Está en la página 1de 6

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN


ESCUELA PROFESIONAL DE EDUCACIÓN SECUNDARIA
ESPECIALIDAD DE LENGUA, LITERATURA, PSICOLOGÍA Y FILOSOFÍA

PRODUCCIÓN DE UN TEXTO
CURSO:
Taller de producción textual

PRESENTADO POR:

Willy David Calsin Calsini

DOCENTE:

Msc. Yolanda Lujano Ortega

SEMESTRE:
VII
PUNO- PERÚ
2017
ERROR Y CRÍMEN

Antes de comenzar con el asunto que hoy nos ha reunido a ti y a mí, tienes que
saber que me declaro culpable, pero no estoy loco, mucho menos trastornado.
Soy una persona normal, nunca he tenido problemas con la ley, hasta ahora
claro está, yo tenía una vida agradable, tenía familia, trabajo, una casa, un
jardín y un perro. Supongo que a estas alturas tienes algunas preguntas sobre
quién soy yo y de que crimen me declaro culpable, te adelanto que soy
culpable de todas las muertes que han sucedido en los últimos meses. Imagino
que ahora dispongo de toda tu atención e intentaré responder tus dudas en
forma ordenada.

Supongo que a quien primero quieres conocer es a mí. Pues he de


presentarme, mi nombre es Dante Álvarez Rojas tengo 28 años de edad, soy
ingeniero militar de profesión. Y al igual que el poeta “a la mitad de mi vida me
encontré perdido en una selva oscura, había perdido el camino” supongo que
todos nos perdemos en un momento de nuestras vidas oficial Antonio, ¡pero yo
no tuve toda la culpa! Fui arrinconado a esa selva oscura, ¡ellos me
llevaron¡ Perdón me deje llevar, siempre tuve una vida correcta no le había
hecho daño a nadie cumplía con mis deberes y obligaciones como una persona
normal, tanta felicidad y armonía pueden parecer mentira e incluso ofensiva
para el azar, el destino, hasta quizá para Dios; quién sabe cuáles sean las
fuerzas que afectan a este mundo pero esa noche me lanzaron a los sabuesos
del infierno que en su forma humana fueron a por lo que era lo más importante
y sagrado para mí, sí mi familia, recuerdo bien esa noche febrero, llovía muy
fuerte y yo estaba atascado en la autopista, en casa se encontraban mi esposa
Sara y mi hijo Deivid, el embotellamiento me permitía pensar en ellos e
imaginar que es lo que estarían haciendo. Sara estaría preparando café con
tostadas, hubiera puesto algo de música suave, Deivid estaría en su habitación
probando la nueva consola que recibió en navidad. Pero ya sabe nada es lo
que parece ni como uno se lo imagina y muchas veces la realidad supera a la
ficción.

Cuando ya estaba por llegar a casa. Pude ver


a lo lejos entre la espesa oscuridad y la lluvia
un furgón negro, eso ya me daba bastante
mala espina, usted sabe, altas horas de la
noche, una lluvia que caía a cantaros, la
inseguridad en el país cada vez más alta, al
estacionarme busqué rápidamente mi arma de reglamento, la que nunca había
tenido necesidad de usar antes, pero que ese día daba gracias de haberla
tenido. Me acerque sigilosamente a la puerta y mis sospechas se confirmaban
la entrada había sido forzada, cuando había entrado a mi casa vi un rastro de
sangre en la pared que me puso eufórico, seguí el rastro hasta una de las
habitaciones de la casa y al presenciar la escena que allí se producía mis
sentidos se nublaron y actué como un animal por instinto, ver a mi esposa con
una soga alrededor de su cuello y mi pequeño con una bolsa en la cabeza
usted sabe, enloquecen a cualquiera, rápidamente alcé mi arma para vaciar un
cargador en el cuerpo de aquel malnacido, pero aún era muy pronto para poder
derramar lágrimas, los dos cómplices del que había matado al parecer
intentaban abrir la caja fuerte que se encontraba en la habitación principal y al
escuchar el ruido de los disparos desenfundaron sus armas y comenzó un
tiroteo al interior de la casa después de varios disparos logré herir de gravedad
a uno de ellos o eso es lo que sentí pues las ráfagas de disparos eran más
densas, pero de esta pelea no saldría ileso pues como habrá leído en los
diarios recibí alrededor de 2 disparos que no eran de gravedad y la adrenalina
que corría por mi cuerpo en ese momento permitió que no sintiera el dolor de
las heridas producidas por los disparos.

