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¿Cómo se produjo el virus en “Viviendo en el apocalipsis”?

Julio del año de 2008, Ucrania, Chernóbil.


Dr. Bartholomew Rickman, de la Organización de las Ciencias y la Salud.
Mis colegas y superiores me han pedido participar en una investigación y búsqueda bastante
peculiar. Al parecer un grupo de personas infectadas de Ucrania han llegado al laboratorio para que
nosotros conozcamos su caso y que lleguemos a una conclusión respecto a qué es lo que tienen.
Tras un análisis a fondo de todos los infectados, puedo afirmar que estas personas muestran los
siguientes síntomas, que se supone son los primeros en aparecer:
1. Convulsiones
2. Enrojecimiento de ojos.
3. Emanación de espuma blanca por la boca.
4. Pupilas desorbitadas.
5. Pulso bajo.
6. Temperatura baja.
Aún se investiga cuál es el origen de tal infección tan peculiar, yo supongo que, al venir de Ucrania
su origen se remonta a Chernóbil: aquella ciudad devastada por la radiación. Sin embargo, mis
colegas teorizan que es un simple virus que afecta tanto animales como humanos, una posible
mutación creada por la naturaleza.
ESCENAS RANDOM.
Un estrepitoso ruido fuera de la casa fue lo que me despertó del profundo sueño al que me había
sometido.
¿Qué demonios había sido eso?
Tomé la pistola y el bate que estaban cerca de mí y me dirigí inmediatamente a la entrada principal
de la casa.
No había nada.
Los Baffo.

Timothée Baffo.

Muchos dirían que, en todo el país, yo fui uno de esos chicos afortunados que no conocían nada
respecto a la pobreza, precariedad o falta de recursos gracias a la “posición” en la que me
encontraba.

No era de familia rica, pero tampoco de una familia pobre, más bien pertenecía a lo que muchos
conocen como “clase media”.

Mi padre era un oficinista y a la vez mercader bien remunerado con una herencia significativa por
parte de su madre y padre. Nos mantenía en una posición bastante buena si tomamos en cuenta
los años en los que yo crecí. Pero el buen abasto económico no significaba tener un buen abasto
emocional, de hecho, fue todo lo contrario.

– Esa vida era un asco, Luis – le dije apenas escuché lo que mi hermano menor me había
contado respecto a los comentarios de algunos señores trabajadores del supermercado
cerca de nuestra casa.
– ¿Tú crees que no lo sé, Timothée? – me preguntó en un tono de molestia similar al mío.
– Ese tipo de gente habla sin saber, no le tomen importancia a esa clase de “gentuza” –
interfirió mi hermana Madeline.
– Madeline, no hables así – le regañé apenas terminó de hablar.
– ¿A qué se referían con la dama de Concepción? – preguntó Luis desconcertado.
– ¿A que te refieres, Luis? – les pregunté sin saber de qué hablaban.
– Ellos dijeron “La dama de la calle Concepción está muy molesta” – respondió no sin antes
recibir un gesto de molestia por parte de Madeline.
– No sé a qué se refiera, supongo que

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