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LA ACCIÓN SOCIAL
Weber va a centrar su atención en la acción individual y no tanto en la estructura, como habían
hecho los anteriores sociólogos. Se fija en el origen del medio social y en la posibilidad de
modificarlo a través de la conducta del individuo. La acción del individuo no está
predeterminada, sino que se desarrolla por decisión del propio actor. De esta forma, las
circunstancias, el medio social, el contexto, las estructuras, son condiciones pero no causas.
Condicionan, pero no determinan. La principal consecuencia de esta nueva perspectiva es que
la acción individual es la que crea valor, no la estructura social. A partir de ahí Weber elabora
su propia teoría sociológica sobre los siguientes supuestos:
El valor deja de estar en las cosas y pasa a ser un juicio de la conciencia del individuo
(teoría subjetiva del valor)
Quien otorga el valor es el individuo (individualismo metodológico)
Así pues, al contrario del determinismo propio del holismo metodológico que introducen los
estructuralistas y positivistas, Weber señalará desde el individualismo metodológico que el
porqué de los hechos sociales sólo se explica teniendo en cuenta a los sujetos que les dan
origen. El interés de Weber se centra en la dimensión o sentido subjetivo de la acción que cada
actor incorpora a su conducta y es conocido por el resto de actores sociales. Es decir, analiza la
intencionalidad subjetiva de la acción. Para entender completamente un hecho debemos:
Identificar el sentido de dicha acción tal y como lo propuso el actor
Reconocer el contexto a que dicha acción pertenece y en el que produce significado
Dicho lo cual, Weber (1969: 5) entiende que: “la acción humana es social siempre que el sujeto
o los sujetos de la acción enlacen a ella un sentido subjetivo, referido a la conducta de otros y
que esa conducta ajena sea lo que orienta el desarrollo de la propia acción.”
De esta definición se deduce que para Weber no toda acción es social, solamente lo es si reúne
las siguientes características:
Las personas deben tener en cuenta los comportamientos de los demás y la presencia
o existencia de dichos actores.
La acción del sujeto debe tener su valor de signo o de símbolo para los demás, y la de
los demás para el sujeto.
La conducta de las personas implicadas en una acción social está influida por la
percepción que cada una de ellas tiene de la significación de la acción de los demás y
de su propia acción.
Por lo tanto las características que deben acompañar a la acción para que esta sea de verdad
social, según Weber, residen en los sujetos, sus percepciones y su comprensión de la conducta
de los demás. Por todo ello la Sociología de Weber se ha denominado “Sociología
comprensiva”.