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venezolana
Luis Bonilla-Molina[ii]
En este sentido quiero destacar un aspecto y alertar sobre otro. El primero, reivindicar
públicamente la iniciativa del Ministro Héctor Rodríguez de crear una instancia permanente
de consulta con todos aquellos que han ocupado el cargo de Ministros de Educación. Esto
fortalece y consolida una nueva cultura política institucional de entender la acción
gubernamental como un proceso continuo. Qué bueno para el país que las experiencias de
gestión de Héctor Navarro, Aristóbulo Isturiz, Adán Chávez, Jennifer Gil, Maryan Hanson
contribuyan en esta nueva etapa. Todos ellos, al igual que los ex ministros de Educación
Universitaria debieran formar parte, junto a individualidades, estudiosos del hecho
pedagógico e instancias del poder popular, del Consejo Nacional de Educación que propuse
en mi anterior trabajo. En el segundo de los casos, alertar respecto a un “discurso” que
postula que hay que comenzar de cero. Ese planteamiento expresa claramente el propósito
de avanzar en contrarreformas en el sistema educativo venezolano, que borren las
conquistas alcanzadas durante el gobierno Bolivariano. Conquistas que fueron el producto
del esfuerzo del Presidente Chávez por asumir como agenda de gobierno las exigencias y
luchas del magisterio, los estudiantes y la población venezolana quienes por décadas
combatieron en las calles para impedir cualquier ataque a los principios de una educación
pública, gratuita, popular y de calidad. Si bien tenemos titánicas tareas por enfrentar en
materia educativa, es mucho lo andado y debemos sentirnos orgullosos de ello.
Desde 1999 el pueblo dejó de sentirse un arrocero en las fiestas del conocimiento, la
educación y el sistema escolar. Todo este cambio forma parte de un proceso de resistencias
y logros con el cuál empalmamos los Bolivarianos. En esta oportunidad quiero trabajar en
la dirección que solicitó el Presidente Maduro de periodizar la revolución Bolivariana en
cada uno de los campos. En este sentido considero que son tres las grandes etapas de la
revolución Bolivariana en materia educativa, a decir: (a) Resistencia (1983–1998/2004/);
(b) Inclusión Educativa (1999-2013); (c) Calidad Educativa (2014 - ). Veamos:
Las escuelas granjas siguen siendo una hermosa experiencia de inclusión educativa. Hace
años, presencie en una escuela granja rural de primaria un incidente que aún hoy recuerdo.
Eran las 1 y 30 pm y ya, los niños(as) habían almorzando y corrían por los pasillos,
jardines, canchas y cualquier espacio abierto de la escuela. Cuanta energía acumulada
tienen a esa edad; saltaban, lanzaban pelotas al aire, gritaban a los cuatro vientos. Otros, los
menos, comían de los frutales: guayabas, mangos pomarrosas o naranjas. En fin una escuela
viva. Sonó el timbre para la formación y uno a uno fueron llegando al patio ubicado frente a
la oficina del director, para ordenarse e ir a las actividades académicas, deportivas y de
trabajo productivo de la tarde. Manuel –el subdirector- observó como un niño se había
trepado a una mata de mango y sentado en una de sus ramas bajas terminaba de comerse un
mango. Y entonces, micrófono en mano, con un tono amable señaló: “el niño que está en la
mata de mango bájese inmediatamente e incorpórese a la formación”. Era un árbol tupido
de verdes hojas y cargado de frutas. El niño bajo del árbol y corrió a la formación. Pero
detrás de él comenzaron –literalmente- a caer, uno, dos tres… seis, siete, niños más, como
si un ventarrón los hubiese lanzado del frutal. Unos al caer permanecían parados, otros
rodaban por la grama con sus caras plenas de la tinta del mango. Era imposible verlos desde
donde estaba Manuel, pero allí habían estado comiendo mangos también. Así es la realidad
educativa, mucho más compleja que lo percibimos a simple vista, pero las consecuencias de
cualquier decisión que tomemos siempre beneficiaran o sufrirán los sujetos principales de
la educación: los niños, niñas, adolescentes y adultos; seres humanos que tienen sus
esperanzas cifradas en la escuela/universidad.
