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LOS RECURSOS PENALES

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16.- Cuestiones previas

Como afirma Julián López1 el régimen de recursos tiene una importancia fundamental
dentro del sistema procesal penal, porque está en directa relación con los principios que la
inspiran y resulta particularmente descriptivo de la organización del poder del Estado.
Desde una perspectiva histórica, los recursos son mecanismos de impugnación de las
decisiones judiciales surgidos durante el desarrollo del sistema inquisitivo, como instancias de
control burocrático asociadas a la centralización del poder y a su organización jerárquica. Como
narra Maier, durante el desarrollo del sistema inquisitivo “el fallo era, casi por definición,
impugnable; aparece la apelación y, en general, los recursos contra la sentencia, íntimamente
conectados con la idea de delegación del poder jurisdiccional que gobernaba la administración
de justicia”. En efecto, el poder, que se delegaba en funcionarios inferiores, debía devolverse en
sentido inverso a aquel de quien procedía y ello permitía el control de la utilización correcta del
poder delegado.
La correspondencia de la idea de recursos con la organización jerárquica del poder
estatal ha sido destacada por Damaska, quien, analizando los sistemas procesales penales
desde una perspectiva ya no histórica, sino funcional, distingue entre organizaciones basadas
en un ideal jerárquico y un ideal paritario y observa que “existe una obvia conexión entre el
ordenamiento vertical del poder y la revisión jerárquica”. Cuando el Poder Judicial se organiza
jerárquicamente, “la etapa de revisión no se concibe como un evento extraordinario, sino como
una secuela de la adjudicación original que se debe esperar en el curso de los hechos”. Así las
cosas, la revisión jerárquica es extensa: “hay pocos aspectos de las sentencias del poder inferior
que sean inmunes a la supervisión: hecho, derecho y lógica son todos juego limpio para el
escrutinio y la posible corrección”.
En el contexto del sistema procesal penal chileno anterior a la reforma, tributario del
sistema inquisitivo, con un Poder Judicial profundamente jerarquizado, la existencia de un
intenso régimen de recursos parecía desde todo punto de vista justificada. No sólo la sentencia
definitiva era esencialmente apelable, sino que también, con gran amplitud, las resoluciones
adoptadas durante la instrucción. El recurso aparecía concebido claramente como una instancia
de control de las decisiones de los tribunales inferiores más que como un derecho de los
imputados o condenados. Así la posibilidad de revisión de las resoluciones de los tribunales
inferiores procedía no sólo a solicitud de cualquiera de las partes, sino también, en ciertos
casos, operaba de oficio a través del mecanismo de la consulta. El alcance de la revisión era
sumamente amplio, incluyendo todas las cuestiones de hecho y de derecho pertinentes a la
causa. La posibilidad de la reformatio in peius se encontraba establecida expresamente por la
ley.2

1
Ob cit., tomo II, pág. 347.
2
Art. 528 Código de Procedimiento Penal.

2
La reforma procesal penal ha establecido un régimen de recursos que restringe las
posibilidades de impugnación de las resoluciones de primera instancia y limita el ámbito del
control superior en los términos necesarios }para asegurar el principio de inmediación, lo que
produce una descentralización del poder jurisdiccional en cuanto el tribunal del juicio pasa, por
regla general, a adoptar una decisión definitiva que no está sometida a revisión posterior. El
alcance y ámbito de aplicación de los recursos va a quedar entregado, así, no ya a las
necesidades propias del control burocrático, sino a la concepción del recurso como un derecho
del imputado, que el sistema procesal penal está llamado a resguardar y proteger.

16.1.- Concepto.
Son medios de impugnación que establece la ley para obtener la modificación,
enmienda o invalidación de una resolución judicial.
En esta materia la ley procesal también ha producido cambios notables, coherentes con
los grandes principios que le inspiran y teniendo como figura central del procedimiento al juicio
oral y público.
A través de los sistemas recursivos se pretende entregar a los intervinientes un
mecanismo de control eficiente de la actividad del órgano jurisdiccional. Sin embargo, para que
ello resulte es indispensable que los tribunales cumplan con la obligación de fundamentación
de sus decisiones.
Sólo a través de la motivación de la resolución se obliga al tribunal a hacer explícito el
curso argumental seguido para adoptar la decisión y esta es, precisamente, la materia que será
objeto del control. Motivación y control se convierten, por lo tanto, en un binomio inseparable.
En el caso de la sentencia definitiva, los juzgadores sabedores de que su fallo muy
probablemente será controlado, se sitúan frente a él en la posición de quien habrá de
examinarlo y juzgarlo, es decir en la posición de un observado razonable, con independencia
de que sea su propia convicción y no la de un tercero razonable el factor determinante de su
decisión. Tratará, entonces, de utilizar criterios que lo conduzcan a la mayor objetividad posible,
teniendo en cuenta para ello la jurisprudencia de los tribunales de alzada, tanto en materia de
estándares probatorios como de interpretación de la ley.
Por su parte, los jueces encargados del control de la motivación (en los medios de
impugnación por vía de reforma) deberán acometer su tarea conscientes de los distintos
ingredientes que componen el discurso judicial, y provistos de las técnicas apropiadas para
controlar la corrección de esos razonamientos.
Volveremos en detalle sobre este punto al analizar las causales del recurso de nulidad.

16.2.- Características del nuevo régimen de recursos.

3
El régimen de recursos instaurado constituye un avance importante hacia la
consideración de los recursos como un derecho del imputado y demás intervinientes y no ya
como un mecanismo para asegurar la centralización del poder estatal.
Las principales características de este nuevo régimen son las siguientes:
a.- Si bien se reconoce el derecho al recurso, en cuanto es posible revisar el fallo
condenatorio por un tribunal superior, 3 desaparece la doble instancia como regla general, en
cautela de los principios de oralidad e inmediación.
Señalaba en este punto el Mensaje del Proyecto del Ejecutivo que la apelación y la
consulta eran mecanismos incompatibles con el nuevo sistema: “La primera razón para ello dice
relación con la contradicción entre la forma de tramitación de esos recursos y la centralidad del
juicio oral en el procedimiento propuesto. La vigencia de un sistema oral requiere que el
fundamento fáctico de la sentencia provenga de la apreciación directa de las pruebas que los
jueces obtienen en el juicio. En consecuencia, su revisión por parte de los jueces que no han
asistido al juicio y que toman conocimiento de él por medio de actas, lo priva de su centralidad
confiriéndosela, en cambio, a la tramitación del recurso de apelación”.
En teoría un juicio oral genuino es por definición de única instancia, único e irrepetible.
En virtud de la inmediación, la única manera de reemplazar la decisión sería repitiendo
íntegramente el juicio, pero se trataría en realidad de otro juicio, que torna banal el primero.
Se estima que habiéndose concebido en primera instancia un tribunal colegiado
integrado por tres miembros, cuya decisión de absolución o condena es impugnable a través
del recurso de nulidad, y habiéndose estructurado este último como un recurso desformalizado,
que permite controlar el respeto a los derechos y garantías comprometidos en el
procedimiento penal y la conformidad de la sentencia con las reglas de la sana crítica, la
posibilidad de apelación habría resultado del todo superflua. Lo que resulta realmente
trascendente desde el punto de vista del derecho al recurso no es la doble instancia, sino la
doble conformidad.4
b.- Disminuyen las resoluciones recurribles, en primer lugar porque el juicio oral no se
aviene con una multiplicidad de recursos y menos con aquellos que confieran competencia
plena al superior para conocer de todas las cuestiones debatidas, tanto de hecho como de

3
Arts. 8 N° 2 letra h) CADH y 14.5 PIDCP.
4
También conocida como la regla de la doble conformidad, según Maier se entiende cumplida con el derecho
a lograr un nuevo juicio cuando mediante el recurso donde se comprueba que la condena, por fallas jurídicas
en el procedimiento, en la percepción directa de los elementos de prueba por parte del tribunal que la dictó o,
incluso, por fallas en la solución jurídica del caso, no puede ser confirmada como intachable y, por ende, no
se sostiene frente al recurso. La doble conformidad supone, entonces, que la condena debe ser capaz de
subsistir el reexamen en un nuevo juicio, si se cumplen los requisitos que habilitan la revisión. En nuestro
sistema el recurso de nulidad cumple con tal exigencia, pues como veremos se trata de un recurso amplio, sin
restricciones de acceso provenientes de un excesivo formalismo, y que permite en términos generales la
invalidación del juicio oral y la sentencia cuando existe una infracción sustancial de derechos o garantías
constitucionales referidas a las formalidades del juicio o a los hechos que se hubieren dado por probados,
permitiendo la revisión del respeto a los límites a la valoración de la prueba impuestos por las reglas de la
sana crítica.

4
derecho. Los recursos compatibles con el juicio oral son aquellos que no buscan alterar los
hechos tal cual se han establecido como resultado de las audiencias, sino que son recursos de
derecho, que persiguen controlar la regularidad del juicio. En segundo lugar, disminuye el
número de recursos en cautela del derecho a ser juzgado en un plazo razonable, evitando la
excesiva dilación de la decisión.
Si bien el recurso de apelación no desaparece del todo, su ámbito de aplicación se
restringe severamente al declararse improcedente respecto de las sentencias definitivas dictadas
en los juicios orales y de todo tipo de resoluciones dictadas por un tribunal de juicio oral en lo
penal. El ámbito del recurso de apelación queda reducido a las resoluciones más importantes
dictadas por el juez de garantía en los casos excepcionales previstos por la ley.
c.- Se privilegia el control horizontal de las resoluciones judiciales, esto es, aquél
efectuado por las partes agraviadas, por sobre el control jerárquico o vertical sobre los jueces.
Lo anterior queda demostrado con la desaparición del trámite de la consulta y la prohibición de
la reformatio in peius.5
Se faculta el recurso en razón del agravio y del interés de los intervinientes, quienes
pasan a tener la exclusiva legitimación activa para provocar la revisión de las resoluciones
judiciales en el marco del proceso penal.
En razón de lo anterior, se dice que con el nuevo sistema de recursos el poder
jurisdiccional en lo penal se descentraliza.
La disminución de la intensidad del régimen de recursos surge en consecuencia de una
fuerte crítica a la situación vigente en esta materia antes de la reforma procesal penal. Como
expresa el propio Mensaje del Proyecto de Ley que dio origen al nuevo CPP: “El modelo vigente
funciona sobre la base de un muy intenso sistema de controles verticales. Se puede decir que
todas las decisiones de relevancia que un juez del crimen adopta son objeto de revisión, incluso
sin reclamación de parte, por sus superiores jerárquicos. Este sistema, que se explica
históricamente por la necesidad de controlar a un órgano único en primera instancia, con
exceso de atribuciones, ha contribuido con fuerza a la irracionalidad administrativa del sistema,
a la desvalorización de las decisiones del juez individual y a las ya mencionadas burocratización
y pérdida de individualidad de la función judicial y su proyección pública”.
d.- El carácter bilateral de la facultad de recurrir, esto es, la posibilidad de que la parte
acusadora recurra en contra de la sentencia definitiva, incluyendo el caso de sentencia
absolutoria.6 Esta facultad no es siempre aceptada por la doctrina y la jurisprudencia de otros
países.

16.3.- Elementos de los recursos.

5
Consiste en la prohibición que pesa sobre el tribunal que revisa una resolución jurisdiccional por la
interposición de un recurso, de modificarla en perjuicio del imputado, cuando ella sólo hubiese sido recurrida
por él o por otra persona autorizada por él, en su favor.
6
Arts. 109 letra f), 153, 352 y 387 inciso 2° CPP.

5
a.- Debe existir una resolución impugnable de acuerdo a la ley.
b.- Debe existir un tribunal que pronunció la resolución que se trata de impugnar.
c.- Debe existir un tribunal que conocerá del recurso, que puede ser el mismo tribunal
que dictó la resolución u otro diverso.
d.- Debe existir una parte litigante o interviniente que se sienta agraviada por la
resolución judicial y que la impugna.
e.- Debe existir una nueva resolución judicial que enmienda, invalida o confirma la
resolución recurrida.

17.- Reglas generales.


Los recursos en materia penal están regidos por reglas especiales relativas a cada uno
de ellos, que están contenidas en el Libro Tercero. El Título II de dicho Libro contiene las reglas
especiales relativas al recurso de reposición, el Título III, las reglas relativas al recurso de
apelación y el Título IV, las relativas al recurso de nulidad. Se aplican supletoriamente a todos
ellos las disposiciones generales sobre recursos contenidas en el Título I. Supletoriamente a las
anteriores, se le aplican también, por remisión del artículo 361 del CPP las reglas sobre el juicio
oral contenidas en el Título III del Libro Segundo del mismo cuerpo legal.
La decisión legislativa de contemplar disposiciones generales aplicables a todos los
recursos y de resolver la aplicación supletoria de las normas del juicio oral, tuvo por finalidad
evitar la aplicación supletoria de las reglas de procedimiento que regulan las vistas de las causas
en materia civil.7
Afirma Julián López8 que aunque lo anterior se logró, en gran medida, ocasionalmente
se producen vacíos menores que deben ser llenados mediante la aplicación del artículo 52 del
CPP, que nos reenvía a las normas comunes a todo procedimiento contempladas en el Libro
Primero del CPC. Agrega que esta aplicación supletoria debe ser cuidadosa porque no puede
autorizar al intérprete para soslayar la aplicación preferente de las reglas del juicio oral.

17.1.- Facultad de recurrir.


Sólo pueden recurrir en contra de las resoluciones judiciales el Ministerio Público y los
demás intervinientes agraviados por ellas, no existen otras personas legitimadas para hacerlo. 9

17.2.- Cómputo de los plazos.


El cómputo de los plazos para recurrir se rige por las normas generales contempladas
en los artículos 14 a 18 del CPP. Pero si se trata de recurrir en contra de la decisión de un juicio
7
El Senado estimó que una remisión a las normas comunes de la apelación civil, podrían entrabar el recurso,
porque son sistemas incompatibles, y porque el CPC está enfocado hacia un procedimiento inquisitivo y
escrito.
8
Ob cit., tomo II, pág. 364.
9
Art. 352 CPP.

6
oral celebrado en una localidad diferente al lugar de asiento del tribunal, el plazo legal se
aumentará conforme a la tabla de emplazamiento prevista en el artículo 259 del CPC. 10

17.3.- Renuncia y desistimiento de los recursos.11


Los recursos pueden renunciarse expresamente, una vez notificada la resolución contra
la cual procedieren.
Una vez interpuesto el recurso, el recurrente puede desistirse de él antes de su
resolución.
Los efectos del desistimiento no se extenderán a los demás recurrentes o a los
adherentes al recurso.
Tratándose del defensor se requiere mandato expreso del imputado para la renuncia o
desistimiento de los recursos. En consecuencia, en cuanto a esta última posibilidad, se altera la
regla contenida en el artículo 7° del CPC que concibe al desistimiento de los recursos como una
facultad ordinaria del mandato judicial.

17.4.- Efecto de la interposición de los recursos.


La interposición de un recurso no suspende la ejecución de la decisión impugnada, a
menos que se trate de una sentencia definitiva condenatoria o que la ley disponga
expresamente lo contrario.12
Esta regla general ha permitido sostener la improcedencia de las órdenes de no innovar
en la tramitación de las apelaciones concedidas en el solo efecto devolutivo. También en este
sentido debe tenerse en cuenta lo dispuesto en los artículos 115 y 120 del CPP.
En cuanto a las sentencias absolutorias pueden cumplirse de inmediato. Ello de
conformidad a los principios generales y lo dispuesto en los artículos 153 inciso 1°, 347 y 379
del CPP.

17.5.- Vista de las causas.


Se trata de un procedimiento común establecido para todos aquellos recursos que son
conocidos por un tribunal de alzada, que requieren vista previa. Ello demuestra que el tema de
la impugnación de las decisiones judiciales ha sido concebido como un sistema, mejorando de
este modo la técnica legislativa procesal.
Las reglas comunes son las que siguen:13
a.- La vista de la causa se efectúa en audiencia pública.

10
Art. 353 CPP.
11
Art. 354 CPP.
12
Art. 355 CPP.
13
Arts. 356, 357, 358 y 359 CPP.

7
b.- Sólo la ausencia del recurrente da lugar al abandono del recurso, si falta el recurrido
se procede en su ausencia.
c.- La audiencia se inicia con el anuncio.
d.- Sin previa relación se da la palabra al recurrente para que exponga los fundamentos
del recurso y sus peticiones concretas.
e.- Luego, se da la palabra a la parte recurrida.
f.- El tribunal concede la palabra a todas las partes para aclaraciones respecto de los
hechos o argumentos vertidos en el debate.14
g.- En el recurso de nulidad puede producirse prueba sobre las circunstancias que
constituyen la causal invocada, siempre que se hubiere ofrecido oportunamente.
h.- En cualquier momento, los miembros del tribunal pueden hacer preguntas o pedir
profundización en la argumentación, o que ésta se refiera a algún aspecto específico.
i.- Concluido el debate, el tribunal pronuncia sentencia de inmediato o en un día y hora
que dará a conocer en el acto.

17.6.- Competencia del tribunal de alzada.15


La regla general señala que la competencia del tribunal ad-quem se encuentra
delimitada por las solicitudes del recurrente, no puede, en consecuencia, extender el efecto de
su decisión a cuestiones no planteadas o más allá de los límites de lo solicitado. 16
De este modo, si la resolución fue impugnada por un solo interviniente, el tribunal no
puede reformarla en perjuicio del recurrente, pues ello excede los límites de su competencia.
La institución de la reformatio in peius, constituye una modalidad de incongruencia, que
tiene lugar cuando el recurrente, en virtud de su propio recurso, ve empeorada o agravada la
situación jurídica creada o declarada en la resolución impugnada.
No obstante lo señalado existen ciertas situaciones especiales en que el tribunal de
alzada puede exceder la competencia otorgada por los recurrentes, siempre a favor de los
imputados, así:
a.- La decisión favorable a uno de los imputados aprovecha a los demás, aun cuando
no hubieren recurrido, salvo que sus fundamentos fueren exclusivamente personales del
recurrente, lo que el tribunal debe declarar expresamente.

