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LAS FALACIAS 1

María Ángela Miranda Rivas2

– Señora, ¡Usted le pegó a mi hijo!


– Sí, le pegué porque es un malcriado, me dijo gorda.
– ¡¿Y cree que con pegarle va a adelgazar?!

SUMARIO: 1. INTRODUCCIÓN. 2. ¿POR QUÉ ESTUDIAR LAS FALACIAS?. 3. FORMAS


DE RAZONAMIENTO. 3.1 Razonamiento deductivo: El Silogismo categórico. 3.1.1 Elementos
del silogismo; 3.1.2 Formas del Silogismo; 3.1.3 Modos válidos del Silogismo; 3.1.4 Clasificación
del Silogismo; 3.2 Razonamiento inductivo; 3.2.1 Definición; 3.2.2 Clases de razonamiento
inductivo; 3.3 Razonamiento abductivo. 4. FALACIAS, PARALOGISMOS Y SOFISMAS; 4.1
Definiciones; 4.2 Clasificaciones; 4.2.1 Según Irving Copi: falacias formales y no formales; 4.2.2
Según Manuel Atienza: falacias formales, materiales y dialécticas; 4.2.3 Según Rosalío López
Durán: falacias de homónimo, de procedimiento y retóricas; 4.2.4 Según Morris Cohen y Ernest
Nagel: falacias lógicas, refutaciones sofisticas y abusos del método científico. 5. CONCLUSIONES
Y RECOMENDACIONES; 5.1 Conclusiones; 5.2 Recomendaciones. 6. BIBLIOGRAFÍA.

1. INTRODUCCIÓN
Uno de los problemas presentes en la argumentación e interpretación
jurídica es que se hagan razonamientos equivocados y que pueden motivar a
conclusiones erróneas; tales equivocaciones pueden ser intencionales o no, y
por ello resulta importante estudiar aquellos problemas que motiven tales
errores, puesto que un razonamiento errado puede generar daños a veces
irreparables para los que someten su pleito ante el juez.
La hipótesis de esta investigación bibliográfica es que los riesgos de
incurrir en errores del razonamiento están siempre presentes y ellos pueden
motivar equivocadas argumentaciones e interpretaciones, y con ellas
cometerse injusticias, por lo que es importante su estudio para saberlas
identificar, prevenir, denunciar y corregir.
Se limita ésta al razonamiento común, con la idea de ayudarlo a
proyectar al razonamiento jurídico y especialmente al judicial. La
investigación será bibliográfica, con énfasis en la aplicación práctica.

1
Ensayo monográfico presentado el 10 de octubre de 2010, en el curso “Fundamentos de
las Resoluciones Judiciales II”, dictado por el Prof. Dr. Rodolfo Luis Vigo, en la Maestría
Judicial, del Consejo Nacional de la Judicatura y la Universidad de El Salvador.
2
Jueza Segundo de lo Mercantil de San Salvador. Licenciada en Ciencias Jurídicas y
Maestra Judicial de la Universidad de El Salvador.
El trabajo se ha dividido en cuatro apartados referidos al por qué
estudiar las falacias, las distintas formas del razonamiento: deductivo,
inductivo y abductivo; las falacias, paralogismos y sofismas, donde se hace
una definición de estos términos y se detallan las distintas clasificaciones que
los autores hacen de los mismos; para terminar con las conclusiones y
recomendaciones del trabajo.

2. ¿POR QUÉ ESTUDIAR LAS FALACIAS?


La decisión judicial debe ser justificada, pero no cualquier justificación
sino que se exige que el contenido de dicha decisión sea un buen argumento,
es decir, un argumento sólido3. Al respecto, BONORINO señala que el
argumento contenido en una sentencia judicial es sólido si el conjunto de sus
premisas (formado por las normas jurídicas generales utilizadas para resolver
el caso, más los enunciados fácticos que describen los hechos relevantes) son
aceptables, y si, además, su estructura es lógicamente correcta.
El estudiar las falacias no es perder el tiempo, hay una utilidad básica:
el familiarizarse con los razonamientos falaces y comprenderlos impedirá que
seamos engañados por ellos. El conocerlas impedirá al juez incurrir en ellas en
el menor grado posible; y determinar, en el análisis de propias y ajenas
resoluciones judiciales, en qué tipo de falacias se ha incurrido.
El razonamiento judicial no está exento de sucumbir a las falacias en la
redacción de las sentencias, ya que básicamente la profesión judicial se
desarrolla a través del uso del lenguaje verbal y escrito, dando lugar a
exigencias de claridad y precisión.
El juez debe comprender que una sentencia judicial no solo va dirigida a
las partes técnicas, sino, sobre todo a los justiciables que han planteado sus
conflictos ante los tribunales. Por ello, no se debe desatender de la lógica para
hacer razonamientos correctos que sean más fácilmente comprensibles; y que
además pueda hacer un análisis sobre la forma en que se redactan los
considerandos sobre los hechos, la prueba, y la cuestión de fondo debatida, al
momento de dar una sentencia.
Se debe generar un compromiso en la construcción de un discurso
judicial comprensible y comprometido con el conflicto y la decisión
satisfactoria de lo debatido.
Como indica Rosalío López Durán “conocer el pensamiento erróneo es
importante en el estudio del derecho, permite construir argumentos jurídicos
sólidos en las diversas áreas de aplicación que tiene el derecho”. Agrega que
3
BONORINO, Pablo Raúl, “Justificación de las sentencias penales. Una perspectiva lógica
conceptual”, p. 4.
conocer los sofismas y falacias tiene como consecuencias identificar su uso
en una argumentación, evitar el uso de falacias, y tomar conciencia que su uso
es un atajo intelectual y que el hacerlo implica que en realidad la
argumentación es pobre4.

3. FORMAS DE RAZONAMIENTO
Sabido es que desde El Órganon de Aristóteles, el estudio de la Lógica
distingue tres elementos, que son las formas elementales del pensamiento: El
concepto, el juicio y el razonamiento. Dentro de este último, se distinguen tres
formas de razonamiento: el deductivo, que parte de lo general a lo particular;
el inductivo, que parte de lo particular a lo general; y la abducción, que parte
de lo particular a conclusiones particulares.

3.1 Razonamiento deductivo: El Silogismo categórico


Dentro del razonamiento deductivo, destaca el silogismo, encontrando
que puede haber silogismos hipotéticos, alternativos, disyuntivos, mixtos5 y
categóricos.
Nos centraremos en el análisis de los silogismos categóricos porque de
estos se predica una relación de necesidad entre la consecuencia con las
premisas.

3.1.1 Elementos del silogismo


El silogismo se caracteriza por una Premisa Mayor (PM), una premisa
menor (pm) y una conclusión (c); siendo importante destacar que hay cuatro
formas de silogismo, dependiendo de la posición del Término Medio (M), ya
sea en el Sujeto (S) o en el Predicado (P) de la Premisa Mayor y de la premisa
menor. El Término Medio (M) permite hacer el engarce entre una y otra
premisa, para formular la inferencia que permite hacer la conclusión. Por eso
se predica del silogismo deductivo, relaciones de necesidad; la conclusión es
una consecuencia necesaria entre ambas premisas, a partir de la inferencia que
se formula por el Término Medio.

