Ponte los

lentes de Género
TEMA 5: INSTITUCIONES SOCIALIZADORAS
TEMA 5: INSTITUCIONES SOCIALIZADORAS

Aprendemos el género mediante continuos procesos El género es una construcción ¿Por qué afirmamos
de socialización. Desde que nacemos, las personas esto? Porque vamos a lo largo de nuestra vida adqui-
somos automáticamente etiquetadas: “¡Es niña!” o “¡Es riendo significados, códigos y normas que nos indican
niño!” “¡Es varoncito!” o “¡Es mujercita!” y esas son las cómo los seres humanos tenemos que comportarnos
primeras expresiones que nos clasifican como en tanto mujeres u hombres. Es decir, es un proceso de
“mujeres” o como “hombres”. A partir de entonces, el socialización de género que ocurre durante la vida y
proceso de etiquetación continúa, según se haya está condicionado por la influencia de distintas institu-
nacido en un cuerpo de niña o de niño. Se nos compra ciones sociales.
ropa de ciertos colores, nuestro cabello luce largo o
corto o peinado de una u otra forma, jugamos con
muñecas, carritos, patinetas, balones y desde muy
temprana edad empezamos a aprender cómo
debemos actuar. De ahí que la familia sea una de las
principales instituciones de la construcción social del
género.

La voz y las expectativas de nuestros padres o madres

son fundamentales para el modelamiento de nuestra
propia identidad de género, ya que ellos establecen las
primeras expectativas y normas que aprendemos
sobre lo que debe ser nuestro comportamiento como
“mujeres” o como “hombres”. No obstante no es la
única institución que influye. Veamos a continuación
como lo hacen otras instituciones sociales.

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Echemos un vistazo a algunas de ellas: Medios de comunicación.

Los medios de comunicación como la televisión, el radio, el
cine, la publicidad y el internet, es decir, instrumentos que
pueden informar y comunicar de manera masiva, rápida y cons-
tante, tienen una gran influencia en la socialización de género y
por ello a través de la emisión de mensajes, imágenes, y frag-
mentos de situaciones o realidades en diferentes lugares del
mundo, promueven valores y construyen percepciones y opi-
niones públicas en los que prevalecen. Por ejemplo: mujeres
prototipo de belleza, delgadas y blancas o como objetos sexua-
les asociadas a la publicidad de todo tipo de productos (auto-
móviles, preservativos, ropa, vacaciones, inversiones); mujeres
que compiten con otras mujeres por la seducción y aprobación
masculina o como las únicas responsables de la salud sexual y
reproductiva; mujeres al cuidado de niñas, niños o diferentes
integrantes de la familia. En contraparte abundan retratos de
hombres “exitosos” en la vida económica y política, o que rea-
firmen su masculinidad a través de la violencia o la promiscui-
dad sexual.

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Echemos un vistazo a algunas de ellas: Redes sociales y entretenimiento.

Los espacios de convivencia o amistad tienen una
función socializadora en algunos casos más eficaz
que la realizada por la familia o la escuela. La red
de amigos y amigas, las cuales suelen formarse en
torno a espacios de afinidad, convivencia, de dis-
frute, entretenimiento o a través de las redes socia-
les que tanto han impactado en la forma en que las
personas obtenemos información, nos comunica-
mos, educamos y sobre todo relacionamos. A
través del entretenimiento (música, cine, revistas,
espacios de diversión, etcétera) y de las redes
sociales las identidades y relaciones entre mujeres
y hombres, hoy en día, siguen pautas aún muy mar-
cadas por lo que la construcción de género espera
realicen, por ejemplo, las nuevas generaciones de
jóvenes entre quienes los cambios aún son apenas
perceptibles.

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Echemos un vistazo a algunas de ellas: Trabajo.