Después del intenso tiroteo como era de esperarse ambos nos quedamos sin
municiones. Alguno de los vecinos habría llamado a emergencias 105 porque
en la quietud de la noche se escucharon las sirenas de la policía. Dominado
por la adrenalina y la ira cogí sin titubear de la cocina dos cuchillos y me
aproxime rápida y sigilosamente a la habitación donde se encontraban los dos
mal hechores. Uno estaba abatido y el otro se encontraba con una herida en el
brazo pero esa herida no le impedía seguir en combate. Entonces comenzó
nuestra pelea, el cogió una lámpara la cual esquivé raudamente logré hacerle
un corte en el pecho y el salto sobre mí, cuando el intentó estrangularme con
sus manos alcance uno de los vidrios rotos de la lámpara y sin dudar logré
clavársela en su cuello.

El resto de la historia ya la conoce,


yo salgo en la lluvia alzando las
manos en señal de rendición. Los
policías esposándome y metiéndome
a uno de sus patrulleros como si
fuera un vil criminal, ¡como si yo
fuera el villano! Cuando yo era la
víctima, me sentí sumamente
ofendido y triste, usted ¿logra
comprenderlo cierto? Haber perdido a mi familia, obligado a matar a tres
hombres en defensa propia. No voy a mentirle. Cuando dejé el estado se shock
y la adrenalina habían abandonado mi cuerpo, me quebré y lloré como un niño,
hasta que caí desmayado. Desperté después de tres días, esposado a una
cama de hospital.

Cuando ya me había recuperado, comenzó para mí lo más tedioso, estresante


y aburrido, odio los juicios y todo aquello que tiene que ver con problemas con
la ley. Fui juzgado por el foro militar-policial y todas las diligencias, audiencias
fueron una verdadera tortura para mí. ¿Se imagina tener que acudir más de
una vez al lugar donde perdió a su familia y donde tuvo que luchar por su vida?
Al final ya estaba harto, cansado de todo y me declaré culpable. Aún recuerdo
una parte del dictamen que fue leído.

“Por su cooperación en el caso de homicidio y defensa propia con número de


registro 326214 y considerando su excelente hoja de servicios este tribunal
condena al capitán del ejército Dante Álvarez Rojas a 4 años de prisión en una
cárcel militar con la posibilidad salir en libertad condicional por buen
comportamiento al momento de cumplir 2 años de prisión efectiva”

Vaya que estar entre rejas lo cambia a uno, se dispone de una gran cantidad
de tiempo para pensar y reflexionar en soledad. Antonio la comida no era
buena y fueron dos años difíciles pero lo logré salí en los dos años en libertad
condicional.

Después de volver a la sociedad ya nada es igual, la vez con otros ojos y ella te
ve a ti de forma diferente también. Mande a demoler mi antigua casa y vendí el
terreno. Te pido disculpas por toda esta verborrea y recuerdos pero quería que
sepas como comenzó todo. Supongo que no me considero un justiciero pero
hay cosas que están mal en este mundo y alguien tiene que hacer algo.

El primero fue Juan, aún lo recuerdo ese hombre despreciable, era un borracho
que maltrataba a su familia. Siempre que llegaba el fin de mes, gastaba las
pocas monedas que ganaba trabajando en el muelle en alguna cantina. La
pobre señora María, entonces tenía que ser madre y a la vez padre teniendo
que mantener su hogar vendiendo desayunos por las mañanas y del medio día
para la noche andaba recorriendo las calles como vendiendo todo lo que
llegara a sus manos. ¿Yo que tenía que ver con estas personas o como las
conocí? Yo solo conocía a María pues cada mañana a las 6:00 Am traía el
desayuno a mi casa siempre eran 3 jugos con 6 hogazas de pan. ¿Cómo sé
que sufría de maltrato? Era una de esas voces calladas que no decían nada y
toleraban en el silencio pero no podía ocultar las marcas de la violencia ya que
una mañana como de costumbre al traer el desayuno a mi casa tenía un
moretón que era muy visible en el rostro, fue entonces que por mi insistencia
ella se sinceró conmigo y me contó todo lo que le toco vivir el último año.