No todo está por hacerse. Hay importantes experiencias pedagógicas en desarrollo en todo
el país, que deben ser inventariadas y valoradas. Tal vez solo alcancen a evidenciar logros
parciales, pero no por ello deben ser desechadas, al contrario sistematizadas para ponderar
los alcances y contribuir a la mejora de todas su dinámicas. Por ello la relevancia de la
mirada desde el espacio concreto que se quiere transformar: la escuela/universidad. No es
lo mismo hablar de la educación y su transformación desde unos referentes simplemente
teóricos, que desde una necesaria combinación teoría-praxis. Estos elementos y la
identificación de lo sustantivamente pedagógico deben orientar todas y cada una de las
consultas.
Si uno estudia, muchas de las preguntas de PISA –sobre lo cual volveré en otro trabajo- es
imposible dejar de sorprenderse por la orientación de consultas de satisfacción al
cliente/usuario y de vinculación del mercado/consumo con la formación. Hay que estudiar
en detalle, tanto nuestras experiencias de consulta como aquellas de las cuales hemos
decidido tomar distancia, pues de ambas aprendemos para no repetir errores. Por ello, la
consulta nacional debe guardar distancia de las preguntas orientadas a una simple
satisfacción al cliente o de adaptación a los entornos laborales y el consumo académico. La
consulta en buen medida prefigurará la dimensión de los resultados finales.
En la oportunidad que fui a una función de circo en los Andes venezolanos, en cuya
presentación no desfilaban animales a hacer tristes espectáculos sólo posibles por su
condición de presos, forzosamente domesticados y obligados a actuar, al final cuando las
puertas se abrieron y las luces comenzaron a apagarse me acerqué a uno de los trapecistas.
Había saltado de un lado a otro del escenario sin protección alguna en el suelo. Se
columpiaba de un lado a otro, saltando de trapecio en trapecio como si fuera un Peter Pan.
Quería saber cuál era el “truco” o el por qué de su osadía. No recuerdo el nombre del
acróbata pero ante mi pregunta el me sonrió e invito a acercarme al trapecio que aun se
balanceaba. Y me dijo: -son cuatro los trucos. El primero, debe gustarte hacerlo y tener
plena conciencia de los riesgos que esta actividad tiene. No se trata de saberlos sino de
tener plena conciencia de ello. Segundo, practicar muchas horas todos los días y tomar
nota de los errores. Trabajar las fallas y mejorar los éxitos. Tercero, conformar un buen
equipo técnico de apoyo sobre el cuál confiar el desempeño. Mira el trapecio –me dijo
acercándose a uno y tomándolo- solo un buen armado del mismo garantiza que no se
desarme o tenga inestabilidad ocasionando una tragedia. La gente que arma esto sabe que
un buen trapecio no solo depende de la calidad de los materiales sino de la destreza con la
cual se entrelazan, se tejen las eslingas y los mosquetones. Cuarto, aprender en qué
momento se cambia de dirección. Y por supuesto, hasta que no se domina plenamente el
arte, ensayar muy cerca del piso o con una red de protección. El magisterio venezolano es
sabio y diestro en materia de cambios educativos, construyamos con ellos cada uno de los
elementos de nuestro trapecio: las didácticas generales y específicas, los currículos
procesuales, la planeación compartida, la gestión democrática de los centros escolares, la
evaluación de procesos, la relación con la comunidad y el proyecto de país, el horizonte
liberador que borre los modelos educativos que promueven la sumisión, la obediencia y la
dominación. Todos ellos unidos, amarrados perfectamente por la pedagogía y el
pensamiento crítico.
Como en “La Liberte” (60´s) de George Moustaki (1934-2013) el gran desafío de toda
escuela/universidad es “ayudar a largar amarras”. Escuchando al cantautor, escritor y artista
recientemente fallecido uno capta en cada una de sus letras el drama que va implícito en
ganar la libertad, en una sociedad mundial panóptica, carcelaria y explotadora. Sociedad
que ha logrado llevar a millones de seres humanos a la educación en las aulas, mientras
otro tanto no tiene acceso siquiera a agua potable. Paradojas del “mundo civilizado”, de la
“civilización” neoliberal. El grito libertario de Moustaki se redimensiona hoy en la
angustiosas denuncias de Snowden presentando un renovado desafío para la educación
sobre los “limites” del control y la libertad en el capitalismo globalizado.
