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En primer lugar, antes de iniciar a argumentar es necesario exponer las causales por las cuales
se realiza una reunión por derecho propio y que efectos tiene esta de acuerdo a lo
contemplado en la ley. Es importante recalcar que las reuniones por derecho propio
constituyen una excepción al régimen ordinario de reuniones. Estas son convocadas a la luz
del inciso 2 del artículo 422 del Código de Comercio, en el cual se estipula que si la asamblea
ordinaria no fuere convocada en las fechas señaladas en los estatutos “la asamblea se reunirá
por derecho propio el primer día hábil del mes de abril, a las 10 a.m., en las oficinas del
domicilio principal donde funcione la administración de la sociedad.” Esto puesto que, las
sociedades mercantiles deberán reunirse mínimo 1 vez al año para evaluar la situación de la
sociedad. De acuerdo con lo anterior, dado que Atenea no convocó oportunamente la
asamblea ordinaria, Diógenes se encontraba habilitado para convocar la asamblea por
derecho propio.
A continuación, es pertinente explicar los efectos que tiene ejecutar la asamblea por derecho
propio. Como se mencionó previamente, esta es una excepción al régimen ordinario por lo
cual se regirá por las condiciones dispuestas en el artículo 429 del Código de Comercio,
donde se establece que esta “decidirá válidamente con un número plural de socios cualquiera
sea la cantidad de acciones que esté representada.” De esta forma, no es relevante que
Diógenes cuente únicamente con el 40% de las acciones de Atenas, sus decisiones serán
válidas de acuerdo con lo establecido por la ley. Si bien la norma indica que debe haber un
número plural de socios, en el auto 801- 16006 del 25 de septiembre de 2013, la
Supersociedades expresó lo siguiente:
Una interpretación más congruente con el régimen de la SAS apuntaría a que las reuniones de
segunda convocatoria y por derecho propio pueden celebrarse con la presencia de un solo
accionista. En palabras de Reyes Villamizar, ‘es forzoso colegir que, a diferencia de como
ocurre bajo el precepto contenido en el artículo 429 del Código de Comercio, en estas
deliberaciones de segunda convocatoria no se requiere pluralidad, de modo que si sólo asiste
un accionista, deberá entenderse facultado para adoptar todas las decisiones que correspondan
(...). Esta conclusión surge inequívocamente del régimen general de la SAS y de las reglas
especiales sobre quórum y mayorías decisorias que (...) suprimen por completo cualquier
requisito de pluralidad para la adopción de determinaciones sociales. (Supersociedades, 2013)
Con base en el auto citado, se entiende que se elimina el requisito de pluralidad que exigía el
artículo 429 del Código de Comercio, por lo tanto las decisiones tomadas el pasado 3 abril en
la asamblea por derecho propio cuentan con plena legalidad.
Ahora bien, una de las decisiones tomadas en la reunión por derecho propio consistía
en la aprobación de la acción social de responsabilidad de la representante legal de
Atenas S.A.S, Atenea de Sarmiento, por infringir con sus deberes como
administradora. Antes de empezar a argumentar el porqué esta decisión no representa
un perjuicio para Platón, sino que más bien pone en “igualdad” de condiciones a los
accionistas de las sociedad, es necesario comprender que efectos y consecuencias
tiene la acción social de responsabilidad. Así, teniendo en cuenta el artículo 24 de la
ley 222 de 1995 “los administradores responderán solidaria e ilimitadamente por los
perjuicios que por dolo o culpa ocasionen a la sociedad, a los socios o terceros”.
Adicionalmente, el artículo 25 de la misma ley, señala que a causa de lo anterior, se le
activará, mediante decisión tomada en asamblea general o junta de socios, una acción
de responsabilidad al administrador que haya causado el(los) perjuicio(s). Esta acción
tiene como efecto inmediato la remoción del administrador.
Por lo anterior, la pregunta para la defensa de Platón es ¿cual de las partes es la que
realmente cometió un abuso de mayoría?. Con base en lo argumentado anteriormente,
y tomando en consideración la posición de la Superintendencia de Sociedades en la
sentencia de Capital Airports, la decisión de remover a Atenea fue a causa de un
patrón de conducta. El patrón de conducta consiste en comportamientos que pueden
llevar a cabo los socios, accionistas o administradores para perjudicar a las sociedad, a
los socios o a accionistas (Escobar, 2023). En este caso, el patrón de conducta de
Atenea consistía en (i) firmar contratos en pro de Platón; y (ii) la omisión de convocar
a reuniones ordinarias de asamblea. Por ello, fue que se tomó la decisión de remover
del cargo como administradora a la Sra. Atenea. De modo que, esta acción no debe
ser entendida como una búsqueda para perjudicar los intereses de Platón en las
sociedad, sino más bien como un mecanismo de defensa por parte de Diogenes en pro
de velar por sus intereses.
