LA ÉTICA

COMO EJE CENTRAL

DEL EJERCICIO PÚBLICO
Tema I: Ética y complejidad de lo ético.
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INTRODUCCIÓN

Este curso está diseñado para que todas y todos los servidores públicos
que no han tenido un acercamiento formal, de desarrollo profesional o
académico, con la ética y la ética en el servicio público puedan obtener los
elementos básicos que les servirán para comenzar a crear procesos de
reflexión en sus actividades diarias y que son la base para un comporta-
miento íntegro en el desempeño de sus funciones.

En el primer capítulo hablaremos un poco del origen de la ética, su defini-

ción, algunos de sus postulados, mitos y principios; el propósito de hablar
de esto no es verlo desde el enfoque filosófico, histórico, legal ni mucho
menos de debate; el objetivo de comenzar con ésto es comprender el
origen de la ética para poder situarlo en el contexto actual de la toma de
decisiones y sobre todo para comprender lo complejo que puede llegar a
ser este tema, tanto en su definición como en su aplicación.

En el segundo apartado hablaremos de la institucionalización de la ética

en el servicio público; abordaremos algunas de las normas que como servi-
dores públicos estamos obligados a seguir, hablaremos de los principales
artefactos que guían nuestra conducta y nos permite tomar decisiones
apegadas a la integridad; revisaremos cómo detectar actos de corrupción
y los medios de denuncia.

En la última sección hablaremos de la toma de decisiones en el servicio

público basadas en valores, la presencia de dilemas éticos en el actuar
público y la identificación de conflictos de interés. La comprensión de
estos temas nos permitirá desempeñarnos, dentro y fuera del ejercicio de
nuestras funciones, apegados a una visión ética del servicio público.
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Tema I: Ética y complejidad de lo ético.

Antes de ser servidoras y servidores públicos, somos personas; personas

que han crecido escuchando la palabra ética desde la casa, la escuela, el
trabajo y la sociedad. Crecemos escuchando que actuar de manera correc-
ta es sencillo, fácil y que solo debemos hacer lo que es ¨bueno y correcto¨,
y no obstante sabemos que la realidad es mucho más compleja que esto.

Posiblemente, antes de empezar a tomar este curso, usted escuchaba la

palabra ética y lo relacionaba con algo soso o algo aburrido, que el hablar
de ética era un instrumento para reprender y castigar, que el hablar de
ética no debería tomar más de 5 minutos por su sencillez y naturalidad.
Comencemos rompiendo algunos de nuestros mitos, hagamos un peque-
ño ejercicio, intentemos explicar a un niño de 5 años qué significa ser ético
y qué significa hacer lo correcto; intente explicarle a un adolescente cuál
es la diferencia entre lo justo y lo legal, intente explicarle a su pareja o a su
mejor amigo por qué tenemos reglas que nos dicen qué debemos hacer,
qué no debemos hacer, reflexione qué sucedería si la ética se ausentara de
nuestras vidas o si no pusiéramos consecuencias a las personas que no
siguen las reglas; al momento de hacer la reflexión no solo piense en el
trabajo, también puede aplicarlo a los deportes, a la familia, a las escuelas
o en nuestros círculos cercanos. ¿Acaso no son lógicas las actividades que
todas y todos debemos hacer para aportar al bien común?

En caso de hacer este ejercicio, me adelantaré un poco sin sabotear la

experiencia a quien decida hacerlo, lo que vamos a encontrar es que se
complica intentar definir algo que hemos creído como básico; nos comen-
zamos a dar cuenta de todas las veces que utilizamos la palabra ética y el
cómo una definición pudiera llegar a no abarcar todos los usos que se le
da habitualmente.