14
La vista de la causa en materia penal está concebida de una manera marcadamente adversarial, al modo de
un debate contradictorio. El legislador tuvo en consideración para estos efectos la necesidad de dar reglas
especiales para la tramitación de los recursos, por razones de coherencia con los principios que inspiran el
procedimiento penal, estimando que no resultaría congruente, por ejemplo, la inmediación del tribunal y la
contradictoriedad que inspiran el juicio oral con la aplicación de las normas civiles sobre vistas de la causa.
Por ello se elimina la relación, al estimar más acorde con la naturaleza controversial del nuevo proceso penal
el conocimiento directo por parte del tribunal de las argumentaciones y pruebas, si procedieren, que le
presenten las partes.
15
Art. 360 CPP.
16
Esta regla es una manifestación del principio acusatorio que inspira al sistema.

8
b.- La facultad oficiosa de la Corte para acoger un recurso de nulidad que se hubiere
deducido a favor del imputado, por un motivo distinto al invocado por el recurrente, tratándose
de los motivos absolutos de nulidad.17

18.- El recurso de reposición.

18.1.-Concepto.
El recurso de reposición es un medio de impugnación de que disponen los
intervinientes agraviados que tiene por objeto obtener del mismo tribunal que dictó una
sentencia interlocutoria, auto o decreto que lo modifique o lo deje sin efecto.
También se ha dicho que es el remedio procesal tendiente a obtener que en la misma
instancia en la cual fue dictada una resolución se subsanen, por el mismo juez, por la totalidad
de los miembros del tribunal al que éste pertenece o por el mismo tribunal, los agravios que
aquélla pudo haber inferido.18
Se trata, en consecuencia, de un recurso ordinario de retractación.

18.2.- Resoluciones susceptibles del recurso, plazos y tramitación.


Para determinar las resoluciones que pueden ser recurridas de reposición, el plazo para
impugnar y la tramitación del recurso es preciso distinguir si tales resoluciones se dictaron en
audiencia o fuera de ella:
a.- Dictadas fuera de audiencia:19 Son susceptibles del recurso todas las sentencias
interlocutorias, autos y decretos. El plazo de interposición es de tres días corridos, fatal e
improrrogable que, si venciere en día feriado, debe entenderse ampliado hasta las veinticuatro
horas del día siguiente que no fuere feriado.20
El recurso debe interponerse por escrito y debe ser fundado, entendiendo que lo es
aquel que expresa las razones de hecho y de derecho en que se apoya.
Este medio de impugnación no tiene efecto suspensivo, a menos que contra la misma
resolución proceda apelación y ésta tenga efecto suspensivo. Si procediendo a la vez apelación,
ésta no se interpone subsidiariamente, se entiende renunciado este recurso.
Por regla general el tribunal debe resolver de plano, excepcionalmente oirá a los demás
intervinientes en razón de la complejidad del asunto.
b.- Dictadas en audiencia:21 Son susceptibles del recurso las sentencias interlocutorias,
autos y decretos que no hubieren sido precedidas de debate, en cuyo caso el recurso debe
promoverse verbalmente tan pronto se dicten. Por el contrario, si ha habido debate previo, el
recurso es improcedente.
17
Art. 379 inciso 2° CPP.
18
Lino, citado por Julián López, ob cit., tomo II, pág.366.
19
Art. 362 CPP.
20
Arts. 14 y 16 del CPP.
21
Art. 363 CPP.

9
La tramitación y resolución del recurso se efectúa verbalmente, de inmediato.
La posibilidad de impugnar resoluciones dictadas en audiencias orales sufre una
excepción en el artículo 290 del CPP, que declara inadmisibles todo tipo de recursos en contra
de las resoluciones que recayeran en incidentes promovidos en el transcurso de la audiencia de
juicio oral.22
Aunque el artículo 290 del CPP pueda entenderse como norma especial respecto al
artículo 363 del mismo Código, ello no excluye absolutamente la posibilidad de que se
interpongan recursos de reposición durante la audiencia de juicio oral, ya que éste podría caber
en contra de los simples decretos, que no activan la aplicación de la excepción por no recaer
sobre incidentes.
En la impugnación de resoluciones dictadas en audiencias orales a través de la
reposición, no cabe la apelación subsidiaria, ya que la interposición de este último recurso debe
hacerse siempre por escrito.23 Es por ello que la situación de la apelación subsidiaria está
regulada en el artículo 362 del CPP, que se refiere a la reposición de las resoluciones dictadas
fuera de audiencias.
19.- El recurso de apelación.

19.1.- Concepto.
El recurso de apelación es un medio de impugnación de que disponen los intervinientes
que tiene por objeto obtener del tribunal superior respectivo que, previo análisis de los
aspectos de hecho y jurídicos, enmiende con arreglo a derecho la resolución del inferior, en
aquellos casos que la ley señala expresamente.
No obstante que para su interposición no se requiere de una causal específica,
bastando el requerimiento general de agravio, resulta discutible calificar la apelación como un
recurso ordinario desde que sólo opera respecto de las resoluciones dictadas por el juez de
garantía y en los casos determinados que la ley señala.
Se interpone ante el mismo tribunal que dictó la resolución que se impugna ( tribunal a
quo), para que sea conocido y resuelto por el tribunal superior jerárquico ( tribunal ad quem),
dando lugar a una amplia revisión de lo decidido, en los hechos y en el derecho, generando la
segunda instancia.

19.2.- Resoluciones apelables.


En forma previa debemos dejar sentado que son inapelables las resoluciones
pronunciadas por un tribunal oral colegiado, incluso aquella que se dicta al conocer de la

22
El antecedente que se tuvo en consideración para excluir la posibilidad de reposición en la audiencia de
juicio oral es la opción legislativa por encomendar la resolución de los incidentes al tribunal colegiado y no al
presidente de la sala, lo que el Senado estimó que constituía garantía suficiente para las partes.
23
Art. 367 CPP.

10
cautelar personal de prisión preventiva, por considerar que prima la disposición del artículo 364
del CPP por sobre el artículo 149 del mismo Código. Para sostenerlo así tenemos en cuenta,
además, lo señalado en el artículo 63 N° 3 del COT.
Sólo son apelables las resoluciones pronunciadas por un juez de garantía en los casos
que expresa y determinadamente dispone la ley, a saber: 24
a.- Cuando pongan término al procedimiento, hagan imposible su prosecución o lo
suspendan por más de treinta días; 25 sin embargo hacen excepción a esta regla las sentencias
definitivas dictadas por el juez de garantía en el procedimiento simplificado y en el
procedimiento por delito de acción privada,26 y
b.- Cuando la ley lo señale expresamente, lo que ocurre en los siguientes casos en el
CPP:
Dictadas por un juez de garantía:
1.- Resolución que declara inadmisible la querella (art. 115, inciso 1°).
2.- Resolución que declara el abandono de la querella (art. 120, inciso final).
3.- Resolución que ordena, mantiene, niega lugar o revoca la prisión preventiva, cuando
ha sido dictada en audiencia (art. 149).
4.- Resoluciones que ordena, mantiene, niega lugar o revoca una medida cautelar
general del artículo 155 CPP (arts. 155 inciso final y 149).
5.- Resoluciones que niegan o dan lugar a medidas cautelares reales (art. 158).
6.- Resolución que se pronuncia acerca de la suspensión condicional del procedimiento
(art. 237 inciso 6°).
7.- Resolución que revoca la suspensión condicional del procedimiento (art. 239 inciso
2°).
8.- Resolución que decreta el sobreseimiento definitivo por no haber comparecido el
fiscal a la audiencia de cierre de la investigación o haberse negado en ésta a declararla cerrada,
encontrándose vencido el plazo legal para hacerlo (art. 247).
9.- Resolución que decreta el sobreseimiento temporal o definitivo (art. 253).
10.- Resolución que recae en las excepciones de incompetencia del juez de garantía, litis
pendencia y falta de autorización para proceder criminalmente (art. 271 inciso 2°).
11.- Auto de apertura de juicio oral, sólo cuando lo interponga el Ministerio Público por
exclusión de pruebas en el caso del inciso 3° del art. 276 ( art. 277 inciso final).
12.- Sentencia definitiva dictada por el juez de garantía en el procedimiento abreviado
(art. 414).
Por Cortes de Apelaciones:
24
Art. 370 CPP.
25
El plazo mínimo de treinta días de suspensión fue impuesto por el Senado, dejando constancia de que la
razón de esto es que el procedimiento admite la posibilidad de suspensión por muy variadas razones y de
distinta entidad, de forma tal que si cualquier suspensión que se decretare habilitara para recurrir de apelación,
se podría ver seriamente entrabada la normal prosecución del caso.
26
Arts. 399 y 405 CPP.

11
13.- Resolución que se pronuncia sobre la petición de desafuero (art. 418).
14.- Resolución que se pronuncia sobre la querella de capítulos (art. 427).
Dictadas por un Ministro de Corte Suprema:
15.- Sentencia que se pronuncia sobre la extradición (art. 450).
19.3.- Plazo e interposición de la apelación.
El recurso de apelación debe interponerse por el interviniente agraviado ante el tribunal
que la dictó (a quo), por escrito, dentro de los cinco días siguientes a la notificación de la
resolución que se impugna. Además debe ser fundada y contener peticiones concretas. 27
No existe entonces la posibilidad de apelar verbalmente en las audiencias orales, salvo
el caso previsto en el art.149 del CPP, en que tratándose de los graves delitos que la norma
señala y siempre que el imputado haya sido puesto en calidad de detenido ante el tribunal se
permite al fiscal apelar verbalmente en audiencia de la resolución que negare o revocare la
prisión preventiva, manteniéndose el imputado privado de libertad mientras se tramita el
recurso de apelación, el que gozará de preferencia para su vista y fallo y deberá agregarse
extraordinariamente a la tabla del mismo día de su ingreso en la Corte, o a más tardar el día
siguiente hábil.
El plazo general de 5 días para apelar por escrito se trata de días corridos, fatal e
improrrogable, que si venciera en día feriado, debe entenderse ampliado hasta las veinticuatro
horas del día siguiente que no fuere feriado.28
La exigencia de fundamentación del recurso tiene una excepción en el caso de que la
apelación se interponga en carácter de subsidiaria de la reposición, en cuanto este último
recurso cumpla con dicha condición.

19.4.- Efectos de la apelación.


La regla general es que el recurso se conceda en el solo efecto devolutivo, 29 a menos
que la ley señale expresamente lo contrario. Esta norma es una reiteración de lo previsto por el
artículo 355 del CPP como regla general de los efectos de la interposición de los recursos en el
Código.
Excepcionalmente se contemplan los siguientes casos de apelación en ambos efectos:
a.- Apelación del auto de apertura de juicio oral por el Ministerio Público; 30 y
b.- Apelación de la sentencia definitiva en el procedimiento abreviado. 31
Como en la generalidad de los casos la apelación se concederá en el solo efecto
devolutivo, resulta relevante analizar la procedencia de las peticiones de orden de no innovar.
Se ha sostenido, por una parte, la improcedencia general de la orden de no innovar,
opinión que se funda en la norma del artículo 355 del CPP que establece que “la interposición
27
Art. 367 CPP.
28
Arts. 14 y 16 CPP.
29
Art. 368 CPP.
30
Art. 277 inciso final CPP.
31
Art. 414 CPP.

12
de un recurso no suspenderá la ejecución de la decisión, salvo que se impugnare una sentencia
definitiva condenatoria o que la ley dispusiere expresamente lo contrario”. En consecuencia, se
afirma, sólo podría solicitarse orden de no innovar en aquellos casos en que la ley lo autoriza
expresamente.
32
En cambio, Julián López, entre otros, considera que debe entenderse aplicable,
supletoriamente, la disposición del artículo 192 del CPC, que permite al tribunal de alzada, a
petición del apelante y por resolución fundada, dictar una orden de no innovar para suspender
los efectos de la resolución recurrida o paralizar su cumplimiento, según sea el caso. Agrega
que esa conclusión viene impuesta por la remisión del artículo 52 del CPP a las normas del
Libro I del CPC, y aparece reforzada por la existencia de dos normas excepcionales en los
artículos 115 y 120 inciso final del CPP, que disponen que la resolución que declarare
inadmisible la querella y la que declare su abandono serán susceptibles de recurso de apelación
pero “sin que en la tramitación del recurso pueda disponerse la suspensión del procedimiento”.
Consideradas esas normas como excepcionales, debe entenderse a contrario sensu que en
todos los demás casos la suspensión del procedimiento puede decretarse durante la
tramitación del recurso, lo que no puede hacerse sino a través de la orden de no innovar.
De acuerdo a esta última tesis, que parece ser la que han adoptado la generalidad de
las Cortes de Apelaciones, se distinguen como situaciones procesalmente diversas la suspensión
de los efectos de la resolución impugnada durante la tramitación del recurso de apelación, por
una parte, y el efecto suspensivo del recurso al momento de concederlo.

19.5.- Adhesión a la apelación.


En virtud de lo señalado en el artículo 52 del CPP en relación a lo preceptuado en los
artículos 216 y 217 del CPC, consideramos que la adhesión a la apelación, esto es, que el
apelado pida la reforma de la resolución impugnada en la parte que la estima gravosa es
procedente en el nuevo proceso penal, toda vez que no se encuentra prohibida y, por el
contrario, está expresamente reconocida en el recurso de nulidad. Además, en el artículo 354
inciso 2° del CPP, ubicado en las disposiciones generales aplicables a los recursos procesales, se
hace expresa referencia a esta institución.
Se trata de la revisión de la resolución que solicita la parte que no interpuso recurso de
apelación contra la resolución de primera instancia, para que sea revisada también en la parte
que a ella resulta desfavorable.
El CPP no contempla normas especiales en materia de adhesión al recurso de apelación,
pero reconoce explícitamente la posibilidad de que exista, al señalar en el artículo 354 inciso 2°,
entre las disposiciones generales aplicables a todo recurso, que el desistimiento del mismo no
se extiende a los demás recurrentes ni a “los adherentes al recurso”.

32
Ob cit., tomo II, pág. 377.

13
Acerca de la oportunidad para adherirse, ante la ausencia de norma expresa y la
imposibilidad de recurrir supletoriamente a las reglas procesales civiles, por no ajustarse a la
naturaleza del nuevo proceso penal, estimamos que se puede utilizar analógicamente la norma
del artículo 382 inciso 1° del CPP, que respecto de la adhesión al recurso de nulidad concede a
los otros intervinientes el plazo de cinco días contado desde el ingreso del recurso a la Corte.

19.6.- Tramitación de la apelación.


El recurso de apelación está sujeto a un doble trámite de admisibilidad: primero ante el
tribunal a quo, y luego, ante el tribunal ad quem.33

19.6.1.- Ante el tribunal a-quo.


El escrito de apelación se presenta ante el mismo tribunal que dictó la resolución que se
impugna.34 Este tribunal efectuará un control de admisibilidad formal relativo a si el recurso se
interpuso en contra de una resolución impugnable por esta vía, dentro de plazo, con
fundamentos y peticiones concretas.
Si el tribunal estima que el recurso no cumple con las exigencias formales recién
indicadas, lo declarará inadmisible. Por el contrario, si considera que cumple con todas ellas,
concederá el recurso, en el solo efecto devolutivo o en ambos efectos según lo indique la ley,
para ante el tribunal superior jerárquico correspondiente, normalmente la Corte de Apelaciones
respectiva, remitiéndole copia fiel de la resolución y de todos los antecedentes que fueren
pertinentes para un acabado pronunciamiento sobre el recurso. 35

19.6.2.- Ante el tribunal ad-quem.


La tramitación ante el tribunal de alzada se rige por las reglas generales relativas a la
vista de los recursos, más algunas reglas especiales.

Ingreso del recurso.

33
En la discusión legislativa del actual artículo 365 del CPP, la Cámara de Diputados dejó constancia que
“respecto de la admisibilidad se repite el sistema actual del doble control tanto en el tribunal a quo como en el
ad quem”, opción que fue discutida y confirmada durante la discusión del proyecto en el Senado. En efecto en
el Senado se discutió la posibilidad de que el tribunal a quo no se pronunciara sobre la procedencia del
recurso, dejando la decisión exclusivamente en manos del tribunal superior. La opción fue desechada,
teniéndose presente que “las posibilidades de rechazo en esta etapa son formales, generalmente cuando es
extemporáneo o improcedente” y que “ante una negativa injustificada del tribunal a quo, existe siempre el
recurso de hecho”.
34
Art. 365 CPP.
35
Art. 371 CPP. En la discusión legislativa suscitada por esta norma en el Senado, se explicitó que para evitar
la pérdida de tiempo que bajo el sistema antiguo implicaba la remisión de copias insuficientes de los
antecedentes originales, su intención es “que el tribunal a-quo se deje copia de todos los antecedentes y envíe
el tribunal de alzada la resolución y todos los antecedentes, originales o copias, que fueren pertinentes”. Del
mismo modo, se acordó dejar constancia que “los documentos no sólo se refieren a aquellos que tienen
soporte de papel, sino a cualquier medio tecnológico que permitiera su lectura o su percepción visual o
auditiva”.

14
Es un trámite administrativo que se cumple por el secretario del tribunal de alzada y que
consiste en certificar la fecha de ingreso de los antecedentes, incorporando este hecho en el
libro de ingresos, asignándole un número de identificación dentro del rol de la Corte.
Este trámite sólo sería relevante para contar el plazo de la eventual adhesión a la
apelación, pues en materia penal no existe la carga de las partes de comparecer a la segunda
instancia dentro de un determinado plazo.