4
LÓPEZ DURÁN, Rosalío. “Metodología Jurídica”, p. 97 y 98.
5
COHEN, Morris y NAGEL, Ernest. “Introducción a la Lógica y al Método Científico”,
Tomo I, pp. 118-128.
3.1.2 Formas del Silogismo
En tal sentido, hay cuatro formas del Silogismo:

1ª figura 2ª figura 3ª figura 4ª figura


Premisa Mayor MP PM MP PM
Premisa menor SM SM MS MS
Conclusión SP SP SP SP

A estas cuatro formas de silogismo, también hay que agregar los TIPOS
DE JUICIO de cada una de las premisas y la conclusión. Así, los juicios se
clasifican en:

Juicios universales afirmativo, que se identifica con la A de Afirmo.


Juicios universales negativos, que se identifica con la E de nEgo.
Juicios particulares afirmativos, que se identifican con la I de afIrmo.
Y los Juicios particulares negativos que se identifican con a O de negO.

En tal sentido, si a las cuatro figuras posibles a las que puede pertenecer
un silogismo le agregamos la posibilidad de que tanto sus premisas como su
conclusión pueden corresponder a cualquiera de los cuatro tipos de
proposiciones categóricas (A, E, I, O), obtendremos el número total de modos
silogísticos que se pueden construir.
Como son tres las proposiciones categóricas involucradas en cada
silogismo (dos premisas y la conclusión) y cada una de ellas puede ser de
cualquiera de los cuatro tipos de proposiciones categóricas que existen,
tenemos que son 64 las combinaciones posibles (4x4x4= 64).
Si además tenemos en cuenta las cuatro figuras posibles que puede
asumir un silogismo, llegaremos a la conclusión de que existen 256 modos
silogísticos (64x4= 256).
De esos 256 silogismos posibles, solo 24 son argumentos válidos, 6
para cada una de las figuras6.

3.1.3 Modos válidos del Silogismo


Según BONORINO, los Lógicos medievales construyeron unos versos
empleando palabras nemotécnicas que permitían identificar los modos válidos:

6
BONORINO, Op. Cit., p. 68.
Primera figura Segunda figura Tercera figura Cuarta figura
AAA BARBARA EAE CESARE AAI DARAPTI AAI BRAMANPTI
EAE CELARENT AEE CAMESTRES IAI DISAMIS AEE CAMENES
AII DARII EIO FESTINO AII DATISI IAI DAMARIS
EIE FERIOQUE AOO BAROCO EAO FELAPTON EAO FESAPO
AAI BARBARI EAO CESARO OAO BOCARDO EIO FRESISON
EAO CELARONT AEO EIO FERISON AEO CAMENOP
CAMESTROP

COHEN y NAGEL7 sostienen que examinar cada una de las 256 formas
silogísticas sería una tarea abrumadora, y que tal procedimiento es
innecesario: se pueden eliminar las formas inválidas aplicando los axiomas o
teoremas.
Los TEOREMAS generales del silogismo según estos autores son
cuatro:
Teorema I: el número de términos distribuidos en la conclusión debe
ser menor por lo menos en una unidad al número total de términos distribuidos
en las premisas.
Teorema II: de dos premisas particulares no se desprende ninguna
conclusión.
Teorema III: si una premisa es particular la conclusión debe ser
particular.
Teorema IV: si la premisa mayor es una proposición particular
afirmativa y la menor una proposición universal negativa, no puede haber
conclusión.

De estos teoremas se extraen cuatro AXIOMAS:


Axioma 1: el término medio debe estar distribuido por lo menos una
vez en las premisas.
Axioma 2: el número de términos distribuidos en la conclusión no
pueden exceder el número total de los distribuidos en las premisas.
Axioma 3: si ambas premisas son negativas no se desprende de ellas
ninguna conclusión.
Axioma 4: si hay una premisa negativa la conclusión debe ser negativa.

7
COHEN y NAGEL. Op. Cit., Tomo I, pp. 102 a 104.
Así, al escribir todas las combinaciones posibles de las premisas,
indicando la premisa mayor por la primera letra y la menor por la segunda
tenemos:

AA EA IA OA
AE EE IE OE
AI EI II OI
AO EO IO OO

El axioma 3 muestra que las combinaciones EE, EO, OE y OO son


imposibles. El teorema II elimina II, IO y OI. Y el teorema IV elimina IE. Nos
quedan pues las ocho combinaciones siguientes de premisas, cada una de las
cuales da un silogismo válido en algunas figuras o en todas: AA, AE, AI, AO,
EA, EI, IA y OA.
Las ocho eliminadas no dan ninguna conclusión en ninguna figura.

COHEN y NAGEL establecen teoremas especiales y modos válidos en


las cuatro figuras para obtener los silogismos válidos que resultan ser:

Primera figura Segunda figura Tercera figura Cuarta figura


AAA BARBARA AEE CAMESTRES AAI DARAPTI AAI BRAMATIP
AII DARII AOO BAROCO AII DATISI AEE CAMENES
EAE CELARENT AEA CESARE EAO FELAPTON IAI DIMARIS
EIO FERIO EIO FESTINO EIO FERISON EAO FESAPO
AAI AEO IAI DISAMIS EIO FRESISON
EAO EAO OAO BOCARDO AEO

De estos silogismos se predica que son SILOGISMOS VÁLIDOS, y


son parte de un razonamiento deductivo, en el que la conclusión es una
consecuencia necesaria de las premisas y la relación del término medio.

Por su parte, LÓPEZ DURÁN, afirma que son formas correctas de su


construcción los modos del silogismo siguientes, ejemplificándolos8:

Modos de la primera figura:

BARBARA
A Todo Hombre puede equivocarse

8
LÓPEZ DURÁN, Op. Cit., pp. 90-92.
A todo sabio es hombre
A Todo sabio puede equivocarse

CELARENT
E Ningún ave es animal de sangre fría
A Todos los pájaros son aves
E Ningún pájaro es animal de sangre fría

DARII
A Todos los tigres son sanguinarios
I Algunos felinos son tigres
I Algunos felinos son sanguinarios

FERIO
E Ningún gas es incoloro
I El oxígeno es gas
O El oxígeno no es coloro

Modos de la segunda figura:


CESARE
E Ningún planeta tiene luz propia
A Todas las estrellas tienen luz propia
E Ninguna estrella es planeta

CAMESTRES
A Todo diamante es piedra
E Ningún vegetal es piedra
E Ningún vegetal es diamante

FESTINO
E Ningún astro con luz propia es un planeta
I La tierra es un planeta
O La tierra no tiene luz propia.

BAROCO
A Toda virtud es buena
O Alguna audacia no es buena
O Alguna audacia no es virtud
Modos de la tercera figura
DARAPTI
A Todo metal es un mineral
A Todo metal es un cuerpo
I Algún cuerpo es un mineral

FELAPTON
E Ningún pez es animal terrestre
A Todos los peces son vertebrados
O Algunos vertebrados no son animales terrestres

DISAMIS
I Algunas plantas son venenosas
A Todas las plantas son organismos
I Algunos organismos son venenosos

BOCARDO
Algunas serpientes no son venenosas
Todas las serpientes son reptiles
Algunos reptiles no son venenosos

FERISON
E Ningún reptil es mamífero
I Algunos reptiles son animales carnívoros
O Algunos reptiles no son venenosos

Modos de la Cuarta figura


BAMALIP
CAMENES
DIMATIS
FESAPO
FRESISON

3.1.4 Clasificación del Silogismo


De igual forma, los SILOGISMOS se clasifican en:
1. Silogismo regular o clásico
2. Silogismos irregulares:
a) Abreviado o Entimema.
b) Silogismo compuesto o Polisilogismo:
c) Epiquerema;
d) Sorites;
e) Dilema.

