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VIVIENDO LA ESPERANZA

(APOCALIPSIS 7)
Nafri Machado
TEXTO: Porque el Cordero que está en medio del trono
los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida;
y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.
(Apocalipsis 7: 7)

INTRODUCCIÓN:
La escena de Apocalipsis 7 está insertada en forma de
paréntesis entre la apertura del sexto y el séptimo sellos.
La conclusión del sexto sello nos lleva a los eventos
finales de la historia de la tierra que termina en la
Segunda Venida de Cristo.
Con el juicio que se acerca, las masas rebeldes procuran
esconderse de la ira del Cordero, clamando llenos de
pánico: “¿Quién podrá sostenerse [en el gran día de su
ira]?” (6:17).
Apocalipsis 7 responde a esa pregunta: Los que podrán
sostenerse en el gran día son los 144.000 y la gran
multitud.
Por ello, el capítulo 7, se divide en dos partes: la primera
se ocupa de los 144.000 sellados (7:1–8), y la segunda
describe la gran multitud que está en la presencia del
trono de Dios después de pasar por el tiempo de la gran
tribulación (7:9–17).
Técnica literaria OYE - VE
Antes de pasar al estudio de los dos grupos, les
presentaré una técnica literaria usada por Juan en el
apocalipsis, la técnica OYE – VE
Según esta técnica literaria, lo que Juan primero oye en
la visión y lo que posteriormente ve es realmente una y
la misma cosa.
Lo que ve es realmente la explicación adicional de lo que
oyó antes.
Ejemplos:
1. En el prólogo del libro, Juan “oye una voz fuerte
como de una trompeta” detrás de él (1:10);
cuando se da vuelta, no ve una trompeta sino a
Jesús caminando en medio de los siete candeleros
(1:12–13).
2. En el capítulo 5, él oye que el León de la tribu de
Judá ha vencido; cuando se da vuelta para ver al
león, ve el Cordero como que había sido inmolado
(5:5–6).
3. Más tarde, en el capítulo 17, oye de “la gran
prostituta sentada sobre muchas aguas”; lo que
más tarde ve es “una mujer sentada sobre una
bestia escarlata” cuyo nombre es Babilonia (17:1–
5).
4. En la última visión, Juan primero oye de “la novia,
la esposa del Cordero”, pero realmente ve “la
santa ciudad de Jerusalén” en su gloria,
simbolizada por piedras preciosas (21:9–12).
Referencia OYE VE
Capítulo 1 “Una voz fuerte como Ve a Jesús caminando en
de una trompeta”. medio de los siete candeleros.
Capítulo 5 Que el León de la tribu El Cordero como que había
de Judá ha vencido. sido inmolado.
Capítulo 17 De “la gran prostituta “Una mujer sentada sobre
sentada sobre muchas una bestia escarlata” cuyo
aguas”. nombre es Babilonia.
Capítulo 21 De “la novia, la esposa “La santa ciudad de
del Cordero”. Jerusalén”.
Ya estamos listos para continuar.

