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Tratamiento psíquico quiere decir tratamiento desde el alma, ya sea de perturbaciones corporales
o anímicas con recursos que de manera primaria o inmediata influyen sobre lo anímico del
hombre. Un recurso de esa índole es la palabra, las cuales son el instrumento esencial en el
tratamiento anímico.
Hay q emprender un largo rodeo para poder comprender el modo en que la ciencia consigue
devolver a la palabra su poder ensalmador.
La relación entre lo corporal y lo anímico es de acción reciproca, pero en el pasado el otro costado
de esto anímico – corporal hallo poca aceptación a los ojos de los médicos, ya que si concedían
cierta autonomía a esto, dejarían de pisar el seguro terreno de la ciencia.
Poco a poco se fue modificando esa orientación de la medicina a lo corporal. El cambio se origino
en la práctica médica. Entre los enfermos hay un grupos muy llamativo x la riqueza y variedad de
sus cuadros clínicos, pero sin ninguna duda se trata de la misma enfermedad, además un profundo
cambio en sus condiciones de vida puede librarlos de sus achaques. Pero en todos ellos se puede
observar q sus signos patológicos están bajo la influencia de emociones, irritaciones,
preocupaciones, etc. Tanto que pueden desaparecer dando sitio a plena salud sin dejar huella
aunque hayan durado mucho tiempo en ellos.
Tales estados han recibido el nombre de nerviosidad (histeria) y se los define como enfermedades
funcionales, del sistema nervioso.
Los médicos se vieron asi se vieron frente a la tarea de investigar la naturaleza y origen de las
manifestaciones de estas personas, llegando asi al descubrimiento que los signos patológicos
provienen de un influjo alterado de su vida anímica sobre su cuerpo, por lo tanto la causa
inmediata de la perturbación ah de buscarse en lo anímico. Solo tras estudiar lo patológico se
aprende a comprender lo normal. Ahora la influencia de lo anímico se puso bajo la luz correcta.(un
ejemplo: las emociones sobre el cuerpo)
Todos los procesos anímicos, aun los q solemos considerar como “procesos de pensamiento” son
en cierta medida afectivos y de ninguno están ausentes al exteriorizaciones corporales y la
capacidad de alterar procesos físicos.
Los procesos de la voluntad y la atención son igualmente eficaces, La expectativa entonces es un
elemento sumamente importante, en esta , toda una serie de las más eficaces fuerzas anímicas se
ponen en movimiento hacia la contracción o curación de afecciones corporales. La expectativa
angustiada o en su caso contrario la expectativa esperanzada y confiada es una fuerza eficaz de la
que no podemos dejar de prescindir en todos nuestros ensayos de tratamiento y curación.
Las palabras son sin duda los principales mediadores del influjo que un hombre pretende ejercer
sobre los otros, las palabras son buenos medios de provocar alteraciones anímicas en aquel q van
dirigidas y x eso ya no suena tan misterioso afirmar que el ensalmo de la palabra puede eliminar
fenómenos patológicos sobre todo aquellos que tienen su raíz en estados anímicos.
De todo esto nace el moderno tratamiento anímico.
Metodo Catartico:
El cimiento fundamental del método catártico es la teoría del trauma la cual afirma que la
paciente sufre de recuerdos enterrados y no de trastornos orgánicos. Por eso se consideró que la
palabra podía curar.
Años posteriores Freud y Breuer adoptan este concepto y elaboran el método catártico (a
través del tratamiento de las pacientes Anna O y Emmy von N.) de manera espontánea y sin
intencionalidad inicial. Parece que al hablar con la paciente, e induciéndola a recordar el pasado,
ésta conseguía eliminar sus efectos patógenos, reproduciendo y reviviendo los procesos psíquicos
de la situación inicial traumática a los cuales estaban ligados. La paciente por medio del proceso
de abreacción del afecto se liberaría así del síntoma por otras vías como el llanto.
El objetivo es descargar este trauma por reacción. La patología surge cuando no se ha podido
descargar el síntoma adecuadamente.
La técnica que caracteriza el método catártico es la sugestión hipnótica: De tal manera,
mediante la hipnosis, la paciente estaba invitada a verbalizar el recuerdo reprimido, enlazando,
así, el recuerdo con el afecto a fin de que pudiera ser revivido y abreaccionado , produciendo un
efecto catártico. El terapeuta la invitaba a hablar y escuchaba lo que decía y lo que no decía.
Esta técnica buscaba la supresión directa de los síntomas, intentando atacar las causas internas
que los habían provocado, que según Freud eran los recuerdos penosos, dolorosos desagradables
y cargados de afecto estancados. Busca borrarlos y los prohíbe, a pesar de que debido a que no ha
llegado todavía a la raíz de la causa, el retorno de aquello reprimido seguirá insistiendo
dando lugar al retorno de la patología. Todo esto junto con el abandono de la práctica de la
hipnosis, entre en 1880 y en 1895, Freud deriva en el abandono parcial del método y en la
creación del método psicoanalítico.
Método catártico
Metodología Hablar con el paciente, promueve a recordar el pasado,
reproduciendo los procesos psíquicos con abreacción del
afecto de la situación inicial traumática. Así se libera el
síntoma. Conseguir la derivación por reacción mediante
la actividad consciente.
Freud se pregunto por los síntomas histéricos, cual era su génesis, la causa; llego a la conclusión
que su origen esta en el ámbito de la vida psíquica y no en lo orgánico. El síntoma histérico tiene
que ver con vivencias que al paciente le resultan desagradables comentar y que en realidad
no recuerda. El paciente no sabe cual es la causa del síntoma o de su enfermedad, no ve el nexo
causal entre el fenómeno ocasionador y el fenómeno patológico.
Para que pueda recordar, es necesario la hipnosis, en este estado se despiertan los recuerdos y se
evidencia el nexo causal.
¿ Cómo se enfermaron los pacientes?
Freud se da cuenta que ciertos pacientes no sabían el por qué de su enfermedad, había una cierta
resistencia. Pareciera que por medio de la hipnosis los pacientes recuerdan el origen de los
síntomas, el recuerdo regresa y se hace presente en ese momento. Freud establece una hipótesis
a propósito de los recuerdos: “ Tras el síntoma había una vivencia teñida de afecto, la cual
pretendía entender el síntoma”
EL AFECTO ESTRANGULADO:
Toda histérica es traumática en el sentido de trauma psíquico. Y se pueden estudiar los
fenómenos histéricos siguiendo el mismo esquema de la histeria traumática.
Si se consigue llevar al enfermo hasta un recuerdo bien vívido, queda gobernado por un afecto y
si se lo constriñe a expresarlo en palabras, a la vez que produce un afecto violento, vuelve a
aparecerle muy acusado aquel fenómeno de los dolores y el síntoma desaparece (cuando cesa la
causa, cesa el efecto). Permite vivenciar la escena por segunda vez, y completar la reacción,
aligerándose del afecto de la representación que estaba estrangulado. Este es el método catártico.
El recuerdo ha conservado su pleno afecto. Si un ser humano experimenta una impresión
psíquica, se acrecienta en su sistema nervioso una suma de excitación, por vía sensorial, y su
empequeñecimiento se produce por vías motrices. La reacción adecuada es descargar cuanto le
fue cargado, es decir la acción. Si la reacción está totalmente interceptada, el recuerdo conserva
su afecto, y este padecer es una mortificación tolerado en silencio. Toda vez que el afecto no se
pudo abreaccionar, él puede convertirse en trauma psíquico. Ya sea que la ofensa se tramite por
representaciones contrastantes evocadas en su interior o no, el afecto adherido es susceptible al
desgaste y sucumba al olvido con el paso del tiempo. En el histérico, en cambio, hay unas
impresiones que no se despojaron de afecto, y ocupan una posición excepcional frente al
desgaste. El histérico padece de unos traumas psíquicos incompletamente tramitados o
abreaccionados.
Las condiciones bajo las cuales los recuerdos devienen patógenos son: representaciones tales
que el trauma fue grande, y el sistema nervioso no pudo tramitarlo; el contenido imposibilita o
simplemente la persona rehúsa la reacción. Otro grupo de casos son ínfimas pero cobran alta
significatividad por sobrevenir en momentos de una predisposición patológicamente acrecentada
(autohipnosis), en el que no puede dar trámite asociativo a la representación. Hay una conciencia
doble que inclina a la disociación y al surgimiento de estados anormales de conciencia.
El recuerdo del trauma psíquico no se halla en la memoria normal del enfermo, sino en la memoria
del hipnotizado. Por tanto se puede hablar de estados de conciencia y estados alterados de
conciencia. (double consciencia: Serían el fenómeno básico de la histeria, “La Hipnosis es una
histeria artificial” / “ Base y condición de la histeria es la existencia de estados hipnoides”)
Un síntoma histérico, Un ataque histérico, Un ataque recurrente atestigua una organización más
alta del estado segundo, cuando surge indica que la conciencia hipnoide se ha apoderado de la
existencia total, es una histeria aguda corresponde a una penetración de ese estado segundo en la
inervación corporal gobernada de ordinario por la conciencia normal cuando esta contenido un
recuerdo, indica indica un retorno a él
Ahora se entiende el modo en que produce efectos curativos el método de psicoterapia por
nosotros expuesto. Cancela la acción eficiente de la representación originariamente no
abreaccionada, porque permite a su afecto estrangulado el decurso a través del decir, y la lleva
hasta su rectificación asociativa al introducirla en la conciencia normal (en estado de hipnosis
ligera) o al cancelarla por sugestión médica, como ocurre en el sonambulismo con amnesia.
Para explicar el mecanismo de la defensa, Freud enuncia la siguiente HIPÓTESIS AUXILIAR: en las
funciones psíquicas cabe distinguir algo (un monton de afecto, una suma de excitación), que tiene
todas las propiedades de una cantidad (aunque no poseamos medio alguno para medirla); algo
que es susceptible de aumento, disminución, DESPLAZAMIENTO, descarga, y se difunde por las
huellas anémicas de las representaciones como lo haría una carga eléctrica por la superficie de los
cuerpos (teoría energética). Por lo tanto, esta hipótesis supone una separación inicial entre la
representación y el monto de afecto, condición para que sean posibles el desplazamiento y la
sustitución en las neurosis. El afecto no está soldado a las representaciones, sino que es
susceptible de movimiento.
Ahora bien, el estallido de la histeria o de una neurosis obsesiva se debe a un conflicto psíquico:
en un momento dado aparece una representación inconciliable (desagradable) sexual que provoca
un conflicto con el resto de las representaciones que forman al yo y pone en movimiento a la
defensa (=esfuerzo al desalojo). Se trata de una vivencia que despierta un afecto tan penoso que
la persona decide olvidarla, no pudiendo solucionar la contradicción que le opone esa
representación.
El “yo defensor” trata como no acontecida la representación inconciliable, pero como no puede
extirpar la representación y el afecto de la conciencia, la defensa separa/divorcia la representación
de su afecto, transforma la representación intensa (inconciliable) en una débil, arrancándole el
afecto que tiene q ser aplicado a otro empleo. De esta manera, el yo queda exento de
contradicción, pero carga con un símbolo mnémico. Es decir el producto de la defensa es el
SÍNTOMA que funciona como un sustituto de la representación sexual reprimida. La sustitución se
produce a partir del desplazamiento del monto de afecto.
En la HISTERIA el afecto se traspone a lo corporal: conversión histérica: se desplaza por una “vía
falsa” al cuerpo, a una innervación motriz (síntoma) que mantiene un nexo asociativo con la
representación reprimida. El método catártico consiste en volver a guiar la excitación de lo
corporal a lo psíquico, para reequilibrar la contradicción mediante un trabajo de pensamiento y
descargar la excitación por medio del habla. Por lo tanto, el factor característico de la histeria NO
es la escisión de conciencia, ni una predisposición hereditaria, sino la aptitud para la conversión
Tanto en la histeria como en las neurosis obsesivas, la representación reprimida, debilitada queda
separada de toda asociación dentro de la conciencia, queda excluida del recuerdo y constituye el
núcleo de un segundo grupo psíquico
El tercer caso de las neuropsicosis de defensa, la PSICOSIS ALUCINATORIA, queda más bien
separado del resto, porque aquí no queda apartada la representación de su afecto. El yo
desestima la representación insoportable y su afecto, comportándose como si la representación
nunca hubiese llegado a él. Estamos ante una “confusión alucinatoria”: el yo se arranca de la
representación insoportable, pero ésta se relaciona de manera inseparable con un fragmento de la
realidad objetiva que al desligarse de ella, el yo se desliga también total o parcialmente de la
realidad. Es así como el psicótico termina expulsando una parte de la realidad que luego le retorna
desde el exterior (la tele le habla) En las psicosis se realza aquella representación insoportable, el
yo se defiende refugiándose en la psicosis.
Teoría d la seducción
La neuropsicosis de defensa nace por mecanismos de defensa icc, por reprimir una
representación inconciliable en oposición al yo del enfermo.
Los traumas sexuales infantiles corresponden a la infancia (periodo anterior a la pubertad), donde
hay irritación d los genitales (semejanza al coito). La condición especifica de la histeria es pasividad
sexual en períodos pre-sexuales. No son las vivencias las q proporcionan el efecto traumático,
sino q es RECUERDO el q lo proporciona, cuando el individuo ingresa en la madurez sex. Las
vivencias y excitaciones q preparan o producen la histeria en el periodo posterior a la pubertad
hacen su efecto por despertar la huella mnémica (q desprende afecto y represión) de los traumas
de la infancia.
Una persona sana en su afán de olvidar una vivencia traumatica podía tener como resultado que
se alcanze la represión deliberada (o voluntaria) y con eso que se abran la puertas a las neurosis de
defensa. Y eso no puede deberse a la naturaleza de la viviencia ( no pasaba en otra personas en
idénticas condiciones) es decir no se puede explicar la histeria a partir del efecto del trauma. la
aptitud para la reacción histérica ya existía desde antes de este.
Es decir tal predisposición histérica indeterminada, puede reemplazarse de forma total o en parte
por el efecto póstumo del trauma sexual Infantil, solo reprimen el recuerdo de una vivencia sexual
penosa en la edad madura, las personas en quienes esa vivencia despierta la huella mnémica de
un trauma infantil. (La vivencia real mas el recuerdo produce la represión.)
Neurosis obsesivas:
su camino es por sustitución (desplazamiento por categorías asociativas). La vivencia sexual de la
primra infancia tiene la misma significatividad q en la histeria.. Las agresiones y participación se
ejecutan con placer en el acto sexual. Hay preferencia sobre el sexo masculino. En El trasfondo de
los síntomas histéricos hay escenas de pasividad sexual anteriores a la acción placentera, la
agresión sex prematura presupone siempre una vivencia de seducción. Las representaciones
obsesivas son reproches mudados (se refieren a una acción sexual de la infancia realizada con
placer), q retornan de la represión. En el periodo d la inmoralidad infantil, en la niñez, las vivencias
de seducción sexual posibilitan la represión, las acciones de agresión sexual contra el otro sexo
aparecen como acciones reproche, este periodo finaliza con la maduración sex; aquí el recuerdo
de las acciones placenteras se une al reproche, el nexo con la vivencia inicial de pasividad hace
reprimir el reproche y se lo sustituye por un síntoma defensivo primario con escrúpulos de la
conciencia moral, vergüenza, desconfianza de si mismo.
Lo q deviene consiente como representación y afecto obsesivos, sustituyen al recuerdo patógeno
en la conciencia, son formaciones de compromiso (entre las representaciones reprimidas y
represoras). Los recuerdos reanimados y reproches formados por ellos ingresan alterados a la
conciencia.
Existen dos formas de la neurosis obsesiva, según que se conquiste el ingreso a la conciencia
sólo el contenido mnémico de la acción reproche, o también el afecto reproche a ella anudado.
El primer caso es el de las representaciones obsesivas típicas, en que el contenido atrae sobre sí la
atención del enfermo y como afecto se siente sólo un displacer impreciso, en tanto que al
contenido de la representación obsesiva solo convendría el afecto del reproche. El contenido de la
representación obsesiva está doblemente desfigurado respecto del que tuvo la acción obsesiva en
la infancia: en primer lugar, porque algo actual remplaza a lo pasado y, en segundo lugar, porque
lo sexual está sustituido por un análogo no sexual. Estas dos modificaciones son el efecto de la
inclinación represiva que continúa vigente, y que atribuiremos al “yo”. Una segunda plasmación
de la neurosis obsesiva se produce si lo que se conquista una subrogación en la vida psíquica
conciente no es el contenido mnémico reprimido, sino el reproche, reprimido igualmente. El
afecto de reproche puede mudarse, en virtud de un agregado psíquico, en un afecto displacentero
de cualquier otra índole; el devenir conciente del afecto sustituyente ya no encuentra obstáculos
en su camino. El reproche, por haber llevado en la infancia la acción sexual, se muda fácilmente en
vergüenza, en angustia hipocondríaca, social, religiosa, en delirio de ser notado.
Junto a estos síntomas de compromiso, que significan el retorno de lo reprimido y, con él, un
fracaso de la defensa originariamente lograda, la neurosis obsesiva forma una serie de otros
síntomas de origen diverso. El yo procura defenderse de aquellos retornos del recuerdo
inicialmente reprimido, y en esta lucha defensiva crea unos síntomas que se podrían agrupar bajo
el título de “defensa secundaria”.
Todos estos síntomas constituyen medidas protectoras que han prestado muy buenos servicios
para combatir las representaciones y afectos obsesivos. Si estos auxilios para la lucha defensiva
consiguen efectivamente volver a reprimir los síntomas del retorno impuestos al yo, la compulsión
se transfiere sobre las medidas protectoras mismas y así crea una tercera plasmación de la
neurosis obsesiva: las acciones obsesivas. . La defensa secundaria frente a las representaciones
obsesivas puede tener éxito mediante un violento desvío hacia otros pensamientos, cuyo
contenido sea el más contrario posible. La defensa secundaria frente a los afectos obsesivos da por
resultado una serie todavía mayor de medidas protectoras que son susceptibles de mudarse en
acciones obsesivas. Los casos graves de esta afección culminan en la fijación de acciones
ceremoniales, o en una manía de duda universal, o en una existencia estrafalaria condicionada por
fobias.