El silogismo regular o clásico es un argumento compuesto por tres


enunciados, dos premisas y la conclusión. En el silogismo categórico todas
ellas son proposiciones categóricas, cada enunciado posee una estructura
interna peculiar, compuesta de dos términos generales llamados sujeto y
predicado, que se identifican con las letras S y P9.

Rosalío López Durán10 denomina silogismos irregulares a los que no


presentan la estructura “regular” del silogismo clásico, tienen anomalías o
alteraciones en su estructura.

Al entimema lo define como un razonamiento que queda en el ánimo,


es decir, es un silogismo simplificado que omite una de las premisas o la
conclusión, por considerarla sobreentendida u obvia. Etimológicamente,
entimema quiere decir: “lo que está oculto en la mente”, siendo en este caso,
que queda oculta una de sus premisas o la conclusión. Ej. Todo hombre es
mortal, Sócrates es mortal (se omite el término medio: “Sócrates es hombre).

Indica que el polisilogismo se define como una cadena de silogismos,


en la cual la conclusión de cada uno es a la vez la premisa del siguiente, hasta
que se llega a un silogismo que cierra la cadena. Ej. Todo astro iluminado por
otro carece de luz propia, los planetas carecen de luz propia, Venus es un
planeta, por lo tanto, Venus carece de luz propia.

El epiquerema por su parte se refiere a que una o ambas premisas se


acompañan de su prueba correspondiente para apoyar la verdad de lo que
enuncian. Ej. El derecho es un mecanismo de dominación de la clase burguesa
en la sociedad capitalista, porque la burguesía se vale de él para controlar y
manipular las pretensiones clasistas del proletariado; México tiene una
economía capitalista, por lo tanto, el derecho en México es un mecanismo de
dominación de la clase burguesa.

9
BONORINO, Op. Cit. Pp. 65.
10
LÓPEZ DURÁN, Op. Cit., pp. 92 al 95.
Y finalmente entiende que el dilema es un silogismo en el que un juicio
disyuntivo se combina con uno hipotético y conduce a dos conclusiones
igualmente desfavorables, para aquel quien se le plantea. Ej. Una madre que
quiere persuadir a su hijo para que no se dedique a la política, le dice: Si dices
lo que es justo, los hombres te odiarán; si dices lo que es injusto, los dioses te
odiarán, pero debes decir lo justo o lo injusto; en ambos casos serás odiado.

Para COHEN y NAGEL11 el sorites se da cuando los elementos de


juicio que fundamentan una conclusión constan de más de dos proposiciones,
lo que exige un enfoque más general de la lógica. Así, de las premisas:
Todas las dictaduras son antidemocráticas.
Todos los gobiernos antidemocráticos son inestables.
Todos los gobiernos inestables son crueles.
Todos los gobiernos crueles son objeto de odio, de lo que podemos
inferir la conclusión: Todas las dictaduras son objeto de odio.

ROMERO y PUCCIARELLI12 distinguen el Polisilogismo del Sorites,


en que el primero es una cadena de dos o más silogismos y en el que la
conclusión de uno es una de las premisas del siguiente; mientras que el
Sorites, es un polisilogismo abreviado, en el que la conclusión de cada
silogismo (salvo la del último) está tácita, y se sobreentiende igualmente la
premisa que la repite.

3.2 Razonamiento inductivo


Una segunda forma de razonamiento es el inductivo, el cual no era
desconocido por Aristóteles, aunque expresamente no lo abordó en su obra El
Organón, porque como él mismo lo sostuvo, en el razonamiento inductivo,
como puede ser que la conclusión sea así, puede ser que no. Y a él le
interesaba abordar el razonamiento correcto, por lo que se limitó al deductivo,
y específicamente al Silogismo. El razonamiento inductivo tuvo su auge
muchos siglos después, hasta que el empirismo inglés se ocupó de él,
especialmente en lo que se refiere a las probabilidades y el método científico,
siendo relevantes los aportes de René DESCARTES, John STUART MILL y
Jeremy BENTHAM.

11
COHEN y NAGEL, Op. Cit., Tomo I, pp. 116 y 117
12
ROMERO, Francisco; y, PUCCIARELLI, Eugenio. “Lógica”, p. 54.
3.2.1 Definición
Es el razonamiento en que las premisas no pretenden dar un fundamento
absoluto para extraer la conclusión, sino algún fundamento que justifica en
algún grado la conclusión. Inducción proviene del verbo latino inducere, cuyo
significado es “introducir”, “cubrir”, “extender”. Este nombre es muy
adecuado, pues un razonamiento inductivo introduce nuevos datos que no
estaban en las premisas, y el contenido de las premisas es extendido en su
alcance para cubrir nuevos casos. Ej. A la mayoría de argentinos les gusta el
fútbol. Luis es argentino. Por tanto, a Luis le gusta el fútbol.
Las premisas de este razonamiento inductivo dan un fundamento que
hace probable la conclusión. En él, a conclusión es introducida como un dato
nuevo a partir de lo que se afirma en las premisas. Pero no es una conclusión
segura, pues nuevos datos podrían reducir su probabilidad. Supongamos que
Luis no práctico fútbol en su infancia, que en su familia nadie lo hacía, y que
en su casa no se veía futbol. En este caso, la probabilidad de que a Luis le
guste el fútbol disminuye notoriamente.13
El contraste más importante entre deducción e inducción radica en el
tipo de apoyo que las premisas brindan a la conclusión o, si se prefiere, en la
naturaleza del vínculo es correcto o incorrecto en términos absolutos; respecto
de una inducción, en cambio, no cabe hablar de corrección o incorrección en
sentido estricto, sino sólo de mayor o menor corrección, según sea el grado de
probabilidad atribuible a la conclusión a partir de ciertas premisas.
En tal sentido, si bien es cierto del razonamiento inductivo no se puede
predicar su corrección o no en términos absolutos, sí se puede predicar su
fuerza inductiva, a partir de su alto grado de probabilidad o no14.

3.2.2 Clases de razonamiento inductivo


Según BONORINO15, hay diferentes clases de razonamiento inductivo,
que se expresarán a continuación:
a) Inferencias por enumeración
b) Analogía
c) Abducción

a) Las inferencias por enumeración:


13
CABANCHIK, Samuel. “Lógica y Teoría del conocimiento, Filosofía y Formación Etica
y Ciudadana IV”. Pp 20 y 21.
14
BONORINO, Op. Cit., p. 78.
15
Ídem, p. 88-98.
Los argumentos inductivos más simples son las llamadas inferencias
por enumeración. En sus premisas se informa sobre el resultado de un
conjunto de observaciones, en las que se ha detectado cierto grado de
uniformidad. Los objetos que son descritos en las premisas constituyen una
muestra del conjunto formado por todos los objetos de ese tipo. La conclusión
puede ser una generalización sobre toda la población o bien una afirmación
sobre un caso particular no observado de esa misma población. Las inferencias
por enumeración pueden ser de tres tipos:
i) De muestra a población;
ii) De muestra a muestra;
iii) De población a muestra.

