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Rigor mortis del nuevo nacimiento,

de fiel sangre colmada la redoma.


El grito de un puño en un nuevo idioma,
shofar tonante de tercio alzamiento.

Tan maniqueo fue el alejamiento,


cuánta promesa de embriagante aroma.
Negra leyenda que el tiempo retoma,
y ni un consagrado atina el memento.

Tan larga la declinación ha sido,


sangre de bruces sobre cada grada,
tendido el cadáver quedó en la explanada,

rigor de cuervos, con el rostro henchido.


La cruz sobre el paño se ha mantenido
y clama Al que Viene para ser alzada.
I LA L AR G A D EC L I N A C I Ó N
DE LA IGLESIA UNIVERSAL A LA IGLESIA GLOBAL

Autor: Adrián Bet


2022 versión 1.0.1

Free culture licence


Creative Commons Attribution 4.0 International License

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Editora Don Dolindo

Este libro fue creado usando LibreOffice

La imagen de tapa es una modificación de: The Des-


cent of the Modernists, de E. J. Pace, aparecida en el li-
bro Seven Questions in Dispute de William Jennings
Bryan, de 1924

Agradecemos especialmente a Raúl Quirós Delgado


la lectura atenta, los sesudos aportes y correcciones
de estilo para este artículo.
«Tengo la conciencia de que llevo conmigo todas las energías de
una nueva creencia. Mi misión es reconciliar al siglo con la religión en
el terreno dogmático, político y social. Me siento sacerdote hasta la
médula de los huesos; pero he recibido del Señor un secreto divino: la
Iglesia de hoy no es sino el germen de la Iglesia del porvenir, que
tendrá tres círculos: en el primero cabrán católicos y protestantes; en
el segundo, judíos y musulmanes; en el tercero, idólatras, paganos y
aun ateos... Comenzaré yo solo, en mí mismo, el perfecto Reino de
Dios... Soy el primogénito de una nueva alianza.»
HUGO WAST, JUANA TABOR.
LA LARGA DECLINACIÓN
DE LA IGLESIA UNIVERSAL A LA IGLESIA GLOBAL

La catolicidad gre su designio. Todos sabemos el resultado fi-

S
nal de aquella batalla, como la Iglesia a partir de
abemos que la Iglesia es una, santa, católi- Constantino formó lentamente, desde las cenizas
ca y apostólica1. El calificativo católico del Bajo Imperio, la Cristiandad, que duró unos
significa universal en el doble sentido de integri- mil años.
dad y totalidad2, también por su misión dirigida
a la salvación de todos los hombres de todas las Deberíamos notar que la catolicidad, en el
épocas, por lo que cuenta con la plenitud de los sentido de totalidad, para ser plena debe tener
medios para ofrecerla. Estos atributos son con- una sociedad política, complementaria e insepa-
cedidos a semejanza de Dios, que es único, santo rable de la religión y de la filosofía que la acom-
y universal, particularmente a través de la perso- pañan, tanto como el alma necesita del cuerpo
na de Cristo, y sustentado en la fe3 transmitida a para la interacción con el mundo. Del mismo
través de los apóstoles. Sin esa fe no hay Iglesia modo, una sociedad política debe tener una reli-
y, por ende, tampoco universalidad cristiana. gión y una filosofía que la animen, tanto como el
cuerpo necesita del alma para estar vivo. Ade-
Por su parte, las distintas manifestaciones de más, aquella alma, para fundar catolicidad, debe
mal siempre han aspirado a estos atributos divi- ser espíritu que aspira a un mundo que supera
nos, particularmente al universalismo, que por este, en otras palabras, trascendente. Los medios
derecho posee el Pueblo de Dios. Esta aspiración que esta sociedad debería promover implican: la
tuvo su culmen en el Alto Imperio Romano, per- unidad de fe a través de la religión, de la razón a
seguidor implacable del primer cristianismo. Fue través de la ciencia y de la moral a través de la
sin duda el Imperio la aspiración más completa política. Un alma inmanente, es decir, cuyo fin
y, en cierto sentido, más perfecta de la catolici- se agota en la naturaleza o en sí misma, no sacia
dad pagana. Con probabilidad, tal experimento el deseo de Dios innato en el hombre y en los
hubiera perdurado más tiempo, si no fuera por- pueblos.
que Dios tenía otros planes. No es casual que
coincidiera el inicio del Imperio con la vida de Es por llevar a cabo eficazmente esta unidad
Nuestro Señor y la fundación de su Iglesia, es entre lo político y lo religioso, que estas dos so-
decir, con el germen del Reino de Dios. Para la ciedades –Imperio Romano y Cristiandad– son
Providencia, el Imperio sirvió de masa para la el arquetipo de la universalidad. Hasta podría-
fermentación apostólica. Pero la lucha era inevi- mos aventurar que son las únicas que concreta-
table, no es posible admitir dos pretensores uni- ron un proyecto político duradero, extenso geo-
versales. Nuestros mártires pagaron con la san- gráficamente y con impacto cultural sobre un

