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tiempo dos mociones de deseo cuyas metas no podrían menos
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que parecemos inconciliables, ellas no se quitan nada ni se
cancelan recíprocamente, sino que confluyen en la forma-
ción de una meta intermedia, de un compromiso.
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permitido jugar con elementos del sistema Prcc, aparece
como «cómico» y mueve a risa.*
Los procesos del sistema Ice son atemporales, es decir, no
están ordenados con arreglo al tiempo, no se modifican por
el trascurso de este ni, en general, tienen relación alguna con
él. También la relación con el tiempo se sigue del trabajo del
sistema Ce*
Tampoco conocen los procesos Ice un miramiento por la
realidad. Están sometidos al principio de placer; su destino
sólo depende de la fuerza que poseen y de que cumplan los
requisitos de la regulación de placer-displacer.''
Resumamos: ausencia de contradicción, proceso primerio
(movilidad de las investiduras), carácter atemporal y sus-
titución de la realidad exterior por la psíquica, he ahí los
rasgos cuya presencia estamos autorizados a esperar en pro-
cesos pertenecientes al sistema Ice."
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punto se trata más detenidamente en su libro sobre el chiste (1905c).
AE, 8, esp. págs. 189-206.]
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* [En la edición de 1915 decía «Prcc». — La «atemporalidad»
de lo inconciente se menciona de manera dispersa a lo largo de los
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cita que apareció publicada parece ser una nota agregada en 1907
a la Psicopaíologia de la vida cotidiana (1901^), AE, 6, pág. 266«.
Otra alusión al pasar es la que figura en una nota al artículo so-
bre el narcisismo (1914c), supra, pág. 93«. Freud volvió al tema
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Los procesos inconcientes sólo se vuelven cognoscibles pa-
ra nosotros bajo las condiciones del soñar y de las neurosis,
o sea, cuando procesos del sistema Prcc, más alto, son tras-
ladados hacia atrás, a un estadio anterior, por obra de un
rebajamiento (regresión). En sí y por sí ellos no son cognos-
cibles, y aun son insusceptibles de existencia, porque en épo-
ca muy temprana al sistema Ice se le superpuso el Prcc, que
ha arrastrado hacia sí el acceso a la conciencia y a la motili-
dad. La descarga del sistema Ice pasa a la inervación corporal
para el desarrollo de afecto, pero, como tenemos averiguado
[pág. 174], también esa vía de aligeramiento le es dispu-
tada por el Prcc. Por sí solo, y en condiciones normales, el
sistema lee no podría consumar ninguna acción muscular
adaptada al fin, con excepción de aquellas que ya están orga-
nizadas como reflejos.
Sólo veríamos a plena luz el significado cabal de los rasgos
descritos del sistema Ice si les contrapusiéramos y compará-
semos con ellos las propiedades del sistema Prcc. Pero esto
nos llevaría demasiado lejos, y yo propongo que, de común
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acuerdo, lo pospongamos y emprendamos la comparación
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entre los dos sistemas después que hayamos apreciado el más
alto,' Sólo lo más apremiante debe elucidarse desde ahora.
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censura o de varias, el examen de realidad y el principio de
realidad. También la memoria conciente parece depender por
completo del Prcc;^ ha de separársela de manera tajante de
las huellas mnémicas en que se fijan las vivencias del Ice, y
probablemente corresponda a una trascripción particular tal
como la que quisimos suponer, y después hubimos de deses-
timar [págs. 169-72], para el nexo de la representación con-
ciente con la inconciente. En esta concatenación hallaremos
también los medios para poner fin a nuestras fluctuaciones en
la denominación del sistema más alto, que ahora, de manera
aleatoria, llamamos unas veces Prcc y otras Ce.
Es atinado también hacer una advertencia en este lugar:
no ha de generalizarse apresuradamente lo que aquí hemos
traído a la luz sobre la distribución de las operaciones aními-
cas en los dos sistemas. Estamos describiendo la situación tal
como se presenta en el adulto, en quien el sistema Ice, en
sentido estricto, funciona sólo como etapa previa de la or-
ganización más alta. El contenido y los vínculos de este sis-
tema durante el desarrollo individual, y el significado que
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posee en el animal, no deben derivarse de nuestra descrip-
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ción sino investigarse por separado.-"' Además, en el caso del
hombre debemos estar preparados para descubrir, por ejem-
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