Ejemplo: El cuervo A es negro y vuela; el cuervo B es negro y vuela.


Todos los cuervos son negros y vuelan.

b) La analogía:
Los argumentos por analogía son los argumentos inductivos más
comunes en la vida cotidiana y también en la práctica jurídica. No debemos
confundir los argumentos por analogía, con la analogía en sentido amplio. Se
entiende por analogía en sentido amplio la relación de semejanza que existe
entre dos entidades distintas. Los argumentos por analogía se fundamentan en
la existencia de esas relaciones de semejanza entre entidades diferentes. Se
hace una analogía entre dos o más entidades cuando se afirma que son
similares en ciertos aspectos. Por eso la analogía se puede emplear con fines
no argumentativos, como en la literatura, para generar imágenes fuertes en
lamente del lector; o también con fines explicativos, como cuando se busca
hacer inteligible algo novedoso y para ello se hacen comparaciones con otras
cosas que resultan más familiares y con las que posee ciertos rasgos en común.
Ejemplo de razonamiento por analogía:

Los seres humanos sienten dolor y gritan cuando se los golpea.


Los animales gritan cuando se los golpea.
Los animales sienten dolor cuando se los golpea.

3.3 Razonamiento abductivo


Es una forma de razonamiento inductivo, pero por la relevancia que
tiene en el razonamiento sobre el juicio de los hechos en el razonamiento
judicial, se le tratará como una forma de razonamiento especial. Es importante
mencionar también, que esta forma de razonamiento se da a conocer y se
populariza con la novela policiaca, especialmente la novela de Sir Arthur
CONAN DOYLE con su personaje Sherlock Holmes; y Agatha CHRISTIE,
con su personaje Hércules Poirot.
BONORINO16, apoyándose en un artículo publicado en 1867 por
Charles Sanders PIERCE, denominado “Sobre la clasificación natural de los
argumentos” que justifica la existencia de tres razonamientos irreductibles:
deducción, inducción y abducción, tomando como única referencia la
silogística de la tradición aristotélica, resaltando las diferencias a partir de la
estructura de los distintos razonamientos:

La deducción tiene la siguiente estructura:


Premisa 1 Regla
Premisa 2 Caso
Conclusión Resultado

Por ejemplo: “Todas las bolas de este saco son rojas” (P1), “Esta bola
estaba en este saco” (P2), por ende, “Esta bola es roja” (C).

La inducción tiene la siguiente estructura:


Premisa 1 Caso
Premisa 2 Resultado
Conclusión Regla

Siguiendo el ejemplo anterior: “Esta bola estaba en este saco” (P1),


“Esta bola es roja” (P2), por ende, “Todas las bolas de este saco son rojas”
(C).

La abducción tiene la siguiente estructura:


Premisa 1 Regla
Premisa 2 Resultado
Conclusión Caso

Por ejemplo: “Todas las bolas de este saco son rojas” (P1), “Esta bola es
roja” (P2), por ende, “Esta bola estaba en este saco” (C).

16
Ídem, p. 88-98.
Para Humberto ECO (1983), citado por BONORINO, refiriéndose a los
caracteres que ha aportado Pierce respecto a la Abducción, el problema no
reside en encontrar primero el caso o la Regla, sino en cómo obtener la Regla
y el Caso al mismo tiempo, puesto que están inversamente relacionados,
ligados entre sí por una especie de quiasmo, donde el término medio es la
piedra angular de todo el movimiento inferencial17.

4. FALACIAS, PARALOGISMOS Y SOFISMAS


Se habla de paralogismo si estamos en presencia de un argumento que
aparenta ser válido, pero no lo es. Si a esta circunstancia se le agrega la nota
característica de que el engaño es intencionado, se le denomina falacia o
sofisma18. Se entiende entonces que los tres conceptos son casi sinónimos y lo
que los distingue es que en el caso de la falacia o sofisma hay propósito de
engañar y en el paralogismo la incorrección se da de buena fe.
Según ROMERO y PUCCIARELLI19, el razonamiento incorrecto o no
válido se llama falacia, paralogismo o sofisma. Afirman que el sentido
especial de cada una de estas palabras no siempre ha sido el mismo, pero el
uso más general entiende por falacia cualquier razonamiento no válido, y
reserva los términos paralogismo y sofisma respectivamente, para la falacia
involuntaria y para la que se enuncia con plena conciencia de su falsedad.

4.1 Definiciones
El término “falacia” proviene del latín fallacia, que quiere decir
“artificio, ardid, ilusión, engaño”. Entonces, se dice de un razonamiento que es
falaz, cuando genera la ilusión de consecuencia lógica por medio de ciertos
recursos que, según se los interprete, pueden resultar lógicamente
incorrectos20. Se usa el término falacia para designar a cualquier idea
equivocada o creencia falsa. Los técnicos usan el término en un sentido más
reducido y técnico de error en el razonamiento o en la argumentación. En el
estudio de la lógica se reserva el uso del término falacia para aquellos
razonamientos que aunque incorrectos, son psicológicamente persuasivos21.

17
Ídem, p. 117.
18
LÓPEZ DURÁN, Op. Cit., p. 96.
19
ROMERO y PUCCIARELLI, Op. Cit., p. 95.
20
CABANCHIK, Samuel, Op. Cit., p. 22.
21
COPI, Irving M. “Introducción a la lógica”, p. 81.
Irving M. COPI define las falacias como “una forma de razonamiento
que parece correcta, pero resulta no serlo cuando se la analiza
cuidadosamente”22.
En similares términos se expresan José Manuel ARROYO
GUTIÉRREZ y Alexander RODRÍGUEZ CAMPOS23, al considerar que “la
falacia es una forma incorrecta de razonar, pues a través de dicha técnica se
induce al error al destinatario de la información”. Agregan que mediante la
falacia el sujeto afirma como válida una proposición, cuando en realidad no
puede ni debe serlo; es un razonamiento que simula ser válido y que por la
forma en que aparece expuesto suele pasar desapercibido.

4.2 Clasificaciones
Hay múltiples clasificaciones de las falacias. En esta ocasión, nos
limitaremos a cuatro diferentes clasificaciones a partir de cuatro autores
relevantes al respecto:

4.2.1 Según Irving Copi: falacias formales y no formales.


Irving M. Copi24 clasifica las falacias en: Formales y No Formales25.
Las formales están en conexión con ciertos esquemas de inferencia
válidos con los cuales presentan una semejanza superficial.
Las no formales son errores de razonamiento en los cuales se puede caer
por inadvertencia o falta de atención al tema, o bien porque nos engaña alguna
ambigüedad en el lenguaje usado para formularlo. Se dividen las falacias no
formales en falacias de atinencia y falacias de ambigüedad.
Las falacias de atinencia son aquellas que se cometen cuando sus
premisas carecen de atinencia lógica con respecto a sus conclusiones, y por
ende, son incapaces de establecer su verdad. La inatinencia es aquí lógica y no
psicológica.
Las falacias de ambigüedad son llamadas falacias de claridad. Aparecen
en razonamientos cuya formulación contiene palabras o frases ambiguas,
cuyos significados oscilan y cambian de manera más o menos sutil en el curso
del razonamiento y, por consiguiente, lo hacen falaz.