Control de admisibilidad.
Ingresado el recurso ante el tribunal ad quem, éste debe proceder a efectuar el control
de admisibilidad en segunda instancia que incluye los mismos aspectos formales controlados
por el tribunal de primera instancia.36
Si el tribunal encuentra mérito para considerar inadmisible o extemporáneo el recurso,
debe declararlo así o mandar traer los autos en relación sobre este punto; si por el contrario,
estima que es admisible, debe fijar día y hora para la celebración de la audiencia de vista del
recurso.37
La resolución que declara inadmisible el recurso de apelación es susceptible del recurso
de reposición.38
Vista del recurso.
La vista del recurso de apelación debe hacerse en una audiencia pública, lo que implica
que, en materia penal, el recurso de apelación no se verá jamás en cuenta. 39
No es aplicable el artículo 200 del CPC, que exige a las partes comparecer haciéndose
parte mediante la presentación de un escrito ante el tribunal de alzada dentro del plazo de
cinco días contados desde el ingreso al tribunal.
La comparecencia que se exige es la presencia de recurrente y recurrido en la audiencia
de vista del recurso. Así la falta de comparecencia de uno o más recurrentes genera la
declaración de abandono del recurso respecto de los ausentes. La incomparecencia de uno o
más de los recurridos permite proceder a la vista en su ausencia.40
Como ya señalamos al estudiar las reglas generales de los recursos las hipótesis de
suspensión de la vista de la causa se encuentran reducidas, imponiendo al tribunal de alzada el
deber de adoptar las medidas necesarias para que las salas que han de conocer los recursos
penales no vean alterada su labor.41
La vista propiamente tal se inicia con el anuncio (trámite que consiste en avisar a las
partes el respectivo número de orden que corresponde al recurso que se verá dentro de la

36
Arts. 52 CPP y 213 inciso 1° y 201 inciso 1° del CPC.
37
Arts. 361 y 281 CPP.
38
Art. 362 CPP.
39
Arts. 358 inciso 1°, 361 y 289 CPP.
40
Art. 358 inciso 2° CPP.
41
Arts. 356 y 357 CPP.

15
tabla), tras el cual, sin mediar relación se da la palabra a los intervinientes presentes. 42 Primero
se otorga la palabra al o los recurrentes para que expongan los fundamentos del recurso, así
como las peticiones concretas que formulan; a continuación, se oye a los recurridos y
finalmente se vuelve a ofrecer la palabra a todas las partes para que efectúen las aclaraciones
que estimen respecto de los hechos o de los argumentos vertidos en el debate.
El carácter contradictorio del procedimiento se ve reforzado por la facultad que se
concede a cualquier miembro del tribunal y en cualquier momento del debate para formular
preguntas a los representantes de las partes o pedirles que profundicen su argumentación o la
refieran a algún aspecto específico de la cuestión debatida. 43
En el recurso de apelación en materia penal no está prevista la posibilidad de rendir
prueba a diferencia de lo que ocurre en la tramitación del recurso de nulidad. Aunque el
proyecto originalmente contemplaba esta posibilidad, ella fue suprimida por la Cámara de
Diputados, la que consideró pertinente limitarla al recurso de nulidad y siempre que recaiga
sobre circunstancias que constituyen la causal invocada.

Fallo del recurso.


Concluido el debate, el tribunal pronunciará sentencia de inmediato o, si no fuere
posible, en un día y hora que dará a conocer a los intervinientes en la misma audiencia. La
sentencia será redactada por el miembro del tribunal colegiado que éste designare y el voto
disidente o la prevención, por su autor.44
Si el fallo no se emite de inmediato, estimamos que el plazo que el tribunal de alzada
tiene para pronunciarlo es de cinco días, por aplicación supletoria de la regla del artículo 344
del CPP.
El tribunal ad quem sólo puede pronunciarse sobre las solicitudes formuladas por los
recurrentes, o adherentes en su caso, quedándole prohibido extender el efecto de su decisión a
cuestiones no planteadas por éstos o más allá de los límites de lo solicitado. 45
Como consecuencia de lo anterior, en el inciso final del artículo 360 del CPP se consagra
la prohibición de la reforma en perjuicio del recurrente.
Por el contrario, en el inciso 2° del mismo precepto, se consagra la figura de la reforma
en beneficio del imputado no recurrente, cuando los fundamentos de la modificación fueren
comunicables (no personales).

20.- EL RECURSO DE HECHO.

20.1.- Concepto.

42
Art. 358 inciso 3° CPP.
43
Art. 358 inciso 4° CPP.
44
Art. 358 inciso final CPP.
45
Art. 360 inciso 1° CPP.

16
El recurso de hecho es aquel medio de impugnación que la ley concede a las partes
cuando el tribunal inferior al conceder o denegar una apelación comete errores que causen
agravio a dichas partes y que deben ser enmendados por el tribunal superior. 46

20.2.- Resoluciones recurribles.


Son susceptibles de recurso de hecho las siguientes resoluciones:
a.- La que deniega un recurso de apelación procedente, en cuyo caso se habla de
recurso de hecho propiamente tal, verdadero o legítimo, y en los demás casos de falso recurso
de hecho.
b.- La que concede un recurso de apelación improcedente.
c.- La que concede un recurso de apelación con efectos no ajustados a derecho.

20.3.- Plazo de interposición y tramitación.


Debe interponerse en el plazo de tres días ante el tribunal de alzada, para que resuelva
si ha lugar o no al recurso y cuáles debieren ser sus efectos.
Se trata de un plazo de días corridos, fatal e improrrogable, que si venciera en día
feriado, debe entenderse ampliado hasta las veinticuatro horas del día siguiente que no fuere
feriado.47
El tribunal de alzada puede solicitar al juez copia de la resolución y de los antecedentes
necesarios para el pronunciamiento 48 y luego fallará en cuenta. Si se acoge el recurso de hecho
propiamente tal (o verdadero recurso de hecho), el tribunal de alzada retendrá los
antecedentes o los recabará, para pronunciarse sobre la apelación.

21.- EL RECURSO DE NULIDAD.

21.1.- Concepto y características.


El recurso de nulidad es el medio de impugnación que la ley concede a los
intervinientes con el fin de invalidar el juicio y la sentencia definitiva, o sólo esta última, cuando
ha existido vulneración sustancial de garantías y derechos fundamentales, cuando no se ha
hecho una acertada interpretación de las normas de derecho y ello ha influido sustancialmente
en lo dispositivo del fallo o cuando resulte necesario uniformar la aplicación del derecho.
Para Julián López49 es un recurso extraordinario que se interpone por la parte agraviada
por una sentencia definitiva dictada en procedimiento ordinario, simplificado o de acción penal
privada, ante el tribunal que la dictó, con el objeto de que el superior jerárquico que sea
46
Art. 369 inciso 1° CPP.
47
Arts. 14 y 16 CPP.
48
Esta situación sólo se dará en el verdadero recurso de hecho, ya que en los demás casos el tribunal superior
tendrá ante sí los antecedentes al momento de resolver.
49
Ob cit, pág. 402.

17
competente, en conformidad a la ley, invalide el juicio oral y la sentencia, o solamente esta
última, cuando en la tramitación del juicio o en el pronunciamiento de la sentencia se hubieren
infringido sustancialmente derechos o garantías asegurados por la Constitución o por los
tratados internacionales ratificados por Chile que se encuentran vigentes o cuando, en el
pronunciamiento de la sentencia, se hubiere hecho una errónea aplicación del derecho que
hubiere influido en lo dispositivo del fallo.
En consecuencia, presenta las siguientes características principales:
Es un recurso extraordinario, pues para su interposición se requiere la concurrencia de
una causal expresamente señalada en la ley.
Se interpone ante el mismo tribunal que dictó la resolución y debe ser conocido por el
tribunal superior jerárquico que corresponda, según el caso, vale decir la Corte de Apelaciones
respectiva o la Corte Suprema.
Da lugar a una revisión que está restringida a las causales de nulidad invocadas, las que,
en el caso de verificarse como concurrentes, permiten la invalidación del juicio oral y la
sentencia, o solamente de esta última, según corresponda.
Se encuentran legitimados activamente todos los intervinientes, incluso la víctima que
no ha intervenido en el procedimiento.50
Se rige por las reglas especiales contenidas en el Título IV del Libro Tercero, artículos
364 y siguientes del CPP, por las reglas generales relativas a los recursos contempladas en el
Título I del mismo Libro Tercero, supletoriamente por las reglas sobre el juicio oral contenidas
en el Título III del Libro Segundo 51 y, finalmente, por las normas comunes a todo procedimiento
del CPC.52

21.2.- Resoluciones impugnables.


Son susceptibles de este recurso las sentencias definitivas dictadas en juicio oral, lo que
incluye por cierto aquellas dictadas en el juicio oral y público conocido por el tribunal colegiado
en el procedimiento ordinario, como también aquellas otras dictadas en los juicios orales
especiales de competencia del juez de garantía, esto es, el juicio simplificado y el juicio por
delito de acción privada.53
También es susceptible del recurso de nulidad la sentencia que se pronuncie sobre la
extradición pasiva.54

50
Arts. 352 y 109 letra f) CPP. Se ha discutido la titularidad del Ministerio Público respecto de la causal
contemplada en el artículo 373 letra a) del CPP, esto es, por vulneración de derechos o garantías
fundamentales. Profundiza en el tema Julián López, ob cit, pág 404 y siguientes.
51
Art. 361 CPP.
52
Art. 52 CPP.
53
Arts. 399 y 405 CPP.
54
Art. 450 CPP.

18
21.3.- Plazo para interponer el recurso.
El recurso de nulidad debe interponerse por escrito en el plazo de diez días contados
desde la notificación de la sentencia definitiva. 55 Se trata de un plazo de días corridos, fatal e
improrrogable, que, si venciere en día feriado debe entenderse ampliado hasta las veinticuatro
horas del día siguiente que no fuere feriado.56
Si el juicio oral se hubiere efectuado en una localidad situada fuera del lugar de asiento
del tribunal, el plazo se aumentará conforme a la tabla de emplazamiento prevista en el artículo
259 del CPC.57

21.4.- Causales del recurso.


Como ya quedó anotado, el recurso de nulidad es un recurso extraordinario, pues se
concede por las causales expresamente señaladas por la ley.58
Las causales de nulidad fueron concebidas por el legislador chileno teniendo en mente
la intención de establecer un recurso amplio que facilite la revisión por parte del tribunal
superior, de otra manera se habría vulnerado la garantía del derecho a revisión del fallo
condenatorio.59
Por esta razón, el CPP contempla dos causales genéricas, que se consagran en el
artículo 373, para luego enunciar en el artículo 374 causales específicas, también denominadas
“motivos absolutos de nulidad”. A continuación analizaremos cada una de ellas.

21.4.1.- Causales Genéricas.


a.- Cuando, en cualquier etapa del procedimiento o en el pronunciamiento de la
sentencia, se hubieren infringido sustancialmente derechos o garantías asegurados por la
Constitución o por los tratados internacionales ratificados por Chile que se encuentren
vigentes.60
Derechos y garantías fundamentales. ¿Cuáles?
Conforme la discusión legislativa de la norma en el Senado, el objetivo al que apunta
sería “la cautela del racional y justo procedimiento”, lo que se lograría “mediante el
pronunciamiento de un tribunal superior sobre si ha habido o no respeto por las garantías
básicas en el juicio oral y en la sentencia recaída en él, de forma que, si no hubiese sido así, los
anule”.
Ha dicho el profesor Alex Carocca, que se trata de derechos y garantías procesales, que
por su importancia han sido elevadas a la categoría de fundamentales, recogidas en la
55
Art. 372 inciso 2° CPP.
56
Arts. 14 y 16 CPP.
57
Art. 353 CPP.
58
Art. 372 inciso 1° CPP.
59
Art. 8° CADH.
60
Art. 373 letra a) CPP

19
Constitución o en los tratados internacionales sobre derechos humanos, y que en su conjunto
constituyen lo que se califica de un justo y debido proceso. En consecuencia, no basta con la
mera infracción de una norma de procedimiento aislada, de una formalidad del procedimiento
o de un requisito de un acto procesal, es preciso además que esas infracciones vulneren
sustancialmente una garantía procesal, componente del debido proceso.
Julián López61 expresa que, en realidad lo que protege el recurso de nulidad, conforme
esta causal, son todos los derechos o garantías asegurados por la Constitución o por los
tratados internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes, lo que excede con
mucho el marco del derecho del debido proceso, a menos, claro, que se entienda que todos
los derechos y garantías aludidos puedan ser incluidos dentro de dicho concepto de debido
proceso, con lo que discrepa.
La protección incide en derechos del imputado y de terceros, y las garantías
comprometidas por la investigación no sólo son de orden judicial, sino que incluyen libertades
individuales de alcance más amplio, como ocurre, por ejemplo, con el derecho a la privacidad.
Agrega que lo que parece haber motivado la confusión entre la hipótesis del artículo
373 letra a) y la garantía del debido proceso es la exigencia, en su texto original, de que la
infracción de derechos y garantías se haya cometido “en la tramitación del juicio o en el
pronunciamiento de la sentencia”. Aunque la referencia al juicio debía, naturalmente,
entenderse hecha al juicio oral, ello no significa que una inobservancia formal ocurrida durante
la etapa de investigación o la etapa intermedia no pueda también dar lugar a la invocación de
esta causal, ya que lo normal será que la infracción sustancial de derechos o garantías que
afecta al acto en esas etapas vicie también de nulidad el acto de recepción de la prueba así
obtenida y que se rinde luego durante el desarrollo del juicio oral. Situación que fue salvada
con la modificación introducida por la Ley N° 20.074, de 14 de noviembre de 2005.
Así entendido el problema, es perfectamente posible la interposición de un recurso de
nulidad fundado en los efectos que en la dictación de la sentencia produjo, por ejemplo, la
vulneración de una garantía de la que es titular una persona diversa del imputado o de una
garantía que no tiene naturalmente una dimensión judicial, como es el derecho a la privacidad.
La conclusión anterior parece evidente si se considera que, de conformidad con lo dispuesto
por los artículos 276 inciso 3° y 277 inciso final del CPP, el auto de apertura no es apelable en
cuanto niega lugar a la solicitud de exclusión de prueba ilícita, lo que, sin embargo, se entiende
“sin perjuicio de la procedencia, en su caso, del recurso de nulidad en contra de la sentencia
definitiva que se dictare en el juicio oral, conforme a las reglas generales”. Como se aprecia,
entonces, resulta completamente procedente y la ley ha previsto explícitamente la posibilidad
de que el recurso de nulidad tenga por fundamento la infracción de un derecho o garantía
ocurrido durante las etapas de obtención de prueba, lo que parece quedar excluido por la
errónea identificación de la causal del artículo 373 letra a) con la garantía del debido proceso.

61
Ob cit., pág. 412.

20
En los casos propuestos, la admisión de la prueba ilícita en la tramitación del juicio oral y la
apreciación que el juez hace de ésta en la sentencia definitiva es lo que constituye la infracción
sustancial de derechos o garantías ocurrida en la tramitación del juicio o en el pronunciamiento
de la sentencia, en los términos de la causal anotada.
Infracción sustancial.
La infracción de derechos y garantías debe haber sido sustancial, lo que implica que no
toda infracción determina automáticamente la nulidad del juicio oral y la sentencia. El carácter
sustancial de la infracción supone, en primer lugar, que la infracción sea de tal entidad que
comprometa los aspectos esenciales de la garantía, decisión que debe ser adoptada sobre la
base del criterio de proporcionalidad. En este punto, la idea de infracción sustancial podría ser
perfectamente asociada a la teoría del entorno jurídico desarrollada por la jurisprudencia
alemana en relación con la prueba ilícita, que exige que la infracción constitucional alegada
afecte en forma esencial el ámbito de derechos del recurrente y no sea de una importancia
secundaria o no tenga importancia alguna para él. Nuestra Corte Suprema ha avanzado ya, en
esta línea, declarando que, al requerir la ley que la infracción sea “sustancial” está exigiendo que
“sea trascendente, de mucha importancia o gravedad, de tal modo que el defecto sea, en
definitiva, insalvablemente ineficaz frente al derecho constitucional del debido proceso”. 62
Según Julián López, la exigencia de “infracción sustancial” pretende sustituir, para
efectos del recurso de nulidad fundado en la letra a) del artículo 373 del CPP, la exigencia de
“influencia en la parte dispositiva de la sentencia”, que el artículo 375 contempla con respecto a
“los errores de la sentencia recurrida”, expresión que entiende aplicable exclusivamente al
artículo 373 letra b) del CPP. No obstante, sea que el artículo 375 del CPP se considere o no
aplicable a la hipótesis del artículo 373 letra a) del CPP, le parece que la exigencia de influencia
sustancial en lo dispositivo de la sentencia resulta plenamente aplicable, toda vez que el recurso
de nulidad supone la exigencia general del agravio, aplicable a todo recurso, y la exigencia
general del perjuicio aplicable a toda nulidad. Para que la infracción sustancial de derechos o
garantías pueda servir, así, de fundamento suficiente a un recurso de nulidad, debe haber
“ocasionado a los intervinientes un perjuicio reparable sólo con la declaración de nulidad”, que
existirá “cuando la inobservancia de las formas procesales atenta contra las posibilidades de
actuación de cualquiera de los intervinientes en el procedimiento”, conforme a lo previsto por el
artículo 159 del CPP.63
La exigencia en análisis debe ser interpretada precisamente en el sentido de influencia
en lo dispositivo del fallo o, si se prefiere, como desventaja de la parte respecto a sus
posibilidades de obtener una decisión jurisdiccional favorable. De esta manera, el carácter
sustancial de la infracción supone también, en segundo lugar, que ella influya en lo dispositivo
del fallo.
62
Sentencia de la Corte Suprema en recurso de nulidad rol N° 3.319-02, considerando 9°, publicada en
Revista Procesal Penal N° 4, diciembre de 2002, pág. 41.
63
Ob cit., pág. 415.

21
La conclusión anterior se reafirma por la consagración en el artículo 374 del CPP de los
motivos absolutos de nulidad, ya que, conforme a la discusión de la norma en el Senado, se
trata de situaciones que “importan necesariamente perjuicio para el interviniente, y sustancial,
desde el momento en que constituyen una infracción manifiesta a las garantías”. Si el legislador
consideró necesario establecer, en ciertos casos, causales específicas para excluir al recurrente
de la necesidad de demostrar el perjuicio ocasionado por la infracción de derechos o garantías
resulta evidente que, en los casos no cubiertos por esas causales específicas, dicho perjuicio se
debe demostrar, lo que supone una relación directa entre la infracción cometida y la decisión
jurisdiccional adoptada.

b.- Errónea aplicación del derecho que influye sustancialmente en lo dispositivo de la


sentencia.
Conforme a la discusión legislativa de la norma pertinente en el Senado, el objetivo al
que apunta sería “el respeto de la correcta aplicación de la ley (elemento que informa el recurso
de casación clásico, orientado a que el legislador tenga certeza de que los jueces se van a
atener a su mandato), pero ampliado en general a la correcta aplicación del derecho, para
incorporar también otras fuentes formales integrantes del ordenamiento jurídico”.
Según el profesor Carocca el error consistirá en la discordancia entre lo resuelto por el
tribunal recurrido y lo decidido por el tribunal que conoce del recurso de nulidad,
prevaleciendo este último.
Además se exige que ese “error” haya influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo.
Parece utilizable el criterio jurisprudencial existente respecto del recurso de casación,
consistente en apreciar si habría o no variado la decisión final del fallo de no haberse producido
la interpretación impugnada sobre la aplicación del derecho.

