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PRINCIPIOS ESTRUCTURALES DEL

PROCESO PENAL

PRINCIPIO ACUSATORIO Y
DE PRUEBA LIBRE

Mtro. Elmer Rivera Godoy


PRINCIPIO ACUSATORIO
PRINCIPIO ACUSATORIO
Este principio y a su par dialéctico, el principio
inquisitivo, establece bajo qué determinación de roles y
en qué condiciones ha de efectuarse el enjuiciamiento
de la pretensión penal; configura, pues, el objeto del
proceso penal. Es un principio que atiende al juez.
Supone un desdoblamiento de funciones entre
acusador y juez, una efectiva separación entre el
Ministerio público, cuya función es perseguir, investigar
y acusar; y, el poder judicial: juzgar, que a su vez
entronca con el principio de oficialidad y con él da
lugar al proceso acusatorio (Roxin). Es aplicable a
todas las etapas e instancias del proceso penal a fin
de garantizar la existencia de un órgano jurisdiccional
independiente que deba fallar con carácter
absolutamente imparcial. Así, juez y fiscal no son la
misma persona y tienen tareas o funciones diferentes.
PRINCIPIO ACUSATORIO
El principio acusatorio informa el sistema de
enjuiciar, de manera que sin acusación no hay
juicio penal es de aclarar sin embargo, que no
puede verse en el principio acusatorio una
traslación de proceso penal del principio
dispositivo que rige el proceso civil, puesto que en
realidad presenta un planteamiento diferenciado
aunque pueda verse un origen común derivado de
las connotaciones de carácter público que se
presenta en el proceso penal, que hace que la
acción no sea renunciable y se configure para la
acusación pública como una obligación, siempre
que resulte procedente su ejercicio con arreglo a
lo dispuesto en las leyes, sin que la conformidad
del acusado tenga los efectos definitivos que
presenta el proceso civil del demandado.
Exigencias del
Principio acusatorio
SON 3 LAS EXIGENCIAS QUE PLANTEA EL PRINCIPIO
ACUSATORIO

1) Atribución de investigación y de juicio de


distintos órganos públicos. En aras de garantizar
la imparcialidad judicial y el correcto ordenamiento
del proceso penal la ley encomienda al fiscal la
incoación y la conducción de investigación del delito
-bajo control judicial- (Arts. 60.2 322.1 CPP) y al
juez, a determinación de la procedencia del juicio
oral y su ulterior realización (Arts. VI Y V.1, TP y
346.1 y 5, 351-353 y 356 CPP). Es más, cada etapa
del proceso penal debe estar a cargo de un órgano
público distinto: investigación preparatoria al fiscal, la
etapa intermedia al juez de investigación
preparatoria, y a la etapa del enjuiciamiento al juez
penal -unipersonal o colegiado- (Arts. 28.3a, 29.4 y
60.2 CPP).
SON 3 LAS EXIGENCIAS QUE PLANTEA EL PRINCIPIO ACUSATORIO

3) Distribución de funciones de acusación y decisión. Rige el


aforismo “Nemo iudex sine acusatore”. No sólo la inculpación formal es
de responsabilidad y titularidad exclusiva del Ministerio Público (Arts.
60.1, 322.1, 329.1 y 336.1 CPP), sino que fundamentalmente el juicio
oral ha de iniciarse con la necesaria formulación y aprobación de la
acusación, a través de la cual se introduce la pretensión penal y, cuando
corresponde, la civil (Arts. 356.1 y 11.1 CPP) que determina el objeto
del proceso y la persona del acusado; ambos elementos delimitan el
ámbito sobre el que puede proyectarse el poder de resolución del juez.
El órgano jurisdiccional , además tiene la posibilidad de la acusación,
sostener la acusación, de suerte que, si el fiscal retira la acusación, solo
podrá instar el control jerárquico, decisión que en última instancia lo
vincula (Art. 387.4 CPP). Esto último, al igual que el procedimiento para
forzar la acusación escrita (Art. 346.1 CPP), constituye una expresión
material a este principio, justificado en la protección de los derechos
públicos subjetivos del ofendido por el delito -al ser atentatorias del
derecho de la víctima se exige un control judicial-, derivados del
principio de legalidad y del monopolio acusatorio de Estado.
SON 3 LAS EXIGENCIAS QUE PLANTEA EL PRINCIPIO ACUSATORIO

3) Correlación entre la acusación y la sentencia. Establece


una determinada correlación o congruencia (similitud,
semejanza o correspondencia) entre la pretensión penal -
asumida en la acusación oral, que es la que marca el límite
entre la prohibido y lo permitido- y el fallo. La congruencia o
correlación es el deber de dictar sentencia impuesto al juez
conforme las pretensiones deducidas por las partes en el
proceso. Es la imposibilidad de variar el sustrato fáctico por él
cual el sujeto ha sido sometido a proceso y posteriormente
resulta acusado. Tiene una configuración objetiva-subjetiva:
hechos atribuidos al acusado. Los efectos de incongruencia, en
cuanto vulneración de este requisito, son incongruencia supra o
ultra petita, Incongruencia extra petita e incongruencia infra
petita, según se conceda en el fallo más de lo que pide el fiscal,
se resuelva sobre un objetivo procesal distinto o se conceda
menos de aquello legalmente establecido y pedido por el
Ministerio Público. Propiamente no existe defecto de
incongruencia omisiva -o por omisión de pronunciamiento- ya
que extraña la vulneración de otro debe del juez: de
exhaustividad o de motivación.
VINCULACIÓN ENTRE ACUSACIÓN Y SENTENCIA
Expresiones de la correlación entre la acusación
y la sentencia:

Congruencia Congruencia Congruencia


fáctica jurídica cuantitativa
• Hecho • Delito • Pena
acusado invocado solicitada
• Hecho • Delito • Pena
decidido distinto impuesta
Expresiones de la correlación entre la acusación
y la sentencia:

Interdicción de la reforma peyorativa. En las segundas o sucesivas


instancias, como consecuencia de la exclusiva pretensión
impugnativa del imputado, no se puede gravarlo aún más de lo que
ya estaba por la sentencia recurrida. El órgano ad quem está
vinculado por los límites, subjetivos y objetivos, trazados por la
acusación y la defensa en la segunda instancia y en casación.
Vulnerar esa vinculación importante grabar ex officio la pena de
recurrente. Es un vicio de incongruencia propio de la sentencia de
segundo o ulterior grado. Cabe destacar otros vicios propios de la
incongruencia:

La incongruencia por incoherencia, que se presenta cuando existe


contradicción entre la motivación y la decisión.
En los órganos colegiados se tiene dos supuestos: la incongruencia
por falta de mayoría y la incongruencia por falsa mayoría de votos;
esto es, cuando no se cuenta con el número de votos necesarios para
formar resolución a cuando la sentencia muestra acabadamente que
en el ánimo de los juzgadores está el obtener una decisión
determinada, pero se llega a otra por medio de la suma de votos.
Principio de valoración de
la prueba libre
PRINCIPIO DE VALORACIÓN LIBRE DE LA PRUEBA
El principio de valoración libre de la prueba dice del método elegido para tomar las decisiones
más importantes del proceso, no sólo de la sentencia -sin duda, la resolución de más
trascendencia en el proceso-. Está residenciado en el juzgador y le indica cómo ha de valorar o
determinar la eficacia de los medios de prueba que han sido practicados para establecer como
ciertos los datos (normalmente de hecho) qué han sido objetos de prueba. No hay reglas
jurídicas que determina la valoración de la prueba, que imponga el juez un criterio de
convencimiento determinado.
El artículo 393.2 CPP fija al principio de determinación la aparición
de la prueba penal. Prescribe que “la valoración de la prueba
respetará las reglas de la sana crítica (...)”. Sobre esa base se
entiende -de ahí el concepto de valoración libre de la prueba- que

Reglas
los criterios en virtud a los cuales decidirá el juez -lo que se
denomina sana crítica-; esto es, máximas de la experiencia,
principios lógicos y conocimientos científicos (artículo 158.1 CPP),
incluso reglas teóricas, son fijados y justificados racionalmente, a
través de la imprescindible motivación, por el propio juez y no por el
legislador -este no le impone ninguna traba, no le prescribe bajo
qué condiciones debe llegar a una consecuencia y a una convicción
de la
determinadas-. Lo expuesto presupone que los distintos elementos
de prueba no tiene un valor probatorio predeterminado legalmente -
ha de diferenciarse, como es obvio, entre la regulación legal de los
diferentes medios de prueba, tendente a establecer el proceso de
Sana
crítica
obtención y producción de la prueba, y su posterior incorporación al
juicio, de la valoración de los mismos que se realiza con
posterioridad y en el que no existen normas específicas del
convencimiento judicial- La credibilidad de un concreto medio de
prueba y del conjunto de los aportes que arroja la totalidad de la
prueba actuada es decidida que el juez según su propio análisis,
pero siempre utilizando como premisa mayor las máxima y reglas
de experiencia, lógica, científica y teóricas.
Así, se entiende que la valoración de la prueba -el
juicio valorativo judicial- radica siempre en una
operación mental consistente en un silogismo en el
que:
1. La premisa menor es una fuente -medio de
prueba- resultado probatorio lícito,
constitucionalmente aceptable, verificado en el juicio

Pm + PM = C
o, por excepción, a través de la prueba preconstituida
o anticipada.
2. La premisa mayor es una máxima de la
experiencia.
3. La conclusión es la afirmación de la
existencia o inexistencia del hecho que se pretendía
probar. La necesaria innovación de la máxima de la
experiencia -incluyéndose, desde luego, las reglas de
la lógica y la ciencia, en el que juega un papel
decisivo la prueba pericial, así como las reglas
teóricas pertinentes- no significa arbitrariedad, sino
que su objetivo es impedir el libre arbitrio y la
posibilidad de entrada en la mente del juez de la
“ciencia privada”.
Gracias

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