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Planificación Para El Buen Desarrollo

1. Crear un Programa de fortalecimiento de capacidades en planificación.


2. Desarrollar guías metodológicas para la formulación de planes estratégicos,
políticas públicas, programas y proyectos.
3. Crear un Sistema de Evaluación del Desempeño de la Gestión
Gubernamental, una herramienta que permita evaluar el desempeño de la inversión
pública, mediante la obtención de indicadores claves de desempeño, referentes a
los planes, programas y proyectos gubernamentales.
4. Promover el uso de sistemas de información y seguimiento georreferenciado
de obras públicas.
5. Crear el Consejo del Futuro, cuya misión será pensar estratégicamente en el
futuro del país analizando desde diversas perspectivas (sociales, económicas,
políticas y académicas, entre otras), las tendencias mundiales de desarrollo que
pudieran tener una incidencia en el futuro del país y proponer soluciones
innovadoras a los principales retos identificados.

CONCLUSIÓN
Desde la óptica de la universalidad y de la equidad, la composición del gasto en
salud y la estructura del financiamiento son determinantes. La fragmentación de los
recursos financieros limita el alcance de la redistribución de los fondos prepagos y
constituye un obstáculo para avanzar hacia los objetivos de la salud universal.
En Panamá, el sistema de financiamiento de salud se caracteriza por la ausencia de
la mancomunación de los recursos financieros públicos del sistema de salud y la
fragmentación en la financiación con múltiples flujos de recursos para la compra y el
pago de los prestadores de servicios. Esa fragmentación en el financiamiento acaba
por segmentar a la población en dos grupos: uno de los trabajadores del sector
formal con un “sistema de financiamiento” para los cotizantes y sus dependientes,
gestionado por la CSS, y otro para el resto de la población gestionado por el MINSA.
Adicionalmente, se observa que esa fragmentación tiene consecuencias negativas
en términos de la eficiencia del sistema, pues tanto el MINSA como la CSS cubren
poblaciones en el mismo territorio geográfico, lo que lleva a la duplicación de costos
administrativos e inviabiliza el uso de mecanismos de compras estratégicas para
respaldar cambios de comportamientos en los proveedores de servicios y ser
eficientes. Por otro lado, si bien existen los denominados convenios de
compensación entre la CSS y el MINSA, la ausencia y debilidad normativa de estos
instrumentos, así como la opacidad de las informaciones sobre los costos de los
servicios, dejan espacio para interpretaciones diversas y dificultan el consenso
necesario entre las instituciones para la implementación de los convenios.

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