1 «“Esta es la única Iglesia de Cristo, de la que confesamos en el Credo que es una, santa, católica y apostólica” (LG
8). Estos cuatro atributos, inseparablemente unidos entre sí (cf. DS 2888), indican rasgos esenciales de la Iglesia y
de su misión. La Iglesia no los tiene por ella misma; es Cristo, quien, por el Espíritu Santo, da a la Iglesia el ser una,
santa, católica y apostólica, y Él es también quien la llama a ejercitar cada una de estas cualidades ». Catecismo de
la Iglesia Católica, §811.
2 «La palabra “católica” significa “universal” en el sentido de “según la totalidad” o “según la integridad”. La Iglesia
es católica en un doble sentido: Es católica porque Cristo está presente en ella. “Allí donde está Cristo Jesús, está la
Iglesia Católica” (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Smyrnaeos 8, 2). En ella subsiste la plenitud del Cuerpo de
Cristo unido a su Cabeza (cf. Ef 1, 22-23), lo que implica que ella recibe de Él “la plenitud de los medios de salva -
ción” (AG 6) que Él ha querido: confesión de fe recta y completa, vida sacramental íntegra y ministerio ordenado
en la sucesión apostólica. La Iglesia, en este sentido fundamental, era católica el día de Pentecostés (cf. AG 4) y lo
será siempre hasta el día de la Parusía.» ibid. §830.
3 «Sólo la fe puede reconocer que la Iglesia posee estas propiedades por su origen divino. Pero sus manifestaciones
históricas son signos que hablan también con claridad a la razón humana.» ibid. §812
8 Adrián Bet

alto porcentaje de la humanidad de su tiempo4. considerados una raza abyecta que debía ser bo-
Pero difirieron en algo fundamental: su espíritu. rrada de la faz de la tierra, como no lo fueron los
judíos de la diáspora posterior a la caída de Jeru-
Las dos universalidades salén. Esto último, nos da pista del quid de la
cuestión: no se trataba de una pequeña desobe-

