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BIBLIO
TECA
***** 970
CLÁSICA.
Eappreparare
i
SAN AGUSTÍN
LA CIUDAD DE DIOS
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--
BIBLIOTECA CLÁSICA
TOMO CLXXII
LA
CIUDAD DE DIOS
SAN AGUSTÍN
PO DE HIPONA
POR
TOMOI
MADRID
LIBRERÍA DE LA VIUDA DE AERNANDO Y C. a
calle del Arenal, núm . 11
1893
( 1
Aliol
J. C.CLB ! JAN
PROLOGO
339322
VI PRóLo Go
LIBRO PRIMERO
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
. Que jamás ha habido guerra en que los vencedores perdona
sen á los vencidos por respeto y amor á los dioses de éstos.
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
CAPÍTULO VII
CAPÍTULO VIII
De los bienes y males, que por la mayor parte son comunes á.
los buenos y los malos.
CAPÍTULO IX
De las causas por que castiga Dios juntamente á los buenos y
á los malos.
CAPÍTULO X
(1) San Math . , cap. IV. Nolite condere vobis in terra thesauros
ubi tinea et rubigo exterminant, et ubi fures effodiunt, et furantur.
Sed thesaurizate vobis in cælo thesauros, quo fur non accedit, ne
que tinea corrumpit. Ubi enem est thesaurus tuus, ibi erit, cor
tuum.
LA CIUDAD DE DIOS 29
CAPÍTULO XI
Del fin de la vida temporal, ya sea breve, ya sea larga.
CAPÍTULO XII
C A P ÍTULO XIII
CAPÍTULO XIV
Del cautiverio de los Santos, y cómo jamás les faltó el divino
consuelo.
CAPÍTULO XV
CAPÍTULO XVI
CAPÍTULO XVII
CAPÍTULO XVIII
De la torpeza ajena y violenta que padece en su forzado cuer
po una persona contra su voluntad.
CAPÍTULO XIX
TOMO I. 4
50 SAN AGUSTIN
CAPÍTULO XX
CAPÍTULO XXI
De las muertes de hombres que se exceptúan de culpa
de homicidio.
CAPÍTULO XXII
CAPÍTULO XXIII
CAPÍTULO XXIV
CAPÍTULO XXV
CAPÍTULO XXVI
Cuando vemos que los Santos hicieron cosas que no son licitas,
¿cómo debemos creer que las hicieron?
CAPÍTULO XXVII
CAPÍTULO XXVIII
CAPÍTULO XXIX
(1) Psalm.41.
68 SAN AGUSTIN
CAPÍTULO XXX
CAPÍTULO XXXI
Con qué vicios y por qué grados fué creciendo en los romanos
el deseo de reinar.
CAPÍTULO XXXII
CAPÍTULO XXXIII
CAPÍTULO XXXIV
CAPÍTULO XXXV
CAPÍTULO XXXVI
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
Que los dioses de los paganos nunca establecieron doctrina
para bien vivir
CAPÍTULO VII,
Que poco aprovcha lo que ha inventado la filosofía sin la auto
ridad divina, pues á uno que es inclinado á los vicios, más le
mueve lo que hicieron los dioses que lo que los hombres ave
riguaron.
CAPÍTULO VIII
CAPÍTULO IX
CAPÍTULO X
CAPÍTULO XI
TOMO I. 7
98 SAN AGUSTíN
CAPÍTULO XII
Que los romanos, con quitar á los poetas la libertad contra los
hombres que les concedieron contra los dioses, sintieron me
jor de sí que de sus dioses.
CAPÍTULO XIII
Que debían echar de ver los romanos que sus dioses, que gusta
ban los honrasen con tan torpes juegos y solemnidades, eran
indignos del culto divino.