Idea que se reafirma en el artículo 375 del CPP que, refiriéndose a los defectos no
esenciales, declara que “No causan nulidad los errores de la sentencia recurrida que no
influyeren en su parte dispositiva, sin perjuicio de lo cual la Corte podrá corregir los que
advirtiere durante el conocimiento del recurso”. 64
Sólo en el caso que el recurso de nulidad se funde en esta causal genérica podrá
invalidarse sólo la sentencia y ello ocurrirá si la causal invocada no se refiriere a formalidades
del juicio, ni a los hechos y circunstancias que se hubieren dado por probados, sino que se
debiere a:65
1.- Que el fallo califique de delito un hecho que la ley no considere tal;
2.- Que se aplique una pena y no procediere aplicar pena alguna; y

64
Esta disposición resulta superflua, porque la exigencia venía ya expresada en el artículo 373 letra b, y su
referencia a los “errores de la sentencia” la convierte en una norma inaplicable a las restantes causales de
nulidad.
65
Art. 385 CPP.

22
3.- Que se imponga una pena superior a la que legalmente corresponda.
Analizadas estas posibilidades que permiten invalidar únicamente la sentencia,
observamos que ellas ceden siempre a favor del acusado recurrente, que fue condenado
cuando no debió serlo, se le aplicó una pena cuando no correspondía, o una pena superior a la
correspondiente.
Por el contrario, creemos que el acusador no tiene posibilidad de solicitar únicamente la
nulidad de la sentencia y la dictación de una de reemplazo, al estimar que la pena impuesta en
la sentencia definitiva es inferior a la que corresponde en derecho.
Imaginemos la siguiente situación extrema, el acusado es absuelto por el tribunal oral,
evidentemente no recurrirá de nulidad de esa sentencia, la parte acusadora si lo hace e invoca
como causal del recurso la errónea aplicación del derecho y pide la anulación sólo de la
sentencia. Si la Corte estima que concurre la causal, ¿puede anular solo la sentencia y dictar una
de reemplazo?
Si lo hiciere, el acusado resultaría condenado por el hecho que se le atribuyó y sin
posibilidad de recurso. Por ello la ley impide aplicar esta solución de invalidación parcial de lo
actuado, sólo la sentencia, aun cuando el juicio sea perfecto en su ritualidad.
La motivación jurídica de la sentencia debe reflejar el razonamiento encaminado a la
aplicación de la norma general a la situación material objeto del juicio, trasladando la valoración
genérica que el legislador ha expresado en la norma abstracta a un supuesto de hecho
concreto. La legitimidad de este procedimiento depende de la corrección con la que se haya
inferido la decisión judicial de la norma sustantiva. Dicha inferencia se estructura en dos
momentos diversos: la determinación del contenido de la norma aplicable y su conexión con los
elementos del hecho que se juzga.
La norma legal que constituye la premisa mayor del silogismo depende de la
interpretación que de ella se haga. Sin embargo, la exacta significación de su texto legal será
siempre problemática, dado que el lenguaje ordinario, del que se vale la ley, no utiliza
conceptos precisamente definidos, sino expresiones más o menos flexibles, cuya posible
significación oscila dentro de una amplia banda y puede ser diferente según las circunstancias,
su vinculación con el objeto y el contexto del discurso.
Por ello se ha dicho que el procedimiento de subsunción consiste en una inferencia
deductiva, cuya conclusión es analíticamente verdadera respecto de las premisas pero tan
opinable como lo son estas últimas.
Como sostiene Ferrajoli, existe una estrecha relación entre el control de la motivación
jurídica y el principio de legalidad, en su manifestación de taxatividad penal, en cuanto las
figuras típicas deben ser connotadas por la ley mediante propiedades o características
esenciales idóneas para determinar su campo de aplicación de manera exhaustiva, de forma
que los hechos concretos que entran allí sean denotados por ellas en proposiciones verdaderas,

23
y de manera exclusiva, de modo que tales hechos no sean denotados también en proposiciones
contradictorias por otras figuras de delito connotadas por normas concurrentes. 66
La falta de respeto a este principio trae como consecuencia la absoluta discrecionalidad
del juez de mérito y, juntamente con ello, la imposibilidad de constatar vicios en el juicio de
derecho. En ese caso el control a través del recurso de nulidad funcionaría en realidad como
una revaloración discrecional, tanto o más arbitraria que el juicio de mérito, pues, además,
operaría sin los beneficios de la inmediación.
Sin embargo, aun si se respetase al máximo ese principio, siempre va a existir un
margen de incertidumbre y, por tanto, de discrecionalidad en la interpretación de la ley. Como
señalaba Hart, en todas las leyes existe, junto a un núcleo “luminoso”, una zona de “penumbra”
que cubre los “casos discutibles” en los que las palabras de la ley “no son obviamente
aplicables… pero tampoco claramente excluibles”. La penumbra, no obstante, puede ser
reducida o aumentada hasta la oscuridad más completa. Por eso debemos hablar, a propósito
de las hipótesis de delito, de grado de taxatividad y, en consecuencia, de verificabilidad jurídica.
La certeza de la verdad jurídica, aun cuando sea un mito si se entiende como perfecta
correspondencia, puede ser en realidad mayor o menor según el lenguaje de las leyes sea
preciso o vago, denote hechos o exprese valores y esté libre de antinomias semánticas. De
todos los métodos de interpretación, el gramatical es el más débil, toda vez que debe cargar en
su cuenta con la ambigüedad significativa del lenguaje ordinario. Ello aconseja que el
significado del texto sea decidido y fijado sobre la base de referencias a estructuras capaces de
garantizar una aplicación uniforme e igualitaria. En suma, el conocimiento del texto legal no es
todavía el conocimiento de la ley y de su significado y casi nunca permite, en consecuencia, una
aplicación plausible de la ley. Sólo su interpretación permite convertirlo en la premisa mayor
del silogismo. Los conceptos legales deben sufrir, por lo tanto, una transformación en
conceptos dogmáticos, pues ello permitirá aplicar la ley en condiciones de igualdad y justicia.
Reconozcamos, empero, que se trata de una tarea imposible de realizar en abstracto, es decir,
en el análisis puro de la norma, sino que es fruto del ejercicio constante en la subsunción de
casos concretos en el tipo penal.
Una vez interpretada, la ley debe ser aplicada a un caso, mediante el mecanismo de
subsunción, consistente en la clasificación de un concepto de menor extensión en otro de
mayor extensión. Este proceso mental caracteriza el silogismo de la determinación de la
consecuencia jurídica, en el que mediante la técnica de la deducción lógica se puede demostrar
que el suceso que se juzga pertenece a la clase de aquellos a los que la ley conecta la
consecuencia jurídica. La conexión de ambas premisas es precisamente el problema básico de
la motivación in iuris de la sentencia.
La operación silogística, dentro de la cual tiene lugar la subsunción, sólo puede ser
llevada a cabo mediante la definición de conceptos, labor por demás compleja, en la cual se

66
Luigi Ferrajoli “Derecho y razón”, Editorial Trotta, Madrid 1995, página 21.

24
pueden cometer errores, o al menos sostener criterios que no son compartidos por la parte
recurrente y que eventualmente pueden llevar al tribunal de alzada a anular la sentencia.
Pero el control de la motivación jurídica de la sentencia no se limita a la mera
constatación de la corrección del encuadramiento de la situación fáctica en la descripción típica,
pues tal determinación requiere por parte del órgano contralor de la realización de su propia
valoración, esto es, una nueva ponderación jurídica que se pronunciará acerca de la
plausibilidad de aquella otra efectuada por el tribunal de mérito.
Las premisas jurídicas, entonces, son eminentemente opinables, algunas más que otras,
según recaigan sobre elementos meramente descriptivos, o sobre elementos valorativos o
subjetivos de los tipos penales, sobre criterios normativos que inciden la determinación de la
culpabilidad o en la individualización de la pena. Por ello la decisión de anular una sentencia,
fundada en la errónea aplicación de la ley sustantiva, contiene una opinión propia sobre tal
calificación jurídica, contraria a la emitida por el tribunal del juicio, pudiendo, esta última, ser tan
opinable como la primera.
La necesidad social de contar con parámetros uniformes y claros, contraria a la
disparidad de criterios que a veces la práctica judicial nos muestra, lleva al legislador a
establecer que este recurso de nulidad sea conocido por nuestro Máximo Tribunal, en cuya
sede se espera se genere una más igualitaria aplicación de la ley sustantiva. 67

21.4.2.- Causales específicas.68


Son también conocidas como “motivos absolutos de nulidad”. Se trata de casos que si
bien se encuentran comprendidos dentro de las causales genéricas el legislador ha preferido
mencionar en forma expresa y objetivada.
Se trata, conforme quedó constancia en las actas legislativas, de “casos en que el propio
legislador determina que, por la gravedad de los hechos en que se sustentan, ha existido
infracción sustancial de las garantías”. Lo anterior significa que en las hipótesis del artículo 374
del CPP nos encontramos ante causales objetivas de nulidad procesal en que no cabe entrar a
discutir si la infracción es sustancial o no, esto es, si afecta o no la garantía en sus aspectos
esenciales y si influye o no en lo dispositivo del fallo.
Estos motivos absolutos tienen el efecto de anular la sentencia y el juicio, a menos que
los errores de que se trata no tengan influencia en la parte dispositiva del fallo, en cuyo caso el
tribunal ad-quem puede corregir aquellos que advierta al conocer del recurso. 69
A continuación comentaremos cada una de estas causales en sus distintas hipótesis.

a.1.- Cuando la sentencia hubiere sido pronunciada por un tribunal incompetente.

67
Art. 376 inciso 3° CPP.
68
Art. 374 CPP.
69
Art. 375 del CPP. Que constituye una aplicación del principio de trascendencia o perjuicio.

25
Estimamos que esta causal se refiere únicamente a la incompetencia absoluta o
material, pues respecto de la incompetencia relativa o territorial, atendida su naturaleza, existe
una norma que determina la preclusión de la facultad procesal para reclamar de ella, nos
referimos al artículo 74 del CPP que impide efectuar tal alegación transcurridos tres días desde
la notificación de la resolución que fija fecha para la realización de la audiencia de juicio oral. Es
más, le está vedado al tribunal declarar de oficio su incompetencia relativa después de ese
plazo.
Debemos recordar, además, que en el procedimiento ordinario puede plantearse la
incompetencia del tribunal de garantía en la etapa intermedia como una excepción de previo y
especial pronunciamiento,70 cuestión que debe ser resuelta durante la audiencia de preparación
de juicio oral, en forma previa a la dictación del auto de apertura. 71 La resolución que dicte el
juez de garantía, acogiendo o rechazando la excepción de incompetencia, es apelable en el
solo efecto devolutivo.72
La no reclamación oportuna por las partes o declaración de oficio por el tribunal de la
incompetencia relativa genera una especie de prórroga tácita, en los términos descritos en el
artículo 181 del COT, agregándose, de este modo, una hipótesis más de procedencia de la
institución señalada en los artículos 182 y 187 del mismo cuerpo legal.

a.2.- Cuando la sentencia hubiere sido pronunciada por un tribunal integrado de una
forma no legal.
A simple vista la causal en análisis sólo es aplicable al Tribunal Oral, pues la voz
integración es un mecanismo legal de composición propia de los tribunales colegiados. Sin
embargo, tratándose de los jueces de garantía la infracción de las normas de subrogación
podría generar la actuación ilegal de una persona en posición de tal juez, por no encontrarse
autorizado para fungir en esa condición.
La errónea integración o subrogación de los tribunales penales es un tema delicado,
especialmente en estos primeros años de aplicación del nuevo sistema procesal, pues se trata
de jueces especializados, capacitados y preparados seriamente para asumir sus funciones. De
este modo, sólo aquellos jueces y auxiliares que señala la ley, en el orden indicado, pueden
reemplazar a los titulares.73
Las normas aplicables para la correcta subrogación e integración de los jueces penales
se encuentran establecidas en los artículos 206 a 210 B y 213 del COT.

70
Art. 264 N° 1 del CPP, como una cuestión de competencia.
71
Art. 74 inciso 2° del CPP.
72
Art. 271 inciso 2° y 368 del CPP.
73
En este sentido resulta fundamental la labor de capacitación de los subrogantes no especializados, de modo
tal que al asumir la función de juez penal, lo hagan en pleno conocimiento de las normas y principios que
rigen el nuevo sistema de justicia penal.

26
a.3.- Cuando la sentencia hubiere sido pronunciada con la participación de un Juez Oral
o de Garantía legalmente implicado, con recusación pendiente o declarada por tribunal
competente.
Esta causal obedece a la vigencia y respeto del derecho de las partes a un juez
imparcial, componente del debido proceso.
Debe tenerse presente que, para que se active la causal, basta la concurrencia de un
solo juez legalmente implicado o cuya recusación estuviere pendiente o hubiere sido declarada
por tribunal competente. Aquí no es aplicable la disposición del artículo 76 inciso final del CPP,
porque la inhabilidad del juez no ha sido declarada durante el desarrollo del procedimiento,
conforme lo exige dicha norma, y no se ha excluido al juez implicado o recusado del proceso
de deliberación. La participación de ese juez en la deliberación contamina así toda la sentencia,
aun cuando el pronunciamiento hubiere sido unánime.
La implicancia del juez constituye una prohibición absoluta de actuar, determina su
incompetencia personal, cuya existencia conlleva la nulidad de la actuación del juez implicado
aun cuando no se hubiere declarado ésta en forma previa.
Para que pueda darse esta hipótesis de nulidad el juez afectado debe haber omitido
dejar la constancia obligatoria,74 seguramente porque considera que no le afecta la causal, de
otro modo estaría actuando ilícitamente.75
En el evento indicado el recurrente debe probar los hechos en que hace consistir la
inhabilidad, ofreciendo en el recurso los medios de prueba con que pretende acreditarla. 76
Precisando aun más el análisis, si se trata del incidente de implicancia de un juez
unipersonal debe hacerse valer ante él mismo, expresando la causa legal y los hechos en que se
funda, previo depósito de las cantidades expresadas en el artículo 118 del CPC, para ser
resuelto por el mismo tribunal.77 En este caso la decisión del incidente es apelable.78
Entonces, si el juez unipersonal rechaza el incidente de implicancia y apelada la decisión
ella es confirmada por el tribunal de alzada, no puede, posteriormente, la parte usar la misma
causal de inhabilidad para fundar ahora un recurso de nulidad. Igual cosa sucederá si el
interesado no se alza respecto de tal negativa.79
Respecto del incidente de implicancia de jueces que sirven en tribunales colegiados
conoce el mismo tribunal al cual pertenecen, con exclusión del miembro o miembros
implicados.80 Lo que así decida el tribunal oral en lo penal es inapelable.81

74
Art. 199 inciso 1° del COT.
75
Art. 224 N° 7 del CP.
76
Art. 359 del CPP.
77
Arts. 52 del CPP; 115 del CPC; y 202 del COT.
78
Arts. 205 inciso 1° del COT y 126 del CPC.
79
Estimamos que se trata de una sentencia interlocutoria firme, que produce cosa juzgada.
80
Art. 203 del COT.
81
Art. 364 del CPP.

27
¿Puede en ese contexto la parte interesada recurrir de nulidad en contra de la sentencia
definitiva dictada con la participación del juez cuya implicancia fue previamente rechazada?
Si estimamos que esa decisión produce cosa juzgada no podría la parte reutilizar la
misma causal para fundar un recurso de nulidad.
Las causales de recusación, por su parte, son renunciables pudiendo el supuesto
perjudicado abstenerse de reclamar de la causal que estima concurrente o no hacer efectiva
aquella que se hace constar.82 Además, en razón de su naturaleza sólo pueden ser entabladas
por la parte perjudicada por la falta de imparcialidad.83
La causal de nulidad en estudio consiste en que un juez intervenga en una sentencia
encontrándose con recusación pendiente o ya declarada por tribunal competente. Aunque
resulta evidente nos parece oportuno precisar que no es, por tanto, causal de nulidad un
motivo de recusación que no haya sido planteado oportunamente o uno que haya sido
rechazado por sentencia firme.
En cuanto al tribunal competente el artículo 204 inciso 1° del COT señala que “de la
recusación de un juez de letras conocerá la Corte de Apelaciones”, ello permite sostener que la
recusación de un juez de garantía y la de un juez de un tribunal oral son siempre conocidas por
la Corte de Apelaciones respectiva. Sin embargo, el artículo 76 del CPP dispone que cuando los
hechos que constituyeren la causal de inhabilidad llegaren a conocimiento de la parte con
posterioridad al vencimiento del plazo de tres días de la notificación de la fecha del juicio oral y
antes del inicio del mismo, el incidente respectivo deberá ser promovido al iniciarse la audiencia
del juicio oral. Acto seguido establece: “Con posterioridad al inicio de la audiencia del juicio oral,
no podrán deducirse incidentes relativos a la inhabilitación de los jueces que integraren el
tribunal. Con todo, si cualquiera de los jueces advirtiere un hecho nuevo constitutivo de causal
de inhabilidad, el tribunal podrá declararla de oficio”.
Del juego de estas dos disposiciones podemos distinguir las siguientes situaciones que
determinarán el tribunal competente ante quien pende o que declaró la inhabilidad por
recusación.
En primer lugar, como el artículo 76 recién citado es sólo aplicable a los jueces
miembros de un tribunal oral, respecto de los jueces de garantía es plenamente aplicable la
norma del artículo 204 inciso 1° del COT, de modo que la recusación debe ser resuelta por la
Corte de Apelaciones respectiva.
En segundo lugar, tratándose de jueces orales es necesario subdistinguir: a) Si el
incidente de recusación se hace valer en el plazo de tres días contados desde la notificación de
la resolución que fija la fecha del juicio, la normativa parece indicar que éste debe ser conocido
por la Corte de Apelaciones respectiva y resuelto antes de la audiencia correspondiente; 84 b) Si
el incidente de recusación se promueve al comienzo de la audiencia de juicio oral, esto es,
82
Art. 199 inciso 3° COT.
83
Art. 200 inciso 2° COT.
84
Arts. 76 inciso 1° CPP y 204 inciso 1° COT.