L os romanos, como buenos paganos, eran diencia civil, que podía ser conmutada fácilmen-
politeístas, aunque ejercían una rara tole- te por una multa o impuesto en metálico, como
rancia para la antigüedad, que admitía todas las en el caso de los israelitas, sino que se originó
religiones de los pueblos conquistados, porque en la pretensión universalista de los Cristianos –
era más frecuente que los dioses vencedores re- entendida como totalidad e integridad–, encara-
dujeran al olvido a los vencidos. El Imperio los da en franca competencia con el universalismo
incluía en su panteón, y dejaba que cada cual actual de Roma. Esto lo entendieron los empera-
adore a quien quiera. Este sincretismo tuvo la dores muy pronto, aun cuando los cristianos eran
aspiración de integrar, sin modificar en los pape- un puñado de marginales. No en vano eran con-
les, las diversas religiones y culturas para apla- denados por ateos y promotores del desorden
car a los pueblos dominados y lograr la mentada público. La filosofía navegaba entre multitudes
pax romana. El Panteón era testimonio de tole- de escuelas que iban del escepticismo al hedo-
rancia, pero en lo espiritual era la nada misma. nismo, con fuerte presencia del gnosticismo de
En el fondo, fue la reducción del babel de cultos las religiones mistéricas, que fueron, como diji-
a la irrelevancia por indeterminación y sobrea- mos, las que imprimieron el espíritu de la época,
bundancia, cosa que advirtió hasta el anticristia- lo dotaron de trascendencia. Por otro lado, el Im-
no Hegel5. Había una sola obligación común: perio heredó la vieja concepción pagana de la
rendir culto al emperador como encarnación del separación de la sociedad en clases –o castas–
Imperio y artífice de su gloria –lo que incluía la determinadas por la naturaleza. En otras pala-
gloria del emperador mismo–. También las imá- bras, un esclavo estaba más cerca del burro que
genes, estatuas y templos de los emperadores de los dioses y, si se nacía noble, viceversa, pues
atestaban la realidad romana, pero esto no gene- entre los antepasados seguramente había uno. Si
raba devoción, sino que era visto como un acto se venía al mundo dentro de la familia imperial,
de civilidad. Nadie en su sano juicio se tragaba la divinidad estaba certificada, aunque no fue así
que el emperador fuera un dios verdadero. No al principio entre los romanos. De tal suerte, ha-
fue raro, entonces, que las clases cultas fueran bía una diferencia insalvable entre los hombres,
virtualmente ateas. Es que la verdadera fe tras- que fue el fundamento del orden social, cierta-
cendente de los romanos fue la filosofía griega mente tiránico, de la mayoría de los reinos paga-
que adoptaron desde tiempos preimperiales. Se nos. En la época imperial, surgió el fenómeno de
exigía a los ciudadanos un sacrificio al césar, la divinización express. Inicialmente, las apoteo-
normalmente quemar unos granos de incienso sis eran excepcionales y reservadas a los héroes
frente al altar de este. Significaba, por tanto, una muertos. Sin embargo, varios emperadores se hi-
prueba de comunión y civismo. Si no fuera por cieron en vida divus –divino–, a sus antepasados
este pequeño detalle –pequeño desde el punto de o a sus familiares. Este fue el comienzo del culto
vista romano–, los cristianos no hubieran sido imperial, que fue la usurpación del hombre de

4 Se pueden considerar otros imperios con vocación universal como el asirio, el persa y más acá el imperio árabe, el
otomano, o el español, heredero de la Cristiandad. En mi opinión, ninguno de estos alcanzaron la estabilidad, exten-
sión o influencia suficientes.
5 «Uno de estos periodos cruciales ocurrió en el Imperio romano, que al destruir a los estados libres ahora sometidos,
provocó en sus pueblos la ruptura de la relación viva con sus dioses y el consiguiente hastío del mundo y el enerva -
miento de su vitalidad. No es extraño que se hayan difundido entre ellos filosofías meramente moralistas o de eva -
sión como el escepticismo, el epicureísmo y el estoicismo “[...]que solo buscan lo racional dentro de sí”. Como dice
Hegel al analizarlos: “Dentro del funesto mundo romano, se borra con mano áspera todo lo que había de bello y no-
ble en la individualidad espiritual[...]”». José Enrique Miguens, Modernismo y satanismo en la política actual, pág.
178, ed. virtual.
La larga declinación. De la Iglesia universal a la iglesia global 9