CAPÍTULO XIV
CAPÍTULO XV
CAPÍTULO XVI
CAPÍTULO XVII
CAPÍTULO XVIII
Lo que escribe Salustio de las costumbres de los romanos, asi
de las que estaban reprimidas con el miedo, como de las que
estaban sueltas y libres con la seguridad,
CAPÍTULO XIX
CAPÍTULO XX
CAPÍTULO XXI
Lo que sintió Cicerón de la república Romana.
CAPÍTULO XXII
Que jamás cuidaron los dioses de los romanos de que no se es
tragase y perdiése la república por las malas costumbres.
CAPÍTULO XXIII
CAPÍTULO XXIV
CAPÍTULO XXV
CAPÍTULO XXVI
CAPÍTULO XXVII
CAPÍTULO XXVIII
CAPÍTULO XXIX
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
Del parecer de Varrón, que dijo era útil se finjan los hombres
nacidos de los dioses.
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
CA P ÍTULO VII
De la destrucción del Ilión, el cual asoló Fimbria,
capitán de Mario.
CAPÍTULO VIII
Si fuera razón encomendarse Roma á los dioses de Troya.
CAPÍTULO IX
Si la paz que hubo en tiempo de Numa se debe creer que fué
por mano de los dioses.
CAPÍTULO X
CAPÍTULO XI
CAPÍTULO XII
CAPÍTULO XIII
los suyos, mas no temerla; las otras, casadas con los que
andaban actualmente en la guerra, temían, cuando
iban sus maridos á ellas, las muertes de sus padres, y
cuando volvían se lamentaban sin poder temer ni sen
tir libremente, porque por las muertes de sus ciudada
nos, padres, deudos y hermanos, ó piadosamente se
entristecían, ó por las victorias de sus maridos cruel
mente se alegraban. A estas tristes circunstancias se
añadía que, como son varios los sucesos de la guerra,
algunas, al filo de la espada de sus padres perdían á
sus maridos, y otras con las espadas de los unos y de
los otros, los padres y los maridos; no fueron tampoco
de poco momento los terribles aprietos y peligros que
sufrieron los romanos, pues llegaron sus enemigos á
poner cerco á la ciudad, defendiéndose los sitiados á
puertas cerradas; pero habiéndolas abierto por traición
y entrado el enemigo dentro de los muros, se dió aque
lla tan abominable y cruel batalla en la misma plaza
entre los suegros y los yernos, en la que iban también
de vencida los raptores, y á veces huyendo á sus casas
deslustraban más gravemente sus pasadas victorias,
aunque á la misma manera fueron éstas vergonzosas y
lastimosas. Aquí fué donde Rómulo, desahuciado ya
del valor de los suyos, hizo oración á Júpiter pidién
dole hiciese que se detuviesen y parasen los suyos; de
donde le vino á Júpiter el nombre de estator. Ni con
esta providencia se hubieran acabado tantos daños, si
las mismas robadas, desmelenadas, no se pusieran de
repente por medio, y postradas á los pies de sus padres
no aplacaran su justo enojo, no con las armas victorio
sas, sino con piadosas y humildes lágrimas. Tranquili.
zados los ánimos y acordados por ambas partes los
conciertos, Rómulo fué obligado á admitir por socio en
el reino Tito Tacio, rey de los sabinos, siendo así que
antes no había podido sufrir la compañía de su herma
LA CIUDAD DE DIOS 463
CAPÍTULO XIV
CAPÍTULO XV
Cuál fué la vida y el fin que tuvieron los reyes de los romamos.
CAPÍTULO XVI
CAPÍTULO XVII
CAPÍTULO XVIII
CAPÍTULO XIX
CAPÍTULO XX
CAPÍTULO XXI
CAPÍTULO XXII
Del edicto del rey Mitrídates, en que mandó matar á todos los
ciudadanos romanos que se hallasen en Asia.
CAPÍTULO XXIII
CAPÍTULO XXIV
De la discordia civil causada de las sediciones de los Gracos.
CAPÍTULO XXV
CAPÍTULO XXVI
CAPÍTULO XXVII
CAPÍTULO XXVIII
CAPÍTULO XXIX
Compara la entrada de los godos con las calamidades que pa
decieron los romanos, así de los galos como de los autores y
caudillos de las guerras civiles.