22
Ídem.
23
ARROYO GUTIÉRREZ, José Manuel y RODRIGUEZ CAMPOS, Alexander. “Lógica
Jurídica y Motivación de la Sentencia Penal”, p. 69. Estos autores costarricenses, siguen la
clasificación de COPI.
24
COPI, Op. Cit, p. 82.
25
Igualmente ARROYO GUTIÉRREZ y RODRIGUEZ CAMPOS, Op. Cit. , p. 69.
Dentro de las falacias de atinencia se encuentran los argumentos: De
Apelación de la fuerza, Ofensivo (contra el hombre), Circunstancial, Por la
ignorancia, Llamado a la piedad, Al pueblo o a la galería, Apelación a la
autoridad, Accidente, Accidente inverso (generalización apresurada), La causa
falsa, Petición de principio, La pregunta compleja, y Conclusión inatinente.
Se conocen cuatro tipos de falacias de ambigüedad: El equívoco, La
anfibología, El énfasis, La composición, y La División.

Se explica a continuación brevemente en que consiste cada una de ellas:

I. Falacias de atinencia
Conocidas también como falacias de conclusión inatingente, en el que
la conclusión no corresponde a la premisa invocada.

a) De Apelación de la fuerza, se comete cuando se apela a la fuerza, o


a la amenaza de la fuerza, para provocar la aceptación de una conclusión. Ej.
Cuando a nivel internacional se uso de la amenaza de la guerra26.

b) Dirigido contra el hombre: Ofensivo, tiene dos variedades: la


primera se comete cuando en lugar de refutar la verdad de lo que se afirma, se
ataca al hombre que hace la afirmación. Ej. Ese hombre no es confiable
porque es un hippie27.

c) Dirigido contra el hombre: Circunstancial, corresponde a la


relación entre las creencias de una persona y las circunstancias que la rodean.
Se busca que el individuo acepte una conclusión no por la veracidad de la
misma, sino por las circunstancias especiales en que se halla ese individuo. Ej.
Si uno de los contendientes es sacerdote, el otro puede replicar que debe
aceptar determinada aserción porque su negación es incompatible con las
escrituras28.

d) Por la ignorancia, se comete al sostener que una proposición es


verdadera sobre la base que no se ha demostrado su falsedad, o que es falsa
porque no se ha demostrado su verdad. Ej. Debe haber fantasmas porque nadie
ha podido demostrar nunca que no los hay29.
26
COPI, Op. Cit., p. 83.
27
Ídem, p. 84.
28
Ídem, p. 85.
29
Ídem, p. 86.
e) Llamado a la piedad, se comete cuando se apela a la piedad para
conseguir que se acepte una determinada conclusión. Ej. Cuando un asesino
solicita piedad del jurado alegando que es huérfano30.

f) Al pueblo o a la galería, se comete al intentar ganar el asentimiento


popular para una conclusión, despertando las pasiones y el entusiasmo de la
multitud. Ej. Cuando se dice en una propaganda que comer X cereal es un
deber patriótico; o que bañarse con un jabón X es una experiencia
estremecedora. O sacar en el anuncio de la venta de vehículos mujeres jóvenes
hermosas en trajes de baño31.

g) Apelación a la autoridad, que es el respeto que siente la gente por


las personas famosas, para ganar asentimiento a una conclusión. No es falaz si
lo que se hace es referirse a una reconocida autoridad en el campo especial de
su competencia para dar mayor peso a una opinión. Ej. Si en una discusión
sobre religión uno de los protagonistas apela a las opiniones de Darwin, una
gran autoridad en biología32.

h) Accidente, consiste en aplicar una regla general a un caso particular


cuyas circunstancias “accidentales” hacen inaplicable la regla. Ej. “Lo que
compramos ayer, lo comemos hoy; ayer compramos carne cruda, por lo tanto
hoy comemos carne cruda”33.

i) Accidente inverso (generalización apresurada), se comete cuando


solo consideramos casos excepcionales y generalizamos apresuradamente una
regla que se adecua a ellos solamente. Ej. Al considerar el efecto del alcohol
solo sobre los que abusan de él, se puede concluir que todos los licores son
dañinos y requerir que su venta y su uso sean prohibidos por la ley34.

j) La causa falsa, implica el error de tomar como causa de un efecto


algo que no es su causa real; o la inferencia de que un acontecimiento es la
causa de otro simplemente sobre la base de que el primero es anterior al
segundo. El determinar si un razonamiento es correcto en atención a las

30
Ídem, p. 88.
31
Ídem, p. 89.
32
Ídem, p. 91.
33
Ídem, p. 92.
34
Ídem, p. 93.
conexiones causales es el problema central de la lógica inductiva. Ej. Las
creencias populares sobre los remedios: Un señor sufría de un fuerte resfrío,
bebió tres frascos de una cocción con una hierva secreta, ¡y en dos semana se
curó!35

k) Petición de principio, se da si alguien toma como premisa de su


razonamiento la misma conclusión que pretende probar. Ej. Alguien sostiene
que Shakespeare es un autor más grande que Robbins, porque la gente de buen
gusto literario prefiere al primero; y considera que este tipo de gente se
identifica por su preferencia de Shakespeare sobre Robbins36.

l) La pregunta compleja, se comete al hacer preguntas que no se


pueden responder con un “si” o “no”, son preguntas que suponen que se ha
dado ya una respuesta definida a una pregunta anterior, cuando esta ni siquiera
ha sido formulada. Ej. Un abogado pregunta al acusado: ¿Dónde ocultó las
pruebas?37.

m) Conclusión inatinente, se comete cuando un razonamiento que se


supone dirigido a establecer una conclusión particular es usado para probar
una conclusión diferente. Ej. Un fiscal acusador argumenta extensamente para
demostrar que el asesinato es un horrible delito y pretende inferir de ello que
el acusado es culpable de él38.

Falacias de ambigüedad:
a) El equívoco, se da porque la mayoría de palabras tienen más de un
significado literal, y si se confunden los diferentes significados que puede
tener una palabra o frase y se usa dentro del mismo contexto con distintos
sentidos sin darse cuenta de ello, se comete esta falacia. Ej. “El fin de una cosa
es su perfección, la muerte es el fin de la vida; por lo tanto, la muerte es la
perfección de la vida”, donde se usan dos significados diferentes de la palabra
fin39.

b) La anfibología, aparece cuando se argumenta a partir de premisas


cuya formulación es ambigua debido a su estructura gramatical. Ej. El oráculo

35
Ídem, p. 93 y 94.
36
Ídem, p. 94 y 95.
37
Ídem, p. 95.
38
Ídem, p. 97 y 98.
39
Ídem, p. 104 y 105.
le dijo a Creso al ser consultado sobre si iniciar o no una guerra: “Si Creso
emprende la guerra contra Persia, destruirá un reino poderoso”. Creso inicia la
guerra y es derrotado, al reclamar los sacerdotes de Delfos le dicen: Al
desencadenar la guerra, Creso destruyó un poderoso reino: ¡el suyo propio!40

c) El énfasis, se comete en un razonamiento cuya naturaleza engañosa y


carente de validez depende de un cambio o una alteración en el significado. La
manera en que los significados cambian en esta falacia depende de las partes
de él que se destaquen o recalquen. Ej. No debemos hablar mal de nuestros
amigos. Por tanto, debemos sentirnos libres de de hablar mal de cualquiera
que no sea nuestro amigo41.