Terminando esta unidad podemos decir que un primer momento Freud pensó que se trataba de
hechos realmente sucedidos, sin embargo desde un comienzo puso énfasis en que no era la
experiencia misma sino el correspondiente recuerdo reprimido (pero psíquicamente activo) del
abuso o acoso sexual padecido en la infancia lo que provocaría la neurosis .Freud analizó también
el curso y las posibilidades de cura a la luz de esta primera teoría. Sus investigaciones posteriores
experimentaron un giro, de modo que después planteó que se trataba de fantasías inconscientes,
abandonando la teoría de la seducción y desarrollando a partir de este momento el concepto de
«realidad psíquica» y la serie de implicaciones teóricas que de allí derivan. Para muchos autores
es justamente esta renuncia la que marca el comienzo del psicoanálisis: a partir de allí Freud pudo
desplegar diversos conceptos, como el de «sexualidad infantil», «trauma» como posterioridad
retroactiva y el edificio teórico del complejo de Edipo. Aunque Freud nunca terminara de
renunciar a la teoría de la seducción, tampoco la reivindicó explícitamente más adelante, mientras
los psicoanalistas dejaron, en su mayoría, de hablar de ella.
REALIDAD PSIQUICA:
Término utilizado frecuentemente por Freud para designar lo que, en el psiquismo del sujeto,
presenta una coherencia y una resistencia comparables a las de la realidad material; se trata
fundamentalmente del deseo Inconsciente y de las fantasías con él relacionadas. Cuando Freud
habla de realidad psíquica, no lo hace simplemente para designar el campo de la psicología,
concebido como poseyendo su propio tipo de realidad y susceptible de una investigación
científica, sino lo que, para el sujeto, adquiere, en su psiquismo, valor de realidad. En la historia
del psicoanálisis, la idea de realidad psíquica surge paralelamente al abandono, o por lo menos a la
limitación, de la teoría de la seducción y del papel patógeno de los traumas infantiles reales. Las
fantasías, aunque no se basen en acontecimientos reales, tienen para el sujeto el mismo valor
patógeno que Freud atribuyó al principio a las « reminiscencias »: «Las fantasías poseen una
realidad psíquica opuesta a la realidad material [...]; en el mundo de las neurosis, el principal papel
corresponde a la realidad psíquica». Se plantea el problema teórico de la relación entre la fantasía
y los acontecimientos reales que han podido proporcionar una base a aquél (véase: Fantasía),
pero, según indica Freud, « [...] todavía no hemos podido constatar una diferencia, en cuanto a los
efectos, según que los acontecimientos de la vida infantil sean un producto de la fantasía o de la
realidad». Así, la cura psicoanalítica parte del supuesto de que los síntomas neuróticos se basan,
por lo menos, en una realidad psíquica y que, en este sentido, el neurótico «[...] debe tener, en
cierto modo, razón». En varias ocasiones Freud insistió en la idea de que los afectos
aparentemente menos motivados, como, por ejemplo, el sentimiento de culpabilidad en la
neurosis obsesiva, se hallan plenamente justificados, por cuanto se basan en realidades psíquicas.
De un modo general, la neurosis, y a fortiori la psicosis, se caracterizan por el predominio de la
realidad psíquica en la vida del sujeto. La idea de realidad psíquica va ligada a la hipótesis
freudiana referente a los procesos inconscientes; éstos, no sólo no tienen en cuenta la realidad
exterior, sino que la substituyen por una realidad psíquica. En su acepción más estricta, la
expresión «realidad psíquica» designaría el deseo inconsciente y la fantasía que está ligada al
mismo.
CASOS Y ANALISIS:
Elizabeth padecía de dolores en las piernas, fatiga dolorosa y caminaba mal (hiperalgesia de la piel
y de los músculos en todas las piernas). Había sufrido graves problemas tales como la muerte de
su padre, una enfermedad en los ojos de la madre, y la muerte de una hna.
Freud consideraba q estos dolores eran síntomas histéricos dado q le resultaba llamativo como
ella contaba su padecer, lo hacía de manera muy imprecisa y un enfermo q padezca malestares
orgánicos va a describir su dolor con gran precisión y visto q atribuía mucho valor a sus dolores era
correcto inferir q su atención estaba centrada en otra cosa: pensamientos y sensaciones q se
entramaban con los dolores. Además si un enfermo orgánico realmente tiene padecimientos cdo
se estimule la zona de dolor su expresión será de sufrimiento; pero esto no sucedía en Elizabeth:
cdo se pellizcaba u oprimía la piel y la musculatura hiperalgica de la pierna, su rostro cobraba una
expresión más de placer q de dolor. Seguramente mediante la estimulación de esa zona la
enferma recordaba pensamientos escondidos tras ese dolor. Así freud llega a la conclusión q esa
dolencia era una histeria y la estimulación afectaba una zona histerógena.
Lo primero q hizo Freud fue remover el material patógeno estrato por estrato, le hacia contar a la
enferma lo q ella sabía, poniendo toda la atención en aquella zonda donde parecía q faltaba un
eslabón en la cadena de las causaciones e iba penetrando en estratos cada vez más profundos del
recuerdo a medida q en esos lugares aplicaba la hipnosis o la presión en la frente.
Ella era una persona muy apegada a su padre y así tmb demostraba un desinterés hacia su madre
y sus hnas. El padre sufría de una afección cardiaca por lo cual ella cuido de él duramente un largo
tiempo, dormía en su habitación, lo asistía todo el día. Al ppio su afección se vinculó con este
período, puesto ella puedo recordar q duramente los últimos meses de ese cuidado sufrió de
dolores en la pierna derecha, pero estos le pasaron pronto. Dos años dps de la muerte del padre
empezó a no poder caminar a causa de sus dolores.
Un día ella se alejo del lecho del enfermo para asistir a una reunión en donde estaría su joven
enamorado, cdo regresó encontró con q su padre había empeorado y se realizaba reproches por
esto, esa fue la última vez q abandono a su padre durante tanto tiempo. Aquí era lícito buscar la
causa de los primeros dolores histéricos: por el contraste entre la salida q se había permitido y la
miseria en la q encontró al padre al volver así quedó planteado un conflicto, un caso de
inconciliabilidad. Como recuerdo del conflicto, la representación erótica fue reprimida (esforzada
al desalojo) de la asociación y el afecto a ella adherido fue aplicado para reanimar un dolor
corporal presente de manera simultánea. Se trataba pues del mecanismo de una conversión con el
fin de la defensa (conversión histérica)
Luego de un tiempo de tratamiento la enferma le comunicó a freud q el dolor en su muslo derecho
(zona histerógena) era más fuerte porq era el lugar donde el padre apoyaba su pierna para q ella
le renovara las vendas: esta es la explicación de la génesis de una zona histerogena atípica.
Un enlace de los dolores con el “estar sentado” sucedió cdo ella fue a una colina a pasear hasta el
lugar q solía frecuentar junto con el cuñado. Aquí sus pensamientos se dirigieron a su soledad, al
deseo del llegar a ser tan feliz como su hna lo era. De aquí regresó con fuertes dolores y esa misma
tarde los dolores sobrevinieron de manera definitiva.
La abasia no era equiparable sólo a una parálisis funcional asociativa, sino tmb a una parálisis
funcional simbólica
Freud sostiene q su método de presión sobre la frente nunca fracasó con Elizabeth pues ella
siempre tenía una ocurrencia en la mente o una imagen, pero no siempre estaba dispuesta a
comunicarlo, intentaba volver a sofocar esos pensamientos esto se debía a dos cosas: o la enferma
ejercía una critica sobre su ocurrencia o bien la a horrorizaba indicar la ocurrencia porq le
resultaba demasiado desagradable su comunicación. Cdo ella decía q no se le ocurría nada freud le
aseguraba q sí se le había ocurrido y así él repetía la presión: la enferma mostraba resistencias a
reproducir sus recuerdos.
Así pues tmb se encontró q la enferma frente al lecho de muerte de su hna pensó q su cuñado
ahora estaba libre y q ella podía convertirse en su esposa, es así freud encuentra aquí la idea de
defensa frente a una representación inconciliable, de la génesis de síntomas históricos por
conversión, de una excitación psíquico a lo corporal, de la formación de un grupo psíquico
separados por el acto de voluntad q lleva a la defensa: ella había conseguido dejar de lado la
dolorosa certidumbre de q amaba al marido de su hna (representación inconciliable) creándose a
cambio unos dolores corporales; y en los momentos en q esa certidumbre pretendía imponérsele
(duramente el paseo con él a la colina) habían sido generados aquellos dolores por una lograda
conversión a lo somático.
Freud para curar a la enferma le dio la oportunidad de aligerarse, por abreacción, de esa
excitación almacenada: así ella empieza a recordar varias situaciones con el cuñado
El grupo de representaciones se mantenía aislado de la asociación con el afecto por dos motivos:
los dolores se generaron al mismo tiempo que se formó el grupo psíquico separado (mecanismo
de escisión de c) y la enferma oponía resistencia al intento de establecer la asociación entre el
grupo psíquico separado y sus restantes contenidos de C y cdo esa reunión se consumó sintió un
gran dolor psíquico (motivo de la escisión de conciencia). El motivo de la escisión de la C era la
defensa; el mecanismo, era el de la conversión. Lo q se muda en dolor corporal es la cantidad de
afecto, una consecuencia de esta concepción seria “el amor icc” pierde tanto en intensidad, por es
a conversión, q resulta deprimido a la condición de una representación débil y entonces sería este
debilitamiento el q posibilitaría su existencia como segundo grupo psíquico
Los dolores no se generaban mientras la enferma vivenciaba las impresiones del primer período
(enfermedad del padre) sino con efecto retardado, cuando la enferma reprodujo esas impresiones
en sus pensamientos. Una nueva vivencia despierta recuerdo de parecidos contenidos previos, y
luego se forman símbolos mnémicos. La conversión es por sumación de los traumas.
¿Por qué el recuerdo logra despertar algo que en la vivencia no había estado? La pubertad
resignifica los hechos
¿Qué se anuda al recuerdo del atentado? Desprendimiento sexual
El recuerdo, ¿cuándo deviene trauma? Efecto retardado
El síntoma de Emma era miedo a ir SOLA a una tienda. Como fundamento enuncia un recuerdo q
aconteció a los 12 años: fue a una tienda a comprar algo y como vio a dos empleados reírse entre
ellos salió corriendo de la tienda con un afecto de terror. Uno le había gustado sexualmente y
pensó q se reían de su vestido. (ESCENA I). Sin embargo, los recuerdos despertados no explicaban
ni la compulsión ni el determinismo del síntoma.
Hay un segundo recuerdo, que tuvo en el momento de la Escena I y que fue producto del trabajo
analítico. A los 8 años fue dos veces a una pastelería y el encargado le pellizcó los genitales a
través del vestido. Se reprochó haber ido una segunda vez, como si de ese modo hubiera querido
provocar el atentado (“mala conciencia oprimente-ESCENA II).
El desprendimiento sexual se anuda al recuerdo del atentado, sin embargo, no surgió cuando fue
vivenciado. Entonces, el recuerdo despierta un afecto que en el momento de la vivencia no existió.
Esto es posible porque la pubertad posibilitó otra comprensión de lo recordado, reesignificó los
hechos. El recuerdo reprimido (pellizco-pastelero) con efecto retardado (a posteriori) ha devenido
trauma. De esta forma, la escena II no fue traumática al principio, devino traumática en la
pubertad a partir del enlace asociativo entre las dos escenas. [La escena II-pastelero NO está
reprimida desde un primer momento sino que constituye una marca, un momento mudo. Luego
cuando sucede algo traumático que se conecta esta escena, esta última se reprime y como
resultado aparece el síntoma]. Esto instaura una temporalidad lógica.
Las condiciones para el olvido de un nombre con recordar fallido son cierta predisposición (huellas
mnémicas) para el olvido, ya que crean la posibilidad de que el elemento reprimido se relacione
vía asociativa con el nombre buscado y lo arrastre a la represión.
Represión de algún tema, se da en el establecimiento de una asociación o nexo extrínseco (por ej
por homofonía) y de contenido entre el nombre sustituto y el elemento previamente reprimido.
Caso Signorelli:
El olvido del nombre “Signorelli” y su sustitución por los nombres “Boticelli y Boltrafio” se produjo
por una perturbación de un nuevo tema que emergía por el precedente, es decir Freud y un
extraño habían estado hablando acerca de costumbres de los turcos que vivían en Bosnia y
Herzegovina. Ante una enfermedad mortal ellos dicen “Herr (señor), no hay nada más que decir”.
Freud liga esto, a un pensamiento q tuvo en ese momento sobre la sexualidad de los turcos. Tuvo
que desviar la atención de estos pensamientos para no tocar ese tema con el extraño. [Los frescos
de Signorelli están relacionados con la sexualidad].
Además, a esta línea de pensamiento se anudó el recuerdo de una noticia que había recibido en su
residencia en Trafoi: un paciente suyo había muerto por una incurable perturbación sexual. La
reminiscencia de esto produjo una acción eficiente, al escabullirse el nombre Trafoi en uno de los
sustitutos “Boltraffio”. Él había reprimido estos recuerdos, los quería olvidar, pero lograron
ponerse en conexión asociativa con el nombre Signorelli, olvidándolo uno contra su voluntad (el
nombre Signorelli), cuando hubiese querido olvidar lo otro adrede (sexualidad de los turcos y la
muerte de su paciente).
Los nombres sustitutivos no son injustificados, remiten tanto a lo que quería olvidar (la muerte)
como a lo que quería recordar (Signorelli), el olvido no se logró ni fracasó por completo, es una
formación de compromiso.
Los temas reprimidos (muerte y sexualidad) están ligados con Bosnia, Herzegovina y Trafoi.
Pensamientos reprimidos:
Elli (un fragmento del nombre) retorna inmodificado en Boticelli. El otro fragmento Signor (señor),
que se encadena a Herr (señor) y Herzegovina, es reprimido. Su sustituto se produjo por
desplazamiento a lo largo de la conexión esos nombres. Los nombres se tomaron como un acertijo
gráfico (rebus). El elemento sofocado (Signorelli) busca prevalecer en alguna otra parte.
Una formación de compromiso, también a veces llamada formación transaccional, es un concepto
del psicoanálisis para designar a las producciones del inconsciente destinadas a lograr que los
contenidos reprimidos (por ejemplo, representaciones y deseos perturbadores) sean admitidos en
la consciencia. Se trata de una formación que deforma estos contenidos, disfrazándolos para
burlar a la barrera de la defensa, transformándolos en algo que es el mejor compromiso posible
entre la satisfacción del deseo inconsciente y las exigencias defensivas.
Los síntomas neuróticos, pero también otras manifestaciones no patológicas, como los sueños o
los actos fallidos son ejemplos de formaciones de compromiso. En términos generales se trata de
cualquier manifestación que sea resultado de una transacción y que constituya una forma
de retorno de lo reprimido.
A menudo, entre los más tempranos recuerdos infantiles se conservan los detalles más
indiferentes pero no se encuentra huella alguna de impresiones importantes. Además, en estos
recuerdos algunas imágenes mnémicas están falseadas, incompletas o bien desplazadas en tiempo
y espacio. La causa de esto no puede ser una simple infidelidad de la memoria, sino más bien que
la memoria es tendenciosa.
Freud, volviendo a examinar la distinción entre los recuerdos encubridores y los restantes
recuerdos infantiles, llega a plantear la siguiente pregunta, más general: ¿existen recuerdos de los
que se pueda decir que emergen verdaderamente de nuestra infancia, o solamente recuerdos
referentes a nuestra infancia?. Freud distingue varias clases de recuerdos encubridores: positivos y
negativos, según que su contenido se halle o no en una relación de oposición con el contenido
reprimido;también existe una relación temporal entre el recuerdo encubridor y el contenido por él
encubierto. Hablamos de recuerdos:
-atrasadores o retrocedentes (el recuerdo encubridor es anterior a la escena q está encubriendo)
-adelantadores o avanzados (posterior, 1er recuerdo reprimido y luego recuerdo encubridor)
-simultáneos o contiguos (recuerdos encubiertos y recuerdos reprimidos enlazados no sólo por
contenido sino también por contigüidad en el tiempo)
Como conclusión, de los recuerdos infantiles no poseemos la huella mnémica real y efectiva sino
una posterior elaboración de ella, que sufrió los influjos de múltiplos trabajos psíquicos.
El aparato psíquico:
Las representaciones forman parte del contenido de un pensamiento, por eso al escuchar
oraciones y pensar en lo que las mismas quieren decir usamos representaciones. Están
relacionadas con la percepción, es decir, nuestros sentidos captan información y de la misma
queda una representación en nuestra mente. En otras palabras, de aquello que llega a nuestros
sentidos se inscribe algo en nuestro aparato psíquico (mente).
El aparato psíquico es el término que utiliza Sigmund Freud para denominar a la mente
humana. El aparato psíquico funciona con energía (también llamada afectos, placenteros y
displacenteros) y representaciones. Imaginemos que cumplimos años y nos regalaron la torta que
tanto queríamos. Al recibirla nos pusimos muy contentos, sentimos una emoción placentera, por
lo tanto, a la idea o imagen de torta que me quedo hay ligado un afecto placentero. También
puede suceder que asociado a las representaciones queden ligados afectos displacenteros. En este
caso podría ser por ejemplo la representación con efecto displacentero de que la torta se cayó al
momento de apoyarla en la mesa.