CAPÍTULO XXX
¿Con qué ánimo, pues, con qué valor, con qué des
vergüenza, con qué ignorancia, ó, por mejor decir, de
LA CIUDAD DE DIOS 203
CAPÍTULO XXXI
Con qué poco pudor imputan á Cristo los presentes desastres
aquellos á quienes no se les permite que adoren á sus dioses,
habiendo habido tantas calamidades en el tiempo que los
adoraban.
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
CAPÍTULO VII
Si los dioses han dado ó dejado de dar su ayuda á los reinos de
la tierra para sus acrecentamientos ó disminuciones.
CAPÍTULO VIII
CAPÍTULO IX
Si la grandeza del imperio romano y el haber durado tanto
se debe atribuir á Júpiter, á quien sus adoradores le tienen
por el supremo de los joses.
Dejada, pues, aparte, ú omitida por un breve inter
valo la turba de estos dioses particulares, es necesario
pasemos á indagar el oficio y cargo de los dioses ma
yores, con que Roma ha llegado á crecer en tanto gra.
do, que ha tenido el dominio sobre tantas naciones cre.
cido número de siglos. Luego, en efecto, esta gloria se
debe á Júpiter Óptimo Máximo, ya que quieren que éste
sea el rey de todos los dioses y diosas; lo cual manifies
ta su cetro y en la elevada roca Tarpeya el Capitolio.
De este dios refieren, aunque por un poeta, que se dijo
muy al asunto Jovis omnia plena, «que todo estaba lleno
de Júpiter»: éste (cree Varrón) es el que adoran tam
bién los que veneran un sólo Dios sin sepulcro, aunque
le llaman con otro nombre; lo cual, si es así, ¿por qué le
trataron tan mal en Roma, así como algunos igualmen
te entre las demás naciones, erigiéndole simulacros, lo
cual al mismo Varrón le descontentó tanto, que con ser
contra el uso y depravada costumbre de una ciudad tan
populosa, con todo, no dudó de decir y escribir que los
que en los pueblos instituyeron simulacros les quita
ron el temor y les añadieron error?
CAPÍTULO X
Las opiniones que siguieron los que pusieron diferentes dioses
en diversas partes del mundo.
CAPÍTULO XI
CAPÍTULO XII
CAPÍTULO XIII
De los que dicen que solos los animales racionales son parte
del que es un solo Dios.
CAPÍTULO XIV
CAPÍTULO XV
CAPÍTULO XVI
CAPÍTULO XVII
(1) San Mateo, cap. XI. Discite a me, quia mitis sum, et hu
milis corde, et invenietis requiem animabus vestris.
LA CIUDAD DE DIOS 237
CAPÍTULO XVIII
CAPÍTULO XIX
De la fortuna mujeril.
CAPÍTULO XX
CAPÍTULO XXI
CAPÍTULO XXII
De la ciencia del culto de los dioses, la cual se gloría Varrón
haberla él enseñado á los romanos.
CAPÍTULO XXIII
CAPÍTULO XXIV
Cómo defienden los paganos el adorar por dioses á los mismos
dones de Dios.
CAPÍTULO XXV
CAPÍTULO XXVI
De los juegos escénicos que pidieron los dioses á los que los
adoraban, que se los celebrasen.
CAPÍTULO XXVII
CAPÍTULO XXVIII
Si para alcanzar y dilatar el imperio les importó y aprovechó
á los romanos el culto de sus dioses.
CAPÍTULO XXIX
De la falsedad del agüero que pareció haber pronosticado
la fortaleza y estabilidad del imperio romano.
CAPÍTULO XXX
CAPÍTULO XXXI
CAPÍTULO XXXII
CAPÍTULO XXXIII
CAPÍTULO XXXIV
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
ToMO I. 18
274 SAN AGUSTíN
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
CAPITULO VI
C A PÍTULO VII
CAPÍTULO VIII
De los que entienden por hado, no la posición de los astros,
sino la conexión de las causas que penden de la voluntad
divina.