un derecho sólo reservado a Dios, lo que necesa- por el genio personal, sino por Dios. En tal sen-
riamente devino en autocracia. Como conse- tido, el gobierno es un servicio para la gloria de
cuencia de todo esto, el aglutinante social fue el Nuestro Señor y el bien común, que aquellos
poder mecánico y despótico sobre los otros, de que lo ejercen tienen en concesión y no en pose-
modo que la crueldad fue una institución perma- sión, porque el único Rey universal es Jesucris-
nente entre los paganos. to, lo que implica, además, la difusión y partici-
Es posible resumir algunas de las caracterís- pación amplia del poder. También, el cristianis-
ticas del modelo universalista romano: a) aspira- mo considera a todos los hombres iguales por
ción a la trascendencia por medio de una fe ba- naturaleza, las diferencias sociales las explica
sada sobre la filosofía griega y las religiones por lo accidental y son aceptables en función del
mistéricas; b) sincretismo entendido como sínte- orden y el bien común que, en definitiva, es la
sis única de todas las religiones; c) culto al esta- salvación de las almas. Las persecuciones no
do en la figura del emperador y al hombre en su fueron tales, sino que hubo cierta represión,
persona; d) división de la sociedad en clases, se- como la tiene toda sociedad, para preservar el
gún la naturaleza dispar de los hombres; e) La orden. Su aparición, a escala considerable, se dio
crueldad como aglutinante social e) filosofías al final de la Cristiandad, cuando asomaba su
múltiples de corte escéptico, gnóstico o hedonis- decadencia en el horizonte. Podemos considerar-
ta y f) persecución ubicua e implacable del cris- la una medida desesperada de una sociedad ago-
tianismo. No hace falta demasiado para notar su nizante; sin embargo, fue mucho más acotada,
carácter eminentemente demoníaco. El Alto Im- justa y benigna que la romana y la que luego,
perio podría pretender ser uno y católico, pero desde la edad moderna, han ejercido los revolu-
nunca sería santo. cionarios de turno. Todo esto implica que el go-
bierno justo, cuyo objeto es la caridad, será el
En oposición a estas concepciones, el cris- factor de cohesión social.
tianismo trajo sus propias propuestas. La fe re-
velada por nuestro Señor fue la que dotó de tras- En resumen, podemos clasificar estas carac-
cendencia y esperanza la vida. Utilizó como me- terísticas según el siguiente cuadro:
canismo para la integración el eclecticismo, lo Alto Imperio Cristiandad
que significó tomar lo mejor de cada pueblo e Trascendencia Filosofía griega y reli- Cristianismo
integrarlo a la cultura cristiana. En otras pala- giones mistéricas
bras, elevarlo por el concurso de la gracia a un Inculturación Sincretismo Eclecticismo
estado superior que el dado por su naturaleza. Es Fundamento Autócrata. El empera- Participado. Dios con-
lo que hoy llamamos inculturación. Es por eso del poder dor, como encarnación cede su poder a los go-
que hasta podemos rastrear en el idioma oficial – del estado y dios vivo bernantes, que tienen
latín–, ciertos nombres, ropajes y usos de los es la fuente del poder. como fin la Gloria de
Su fin es la gloria pro- Dios y el bien común.
cultos romanos en la Iglesia actual. Nótese, que
pia y la del Imperio.
el eclecticismo cristiano no se trata de una mera
Naturaleza Distinta según la clase Común a todos los
yuxtaposición de creencias, como en el caso im- humana o casta. Las diferencias hombres. Las diferen-
perial, sino una auténtica integración con enri- son esenciales. cias son accidentales.
quecimiento de la catolicidad. Esta misma inten- Cohesión El poder despótico a El gobierno justo a tra-
ción animó la filosofía, que encontró en los pen- social través de la crueldad vés de la caridad
sadores griegos, fundamentalmente en Platón y Filosofía Múltiples escuelas: es- Busca de una ciencia
Aristóteles, sus fuentes para elaborar una ciencia cepticismo, hedonismo unificada de corte rea-
racional unificada de corte realista. Tampoco y gnosticismo. lista, sobre la base de
Platón y Aristóteles.
propuso un culto al estado ni al rey como sacra-
mento de unidad, sino que sostuvo que la Iglesia Mecanismo de Persecución ubicua. Represión limitada.
represión
es dicho sacramento. Todo poder proviene de lo
Alto, no es concedido por la sangre, ni por la vo-
luntad popular, ni por la voluntad de poder, ni
10 Adrián Bet