28
antes de declarar iniciado el juicio, 85 como no existe norma especial pareciera aplicable la regla
del artículo 204 inciso 1° del COT, esto es, del incidente de recusación conocerá la Corte de
Apelaciones respectiva, suspendiendo la audiencia en el intertanto, 86 sin embargo, tal
interpretación nos parece contradictoria con los plazos perentorios de celebración del juicio y
de la suspensión del mismo, lo que nos lleva a pensar que es el mismo tribunal quien debe
resolver el incidente y c) Si se trata de una constancia de oficio que realiza alguno de los
miembros del tribunal oral, después de iniciado el juicio, en el sentido que le afecta una causal
de recusación, existe una norma especial en el inciso 3° del artículo 76 del CPP que indica que
el tribunal podrá declararla de oficio. Si así se hace, el tribunal puede continuar funcionando
con exclusión del o de los miembros inhabilitados, si éstos pudieren ser reemplazados de
inmediato con jueces alternos, o si continuare integrado por, a lo menos, dos jueces que
hubieren concurrido a toda la audiencia, siempre que alcancen unanimidad para pronunciar la
sentencia definitiva.87
En las dos primeras hipótesis, de estimar que la recusación debe ser conocida por la
Corte de Apelaciones, las sentencias que este tribunal dicte en conocimiento de los incidentes
de recusación son inapelables.88 También lo es la decisión oficiosa que declara la recusación de
un miembro de un tribunal colegiado, pero en este caso por aplicación de los artículos 290 y
364 del CPP.

a.4.- Cuando la sentencia hubiere sido acordada por un menor número de votos o
pronunciada por menor número de jueces que el requerido por la ley.
Esta causal es exclusiva de los tribunales orales colegiados, quienes deben integrarse o
formar decisión con el número de jueces que señala la ley.
Los tribunales de juicio oral en lo penal funcionan en una o más salas integradas por
tres de sus miembros89 y sus decisiones sólo pueden ser adoptadas por los jueces que han
asistido a la totalidad de la audiencia del juicio oral, por mayoría de votos.90
En consecuencia, se puede reclamar la nulidad de una sentencia donde no se haya
respetado ese quórum (tres jueces) y esa mayoría (dos votos conformes).
Resulta necesario precisar que si bien para el inicio y validez del juicio oral se requiere
de la presencia de los tres jueces, en caso de inhabilidad o imposibilidad sobreviniente puede el
tribunal continuar funcionando con los otros dos, siempre y cuando alcancen unanimidad para
pronunciar la sentencia definitiva, en caso contrario se anulará todo lo obrado en el juicio. 91

85
Art. 76 inciso 2° CPP.
86
Art. 283 inciso 1° CPP.
87
Art. 76 inciso 4° y 281 inciso 5° CPP.
88
Art. 205 inciso 1° del COT y 126 inciso 1° CPC.
89
Art. 17 inciso 1° COT.
90
Art. 19 incisos 2° y 3° COT.
91
Art. 76 inciso final y 284 inciso 1° del CPP. En respeto del principio de inmediación.

29
Además de las reglas indicadas, cuya infracción genera la nulidad de la sentencia y del
juicio, existen otras normas que determinan la forma correcta de adoptar los acuerdos, mas su
incumplimiento no tiene señalada una sanción procesal específica. Así, en el evento de
dispersión de votos en relación con una decisión, la sentencia, o la determinación de la pena si
aquella fuere condenatoria, el juez que sostenga la opinión más desfavorable al condenado
deberá optar por alguna de las otras. Si se produjere desacuerdo acerca de cuál es la opinión
que favorece más al imputado, prevalecerá la que cuente con el voto del juez presidente de la
sala.92
En lo demás las decisiones de los tribunales orales se regirán, en lo que resulte
compatible, por las reglas sobre acuerdos en las Cortes de Apelaciones contenidas en los
artículos 72, 81, 83, 84 y 89 del COT.

a.5.- Cuando la sentencia hubiere sido acordada con concurrencia de jueces que no
hubieren asistido al juicio.
En virtud del principio de inmediación sólo pueden concurrir a las decisiones del tribunal
los jueces que asistieron a toda la audiencia, 93 ininterrumpidamente; en caso contrario, el juicio
y la sentencia es anulable.94

b.- Cuando la audiencia de juicio oral hubiere tenido lugar en ausencia de los jueces del
tribunal, del Fiscal, del acusado o de su defensor.
En relación con la aplicación de la hipótesis a los jueces, lógicamente, para poder
declarar iniciado el juicio se requiere de la presencia de la sala, mas debe tenerse presente que
la ausencia posterior de un solo juez no es causal suficiente de nulidad, ya que ella puede ser
suplida a través de su reemplazo por un juez alterno, si hubiese sido convocado
adicionalmente; incluso frente a la inhabilidad o impedimento de uno de los jueces, pueden
continuar y concluir el juicio los dos restantes, con tal que adopten su decisión por unanimidad.
La presencia del Fiscal en juicio en su calidad de persecutor penal y sostenedor de la
acusación es indispensable, de modo que su ausencia impide iniciar válidamente el litigio.
Hace excepción a lo anterior la institución del forzamiento de la acusación, contemplada
en el artículo 258 del CPP, donde el querellante es el encargado de sostener la imputación
penal en juicio. Lo mismo ocurre en el caso previsto en el artículo 270 del mismo cuerpo legal,
en cuya virtud, ante la renuencia del Fiscal para subsanar vicios formales de la acusación sólo
queda subsistente como persecutor el querellante particular.
En segundo lugar, la presencia del acusado durante todo el juicio es condición de
validez del mismo.95 Sin embargo esta regla no es absoluta, pues el tribunal puede autorizar su

92
Art. 19 incisos 4° y 5° del COT.
93
Art. 19 inciso 2° del COT.
94
Arts. 284 y 374 letra a) del COT.
95
Arts. 93 letra i), 285 inciso 1° y 374 letra b) del CPP; 14 N° 3 letra d) del PIDCP.

30
salida cuando lo solicite, ordenando su permanencia en una sala próxima; puede también
disponer que abandone la sala de audiencia, cuando su comportamiento perturbe el orden; 96 y
puede el tribunal continuar el juicio sin la presencia del acusado cuando se le hubiere otorgado
la posibilidad de prestar declaración y se estimare que su ulterior presencia no es indispensable
para la prosecución del juicio o solo falta la dictación de la sentencia. 97
Finalmente, la presencia del defensor del acusado durante toda la audiencia de juicio
oral es requisito de validez del mismo, 98 su no comparecencia constituye abandono de la
defensa y obliga al tribunal a la designación de un defensor penal público, no se suspende la
audiencia, pero se le concederá al nuevo defensor un plazo prudente para interiorizarse del
caso.
La ausencia injustificada del defensor o del fiscal se sancionará con suspensión del
ejercicio de la profesión, hasta por dos meses. En igual pena incurrirá el defensor o fiscal que
abandonare injustificadamente la audiencia que se estuviere desarrollando. 99

c.- Cuando al defensor se le hubiere impedido ejercer las facultades que la ley le otorga.
Como punto de partida debemos señalar que el defensor puede ejercer todos los
derechos que la ley reconoce al imputado, a menos que expresamente se reserve su ejercicio a
este último en forma personal.100
Dentro de las facultades que la ley concede a la defensa en el contexto del juicio
podemos mencionar los siguientes:
1.- Ser informado de manera clara, precisa y oportuna de los hechos
que se imputan a su defendido,101 de modo tal que pueda organizar adecuadamente la
defensa.
2.- Exponer los argumentos de defensa que considere necesarios.102
3.- Producir la prueba, oportunamente ofrecida y aceptada, tendiente a justificar sus
argumentos.103
4.- Solicitar la reducción y exclusión de la prueba ofrecida por la contraparte. 104
5.- Refutar y contraexaminar la prueba de la acusación; objetar las preguntas prohibidas
que formule su contrincante.105
6.- Oponerse a la incorporación de prueba en forma distinta a la señalada en la ley.

96
Art. 285 inciso 2° del CPP.
97
Art. 283 inciso 2° del CPP.
98
Arts 103 y 286 inciso 1° del CPP.
99
Art. 287 del CPP.
100
Art. 104 del CPP.
101
Arts. 93 letra a), 259, 262 y 281 inciso final del CPP; 14 N° 3 del PIDCP; 8 N° 2 letras b) y c) CADH.
102
Arts. 263 letra c), 264, 265, 268, 326 y 338 del CPP.
103
Arts. 263 letra c) 328 del CPP.
104
Arts. 272, 276 y 334 del CPP.
105
Art. 330 del CPP.

31
7.- Comunicarse libremente con el acusado.106
Estimamos que si el tribunal o la contraria impiden al defensor ejercer legítimamente
alguna de estas facultades, de modo tal que se afecten los derechos e intereses del acusado,
corresponde ciertamente que se invalide lo actuado.

d.- Violación de las disposiciones establecidas por la ley sobre publicidad y continuidad
del juicio.
Por un imperativo de transparencia y responsabilidad la audiencia de juicio oral es
pública.107 En consecuencia, por regla general, el tribunal no puede impedir el acceso de
personas a la sala de audiencias, por el contrario, debe promover la asistencia de público a los
juicios.
Desde la perspectiva del ciudadano la publicidad permite que los gobernados conozcan
en forma directa cómo se tramitan los juicios, fiscalizando de este modo el quehacer de los
jueces, quienes son responsables ante la sociedad del debido ejercicio de sus atribuciones.
No obstante lo señalado precedentemente, puede excluirse o restringirse la publicidad
del juicio. Un caso especial de exclusión total del principio de publicidad lo constituye el juicio
para la aplicación de medidas de seguridad seguido en contra de un enajenado mental, que se
realiza a puertas cerradas y sin su presencia. 108 Además el tribunal puede restringir la
publicidad, a petición de parte y por resolución fundada, con el fin de proteger la intimidad, el
honor o la seguridad de cualquiera persona que debiera tomar parte en el juicio o para evitar la
divulgación de un secreto protegido por la ley.
Por un imperativo de continuidad se exige que el debate no sea interrumpido,
pudiendo prolongarse en sesiones sucesivas hasta su conclusión. 109 Se busca cautelar la
inmediación, de manera que los miembros del tribunal no se ocupen de otro juicio en tanto no
termine el que están conociendo y, asimismo, otorgar una respuesta oportuna al conflicto
penal, respetando el derecho del acusado de ser juzgado dentro de un plazo razonable.
Los recesos que naturalmente se decretan en el desenvolvimiento de la audiencia no
afectan este principio de continuidad, por lo tanto, la práctica judicial de decretarlos no puede
generar un vicio de nulidad, lógicamente en tanto se respete la noción de sesión sucesiva que
define el legislador. Cosa distinta son las suspensiones de la audiencia y del juicio a que se
refiere el artículo 283 del CPP, las primeras obedecen a motivos de absoluta necesidad y
pueden decretarse hasta por dos veces, las segundas, por su parte, corresponden a las causales
de sobreseimiento temporal. En ambos casos la suspensión no puede exceder de diez días.
Si la audiencia se suspende más de dos veces o se interrumpe por un período superior
al indicado, se anulará todo lo obrado y se ordenará el reinicio del juicio.

106
Art. 327 del CPP.
107
Art. 289 del CPP.
108
Art. 463 letra b) del CPP.
109
Art. 282 del CPP.

32
e.- Cuando en la sentencia se hubiere omitido alguno de los requisitos previstos en el
artículo 342, letras c), d) o e).
Esta causal de nulidad constituye un reflejo del deber de fundamentación de la decisión
por parte de los tribunales penales, única forma de legitimar racionalmente la sentencia,
especialmente la condenatoria.
Para un adecuado orden en el tratamiento del tema estudiaremos por separado cada
uno de estos requisitos del fallo penal.

e.1.- Exposición clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y circunstancias que
se dieren por probados, sean éstos favorables o desfavorables, y de la valoración de la prueba
en que fundan sus conclusiones de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 297.
Se ha sostenido mayoritariamente por la doctrina y la jurisprudencia que en el recurso
de nulidad el tribunal ad-quem no tiene competencia para entrar a revisar ni alterar los hechos
del modo como los fijó el tribunal de la instancia, sin embargo para discernir la concurrencia de
la causal en estudio es previo determinar la corrección y legitimidad de la fundamentación
empleada por los sentenciadores para dar por establecidos los sucesos de relevancia penal,
análisis que puede traer como consecuencia la determinación de una errónea apreciación de la
prueba rendida que justifica la realización de un nuevo juicio.
Comenta Julián López que el sistema procesal chileno, no obstante reservar los
problemas de apreciación de la prueba al tribunal de primera instancia, faculta al tribunal
superior que conoce del recurso de nulidad para revisar que la libre apreciación de la prueba
no entre en contradicción con los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los
conocimientos científicamente afianzados. 110 Entonces, cuando el tribunal de alzada observe la
violación, en la sentencia, de los límites impuestos a la valoración de la prueba debe declarar
nulo ese fallo, por falta de una debida fundamentación.
La vinculación entre apreciación de la prueba, motivación de la sentencia y control de
ambas a través del régimen de recursos, ha sido destacada, entre otros, por Ferrajoli, para
quien “los criterios, los métodos y las reglas de la inducción son criterios, métodos y reglas
epistemológicos antes que jurídicos” pero que, al ser incorporados en la ley (como lo hace
nuestro artículo 297 del CPP), pasan a ser “doblemente normativos, esto es, no sólo como
reglas lógicas, sino también como reglas jurídicas”. Y sigue: “se obtiene así que, tanto para ellas
como para todas las normas, la única garantía de efectividad es la censura jurisdiccional de su
violación. A diferencia de la inducción científica, donde la falta de respeto a las reglas de la
lógica tiene como sanción el rechazo de las tesis así inducidas por parte de la comunidad
científica, la inducción judicial concluye con una sentencia, y, por tanto, la falta de respeto a
tales reglas puede ser reparada sólo mediante la censura por parte de otro órgano de

110
Ob cit, pág. 421.

33
autoridad. En este sentido, se puede decir que el control lógico del razonamiento probatorio
constituye una unidad con la garantía de la motivación y, más aún, con la garantía de la
prueba”.111
Al analizar el alcance que los tribunales de alzada han dado a la facultad de control en
estudio, podemos constatar que la posición inicial de las Cortes ha sido más bien cautelosa y
restringida, señalando frecuentemente en sus decisiones que los hechos establecidos
soberanamente por el tribunal a-quo no pueden ser modificados por el tribunal ad-quem, toda
vez que el recurso de nulidad no constituye una instancia que permita la revisión y aclaración
de ellos. Para tal predicamento se tiene en cuenta que los jueces del recurso no han
presenciado el juicio oral y público, ya que los únicos que han aprovechado los beneficios de la
inmediación han sido los jueces del tribunal oral, que han presenciado la totalidad del debate.
De modo que aquellos – pese a su solvencia – estarán siempre en peores condiciones, en total
desventaja, con relación a éstos, que han recibido la impresión directa de la prueba.
No obstante lo anterior, si se pesquisa que la sentencia definitiva adolece de
fundamentación en aspectos sustanciales o si la motivación explicitada por los jueces del fondo
se aleja ostensiblemente de las reglas de racionalidad impuestas en el artículo 297 del CPP, la
posición inicial descrita varía y se resuelve normalmente anular dicho fallo y el juicio que le
precede.
En consecuencia, si las partes agraviadas recurren exigiendo este control (horizontal),
nuestros tribunales de alzada están obligados a efectuar una revisión exigente relativa a la
existencia efectiva de motivación (real y no meramente formal), así como la corrección del
razonamiento utilizado de acuerdo a criterios de racionalidad. Bajo dichas circunstancias, el
sistema acusatorio vigente impone la necesidad de controlar el discurso probatorio del tribunal
y su razonamiento jurídico, con el objeto de garantizar hasta el límite de lo posible la
racionalidad de su decisión.
Para que el tribunal ad-quem pueda controlar esa esperada racionalidad es preciso que
los jueces del fondo valoren en su sentencia toda la prueba incorporada a juicio, señalando las
razones por las cuales ciertos elementos probatorios han sido apreciados y otros desestimados;
luego, cómo a partir de los primeros se llega a los hechos que establece, explicitando las
razones por las cuales ha llegado a esa convicción, lo que comprende el señalamiento de las
inferencias empleadas (de acuerdo a las máximas de la experiencia) para integrar las hipótesis
fácticas que concluye como probadas. Dicha inferencia inductiva debe ser consistente, capaz de
explicar los hechos y concluir a través de un procedimiento lógico si tal convicción es
concordante con las proposiciones de la acusación o no; lo mismo habrá realizado respecto de
los enunciados fácticos contenidos en la versión alternativa del caso, proporcionada
eventualmente por la defensa. En el fondo el tribunal está obligado a ordenar el material
probatorio, seleccionar aquél que va a utilizar, previa contrastación de las pruebas que
111
Frente al cuestionamiento de si la falta de fundamentación de una sentencia definitiva absolutoria puede ser
revisada a través del recurso de nulidad, ver a Julián López, ob cit., pág. 422 y siguientes.