d) La composición, se aplica a dos tipos de razonamientos inválidos


íntimamente relacionados entre sí. El primero puede describirse como llevar
las propiedades de las partes de un todo, a las propiedades del todo mismo. Ej.
Las partes de una máquina son livianas de peso; por tanto, la máquina como
un todo es liviana. El segundo es estrictamente paralelo al anterior, acá el
razonamiento falaz procede a partir de las propiedades de los miembros o
elementos individuales de una colección para pasar a las propiedades poseídas
por la colección o la totalidad de estos elementos. Ej. Puesto que un ómnibus
gasta más nafta que un automóvil, todos los ómnibus gastan más nafta que los
automóviles. Acá se confunde el sentido “distributivo” y el sentido
“colectivo” de términos generales42.

e) La división, es la inversa de la falacia de composición, en ella se da


la misma confusión pero en la dirección opuesta. Se presenta en dos géneros:
1. Argumentar que lo que es cierto de un todo, debe serlo también de cada una
de sus partes. Ej. Una sociedad comercial es muy importante y el señor Pérez
es funcionario de esta sociedad, por tanto, el señor Pérez es muy importante.
2. Consiste en deducir de las propiedades de una colección de elementos las
propiedades de los elementos mismos. Ej. Puesto que los estudiantes
universitarios estudian medicina, derecho, arquitectura, ingeniería y
odontología, por lo tanto, cada uno de ellos, o algunos de ellos estudian
medicina, derecho, arquitectura, ingeniería y odontología. Es falaz porque
colectivamente lo hacen pero es falso que distributivamente lo hagan43.
40
Ídem, p. 106.
41
Ídem, p. 107.
42
Ídem, p. 109 y 110.
43
Ídem, p. 111 y 112.
4.2.2 Según Manuel Atienza: falacias formales, materiales y
dialécticas.
Manuel ATIENZA44 habla de tres tipos de falacias: formales, materiales
y dialécticas, según se infrinja alguna de las reglas de la buena argumentación
características de tres concepciones de la argumentación del mismo nombre.

Falacias Formales: Entiende que estas tienen que ver con la


concepción formal de la argumentación, y básicamente se refieren a la lógica,
donde la pregunta básica es ¿qué se puede inferir a partir de determinadas
premisas? Para la lógica deductiva, un argumento es un encadenamiento de
proposiciones: en un argumento deductivamente válido se cumple siempre el
que si las premisas son verdaderas, entonces será verdadera la conclusión. La
Lógica no se ocupa de los argumentos sino de los esquemas de argumentos;
esta permite controlar la corrección de las inferencias, pero desde un punto de
vista abstracto, prescindiendo de la validez material de los mismos y de su
fuerza de persuasión.
Bajo esta concepción se estaría frente a una falacia formal cuando el
esquema del argumento no cumple con las reglas lógicas del razonamiento.

Falacias Materiales: acá la pregunta es ¿en qué se debe creer o qué se


debe hacer? Estas se refieren a la argumentación material que implica dar
buenas razones a favor o en contra de alguna tesis. No se trata de demostrar si
una inferencia es buena o no, sino si existen o no razones para creer en algo o
para realizar determinada acción. Es decir, no basta con que el argumento
presente determinada forma, se necesita además que lo que las premisas
enuncian sea verdadero (esté bien fundado) y suponga razones relevantes para
la conclusión.
La falacia material se daría entonces cuando las premisas no están
fundadas o cuando están compuestas por argumentos falsos.

Falacias Dialécticas: La pregunta es ¿cómo se puede persuadir a otro u


otros de algo?, esto porque aquí la argumentación se ve como una interacción
que tiene lugar entre dos o mas sujetos. Esta discurre según ciertas reglas que
regulan el comportamiento lingüístico de los participantes – el flujo de los
argumentos-, y tiene como finalidad persuadir a un auditorio para que acepte
determinada tesis.

44
ATIENZA, Manuel. “El Sentido del Derecho”, pp. 261 y ss.
Luego la falacia dialéctica sería la que usa la retórica para persuadir
acerca de la veracidad de lo que argumentan.

4.2.3 Según Rosalío López Durán: falacias de homónimo, de


procedimiento y retóricas.
Rosalío LÓPEZ DURÁN45, apoyándose en otros autores, afirma que
son 34 tipos diferentes de sofismas distribuidos en tres clases, y los clasifica
en sofismas de homonimia, falacias de procedimiento y sofismas retóricos.
Los de homonimia son aquellos en los que se emplean términos o palabras que
pueden provocar el engaño. Los de procedimiento constituyen fallas en la
construcción del razonamiento, se hacen con el ánimo de engañar o convencer
a la contraparte, respecto de un argumento. Los retóricos tienen el propósito
de ganar una discusión; para ello, recurren a los sentimientos de simpatía o
piedad con el auditorio. No recaen en materia de controversia.

A. Sofismas de homonimia:
a) De equivocidad,
b) De distinta suposición,
c) De anfibología,
d) Extralingüísticos:
d.1) De premisa falsa,
d.2) De observación,
d.3) De antecedente incompleto,
d.4) De falsa disyunción,
d.5) Falacia de petición de principio,
d.6) Razonamiento en círculo,
d.7) Sofisma de cambio de asunto,
d.8) Sofisma de lo antiguo/sofisma de lo nuevo,
d.9) Falacia ad hominen directa,
d.10) Falacia ad hominen circunstancial,
d.11) Falacia tu quoque,
d.12) Falacia ad ignorantiam

De estos únicamente se procede a explicar aquellos que aun no han sido


desarrollados en capítulos anteriores:

45
LÓPEZ DURÁN, Op. Cit., pp. 99 y 100.
a) De equivocidad, ya expuesto antes.
b) De distinta suposición, se dan porque hay elementos que pueden
tener diferentes suposiciones, y se incurre en fallas cuando se razona como si
el término la mantuviese constante, cuando en realidad varia. Ej. La
Constitución prohíbe las penas proscriptivas. El legislador aprobó la Ley de
Proscripción de Maras o Pandillas. Por tanto, esa ley es inconstitucional.
c) De anfibología, ya antes explicado.
d) Extralingüísticos: existen en virtud que se puede llegar al error de
varios modos: razonando mal desde premisas ciertas; razonando bien, a partir
de premisas falsas; partiendo de una premisa que nada tiene que ver con la
conclusión a la cual se pretende llegar o poniendo como premisa aquello que
se pretende obtener como conclusión. Son de este tipo:

d.1) De premisa falsa, en la que una de las premisas es falsa o dudosa,


y se llega a una conclusión equivocada. Ej. Solo las ciencias útiles deben ser
estudiadas por los jóvenes. La historia, la filosofía y las humanidades no son
ciencias útiles. Por tanto, la historia, la filosofía y las humanidades no deben
estudiadas por los jóvenes.

d.2) De observación, son aquellas en las que una de las premisas es un


hecho empírico y el error se ha producido en la interpretación del objeto
cuando se le observó. Suelen ser ejemplos frecuentes de este tipo de error la
opinión preconcebida o el prejuicio.

d.3) De antecedente incompleto, consiste en reducir una cosa, objeto o


fenómeno a un aspecto del mismo, omitiendo otro relevante que puede ser
decisivo para el asunto. Ej. Si una decisión atañe al cuerpo de una persona,
esta tiene el derecho de tomarla o no. La interrupción del embarazo es una
decisión que atañe a la mujer. Por tanto, la mujer tiene derecho a decidir la
interrupción del embarazo.