Por otro lado, para que se configure el abuso del derecho contemplado en el artículo
43 de la Ley 1258 de 2008, en el demandante recae la carga probatoria de demostrar 2
elementos: (i) Elemento objetivo: Que efectivamente se configuró un perjuicio para la
sociedad, para el otro accionista, o que el demandado consiguió una ventaja
injustificada para sí mismo o para un tercero y; (ii) Elemento subjetivo: Probar que
mediante sus acciones, el demandado tenía la intención de generar dichos perjuicios o
ventajas injustificadas. Es necesario que se configuren ambos elementos para que la
conducta sea abusiva, a falta de uno de estos no procederán las pretensiones
(Supersociedades, 2017).
Primero analizaremos el elemento objetivo. Dado que, por medio de las decisiones
tomadas el pasado 3 de abril, Diógenes resultó con un derecho de veto que le da la
potestad de bloquear las decisiones unilaterales por parte de Platón, es posible afirmar
que este último sufrió un perjuicio por estas decisiones. Esto debido que, si bien
Platón aún continúa con el mismo bloque de acciones que poseía antes (60%), el valor
de este bloque disminuyó notoriamente tras el derecho de veto en cabeza de Diógenes.
Lo anterior debido que previamente el bloque de acciones se valoraba no solo por el
valor de las acciones per se, sino que, además, se le agregaba la prima de control. Esta
se entiende como un valor agregado al precio de un bloque accionario dado que este
contiene una mayoría absoluta de los derechos de voto. En este caso, dado que el
bloque de acciones de Platón ya no cuenta con la mayoría absoluta de votos para
tomar decisiones unilaterales, la prima de control ya no se le agrega al precio de sus
acciones y este sufre un detrimento en el valor de las mismas, considerándose como
un perjuicio.
Repasando los hechos que antecedieron la reunión por derecho propio, se puede evidenciar
que en la sociedad Atenas S.A.S se estaba presentado el problema de agencia aludido
anteriormente en el que Platón tomó una serie de decisiones encaminadas a ejecutar una
estrategia de exclusión inducida que obligara a Diógenes a vender sus acciones a precio
irrisorio. Dicha situación se refleja en las siguientes decisiones: (i) la celebración de contratos
con una sociedad controlada por Platón y su familia para diluir los activos líquidos de la
empresa; (ii) la expulsión de Diógenes y sus familiares de los órganos de administración y
nombramiento de personas cercanas a Platón, quienes reciben salarios exorbitantes; (iii) la
aprobación innecesaria de emisión primaria de acciones; y (iv) la retención de utilidades sin
justificación alguna.
Ahora bien, cada decisión para la que se estableció mayoría especial en la reforma al artículo
22 de los estatutos de Atenas S.A.S responde a los actos abusivos como se verá a
continuación. (i) la mayoría especial para designar y celebrar contratos con terceros pretende
evitar que Platón siga contratando con familiares de forma unilateral; (ii) la mayoría
necesaria para nombrar o remover representantes legales y para modificar la política salarial
de la empresa busca corregir la decisión abusiva de Platón en la que ajustó la composición de
los órganos de administración para evitar que Diógenes participara en la toma de decisiones
de la empresa y ejerciera sus derechos políticos; (iii) la mayoría para distribuir utilidades a
través de acciones liberadas y la aprobación de la reglamentación de esta emisión pretende
evitar que el mayoritario continúe emitiendo nuevas acciones innecesarias con el propósito de
diluir la participación accionaria de Diógenes; y (iv) la mayoría requerida para retener
utilidades le posibilita a Diógenes acceder a su derecho de participar en las utilidades de la
empresa, derecho que ha sido negado por el accionista controlante de forma reiterada,
abusiva e injustificada.
En síntesis, las decisiones adoptadas en la reunión por derecho propio no tienen la finalidad
de causar daño a Platón. Por el contrario, se trata de determinaciones dirigidas a proteger la
posición de accionista minoritario que tiene Diógenes en Atenas S.A.S. e incluso garantizar el
funcionamiento correcto y ajustado al derecho de la compañía misma. Por las razones
mencionadas, la demanda interpuesta por Platón no está llamada a prosperar por no demostrar
el elemento subjetivo requerido para declarar el abuso del derecho de voto.
Bibliografía: