen de Parroquia (NIP, iniciada años antes
por los Padres de San Cayetano en la pquia Sgdo Corazón de Jesús de
Rafaela); desarrollo de las Comunidades de Base (que en su primera
etapa experimentan un progresivo crecimiento.
o Movimiento Juvenil Diocesano queda organizado con la siguiente
estructura: Nivel Parroquial (Centro Juvenil: formado por los diversos
grupos juveniles de una parroquia); Nivel Zonal (Comisión
Coordinadora Zonal: formada por el conjunto de dirigentes de las
diversas parroquias de la zona: una chica y un chico por parroquia);
Nivel Diocesano (Consejo Juvenil Diocesano: formado por dirigentes de
las cinco zonas, una chica y un chico por zona).
o Cáritas Diocesana se organiza a partir de cinco grandes equipos
 Comisión Diocesana: anima y orienta la pastoral de caridad y
justicia, bajo la presidencia del Obispo, en estrecha colaboración
con las treinta Cáritas parroquiales y el resto de los “equipos de
trabajo” de Cáritas Diocesana.
 Equipo económico
 Equipo de animación y capacitación: concientiza a la comunidad
sobre el verdadero sentido de la caridad y la justicia.
 Equipo de medios de comunicación social
 Equipo “Hogar de Tránsito”: mantiene una casa donde se alojan
por algunos días los familiares sin recursos, de zonas alejadas,
con enfermos internados.
o La segunda mitad de la década está marcada por el trabajo de
preparación y celebración del Gran Jubileo. La programación pastoral de
la Diócesis siguió la propuesta del Santo Padre y estuvo jalonada por
distintas acciones que respondían a dicha propuesta: durante el trienio de
preparación se siguió un itinerario que fue desde lo parroquial hasta lo
diocesano, con objetivos, medios y acciones evangelizadoras a seguir;
promovidos por el Equipo Pastoral Diocesano Para el Tercer Milenio.
Esta experiencia que fue un antecedente importante para la puesta en
marcha de la pastoral orgánica diocesana en la próxima década.

o Hay disposición a la búsqueda de caminos para el trabajo orgánico y


distintas expresiones de comunión eclesial entre los varios sectores del
Pueblo de Dios. Los últimos años de Mons Romero, aquejado por la
enfermedad, generaron una cierta “desorganización pastoral”, con la lógica
dispersión de energías y recursos que no llegó a aprovechar la riqueza arriba
señalada. A ellos se agrega la dura crisis social y económica que, hacia fines
de los ’90, enfrenta el país, con sus directas consecuencias para la vida
eclesial

Mons. Romero muere el 23 de mayo de 1999. Mons. Idelso Ré asume como


administrador diocesano hasta el nombramiento y ordenación del nuevo Obispo: Mons.
Carlos María Franzini, el 19 de junio de 2000.

- Camino de pastoral orgánica:


o Se fue avanzando en un Plan Pastoral que fue disponiendo a la Diócesis ala
celebración de su 50º aniversario. Para el período 2001-2005 se asumió el
siguiente objetivo general:
“Afianzar el camino hecho de comunión y participación, solidaridad y misión, para ir
preparando la celebración de los 50 años de la Iglesia diocesana haciendo realidad el
Reino de Dios, en el servicio al hombre y a la familia”.
o El Consejo Diocesano de pastoral fue constituido en 2003 de manera
experimental, animando y acompañando el plan diocesano de pastoral.
Tiempo después se le dio forma jurídica y se aprobó el Estatuto que rige su
funcionamiento
Es presidido por el Obispo y coordinado por un Presbítero designado por el Obispo; lo
integran 18 personas, representantes de cada uno de los sectores del pueblo de Dios y de
las distintas áreas pastorales existentes en la Diócesis.

o En este camino, progresivamente se va logrando que los decanatos se


constituyan en instancias intermedia entre parroquias y diócesis, que
dinamicen la pastoral orgánica y permitan vínculos humanos y pastorales
más estrechos.
o 2005 (10 de octubre) Asamblea Diocesana. Objetivo general: “Consolidar el
encuentro de los bautizados con Jesús mediante una intensa vida sacramental
parta que seamos testigos y servidores suyos en las diferentes realidades de
la diócesis”. Objetivos específicos referidos a: crisis familiar, realidad
juvenil desafiante, vida cristiana poco vigorosa
o 2005 (agosto) Encuentro Diocesano de Jóvenes (Sunchales)
o 2007 Encuentro Diocesano de Familias: “Junto a Jesús, celebremos la alegría
de ser familia”
o 2008: Encuentro Diocesano de Jóvenes: “Recibirán la fuerza del Espíritu
Santo y serán mis testigos”
o 2009: Asamblea Diocesana: Objetivo General: “Afianzar el encuentro con
Jesucristo presente en la Palabra, en la Eucaristía y lo hermanos para celebrar
los 50 años de la Diócesis como discípulos misioneros en una Iglesia abierta
y solidaria”.

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