En mi caso apuesto por la simplificación curricular en esta labor. Debemos romper con la
lógica capitalista de “acumular” –en esta oportunidad contenidos- como indicadores de
logro. En consecuencia pareciera que una escuela/universidad es mejor si su currículo es
más extenso. El currículo no es el centro de la actividad educativa, sino un componente,
importante como los demás, de la Pedagogía y ésta a su vez de un Proyecto Político-
Pedagógico. Pensar los procesos escolares en la dialéctica entre la totalidad y la
especificidad debería ser el sello epistémico del debate sobre la calidad educativa. Si nos
aproximamos a la escolaridad desde una perspectiva fragmentada seguramente tendremos
un “bonito” currículo que presentar, unos recursos para el aprendizaje novedosos, unas
propuestas evaluativas y didácticas técnicamente impecables, modelos de gestión
democrática de los centros de trabajo; todo esto sólo crearía grandes expectativas pero no
revolucionarían el aparato escolar. Por ello, la idea de consulta nacional sobre la calidad de
la educación, de cara a todo el país, resulta tan potente, como convergencia de múltiples
miradas sobre el hecho pedagógico que posibiliten el camino para un cambio estructural del
mismo. En esa dirección todos los ciudadanos(as) debemos sentirnos convocados para
lograr los necesarios consensos en esta materia.
La calidad de nuestra educación y de nuestro sistema escolar está muy asociada al rescate
de la identidad nacional y la re-armonización de cada uno de sus componentes. Armando
Reveron y su obra nos pertenecen a todos los venezolanos, quien junto con Alí, Simón
Díaz, Mateo Manaure, entre otros tantos, expresaron formas particulares y síntesis de la
mirada venezolana de nuestra realidad.
Para los opositores educativos, para la derecha educativa venezolana lo que hacemos
quieren convertirlo en el drama de “La nave va” (1983) de Federico Fellini (1920-1993),
llevando las cenizas de una diva para lanzarlas al mar; en el cual, al final el barco se hunde.
Al contrario de la metáfora de Fellini la revolución Bolivariana, en documentos públicos
como el primer plan socialista y ahora en el Plan de la Patria (2014.2019) plantea con
fuerza el tema de la identidad nacional en cuya dirección se han realizado múltiples
acciones que garantizan que el barco de nuestro proyecto como sociedad nuestramericana
arribe exitosa a su destino. Tarea que no debemos abandonar pues con ello abriríamos paso
a las contrarreformas educativas que plantea el capital.
De donde viene esa moda de la ruptura entre enseñanza aprendizaje? Identifico dos grandes
lugares de enunciación, paradójicamente colocados en las antípodas del pensamiento.
Primero, la mala interpretación de las opiniones de Marx (1818-1883) sobre los límites de
la enseñanza como adoctrinamiento o simple repetición memorística de contenidos y
conceptos y; segundo, el modelo de educación de las llamadas escuelas democráticas del
modelo Sudbury que plantean el aprendizaje sin maestros.
En ningún momento Marx planteo que no había una dialéctica entre la enseñanza y el
aprendizaje. El se focalizó en la crítica a una educación que desvinculaba la enseñanza de
conceptos, contenidos, saberes, praxis en el mundo material del trabajo. Marx se refería
fundamentalmente a la educación de los trabajadores (as).
Al atacar la enseñanza lo que se cuestiona con fuerza es a los pedagogos. A partir de ese
enunciado los neoliberales se preguntan: ¿para qué gastar dinero público en la formación de
maestros?, o ¿par qué garantizarles un salario digno a su ejercicio profesional, si no son
imprescindibles y su papel se reduce a ser simples cuidadores?.
Los limitados resultados de la experiencia Sudbury –si es que los hay, solo he conseguido
referencias parciales- han sido ampliamente difundidos por la industria cultural y
comunicacional del capitalismo. Se continua propagando su “paradigma” de auto
aprendizaje en una “casita feliz” con nombre de escuela/universidad.
Fíjense ustedes que la enseñanza fue atacada desde los dos flancos más importantes, desde
las perspectivas tanto “seudosocialistas” como capitalistas, con el irrefutable propósito de
atacar a la docencia y con ella la educación pública, gratuita y de calidad como un derecho
humano fundamental y conquista de la humanidad.