CAPÍTULO IX
(1) Salmo XIII. Dirit insipiens in corde suo, non est Deus.
286 SAN AGUSTIN
CAPÍTULO X
CAPÍTULO XI
CAPÍTULO XII
CAPÍTULO XIII
C A P ÍTULO XIV
CAPÍTULO XV
Del premio temporal con que pagó Dios las costumbres de los
rOmanOS.
(1) San Mateo, cap. VI. Amen dico vobis, receperunt merce
dem suam.
LA Cl UDAD DE DIOS 309
CAPÍTULO XVI
CAPÍTULO XVII
CAPÍTULO XVIII
(1) San Mateo, capítulo X. Nolite timere eos qui corpus occi
dunt, animam autem non possunt occidere.
346 SAN AGUSTIN
CAPÍTULO XIX
CAPÍTULO XX
CAPÍTULO XXI
Que la disposición del imperio romano fué por mano del ver
dadero Dios, de quien dimana toda potestad, y con cuya pro
videncia se gobierna todo.
CAPÍTULO XXII
CAPÍTULO XXIII
De la guerra en que Radagaiso, rey de los godos, que adoraba
á los demonios, en un día fué vencido con su poderoso ejér
cito.
CAPÍTULO XXIV
CAPÍTULO XXV
CAPÍTULO XXVI
CAPÍTULO XXVII
Invectiva de San Agustín contra los envidiosos que escribieron
contra los libros que él había ya dado á luz.
TOMO I. 22
LIBRO SEXTO
CAPÍTULO I
De los que dicen que adoran á los dioses no por esta vida pre
sente, sino por la eterma.
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPITULO IV
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
CAPÍTULO VII
CAPÍTULO VIII
De las interpretaciones de las razones naturales que procuran
indicar los doctores paganos en favor de sus dioses.
CAPÍTULO IX
CAPÍTULO X
CAPÍTULO XI
CAPÍTULO XII
—- =========
LIBRO PRIMERO
Páginas .
CAPÍTULO I. -De los enemigos del nombre cristiano , y
de cómo éstos fueron perdonados por los bárbaros, por
reverencia de Cristo, después de haber sido vencidos
en el saqueo y destrucción de Roma..
CAP. II.- Que jamás ha habido guerra en que los ven
cedores perdonasen á los vencidos por respeto y amor
á los dioses de éstos... 6
CAP. III.- Cuán imprudentes fueron los romanos en
creer que los dioses Penates, que no pudieron guar
dar á Troya, les habían de aprovechar á ellos ...... 8
CAP. IV.-Cómo el asilo de Juno, lugar privilegiado
que había en Troya para los delincuentes, no libró á
ninguno de la furia de los griegos, y cómo los tem
plos de los Apóstoles ampararon del furor de los bár
baros á todos los que se acogieron á ellos .... 11
CAP. V .-- Lo que sintió Julio César sobre lo que común
mente suelen hacer los enemigos cuando entran por
fuerza en las ciudades ... 3
CAP. VI.- Que ni los mismos romanos jamás entraron
por fuerza en alguna ciudad de modo que perdonasen
á los vencidos que se guarecían en los templos ..... 14
CAP. VII. — Que lo que hubo de rigor en la destrucción
de Roma sucedió según el estilo de la guerra, y lo que
de clemencia provino de la potencia del nombre de
Cristo . 16
CAP. VIII.- De los bienes y males, que por la mayor par
te son comunes á los buenos y á los malos ...... 17
CAP. IX. -De las causas por que castiga Dios juntamen .
mente a los buenos y á los malos .. 20
380 INDICE
Páginas.