Tanto el placer como el displacer son energía que circula entre las representaciones que están en
el aparato psíquico.
Freud denomina con la palabra aparato a la mente para subrayar la capacidad de la misma para
transformar esta energía psíquica. A su vez señala instancias o partes que modulan y controlan los
recorridos de dicha energía, lo que hemos visto como “topicas” del aparto psíquico.
Tópica viene del griego “topos” que significa lugar. Es decir, Freud va a desarrollar una teoría del
aparato psíquico en donde habría lugares para cada una de las instancias, con reglas y modos de
funcionamiento propios. Aunque no sea un lugar “físico” que pueda observarse.
P: Polo de la percepción
M: Polo motor
Icc: Inconsciente
Pcc: Preconciente
El Sistema Consciente
Este sistema es el que nos hace relacionarnos en forma directa con la realidad a través de todo lo
que percibimos. Las representaciones conscientes son todo lo que registramos ya sea afuera
nuestro (lo que vemos, escuchamos, hacemos, etc.) como lo que pasa dentro (lo que recordamos,
deseamos, sentimos, etc.). Sin embargo para la teoría psicoanalítica no sólo el sistema consciente
es el que percibe. También los inconsciente y lo preconsciente están presentes en el momento de
percibir. Esa presencia hace que muchas veces la percepción esté distorsionada por algún deseo
inconsciente que esté incidiendo.
El Sistema Preconciente:
Es el sistema situado entre el inconsciente y el consciente, separándole de aquél, la censura. Está
formado por aquellos sentimientos, pensamientos, fantasías, etc. que no están presentes en la
conciencia, pero que pueden hacerse presentes de manera fácil. Cuando decimos por ejemplo: “Lo
tengo en la punta de la lengua” casi siempre estamos haciendo referencia sin saberlo, a algo que
está representado en nuestro preconciente.
SISTEMA
SISTEMA INCONCIENTE SISTEMA PRECOSNCIENTE
CONSCIENTE
PREDOMINA EL
ALÓGICO
LÓGICA DE LA
LÓGICA DE LA REALIDAD
(Ausencia de contradicción) REALIDAD
La experiencia subjetiva que aparece en la conciencia durante el sueño y que, al despertar, el que
dormía la denomina sueño es sólo el resultado final de una actividad mental inconsciente durante
ese proceso fisiológico que, por su naturaleza o intensidad, amenaza con interferir el mismo acto
de dormir. En vez de despertar, el que duerme sueña. A la experiencia consciente durante el
sueño, que el soñador puede o no recordar al despertar, la denominamos el sueño manifiesto. Sus
diversos elementos se conocen como el contenido manifiesto del sueño. Los deseos y
pensamientos inconscientes que amenazan con despertar al que sueña los llamamos contenido
latente del sueño. Las operaciones mentales inconscientes por las que el contenido latente se
trasforma en sueño manifiesto se denominan trabajo del sueño o elaboración onírica. El
significado del sueño se refiere en general al contenido latente del sueño.
El sueño es un acto psíquico de pleno derecho (completo, es una forma de acceder al inconciente).y
representa la realización disfrazada de deseos infantiles reprimidos. Esta lucha por llevar a la
superficie los deseos reprimidos constituye el verdadero motor del sueño.(es decir La fuerza
impulsora de los sueños son deseos por cumplir, ) Pero, los contenidos del inconsciente para
expresarse requieren su ligazón a símbolos preconscientes en otras palabras la censura psíquica los
deforma por medio de la figurabilidad, condensación y desplazamiento (trabajo del sueño).
1. Deseo reprimido
2. Restos diurnos, llamados así porque son hechos recientes cuya interiorización permite que su
energía se ligue a la del inconsciente susceptible de ser manifestado en la imaginería del proceso
primario.
3. deseo de dormir.
(Los elementos para la formación del sueño son: deseo onírico inconciente que proviene de un deseo infantil
sexual reprimido, los restos diurnos son deseos preconcientes, mociones psíquicas de cualquier otra índole,
impresiones recientes y un deseo prcc de dormir. )
Tienen la característica de ser presentes, no existe el optativo (quizás u ojalá). No existe el “no” (el principio
de la no contradicción), el pensamiento se trasmuda en imágenes sensoriales (vivenciar alucinatorio-exclusivo
del sueño) y la regresión (no es exclusiva de los sueños): el pensamiento recibe un tratamiento regresivo.
El aparato psíquico está construido como un aparato de reflejos El aparato reflejo tiene una dirección,
parte de estímulos (internos o externos), y termina en inervaciones (transmisión de energía a los
nervios o un sistema eferente, para descargar energía). Hay un extremo sensorial y uno motor. En el
sensorial se encuentra un sistema que recibe las percepciones, y en el motor otro que abre las
esclusas de la motilidad.
-El sistema perceptivo recibe los estímulos perceptivos, pero nada conserva de ellos, por lo tanto carece de
memoria; de lo contrario no podría desempeñar su tarea.
-El sistema de la memoria traspone la excitación momentánea del primero, las percepciones, a huellas
mnémicas que son permanentes. Las huellas mnémicas son el modo en que se inscriben las
representaciones en el aparto. Tienen la función de la memoria y se asocian por simultaneidad o por
semejanza (analogía). Además, están ordenadas temporalmente y están cargadas con gran intensidad
sensorial.Entonces, los sistemas memoria y cualidad para la conciencia (percepción) se excluyen entre sí: el
sistema de memoria conserva, el sistema Perceptivo recibe pero no conserva. Donde se recibe no se
conserva y donde se conserva no se recibe.
1er tramo: durante la vigilia la dirección de la excitación es progrediente: de la percepción a la motilidad. Aquí
tenemos un deseo inconciente que pugna por aparecer y aparece desfigurado como formación del inconciente
(síntoma, chiste, lapsus). En la vigilia, el pensar es regresivo pero no llega a investir las huellas mnémicas. La
regresión es mínima.
2do tramo: el carácter alucinatorio del sueño se explica porque la excitación, en lugar de propagarse hacia el
extremo motor lo hace hacia el perceptivo, tiene carácter regrediente, (desde el pensamiento hasta el material
en bruto de las huellas mnémicas).
Durante el sueño las intensidades adheridas a las representaciones son trasferidas de una a otra por obra del
trabajo del sueño (desplazamiento). Los recuerdos están cargados con una alta vivacidad sensorial
funcionando como polos de atracción para la excitación
La regresión significa que la representación vuelve a mudarse en la imagen sensorial de la que alguna vez
partió, regresa el material en bruto. Lo que posibilita el camino regrediente de la excitación es que las la
esclusas de la motilidad están cerradas, el rechazo de la censura de la conciencia y la atracción de las huellas
mnémicas investidas. Entonces, la regresión es repulsión (por la censura de la conciencia) y atracción (por el
inconciente). Permite una total investidura alucinatoria de los sistemas perceptivos.
La mudanza de los pensamientos en imágenes es consecuencia de la lucha que ejerce con la censura el
recuerdo inconciente para expresarse. Por lo tanto, el sueño puede ser un sustituto de la escena infantil
alterado por transferencia a lo reciente. La escena infantil no puede imponer su renovación, debe conformarse
con regresar como sueño. El sueño es una reanimación de la infancia del soñante, de las mociones
pulsionales que lo gobernaban, y los modos de expresión que disponía. Conserva la antigüedad del alma y se
refresca una excitación visual que alguna vez fue actual y ahora es recuerdo
3er tramo: el camino es progrediente porque el sueño despierta la conciencia (yo veo lo que estoy soñando)
Apremio de la vida (son los primeros momentos en la vida). A partir de una necesidad corporal (hambre en un
bebé) se impone una excitación que busca descargarse vía motilidad (instinto-llora o patalea). Pero la
situación se mantiene inmutable, porque la excitación que parte de una necesidad interna (el hambre)
corresponde a una fuerza continúa.
Aparece un cambio cuando por algún camino se hace la experiencia de la vivencia de satisfacción que
cancela el estímulo interno. Como resultado, nos quedan dos huellas: una huella mnémica (recuerdo) de la
excitación producida asociada a una imagen mnémica (percepción) de aquello que satisfizo tal necesidad
(hambre-teta). La vivencia de satisfacción es una hipótesis que Freud construye para explicar la lógica del
deseo: el aparato como un máquina de desear (del mismo modo que se apoya en la hipótesis auxiliar para
explicar el mecanismo de la defensa)
La próxima vez que sobrevenga esa necesidad, se suscitará una moción psíquica de restablecer la situación
de la satisfacción primera. Esta moción es el DESEO, la reaparición de la percepción es el cumplimiento del
deseo. Como primer actividad psíquica, el desear termina en alucinar como búsqueda de una identidad
perceptiva: una tendencia a repetir la vivencia de satisfacción, alucinar esa huella y volver a investirla (este es
un primer modo de desear, un desear regresivo). La alucinación implica un gran gasto energético para el
aparato, está más cerca de la percepción.
La identidad perceptiva pertenece al sistema inconciente: investidura libre, móvil, susceptible de
desplazamiento y condensación (proceso primario).
Se produce la ruptura del principio de constancia por el principio de placer: tendencia natural al placer
y evitación del displacer (satisfacción inmediata). El placer no está en la descarga, sino en el desear
con una tensión constante. El deseo es por definición insatisfecho
Amarga experiencia vital. La necesidad perdura, la satisfacción no sobreviene. Como no se logra una
identidad perceptiva con aquella primera satisfacción, el aparato sigue deseando. Aquí se hace necesario un
examen de la realidad, detener la regresión y buscar otro camino que lleve a establecer desde el mundo
exterior la identidad perceptiva deseada. Para este examen de la realidad se necesitan una gran suma de
experiencias (huellas mnémicas) dentro del sistema mnémico
La inhibición y el desvío de la excitación son parte del sistema cc/precc-proceso secundario, que
gobierna la motilidad voluntaria.
La identidad de pensamiento (acto de pensamiento) sustituye el deseo alucinatorio (la identidad perceptiva) y
evidencia que el sueño es cumplimiento de deseo porque solo un deseo puede impulsar a trabajar nuestro
aparato anímico. El pensar está más cerca de la motilidad.
El camino desde la imagen mnémica hasta el establecimiento de la identidad de pensamiento por medio del
mundo exterior se realiza mediante un rodeo para el cumplimiento de deseo, rodeo que la experiencia ha
hecho necesario y que lleva a aplazar la satisfacción. Por lo tanto aquí tenemos el pasaje del principio de
placer al principio de la realidad: tiene la misma finalidad pero utiliza otros medios: rodeo.
El proceso primario y secundario son dos modos de funcionamiento del aparato psíquico descritos
por S. Freud, los cuales tienen diferencias esenciales: Tanto el proceso primario como el
secundario son modos de funcionamiento del aparato psíquico. Desde el punto de vista tópico el
proceso primario caracteriza al sistema Inconsciente mientras que el secundario al sistema Pre-
Consciente-Consciente.
Principio de placer, uno de los dos principios que, según Freud, rigen el funcionamiento mental: el
conjunto de la actividad psíquica tiene por finalidad evitar el displacer y procurar el placer. Dado
que el displacer va ligado al aumento de las cantidades de excitación, y el placer a la disminución
de las mismas, el principio de placer constituye un principio económico.
A la inversa, los procesos secundarios se caracterizan en el plano económico por estar ligados y
por un control del flujo energético sometido al principio de realidad. El sistema preconsciente-
consciente es el lugar de estos procesos secundarios, que son el verdadero soporte del
pensamiento lógico y de la acción controlada.
El principio de realidad, es el principio regulador del funcionamiento psíquico aparece como una
modificación del principio del placer que en los comienzos es el que domina. su instauración
corresponde a una serie de interacciones que debe experimentar el aparato psíquico, desarrollo
de las funciones conscientes, atención, juicio, memoria, sustitución de la descarga motriz por una
acción encaminada a lograr una transformación apropiada de la realidad, nacimiento del
pensamiento.
COMPARATIVO
PROCESO PRIMARIO:
Caracteriza al sistema inconsciente.
Rige el principio de placer.
Apunta a la Identidad perceptiva.
Energía Psíquica libremente flotante.
Busca la rápida descarga de la excitación psíquica.
Tiende a la inmediatez de la satisfacción.
No rige el principio de no-contradicción.
Opera la simultaneidad, es a-temporal y a-espacial.
Funcionan los mecanismos de Condensación y Desplazamiento.
PROCESO SECUNDARIO
Caracteriza al sistema preconsciente.
Rige el principio de realidad.
Apunta a la Identidad de pensamiento.
Energía Psíquica ligada, que después fluye en forma controlada.
Inhibe la descarga, la pospone.
Tiende al aplazamiento de la satisfacción, hasta una mejor oportunidad.
Rige el principio de no-contradicción.
Operan las categorías de tiempo y espacio.
Se minimizan la condensación y el desplazamiento
TRABAJO DEL SUEÑO :
El trabajo del sueño es el proceso que transforma los POL en el contenido manifiesto, en el relato del sueño.
Se relaciona con el trabajo de un escriba egipcio, consiste en cifrar el sueño, convertirlo en una escritura
figural. El relato del sueño es el contenido manifiesto, es algo NO genuino, un sustituto traspuesto de algo
desconocido, oculto para el soñante (lo genuino) Consta principalmente de imágenes visuales: acertijos en
imágenes (rebus).
En cambio, lo genuino es lo oculto, lo inaccesible a la conciencia del soñante, Freud lo llama inconciente, en
un sentido descriptivo y corresponde con los pensamientos oníricos latentes. Éstos se averiguan en el trabajo
de interpretación del sueño.
El trabajo de interpretación sigue la dirección contraria que el trabajo del sueño, del contenido
manifiesto hallar el contenido latente. Cancela el trabajo del sueño, la transposición onírica. Interpretar
significa hallar un significado oculto. Consiste en un trabajo de lectura, en descifrar el acertijo en imágenes.
Ahora bien, el saber sobre el sueño lo tiene el soñante, solo que no sabe que lo sabe y por eso cree que no lo
sabe. Para interpretarlo hay que seguir las ocurrencias que emergan por asociación libre. Las ocurrencias no
son arbitrarias, tienen un sentido.
Se produce porque:
1) ciertos elementos latentes se omiten por completo, el sueño manifiesto no es un traducción fiel de los POL,
da lugar a lagunas (actúa la censura). El sueño manifiesto es un compendio de los POL, por lo tanto nunca es
más extenso que éstos. El sueño que recordamos al despertar, es un resto del trabajo onírico total, que
coincidiría con la extensión de los pensamientos latentes si pudiésemos recordarlos por completo.
2) de muchos elementos del sueño latente, sólo una parte se traspasa al manifiesto
3) elementos latentes que tienen algo en común se agrupan en el sueño manifiesto en una unidad
alusión: un elemento latente (genuino) no es sustituido por un componente propio de éste, sino por un
sustituto más alejado de éste (utilizada en el chiste tiene un efecto cómico)
diversamente centrado (corrimiento del acento psíquico): el acento psíquico se trasfiere/desplaza de un
elemento importante a otro inimporatante, el sueño aparece como algo extraño. Esto sucede porque la
intensidad psíquica (valencia psíquica intrínseca: es el interés que reace sobre una representación) de las
representaciones no es tomada en cuenta en la selección onírica.
Los sueños diurnos son fantasías que se observan en personas sanas y enfermas durante la vigilia, en ellos
no se vivencia ni se alucina nada, sino que es representado algo, es algo que se piensa.
En el sueño nocturno se produce un vivenciar alucinatorio, una esta puesta en escena en imágenes que
consiste en la trasposición del pensamiento onírico y en imágenes sensoriales (no pictografía)
El disparate y lo absurdo de los sueños tiene significado, porque es producto de una crítica contenida en los
pensamientos oníricos. Las concordancias entre los elementos latentes son sustituidas por condensaciones
dentro del contenido manifiesto. Ahora bien, las oposiciones son tratadas de igual modo que las
concordancias y viceversa, un elemento del sueño manifiesto puede significarse a sí mismo, a su opuesto o a
ambos al mismo tiempo.
Hay que LEER la relación entre las imágenes, en este punto Freud las compara con las escrituras antiguas no
alfabéticas, los jeroglíficos egipcios. Las imágenes se presentan como acertijos en imágenes (rebus).
En los sueños podemos hallar inversiones de sentido, situaciones, personas, de la secuencia de los hechos,
el “mundo al revés”. Las imágenes son multívocas y su sentido depende del contexto, hay que relacionarlas
con las demás imágenes (noción de valor del signo sausurreano)
Le da coherencia, una fachada lógica al sueño, el material es ordenado según un sentido que a menudo
implica un malentendido total y donde parece necesario, se efectúan intercalaciones. Termina haciendo más
ajeno e incomprensible al sueño, es decir que la censura sigue actuando.
Tambien se llama elaboracion Secundaria a los agregados que pasadas unas horas de haber soñado le
vamos incorporando al relato del recuerdo del sueño.
LA CENSURA ONÍRICA (conf IX)
[La censura es la actividad dinámica que juzga y disfraza, tiene q ver con la crítica y con el aparato psíquico]
Dentro del trabajo del sueño, la CENSURA onírica causa la trasposición onírica, es decir aquello que hace
que el sueño nos parezca ajeno e incompresible. Esto se manifiesta en las lagunas que aparecen dentro del
contenido manifiesto o cuando un elemento onírico es recordado de manera débil, confusa e imprecisa. Es
una consecuencia de la censura ejercida por tendencias admitidas del yo en contra aquellos elementos de
naturaleza repudiable, chocante en el aspecto ético, estético o social, que causan repugnancia.
En el trabajo de la interpretación del sueño la censura se sigue manteniendo (es permanente), ya que nos
encontramos ante resistencias por parte parte del soñante que se presentan como objeciones críticas contra
la comunicación de sus ocurrencias. La resistencia es un factor cuantitativo variable, puede ser mayor o
menor.