Debe notarse que la Cristiandad se gestó No obstante, algunos hechos previos a esta
dentro del Imperio romano, levantándose a partir edad dorada fueron el comienzo de la decaden-
de sus ruinas. No se trató de dos pretensiones cia, el inicio del fin. Un tiempo antes –1054– la
externas, como sucede entre dos potencias –v.g., Cristiandad había sufrido la pérdida de la uni-
Cartago y Roma–, por el contrario, fue una larga dad, en el llamado Cisma de Oriente, en la que
lucha en su seno. El cambio de paradigma se católicos y ortodoxos se separaron en dos mun-
produjo desde la aparición del cristianismo en dos político-religiosos completamente diferen-
Judea hasta la consolidación política durante tes, lo que favoreció el poder musulmán en su
unos siete siglos –de Pentecostés a Carlomag- guerra sin descanso contra los cristianos. Luego,
no–. Esta nueva universalidad no demolió las en Occidente –1075–, se produjo una fuerte cri-
instituciones romanas, sino que se presentó sis política entre el papado y el Sacro Imperio
como continuadora de todo lo bueno que ellas Romano Germánico, en la persona de Enrique
tenían, elevándolas. IV, por la denominada Querella de las Investidu-
De un modo análogo, cerca de unos seis si- ras. El emperador y el papa Gregorio VII dispu-
glos desde el comienzo de la Edad Moderna, ve- taron sobre el derecho de nombrar a los obispos
mos que nuestra sociedad persigue la meta del –que en ese entonces no sólo eran siervos de la
globalismo. Esta palabra toma el ideal univer- Iglesia, sino en muchos casos señores feudales,
salista, pero se desentiende etimológicamente de vasallos del poder temporal–. La cosa se solu-
él, para negar toda vinculación con la Iglesia y la cionó recién con el concordato de Worms, casi
cultura grecolatina. Sin embargo, es claro que el 50 años después, tras la excomunión de Enrique
próximo universalismo debería surgir de las ce- IV, dos papas y un nuevo emperador. No obstan-
nizas de la Cristiandad y ser profundamente te, bajo Federico Barabarroja y su nieto Federico
anticristiano, volviendo a los principios del Alto II se renovó el asunto por la violación de los tra-
Imperio. El globalismo promovido por la Agen- tados y distintas incursiones en Italia. Estos epi-
da 2030 se presenta como un fuerte candidato sodios marcaron una pugna permanente y escan-
para preparar el camino, sólo le faltaría desarro- dalosa entre el poder temporal y espiritual, entre
llar una iglesia universal a su medida. El mal ha los reyes y los papas, que sentó las bases del ab-
aprendido bastante de su derrota, por eso, es de solutismo monárquico. En 1291 caía la última
esperar mayor sutileza hasta su encumbramiento ciudad del reino cristiano de Tierra Santa, que
en el poder, donde emergerá con toda su brutali- duró dos siglos y fue producto de las Cruzadas,
dad. Al respecto, hay sendas pruebas por los ex- lo que tuvo un severo impacto moral en la épo-
perimentos de regímenes políticos con preten- ca. Al comienzo del siglo XIV el papado se tras-
sión universal, como el comunismo y el nazis- ladó desde Roma a la ciudad de Avignon, en
mo. En tal sentido, el globalismo es un epítome Francia, para ser protegido del creciente poder
de aquellos, aunque ofrecerá cierta ilusión de imperial. Para desgracia de la Cristiandad, el
trascendencia. Su alma no sería meramente in- Papa quedó condicionado por la potestad del rey
manente, aunque así se presente por ahora. Pero, francés, y fue, en la práctica, un títere de este.
para llegar a esta conclusión, necesitamos un re- Luego de que el Papa Gregorio XI, último de
corrido mayor. Avignon, volviera a Roma, se produjo el Cisma
de Occidente –1378/1417–, donde hubo entre
dos y tres papas simultáneos que se disputaron el
La larga declinación trono de San Pedro. Este escándalo minó la cre-