Ahora, al intentar definir que es ética, algunas y algunos de ustedes posi-

blemente hablaron o hablaran de lo correcto y lo incorrecto, de lo que está
bien y lo que está mal, de seguir los valores, de la moral o incluso pudieron
haber hecho alusión a lo que marcan las leyes, las normas o los reglamen-
tos; pero en el paso de las definiciones, ustedes mismos se preguntaron si
es lo mismo hablar de moral que de ética, se han de haber preguntado
quien dicta qué es bueno o malo, o incluso si las leyes siempre se encami-
nan a la justicia.
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Tema I: Ética y complejidad de lo ético.
Eso es precisamente lo que estaremos haciendo a lo
largo de las siguientes páginas; cuestionándonos a
nosotros mismos la realidad que hemos adoptado, los
conceptos que damos por correctos y que, inherente-
mente, nos llevarán a reflexionar acerca de nuestras
conductas que realizamos de manera prácticamente
automatizada. Debo, sin embargo, lanzar una adver-
tencia; no encontrará en este texto un decálogo o una
guía de cómo siempre actuar ¨bien o correcto¨, pero
sí encontrará herramientas que facilitarán su toma de
decisiones en el trabajo que le permitirá mitigar
riesgos.
Para abordar el tema, lo mejor será comenzar de lo
general hasta llegar a temas más particulares; prime-
ro hablaremos de aspectos básicos de la ética, su
definición misma e historia y su relación con la moral;
después avanzaremos hasta ligarlos con la existencia
de estos conceptos en nuestra área de interés que es
la administración pública.
El origen etimológico proviene del griego Ethos que
significa “costumbre” y fue vinculado por Aristóteles
al carácter; la ética en su origen se aboca a generar
preguntas y reflexiones sobre el sentido de la vida y
de las instituciones, así como de los principios en que
éstas deben estar fundamentadas para lograr el bien
común y más específicamente sobre los comporta-
mientos deseables para que la vida en conjunto sea
positiva (Álvarez, 2005).
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Es decir, la ética es quien estudia los comportamien-
tos y actos de los individuos, explica el por qué y
propone formas deseables para actuar; clasifica
estos actos en aquellos que tienen un impacto positi-
vo como la justicia, el honor y la libertad, a los cuales
llama virtudes. Por el contrario, a aquellos que perju-
dican o son negativos como la injusticia, corrupción o
imprudencia les denomina vicios. (Bautista, 2007).
Podemos encontrar que la ética, su papel, su interac-
ción con el Estado y con la sociedad ha sido estudia-
do a través de las diferentes etapas de la historia y ha
sido tratada desde los postulados de autores clásicos
como Aristóteles, Platón, Sócrates, Séneca, Cicerón,
Marco Aurelio, Santo Tomás de Aquino, John Locke,
Rousseau, Thomas Hobbes, Maquiavelo, entre
muchos otros; y aunque cada uno de ellos ha presen-
tado en sus obras literarias diversas posturas, las
cuales para aquel lector que desee conocer más del
tema se vuelven lecturas obligadas, tienen como hilo
conductor la reflexión de la libertad del ser humano,
su individualidad, el bien común, sus actos, sus con-
ductas, sus costumbres, la justicia y la forma en que la
sociedad debería de estar organizada.
Aunque en espacios más amplios de interacción
deberíamos de ver a cada uno de ellos y sus principa-
les ideas; lo que buscamos en este apartado es
despertar en nosotros como servidoras y servidores
públicos la conexión entre la importancia histórica del
poder de la reflexión de los mitos y de lo cotidiano
con respecto a la elecciones que realizamos día a día,
la aceptación de nuestros actos, sus responsabilida-
des y el rechazo de aquello que consideramos inco-
rrecto; he aquí, en la elección misma, el desafío crucial
de la ética.
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Tema I: Ética y complejidad de lo ético.
La ética y la moral han estado tan estrechamente
ligadas que para la mayoría de las personas suele ser
un sinónimo; esto se debe a una confusión desde su
origen. El autor Óscar Diego Bautista, en su tesis doc-
toral (2007), además de su colección amplia de
artículos, compilaciones y libros, nos da un recorrido
de la historia de la ética y la moral; así como sus dife-
rencias.
De acuerdo al autor anteriormente mencionado, el
primero en plasmar la palabra ética fue Aristóteles en
su obra de Ética a Nicomaco; aquí se habla de la felici-
dad, el placer, la política, el fin último y una serie de
clasificaciones distintas del comportamiento del ser
humano. En cambio, fueron los romanos quienes
escribieron sobre la moral, específicamente Cicerón.
El debate entre la diferencia de ambos conceptos, la
ética y la moral, ha sido abordada desde diferentes
perspectivas desde la religiosa, razón por lo cual al
hablar de ética (o moral) nos abocamos desde princi-
pios eclesiásticos, hasta la académicos; siendo una de
las distinciones más populares la que refiere a la ética
como aquellos lineamientos aceptados en una socie-
dad y la moral como un proceso de reflexión interiori-
zado.
De igual forma que lo hace Bautista en sus trabajos,
para no entrar en debates histórico-filosóficos,
debido a que después de muchos años los expertos
aún no han llegado a un punto de acuerdo, los utiliza-
remos para este curso como sinónimos, entiéndelos
como aquella disciplina que se dedica al estudio del
comportamiento, hábitos y costumbres de los seres
humanos; además explican y proponen formas
deseables de actuar.
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Al hablar de ética, otros de los conceptos que se
encuentran interiorizados o ligados a su significado
es el de los valores y principios; Bautista (2001)
define a los valores como ideas que son compartidas
y aceptadas por una comunidad que definen las
pautas deseables de la conducta individual y general
que sientan las bases de lo que es aceptado como
correcto para delimitar su comportamiento.
Los valores se han explicado de distintas maneras,
pero podemos generar una aproximación a su defini-
ción como aquella característica intrínseca de las
cosas y los individuos, que genera una estimación y
permite juzgarlos de manera positiva o de manera
negativa (Sanromán Aranda, González Jaimes, & Villa
Caballero, 2015).
Un aspecto fundamental de los valores es que existen
por sí mismos, a través de su polaridad; Frondizi
(1958) explica que los valores se presentan desdobla-
dos en valores positivos y negativos; a la belleza se le
opone la fealdad; lo malo, a lo bueno. No se crea que
el desvalor, o valor negativo, implica la mera ausencia
del valor positivo: el valor negativo existe por sí
mismo y no por consecuencia del valor positivo.
Un principio es un criterio fundamental, la razón o
causa primera al momento de realizar un acto.
Stephen Covey (1993) define a los principios como
una ley natural del universo que conciernen a las
organizaciones humanas. Son leyes naturales eviden-
tes por sí mismas y con un valor intrínseco, No cam-
bian ni se desvían. Los principios se aplican en todo
momento y lugar. Emergen bajo la forma de valores,
ideas, normas y enseñanzas que edifican, ennoblecen,
satisfacen, fortalecen e inspiran a las personas.
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Tema I: Ética y complejidad de lo ético.