Tanto la censura como la resistencia son dinámicas, se refieren a la distancia que hay entre las
representaciones, a mayor resistencia, menores ocurrencias, es decir se requieren largas cadenas de
asociaciones con muchos eslabones intermedios, en cambio cuando la resistencia es menor, hay mayores
ocurrencias.
POR ALUSIÓN O APROXIMACIÓN: implica decir algo sin decirlo, decirlo a medias
El chiste es un modo de decir aquello que no alcanza a ser dicho de otra manera.
La técnica del chiste está en el texto de su expresión, en las palabras utilizadas. Lo cómico no
puede hallarse en el significado literal, ni en el pensamiento, está en la expresión verbal de
manera que si se sustituye por otra, el chiste pierde su gracia.
En primer lugar se produce una abreviación: una parte o frase se pierde, dejando un sustituto
a partir del cual se puede reconstruir la frase, como un indicio. Una palabra se trasmuda en
otra y de éste producto léxico depende su carácter chistoso.
En el ejemplo que Freud nos brida en este texto, un señor expresa que “fue tratado
famillonarmente”. En realidad lo que quizo decir es que fue tratado de un modo familiar así
como lo hacen los millonarios. Entonces de la palabra familiar combinada con la palabra
millonario, se forma familionar como un producto mixto, una palabra neoformada, producto de
una condensación de ambos.
La segunda frase desaparece (millionar) dejando su componente más importante que se
fusiona con el elemento también esencial de la primera (familiar).
Por lo tanto, se podría resumir la técnica del chiste como condensación con formación
sustitutiva, en el ejemplo la formación sustitutiva es la palabra mixta, la cual en sí misma es
incomprensible, está provista de sentido en un contexto específico y es la q permite que el
chiste cause risa.
F a m i l i ar
M i l I o n a r
F a m i I i o n a r
“Has tomado algún baño?”, pregunta uno de ellos (el acento recae sobre “bañarse”)
“Cómo es eso?, falta alguno?” responde el otro (el acento recae en tomar un baño pero en el
sentido de poseer, de robar)
Se toma la palabra baño con doble sentido. Es la expresión “tomado un baño” la q posibilita
ese desplazamiento del acento, hay un desvío de la ilación del pensamiento de un sentido a
otro.
Es uno de los trabajos más importantes de Freud dado que fundamenta la existencia de procesos
psíquicos inconscientes y expone las diversas maneras en que usó el vocablo inconsciente
(descriptivo, dinámico y sistémico) Es preliminar a LO INCOSCIENTE (1915)
En el sentido lato, designa la forma en que Freud aislaba los aspectos teóricos centrales de su
teoría psicoanalítica, distinguiéndolos de las definiciones de la psiquiatría clásica de la época por el
establecimiento de su concepción innovadora acerca de la existencia de una causalidad psíquica.
(Es en este primer sentido que su colección de escritos de 1915 sobre Pulsiones y destinos de la
pulsión, La represión y Lo inconsciente se publicó bajo el título de Trabajos sobre metapsicología).
En un sentido estricto, Freud describe como análisis "metapsicológico" una manera precisa de ver
un proceso, mecanismo o fenómeno psíquico, considerando para su descripción tres aspectos:
a) Aspecto dinámico: Cuáles son las fuerzas en conflicto que intervienen en la dinámica de su
aparición y desarrollo;
c) Aspecto económico: cómo cambian las investiduras energéticas, qué ocurre a nivel de la
distribución y equilibrio de energía pulsional (aspecto económico).
Freud inicia su trabajo de Notas… enunciando que sólo en el psicoanálisis se atribuye el término
inconsciente.
Latencia: una representación puede estar presente en la conciencia y luego desaparecer de ella,
puede reflotar luego de un intervalo y hacerlo desde el recuerdo y no como una nueva percepción
sensorial, pero no podemos afirmar nada en cuanto a la forma de existencia en cuanto a la vida
anímica y era latente en cuanto a consciencia.
Llama consciente a la representación que esta presente en nuestra conciencia y de las que nos
percatamos, en cambio las latentes están contenidas en la vida anímica las llama inconscientes
(representaciones de las que no nos percatamos)
Represión:
(Con frecuencia Freud se refiere a la represión también para designar en general los procesos
defensivos psíquicos. En este sentido más amplio, represión es un concepto genérico e
indistiguible del de "defensa". Sólo a partir de 1926, cuando Freud anuncia que preferirá en lo
sucesivo distinguir claramente entre "defensa" y "represión", se establece el uso del primer
término para designar a los diversos mecanismos de los que se sirve el yo para administrar y
manejar sus conflictos (por ejemplo entre proveer el máximo de satisfacción pulsional posible,
pero evitando el displacer que podrían conllevar) y el uso más restringido del segundo término
para el mecanismo específico de la neurosis histérica. En la primera tópica freudiana (que divide la
psique en consciente, preconsciente e inconsciente) la represión es una operación que realiza la
censura situada en la frontera entre los sistemas consciente y preconsciente, mientras que en la
segunda tópica, en la que Freud ya ha presentado un modelo estructural de la psique (Ello, Yo y
Superyó) y ha definido un Yo que es sólo parcialmente consciente, la represión es definida como
un proceso defensivo del yo inconsciente. Freud planteará entonces que lo reprimido como parte
del Yo se fusiona con el Ello.5)
En el texto “La represión” (1915) Freud distingue tres tiempos o momentos de la represión:
(Tras la revisión de la idea inicial, y con la nueva descripción de un retorno de lo reprimido como
un tercer tiempo (diferenciado de la represión misma), se abre para Freud la posibilidad de hacer
distinciones más precisas acerca de la formación de síntomas en las diferentes formas de la
neurosis y describir otros mecanismos específicos (desplazamiento, condensación, conversión) a
través de los cuales se produce el retorno en la fobia, en la neurosis obsesiva y en la histeria.)
En efecto, en un solo y mismo acto (la represión originaria) la pulsión se fija a un representante y
se constituye el inconsciente: «Tenemos [...] razones para admitir una represión originaria, una
primera fase de la represión consistente en que el representante psíquico (representativo) de la
pulsión ve rehusado el acceso a la conciencia. Con ello se produce una fijación; el representante
correspondiente perdura, a partir de este momento, de forma inalterable, y la pulsión queda
ligada a él». En este pasaje, el término «fijación» evoca dos ideas al mismo tiempo: la que se halla
en el centro de la concepción genética, de una fijación de la pulsión a una fase o a un objeto, y la
idea de inscripción de la pulsión en el inconsciente.
Freud introdujo muy pronto el concepto de afecto como descarga masiva (gasto) de energía
pulsional o como tonalidad general y difusa, lo que antiguamente llamábamos humor. Lo identificó
como uno de los dos representantes de la pulsión: expresión cualitativa de la cantidad de energía
pulsional y de sus variaciones, el afecto acompaña al representante-representativo de la pulsión,
al que está ligado o del que está separado. Freud admite que hay afectos sin representación, y
representaciones sin afecto, siguiendo cada uno un destino diferente. Por uno u otro de esos
representantes es que podemos saber algo de la pulsión
Esta concepción del afecto describe su origen, su especificidad y su valor en la economía y la
tópica intrapsíquicas. Freud piensa el afecto en términos de cantidad de investidura y en términos
de expresión psíquica de la cualidad de una experiencia que la palabra no puede traducir, y busca
su origen ante todo en un acontecimiento traumático al que no pudo corresponder una descarga
adecuada
Pulsión primero del lado de la fisiología. Esta nos ha proporcionado el concepto del estimulo y el
esquema del reflejo.
¿Qué relación mantiene la pulsión con el estimulo? La pulsión seria un estimulo para lo psíquico. Y
para este existen otros estímulos pulsionales.
Estímulos pulsionales y otros estímulos que influyen sobre el alma; el estimulo pulsional no
proviene del mundo exterior, sino del interior del propio organismo.
La pulsión no actúa como una fuerza de choque momentánea, sino siempre como una fuerza
constante. No ataca desde afuera, sino desde el interior del cuerpo, llamemos necesidad al
estimulo pulsional; lo que cancela esta necesidad es la satisfacción apropiada a la meta.
Estos estímulos son la marca de un mundo interior, el testimonio de unas necesidades pulsionales.
Las pulsiones y no los estímulos exteriores, son los genuinos motores de los progresos que han
llevado al sistema nervioso a su actual nivel de desarrollo.
La actividad del aparato psíquico, esta sometida al principio de placer, es decir, es regulada de
manera automática por sensaciones de la serie de placer-displacer.
El sentimiento de displacer tiene que ver con un incremento del estimulo, y el de placer con su
disminución.
Desde el aspecto biológico, pasamos a la consideración de la vida anímica, la pulsion nos aparece
como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un representante psíquico de
los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma.
Algunos términos que se usan en conexión con el concepto de pulsion, y son; esfuerzo, meta,
objeto, fuente de la pulsion.
Esfuerzo: (Drang) fuerza o empuje, posee una fuerza constante, es su factor motor, la suma de
fuerza o la medida de la exigencia de trabajo que ella representa. Es la esencia de la pulsión. Es el
efecto de que el objeto de la pulsión es un objeto perdido, de no haber se perdido entonces
existiría satisfacción plena.
Fuente: es el proceso somático (interior de un órgano o parte del cuerpo) cuyo estimulo es
representado en la vida anímica por la pulsión. Punto de anclaje de la pulsión en el cuerpo (zona
erógena), proceso excitante de un órgano, no se trata de una geografía anatómica sino de una
geografía libidinal. El órgano existe luego de la erogeneización del mismo. Zona de intercambio de
los cuidados maternales, depende de un estado de estimulación que para Freud supone una
medida de exigencia de trabajo para el aparato psíquico (algo a resolver).
Objeto : (Objekt) es aquello por lo cual se alcanza la meta. Aparece como perdido pero aparecen
objetos sustitutivos. (Por ejemplo, el pulgar en el niño ante la perdida de la teta, entonces
chupetea el pulgar), es de allí que Freud enuncia que es lo mas variable y contingente en la pulsión
y se asocia a la pulsión de acuerdo a su aptitud para posibilitar la satisfacción, no existe un único
objeto sustituto, ninguno alcanza a sustituir el objeto original. No necesariamente es un objeto
ajeno, puede ser también parte del cuerpo propio (autoerotismo) y también puede generar un
lazo íntimo con la pulsión (fijación)
(INSTINTO: Mientras la pulsión es una noción dinámica, en la que influye la propia experiencia
del sujeto y su historia ontogenética, vale decir, la referida al desarrollo de este, el instinto sería un
concepto más estático y netamente congénito, heredado genéticamente. El instinto es típico de
los animales no racionales. Mientras que el instinto posee objetos precisos e inamovibles para su
satisfacción, las pulsiones carecen de objetos fijos, predeterminados)
Tipos de fijación. Freud distingue: 1] la fijación de una pulsión parcial que en el desarrollo de la
libido no se subordina a la organización genital de la sexualidad, sino que continúa buscando
satisfacciones independientes, como en el caso de las perversiones, en las cuales la pulsión no
busca su satisfacción en el coito; 2] la fijación a una fase de la sexualidad pregenital, por lo que una
parte de la libido no logra desarrollarse y queda fijada en la fase oral, anal o fálica ; 3] la fijación al
objeto, por lo que por ejemplo una niña puede quedar fijada a la madre, en cuanto objeto
preedípico, sin lograr establecer con el padre una relación edípica positiva; 4] la fijación a una
experiencia traumática que después se manifiesta en las neurosis traumáticas.
Las pulsiones sexuales, están determinadas por el principio del placer y se apuntalan sobre las
anteriores. Se caracterizan por ser numerosas, pues brotan de múltiples fuentes orgánicas, y por
ser independientes al principio, ya que buscan el placer de órgano, y recién después se sintetizan
para entrar al servicio de la reproducción.
Los destinos de las pulsiones son formas de defensa contra las pulsiones, contra si misma, existen
dos destinos que son defensa de toda pulsión: sublimación y represión.
El trastorno hacia lo contrario; se resuelve, ante una consideración mas atenta, en dos procesos
diversos; la vuelta de una pulsion de la actividad a la pasividad, y el trastorno en cuanto al
contenido: por ejemplo pasar del sadismo (pegar) al masoquismo (ser pegado), o del voyeurismo
(mirar) al exhibicionismo (ser mirado). El trastorno solo atañe a las metas de la pulsion, la meta
activa es reemplazada por la pasiva.
La vuelta hacia la persona propia; se nos hace mas comprensible si pensamos que el masoquismo
es sin duda un sadismo vuelto hacia el yo propio.(hacerse sufrir a sí mismo) Y la exhibición lleva
incluido el mirarse el cuerpo propio. Lo esencial es el cambio de objeto, mantienen la meta
inalterada.
c) La represión (en capítulo aparte), Freud la ubica como parte del concepto del pulsión.
d) La sublimación (no la describe en este escrito): es un destino de pulsión sin represión. Destino
en el cual se adquieren los logros culturales. Es la capacidad de producir algo diferente con la
pulsión que no sea la represión y la consiguiente neurosis. Se dice que una pulsión se sublima en la
medida en que es derivada hacia un nuevo fin, no sexual, y apunta hacia objetos socialmente
valorados como la ciencia o el arte. Implica esencialmente un cambio de fin, pero también un
cambio de objeto.
Apuntalamiento: En la última parte de los Tres ensayos de teoría sexual Freud va más allá de esta
conceptualización, y describe el emplazamiento del modelo original de la elección de objeto. En un
primer momento, el objeto de la pulsión sexual es "exterior al propio cuerpo". Más tarde, cuando
"se vuelve posible para el niño formar la representación global de la persona a la que pertenece el
órgano que le procuraba la satisfacción", la pulsión sexual pierde ese objeto para convertirse en
autoerótica, "y la relación original sólo se restablece una vez superado el momento de latencia El
descubrimiento del objeto es en verdad un redescubrimiento." En 1914, en su artículo
"Introducción del narcisismo", Freud modifica su concepción del dualismo pulsional, y distingue
dos tipos de elección de objeto. La primera, que había descrito en 1905, no cambia, pero en
adelante es denominada elección de objeto por apuntalamiento. Sigue el modelo del
apuntalamiento de la pulsión sexual: "Este apuntalamiento -escribe Freud- continúa revelándose
en el hecho de que las personas que tienen que ver con la alimentación, el cuidado, la protección
del niño, se convierten en los primeros objetos sexuales". El segundo tipo de elección de objeto,
llamado elección de objeto narcisista, no sigue el modo de la búsqueda de una relación con un
objeto exterior, sino el de la relación del individuo consigo mismo. La esencia del apuntalamiento
está en la simultaneidad de dos operaciones, "...una relación y una oposición entre las pulsiones
sexuales y las pulsiones de autoconservación". "Lo descrito por Freud es un fenómeno de apoyo
de la pulsión, el hecho de que la sexualidad naciente está apuntalada por otro proceso similar y a
la vez profundamente divergente: la pulsión sexual es apuntalada por una función no sexual,
vital..."
Sin recurrir a un objeto exterior; Sin referencia a una imagen unificada del cuerpo, a un primer
esbozo del yo, como el que caracteriza el narcisismo. Los instintos autoeróticos existen
primordialmente antes del desarrollo del yo: cuando éste se desarrolla, se instaura el narcisismo.
Pero fue el importante trabajo de Freud de 1914 "Introducción del narcisismo" el que dio
categoría oficial al concepto del narcisismo en el psicoanálisis. Comienza este estudio refiriéndose
al narcisismo como descripción clínica de los casos en que el individuo toma como objeto sexual a
su propio cuerpo, considerándolo una perversión que ha acaparado toda la vida sexual del
individuo. Sin embargo aclara que el psicoanálisis descubre aspectos de esta conducta narcisista
en otras perturbaciones como por ejemplo, en la homosexualidad. También la dificultad
del análisis de neuróticos con rasgos narcisistas lo conduce a pensar que se dan localizaciones
narcisistas de la libido en toda evolución sexual normal. De este modo, el narcisismo se presenta
ya no sólo como perversión, sino como complemento libidinoso de la pulsión de
autoconservación.
La idea del narcisismo como fase evolutiva surge al tratar de explicar la esquizofrenia aplicando la
teoría de la libido. Compara los parafrénicos a los neuróticos y observa que ambos pierden su
relación con la realidad. Pero mientras en los histéricos y neuróticos obsesivos se conserva el
vínculo erótico con los objetos en la fantasía (sustitución), los parafrénicos parecen haber retirado
su libido del mundo exterior sin realizar sustitución alguna. El destino de esta libido sustraída lo
constituye el yo, surgiendo de este modo un estado narcisista.
Freud establece aquí que la manía de grandeza es la intensificación de un estado anterior que "nos
vemos llevados a concebir el narcisismo que nace por replegamiento de las investiduras de objeto
como un narcisismo secundario que se edifica sobre la base de otro, primario, oscurecido por
múltiples influencias.... Nos formamos la imagen de una originaria investidura libidinal del yo,
cedida después a los objetos; empero, considerada en su fondo, ella persiste, y es a las
investiduras de objeto como el cuerpo de una ameba a los seudópodos que emite....Vemos
también a grandes rasgos una oposición entre libido yoica y la libido de objeto. Cuanto más gasta
una, tanto más se empobrece la otra.[9] Desde esta perspectiva, la libido objetal en su máximo
desarrollo caracteriza el estado amoroso, mientras que a la inversa, la libido del yo en su mayor
expansión da fundamento al fantasma del fin del mundo en el paranoico.