P odemos establecer el apogeo de la Cris- dibilidad de la Iglesia, sostén espiritual de la


tiandad desde mediados del siglo XIII y Cristiandad, que nunca se repuso de tales golpes
hasta los comienzos del siglo XIV, con la teolo- contra la autoridad del Papa. El grito de los codi-
gía de Santo Tomás de Aquino y la poesía del ciosos reyes de la época fue entonces: «Papa no,
Dante como productos sublimes de la cultura ca- Iglesia sí». Para colmo de males, se suscitó la
tólica. En lo político, San Luis Rey de Francia Peste Negra a mediados del siglo XIV, que mer-
fue el modelo de gobernante cristiano. mó notablemente la población y produjo concep-
La larga declinación. De la Iglesia universal a la iglesia global 11

ciones fatalistas de la historia. En lo filosófico, política reduce la Iglesia a un mero ministerio


ya en el tiempo de Santo Tomás, las doctrinas de del poder temporal, cosa que se advierte aún en
Roger Bacon, del Beato Duns Scotto y de Gui- la Iglesia Ortodoxa. En 1517 comenzaba la Re-
llermo de Ockham, entre otros, provenientes de forma de la mano de Martín Lutero. Fueron los
las universidades inglesas y la orden francisca- abusos en las indulgencias que otorgaba el Papa,
na, ganaron gran popularidad. Introdujeron obje- a cambio de donaciones para la reconstrucción
ciones al realismo hilemorfista del Aquinate; el de la Basílica de San Pedro, quienes encendieron
primero con el empirismo –la experiencia como el reguero de pólvora dejado por las luchas entre
fuente principal del conocimiento, no el razona- el poder terrenal y el espiritual. Los protestantes
miento deductivo–, el segundo con el voluntaris- se rebelaron contra la Iglesia en varios frentes,
mo –la preeminencia de la voluntad por sobre la respecto de: 1) la Tradición, con el principio de
razón–; y el tercero con el nominalismo –la ne- sola scriptura –sólo la Biblia es fuente de reve-
gación de los universales, que serían etiquetas lación–; que también implica, 2) la rebelión
mentales sin existencia real–. Su crítica apuntó contra el Magisterio por el libre examen –el es-
al énfasis con que la escolástica abordaba cues- píritu Santo asiste a cualquiera que interprete la
tiones teológicas que resultaban marginales, re- Biblia, sin necesidad de mediación–; 3) de la
clamando la independencia entre fe y razón, la moral, con los principios de sola fidei –la justifi-
vuelta a la exégesis y el abandono de la teología. cación se recibe por la fe– y sola gratia –las
Así, estas corrientes iniciaron el asedio que con- obras no cuentan sino la gracia de Dios–; y, en
cluyó con la destrucción del hermoso castillo le- consecuencia, 4) de la autoridad –el Papa no tie-
vantado por la escolástica. En la historia del ne jurisdicción moral o doctrinal sobre los reyes
pensamiento no ha ocurrido mayor desgracia, se ni los fieles–. Todo se podía resumir en el grito
detuvo el progreso para caer en un sinnúmero de de: «Iglesia no, Cristo sí». Este rechazo a la uni-
opiniones delirantes. De tal suerte, fueron el ger- dad del Cuerpo Místico, los desangró en cientos
men de la filosofía moderna, sobre todo de de denominaciones y sectas. Entre tales reforma-
Hume, Kant, Hegel y Shopenhauer, además de dores estuvo Calvino, cuya doctrina, más radical
sus derivaciones, que rigen el desastrado pensa- que la de Lutero, logró un impacto sociológico
miento corriente de nuestro tiempo. determinante, sobre todo en Inglaterra y sus co-
El fin del medioevo ocurrió en 1453, cuando lonias. Construyó una contraiglesia sólida, basa-
cayó el Imperio Romano de Oriente a manos de da sobre un régimen electivo de representación
los turcos. Los reinos musulmanes se aseguraron en asambleas, antecedente del parlamentarismo
el control del mediterráneo y cerraron definitiva- actual. Mediante la doctrina de la predestina-
mente las rutas comerciales con el Asia. Así se ción, definió que el bienestar material es signo
inició la Edad Moderna. de salvación, por ende, los ricos eran los favore-
cidos por la gracia de Dios y los pobres, los
La caída de Constantinopla generó un au- réprobos. Con esta enseñanza, contraria a Nues-
téntico cambio de dirección. Forzados por la fal- tro Señor, se sentaron las bases del capitalismo,
ta de rutas comerciales, los reinos cristianos rea- que, por este medio, “cristianizó” en los reinos
lizaron el gran descubrimiento de América, pu- disidentes la avaricia, la codicia y la explota-
sieron sus empeños hacia el occidente y en la ción. De tal suerte, puso nuevamente el germen
circunvalación para llegar al oriente. También de la segregación de los hombres a causa de su
Europa recibió la inmigración masiva de teólo- condición social. Los protestantes se consolida-
gos bizantinos, muy influenciados por el neopla- ron políticamente en múltiples reinos con la gue-
tonismo y sus ideas gnósticas. Concebían el po- rra de los treinta años –1618/1648–, en una suer-
der regio con la doble autoridad política-religio- te de conciencia nacionalista desconocida hasta
sa –contraria a la concepción católica de las dos ese momento. Fruto del armisticio, se estableció
espadas, que implica la complementariedad de la potestad de cada príncipe elector para deter-
ambos poderes–, y que luego daría sustento teó- minar la religión de su pueblo. Poco más de un
rico a los príncipes protestantes. Esta filosofía siglo antes, Inglaterra en 1534 había fundado su
12 Adrián Bet

