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INTRODUCCIÓN:
Martín Lutero, fue el máximo representante de la
reforma protestante
Cuando Martín Lutero clavó sus 95 tesis en la
puerta de la catedral, él era una minoría solitaria –
pero triunfó.
Se cuenta que una vez estaba penosamente
intranquilo por sus propios pecados, por la
maldad del mundo, y por los peligros que
rodeaban a la iglesia.
Entonces su esposa, Catalina de Bora, vestida de
luto, se acercó a donde estaba él, y con gran
sorpresa le preguntó quién había muerto. Con sus
respuestas tuvieron el diálogo siguiente:
¿No sabes? ¡Dios en el cielo ha muerto!
Pero, ¿cómo puede Dios morir? ¡Él es inmortal!
¿Es cierto esto?
¡Indudablemente! ¿Cómo puedes dudarlo?
¡Tan cierto como que hay Dios en el cielo, es
que él nunca morirá!
Y, entonces ¿Por qué mi Martín está tan
desalentado y abatido?
Martín Lutero comprendió lo que su sabia esposa
le quería enseñar y dominó su pesar.
Dios tiene el control de la historia humana y
también el control de nuestras vidas si se lo
permitimos, el mensaje a las 7 iglesias de
Apocalipsis 2 y 3, nos recuerda su dirección e
infinito amor por nosotros.
I. EL 7
Apocalipsis 1:11 Que decía: Yo soy el Alfa y la Omega,
el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y
envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso,
Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.
Las siete iglesias son la primera de una serie de “sietes”
que se hallan en el Apocalipsis:
7 espíritus (Rev_1:4)
7 candeleros (Rev_1:12)
7 estrellas (Rev_1:16)
7 lámparas de fuego (Rev_4:5)
un libro con 7 sellos (Rev_5:1)
los 7 cuernos y 7 ojos del Cordero (Rev_5:6)
7 ángeles con 7 trompetas (Rev_8:2)
7 truenos (Rev_10:4)
un dragón con 7 cabezas y 7 coronas (Rev_12:3)
una bestia con 7 cabezas (Rev_13:1)
7 ángeles que tienen las 7 copas que contienen las
7 últimas plagas (Rev_15:1, Rev_15:7)
y la bestia con 7 cabezas, que se dice que también
son 7 montes y siete reyes (Rev_17:3, Rev_17:9-
10).
Este uso repetido del número siete con tantos símbolos
diferentes, significa que esa cifra también debe
entenderse en sentido simbólico.
A través de toda la Escritura el número siete, cuando se
usa simbólicamente, por lo general representa plenitud,
perfección.
Por lo tanto, cuando se aplica a las siete iglesias es de
esperarse que tenga un propósito definido.
CONCLUSIÓN:
Cada carta cierra con la frase
Apocalipsis 2:29 El que tiene oído, oiga lo que el
Espíritu dice a las iglesias.
En otras palabras “Has caso”
Escucha la palabra, pero practícala.
El fin está cerca, prepárate.
Si las prácticas serás vencedor, y entonces te pasará lo
siguiente:
Te dará a comer del árbol de la vida (2:7).
No sufrirás ningún daño por parte de la muerte
segunda (2:11).
Te dará a comer del maná y te dará una piedrecita
blanca con tu nuevo nombre (2:17).
Guardará tus obras hasta el fin y te dará autoridad
sobre las naciones; y te dará la estrella de la
mañana (2:27,28).
Serás vestido de ropas blancas y no borrará tu
nombre del libro de la vida; además, te confesará
delante de su Padre y de sus ángeles (3:5).
Te hará columna del santuario de Dios y estarás
siempre con Él; y tendrás el nombre de Dios
escrito en ti (3:12).
Te sentarás con Él en su trono porque Él ha
vencido (3:21).
Vale la pena ser vencedor con Jesús.
Sean victoriosos, confíen en mí, no tengan miedo.
Ese es el mensaje de Dios para ti en estas 7 cartas de
esperanza.
¿Cómo puede pedir Dios semejante cosa? ¿No tener
miedo ante tanto dolor y crueldad? Para que
entendamos esto, te contaré brevemente la historia de
Policarpo.
La tradición dice que Policarpo fue discípulo de Juan, y
que Juan mismo lo nombro pastor de la iglesia de
Esmirna. Esta iglesia, como había sido profetizado, sufrió
persecución, y Policarpo no estuvo exento de esa
terrible prueba. Cuando sus captores llegaron a traerle,
él los recibió muy amable y ordenó que les prepararan
una grandiosa comida, mientras tanto el oraría, ellos se
dijeron “¿Por qué hicimos tanto alboroto para
aprehender a este anciano tan manso?”.
El gobernador que lo condenaría, le dijo a Policarpo:
“¿Que te cuesta solamente decir ‘Señor emperador’ y
ofrecer holocausto o incienso ante él, para salvarte la
vida?”, él respondió con amabilidad y firmeza: “He
servido a mi Señor Jesucristo durante 86 años y nunca
me ha causado daño alguno ¿Cómo puedo negar a mi
Rey, que hasta el momento me ha guardado de todo
mal, y además ha sido fiel en redimirme?”.
Cuando lo amenazaron con lanzarlo a las fieras o
quemarlo, Policarpo les dijo: “¿Por qué demora? Traiga
las fieras, traiga el fuego, o traiga lo que sea; ningún
tormento me hará negar a Cristo, mí Señor y Salvador”.
Al fin lo llevaron a la hoguera y cuando lo iban a sujetar
de pies y manos para acostarlo en la pira él les pidió un
favor: “Dejen, el que me dará la fuerza para aguantar la
llama del fuego, me fortalecerá también para
permanecer quieto en la misma, aunque no me clavaran
las manos y los pies”.
Al ver que Policarpo no gritaba por el dolor de las llamas,
creyeron que estas no lo matarían y lo traspasaron con
una espada por un costado. Así, por fuego y por espada,
el fiel testigo de Jesucristo falleció y entró al descanso de
los santos, en el año 168 d.C.
¿Ahora lo entiendes?, Policarpo no tuvo miedo porque
estaba seguro que su amado Salvador estaba a su lado,
bajo el control de los hechos y que la vida eterna le
estaba asegurada.
¿Por qué tener miedo si Jesús está con nosotros?
Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí
tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero
confiad, yo he vencido al mundo.
Un punto importante: No habrá una octava iglesia.
Laodicea es pues, la iglesia remanente final, Jesús ya
viene.
Se confías en Jesús tienes la victoria asegurada. ¿Quieres
decirle a Jesús esta noche, yo confío en ti, yo creo en ti,
yo quiero ser un vencedor, ven a mi vida?