Además de las parafrenias que constituyen un excelente acceso para el estudio del narcisismo, los
otros caminos que propone Freud en esta obra lo constituyen el estudio de la enfermedad
orgánica, de la hipocondría y de la vida erótica de los sexos. En el primer caso, el enfermo retrae a
su yo sus cargas libidinales a fin de destinarlas a su curación. El hipocondríaco retrae su interés y
su libido de los objetos del mundo exterior y concentra ambos sobre el órgano que lo preocupa. El
niño toma sus objetos sexuales de sus experiencias de satisfacción, provenientes de los cuidados
de sus primeros objetos sexuales que son aquellas personas a cuyo cuidado se halla. Esta primera
fuente de elección de objeto que Freud llama de apuntalamiento (o tipo anaclítico) se diferencia
de la que realizan los perversos y homosexuales, quienes eligen sobre un modelo narcisista.
Luego Freud se pregunta por el destino de la libido yoica en el adulto normal. Lo explica por la
represión que parte del yo, de la propia estimación del yo. Se entiende ese destino de la libido
apuntando a la construcción en el interior de sí un ideal por el cual mide su yo actual. "La
formación de ideal sería, de parte del yo, la condición de la represión. Y sobre este yo ideal recae
ahora el amor de sí mismo de que en la infancia gozó el yo real". Sustituye el narcisismo por su
ideal, configurándose así una ubicación tópica permanente para el narcisismo[10]
Para Hornstein (2000) "cuando se instaura el ideal del yo, la pulsión ya no persigue una descarga
automática y el placer ya no resulta de una simple baja de tensión. En este estado de narcisismo
secundario, la relación recíproca que una vez tuvo lugar dentro de la unidad madre – niño, se
reproduce ahora intrapsíquicamente. Se hace posible la regulación interna de la autoestima[11]El
ideal del yo es una "operación de rescate" del narcisismo apuntalado en su nostalgia por la época
en que era para sí su propio ideal.... El anhelo del niño de llegar a "ser grande" aspira a
reconquistar la perfección perdida."
El desarrollo teórico que constituye este texto de 1914, implica una primera revisión de la teoría
de las pulsiones, desapareciendo la separación entre pulsiones del yo y pulsiones sexuales[12]y
quedando el yo como el "gran depósito de libido" bosquejando el narcisismo que posteriormente
en su obra, se convertirá en el ideal del yo.
En este texto Freud aporta esencialmente la idea de la existencia de dos tipos fundamentales de
elección de objeto amoroso, y la descripción de la elección objetal narcisista.El primero, se
distingue por tomar por objetos sexuales aquellos que están asociados a vivencias de satisfacción.
Dice Freud “las primeras satisfacciones sexuales autoeróticas son vivenciadas a remolque de
funciones vitales que sirven para la autoconservación. Las pulsiones sexuales se apuntalan al
principio en la satisfacción de las pulsiones yoicas, y solo más tarde se independizan de ellas”.2
De esta manera, los primeros objetos sexuales para el niño serán sobre todo, su madre o su
sustituto.
El segundo tipo de elección de objeto, llamado por Freud de tipo Narcisista, cae del lado de lo
patológico, ya que Freud lo asocia a la perversión y a la homosexualidad. En estos casos, la
elección de objeto no se hace a partir del modelo de la madre como en el anterior, sino que se
elige la propia persona. Dice Freud “manifiestamente se buscan a sí mismos como objeto de amor,
exhiben el tipo de elección de objeto que ha de llamarse narcisista”.
De este modo, Freud distingue dos tipos de elección de objeto, sin embargo nos aclara que no
debemos separar los dos tipos de manera tajante, sino que propone la siguiente hipótesis. “Todo
ser humano tiene abiertos frente a sí ambos caminos para la elección de objeto, pudiendo preferir
uno u otro. Decimos que tiene dos objetos sexuales originarios: él mismo y la mujer que lo crió”.3
Ideal del yo: El ideal del yo es un concepto psicoanalítico clave, porque constituye un eslabón
entre la primera tópica freudiana, en la que se define un modelo espacial del aparato psíquico,
dividido en zonas (inconsciente, preconsciente y consciente) y el paso hacia la definición de un
modelo estructural de la psique (en la segunda tópica) en la que Freud distingue las tres instancias
conocidas como Ello, Yo y Superyó. En particular, el concepto de ideal del yo, es fundamental en el
edificio teórico freudiano para poder postular y describir el funcionamiento del Superyó
En este escrito, Freud postula que lo que se proyecta en el ideal de yo viene a ocupar un lugar
sustituto del narcisimo infantil perdido. Este estado narcisista temprano, en el que el niño es
todopoderoso, iría decayendo paulatinamente debido a las consecuencias del establecimiento de
relaciones con otros («relaciones de objeto») significativas, principalmente con los progenitores o
con quienes ocupen su lugar funcional y se abandonaría, principalmente por la censura y crítica
que los padres ejercen sobre actuar infantil. La declinación definitiva del narcisismo primario
coincide con la declinación del complejo de Edipo. En su lugar aparece esta instancia del ideal del
yo. En el texto se intenta establecer sin embargo, un cierto encuadre o demarcación de esta
instancia psíquica como algo independiente de la mera internalización de las figuras parentales
censuradoras.
Unidad 4: sexualidad
ZONA EROGENA: Toda región del revestimiento cutáneo-mucoso puede funcionar como zona
erógena, y Freud extiende incluso la propiedad llamada erogeneidad a todos los órganos internos:
«Hablando con propiedad, todo el cuerpo es una zona erógena». Pero algunas zonas parecen
«predestinadas» a esta función.
La Libido y su recorrido:
Situamos por tanto el desarrollo libidinal, desde el surgimiento de la sexualidad infantil, pasando
por el autoerotismo hasta el viraje de la organización de todas las pulsiones bajo la primacía de los
genitales, tomando como objeto amoroso un objeto total.
Dentro de la teoría de la libido, el concepto de catexis (o también catexia) ocupa un lugar central.
Pero vayamos por partes, y empecemos con un ejemplo familiar.
Un cuerpo cualquiera puede adquirir energía. Por ejemplo un cuerpo puede cargarse con
electricidad. Del mismo modo un objeto puede cargarse con energía libidinal, como cuando nos
enamoramos de alguien. Esa cantidad de libido que está cargando por ejemplo un objeto se llama
catexis. Veamos definiciones más técnicas:
INVESTIDURA: Otro vocablo para designar la catexis. Por ejemplo investidura libidinal equivale a
catexia libidinal, investidura de objeto a catexia de objeto, desinvestidura a descatectización,
investidura del yo a catexia del yo, etc. ‘Investidura’ también puede designar el proceso de
formación de catexias. Por ejemplo: investidura del yo equivale a catectizar al yo.
La organización libidinal se compone de ciertas fases llamadas pregenitales – oral y anal- como
asimismo por la fase genital infantil o fase fálica que se interrumpe por el período de latencia
sexual hasta la instauración en la pubertad, de la genitalidad del adulto.
En la fase oral el niño obtiene satisfacción a través del pecho materno- objeto- es decir que ésta
estaría apuntalada en la necesidad de alimento- una de las funciones que sirven a la conservación
de la vida-.
Al principio la satisfacción está conectada a la nutrición y los labios y mucosas bucales constituyen
una zona erógena. La meta sexual es la satisfacción obtenida por incorporación del objeto. No hay
aún opuestos pulsionales porque si bien el niño comienza tomando un objeto ajeno para su
satisfacción, el pecho materno no está fuera de él, hay indistinción. Lentamente se van separando
la nutrición de la satisfacción sexual- época del destete, dentición- y queda un residuo que es el
chupeteo. Esto se produce cuando se vuelve hacia su cuerpo propio, es decir que halla el objeto
allí y convierte la actividad en autoerótica. La meta o fin es la satisfacción derivada del chupeteo,
que es un contacto de succión que ya no tiene por fin la nutrición.
En la fase anal el niño obtiene una satisfacción que se apuntala en la función corporal de la
eliminación de heces. Al adquirir el control de esfínteres anales, el pequeño regula esta actividad a
través de la retención y expulsión- constituida como meta sexual- que provocan intensas
sensaciones en la mucosa del recto. Con la musculatura del recto retienen y logran una gran
excitación en la mucosa intestinal expulsando con placer. Ubicamos dicha actividad y pasividad
como opuestos pulsionales: activamente retiene y expulsa, través de la musculatura- pulsión de
apoderamiento, de dominio del objeto- y recibe pasivamente el placer en la mucosa erógena del
intestino. Recibe pasivamente las excitaciones que activamente produce.
Debemos aclarar que el niño retiene para procurarse placer en su propio cuerpo, placer
autoerótico, pero también para marcar su relación con el medio.
Las zonas erógenas son regiones de la piel y mucosas que se van estableciendo en el cuerpo por la
libidinización materna, es decir que determinadas estimulaciones que recibe de sus cuidados van
provocando sensaciones placenteras que las configuran. Si bien hay zonas predestinadas, zonas de
intercambio con el ambiente que suscitan en la madre mucha atención – boca por donde el niño
incorpora, vejiga y ano por donde elimina- cualquier sector se puede erogenizar
Cuando el pequeño descubre sus genitales y las sensaciones que le proveen se establece la fase
fálica u organización genital infantil, tan vasta en consecuencias. Esta fase declina con un disminuir
en el fluir de las pulsiones y a este período Freud lo denomina “Latencia sexual”, término acuñado
por Fliess, que se caracteriza por la aparición de inhibiciones de la pulsión sexual en forma de
diques anímicos –angostamientos en el paso- que detienen en parte el flujo de las pulsiones y
constituyen verdaderas formaciones reactivas, es decir actitudes de sentido opuesto a un deseo
sofocado, que se presentan como reacción contra éste. Por ejemplo el pudor que se opone a
tendencias exhibicionistas. Este período se interrumpe con la pubertad o establecimiento de la
organización sexual del adulto propiamente dicha.
Perverso polimorfo: Durante las fases pregenitales y en la fase fálica el niño se permite todo, de
nada se priva. Todas las pulsiones en forma independiente buscan manifestarse y satisfacerse. La
sexualidad infantil es polimorfa, adquiere múltiples formas, son múltiples las vías de satisfacción.
Dice además que es una sexualidad perversa porque no tiene por fin el coito reproductivo.
El niño encuentra satisfacción en su propio cuerpo, de manera autoerótica, así sin tropiezos
morales obtiene placer de cada pulsión parcial. Esto marca una diferencia con la pubertad, en que
las pulsiones parciales quedan subordinadas al primado genital. Es decir que la satisfacción de
cada pulsión parcial sería una preparación para el acto sexual. Para el adulto perverso no hay
primacía genital, y se detiene en el placer de esas acciones preliminares, que son un fin en sí
mismo. Por eso el niño que busca una ganancia de placer de cada una de las pulsiones parciales
por separado, se comportaría como un perverso. Expresa Freud que el niño es un perverso
polimorfo.
Esto nos lleva a comprender que a los órganos del cuerpo tienen una significación sexual
“erógena”. Estas manifestaciones deben ser situadas en el inconsciente. Los síntomas de la
neurosis obsesiva sirven para defenderse contra los deseos perversos o expresan la lucha entre la
satisfacción y la defensa. ((formaciones del inconsciente/ formaciones de compromiso))
*El análisis de los síntomas en los adultos, los recuerdos conducían a la infancia. -Todas las
inclinaciones perversas arraigan en la infancia.-
Las primeras mociones de la sexualidad infantil aparecen en la etapa de lactancia, cuando toma la
teta de la mamá, la satisfacción de cuando está satisfecho una vez que ya recibió el alimento, lo
que se repetirá más tarde con la vivencia del orgásmo. La Libido está destinada a nombrar la
fuerza por la cual se exterioriza la Pulsión (Estímulo, fuerza biológica que provoca ciertas
conductas) en este caso sexual.
*Características :
La sexualidad infantil se comporta de manera autocrítica ya que satisface el propio cuerpo sin
necesidad de algo externo. Nace en apoyo con las funciones orgánicas (zona erógena). Serie de
pulsiones parciales buscan ganar placer, masturbación.
*Fases en el desarrollo de la sex. Infantil: Cada fase tiene su objeto en el cual desarrolla su
sexualidad.
Fase Oral: La actividad sexual es el chupeteo y su zona erógena es la boca.
Fase Anal: Su actividad sexual es excretar, retención o eliminación. Su zona erógena es el ano.
Fase Fálica: Es el descubrimiento de los órganos sexuales distintos en ambos sexos. Cuando el
varón descubre la vagina primero lo desmiente y luego cae en el Complejo de Castración (En el
varón se manifiesta con la angustia, miedo a perder el miembro; y en la niña se manifiesta con la
envidia del pene. Provocando que se aleje de la madre y se adhiera más a una figura paterna.)
*FREUD AMPLIA LA SEXUALIDAD CON EL PROPÓSITO DE SUSTENTAR LA TESIS SOBRE LA
CAUSACION SEXUAL DE LA NEUROSIS Y LA SIGNIFICACION SEXUAL DE LOS SINTOMAS, ABRCANDO
LA SEXUALIDAD DE LOS PERVERSOS Y LOS NIÑOS. Y NO LIMITANDOLA SOLAMENTE A LA
GENITALIDAD.
La fase oral y la anal son seguidas de la fase fálica, que está estrechamente ligada al complejo de
castración y al Edipo y supone el coronamiento de la sexualidad infantil. Dicha fase aparece
cuando el varón, hacia los dos o tres años, empieza a experimentar sensaciones voluptuosas
producidas por su órgano sexual. Desea poseer a la madre, erigiéndose en rival del padre antes
admirado. Pero también adopta la posición inversa: ternura con el padre y hostilidad a la madre
(Edipo invertido o negativo). Esta doble polaridad está relacionada con la bisexualidad de todo ser
humano, y es un efecto de ella.
En "La organización genital infantil" Freud escribe que no existe una primacía genital sino una
primacía del falo. ¿Qué significado tiene esto? Significa que en el imaginario humano el falo es la
representación de la potencia generadora y también del deseo sexual. La aparición de esta
representación se remonta a épocas prehistóricas, pues se la encuentra en el arte de las cavernas.
Es en tal sentido que existe una primacía organizadora del falo (no del pene) en el desarrollo
sexual del varón como de la niña, así como en las relaciones eróticas entre los sexos.
Al comienzo, el niño cree que todas las personas son fálicas y cuando descubre la falta de pene en
la mujer lo interpreta como castración, pero piensa que eso es algo que sólo le sucede a algunas, o
sea, no hace una generalización. Considera que las personas respetables como su madre
conservan el pene. El falo, en tanto que objeto de creencia, representa la no-carencia, la
perfección narcisista omnipotente.
Al descubrir la falta de pene en la mujer el niño percibe algo que contradice a la teoría sexual
infantil relativa a la presencia universal del pene, produciendo la consiguiente angustia. Lo
percibido desmiente algo que es del orden de las fantasías del niño, de igual manera que el temor
a la pérdida del pene se refiere más al objeto de una creencia que a un órgano real.
En un comienzo, todo hijo puede encontrarse en posicin fálica con respecto a la madre, sea niña o
varón; ser el falo de la madre significa colmarla siendo el objeto de su deseo. Aquí el falo es el
significante del deseo de la madre, tal como lo definió Lacan; es una señal, un signo de los objetos
propuestos por el deseo parental.
Vemos que el complejo de castración se inserta en el complejo de Edipo, del que es una parte,
siendo el que le otorga su sentido profundo, sobre todo, con su función normativa de prohibición
del incesto. El padre introduce la castración del niño y de la madre, pues interviene como privador
de la madre y también privando a la madre del niño como objeto fálico. El niño o la niña tienen
que dejar de ser el objeto de la madre, que debe donar su hijo a la cultura para que pase a ser
alguien en el mundo, en el universo social.
El Edipo femenino
El Edipo de la niña no es simétrico al del varón. Este sale del Edipo por la angustia de castración,
que lo incitará a renunciar a la madre como objeto sexual. La niña, en cambio, siente la ausencia
de pene como un perjuicio sufrido, que intenta negar, compensar o reparar. Se siente privada de
pene por la madre, y es el resentimiento que ello le produce lo que la aparta de la madre,
determinando su entrada en el Edipo al elegir al padre como objeto de amor, en la medida que él
podría darle el pene o su equivalencia simbólica, un niño. En ella el complejo se manifiesta en el
deseo de tener un hijo del padre, superando así la envidia del pene al establecerse la ecuación
simbólica pene-niño y relevando el deseo de tener un pene por el de tener un niño.
Contrariamente al varón, la niña debe desprenderse de un objeto del mismo sexo (la madre), para
investir otro de sexo diferente (el padre). Debe también pasar de la dominancia de la zona genital
clitoridiana, heredera de las investiduras orales y anales, que es más semejante al pene del niño, a
investir la vagina como órgano principal de placer. No hay, pues, un paralelismo exacto entre el
Edipo masculino y su homólogo femenino.
El complejo de Edipo parece ser más complicado, o menos claro, en la niña que en el niño. Si bien
tanto en un caso como en el otro la madre es el primer objeto erótico, no es tan clara la
explicación acerca de cómo llega la niña a renunciar a la madre y a tomar en su lugar al padre
como objeto amoroso. Al no incidir en ella la amenaza de castración, falta un incentivo para salir
del Edipo, que en su caso parece ser abandonado lentamente o puede persistir largo tiempo en la
vida anímica de la mujer. Al estudiar la sexualidad femenina Freud descubrió la importancia del
primitivo vínculo con la madre, que puede determinar que algunas mujeres queden fijadas a esta
primera relación (S. Tubert, 1988).
Vemos entonces que tanto la feminidad como la masculinidad no están aseguradas desde el
comienzo sino que se van estructurando a través del pasaje por la fase fálica y el complejo de
Edipo articulado con el complejo de castración.