Pues bien ahora que ya me encontraba sin propósitos en mi vida comencé a


aferrarme a la idea de justicia. ¿Cómo acabé con ese pobre vago del Juan?
Fue sencillo la comencé a seguir y ver qué lugares frecuentaba, cuando ya
había tenido su rutina todo fue más fácil. Esperé como que de costumbre fuera
a una de esas cantinuchas que frecuentaba, espere pacientemente a que se
embriagara y terminara sus monedas. Daban las 2:00 Am cuando el salió
tambaleante y tomo rumbo a su casa. Supuse que él no rechazaría una
invitación para volver a la cantina si alguien le invitaba los tragos que tomaría,
es así que me acerque a él y le hice la propuesta que no rechazó, es así que
de vuelta en la cantina, sin que él se pueda percatarse le agregaba alcohol
industrial a sus bebidas y así pasó una hora en la que el pobre hombre ya no
podía más. Me ofrecí a llevarlo a casa pero a medio camino lo deje en una
esquina durmiendo, la llovizna y el frío de la madrugada harían el trabajo sucio,
le quite la casaca, los zapatos, hice que todo apuntara a un robo. Al medio día
ya a mis oídos llegaban las noticias que un pobre alcohólico había sido hallado
sufriendo un severo cuadro de hipotermia, después de unos días me entere
que ese mismo alcohólico había muerto producto de una neumonía que se le
complico a su vez por el consumo de alcohol industrial.

Dígame quien extrañaría a ese ser tan despreciable.

Supongo que eso resuelve uno de sus casos ya que hasta donde estoy
informado estaba estancado, pues solo contaba con algunas declaraciones de
que la última persona con la que lo vieron, medía aproximadamente 1.73,
cabello negro recortado, sin ninguna marca facial que ayude a identificarlo y
por si fuera poco, la llovizna de la noche borro todo tipo de huella y evidencia
de la ropa del difunto Juan.

Supongo que en ponerle fin a la vida del


pequeño Tomy fui un tanto más creativo. ¿Le
gustó? Bueno imagino que no; pero yo lo
disfruté, la bomba de clavos en la bombilla me
tomó esfuerzo y precisión. Sobre todo el lograr
colocarla en su habitación. Infiltrarme por la
noche usar unas ganzúas vaya que yo me
volví en un ladrón de película. Aquí pido disculpas por el deceso de esa
anciana, por mi torpeza alcanzó a verme el rostro y tuve que hacerla rodar por
las escaleras para así poderla silenciarla para siempre.
Bien, llegado a este punto quiero decirle mi estimado detective Antonio que ya
me he excedido demasiado tenía pensado dejar una nota corta y ya voy
alrededor de 4 páginas. Véale el lado bueno, ya no tiene que seguir con las
indagaciones sobre los casos que ha estado investigando y en los cuales se
encontraba sin rumbo, terminarían como casos que nunca fueron resueltos. Ya
que usted fue tan amable de regalarme su atención por unos instantes yo le he
de demostrar mi gratitud, advirtiéndole que en este instante usted deberá
pausar su lectura y mandar a la unidad UDEX (unidad de desactivación de
explosivos) a la Av. Los álamos 696, hay un paquete que contiene un libro y
digamos que hay cosas peores que las explosiones de pólvora, ya que el ácido
clorhídrico es peligro al entrar en contacto con los tejidos orgánicos. Un libro
que guarda una bomba de ácido, ¿es creativo no? Creativo y enfermo lo sé, lo
sé, supongo que una vez que comienzas es difícil parar, pero como le dije no
estoy loco, solo que ya no tenía más propósitos para esta vida, en mi mente y
corazón solo reinaban la ira, el miedo, la venganza y es por eso que yo mismo
he de frenarme, ya está todo listo, no quiero dejar mi casa hecha un desastre o
alguna habitación de un hotel con un desastre difícil para limpiar por alguien
más. Estoy en el estacionamiento que se encuentra detrás de su comisaría, me
he pegado un tiro en la sien, le pido por favor que sea amable y despierte a la
fiscal cuanto antes para que los buitres de los periodistas no sean los primeros
en llegar y arruinen nuestro primer encuentro.

También podría gustarte