34
aparezcan opuestas, expresando siempre las máximas de la experiencia empleadas en ello. A
través de estas exigencias se logra controlar, en primer lugar, que el juzgamiento de los hechos
no sea arbitrario, obligando al tribunal a-quo a exponer las razones que tuvo al momento de
decidir; en segundo lugar, que la decisión tienda a la racionalidad, al respetar los conocimientos
científicamente afianzados, las reglas de la lógica y las máximas de la experiencia.
En síntesis, ya no nos parece tan intangible el juicio de los hechos efectuado por el
tribunal de fondo, en respeto de un excesivo alcance del principio de inmediación. Para explicar
lo aseverado resulta necesario distinguir dos niveles en materia de valoración probatoria.
El primer nivel consiste en la formación, sobre la base de lo percibido en el juicio oral,
de las premisas de las que se debe deducir la valoración de la prueba. Aquí entran en
consideración las conclusiones del tribunal de mérito acerca del valor de la veracidad de las
declaraciones del acusado y testigos, de la existencia de indicios, de la significación de la prueba
pericial y del valor de las opiniones de los peritos. Este aspecto de la valoración está
fuertemente condicionado por la inmediación. En esta fase existen, a su vez, dos aspectos de
consideración: la percepción que tiene lugar en el juicio oral y la motivación de la interpretación
de la percepción que tuvo lugar en dicho juicio. Este segundo aspecto no parece del todo ajeno
al control, pues si bien el tribunal de mérito puede creerle a un testigo más que a otro y
escoger a éste en lugar de aquél para la valoración probatoria, debe decir por qué lo hace, y si
no lo hace de modo alguno, o aun así lo hace, pero dice que le creyó más por ser blanco, que
al otro por ser negro, ello es censurable a través del recurso. La relevancia objetiva del
elemento probatorio, es decir el peso probatorio otorgado por el juzgador al elemento de
prueba es mucho más controlable que la fiabilidad subjetiva, es decir, la credibilidad, toda vez
que hay aspectos de ésta que son inexplicables aun para quien juzga, por cuanto dependen de
la impresión que el órgano de prueba haya dejado en su propia psiquis y, por ende, imposibles
de reflejar en la motivación. Por ejemplo la manifestación del tribunal en el sentido de que le
cree más a este testigo porque le sugiere mayor espontaneidad y sinceridad que aquél, es
absolutamente incontrolable, y sería nocivo que lo fuese, porque el tribunal de alzada jamás
podría reproducir para sí esa impresión.
El segundo nivel se trata de la observancia de las leyes de la lógica, de los principios de
la experiencia y de los conocimientos científicos de las deducciones que el tribunal formula a
partir de la prueba de cargo. Este nivel constituye lo que se puede denominar como la
infraestructura racional de la formación de la convicción, controlable a través del recurso de
nulidad por la causal en estudio.112
A continuación efectuaremos algunas precisiones en torno a los tópicos arriba
anunciados, a la luz de las exigencias legales.

Análisis y valoración de la prueba.


112
En este sentido Enrique Bacigalupo, “La impugnación de los hechos probados en la casación penal y otros
estudios”, Editorial Ad-Hoc, Buenos Aires 1994, páginas 28-30.

35
En primer lugar, se impone a los jueces la obligación de apreciar y valorar toda la
prueba producida, incluso de aquella que hubiere sido desestimada, expresando con claridad
los motivos que tuvo para ello.113
La mera transcripción de los elementos de justificación rendidos en el juicio, muchas
veces excesiva e innecesaria, no es suficiente para entender cumplido este requisito, es preciso
además dejar plasmado en el fallo cómo fueron percibidos tales antecedentes, la opción de
credibilidad que se ejerció respecto de ellos y la apreciación conjunta de los mismos para
determinar su verosimilitud, señalando específicamente por qué se prefieren unos respecto de
otros.
La valoración de los elementos de convicción aportados a juicio por las partes debe ser
completa, pronunciándose el tribunal incluso respecto de aquellos medios que no hacen
ninguna fuerza en la decisión, ya sea por su impertinencia, por la ilicitud en su obtención, por
no haber sido incorporados legalmente o por haberse preferido otros que contradicen su
mérito.
Para tal apreciación el tribunal goza de libertad, pero no de una libertad absoluta, sino
más bien de una discrecionalidad regida por criterios de racionalidad, a saber: los
conocimientos científicamente afianzados, las reglas de la lógica y las máximas de la
experiencia.
Se incurre en la causal de nulidad que se revisa al incumplir el requisito específico en la
confección de la sentencia, vale decir, omitir una exposición clara, lógica y completa de la
valoración de la prueba. Dicho de otra manera, concurre el vicio anotado si no existe tal
exposición o si, existiendo, ella es oscura, ilógica e incompleta.
La fundamentación ininteligible no cumple el objetivo fundamental de la sentencia, esto
es, justificar la decisión que contiene. Lo mismo ocurre si los razonamientos empleados
contrarían los conocimientos científicamente afianzados y las reglas de la lógica formal e
informal (máximas de la experiencia).
Veamos a continuación cómo un fundamento judicial y sus conclusiones pueden
oponerse a estos parámetros de sana crítica o racionalidad.
Como ya señalamos el conocimiento científico está constituido por saberes más o
menos generalizados, comunes y compartidos como verdaderos por la mayoría de las personas
que profesan una disciplina, así como también por legos en la materia, de un modo general.
Está constituido por verdades experimentalmente demostradas y demostrables.
La exigencia de que ese conocimiento se encuentre afianzado implica la aceptación del
carácter relativo de las verdades científicas, que surgen como tesis que, andando el tiempo, se
consolidan o no, y que, ulteriormente, pueden ser modificadas, matizadas o sustituidas.
La información que se introduce a juicio a modo de conocimiento científicamente
afianzado genera un saber demostrable, cercano a lo exacto, que permite a los jueces

113
Art. 297 inciso 2° del CPP.

36
establecer hechos certeramente sin necesidad de recurrir a motivaciones adicionales. Al revés,
los razonamientos judiciales no tienen la virtud de derribar conclusiones obtenidas a través de
las ciencias consolidadas, de modo que, producida la colisión, nos enfrentamos a una
vulneración de las normas contenidas en los artículos 297 y 342 letra c) del CPP. Estimamos que
también se infringen dichos preceptos si el tribunal utiliza como conocimientos científicamente
afianzados algunos que no lo son.
De otro lado, es permitido al tribunal recurrir a las máximas de la experiencia sea para
interpretar hechos, sea para darlos por establecidos, sin embargo le está vedado usar meras
subjetividades para ello, las opiniones personales que no obedecen a una experiencia humana
válida y objetivizable son ajenas a la lógica informal y deslegitiman la sentencia.
Su establecimiento no es arbitrario ni subjetivo, sino que se realiza a través de un
proceso intelectual inductivo de observación de casos concretos, obteniendo reglas de
aplicación general con validez para nuevos casos. Constituyen criterios contingentes y mutables,
pero objetivos, que comprenden las definiciones y juicios hipotéticos provenientes del
conocimiento práctico de los hombres.
Estas máximas de la experiencia son utilizadas por los tribunales para ponderar la
credibilidad de los medios de prueba y asignarles valor probatorio, también para interpretar los
hechos y fijar su contenido.
Al realizar esta valoración el juez utiliza su experiencia de vida, por ello se dice que cada
prueba produce en el sentenciador un movimiento en su conciencia, que varía de intensidad de
acuerdo a su subjetividad, su experiencia, sus costumbres, sus capacidades físicas y mentales, su
habilidad práctica y opiniones preconcebidas. Lo importante es que los criterios que utiliza se
ajusten al sentido común objetivizable mediante criterios de racionalidad.
Por último, las reglas de la lógica formal otorgan a ese razonamiento del juez una
estructura ordenada y rigurosa (el silogismo) que asegura su corrección, mas no la cualidad de
verdadero o plausible, que dependerá de la persuasión del argumento práctico. Los silogismos
construidos a partir de los conocimientos científicamente afianzados y las máximas de la
experiencia deben respetar las reglas de la lógica, en caso contrario la incorrección del
razonamiento puede conducir al vicio de nulidad en estudio. En este sentido se controla que la
fundamentación del tribunal sea congruente, esto es, que las afirmaciones, deducciones y
conclusiones sean concordantes entre sí, de modo que, de una parte, no pueden tener lagunas
y, de otra, no pueden ser contradictorias. Además, debe ser inequívoca, de acuerdo a los
principios tradicionales de identidad, de contradicción y de tercero excluido.

Exposición clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y circunstancias que se
dieron por probados, sean ellos favorables o desfavorables.

37
Valorada la prueba por el tribunal, éste procederá a determinar los hechos que da por
establecidos, a favor o en contra del acusado, precisando los medios de prueba que sirvieren
para dar por acreditado cada hecho o circunstancia.114
Al apreciar la prueba el tribunal realiza una opción de credibilidad y verosimilitud de
cada elemento, que se ve fortalecida por la inmediación, o sea la observación directa de tales
medios en el juicio.
Los razonamientos que utilicen los jueces para justificar sus decisiones sobre los hechos
y sus interpretaciones deben ser claros, lógicos y completos, de modo que cualquier persona
pueda entender la manera como llegó a la convicción. Si no se cumplen tales requerimientos
puede instarse por la nulidad del juicio y de la sentencia.

e.2.- Exposición de las razones legales o doctrinales que sirvieron para calificar
jurídicamente cada uno de los hechos y sus circunstancias y para fundar el fallo. 115
El requisito en análisis se cumple indicando los fundamentos legales o doctrinales que
sustentan la calificación jurídica efectuada en la sentencia, sea que se trate de preceptos
penales sustantivos o procesales.
Creemos que no debe fiscalizarse aquí por el tribunal ad-quem la corrección del
proceso de subsunción de los hechos a la norma jurídico penal, sino sólo la exposición de los
mandatos legales que sirvieron de base a dicha labor. Estimamos que ello es así, pues para
determinar la corrección de la interpretación del derecho y su aplicación al caso concreto existe
otra causal de nulidad genérica.116

e.3.- Contener la decisión de absolución o condena respecto de cada uno de los


acusados por cada uno de los delitos que la acusación les hubiere atribuido; la decisión sobre la
responsabilidad civil de los mismos y el monto de las indemnizaciones a que hubiere lugar.
La decisión del asunto controvertido es también una exigencia de validez de la
sentencia. De modo que el tribunal debe pronunciarse determinadamente sobre cada una de
las peticiones sustanciales de las partes.117
En primer lugar, no puede faltar la decisión de absolución o condena respecto de cada
uno de los acusados por cada uno de los hechos que se les hubiere atribuido en la acusación.
Para cumplir cabalmente esta obligación los jueces deben hacerse cargo de todas las
imputaciones específicas contenidas en la acusación oficial y, en su caso, en la acusación
particular. Si la sentencia es condenatoria debe indicar lógicamente las sanciones que se le

114
Art. 297 inciso final del CPP.
115
Art. 342 letra d) del CPP.
116
Art. 373 letra b) del CPP.
117
Es España se denomina a esta omisión “incongruencia omisiva”, precisando que sólo se refiere a las
cuestiones fundamentales planteadas por las partes. En consecuencia, no es condición de validez de la
sentencia hacerse cargo de cada alegación o planteamiento de los litigantes, bastando la respuesta razonada a
las pretensiones de las partes.

38
imponen al acusado, sean ellas principales o accesorias, corporales, pecuniarias o restrictivas de
derechos.
En segundo lugar, el tribunal debe pronunciarse sobre la responsabilidad civil reclamada
respecto del acusado. Se trata de una petición eventual que ha planteado oportunamente y en
forma el querellante particular o actor civil que debe ser necesariamente respondida por los
jueces.
Finalmente, la ley exige al tribunal fijar el monto de las indemnizaciones a que hubiere
lugar.
La omisión de cualquiera de estas tres condiciones constituye el motivo absoluto de
nulidad en estudio.
La remisión específica que el artículo 374 letra e) del CPP hace al artículo 342 letras c),
d) y e) del mismo cuerpo legal permite colegir que la omisión de otro requisito legal distinto en
la forma de dictar la sentencia definitiva no tiene como sanción procesal la nulidad de la
sentencia y del juicio. Así ocurriría, por ejemplo, con la omisión de la condena en costas o de la
expresión del día desde el cual se empieza a contar la pena temporal impuesta, con su
respectivo abono.118

f.- Cuando la sentencia se hubiere dictado con infracción del principio de congruencia
establecido en el artículo 341 del CPP.
Indica la ley que la sentencia condenatoria no puede exceder el contenido de la
acusación. Luego precisa que no se puede condenar por hechos o circunstancias no contenidos
en ella.
No obstante lo anterior, el tribunal puede dar al hecho una calificación jurídica distinta o
apreciar la concurrencia de agravantes no incluidas en la imputación, siempre que hubiere
advertido a los intervinientes durante la audiencia.
A partir de esta normativa hemos sostenido que la congruencia es la obligación legal
que la ley impone al órgano jurisdiccional en tanto debe respetar la correlación sustancial entre
el núcleo fáctico de la acusación y los hechos que componen su sentencia.
Esta exigencia de congruencia constituye un reflejo del derecho de defensa, en cuanto
se requiere que la imputación sea precisa y determinada. En efecto, para que el acusado pueda
defenderse y ser defendido en forma adecuada resulta indispensable saber cuáles son los
hechos que se le atribuyen, sus circunstancias y la calificación de los mismos.
De otro lado, es preciso recordar que el objeto del juicio se conforma por la narración
fáctica contenida en la acusación fiscal, se complementa eventualmente por la descripción
realizada por el acusador particular y, por último, se completa con las afirmaciones de hechos
realizadas por el acusado y su defensa.

118
Art. 375 del CPP.

39
En síntesis, si el tribunal no respeta la obligación legal en análisis, es decir, dicta una
sentencia incongruente, saliéndose del objeto fáctico del juicio, incurre en este motivo absoluto
de nulidad.

g.- Cuando la sentencia hubiere sido dictada en oposición a otra sentencia criminal
pasada en autoridad de cosa juzgada.
La garantía comprometida en este caso es la inadmisibilidad de la persecución penal
múltiple, también conocida como principio de non bis in idem.
Esta prohibición de la doble incriminación penal se encuentra consagrada en los
artículos 14 N° 7 del PIDCP, 8° N° 4 de la CADH, 1° inciso 2°, 250 letra f) y 264 letra c) del CPP.
Señala Julián López que se trata de una causal de nulidad que opera sólo cuando la
sentencia anterior es absolutoria, ya que, por principio, las sentencias condenatorias en materia
penal no producen jamás el efecto de cosa juzgada, toda vez que es siempre posible su
impugnación a través de la revisión.119

21.5.-Tribunal competente para conocer del recurso.


Como ya lo indicamos, el recurso de nulidad se interpone siempre ante el tribunal que
dictó la sentencia impugnada, para ante el tribunal superior jerárquico previsto por la ley, que
puede ser la Corte de Apelaciones respectiva o la Corte Suprema, según cuales sean las
causales que fundamentan el recurso.
La determinación del tribunal competente en consideración de la causal invocada se
efectúa durante el control de admisibilidad.

21.5.1.- La Corte de Apelaciones respectiva.


Corresponde el conocimiento del recurso de nulidad a la Corte de Apelaciones que sea
superior jerárquico del tribunal oral en lo penal o juez de garantía que dictó la sentencia
impugnada, en los siguientes casos:
a.- Cuando el recurso se funda en la causal del artículo 373 letra b) del CPP, esto es,
errónea aplicación del derecho.
b.- Cuando se funda en alguno de los motivos absolutos de nulidad del artículo 374
CPP.
Pese a que, como veremos, la Corte Suprema tiene una competencia preferente para
conocer del recurso cuando las causales invocadas abarcaren la competencia de ambos
tribunales, la estimación legislativa es que estas dos causales serían representativas de la mayor
parte de la carga de trabajo que generaría, para los tribunales, la interposición de recursos de
nulidad.
21.5.2.- La Corte Suprema.

119
Ob cit., pág. 426.

40
Corresponde el conocimiento del recurso de nulidad a nuestro máximo tribunal en los
siguientes casos:
a.- Cuando el recurso se funda en la causal del artículo 373 letra a) del CPP, esto es,
infracción sustancial de derechos y garantías fundamentales.
La justificación para la atribución de estos casos a la Corte Suprema, conforme a la
discusión del tema en el Senado, es “la necesidad de que la Corte Suprema no sólo continúe
desarrollando, sino que, robustezca, su papel de fijar estándares jurídicos básicos, en una
función que no sólo es de control, sino de carácter normativo, de la cual resulten ciertos
criterios que apunten a la uniforme aplicación del derecho”.
La alusión obedece, sin dudas, al rol que le corresponde a nuestro máximo tribunal en
la definición de la extensión y alcances de las garantías individuales dentro de la sociedad
chilena. Al habérsele entregado competencia para decidir cuándo existe o no infracción
sustancial de los derechos o garantías asegurados por la Constitución o los tratados
internacionales, se está confiando a ella no sólo la función de asegurar el respeto de esos
derechos en las causas criminales, sino también la función de explicitar, con un alcance que
excede el de cada caso concreto, cuál es la extensión que tienen los derechos y las libertades
individuales en nuestra sociedad.
b.- Cuando se funde en la causal del artículo 373 letra b) del CPP, por errónea
aplicación del derecho, en el evento que en la materia de derecho objeto del recurso existieren
distintas interpretaciones sostenidas en diversos fallos emanados de los tribunales superiores. 120
De este modo se pretende que la Corte Suprema fije criterios jurisprudenciales
uniformes, que permitan prever las respuestas judiciales probables frente a una situación
determinada.
La propia Corte Suprema ha interpretado esta atribución considerando que las “distintas
interpretaciones sostenidas en diversos fallos emanados de los tribunales superiores” a que
alude la disposición, debería constar en sentencias que “correspondan a asuntos que fueron
conocidos por tribunales del nuevo sistema procesal penal”.121
Un segundo problema que ha planteado esta norma es el de la real posibilidad de que
a través de su aplicación se logre el objetivo de uniformar la jurisprudencia considerando el
efecto relativo que tienen las sentencias en nuestro país. La Corte Suprema ha tenido ya
oportunidad de pronunciarse sobre el punto con motivo de la remisión de antecedentes que la
Segunda Sala de la Corte (Sala Penal) hizo al Tribunal Pleno, informando que diversos juzgados
de garantía habían persistido en dar a la norma del artículo 395 del CPP una interpretación
diferente a la decidida por dicha Sala conociendo de recursos de nulidad. En el Acuerdo del
Tribunal Pleno, de fecha 19 de julio de 2002, consta que “Producido el debate acerca de los
alcances que tienen los pronunciamientos de esta Corte en los asuntos que contempla el

Art. 376 inciso 3° CPP.


120

Sentencia dictada en recurso de nulidad rol N° 3155-01 (considerando 3°) y sentencia dictada en recurso de
121

nulidad rol N° 3903-01 (considerando 4°).