CAP. X. -Que a los santos no se les pierde nada en la
pérdida de las cosas temporales.... 25
CAP. XI.- Del fin de la vida temporal, ya sea breve, ya
sea larga.... 30
CAP . XII.-De la sepultura de los cuerpos humanos, la
que, aunque se les deniegue á los cristianos, no les
quita pada... 32
CAP. XIII. De la forma que tienen los santos en sepul
tar á los cuerpos.. 35
CAP. XIV .-Del cautiverio de los Santos, y cómo jamás
les faltó el divino consuelo ....... 37
CAP. XV.-De Régulo , en quien hay un ejemplo de que
se debe sufrir el cautiverio aun volutariamente, por la
religión, lo que no pudo aprovechar por adorar á los
dioses ... 38
CAP. XVI. -Si los estupros que quizá padecieron las
santas doncellas en su cautiverio pudieron contami
nar la virtud del ánimo sin el consentimiento de la
voluntad .. 41
CAP. XVII.-De la muerte voluntaria por miedo de la
pena ó deshonra ..... 42
CAP . XVIII. - De la torpeza ajena y violenta que pade
ce en su forzado cuerpo una persona contra su vo
luntad.. 43
CAP. XIX . -De Lucrecia, que se mató por haber sido
forzada ... 46 .
CAP. XX . -Que no hay autoridad que permita en nin
gún caso á los cristianos el quitarse á si propios la
vida... 50
CAP. XXI. —De las muertes de hombres que se excep
túan de culpa de homicidio... 52
CAP. XXII .-Que en ningún caso puede llamarse á la
muerte voluntaria grandeza de ánimo..... 53
CAP. XXIII. --Sobre el concepto que debe formarse del
ejemplo de Catón , que, no pudiendo sufrir la victo
ria de César, se mató .. 54
CAP. XXIV.-- Que en la virtud en que Régulo superó á
Catón , se aventajan mucho más los cristianos.... 57
CAP. XXV.- Que no se debe evitar el pecado con pecado. 59
CAP. XXVI.-Cuando vemos que los Santos hicieron co
sas que no son lícitas, ¿cómo debemos creer que las
hicieron?... 60
INDICE 381
Páginas.
CAP. XXVII. — Si por evitar el pecado se debe tomar
muerte voluntaria .... 62
CAP. XXVIII. -Por qué permitió Dios que la torpeza del
enemigo pecase en los cuerpos de los continentes .. 64
CAP. XXIX. -Qué deben responder los cristianos á los
infieles cuando los baldonan de que no los libró Cris
to de la furia de los enemigos ... 67
CAP . XXX.- Que desean abundar de abominables pros
peridades los que se quejan de los tiempos cristianos. 68
CAP . XXXI. -Con qué vicios y por qué grados fué cre
ciendo en los romanos el deseo de reinar ...... 70
CAP. XXXII . - De la institución de los juegos escénicos. 72
CAP. XXXIII. --De los vicios de los romanos , los cuales
no pudo enmendar la destrucción de su patria. 73
CAP. XXXIV . - De la clemencia de Dios con que miti
gó la destrucción de Roma ... 74
CAP . XXXV.-De los hijos de la Iglesia que hay encu
biertos entre los impios, y de los falsos cristianos que
hay dentro de la Iglesia ... 75
CAP. XXXVI.-De lo que se ha de tratar en el siguien
te discurso ... 76
LIBRO SEGUNDO
Páginas.
LIBRO TERCERO
Páginas.
TOMO 1. 23
386 ÍNDICE
LIBRO CUARTO
Páginas.
