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Semana 14 - Tiempo, Disciplina de Trabajo y Capitalismo Industrial
Semana 14 - Tiempo, Disciplina de Trabajo y Capitalismo Industrial
Semana 14
Tiempo, disciplina de trabajo y capitalismo industrial
¿Cuál o cuales son las preguntas que orientan el trabajo de investigación y frente a
que interpretaciones acerca de los cambios en la percepción del tiempo se las plantea?
¿Hasta qué punto, y en qué formas, afectó los cambios en el sentido del tiempo a la
disciplina de trabajo, y hasta qué punto influyó en la percepción interior del tiempo de la gente
trabajadora?
Si la transición a la sociedad industrial madura supuso una severa reestructuración de los
hábitos de trabajo, ¿hasta qué punto está todo esto en relación con los cambios en la
representación interna del tiempo?
¿Que implicancias socio-culturales tuvo la difusión del uso de relojes desde el S XIV?
Desde el S. XIV en adelante se erigieron relojes en iglesias y lugares públicos. Durante el S.
XVII las iglesias tocaban las campanas al alba y al toque de queda. En los distritos textiles se
utilizaban los cuernos de las fábricas para despertar a la gente por la mañana.
En cuanto a relojes de bolsillo, por esa época eran todavía muy imprecisos pero su uso se
preferían por los adornos y la riqueza de su diseño a la mera funcionalidad.
HSG Práctico
Semana 14
Tiempo, disciplina de trabajo y capitalismo industrial
El registro del tiempo pertenecía a mediados del siglo a la gente acomodada, patronos,
agricultores y comerciantes; y es posible que la complejidad de los diseños y la preferencia por los
metales preciosos, fueran formas intencionadas de acentuar el simbolismo de estatus.
Había muchas maquinarias para medir el tiempo hacia 1800: el énfasis se iba trasladando de
“lujo” a la “conveniencia”. Se generalizó el uso de los relojes en el momento exacto en que la
Revolución Industrial exigía una mayor sincronización del trabajo.
Además, el reloj era el banco del pobre, una inversión de sus ahorros; en épocas malas
podía venderse o empeñarse.
¿Por qué sostiene el autor que el ciclo irregular de la semana de trabajo provocaba los
lamentos de los moralistas y mercantilistas del S XVII y XVIII? ¿Que relación se puede
establecer con el disciplinamiento del trabajo y la organización obrera?
La atención que se presta al tiempo en la labor depende en gran medida de la necesidad de
sincronización del trabajo. Pero mientras las industrias manufactureras se mantuvieron en una
escala doméstica o de pequeño taller, sin una intrincada subdivisión de la producción, el grado de
sincronización que se requería era leve, y prevalecía la orientación al quehacer.
Un mismo trabajador o grupo familiar tenían una multiplicidad de tareas subsidiarias en una
cabaña o taller. Incluso en talleres mayores, los hombres trabajaban en ocasiones en labores
distintas en sus propias bancas o telares, y podían permitirse cierta flexibilidad en las entradas y
salidas. Esta irregularidad general debe inscribirse en el ciclo irregular de la semana de trabajo
que provocaban tantos lamentos de moralistas y mercantilistas en los siglos XVII y XVIII.
En la norma de trabajo se alternaban las tandas de trabajo intenso con la ociosidad, donde
quiera que los hombres controlaran sus propias vidas con respecto a su trabajo.
También existía el San Lunes, de pocos oficios se dice que no hagan honor a San Lunes:
zapateros, alfareros, sastres, carboneros, trabajadores de imprenta, calceteros, cuchilleros, etc.
Parece ser que, de hecho, San Lunes era venerado casi universalmente dondequiera que
existieran industrias en pequeña escala, domésticas y a domicilio; se observaba generalmente en
las minas y alguna vez continuó en industrias fabriles y pesadas. Este ritmo de trabajo irregular se
asocia generalmente al abundante beber del fin de semana: San Lunes es uno de los blancos de
muchos tratados victorianos de abstinencia.
¿Cuáles son los diferentes discursos moralistas que tienden a la interiorización del
disciplinamiento de la fuerza de trabajo?
Mucho antes que el reloj de bolsillo estuviera al alcance del artesano, los puritanos ofrecían
su propio reloj moral interior a cada hombre.
Diversos discursos se dieron:
El hombre se hace rico cuando ha hecho uso de su tiempo.
El tiempo no perdura, sino que vuela rápido; pero lo que es perpetuo depende de él.
Que tus horas de sueño sean sólo tantas como exige tu salud; pues no se debe perder un
tiempo precioso con innecesaria inercia.