41
artículo 376 inciso 3° del citado cuerpo legal (CPP), se acordó que no corresponde dar
instrucciones ni adoptar decisiones respecto de aquellos juzgados, en cuanto a los criterios para
decidir las aludidas cuestiones, en atención a que conforme el artículo 3° del Código Civil sólo
corresponde al legislador explicar o interpretar la ley de un modo generalmente imperativo, y
las sentencias judiciales no tienen fuerza obligatoria sino respecto de las causas en que
actualmente se pronunciaren, y este precepto de carácter general no se encuentra modificado
ni derogado por disposición alguna del Código Procesal Penal”. Se dejó constancia que “Por lo
demás, el referido principio representa una garantía de la independencia de los jueces, que es
elemento fundamental para el desempeño de la función jurisdiccional, al no quedar sometido
un tribunal inferior a otra imposición vinculante que no sea el peso y la fuerza de los
razonamientos contenidos en la jurisprudencia orientadora de una Corte Superior”.
Según Julián López ese criterio no sólo torna inoperante la disposición del artículo 376
inciso 3° del CPP, sino que pone al máximo tribunal en la incómoda posición de tener que
cumplir la función nomofiláctica que la ley le asigna caso a caso, recargando así su trabajo con
el conocimiento y resolución individual de los recursos de nulidad que inevitablemente se
presentarán al amparo de los criterios interpretativos que previamente hayan sido impuestos
por la Corte.
c.- Cuando una de las causales invocadas en el recurso, o en uno cualquiera de varios
recursos interpuestos, fuere de competencia de la Corte Suprema por aplicación de las reglas
precedentes.122
Por lo anterior, se dice que la competencia de la Corte Suprema es de carácter
preferente.

21.6.- Tramitación del recurso.

21.6.1.- Preparación del recurso.


El artículo 377 del CPP prescribe que “si la infracción invocada como motivo del recurso
se refiriere a una ley que regulare el procedimiento, el recurso sólo será admisible cuando quien
lo entablare hubiere reclamado oportunamente del vicio o defecto”.
La exigencia de preparación se aplica, entonces, a los recursos de nulidad fundados en
la causal del artículo 373 letra a) del CPP, pero no en la causal del artículo 373 letra b) del
mismo texto legal.
Con respecto a la letra a), debe tenerse en consideración que no existe identidad entre
“infracción de ley que regulare el procedimiento” en los términos del artículo 377 del CPP y el
concepto de “infracción sustancial de derechos o garantías cometido en la tramitación del
juicio”, en los términos del artículo 373 letra a) del CPP. Por una parte, el primer precepto está
referido exclusivamente a infracciones de ley y no a infracciones constitucionales directas de

122
Art. 376 inciso final CPP.

42
principios que regulan el procedimiento, por lo que debe entenderse que, si éste último es el
caso, el recurso no requiere de preparación; por otra parte, la infracción sustancial de derechos
o garantías ocurrida en la tramitación del juicio incluye la recepción de la prueba ilícitamente
obtenida durante la etapa de investigación, por lo que debemos entender que la reclamación
del vicio de procedimiento ocurrida durante dicha etapa constituye suficiente preparación para
estos efectos.
Por reclamación oportuna se ha entendido la constancia en los registros del
procedimiento que el recurrente haya utilizado a lo menos uno de los medios establecidos en la
ley para reclamar del vicio, sin que sea exigible que se haya efectuado una utilización de todos
ellos.123 No será oportuna, lógicamente, la reclamación planteada en forma extemporánea,
debiendo, además, ser idónea.
El artículo 165 inciso final del CPP señala que “la solicitud de nulidad constituirá
preparación suficiente del recurso de nulidad para el caso que el tribunal no resolviere la
cuestión de conformidad a lo solicitado”. Sin embargo, para que así sea, el incidente de nulidad
debe ser a lo menos admisible.
Esta exigencia de preparación del recurso no se aplica cuando se tratare de alguna de
las causales del artículo 374 del CPP; cuando la ley no admitiere recurso alguno contra la
resolución que contuviere el vicio o defecto, cuando éste hubiere tenido lugar en el
pronunciamiento mismo de la sentencia que se tratare de anular; ni cuando dicho vicio o
defecto hubiere llegado al conocimiento de la parte después de pronunciada la sentencia. 124
Lo que se persigue mediante la exigencia de preparación es asegurar que el tribunal
haya tenido una oportunidad de corregir oportunamente el vicio evitando la nulidad del acto,
garantizando así la buena fe de los litigantes en cuanto a no reservar sus objeciones para
hacerlas valer sólo en el evento de una sentencia desfavorable.
El incumplimiento de la exigencia de preparar el recurso puede dar lugar a la
declaración de su improcedencia durante el control de admisibilidad del recurso por parte del
tribunal ad quem.

21.6.2.- Interposición del recurso.


El recurso de nulidad debe interponerse por escrito ante el tribunal que hubiere
conocido del juicio oral,125 debe consignar sus fundamentos y las peticiones concretas.126
La exigencia de expresar los fundamentos comprende tanto los de hecho como los de
derecho, según se deduce de lo dispuesto por el artículo 383 inciso 2° del CPP.
El recurso puede fundarse en varias causales, pero debe expresarlas todas, ya que, una
vez interpuesto, precluye el derecho del recurrente, quien no puede invocar nuevas causales. 127
123
En este sentido Cristián Maturana, citado por Julián López, ob cit, pág. 434.
124
Art. 377 inciso 2° CPP.
125
Art. 372 inciso 2° CPP.
126
Art. 378 inciso 1° CPP.
127
Arts. 378 inciso 2° y 379 inciso 2° CPP.

43
En este caso, la ley exige indicar si se invocan en forma conjunta o subsidiaria y fundamentar
separadamente cada causal o motivo de nulidad.
Si se trata del caso del artículo 376 inciso 3° del CPP, el recurrente debe indicar en
forma precisa los fallos en que se hubieren sostenido las distintas interpretaciones,
acompañando copias de las sentencias o de las publicaciones de su texto. 128 En todo caso, la
sanción al incumplimiento de este requisito no es la inadmisibilidad del recurso, sino su remisión
a la Corte de Apelaciones, de conformidad al artículo 383 inciso 3° del CPP.
Si fuere necesario rendir prueba sobre las circunstancias que constituyeren la causal
invocada, debe el recurrente ofrecerla en el escrito de interposición del recurso. 129
Aunque la ley no lo diga expresamente, el recurso debería explicar la forma en que se
ha preparado el recurso o indicar que se trata de un caso en que tal preparación no es
necesaria, toda vez que el análisis de dicha circunstancia forma parte del control de
admisibilidad del recurso ante el tribunal ad quem.

21.6.2.- Efectos de la interposición del recurso.


Si la sentencia es condenatoria, el recurso de nulidad suspende sus efectos, en cambio si
ella es absolutoria, no los suspende.130
La ejecución inmediata de las sentencias absolutorias aparece reafirmada por otras
disposiciones del CPP. Así por ejemplo, el artículo 153 ordena al tribunal poner término a la
prisión preventiva cuando se hubiere dictado sentencia absolutoria y cuando se decretare
sobreseimiento definitivo o temporal, “aunque dichas resoluciones no se encontraren
ejecutoriadas”. La norma es consistente con lo dispuesto por el artículo 347, conforme al cual,
inmediatamente después de comunicada a las partes la decisión absolutoria (veredicto), el
tribunal debe disponer, en forma inmediata, el alzamiento de las medidas cautelares personales
que se hubieren decretado en contra del acusado y ordenar se tome nota de este alzamiento
en todo índice o registro público y policial en el que figuraren, ordenando al mismo tiempo la
cancelación de las garantías de comparecencia que se hubieren otorgado. 131

21.6.3.- Examen de admisibilidad.

Por el tribunal a-quo.

128
Art. 378 inciso 3° CPP.
129
Art. 359 CPP.
130
Arts. 379, 355 y 468 inciso 1° CPP.
131
La norma del artículo 347 está en contradicción con el inciso final del artículo 153 que, no obstante la
dictación de la sentencia absolutoria, permite imponer en sustitución de la prisión preventiva alguna de las
medidas cautelares generales del artículo 155 y con el artículo 148, que exige para la cancelación de la
caución impuesta para reemplazar la prisión preventiva, que la sentencia absolutoria fuere una “resolución
firme”. Conflicto que debe resolverse a favor de la disposición del artículo 347 del CPP, por aplicación de la
regla de especialidad y principio de in dubio pro imputado.

44
El control sólo dice relación con el hecho de que la resolución sea impugnable por esta
vía y se haya interpuesto dentro de plazo. La resolución que declare la inadmisibilidad del
recurso de nulidad es susceptible de reposición dentro de tercero día. 132
Declarado admisible y concedido el recurso el tribunal remitirá a la Corte copia de la
sentencia definitiva, el registro del juicio y del escrito de interposición. 133

Por el tribunal ad-quem.

Ingreso del recurso.


El ingreso del recurso es un trámite administrativo que se cumple por el secretario del
tribunal de alzada y que consiste en certificar la fecha de ingreso de la causa a la Corte,
estampándola en los antecedentes remitidos y en incorporar el recurso al libro de ingresos
asignándole un rol identificatorio.
Este trámite resulta importante en relación con el recurso de nulidad, porque a contar
de él comienza a correr para los recurridos el plazo de cinco días para realizar actuaciones
previas al control de admisibilidad del recurso.

Actuaciones previas al control de admisibilidad.


A partir del momento de ingreso del recurso a la Corte, se abre un plazo de cinco días
para que las partes recurridas soliciten se declare inadmisible, se adhieran a él o le formulen
observaciones por escrito.134

Control de admisibilidad ante el tribunal ad quem.


Transcurrido el plazo de cinco días mencionado precedentemente, el tribunal ad quem
se pronuncia en cuenta sobre la admisibilidad del recurso, analizando al efecto la
impugnabilidad de la resolución, el plazo, la fundamentación de hecho y de derecho, las
peticiones concretas y la preparación del recurso si correspondiere. 135 Como se puede observar,
se trata de un control más completo que el que realiza el tribunal a quo.
Si el tribunal de alzada estima que no se cumple con alguno de estos requisitos,
declarará inadmisible el recurso, resolución que es susceptible de reposición. 136
Si al analizar la admisibilidad la Corte Suprema estima que no se dan los supuestos
legales de su intervención y que el tribunal competente es la Corte de Apelaciones respectiva,

132
Art. 380 CPP.
133
Art. 381 CPP.
134
Art. 382 CPP.
135
Art. 383 incisos 1° y 2° CPP.
136
Art. 362 CPP.

45
debe abstenerse de pronunciarse y remitirá el recurso a dicha Corte para que se pronuncie
sobre ella.137 La ley contempla tres casos:
a.- Si el recurso se funda en la causal prevista en la letra a) del artículo 373 del CPP, y la
Corte Suprema estima que, de ser efectivos los hechos invocados como fundamento, serían
constitutivos de alguna de las causales señaladas en el artículo 374;
b.- Si respecto del recurso fundado en la causal del artículo 373 letra b) del CPP, la
Corte Suprema estima que no existen distintas interpretaciones sobre la materia de derecho
objeto del mismo o, aun existiendo, no fueren determinantes para la decisión de la causa; y
c.- Si habiéndose fundado la aparente competencia de la Corte Suprema en que el
recurso o recursos contenían varias causales, una de las cuales era de competencia del máximo
tribunal, éste considera que esa causal – que supuestamente justificaba su competencia – era
en realidad un motivo absoluto de nulidad o no existían las distintas interpretaciones invocadas
o no eran determinantes para la decisión de la causa, por lo que corresponde que el o los
recursos interpuestos sean conocidos por la Corte de Apelaciones respectiva.

21.6.5.- Vista del recurso.


La vista del recurso de nulidad se rige por las reglas generales relativas a la vista de los
recursos en materia penal, que ya han sido analizados.
Recordemos que se trata de una audiencia pública, a la cual deben comparecer los
intervinientes directamente sin necesidad de cumplir un trámite escrito de comparecencia
previa como el que se exige en materia civil, que la audiencia sólo puede ser suspendida en
casos excepcionales, y que se desarrolla sin previa relación, a través de un debate contradictorio
que se lleva a cabo ante el tribunal ad quem.
La única diferencia, aunque sumamente relevante, es que en el recurso de nulidad sí
puede producirse prueba, la que debe recaer sobre las circunstancias que constituyen la causal
invocada y debe haber sido ofrecida en el escrito de interposición del recurso. 138 La obligación
de ofrecimiento se impone sólo a la parte recurrente, pero no está excluida la posibilidad de
que rinda prueba también la parte recurrida, la que se encuentra no obstante liberada de la
carga de ofrecerla.
Esta prueba se rinde en la audiencia de vista del recurso y su recepción se rige por las
reglas establecidas para el juicio oral. La ley establece expresamente que la circunstancia de que
no pudiere rendirse la prueba “en caso alguno” dará lugar a la suspensión de la audiencia, por
lo que su rendición es absoluta responsabilidad de la parte interesada.
Debe tenerse presente que, cuando el juicio oral se hubiere desarrollado en una ciudad
distinta a la de asiento de la Corte, el acusado dispone hasta el momento mismo de esta

137
Art. 383 inciso 3° CPP.
138
Art. 359 CPP.

46
audiencia para solicitar la designación de un defensor penal público con domicilio en la ciudad
asiento de la Corte que asuma su representación en el recurso. 139

21.7.- Fallo del recurso de nulidad.


El artículo 384 del CPP dispone que el tribunal ad quem debe fallar el recurso de
nulidad dentro de los veinte días siguientes a la fecha en que hubiere terminado de conocer de
él. En la misma audiencia se dará a conocer a los intervinientes el día y hora en que la sentencia
será leída.
La comunicación de la decisión consistirá en la lectura de su parte resolutiva o de una
breve síntesis de la misma.140

21.7.1.- Contenido de la sentencia.141


La sentencia que recae en el recurso de nulidad debe contener:
a.- Exposición de los fundamentos que sirvieron de base a la decisión.
b.- Pronunciamiento sobre las cuestiones controvertidas, a menos que se acogiere el
recurso, en cuyo caso puede limitarse a la causal o causales que le hubieren sido suficientes.
c.- Declaración sobre si es nulo o no el juicio oral y la sentencia, 142 o si solamente es
nula la sentencia.143
En este recurso también rige la restricción impuesta por el artículo 360 del CPP en
cuanto a que el tribunal sólo puede pronunciarse sobre las solicitudes formuladas por los
recurrentes, quedándole prohibido extender el efecto de su decisión a cuestiones no planteadas
por éstos o más allá de los límites de lo solicitado.
Se aplican las mismas reglas y excepciones analizadas con ocasión del recurso de
apelación, con una excepción adicional, contemplada en el artículo 379 inciso 2° del CPP, en
cuya virtud la Corte está facultada, actuando de oficio, para acoger el recurso que hubiere sido
deducido en favor del imputado cuando observare la existencia de cualquiera de los motivos
absolutos de nulidad contemplados en el artículo 374 del CPP, aunque ese motivo no hubiere
sido invocado por el recurrente al interponer el recurso.

Efectos del fallo que acoge el recurso.


Al acoger el recurso, la Corte tiene dos posibilidades, dependiendo de cuál sea la causal
que motive la declaración de nulidad: la primera consiste en invalidar solamente la sentencia,
dictando el correspondiente fallo de reemplazo; la segunda, consiste en invalidar tanto el juicio
oral como la sentencia, con el objeto de que se realice un nuevo juicio oral.

139
Art. 382 inciso final CPP.
140
Art. 384 inciso final CPP.
141
Art. 384 CPP.
142
Art. 386 CPP.
143
Art. 385 CPP.

47
Invalidación del juicio y la sentencia.
Si declara nulo el juicio y la sentencia (en todos los casos no previstos en el artículo 385
del CPP), la Corte determinará el estado en que hubiere de quedar el procedimiento y ordenará
la remisión de los antecedentes al tribunal no inhabilitado que corresponda para la realización
del nuevo juicio, en realidad se trata del mismo tribunal en cuanto organismo permanente, pero
con una composición diferente de jueces.
No es obstáculo para que se ordene efectuar un nuevo juicio oral la circunstancia de
haberse dado lugar al recurso por un vicio o defecto cometido en el pronunciamiento mismo
de la sentencia.144
Si bien el artículo 386 del CPP parece dar a entender que siempre se retrotraerá el
procedimiento al estado de realizarse un nuevo juicio y no a una etapa anterior a ésta,
consideramos que las posibilidades entregadas por el sistema son más amplias. En efecto, si
vamos a un caso práctico donde el juicio se anula porque la prueba de cargo, valorada por el
tribunal a-quo, ha sido obtenida con vulneración sustancial de garantías fundamentales, al
momento de realizarse el segundo juicio no existirá impedimento jurídico alguno para que el
ente acusador intente utilizar nuevamente esos elementos de convicción.
Así entendida la norma de nada habrá servido la declaración de nulidad del juicio y de
la sentencia. Parece, entonces, que en ese caso es preciso retrotraer el procedimiento a la etapa
intermedia, específicamente para que el juez de garantía excluya del auto de apertura las
probanzas que han sido declaradas ilícitas y, de este modo, celebrar el segundo juicio sólo con
pruebas lícitas. Como fundamento legal a esta interpretación podemos esgrimir los artículos
165 inciso 3° y 277 inciso 2°, parte final, ambos del CPP. La primera norma en cuanto dispone
que la declaración de nulidad procesal no podrá retrotraer el procedimiento a etapas
anteriores…, salvo en los casos en que ello correspondiere de acuerdo con las normas del
recurso de nulidad. Por su parte, el segundo precepto, si bien niega al acusado la posibilidad de
apelar de la resolución que no accede a la exclusión de pruebas por él solicitada, ello es sin
perjuicio de la procedencia, en su caso, del recurso de nulidad en contra de la sentencia
definitiva, conforme a las reglas generales.