Es por tanto que encontraremos que al hablar de

ética pública estamos hablando del estudio del com-
portamiento, hábitos y conductas de las y los servi- Y al asegurar dicha integridad se logra (OCDE, 2000):
dores públicos con el fin de guiarlos basados en prin-
cipios y valores persiguiendo el espíritu del servicio
público.
• Una conducta del servicio público alineada con
Los antiguos griegos sostenían que para ocupar un
los propósitos de la institución.
cargo público eran necesarias al menos tres condicio-
nes: a) Capacidad para el cargo; b) Lealtad para la
Constitución y c) Virtud y Justicia (Bautista Ó. D.,
2013). En la actualidad se vuelve fundamental reto-
mar la ética en el actuar público, porque las acciones • Que las actividades diarias sean confiables y
que realizamos como servidoras y servidores buscan coincidentes con la visión de la institución.
como fin último el bien común a través de la honra-
dez, la verdad, la justicia, la eficacia y la eficiencia.
Cuando hablamos del bien común nos referimos al
• Un trato imparcial a la ciudadanía.
proyecto social que unifica la visiones, motivaciones y
las realidades de cada una de las partes para conver-
tirlas en una nueva realidad llamada comunidad. Nos
referimos al conjunto de condiciones que les permite
a todos y cada uno de los miembros desarrollarse • El uso de los recursos públicos en forma efecti-
plenamente. va, eficiente y correcta.
Así pues, la ética trabaja en diferentes dimensiones,
herramientas y manifestaciones que, por su uso, es
común la pérdida de diferencia entre uno y otro. Ésta
pérdida de identidad o confusión también la tenemos • Y transparencia en los procedimientos de toma
con el término de integridad pública. de decisiones.
Al referirnos a la integridad pública nos referimos, de
acuerdo a la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económico (OCDE), a la alineación consis-
tente con el cumplimiento de los valores, principios y
normas éticas compartidos, para mantener y dar
prioridad a los intereses públicos, por encima de los
intereses privados, en el sector público.
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Tema I: Ética y complejidad de lo ético.

La ética, la moral, los valores, los principios, el bien común y la integridad

son elementos importantes para nuestro actuar diario como funcionarias y
funcionarios públicos; no para recitarlos de memoria o para el debate
filosófico de su origen y diferencias. Son importantes porque en ellos están
sentadas las bases de nuestro actuar como seres humanos.

Es importante comprender a partir de este momento que la ética es

acción, es práctica diaria; eso es lo que hace complejo hablar de ética. El
solo hecho de definirla y estudiarla no es suficiente. No se pretende que
con el conocimiento que aquí adquiramos se tenga la respuesta al bien
actuar, pero si esperamos que se generen los procesos de reflexión en
nuestro actuar diario a través de la vivencia de estos conceptos.