d.4) De falsa disyunción, es un argumento en el que se toma como


premisa una disyunción excluyente que se presupone completa cuando en
realidad es incompleta y por ello falsa. Se puede considerar como una
subespecie del sofisma de antecedente incompleto. Ej. O el maestro es
autoritario, o debe permitir la mayor libertad de los niños en la escuela. El
maestro no debe ser autoritario. Por tanto, el maestro debe permitir la mayor
libertad a sus alumnos.
d.5) Falacia de petición de principio, ya explicada anteriormente, pero
que consiste en admitir en la premisa, aquello que está precisamente en
cuestión, es decir, lo que vamos a demostrar.

d.6) Razonamiento en círculo, esta es una especie de petición de


principio, también se loe denomina circulo vicioso o “dialeto”, y se comete
cuando hay dos proposiciones que se pretenden demostrar recíprocamente. Ej.
Sabemos que Dios existe porque la biblia lo dice. Y la biblia es verdad porque
es palabra inspirada por Dios. Por tanto, Dios existe.

d.7) Sofisma de cambio de asunto, es una argumentación que en si


misma puede ser correcta, pero que no trata sobre el asunto sometido a
discusión y acerca del cual no se pretende producir una conclusión, sino que
habla de otra cosa. Se conoce también como sofisma de “suplantación de
tesis”. Ej. Cuando los defensores alegan razones sobre un punto que no es el
que se cuestiona, para desviar la atención de los jueces y el jurado del punto
principal.

d.8) Sofisma de lo antiguo/sofisma de lo nuevo, es la afirmación o


rechazo de algo, porque antes fue de una forma o porque es nuevo. Ej. El vino
en cantidades moderadas es sano estimulante y favorece la digestión. Es una
bebida saludable pues así fue reconocida por los pueblos antiguos.

d.9) Falacia ad hominen directa, explicada antes.

d.10) Falacia ad hominen circunstancial, explicada antes.

d.11) Falacia tu quoque, es una variante de la falacia ad hominem, y


quiere decir: tu también. Es una falacia personal, directa o circunstancial, en
un debate o discusión. No se presentan razones oportunas para replicar una
acusación, sino que en su lugar, se devuelve la ofensa al acusador en el mismo
sentido y proporción; o el acusador le atribuye a la víctima que él también ha
realizado una acción semejante. Ej. A del partido progresista sostiene que el
Estado no debe dejar los bancos en manos de extranjeros. B del partido liberal,
dice que A está equivocado porque pertenece al partido progresista y todos los
miembros de ese partido son comunistas trasnochados. A le responde a B que
miente en sus acusaciones, porque es un paranoico anticomunista, como todos
los de su partido.
d.12) Falacia ad ignorantiam, explicada antes.

B. Falacias de procedimiento: De este tipo son:

a) Sofismas de deducción:

a.1) En inferencias inmediatas, se da cuando se realiza una conversión


ilegítima. Ej. Todos los marxistas son ateos. Luego todos los ateos son
marxistas. Otro caso es tomar un juicio contrario como contradictorio. Ej. La
afirmación “Todos los políticos son honestos” es falsa; luego entonces, todos
los políticos son deshonestos. En este caso hay una proposición contradictoria
que se toma como contraria, porque “algunos políticos no son honestos”.

a.2) En inferencias mediatas, es la falacia de afirmación de consecuente


o de negación del antecedente, antes expuestas.

b) Sofismas de inducción:

b.1) De falsa generalización


b.2) Falacia de accidente
b.3) Sofisma de analogía
b.4) De falsa causa
Todas ellas explicadas anteriormente en el apartado de Irving COPI.

C. Sofismas retóricos:

a) Ad populum, explicada antes.

b) Ad misericordiam, explicada antes

c) Ad odium, se trata de explotar el odio del oyente hacia una persona o


cosa. En este caso, es una falacia ad homimem circunstancial, antes expuesta.

d) Ad iram, se aprovecha la ira que el receptor siente hacia alguien. Se


diferencia del anterior en que el odio ha sido cultivado y está latente en el
grupo social; mientras que la ira es un sentimiento inmediato y explosivo
provocado por una circunstancia inmediata y presente.
e) Ad delectationem, o del deleite del placer, aprovecha el goce que
procuran a la sensibilidad ciertos objetos, palabras, hechos o personas. Ej. Los
comprimidos M2 son excelentes para calmar la acidez estomacal, para saberlo,
basta probar su delicado sabor en sus tres variedades: menta, cardamomo y
canela.

f) “Del fulgor”, dentro de la Ad delectationem podemos ubicar este


sofisma, porque usa palabras que reproducen deleite, ya que resuenan y son
fascinantes.

g) Ad concupiscentiam, o del deseo, se recurre a él para despertar


apetitos sensuales o ambiciones de dinero, poder, etc. Ej. El uso de mujeres
jóvenes y bellas en la publicidad de pesticidas, llantas, repuestos, etc.

h) Ad verecundiam, ya explicado antes.

i) Ad superbiam, en el que recurre al orgullo. Ej. Cuando se alaba al


país del otro, su profesión o sus cualidades, reales o inexistentes.

j) Ad invidiam, intenta persuadir recurriendo al sentimiento de envidia


o la tristeza que algunos sienten por el bien ajeno.

k) Ad metum, o recurso al miedo. Son usuales estos sofismas de peligro


empleados en los parlamentos y asambleas. Se despierta el temor a una guerra,
a perder ayuda económica, a estabilidad monetaria, a dañar las relaciones
exteriores de un país, etc., sino se adoptan ciertas medidas.

l) Recurso a la mofa, es una réplica burlona para hacer caer en ridículo


al adversario o a una afirmación suya.

m) Sofisma ad baculum, es al garrote o a la amenaza de fuerza, ya


explicada antes.

4.2.4 Según Morris Cohen y Ernest Nagel: falacias lógicas,


refutaciones sofísticas y abusos del método científico.
Morris COHEN y Ernest NAGEL46 clasifican las falacias en: Falacias
Lógicas, Refutaciones Sofisticas y Abusos del Método Científico.

1. Las falacias lógicas las clasifican en: a) Puramente lógicas o


formales, b) Semilógicas o verbales, y c) Materiales.

Las falacias puramente lógicas o formales son razonamientos que no


se ajustan a los tipos de inferencia válida. Cuando se les da forma
hipotéticamente resultan razonamientos que parten de la afirmación del
consecuente o de la negación del antecedente, o bien afirman una implicación
o conexión lógica donde no hay. Ej. Cuando en el silogismo el término medio
no está distribuido lo que reduce a un razonamiento con cuatro términos cuyas
premisas no brindan ninguna base o prueba para afirmar la conclusión.

Las falacias semilógicas o verbales son formas aparentemente válidas


de inferencia, pero un cuidadoso examen permite advertir que no lo son. La
apariencia de validez obedece a una ambigüedad, esto es al uso de la misma
palabra o signo verbal para representar dos conceptos diferentes. El
razonamiento parece estar estructurado de la forma A es B, y B es C, por tanto
A es C; pero en realidad es de la forma siguiente: A es B, D es C, por tanto A
es C.