I. LOS 144 MIL


Apocalipsis 7:1 Después de esto vi a cuatro ángeles en
pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían
los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase
viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre
ningún árbol.
Desde el capítulo 4 han comenzado a surgir muchos
símbolos, tal cual lo había advertido Juan, Apocalipsis es
un libro lleno de señales, señales que la misma Biblia
explica.
De este capítulo el símbolo más sobresaliente son los
vientos.
Jeremías 51:1 Así ha dicho Jehová: He aquí que yo
levanto un viento destruidor contra Babilonia, y contra
sus moradores que se levantan contra mí.
Los vientos en el Antiguo Testamento simbolizaban las
fuerzas destructivas que son los agentes de Dios.
Apocalipsis 7:2, 3 Vi también a otro ángel que subía de
donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó
a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había
dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, 3
diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los
árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los
siervos de nuestro Dios.
Como en el antiguo Cercano Oriente, esta frase era una
manera de designar el este. En el Antiguo Testamento, el
este a menudo se usa con referencia a Dios.
Así el “otro ángel [que vio] ascender desde el nacimiento
del sol” en 7:2 probablemente fue comisionado por
Cristo, o aún es posible que pudiera ser Cristo mismo.
El sellamiento de personas en el Nuevo Testamento
denota identificación de quienes son pueblo fiel a Dios.
El sellamiento es algo que sucede cuando una persona
va a Cristo. Estar sellado con el sello del Espíritu Santo es
la señal de un cristiano genuino que pertenece a Dios y
la señal de certeza de la salvación. Explica Pablo, En él
también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad,
el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en
él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
(Efesios 1:13).
Agrega en Efesios 4:30 “Y no contristéis al Espíritu
Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día
de la redención”.
Ser sellados es estar dispuesto a obedecer: “Pero el
fundamento de Dios está firme, teniendo este sello:
Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de
iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo. (2
Timoteo 2:19).
Así se llama al pueblo fiel del Apocalipsis, los “sellados”
porque pertenecen a Dios como su posesión. El sello de
Dios consiste en el nombre de Dios escrito sobre las
frentes: “Después miré, y he aquí el Cordero estaba en
pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y
cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre
escrito en la frente” (Apocalipsis 14:1).
144.000. Este número está compuesto por doce
multiplicado por doce y luego multiplicado por mil. Doce
es el número de las tribus de Israel; también es el
número de la iglesia construida sobre el fundamento de
los doce apóstoles.
Así 144 (12x12) representa la totalidad de Israel, es
decir, la totalidad del pueblo de Dios tanto de los
tiempos del Antiguo como del Nuevo Testamentos.
En tiempos de guerra, el ejército de Israel se organizaba
en unidades militares de 1.000. Mil era así la unidad
militar básica en el antiguo Israel. La frase “millares de
Israel” se usa como un sinónimo para el ejército de Israel
y tiene la misma connotación como “los batallones de
Israel”.
Los 144.000 sellados está compuesto por 144 unidades
militares, doce de cada tribu, significando una totalidad
de Israel con sus doce tribus.
Juan usa estas imágenes de batalla para pintar la “iglesia
en su aspecto de lucha terrenal, la ‘iglesia militante’”.
Los 144.000 están a punto de pasar por la gran
tribulación, es natural y muy apropiado comprender a
los santos sellados del capítulo 7 en términos de un
ejército militar organizado en unidades que siguen el
modelo del antiguo sistema militar de Israel.
Apocalipsis 7:5-8 De la tribu de Judá, doce mil sellados.
De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de
Gad, doce mil sellados. 6 De la tribu de Aser, doce mil
sellados. De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De la
tribu de Manasés, doce mil sellados. 7 De la tribu de
Simeón, doce mil sellados. De la tribu de Leví, doce mil
sellados. De la tribu de Isacar, doce mil sellados. 8 De la
tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la tribu de José,
doce mil sellados. De la tribu de Benjamín, doce mil
sellados.
Las 12 tribus de Israel ya no existen, está es una
representación simbólica, porque el actual pueblo de
Israel es la Iglesia Cristiana Fiel.
Para ser de un Israel literal existen varios problemas:
1. Judá viene primero, antes que Rubén, el mayor de
los hijos de Jacob. En las listas del AT siempre
Rubén es el primero.
2. Se omiten Dan y Efraín, posiblemente por
reconocerse como apostatas y en los 144 mil no
hay apostatas.
3. Las tribus de José y Leví se incluyen.
Parece claro, entonces, que Juan tenía en vista a la
iglesia, no al Israel literal. En el Nuevo Testamento, la
iglesia cristiana es el nuevo y verdadero Israel de Dios.
Gálatas 3:29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente
linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.
Apocalipsis 7 indica claramente que se sella al pueblo de
Dios no para eximirlos de la hora de la prueba, sino para
pasar la prueba con seguridad. El sellamiento, es un
proceso por el cual cada cristiano debe pasar, y que llega
a su clímax y a una nueva significación justo antes de la
Segunda Venida.
II. LA GRAN MULTITUD
La primera parte de Apocalipsis 7 respondió a la
pregunta con respecto a quienes podrán sostenerse en
pie ante la ira de Dios y del Cordero; la sección siguiente
apunta a los que han pasado por la gran tribulación y
participan en la salvación escatológica.
Apocalipsis 7:9 Después de esto miré, y he aquí una
gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas
naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban
delante del trono y en la presencia del Cordero,
vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos;
Son una multitud victoriosa, vestidos de blancos y con
palmas en sus manos, como cuando ingresaba victorioso
el monarca a su ciudad.
Juan OYE de los 144 mil, pero cuando VE, observa a la
gran multitud, son el mismo grupo, en diferentes
momentos, los 144 mil entraron a la gran tribulación, la
multitud ha salido de la gran tribulación.
Juan no habla de la gran tribulación, ese es un tema que
se comienza a presentar a partir del capítulo 12, hasta el
final del libro.
Apocalipsis 7:13-14 Entonces uno de los ancianos
habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas
blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? 14 Yo le
dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que
han salido de la gran tribulación, y han lavado sus
ropas, y las han emblanquecido en la sangre del
Cordero.
Son una gran multitud que disfruta de la victoria y la vida
eterna.
Apocalipsis 7:16, 17 Ya no tendrán hambre ni sed, y el
sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; 17 porque
el Cordero que está en medio del trono los pastoreará,
y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará
toda lágrima de los ojos de ellos.
Me recuerda el Salmo 23: 1, 2 “Jehová es mi pastor,
nada me faltará. En lugares de delicados pastos me
hará descansar; junto a aguas de reposo me
pastoreará”
Allí en las pacíficas llanuras y junto a las corrientes vivas
del país celestial, “el pueblo de Dios, por tanto tiempo
peregrino y errante, encontrará un hogar”.

CONCLUSIÓN:
¿Quieres ser de la gran multitud? Primero debes ser
sellado.
Hechos 2:38, 39 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese
cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para
perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu
Santo. 39 Porque para vosotros es la promesa, y para
vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para
cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

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