Llamamos escena originaria o escena primaria a la relación sexual entre los padres, observada o
supuesta a partir de ciertos indicios y fantaseada por el niño. Forma parte de un grupo de fantasías
originarias que son transmitidas filogenéticamente y que se encuentran en todos los seres
humanos, sin que se pueda relacionarlas en cada caso, con escenas realmente vividas por el
individuo. Si la escena originaria es una representación del origen del sujeto, la fantasía de
castración, por ejemplo, vendría a dar una solución al enigma de la diferencia de los sexos,
mientras que la fantasía de seducción explicaría el origen del deseo.
La escena originaria es generalmente interpretada por el niño como un acto de violencia cometido
por el padre en una relación sadomasoquista, y es generadora de intensa angustia. La escena es un
organizador de elementos dispersos, tratando de dar una figuración a lo que está fuera de la
escena y que debe su violencia a la sombra de lo informe y lo incognoscible.
Esta escena forma parte del complejo edípico y constituye el núcleo duro del conflicto. La forma
en que cada uno ha integrado la escena de su concepción comandará el acceso a todo lo que le ha
precedido y se convertirá en algo así como el paradigma de su relación con el mundo.
Las vías de formación de síntoma: Desde sus orígenes, el psicoanálisis concibió un nuevo modo de
considerar los síntomas neuróticos. Si para la psiquiatría clásica el síntoma era el signo de la
enfermedad, para el psicoanálisis siempre se trató de un fenómeno subjetivo, expresión de un
conflicto inconsciente. Freud no buscaba oponer su doctrina a la psiquiatría, sino que afirmaba
que ambas disciplinas son complementarias. Sin embargo, alegó que el psicoanálisis tenía mucho
que aportar al esclarecimiento del sentido de los síntomas. ¿Por qué? Porque para el psicoanálisis
los síntomas poseen un sentido, el cual “reside en un vínculo con el vivenciar del paciente”1 . Cada
síntoma, cada operación fallida, cada sueño, cada manifestación del inconsciente, se entramará
siempre con la historia de ese sujeto particular, de modo particular. “La posibilidad de dar a los
síntomas neuróticos un sentido por medio de la interpretación analítica es una prueba
inconmovible de la existencia –o, si lo prefieren, de la existencia– de procesos anímicos
inconscientes”2 . Ahora bien, ¿de qué modo se produce ese entramado? ¿Cómo la historia, el
vivenciar de ese sujeto se pone en juego en la formación de síntomas? ¿De qué modo esos
procesos anímicos actúan y qué consecuencias tienen? Hay un concepto que resulta fundamental
para comprender esta dinámica psíquica de la formación de síntomas: el concepto de trauma. “La
expresión «traumática» no tiene otro sentido que el económico. La aplicamos a una vivencia que
en un breve lapso de tiempo provoca en la vida anímica un exceso tal en la intensidad de estímulo
que su tramitación o finiquitación por las vías normales fracasa, de donde por fuerza resultan
trastornos duraderos para la economía energética” 3 . Básicamente, se trata de magnitudes de
excitaciones, las cuales resultan intolerables para el aparato psíquico. No necesariamente se trata
de un único acontecimiento muy intenso. También puede tratarse de “una acumulación de
excitaciones, cada una de las cuales, tomada aisladamente, sería tolerable; falla ante todo el
principio de constancia, al ser incapaz el aparato de descargar la excitación”4 . En una primera
elaboración, Freud descompone la acción del trauma en, por lo menos, dos acontecimientos: “en
una primera escena, llamada de seducción, el niño sufre una tentativa sexual de parte de un
adulto, pero sin que esta despierte la excitación sexual; una segunda escena, ocurrida después de
la pubertad, evoca, por algún rasgo asociativo, la primera”5 . Esta fórmula, la vemos claramente
en el caso de Ema, donde el recuerdo de la primera escena desencadena las excitaciones sexuales
que desbordan al aparato psíquico. Ahora bien, ¿cuál de las dos escenas es la traumática? Lo es la
primera, pero solo con posterioridad. Es decir, al ser resignificada, adquiere el carácter sexual;
cobra eficacia patógena en la medida en que desencadena magnitudes de excitación interna.
Como vemos, esta teorización armoniza perfectamente con lo sostenido por Freud en sus
“Estudios sobre la histeria” (1895): “los histéricos sufren sobre todo de reminiscencias”. El
acontecimiento externo posee valor en la medida en que logra despertar una excitación de origen
interno. Por tanto, la eficacia de los acontecimientos externos se encuentra ligada íntimamente
con las fantasías que activan y con los volúmenes de excitaciones que desencadenan. De este
modo, lo traumático no se reduce solo a un acontecimiento externo, sino que eso sucedido, para
tener eficacia patógena, se debe enlazar con el vivenciar del sujeto, con su historia. Así, para
explicar la etiología de la neurosis, Freud recurre al concepto de series complementarias. De este
modo, Freud se libera de la obligación de tener que definir un elemento endógeno o exógeno
como la causación de la neurosis, ya que ambos participan activamente y de modo
complementario en la etiología de la neurosis. A continuación, reproducimos el esquema nos
brinda Freud de las series complementarias6 : Constitución Sexual (vivenciar prehistórico) +
Vivenciar infantil = Predisposición por fijación libidinal + Vivenciar accidental (traumático) [del
adulto] = NEUROSIS
Ahora bien, sabemos que los elementos de la primera serie, determinan un modo particular de
satisfacción pulsional, propio para cada sujeto, la cual tenderá a buscar y repetir. Por eso, de la
conjunción de esos elementos, obtenemos la predisposición por fijación libidinal. Esa modalidad
de satisfacción pulsional, modalidad por entero infantil, ahora en la adultez, resulta inconciliable
con el yo. Aquello que en la infancia era permitido sin inhibiciones ni frustraciones, ahora no
cuenta con el acuerdo del yo. “Lo que otrora fue para el individuo una satisfacción, está destinado
en verdad, a provocar hoy resistencia o su repugnancia”7 . Por tanto, esa libido que busca la
satisfacción al modo infantil, ahora verá su desarrollo frustrado. La libido insatisfecha, rechazada
por la realidad, ahora deberá buscar otros caminos para su satisfacción. No nos olvidemos cuál es
la característica fundamental de la pulsión: el ser una fuerza constante, ser un empuje
permanente. Ese nuevo camino, se enlaza con los caminos de formación de síntoma. Por tanto, los
síntomas crean una sustitución para la satisfacción frustrada. La libido insatisfecha emprenderá un
camino regresivo. ¿Hacia dónde? Hacia los puntos de fijación, a épocas anteriores en las cuales no
hubo frustración sino satisfacción. La libido, entonces, inviste regresivamente las posiciones que
había abandonado, pero a las que aún queda ligada, adherida por ciertos montos. Resulta
necesario intercalar en este camino un elemento más: las fantasías. ¿Por qué? Porque en ellas se
conserva los objetos y orientaciones de la libido resignados en la realidad. Allí, en la fantasía, no
hay conflicto ni frustraciones. Por eso, Freud compara al reino de las fantasías con los parques
naciones. “El parque natural conserva ese antiguo estado en que todos los otros lugares se
sacrificó, con pena, a la necesidad objetiva. Ahí tiene permitido pulular y crecer todo lo que quiera
hacerlo, aún lo inútil, hasta lo dañino. Una reserva así, sustraída del principio de realidad, es
también en el alma el reino de la fantasía”8 . Antes de continuar avanzando en el camino de la
formación de síntomas, veamos qué es lo que tenemos hasta ahora. Hemos visto que, como
consecuencia de una frustración, la cual entendemos como todo aquello que impide a la libido
alcanzar la satisfacción, nos encontramos con un monto de libido que permanece ahora
insatisfecha. Esta libido, deberá encontrar otra vía para alcanzar la satisfacción. Por tanto,
emprende un camino regresivo hacia los puntos de fijación que dejó tras sí en su desarrollo. Pero
para poder alcanzar dicho puntos, “la libido no tiene más que volver a las fantasías para hallar
desde allí el camino a cada fijación reprimida” 9 . Ahora bien, estas fantasías gozan de cierta
tolerancia, por lo que no se presenta conflicto alguno entre ellas y el yo, siempre y cuando se
mantenga una condición. Se trata de una condición económica, vale decir, cuantitativa. No habrá
conflicto, a condición de que se no se supere cierto umbral energético. Por tanto, hasta que no se
haya violado esta condición, no hay conflicto, no hay síntoma. El conflicto sobrevendrá cuando la
fantasía quede sobreinvestida. La fantasía, ya contaba con investidura propia, pero al recibir la
investidura proveniente de la libido regrediente, ahora cuenta con un mayor quantum de
investidura. “Por este aflujo la investidura energética de la fantasía se eleva tanto que ellas se
vuelven exigentes, desarrollan un esfuerzo, orientado hacia la realización (…) esto hace inevitable
el conflicto. Si antes fueron preconscientes o conscientes, ahora son sometidas a la represión por
parte del yo y libradas a la atracción del inconsciente. Desde las fantasías ahora inconscientes, la
libido vuelve a migrar hasta sus orígenes en el inconsciente, hasta sus propios lugares de
fijación”10 . De este modo, la fantasía es reprimida, evitando su acceso a la conciencia. Pero la
investidura, el afecto, el cual no sucumbe a los efectos de la represión, deberá tener un nuevo
destino. Aquí es donde la subjetividad también aporta su cuota. El destino de ese afecto,
dependerá de la constitución subjetiva de ese sujeto en particular, de las posibilidades con las que
cuente para tramitarlo. Es decir, si bien podemos realizar una descripción general de los caminos
de formación de síntoma en la neurosis, el síntoma que resulte en cada caso, será individual,
particular de cada sujeto. Vemos como de este modo, Freud no solo concibe una dinámica en
relación a la formación de síntomas, sino que también tiene en cuenta la cuestión económica. “El
conflicto entre dos aspiraciones no estalla antes que se hayan alcanzado ciertas intensidades de
investidura, por más que preexistan las condiciones de contenido”
La angustia
La angustia es una experiencia emocional penosa producida por excitaciones de los órganos
internos del cuerpo; es un estado conciente que puede ser distinguido subjetivamente por la
persona, de otras experiencias de dolor, depresión, melancolía y tensiones producidas por el
hambre, la sed, el sexo y otras necesidades corporales
No existe la angustia inconsciente, así como tampoco existe el dolor inconsciente
Angustia es sinónimo de miedo; Freud distinguió 3 tipos de angustia: Angustia Real, Angustia
neurótica y Angustia moral. Estos 3 tipos, difieren solo respecto de sus fuentes:
ANGUSTIA REAL: Es una experiencia emocional penosa que se produce al percibir un peligro en el
mundo externo. La percepción del peligro y el surgimiento de la angustia pueden ser innatos. Los
temores se adquieren mas fácilmente durante la infancia. Las experiencias que colman de angustia
se llaman traumáticas, porque reducen a la persona a un estado infantil de invalidez. El prototipo
de todas las experiencias traumáticas es el trauma del nacimiento. Todos los miedos se relacionan
con las primeras experiencias de desvalidez y derivan de ellas; por eso es tan importante proteger
al niño pequeño de experiencias traumáticas.
ANGUSTIA NEUROTICA: Es provocada por la percepción de un peligro proveniente de los instintos.
Puede manifestarse en 3 formas: a) Aprensión flotante: Esta angustia caracteriza a la persona
nerviosa que siempre esta esperando que ocurra algo terrible, esta persona tiene miedo de su
propio ello; b) La Fobia: es un miedo intenso e irracional y se da de esta forma porque la fuente
principal de la angustia se encuentra en el ello mas que en el mundo externo. El rasgo
característico de la fobia es que la intensidad del miedo no guarda proporción alguna con la
peligrosidad del objeto que la persona teme. Detrás de cada miedo neurótico hay un deseo
primitivo del ello por el objeto que se teme. La persona desea lo que teme, o desea algo asociado
con el objeto temido o simbolizado por este. c) La tercera forma de angustia neurótica se observa
en reacciones de pánico o casi pánico. Estas reacciones se manifiestan repentinamente ,
aparentemente sin ser provocadas. A veces se lee que una persona enloqueció y disparo contra
diversos individuos a quienes no conocía y que no le habían hecho nada. Mas tarde no pudo
explicar porque hizo tal cosa. Estas reacciones son ejemplos del comportamiento de descarga cuya
finalidad es liberar a la persona de una angustia neurótica excesivamente penosa, haciendo lo que
el ello exige, a pesar de las prohibiciones del yo y del superyó. El pánico es una forma de reacción
extrema que se manifiesta en formas menos violentas. La angustia neurótica se basa en la angustia
real en el sentido de que una persona tiene que asociar una demanda instintiva con un peligro
externo antes de que aprenda a temer sus instintos. La angustia neurótica no es posesión exclusiva
de la gente neurótica. La gente normal también experimenta angustia neurótica, pero esta no
domina su vida en el mismo grado en que lo hace en la vida de los neuróticos
ANGUSTIA MORAL: Se experimenta como sentimientos de culpa o de vergüenza en el yo, es
suscitada por la percepción de un peligro proveniente de la conciencia moral. El miedo original del
que deriva la angustia moral es un miedo objetivo: el miedo a los padres que castigan. El conflicto
es puramente intrapsiquico, ya que la angustia moral es una consecuencia del miedo objetivo a los
padres. La angustia moral tiene lazos estrechos con la angustia neurótica; y estos lazos son creados
por la disciplina del los padres que en gran parte se dirigen contra la expresión de impulsos
sexuales y agresivos. En la angustia neurótica y moral el peligro no esta en el mundo externo ni en
un daño físico doloroso o una privación física la que la persona teme. ¿ Que teme entonces? Tiene
miedo del miedo en si. Esto es evidente en el caso de sentimientos de culpa que son directamente
penosos para la persona
La distinción entre los 3 tipos de angustia, no quiere decir que la persona que experimenta la
angustia se de cuenta de su fuente real. Puede pensar que tiene miedo a algo del mundo exterior,
cuando en realidad su miedo surge de un peligro impulsivo o de una amenaza del superyó. Un
estado de angustia puede tener mas de una fuente, o también pueden mezclarse las tres.
UNIDAD 6:
NERUROSIS TRAUMATICA:
“Fort da” : Con respecto al juego infantil, va a tomar “el primer juego autocreado” de un niño
de un año y medio, su propio nieto. Cuenta Freud que este niño “... exhibía el hábito de arrojar
lejos de sí, a un rincón o debajo de la cama, todos los pequeños objetos que hallaba a su alcance, y
al hacerlo profería, con expresión de interés y satisfacción, un fuerte y prolongado “o-o-o-o”, que,
según la interpretación de la madre y del propio Freud, significaba “Fort” (se fue) Freud se
pregunta por el sentido de esa “acción enigmática y repetida de continuo”, y deduce que se
trataba de un juego en el que el niño no hacía otro uso de sus juguetes que el de jugar a que “se
iban”. La observación que corrobora esta afirmación la lleva a cabo un día cuando el niño, que
tenía un carretel de madera atado con un piolín, arrojaba el carretel detrás de la baranda de su
cuna, haciéndolo desaparecer de su vista y pronunciando su “o-o-o-o”. Después tiraba del piolín y
volvía a sacar el carretel de la cuna, “saludando ahora su aparición con un amistoso “Da” (acá
está)”. Freud ubica en distinto nivel estos dos fonemas (fort y da) destacando que el juego
completo consistía en “desaparecer y volver”. Pero, la mayoría de las veces el niño ejecutaba
solamente el primer acto, “repetido incansablemente en calidad de juego, aunque el mayor placer
–en relación con el principio de placer- correspondía al segundo”. Es decir, lo que se repetía como
juego era el Fort. La interpretación que Freud hace de este juego apunta a la “renuncia pulsional
(renuncia a la satisfacción pulsional) de admitir sin protestas la partida de la madre”. “Se resarcía –
de esa ausencia- escenificando por sí mismo, con los objetos a su alcance, ese desaparecer y
regresar”. Pero, a pesar de esta afirmación, el interés de Freud se dirige a otro punto. Es imposible
que la partida de la madre le resultara agradable o indiferente. Entonces, ¿cómo se concilia con el
principio de placer que repitiese, en calidad de juego, una vivencia que, para el niño era penosa?
Se responderá, dice Freud, que jugaba a la partida porque era la condición previa de la gozosa
reaparición, la cual contendría el genuino propósito del juego. Pero lo contradice la observación de
que el primer acto del juego, el de la partida, era escenificado por sí solo y, en verdad con una
frecuencia incomparablemente mayor que el juego íntegro con su final placentero.
¿Pero que es lo que Freud entiende en este momento de este concepto de neurosis de
transferencia?
"Todas estas dolorosas situaciones afectivas y todos estos sucesos indeseados son resucitados con
gran habilidad y repetidos por los neuróticos en la transferencia. El enfermo tiende entonces a la
interrupción de la cura, aún no terminada, y sabe crearse de nuevo la impresión de desprecio,
obligando al médico a dirigirle duras palabras y a tratarle con frialdad. Halla los objetos apropiados
para sus celos y sustituye el ansiado niño de la época primitiva por el propósito o promesa de un
gran regalo, que en la mayoría de los casos llega a ser tan real como aquel. " 25
El psicoanalista tendría que dar a todos los síntomas una nueva significación transferencial. En el
texto que nos ocupa Freud enuncia a propósito de la repetición en la cura: "El enfermo no puede
recordar todo lo que hay en él de reprimido, acaso justamente lo esencial...se ve forzado a repetir
lo reprimido. Esta reproducción tiene siempre por contenido un fragmento de la vida sexual
infantil, y por tanto del complejo de Edipo y sus ramificaciones; y regularmente se juega (se
escenifica) en el terreno de la transferencia, esto es, en relación con el médico. Cuando en el
tratamiento las cosas se han llevado hasta este punto, puede decirse que la anterior neurosis ha
sido sustituida por una nueva, una neurosis de transferencia." 26. Podemos apreciar que este
concepto de neurosis de transferencia está íntimamente articulado con la noción de repetición. De
hecho, no tiene eso nada de sorprendente si recordamos que para Freud, la transferencia es
repetición. “La transferencia misma es sólo una pieza de repetición, y la repetición es la
transferencia del pasado olvidado”
Segunda tópica: Yo, Superyó, Ello
Lo importante, a mi criterio, antes de explicar qué funciones y qué relaciones hay entre las
instancias y cual es la dinámica, es importante explicar como se constituyen, como se van
diferenciando, es decir como se estructura el aparato psíquico. Y cómo al mismo tiempo se van
estructurando la identidad sexual y la personalidad, que justamente están basadas en
laconstitución y desarrollo de las relaciones entre estas las instancias psicológicas.