Un ejemplo lo cita LÓPEZ DURÁN, con el siguiente silogismo:


Mozart es músico
Músico es palabra esdrújula
Por tanto, Mozart es palabra esdrújula.

El problema radica en el significado del término medio “músico”,


puesto que en la premisa mayor se utiliza la expresión como profesión y en la
premisa menor se la usa referida a la clasificación de las palabras por su
acento o fuerza de voz, y por tanto, la conclusión es equivocada. LÓPEZ
DURÁN la clasifica como sofisma de homonimia de distinta suposición.47

Estas tienen su defecto en la ambigüedad, aunque no toda ambigüedad


es una falacia, la falacia solo aparece cuando se afirma que ciertas premisas
exigen determinada conclusión y esta afirmación resulta falsa a causa de una

46
COHEN y NAGEL, Op. Cit., Tomo II, p. 214 a 231.
47
LÓPEZ DURÁN, Op. Cit., p. 101.
ausencia de conexión real entre ellas, la que es encubierta por el uso de la
misma palabra para referirse a dos cosas distintas. Dentro de estas destacan
COHEN y NAGEL las falacias de 1) composición, 2) división, 3) accidente, y
4) la inversa de falacia de accidente, cuyas explicaciones omitimos por
haberse hecho ya anteriormente.

Las falacias materiales son aquellas que constituyen pruebas falsas o


ilusorias, en la que se deduce que una de las proposiciones es falsa o que no
conseguimos probar su verdad material, pero el razonamiento es
estructuralmente correcto, pero alguna de sus premisas es falsa. Ej. Que si el
suceso A que sigue al suceso B es o no causado por éste, es una cuestión de
hecho y no de lógica, pero la suposición es que todo lo que sigue a un suceso
es causado por este es falsa y los razonamientos basados en ella carecen de
valor (falacia de causa falsa). Es también una falacia la pretensión de haber
probado una proposición introducida de contrabando en las premisas en una
forma más o menos disimulada (petición de principio), afirmar una
proposición como premisa no es lo mismo que probarla. Los autores citan tres
casos de falacias materiales: 1) Falacia de argumento circular, 2) Falacia de
pregunta falsa o de pregunta múltiple, y 3) Falacia de argumento contra el
hombre., ya explicados anteriormente.

2. Refutaciones Sofísticas: la palabra sofista originalmente designaba a


un hombre inteligente o culto, pero actualmente se usa para referirse a la
persona que trata mediante argumentaciones, de que la peor de las causas
parezca la mejor de todas. Hay argumentos que se suelen utilizar como si
fueran lógicamente coherentes, aunque nadie pretende que lo sean. Por lo
común se les emplea como refutaciones, por lo cual puede llamárselos
refutaciones sofísticas.
El más común de esos recursos es menospreciar un argumento, sobre
todo mediante el uso de la palabra “mero”. Ejemplo se resta valor a la
matemática pura diciendo que no nos brinda más que una mera consistencia o
ninguna verificación experimental.
Una variante de este procedimiento consiste en desacreditar un
argumento o volverlo ridículo, exagerando sus afirmaciones a menudo de
manera indirecta mediante insinuaciones. La mayor parte de las “sofisterías”
consisten en utilizar palabras o plantear problemas de carácter emocional, que
son lógicamente ajenos a la cuestión que se discute. Constituyen pues,
ejemplos de lo que se ha dado en llamar la falacia de irrelevancia, conocida
más popularmente como “confundir las cosas”. Por Ej. Cuando algunos
pensadores sostienen que en ciertas cuestiones de vital importancia no
poseemos y quizá no podamos poseer, suficiente conocimiento para dar una
respuesta definida. Una de las formas más comunes de sofisma es hacer que
un argumento parezca ridículo confundiéndolo con parte de lo que niega, y
tornándolo de este modo contradictorio. La cantidad de tales recursos
sofísticos es enorme; COHEN y NAGEL afirman que no es tarea de la lógica
dar una lista exhaustiva, pero si es conveniente observar que a menudo se
utilizan sofísticamente las mismas reglas de la lógica para refutar argumentos
válidos.

3. Abusos del Método Científico: Se suelen utilizar las reglas de la


lógica de manera diversa para dar apariencia de rigor a razonamientos que no
logran probar sus conclusiones. El empleo correcto de tales reglas es una
cuestión de ejercicio o hábito y es imposible enumerar todos los abusos de
este tipo que se cometen en las cuestiones debatidas por los hombres. No
obstante COHEN y NAGEL señalan ciertos abusos de las reglas en el método
científico: 1) Falacias de reducción; 2) Falacia del simplismo o pseudo
simplicidad; y 3) Falacia genética.

5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

5.1 Conclusiones
Con esta investigación bibliográfica se ha podido determinar que
efectivamente el razonamiento humano ha evidenciado múltiples formas de
razonamientos incorrectos, sean estos intencionales o por errores inconcientes.
La lógica nos permite corregir los errores de estructura del razonamiento, pero
no da solución a los errores que se cometen por el uso de premisas falsas.
La teoría de la argumentación pretende solventar ese problema a través
de lo que ha considerado validez material de las premisas, pero tales
argumentos pueden también no ser aceptados por el auditorio (público, prensa,
grupos de poder, partes, etc.). Por lo que introduce un tercer elemento de valor
como es la validez pragmática o dialéctica, en la que se pretende que las
decisiones no sean censuras y sean aceptadas a través del uso de herramientas
retóricas.
No obstante, encontramos en los paralogismos y sofismas una gran
variedad de estos, que exigen un constante estudio para poder identificarlos,
evitarlos, denunciarlos y corregirlos; puesto que los mismos pueden motivar
decisiones injustas.
5.2 Recomendaciones
Por tal razón se recomienda que el estudio sobre las formas de
razonamiento y de falacias, paralogismos y sofismas, debe impartirse a los
jueces, operadores jurídicos e incluirse en el pénsum de las escuelas de
derecho, ya que a todos ellos les resultaría de mucha utilidad práctica para la
labor que realizan.

6. BIBLIOGRAFÍA

1. ARROYO GUTIÉRREZ, José Manuel, y RODRÍGUEZ CAMPOS,


Alexander. “Lógica Jurídica y Motivación de la Sentencia Penal”,
Editorial jurídica continental, San José, 2002.

2. ATIENZA, Manuel. “El Sentido del Derecho”, Ariel Derecho,


Barcelona, 1ª reimpresión, noviembre 2003.

3. CABANCHIK, Samuel. “Lógica y Teoría del conocimiento,


Filosofía y Formación Etica y Ciudadana IV”, Longseller, Primera
Edición, Buenos Aires, 2002.

4. COHEN, Morris y NAGEL, Ernest. “Introducción a la Lógica y al


Método Cientifico”, Tomos I y II, Amorrortu Editores, traducción
Néstor A. Míguez, 9ª reimpresión, Buenos Aires, 2000.

5. COPI, Irving M., “Introducción a la lógica”, Editorial Eudeba,


Buenos Aires, 1984.

6. LÓPEZ DURÁN, Rosalío, “Metodología Jurídica”, Iure Editores, 1ª


reimpresión, México, 2004.

7. ROMERO, Francisco; y, PUCCIARELLI, Eugenio. “Lógica”,


Espasa Calpe Mexicana, S.A., 15ª Edición, México D.F., 1956, p.
54.

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