CAPÍTULO 1.- De lo que se ha dicho en el Libro primero. 209
CAP. II.—De lo que se contiene en el Libro segundo y
tercero . 211
CAP. III . - Si la grandeza del imperio que no se alcanza
sino con la guerra, se debe computar entre los bienes
que llaman , así de los felices como de los sabios .... 213
CAP . IV .-- Cuán semejantes á los latrocinios son los rei
nos sin justicia.. 215
CAP. V. -De los gladiadores fugitivos cuyo poder vino
á ser semejante á la dignidad real . 216
CAP. VI. - De la codicia del rey Nino, quo por extender
su dominio fué el primero que movió guerra á sus ve
cinos... 218
CAP. VII. - Si los dioses han dado ó dejado de dar su
ayuda a los reinos de la tierra para sus acrecentamien
tos ó disminuciones .... 219
CAP. VIII. —Qué dioses piensan los romanos que le han
acrecentado y conservado su imperio, habiéndoles pa
recido que apenas se podía encomendar á estos dio
ses, y á cada uno de por sí, el amparo de una sola
cosa ........ 221
CAP. IX. -Si la grandeza del imperio romano y el haber
durado tanto se debe atribuir á Júpiter, á quien sus
adoradores le tienen por el supremo de los dioses ... 224
CAP. X. -Las opiniones que siguieron los que pusieron
diferentes dioses en diversas partes del mundo ..... 224
CAP . XI . - De muchos dioses que los maestros y docto .
res de los pilganos defienden que es un mismo Júpiter. 228
CAP. XII. -De la opinión de los que pensaron que Dios
era el ánima del mundo, y que el mundo era el cuer
po de Dios.... 231
CAP . XIII. — De los que dicen que solos los animales ra
cionales son parte del que es un solo Dios ... 232
CAP. XIV .- Quo incongruamente atribuyen á Júpiter
los aumentos de los reinos, pues si, como dicen , la
victoria es diosa , della sola bastará para este negocio? 233
CAP. XV.- Si conviene á los buenos querer extender su
reino.. 234
CAP. XVI.- Cuál fué la causa porque, atribuyendo los
ÍNDICE 387
Páginas .
romanos á cada cosa y á cada movimiento su dios,
pusieron el templo de la Quietud fuera de las puertas
de Roma.. 235
CAP. XVII.—Pregúntase, si teniendo Júpiter la supro
ma potestad, se debió tener por diosa á la Victoria . . 236
CAP. XVIII. —Qué tal fué la traza de los que piensan
que la Felicidad y la Fortuna son diosas .... 237
CAP. XIX . - De la fortuna mujeril .. 239
CAP. XX. —De la virtud y fe, á quienes los paganos hon
raron con templos y sacrificios, dejándose otras cosas
buenas que asimismo debian adorar, si se atribuia rec
tamente a las otras la divinidad ....... 240
CAP. XXI.- Que los que no conocían un solo Dios, por
lo menos se debieran contentar con la virtud y con
la felicidad .. 241
Cap. XXII. -De la ciencia del culto de los dioses, la
cual se gloria Varrón haberla él enseñado á los ro
manos..... 245
CAP. XXIII . — De la felicidad, á quien los romanos, con
tener å muchos dioses, en mucho tiempo no adoraron
con culto divino, siendo ella sola bastante en lugar de
todos.. 245
CAP. XXIV . - Cómo defienden los paganos el adorar por
dioses á los mismos dones de Dios.. 249
CAP. XXV.- Que se debe adorar á un sólo Dios, cuyo
nombre, aunque no se sepa, con todo, se ve que es da
dor de la felicidad .... 250
CAP. XXVI.- De los juegos escénicos que pidieron los
dioses á los que los adoraban, que se los celebrasen.. 251
Cap. XXVII. -De tres géneros de dioses de que disputó
el pontifice Scévola .. 253
CAP. XXVIII.—Si para alcanzar y dilatar el imperio les
importó y aprovechó á los romanos el culto de sus
dioses .. 255
CAP. XXIX . - De la falsedad del agüero que pareció ha.
ber pronosticado la fortaleza y estabilidad del impe
rio romano 256
CAP. XXX. - Qué es lo que confiesan acerca de lo que
sienten de los dioses de los gentiles los mismos que
los oran .. 259
CAP . XXXI.--De las opiniones de Varrón , quien, aun
que reprueba la persuasión que tenia el pueblo, y no
388 ÍNDICE
Págínas.
LIBRO QUINTO
LIBRO SEXTO
Páginas.