Freud dio mucha importancia a los primeros momentos de vida del sujeto ya que en ese período
de la vida tienen lugar una serie de experiencias fundamentales para este tipo de
estructuraciones.
Con respecto al ello, podemos decir que un individuo al nacer es un ello psíquico donde por
influencia del mundo exterior, se altera y se diferencia un Yo. Y luego mas adelante por
diferenciación del yo va a originarse el superyó. Relacionándolo con la primera tópica, no es
factible coincidir al Yo con el preconciente, ya que justamente lo que descubrió Freud es que
dentro del yo también hay una parte inconciente que desde el punto de vista dinámico se
comporta como lo inconsciente reprimido, que es la resistencia en el análisis que parte del yo y el
sentimiento icc de culpa. Los mecanismos de defensa serían inconcientes y partirían del yo.
El Yo tiene una doble génesis, en primer lugar se origina como una diferenciación del ello por
influencia exterior y en segundo lugar se origina por identificación, es decir comienza a
constituirse por una primera identificación con una imagen que el otro tiene de si mismo o por
identificación con la imagen que el otro tiene de uno mismo, siempre se juega en una relación de
exterioridad. Es desde el narcisismo de los padres, necesario para la constitución del yo, para
formarse una representación de si mismo, que se juega el narcisismo del niño. También puede
decirse que El Yo es una sedimentación de las investiduras de objeto resignadas, se pierden los
objetos y se los introyecta vía identificación (secundaria)., el yo contiene la historia de estas
elecciones de objeto. Esto va a constituir el carácter del yo.
Para explicar la formación del superyó y lo referente a la constitución sexual, la estructuración
de la personalidad psíquica, debemos remontarnos al Complejo de Edipo, que es la estructura que
va a posibilitar esto.
Para comenzar a explicar el complejo de Edipo se debe aludir al concepto de Falo que es una
representación del pene, de lo que significa, es un sinónimo de lo valorado, que va a organizar
la sexualidad ya que es, es la creencia universal de que todos pene. Entonces teniendo en cuenta
esta consigna el niño se sorprende cuando observa que hay personas que no lo tienen ya que para
ellos no está inscripta la diferencia masculino-femenino, y es por eso que la organización que van a
establecer va a ser fálico o castrado, por un lado están los que tienen pene, y por el otro lado los
que no lo tienen.
Es en este momento donde surge lo que se denomina complejo de castración, que en la mujer se
evidencia como la envidia del pene y en el varón como la angustia de castración. La envidia del
pene en la niña surge cuando se compara con el varón y se siente herida, desvalorizada por no
tener lo que los ellos tienen y se siente inferior. Y la angustia de castración en el varón surge tras el
miedo a perder su pene porque piensa que los que no lo tienen es porque lo tuvieron y lo
perdieron, de forma que él también lo puede perder y detrás de todo esto hay
un interés narcisista porque el pene es algo que está valorado.
En la niña se produce la desilusión fálica, y le atribuye a la madre la falta fálica porque hay un
primer tiempo en que la relación es fundamentalmente con la madre, no hay un tercero. Esta
desilusión va a generar que la nena cambie su objeto ya q si la madre es castrada va a desear tener
un objeto que no lo está, va a desear al padre por tener el atributo fálico, y justamente
este cambio de objeto permite el acceso a la sexualidad femenina normal, ya que la mujer nace
casi homosexual. En el inconsciente va a persistir el deseo de tener un pene, de ser un hombre,
pero esto aparece sustituido en la sexualidad normal como deseo de tener un hijo primero del
padre (ecuación pene=hijo) y después de otro hombre, ya que para la mujer tener un hijo es como
si tuviera pene, el hijo va a ser el falo de la madre y la va a completar.
Y con respecto al complejo de Edipo en el varón, este declina a raíz del complejo de castración,
contrariamente a lo que sucede en la mujer. Lo importante del concepto de la castración es que
hay que tomarla como una fantasía que actúa como inhibidora del deseo hacia la madre. Lo que se
teme es a la desvalorización, ya que aparece el pene como un órgano valorado. Esto es lo
importante. El varón va a abandonar al objeto sexual (la madre) porque se encuentra con
un conflicto, ese deseo hacia la madre está prohibido por parte del padre y el conflicto en que se
encuentra es entre seguir deseando a la madre pero perder el pene (complejo de castración) ya
que el padre interviene como elemento castrador, o bien por optar por renunciar al objeto de
deseo para salvar su pene, es decir, su narcisismo. El niño opta por salvar su pene.
Algo que es importante aclarar es que en la niña es perfectamente entendible porque elige al
padre como objeto sexual, justamente por poseer aquello que ella no tiene y también por una
identificación con la madre, desde la cultura. Al sentirse mujer elige al padre como objeto sexual.
Pero en el niño no hay un cambio de objeto, de entrada tiene una relación con el objeto edípico, la
madre. Aunque también puede elegir al padre como objeto sexual y sin embargo caer en la
angustia de castración. Al identificarse con la madre, estaría castrado y tiene miedo a estar
identificado por una figura sin pene. Si se elige a la madre es por identificación con el padre, y esta
surge porque lo identifican desde la cultura. Para elegir a la madre como objeto sexual él tiene
primero que identificarse con la persona que desea a la madre, que es el padre.
Entonces, la identidad psicológica también se concreta a la salida del Edipo por las identificaciones,
fundamentalmente con el progenitor del mismo sexo. Si un hombre desea a una mujer está dado
por la identidad sexual que se obtiene en el desarrollo, fundamentalmente a través de las
primitivas identificaciones a nivel del complejo de Edipo.
Llegamos a la conclusión de que esta estructura, el complejo de Edipo, va a posibilitar, por medio
de las identificaciones (que es donde culmina el complejo) un posicionamiento masculino o
femenino.
Lo que antes Freud denominaba conciencia moral, la censura, antes de 1923, ahora las engloba
dentro de las funciones de un superyó, en su texto de "El yo y el ello".
Todo esto abordado hace referencia a la constitución de una identidad sexual, la estructuración de
la personalidad psíquica y formación del superyó:
Con respecto a la constitución del sujeto, había mencionado, que la mujer a la salida del Edipo
produce una ecuación niño- falo. Es decir, el hijo queda ubicado en la posición de falo, por lo tanto
cuando la mujer tiene un hijo, se constituye esa relación simbiótica llamada narcisismo-madre
fálica. Esta célula cerrada luego es separada a través de la intervención del tercero que es el padre,
que se denomina castración simbólica. Podríamos decir que este tercero interviene como
una función dada desde la cultura, pero la única que puede permitir que la función del padre
opere es justamente la mujer.
Pero es importante aclarar que la madre y el padre no significan los progenitores biológicos, sino
personajes que ocupa ese lugar en la estructura edípica. El padre va a tener una función
normalizadota, va a sostener una ley: la principal es la prohibición del incesto. Lo que
el psicoanálisis ha denominado "la función del padre" es una función que se lee en el deseo de la
madre, esto es fundamental. Según cómo este puesto el lugar del padre en la palabra de la madre,
la función del padre podrá tener una eficacia separadora. El padre puede no existir, puedo no
haber ningún hombre en la casa, y sin embargo, si esa madre está dirigiendo su deseo hacia algún
otro o hacia alguna otra cosa que no sea su propio hijo, ahí esta funcionando la "ley del padre". Es
decir, la ley de la prohibición del incesto, la función del padre, se sostiene en el deseo de una
mujer, padre es todo deseo de la madre que no se agota en el deseo de un hijo,
independientemente de que exista el padre biológico o no.
En esta tercera etapa, (segunda teoría de las pulsiones), prescinde ya del conflicto pulsional,
concibiéndose al ello como un reservorio pulsional que incluye las pulsiones de vida y muerte. La
energía utilizada por el yo la toma de aquel fondo común, especialmente en forma de energía
‘desexualizada y sublimada’ (Laplanche, 326).
c) El nuevo dualismo pulsional está dado por el par pulsiones de vida-pulsiones de muerte.
Pero, ¿qué es lo que llevó a Freud a pasar de la primera teoría a la segunda teoría de las pulsiones?
Básicamente dos cosas:
2) el descubrimiento de razones (tanto teóricas como clínicas) para avalar la existencia de las
pulsiones de muerte.
1) La crítica a la primera clasificación de las pulsiones surgió a raíz del descubrimiento del
narcisismo, o sea del carácter libidinal (léase sexual) de ciertos deseos hasta entonces atribuidos a
las pulsiones del yo. Una parte del ‘egoísmo’ resultó ser de la misma naturaleza que las pulsiones
sexuales con que son amados los objetos, lo cual se evidencia en que se puede desplazar la
energía del yo a los objetos, y viceversa. Incluso la suma de ambas energías es, para cierto
momento, constante: en Introducción al Narcisismo Freud dice que aquel que se ama más a sí
mismo se interesa menos por los objetos, y viceversa.
Conclusión: las pulsiones del yo y las sexuales no son radicalmente distintas, sino la manifestación
de una misma energía, la libido, con lo cual habrá entonces una libido del yo y otra objetal,
interconvertibles entre sí por un proceso de desplazamiento. Y si las pulsiones del yo y las sexuales
no son cualitativamente diferentes, entonces no sirve la primera clasificación de las pulsiones.
Las razones teóricas o especulativas apuntan a considerar que las pulsiones tienden a regirse por
el principio de constancia y, más aún, por el principio de nirvana, pues buscan reducir al máximo la
tensión. Pero por otro lado ciertas otras pulsiones parecen actuar en sentido opuesto, (tienen un
‘hambre de estímulos’, buscan el aumento de la tensión), lo que se ve con mayor claridad en las
pulsiones sexuales. Lo primero sugirió la idea de pulsiones de muerte, y lo segundo la idea de
pulsiones de vida.
La base clínica de la 2º teoría pulsional es la existencia de la agresión, parte bastante considerable
de las tendencias humanas.
d) el enigma del masoquismo, donde parece no regir el principio del placer, ya que en él afloran las
tendencias autodestructiva .
A todo ello debemos agregar las reacciones terapéuticas negativas y los sentimientos de
culpabilidad de los neurótico.
Todo lo dicho no significa obviamente que Freud recién se haya dado cuenta que había agresividad
en el hombre cuando postuló su segunda teoría pulsional. Por ejemplo, cuando aún recién
formulaba su primera teoría pulsional, Kaplan indica que reconoció un componente sádico en las
pulsiones sexuales, y sólo luego, progresivamente, Freudadvirtió el componente sádico como
independiente del libidinal, separando ambos en forma gradual (Kaplan, 76).
Además de las razones teóricas y clínicas, también se invoca la fuerte impresión que causaron
en Freud los estragos de la primera guerra mundial, y que lo motivó para pensar en la agresión
como una tendencia destructiva con fuerza propia (Wyss, 113).
a) Generalidades
De acuerdo a Kaplan, esta nueva clasificación de las pulsiones es más abstracta y tiene
implicaciones más amplias que su anterior concepto de impulsos libidinales y agresivos. Pensaba
que las pulsiones de vida y muerte representaban las fuerzas subyacentes a las pulsiones sexuales
y agresivas.
b) Pulsiones de vida
Mediante el término EROS, los griegos designaban el amor y el dios Amor. Freud lo utiliza en su
última teoría de las pulsiones para designar el conjunto de las pulsiones de vida, oponiéndolo a las
pulsiones de muerte. La utilización del este vocablo por parte de Freud es una metáfora poética
más que una designación científica, y su vinculación con las pulsiones de vida tiene que ver con el
hecho de que el rol del dios Eros era traer armonía al caos y permitir el desarrollo de la vida.
Aclaramos aquí que una zona es erógena en relación con la propia persona poseedora: cuando un
niño o un hombre succiona el pecho femenino, la zona erógena activada del hombre es la zona
oral, y la zona erógena activada en la mujer, el pezón. De idéntica manera, la zona erógena es la
mucosa anal, no por ejemplo las heces.
EROTICO, por su parte significa sexual, libidinal, agradable. Tomando el sentido ‘sexual’, erótico es
un placer que se experimenta como si tuviese calidad sexual .
AMOR: En la literatura analítica puede aparecer como a) Eros, un principio o fuerza personificados
(en un dios); b) una pulsión o grupo de pulsiones propensas a entrar en conflicto tanto con las
pulsiones de conservación como con las destructivas; c) un afecto más a menudo contrastado con
el odio que con el miedo; y d) una capacidad o función propensa a la inhibición, la perversión y la
sublimación.
Respecto del punto (b) hacemos dos aclaraciones: primero, utiliza la expresión ‘instintos’ en lugar
de ‘pulsiones’. En secciones anteriores ya hemos indicado la conveniencia de utilizar la segunda
expresión. Segundo, cuando dice que la pulsión amorosa puede entrar en conflicto con la pulsión
de conservación, se refiere al posible conflicto entre pulsiones sexuales y pulsiones de
autoconservación, respectivamente .
c) Pulsiones de muerte
Se trata de la gran novedad introducida por Freud en su segunda y última teoría pulsional. Acerca
de los motivos (teóricos y clínicos) que tuvo para instituir este concepto, véase nuestra sección
anterior .
PULSIONES DE MUERTE: Dentro de la última teoría freudiana de las pulsiones, designan una
categoría fundamental de pulsiones que se contraponen a las pulsiones de vida y que tienden a la
reducción completa de las tensiones, es decir, a devolver al ser vivo al estado inorgánico. Las
pulsiones de muerte se dirigen primeramente hacia el interior y tienden a la autodestrucción;
secundariamente se dirigirían hacia el exterior, manifestándose entonces en forma de pulsión
agresiva o destructiva .
Freud definió la pulsión de muerte como la tendencia de los organismos y de sus células a volver al
estado inanimado o, para usar las mismas expresiones de Freud, las pulsiones de muerte son
aquellas que tratan de conducir lo que está vivo a la muerte.
Así como ‘Eros’ tiene relación con las pulsiones de vida, ‘Tanatos’ tiene relación con las pulsiones
de muerte:
TANATOS: Palabra griega (la Muerte) utilizada en ocasiones para designar las pulsiones de muerte,
por simetría con el término de Eros; su empleo subraya el carácter radical del dualismo pulsional,
confiriéndole una significación casi mítica. Federn habría introducido el término en psicoanálisis,
aunque Jones dice que Freud lo usaba en sus conversaciones.
Freud había indicado que las pulsiones de muerte se dirigen primero hacia el interior, en una
dirección autodestructiva, y sólo secundariamente, después, se dirigen hacia el exterior, en una
dirección agresiva. A grandes rasgos, podemos esquematizar los diversos destinos o vicisitudes de
las pulsiones de muerte en tres etapas:
1- Originalmente las pulsiones de muerte están dirigidas hacia el interior, hacia el propio sujeto
(masoquismo primario).
2- Luego son desviadas hacia el exterior, hacia las otras personas (sadismo).
Compulsión a la repetición de experiencias displacenteras: hay actitudes que se repiten más allá
del placer, es decir que, aunque generen displacer, se siguen repitiendo.
El odio: aquello que se rechaza es casi más primitivo que el amor. En la diferenciación del yo, se
pasa por un yo de realidad inicial, un yo de placer purificado y un yo de realidad definitiva. En el
segundo, el bebé se atribuye lo que le satisface y expulsa lo que le genera malestar. Esto no se
podía deducir de las pulsiones sexuales.
‘Unión-desunión’ son términos usados por Freud, dentro de su última teoría de las pulsiones, para
describir las relaciones entre las pulsiones de vida y las pulsiones de muerte, tal como se traducen
en una determinada manifestación concreta. La unión de las pulsiones constituye una verdadera
mezcla, donde cada uno de los dos componentes puede entrar en proporciones variables; la
desunión designa un proceso que, en el caso extremo, conduciría a un funcionamiento
independiente de las dos clases de pulsiones, persiguiendo cada una por separado su propio fin.
Según los últimos escritos de Freud, las pulsiones no sólo están en conflicto sino que también
están en condiciones de fusionarse y defusionarse. En efecto, Freud dice por ejemplo que “nunca
tenemos que tratar con los instintos de vida e instintos de muerte puros, sino sólo con
combinaciones de ellos en diferentes grados.
En correspondencia con una fusión de instintos puede haber, bajo ciertas condiciones, una
defusión de ellos” (Freud, Más allá del principio del placer). Cuando Freud habla de defusión o
desunión intenta designar, explícita o implícitamente, el hecho de que la agresividad habría
logrado romper todo nexo con la sexualidad.
Interesa destacar que, sea que estén fusionadas o defusionadas, las pulsiones de vida y muerte
actúan siempre ambas: juntas o independientemente, pero siempre las dos. Esto significa que no
existe una conducta puramente autodestructiva (pulsiones de muerte) ni puramente buscadora de
objetos (pulsiones de vida), sino que siempre hay una ‘mezcla’, tanto si están fusionadas como no.
Conferencia 32°: Angustia y vida pulsional (1933) (sostiene la 2° teoria de la ultima teoria de la
angustia de la psiconeurosis, pero no descarta la 1°)
Contrariamente a lo dicho en la Conferencia 25°, pareciera ser que la angustia es lo primero y la
formación de síntoma posterior. Como si los síntomas fueran creados para evitar el desarrollo de
angustia. Es la angustia la que crea la represión y no al revés.