Invalidación de la sentencia.
El tribunal ad quem debe invalidar solamente la sentencia, conforme a lo previsto en el
artículo 385 del CPP “si la causal de nulidad no se refiriere a formalidades del juicio ni a los
hechos y circunstancias que se hubieren dado por probados, sino se debiere a que el fallo
hubiere calificado de delito un hecho que la ley no considerare tal, aplicado una pena cuando
no procediere aplicar pena alguna, o impuesto una superior a la que legalmente
correspondiere”. La última hipótesis cubre, evidentemente, todos los problemas que suscita la
determinación de la pena, incluyendo no sólo la debida consideración de la pena abstracta que

144
Art. 386 inciso 2° CPP.

48
la ley señala al delito, sino también la forma en que influyen en ella su grado de desarrollo, la
participación que le cupo al acusado y las circunstancias modificatorias de la responsabilidad
penal.
La nulidad de la sentencia y el consecuente fallo de reemplazo que se conforme a la ley
es una situación excepcional ya que sólo opera cuando la causal que se acoge dice relación con
la aplicación del derecho; discrecional, porque resulta facultativo para el tribunal dictarla; y
unilateral, porque sólo opera en beneficio del acusado. Ello es así, pues de otro modo se podría
afectar indirectamente el derecho al juicio, ya que se estaría resolviendo el asunto fuera de
instancia, fuera de la única instancia que se contempla y que es ante el tribunal del juicio. Esta
decisión fuera de instancia no le agrada al legislador, a tal punto que no considera obstáculo
para repetir el juicio oral el hecho que el vicio o defecto se haya cometido en el
pronunciamiento mismo de la sentencia.
Lo anterior implica que, en las hipótesis inversas, esto es, cuando no se hubiere
calificado de delito un hecho que la ley considerare tal, no se hubiere aplicado pena
procediendo aplicarla o se hubiere impuesto una pena inferior a la que legalmente
corresponda, la situación no queda cubierta por el artículo 385, sino por el artículo 386 del CPP,
debiendo el tribunal anular tanto la sentencia como el juicio oral.
La sentencia de reemplazo reproducirá las consideraciones de hecho, los fundamentos
de derecho y las decisiones de la resolución anulada, que no se refieran a los puntos que
hubieren sido objeto del recurso o que fueren incompatibles con la resolución recaída en él, tal
como se hubieren dado por establecidos en el fallo recurrido. 145

21.7.2.- Improcedencia de recursos en su contra. 146


La resolución que falla el recurso de nulidad no es susceptible de recurso alguno, sin
perjuicio de la revisión de la sentencia condenatoria firme.
Lo anterior resulta de toda lógica, ya que se trata de un recurso extraordinario cuya
decisión no es revisable por un tribunal superior.
Tampoco será susceptible de recurso alguno la sentencia que se dictare en el nuevo
juicio realizado como consecuencia de la resolución que hubiere acogido el recurso de nulidad.
No obstante, si la sentencia fuere condenatoria y la que se hubiere anulado hubiese sido
absolutoria, procederá el recurso de nulidad a favor del acusado, conforme a las reglas
generales.147

145
Art. 385 inciso final CPP.
146
Art. 387 inciso 1° CPP.
147
Se cumple así con el principio de doble conformidad y con la lógica del sistema que supone siempre la
posibilidad de esta revisión cuando el juicio oral o la sentencia que le sirven de base adolece de alguno de los
vicios previstos por la ley. No se aprecia, sin embargo, ningún fundamento razonable para haber excluido de
la posibilidad de revisión vía nulidad de la sentencia condenatoria del segundo juicio, cuando la primera
también lo hubiere sido.

49
22.- LA REVISIÓN

22.1.- Concepto.
Es un mecanismo extraordinario de anulación de una sentencia condenatoria firme, por
crimen o simple delito, que es conocido y resuelto por la Corte Suprema cuando han sido
dictadas con error en los casos señalados por la ley.148
También ha sido definida como aquel proceso especial, por razones jurídico-procesales,
que tiene por objeto impugnar una sentencia, ante el grado supremo de la jerarquía judicial, en
virtud de motivaciones que no pertenecen al proceso mismo en que la resolución impugnada
se dicta, sino que son extrínsecas a dicho proceso y determinan, por lo tanto, la existencia de
vicios trascendentes a él.149
Según el profesor Mario Casarino la sentencia firme o ejecutoriada es tenida como la
expresión de la verdad más pura, tanto de parte de los tribunales como de los litigantes,
cualesquiera que sean los errores de hecho o de derecho que contenga. Sin embargo, esta
ficción de verdad no puede mantenerse cuando con posterioridad a la dictación de la sentencia
aparece un hecho o circunstancia que por sí solo demuestra su injusticia. Continúa diciendo,
una sentencia injusta, por consiguiente, debe anularse y el medio para obtener esta finalidad es,
precisamente, el recurso de revisión. A la postre, pues, este recurso vela por la integridad de la
cosa juzgada, aun cuando, en apariencia, tienda a destruirla. 150
Por su parte el profesor Claus Roxin 151 expresa que la revisión del procedimiento sirve
para la eliminación de errores judiciales frente a sentencias pasadas en autoridad de cosa
juzgada. La paz jurídica sólo puede ser mantenida, si los principios contrapuestos de seguridad
jurídica y justicia son conducidos a una relación de equilibrio. El procedimiento de revisión
representa el caso más importante de quebrantamiento de la cosa juzgada en interés de una
decisión materialmente correcta. Su idea rectora reside en la renuncia a la cosa juzgada,
cuando hechos conocidos posteriormente muestren que la sentencia es manifiestamente
incorrecta de manera insoportable para la idea de justicia.
La naturaleza jurídica de la revisión de las sentencias firmes es un tema sumamente
discutido en doctrina. Mientras algunos consideran que se trata propiamente de un recurso en
cuanto constituye una vía para la impugnación de una resolución judicial (la sentencia definitiva
condenatoria), otros consideran que se trata más propiamente de una acción, ya que resultaría
inconsistente darle denominación de recurso a un medio que permite la impugnación de
sentencias firmes, en la medida en que éstas son consideradas como tales, precisamente
cuando no proceden recursos contra ellas.

148
Art. 473 CPP.
149
Jaime Guasp, citado por Julián López, ob cit., pág. 447.
150
En su Manuel de Derecho Procesal, Derecho Procesal Civil, Tomo IV, Editorial Jurídica de Chile, pag.
394.
151
Ob. Cit., pág. 492.

50
La discusión se planteó durante la tramitación legislativa del proyecto que culminó en la
dictación del nuevo CPP, toda vez que, en el proyecto del Ejecutivo, la revisión de las sentencias
firmes aparecía tratada dentro de los recursos. En el Senado se expresó que dogmáticamente
aún se discute la naturaleza de la revisión, si es una acción, una petición o un recurso, pero se
concluyó que es, con mayor propiedad, una acción que pretende enervar el cumplimiento de la
sentencia y, en ese sentido, prefirió cambiar de ubicación las disposiciones que la regulan,
precisamente a las normas sobre la ejecución de las sentencias firmes, Párrafo 3° del Título VIII
del Libro IV del CPP, artículos 473 a 480.
Para Julián López,152 aun cuando la revisión pudiera ser considerada doctrinariamente
como un recurso, su actual regulación normativa deja en claro que está concebida como una
acción. Las razones para llegar a esta conclusión no se agotan en la definición legal del
concepto de sentencia firme, sino que incluyen las características que la institución ha adquirido
bajo la ley chilena. Como veremos a continuación, la revisión sólo comparte con los recursos la
característica de constituir una vía de impugnación de las sentencias tendiente a obtener la
declaración de su nulidad, pero tiene profundas diferencias en cuanto a las finalidades que
persigue.

22.2.- Causales.153
La revisión de una sentencia condenatoria firme únicamente es admisible cuando existe
uno de los motivos fijados taxativamente por la ley y, como veremos más adelante, la ejecución
de la pena o la muerte del condenado no constituyen un obstáculo para la revisión.
La ley autoriza la revisión de una sentencia condenatoria penal por crimen o simple
delito en los siguientes casos:
a.- Cuando, en virtud de sentencias contradictorias, estuvieren sufriendo condenas dos
o más personas por un mismo delito que no hubiere podido ser cometido más que por una
sola;
b.- Cuando alguno estuviere sufriendo condena como autor, cómplice o encubridor del
homicidio de una persona cuya existencia se comprobare después de la condena;
c.- Cuando alguno estuviere sufriendo condena en virtud de sentencia fundada en un
documento o en el testimonio de una o más personas, siempre que dicho documento o dicho
testimonio hubiere sido declarado falso por sentencia firme en causa criminal;
d.- Cuando, con posterioridad a la sentencia condenatoria, ocurriere o se descubriere
algún hecho o apareciere algún documento desconocido durante el proceso, que fuere de tal
naturaleza que bastare para establecer la inocencia del condenado;154 y

152
Ob cit., pág. 448.
153
Art. 473 CPP.
154
Es lo que en doctrina se denomina revisión propter nova, esto es, por la aparición de pruebas nuevas o
nuevos hechos

51
e.- Cuando la sentencia condenatoria hubiere sido pronunciada a consecuencia de
prevaricación o cohecho del juez que la hubiere dictado o de uno o más de los jueces que
hubieren concurrido a su dictación, cuya existencia hubiere sido declarada por sentencia judicial
firme.
Las cuatro primeras causales se encuentran establecidas sólo a favor del condenado y la
última procede tanto a favor como en perjuicio del acusado.

22.3.- Interposición.
La revisión de las sentencias firmes es de competencia privativa de la Corte Suprema. En
consecuencia, la solicitud respectiva debe presentarse directamente ante la secretaría del
máximo tribunal, para que una de sus salas conozca y decida. 155
Es del caso señalar que no existe un plazo legalmente establecido para pedir la revisión,
ella puede ser solicitada “en cualquier tiempo”, aún después de cumplida la condena e incluso
después de la muerte del condenado.156

22.3.1.- Titulares de la solicitud.


La revisión de la sentencia sólo puede ser pedida por las siguientes personas: 157
a.- Por el Ministerio Público;
b.- Por el condenado;
c.- Por el cónyuge, ascendientes, descendientes o hermanos del condenado; y
d.- Por quien hubiere cumplido su condena o sus herederos, cuando el condenado
hubiere muerto y se tratare de rehabilitar su memoria.
La facultad de recurrir de revisión que se le reconoce al Ministerio Público puede ser
justificada en base al criterio de objetividad, pero deja en evidencia que el fundamento de la
revisión no es el agravio, en la medida en que el fiscal carecería de fundamentos, en este caso,
para sostener que la sentencia impugnada ha concedido algo distinto de lo que él mismo pidió
en su momento. La misma consideración debe hacerse presente en relación con la posibilidad
que tienen el cónyuge y parientes para solicitar la revisión, y especialmente con la posibilidad
que se concede a los herederos.
Si la revisión puede ser solicitada por quienes no tienen, legalmente, la calidad de
intervinientes en el procedimiento y si puede interponerla el condenado o sus herederos con
una finalidad ajena a los efectos jurídicos de la resolución impugnada, esto es, “rehabilitar su
memoria”, parece evidente que se trata de una pretensión que, a lo menos en parte, excede los
márgenes de las finalidades que persiguen los recursos.
22.3.2.- Formalidades de la solicitud.

155
Arts. 473 y 475 CPP; 98 N° 5 COT.
156
Art. 474 CPP.
157
Art. 474 CPP.

52
La solicitud de revisión debe cumplir las exigencias formales 158 que se indicarán a
continuación, so pena de ser rechazada de plano, por decisión tomada por la unanimidad del
tribunal:
a.- Debe presentarse por escrito ante la secretaría de la Corte Suprema;
b.- Debe expresar con precisión su fundamento legal;
c.- Debe acompañar copia fiel de la sentencia cuya anulación se requiere;
d.- Debe acompañar los documentos que comprueban los hechos en que se sustenta;
e.- En el caso de la letra b) del artículo 473 debe indicar los medios con que se intenta
probar que la persona víctima del pretendido homicidio hubiere vivido después de la fecha en
que la sentencia la supone fallecida;
f.- En el caso de la letra d) del artículo 473 debe indicar el hecho o el documento
desconocido durante el proceso, expresará los medios con que se pretendiere acreditar el
hecho y se acompañará, en su caso, el documento o, si no fuere posible, se manifestará al
menos su naturaleza y el lugar y archivo en que se encuentra.

22.3.3.- Efectos de la interposición.159


La petición de revisión no suspende el cumplimiento de la sentencia que se intenta
anular. Con todo, si el tribunal lo estima conveniente, en cualquier momento del trámite podrá
suspender la ejecución de la sentencia recurrida y aplicar, si correspondiere, alguna de las
medidas cautelares personales del artículo 155 CPP.

22.4.- Control de admisibilidad.


La solicitud de revisión está sometida a un control de admisibilidad que se efectúa en la
propia Corte Suprema.
La Corte por unanimidad puede declarar inadmisible la solicitud, de plano, por no
cumplir las formalidades exigidas por la ley o por adolecer de manifiesta falta de fundamento. 160
Por el contrario, si la solicitud es considerada admisible (por haberse interpuesto en
forma legal), se dará traslado de la petición al fiscal, o al condenado, si el recurrente fuere el
Ministerio Público; enseguida, se mandará traer la causa en relación, y, vista en la forma
ordinaria, se fallará sin más trámite.161

158
Art. 475 CPP.
159
Art. 477 CPP.
160
Según consta de la discusión legislativa del proyecto en el Senado, las facultades para declarar inadmisible
la solicitud por incumplimiento de las formalidades se entiende sin perjuicio de que al pronunciarse sobre la
admisibilidad el tribunal pueda solicitar los antecedentes que estime pertinentes, lo que en ningún caso puede
significar una nueva investigación.
La inclusión de la manifiesta falta de fundamento como causal de la declaración de inadmisibilidad tuvo su
origen en el conocimiento que declaró tener el Senado de que se presentan ante la Corte Suprema muchas
solicitudes sin real justificación y tuvo por objeto ampliar las facultades de la Corte para rechazarlos de plano.
161
Art. 475 inciso final.

53
22.5.- Vista de la causa.
No existen reglas especiales en cuanto a la vista de la causa en materia de revisión, sólo
señala la ley que “será vista en la forma ordinaria”.
Tal alusión resulta confusa, porque al haberse excluido a la revisión del Libro Tercero,
que en su Título I contiene las disposiciones generales que regulan la vista de los recursos,
podría entenderse que se está refiriendo a las disposiciones que regulan la vista de las causas
en materia civil. Pero parece más coherente con los principios y la lógica del nuevo sistema
entender que la referencia está hecha precisamente a las disposiciones generales sobre
recursos del CPP, a lo cual debe añadirse que era ése precisamente el sentido que la expresión
tenía en el proyecto del Ejecutivo, antes de que la disposición se trasladara al Libro Cuarto.
La prueba es esencialmente admisible para acreditar las causales que fundan la solicitud
de revisión. Es por ello que el artículo 475 inciso 2° del CPP, en las dos ocasiones en que precisa
los requisitos formales de la solicitud, exige indicar “los medios con que se intentare probar” y
“los medios con que se pretendiere acreditar” el hecho en que se funda.
La rendición de la prueba debe entenderse regida supletoriamente por las reglas que
rigen su recepción en el juicio oral, aunque existe una limitación importante al declararse
improcedente la prueba de testigos.162

22.6.- Decisión del tribunal.


La Corte Suprema, previa vista, podrá adoptar alguna de las siguientes decisiones:
a.- Rechazar la petición, por estimar el tribunal que no se ha probado la efectividad de
los hechos en que se funda, en cuyo caso la sentencia objeto de revisión mantendrá su
vigencia; y
b.- Acoger la solicitud de revisión, declarando la nulidad de la sentencia. Además, si de
los antecedentes resulta fehacientemente acreditada la inocencia del condenado, el tribunal
debe dictar acto seguido y sin nueva vista pero separadamente, la sentencia de reemplazo que
corresponda. Asimismo, cuando hubiere mérito para ello y así lo hubiere recabado el solicitante,
la Corte podrá pronunciarse de inmediato sobre la procedencia de la indemnización por error
judicial a que se refiere el artículo 19 N° 7 letra i) de la CPR. 163 Finalmente, la sentencia
ordenará, según el caso, la libertad del imputado y la cesación de la inhabilitación. 164
Comprobada la completa inocencia del condenado por la sentencia anulada, éste podrá
exigir que la decisión de anulación se publique en el Diario Oficial a costa del Fisco y que se
devuelvan por quien las hubiere percibido las sumas por él pagadas en razón de multas, costas
e indemnización de perjuicios en cumplimiento de la sentencia anulada. 165

162
Art. 476 CPP.
163
Art. 478 CPP.
164
Art. 479 inciso final CPP.
165
Art. 479 inciso 1° CPP.

54
Si de los antecedentes no resultare fehacientemente acreditada la inocencia del
condenado, pero aun así la Corte Suprema estimara suficientemente acreditada la concurrencia
de la causal de revisión invocada, debe limitarse a declarar la nulidad de la sentencia sin
ordenar la realización de un nuevo juicio. Al discutirse esta norma en el Senado, se consideró
que no le correspondía a la Corte Suprema dar una orden en tal sentido, porque esa decisión
debía tomarla el Ministerio Público, por corresponderle a éste el ejercicio de la acción penal,
considerando que éste podría iniciar o no otra acción según la prueba de que dispusiere. Se
consideró, no obstante, que una nueva acción sólo podría estar fundada en un delito distinto a
aquel por el cual había sido condenado el acusado en la sentencia cuya nulidad se decidió.
El cumplimiento del fallo de revisión en lo atinente a las acciones civiles que emanan de
él será conocido por el juez de letras en lo civil que corresponda, en juicio sumario. 166
El artículo 480 del CPP impone al Ministerio Público la obligación de acompañar copia
fiel del fallo que acogió la revisión si resolviere formalizar investigación por los mismos hechos
sobre los cuales recayó la sentencia anulada. Entendemos que esta norma se aplica
exclusivamente a los casos en que el Ministerio Público hubiere decidido iniciar investigación
por los mismos hechos en contra de terceros, ya que una formalización por los mismos hechos
en contra del condenado cuya sentencia condenatoria se declaró nula es imposible, porque
infringiría el principio de non bis in idem. Así por lo demás consta de la discusión legislativa del
proyecto en cuanto, al pronunciarse el Senado sobre las posibilidades de un nuevo juicio, se
dejó constancia que el Ministerio Público podrá iniciar o no otra acción, según la prueba de que
disponga, salvo por el delito específico por el que ha sido absuelto.

166
Art. 479 inciso 2° CPP.

55

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