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INTRODUCCIÓN
1. SISTEMA DE FUENTES
2.LA CONSTITUCIÓN
CONTENIDO LABORAL DE LA CE
-En primer lugar hay que hablar de los los derechos fundamentales
(recogidos en los artículos 14 a 29 o Sección 1ª, Capítulo II, Título I). Entre ellos, sólo
dos tienen un contenido específicamente laboral: el derecho a la libertad sindical del
artículo 28.1 y el derecho de huelga del artículo 28.2. No obstante, hay otros derechos
fundamentales que tienen una repercusión o incidencia importante en las relaciones
laborales: igualdad y no discriminación del artículo 14; la libertad ideológica del
artículo 16; la intimidad personal del artículo 18; la libertad de expresión del artículo
20; el derecho de reunión del artículo 21 o el derecho a la tutela judicial del artículo
24.
-En segundo lugar, hay que hablar de los derechos y libertades no
fundamentales de los ciudadanos (arts. 30 a 38, Sección 2ª, Capítulo II, Título I).
Entre ellos se encuentran el deber y derecho al trabajo, a la libre elección de profesión
y oficio, a una remuneración individual y familiar suficiente del artículo 35; el
derecho a la negociación colectiva del artículo 37.1 y a la adopción de medidas de
conflicto colectivo del artículo 37.2 (entre las que hay que entender, sobre todo, el
cierre patronal); y el principio de libertad de empresa en el marco de una economía de
mercado del artículo 38.
-Por último, hay que hablar de los principios económicos y sociales del
Capítulo III (arts. 39 a 52) y los llamados principios extrasistemáticos de los artículos
129 a 131.
Entre los primeros, cabe destacar la exigencia de que los poderes públicos
promuevan, garanticen o mantengan determinadas actuaciones a favor de todos los
ciudadanos en general o de determinados colectivos: principios de progreso social y
económico, distribución de la renta, pleno empleo y estabilidad económica del
artículo 40.1; formación profesional, seguridad e higiene en el trabajo, descanso,
limitación de la jornada y vacaciones retribuidas del artículo 40.2; régimen público de
la Seguridad Social para todos los ciudadanos del artículo 41; protección de los
emigrantes del artículo 42; derecho a la salud del artículo 43; protección de los
disminuidos del artículo 49 y protección de la tercera edad del artículo 50.
Junto a los principios del Capítulo III, la CE formula otros principios que,
por hallarse fuera del mismo, suelen recibir el calificativo de extrasistemáticos. Entre
ellos cabe destacar el artículo 129, que se refiere en su apartado primero a la
participación de los interesados en la Seguridad Social y en la actividad de los
organismos públicos cuya función afecte directamente a la calidad de vida o al
bienestar general; y el artículo 129.2 que se refiere a las distintas formas de
participación en la empresa (cooperativas).
Por su parte, el artículo 131 prevé la colaboración de los sindicatos y
asociaciones empresariales –como ya estudiaremos- en el Consejo Económico y
Social.
APLICABILIDAD DIRECTA O INDIRECTA
-En cuanto a la aplicabilidad de todos estos derechos, libertades y principios,
hay que decir que son los derechos y libertades (fundamentales o no) los que gozan de
una eficacia más directa, ya que el artículo 53.1 establece que “vinculan a todos los
poderes públicos”, no solamente al legislativo, sino también al poder ejecutivo y a los
tribunales. Sin embargo, según el mismo artículo 53, pero en su apartado tercero, los
principios “sólo podrán ser alegados de acuerdo con lo que dispongan las leyes que
los desarrollen”.
-Esto significa que los derechos y libertades –fundamentales o no- son en
principio susceptibles de una aplicación inmediata, sin que sean previamente
desarrollados por leyes. Por el contrario, los principios necesitan siempre de un
mínimo desarrollo legal para su aplicación por parte de los tribunales. Por ejemplo,
aunque la CE reconoce el derecho a un régimen público de la Seguridad Social que
incluye expresamente la protección por desempleo, no es posible solicitar una
prestación por desempleo sin contar con el previo desarrollo por la ley de los
requisitos y contenido de esta prestación. A pesar de ello, hay que tener en cuenta que
todos los poderes públicos (incluyendo los Tribunales) están obligados a respetar y
proteger los principios. Por ello, un principio, aun sin desarrollo por la ley, puede
servir de fundamento para plantear un recurso o una cuestión de inconstitucionalidad
o para apoyar una interpretación determinada de otra ley en vigor.
-Por último, hay que tener en cuenta que las leyes que regulen los derechos y
libertades constitucionales –sean fundamentales o no- y los principios deben respetar
en todo caso el contenido esencial de los mismos. En relación con este contenido
esencial de los derechos constitucionales, el Tribunal Constitucional ha destacado dos
extremos:
Por una parte, ha declarado que ningún derecho es absoluto, sino que viene
limitado por otros derechos, bienes o intereses constitucionalmente protegidos.
Por otra parte, ha declarado que el contenido esencial puede entenderse de
dos maneras complementarias entre sí: o bien como el conjunto de facultades o
poderes que hacen que se le pueda reconocer como tal, o bien como aquel contenido
que permite que se alcance la función atribuida al mismo.