El yo es el único almacigo de angustia, solo el puede producirla y sentirla. Las tres variedades de
angustia corresponde a los tres vasallajes del yo:
2.A.moral---frente al superyo.
En realidad se trata siempre de una angustia frente a un peligro exterior, toda angustia es en un
sentido realista en tanto remite a la amenaza exterior de la castración. Este es uno de los motores
mas frecuentes e intensos de la represión y con ello, de la formación de la neurosis.
Sin embargo no es el único motor de la represión, esta no tiene sito en las mujeres, en las cueles la
angustia es ante la perdida del amor.
A cada edad del desarrollo le corresponde una determinada angustia. El peligro al desvalimiento
psíquico se da en la temprana inmadurez del yo, el peligro a la perdida del amor de objeto, ala
heteronomia de la primera infancia, la castración de la fase fálica y la angustia frente al superyo en
el periodo de latencia. Cada angustia solo es parcialmente abandonada, subsistiendo en el
inconciente.
Notas de clase:
Hay que esperar hasta "Inhibición, síntoma y angustia" de 1925 para que Freud de una teoría más
avanzada de la angustia conceptualizada como "reacción ante una situación peligrosa" o señal de
alarma ante un peligro interno (como la libido) o externo (como la castración); al mismo tiempo
que da un giro completo a sus concepciones puesto que ya no es la represión quien produce la
angustia sino la angustia quien causa la represión.
En "Inhibición, Síntoma y Angustia", Freud ya no va a considerar mas a la angustia como un
incremento de exitacion, libido sexual no empleada, sino como una reaccion frente a situaciones
de peligro, en la que el yo debia ser el responsable de esa angustia. El aparato psiquico es
alertado de un peligro a partir de una señal de displacer. Vamos a llamar angustia señal, a la
respuesta del yo frente a la amenaza de una situacion traumatica, amenaza que constituye una
situacion de peligro. La respuesta del yo frente a la señal seria emprender una defensa normal, la
represion. El yo quita la investidura de la representacion de la pulsion, la cual se va a reprimir,
desalojar, y la emplea para el desprendimiento de displacer (de angustia). El nacimiento paso a ser
el arquetipo de las situaciones posteriores de peligro.
La angustia señal, generada por el yo cuando una situacion amenazaba, y con el fin de evitarla. No
es una angustia nueva sino la reproducción de una huella mnemica preexistente. Por lo tanto el yo
se sometia a la angustia con el fin de evitar el desencadenamiento de una gran angustia.
Ambas angustias reconocen su origen en la angustia de castración, por lo cual la angustia señal se
disparar frente a la amenaza de la angustia de castración, alertando al yo de este peligro, entonces
el yo pondra en marcha la represion para regular la angustia autamatica, es decir, el
desencadenamiento de una gran angustia.
Freud va a anticipar que hay que suponer un momento anterior traumatico, donde se trata de un
peligro externo real (la gran mayoria de las veces referido a la perdida del objeto de amor, lo cual
provoca angustia de castracion como consecuencia de la separaciaon respecto del objeto
estimado) al cual se responde con una angustia, que no es consevida como nueva sino como la
reproduccion de una huella mnemica preexistente. Por lo tanto el peligro frente al cual se dispara
una señal, es frente a la angustia de castracion. Aqui encontramos una difrerencia entre ambas
angustias, la angustia realista, es exteriorizada por el yo en situaciones como señal de peligro, y la
angustia neurotica, que corresponde a una angustia inconciente que solo deviene conciente en
una desfiguracion. un claro ejemplo lo son las fovias de juanito, ser mordido por el caballo, el
hombre de los lobos, ser deborado por los lobos, expresion desfigurada de la amenaza de
castracion por parte del padre. Esta es una formacion sustitutiva, que permitira, por un lado
esquivar la ambibalencia y situar, en este caso, el amor por el padre, disfrazando el odio, y por el
otro permite al yo suspender el desarrollo de la angustia.
TEORIAS DE LA ANGUSTIA
1-Neurosis actuales: Energia sex. Somatica imposibilitada de descarga; ese aumento es percibido
como angustia.
1-Psiconeurosis: (1917 hasta 1926 represion angustia) El aumento de libido produce angustia
2-Psiconeurosis: (1926 en adelante. angustia represión) En “Inhibición sint. Y ang.” Dice que la
angustia de castración es la que produce la represión, reprime porque teme a la castración del
padre
UNIDAD 7:
El Complejo de Edipo según S. Freud. Si bien el análisis de las fantasías de seducción de sus
pacientes le habían brindado a Freud la plataforma para conocer los deseos incestuosos y hostiles
del niño hacia sus padres; es a través del autoanálisis que él descubre la universalidad de los
mismos y el 15 de octubre de 1897 le escribe a su amigo Fliess “ … la poderosa influencia de Edipo
Rey se vuelve inteligible (…) el mito griego explota una compulsión de cuya existencia todo el
mundo reconoce haber sentido en sí mismo los indicios…” (Freud, 1897). Entonces, la existencia
del Edipo es desde el principio para Freud, algo universal, un esquema filogenético que ha de
llenarse con la propia experiencia, lo que marca la singularidad de la propia trama en cada
individuo. Tres años más tarde, en 1900, Freud hace mención explícita a la tragedia de Sófocles y
afirma que “… esos deseos enamoradizos u hostiles hacia los padres (…) ocurren en el alma de casi
todos los niños. En apoyo de esta idea la Antigüedad nos ha legado una saga cuya eficacia total y
universal sólo se comprende si es también universalmente válida nuestra hipótesis sobre la
psicología infantil. Me refiero a la saga de Edipo rey y al drama de Sófocles que lleva ese título”
(Freud, 1900). Sin embargo, recién 3 en 1910 le otorga a estas inclinaciones amorosas y hostiles, el
status de Complejo (de Edipo) y describe sus manifestaciones en la modalidad que ha de llamarse
positiva: “El hijo, ya de pequeño, empieza a desarrollar una particular ternura por la madre, a
quien considera como su bien propio y a sentir al padre como un rival que le disputa esa posesión
exclusiva; y de igual modo, la hija pequeña ve en la madre a una persona que le estorba su vínculo
de ternura con el padre y ocupa un lugar que ella muy bien podría llenar” (Freud, 1910). Bajo esta
forma, la madre es objeto de amor del varón y un rival para la niña, quien ha cambiado ahora de
objeto de amor debido a la decepción, y se ha volcado así al padre. Pero, cabe aclarar que, así
como existe una modalidad positiva, también existe una negativa que consiste en deseos
amorosos hacia el progenitor del mismo sexo y; celos y hostilidad hacia el del sexo opuesto. La
descripción del Complejo de Edipo en su forma completa le sirve a Freud para dar cuenta de la
ambivalencia que el niño siente hacia sus padres; así como el desarrollo de los componentes
hetero y homosexuales; cuestión que luego es retomada como trabajo propio de la adolescencia y
que consiste en transitar el camino hacia el encuentro con el sexo y el desasimiento de la
autoridad parental. El Complejo de Edipo y el de castración son reeditados en la adolescencia y
marcan la tarea de la diferenciación de las posiciones femeninas y masculinas. Pero volviendo
sobre el Complejo de Edipo en la infancia, diremos que desde el punto de vista lógico, éste es
contemporáneo de la llamada fase fálica (entre los 3 y los 5 años) momento que toma su nombre
de la primacía del falo tanto para el niño como para la niña. Este primado del falo se articula con la
amenaza de castración, cuyo papel es definitivo para la entrada al Complejo de Edipo en el caso de
la niña y para su sepultamiento, en el caso del varón. Debido a la angustia que le genera la propia
falta y la decepción de la castración materna, la niña -dijimos- cambia de objeto de amor y vira
hacia quien sí tiene un pene para darle, su padre. Espera así que él pueda subsanar el “error” de su
madre y ante la nueva imposibilidad, reconoce la castración renuncia al deseo de un pene
desplazándolo al deseo de recibir un hijo como regalo del padre para lo cual también cambia de
zona erógena, invistiendo, en la adolescencia, la vagina como continente del pene deseado.
Es esa una de las salidas posibles para el complejo de castración en la niña que Freud describe
como los caminos de la feminidad. Las otras dos son: 1) la inhibición sexual, es decir un
apartamiento de toda sexualidad como consecuencia de la represión y el rechazo de toda
condición femenina y; 2) el complejo de masculinidad, en el cual se desmiente la 4 castración,
manteniendo el placer masturbatorio y con él la esperanza de poseer (no de recibir) un pene,
identificándose con quien lo tiene. En el varón, la amenaza de castración es el temor a perder lo
más valorado que posee y es aquello que le permite abandonar el objeto de amor incestuoso para
identificarse con quien lo tiene. Como se ve, en ambos casos, Freud articula el Complejo de Edipo
con el de castración y lo explicita en la Conferencia 13° “(…) íntimamente anudado a él (se refiere
al Complejo de Edipo) hallamos lo que llamamos complejo de castración: la reacción frente a la
intimidación sexual o al cercenamiento de la práctica sexual de la primera infancia, que se
atribuyen al padre” (Freud, 1915-16). Por lo tanto, bajo el impacto de la amenaza de castración (en
el varón), o la idea de haber sido castrada (en la niña), las investiduras de objeto que fueron
depositadas sobre los padres, son abandonadas y resignadas; trabajo que continúa en el segundo
tiempo de la sexualidad y permite el hallazgo de objeto exogámico. La resignación de las
investiduras primarias –tal como escribe en 1923- continúa en una operación que consiste en la
sustitución de las mismas por una identificación. Estamos ya en el terreno del “sepultamiento del
Complejo de Edipo” que, no solo estructura el aparato psíquico dividido en instancias
diferenciadas a través de la represión, sino que también da inicio a un nuevo momento lógico, la
latencia, marcando lo anterior, lo pre-edípico como una primera oleada de la sexualidad ahora
caída bajo represión. Sin embargo, una de las grandes conquistas del psiquismo deriva
directamente del Complejo de Edipo: el acceso a una nueva instancia intrapsíquica que es el
superyó. Freud se ocupa en “El yo y el ello” del mecanismo que conduce desde la relación del niño
con su objeto edípico hasta el Superyó. Este mecanismo es precisamente esa identificación
explicada, por efecto de la cual se instala el Superyó y se establecen rasgos femeninos y
masculinos tomados de ambos padres, rasgos que contribuirán al carácter del Yo y a la sexuación
del sujeto. La “resolución” del Edipo marcará, como veremos luego, la internalización de la ley y la
posición masculina o femenina que el sujeto adopte en relación al otro sexo, pues no hay nada en
la naturaleza que determine una u otra posición de antemano. Entonces, la identificación va a
jugar un papel fundamental en la formación del superyó que no solo va a direccionar el deseo del
niño hacia su masculinidad sino que va a instaurar también la ley de prohibición. Freud dirá: “Su
vínculo (el del superyó) con el yo no se agota en la advertencia: ‘Así (como el padre) debes ser’,
sino que comprende también la prohibición: 5 ‘Así (como el padre) no te es lícito ser’, esto es, no
puedes hacer todo lo que él hace, muchas cosas le están reservadas” (Freud, 1923). La relación
entre el Complejo de Edipo con la noción de una sexualidad en dos tiempos está intrínsecamente
vinculada al concepto de represión, “esta primera configuración de amor del niño, que toma a los
padres como objetos de deseo y que en los casos típicos aparece subordinada al Complejo de
Edipo, sucumbe después, como es sabido, a partir del comienzo del período de latencia, a una
oleada de represión” (Freud, 1921). Es después donde la conmoción que producen las
modificaciones puberales, impone una nueva oleada de la sexualidad y con ello una reedición de la
conflictiva edípica.
De todo lo dicho se desprende que Freud le atribuye al Complejo de Edipo, diversas funciones:
b) La consolidación de identificaciones secundarias que resultan del Complejo de Edipo tras haber
resignado a los padres como objetos incestuosos.
Este primer tiempo se podría titular “El apego a la madre”. El primer objeto de amor, tanto para el
varón como para la niña, es la madre. A ella se dirigen todos los deseos en cada fase de la
organización sexual infantil. En el varón los sentimientos hacia ella se van intensificando,
llevándole a convertirse en el rival del padre. En la niña sucede de otra manera: ella debe de
renunciar a la zona genital originalmente dominante, el clítoris, a favor de una nueva zona, la
vagina. En la infancia lo esencial de la genitalidad gira alrededor del clítoris. La vida sexual de la
mujer se divide siempre en dos fases: 1) Una de carácter masculino, llamada fálica, que
corresponde al clítoris. 2) Una específicamente femenina que corresponde al predominio de la
vagina. El desarrollo femenino comprende el proceso de transición de una fase a la otra. Freud
constató que una vinculación intensa con el padre, siempre fue precedida por una apasionada
vinculación exclusivamente materna. Este hecho hace que la fase preedípica adquiera una
importancia hasta entonces desconocida. En la fase fálica aparece la acusación de seducción a la
madre y el deseo de hacerle un hijo. Por lo tanto el deseo de un hijo del padre tiene un
antecedente en la fase preedípica: fue primero una demanda dirigida a la madre. La fijación al
padre y la persistencia de la demanda de un hijo suyo aparecen también en mujeres no neuróticas,
lo que obligó a Freud a captar la dimensión de la relación con la madre que, según él, la relación
con el padre no hace más que heredar. Por lo tanto, el esposo corre con los gastos de la relación
con la madre. El fantasma de ser seducida por el padre, siendo la expresión típica del complejo de
Edipo en la mujer, marca su entrada en dicho complejo tanto como el odio hacia la madre. Para la
hija, la madre es la primera responsable de su castración. En este texto, Freud señala el lugar
estructural del penisneid, es decir, su papel en la estructuración del Edipo de la niña (en el sentido
de giro hacia el padre). La niña en la fase fálica quiere, como el niño, hacerle un hijo a la madre.
Por lo tanto, en la niña el deseo de un hijo del padre tiene que ser precedido por el penisneid. Si
aparece la demanda de un hijo al padre es porque hubo una espera defraudada, el reconocimiento
de una imposibilidad por el lado materno, experiencia de una falta en la madre. Para la niña el
objeto de amor era la madre fálica, el descubrimiento de la madre castrada posibilita abandonarla
como objeto amoroso. Se hace visible el vínculo entre el odio a la madre y el penisneid. “La niña
deja que la influencia de la envidia del pene le eche a perder el goce de la sexualidad fálica”.
En este apartado Freud expone unas conclusiones generales:
1) Esta fase de vinculación materna guarda una relación íntima con la etiología de la neurosis
histérica.
2) En esta dependencia de la madre se halla el germen de una paranoia ulterior: la angustia de ser
devorada por la madre.
Por lo tanto el complejo de castración es determinante para devenir mujer. A partir del
descubrimiento de la castración la niña puede escoger tres caminos evolutivos:
1. La lleva a la inhibición sexual o a la neurosis. Asustada por la comparación, se vuelve ella
insatisfecha con su clítoris y renuncia a su actividad fálica, rechazando su amor por la madre.
2. Se aferra a su masculinidad amenazada, fantasea que algún día tendrá un pene. Puede conducir
a la homosexualidad.
3. La actividad fálica es abandonada, toma al padre como objeto, es decir, la niña transfiere hacia
el padre su demanda fálica y el hijo se sitúa como equivalente del falo. Freud subraya que la
posición femenina sólo tiene lugar si se produce la equivalencia hijo=falo y lo ilustra con el juego
de la niña con sus muñecas. Ella juega a ser la madre y la muñeca era ella misma. Este juego no era
una expresión de su feminidad, sino una tentativa de reemplazar la pasividad en relación a la
madre, por la actividad. Freud dice: “Sólo con el punto de arribo del deseo del pene, el hijo-
muñeca deviene un hijo del padre y, desde ese momento, la más intensa meta femenina”.
La actividad sexual de la niña se manifiesta a través de los deseos de cada fase: oral, anal y fálica,
en las que la madre está involucrada. Estos deseos pueden aparecer transferidos al padre o
transformados en angustia, debido a la represión
• Los deseos agresivos orales y sádicos. Se manifiestan en su forma reprimida: temor de ser
muerta por la madre y deseos de muerte contra ella. Dicho miedo a la madre se basa en una
hostilidad inconsciente.
• Los deseos sádico-anales tienen su origen en la intensa excitación pasiva de la zona intestinal
(irrigaciones, enemas, estimulación del ano por la madre, etc.) despierta agresividad y cuando se
suprime dicha excitación su manifestación es la angustia.
• En la fase fálica - la niña culpa a la madre como seductora (cuidados de la zona genital). - al
apartarse de la madre, la niña transfiere al padre la responsabilidad de haberla iniciado en la vida
sexual. - la actividad sexual de esta fase es la masturbación clitoridiana. Se detecta un fin sexual
hacia la madre, cuando llega un hermanito. La niña quiere creer que es ella la que le ha dado a la
madre ese nuevo hijo. Cuando la niña se desprende de su vinculación con la madre, se observa
una disminución de los impulsos sexuales activos y una acentuación de los pasivos. La transición al
objeto paterno se realiza con la ayuda de las tendencias pasivas.
Conclusión:
La demanda de amor de la niña hacia la madre es una demanda que tiene una exigencia ilimitada,
imposible de ser satisfecha: no puede darle el falo que le falta. La pasión fálica la orienta hacia el
padre y luego hacia los hombres. Esta temprana relación de la niña con su Otro primordial se
articula alrededor de la lógica del don, que se estructura alrededor de la falta. Este sería el ombligo
del estrago en la relación madre-hija. En Freud la resolución de la problemática de la falta y del no
tener se realiza por la vía de la maternidad.