Por ello, reiteramos que sin la relación dialéctica y emancipadora entre enseñanza y
aprendizajes, lo que estamos es atacando la existencia de la educación pública, de la
escuela, de la universidad. Es urgente aclarar esto y reflejarlo en los discursos de nuestras
comunidades, políticos y decisores para apuntalar desde este campo el esfuerzo del
gobierno Bolivariano en materia de calidad educativa.
Libro Patas Arriba: La Escuela del Mundo Al Revés de Eduardo Galeano
Se señala que el grupo más vulnerable de la sociedad son los niños, por lo
tanto son los más perjudicados y discriminados por una sociedad en la que los
niños no son solo niños sino que son lo que su situación económica y social ha
predestinado para ellos, son lo que se espera que sean: niños ricos hombres ricos,
de éxito, consumistas, materialistas; niños pobres hombres pobres, casi
delincuentes, fracasados. La discriminación y explotación impera y rebasa las
expectativas: niños esclavizados obligados a trabajar en condiciones
infrahumanas ya que son de gran utilidad las herramientas que poseen (sus
pequeños brazos y manos), o como carne de cañón engrosan las filas de los
ejércitos subversivos; y las niñas que son explotadas sexualmente.
Dentro de este contexto, el autor acota que “La economía mundial exige
mercados de consumo en perpetua expansión”. En un mundo en el que la
igualdad uniforma el pensamiento e impone costumbres y desiguala en las
oportunidades que brinda, siempre hay vencedores y vencidos, explotadores y
explotados, desarrollados y en vías de desarrollo. La televisión que se encuentra
en cada hogar de esta sociedad nos enseña a confundir la calidad de vida con la
cantidad de cosas, y nos muestra la violencia en todas sus formas haciéndola
parecer común normal parte de nuestra existencia.
Hay cada vez más gente que aplaude el sacrificio de la justicia en los altares
de la seguridad. Cada vez que un delincuente cae acribillado, la sociedad siente
alivio ante la enfermedad que la acosa. Los países que más armas venden el
mundo son los mismos países que tienen a su cargo la paz mundial.
Afortunadamente para ellos, la amenaza de la paz se está debilitando, mientras el
mercado de la guerra se recupera y ofrece perspectivas de exterminios rentables.
La gente que roba, mata, se prostituye para poder sobrevivir, ya que no tiene
suficientes recursos económicos para hacerlo de otra forma, es el objeto de
detención de la policía que los encarcela sin tener en cuenta por que han cometido
tales delitos; sin embargo, toda la cantidad de gente que se está enriqueciendo a
nuestra costa, es impune a estas medidas de detención, porque disponen de
recursos para que los defiendan o que los absuelvan de los delitos que han
cometido. El robo en pequeña proporción es delito contra la propiedad, el robo
grande es derecho de los propietarios. Por eso la mayoría de los presos que
habitan nuestras cárceles, son pobres.
Hay tanto desempleo que nos debemos conformar con lo que nos ofrecen, al
salario que nos imponen, con condiciones de trabajo obligatorias para no
arriesgarnos a ser despedidos o desempleados. Otro factor que perjudica a los
trabajadores es el desarrollo de la tecnología, que ha incrementado la
desocupación, sembrando el miedo a perder el empleo de los trabajadores,
sustituyéndolos por máquinas que harían su trabajo, y a quienes no se les paga ni
se les brinda seguridad. El miedo al desempleo permite que impunemente se
burlen los derechos laborales. “El derecho laboral se está reduciendo al derecho
de trabajar por lo que quieran pagarte y en las condiciones que quieran imponerte.
Tómelo o déjelo, que la cola es larga” “Todos somos iguales ante la Ley, ¿pero
ante qué Ley?” Los medios de comunicación están en pocas manos y actúan
orientados hacia el pequeño grupo que los dirige y la información que ellos les
convienen difundir. La cultura de consumo ha hecho de la soledad el más
lucrativo de los mercados. El sistema habla en nombre de todos y dirige sus
mandatos de consumo y de la moda efímera, cambiante que en corto tiempo deja
obsoleta los artículos recién adquiridos con el afán de promover el consumismo, lo
que beneficia a los productores de estos artículos o insumos; es decir se hace
más rico el rico.