Cuando ya estamos más “grandes” (porque recor-
daremos una realidad preocupante que hay
muchos niños/as que trabajan), nuestra participa-
ción en el trabajo es influida por el género, ya que
de inicio las condiciones en el acceso y desarrollo
en las oportunidades laborales, es desigual para
mujeres y hombres, debido a la segregación hori-
zontal de las ocupaciones “feminizadas” como
recepcionistas, edecanes, enfermeras; o “masculi-
nizadas” como transportistas, minería, electricis-
tas, ingenieros etc. También hay segregación verti-
cal: los hombres ocupan puestos directivos y las
mujeres realizan actividades de soporte, apoyo o
básicas. Esto significa para las mujeres menos
ingresos, incluso por trabajos iguales, y de seguri-
dad social a lo largo de su vida. Según datos del
INEGI, la tasa de jubilación de la población de 60
años, en 2016 era de 26.97 por ciento para hombres
y tan solo de 9.13 por ciento para mujeres.

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Echemos un vistazo a algunas de ellas: Maternidad/Paternidad.

La experiencia de ser madres y padres ejerce
mucha influencia en la construcción del género,
especialmente para las mujeres ya que se conside-
ra que derivado de la capacidad de gestar éstas
poseen cualidades “innatas” para el cuidado y la
crianza. A partir de ello, la sociedad le exige a las
mujeres y a los roles relacionados con la crianza
diferenciados.

En caso de los hombres, ser padres también, es una

experiencia socializada como un destino natural y
biológico inevitable, y por la percepción de cómo
deben comportarse los hombres ante su sexuali-
dad.

Como dijo el escritor Gabriel García Márquez “la

paternidad debe ser un privilegio de la salud, no un
derivado de la agitación sexual”. A partir de las
asignaciones de género en tanto padres, los hom-
bres deben cumplir el papel de proveedor financie-
ro, ejecutor, de la autoridad y del poder al interior
de la familia.

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Educación
Las instituciones educativas son fundamentales en la Observar con mayor detenimiento las palabras que
socialización del género porque ellas transmiten conoci- usamos y las connotaciones que estas conllevan, facilitan
mientos y valores que moldean nuestros esquemas de el análisis de las construcciones de género que en nues-
percepción, habilidades, actitudes y vocaciones profesio- tra sociedad justifica la discriminación y la desigualdad
nales y sabemos que dichos aprendizajes se convierten hacia las mujeres.
en significados estereotipados que se imprimen en la
construcción de nuestras entidades de género.

De la misma manera que las instituciones revisadas, opera

el lenguaje, en tanto vehículo de la cultura su papel en la
asignación del género es muy claro. Se sabe que en len-
guaje ha visibilizado a las mujeres. Por ejemplo, las
formas del habla que generalizan el “masculino” es un
claro ejemplo de ello. Además, a través del lenguaje se
transmiten mensajes y significados que contribuyen a
reforzar estereotipos.

Las palabras, y más aún en el discurso reflejan nuestra

concepción del mundo y al mismo tiempo encasillan a las
personas y a los grupos sociales. Por ejemplo, las frases
como: “vieja el último”, “los hombres no lloran” y “gritas
como niña”, evidencian la forma en que el lenguaje repre-
senta con fuerza el sexismo en la sociedad mexicana.

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Ejercicio: Reflexionemos sobre el uso del lenguaje en frases de uso común

como los siguientes refranes.

REFRÁN RESPUESTA

‘‘No llores como mujer lo que no supiste
defender como hombre’’.
‘‘La mujer como la escopeta,
siempre cargada y detrás de la
puerta’’.
Aún existe la creencia de que expresar sentimientos de dolor
o llorar es exclusivo de las mujeres y refleja debilidad; mientras
los hombres son fuertes para defender lo que quieren. La igualdad
conlleva aceptar que unas y otros somos sensibles y fuertes.
Este refrán expresa la idea de que una manera de garantizar que
las mujeres se queden en casa ‘‘portándose bien y ocupandose
del hogar y la familia’’, es el embarazo frecuente.

‘‘Mujer que sabe latín, ni tiene marido, Este refrán refuerza la idea de que las mujeres inteligentes
ni tiene buen fin’’. no tendrán una pareja ni un buen futuro.

‘‘La mujer y la sartén, en la cocina Este refrán apoya la udea de que las mujeres deben permanecer
que se estén’’. en casa y sus labores ‘‘deben’’ ser las de hogar.

La conducción es una actividad que pueden realizar exitosamente

tanto mujeres como hombres, este refrán minimiza las habilidades
‘‘Mujer al volante, peligro constante’’. de las mujeres para el manejo, reforzando la idea de que es una
actividad para hombres.