iglesia nacional: el Anglicanismo, con Enrique cierta incomprensión de la Iglesia de la época y


VIII. La simplificación teológica, la ruptura con el fenómeno de la disgregación protestante, las
la autoridad papal y la justificación moral de la ciencias se escindieron malamente de la teología
explotación humana dieron sobrados motivos y la moral universales, lo que generó una tensión
para que los príncipes protestantes controlaran y injustificada entre razón y fe. Por todas estas
adaptaran la religión a sus intereses y caprichos, causas, la unidad católica de la Cristiandad tuvo
entre los que se incluía la confiscación de los su final en un pandæmonium de religiones, rei-
cuantiosos bienes de la Iglesia medieval. Estos nos y filosofías contrapuestas.
hechos significaron la llamada Revolución de los Las ideas renacentistas cristalizaron en el
Reyes, el golpe de muerte para la Cristiandad. movimiento de la Ilustración que produjo el li-
Entonces, los monarcas fueron la cabeza de las beralismo ideológico, enemigo de la religión
iglesias locales, reuniendo en sí la religión y el cristiana y de las monarquías de la época que se
estado; triunfo poco advertido, sin duda, de las encontraban en una decadencia generalizada.
ideas bizantinas, que tuvieron también continui- Por medio de un aparato propagandístico a gran
dad explícita en la Rusia de los zares. En ese escala, que fue posible por la invención de la im-
tiempo, también se desarrolló, a través de la fi- prenta, logró captar la atención, primero, y las
gura consular de Maquiavelo, el pragmatismo voluntades, luego, de las clases burguesas aco-
político, que sostiene que cualquier medio, mo- modadas, para acabar desplazando a los nobles
ral o inmoral, es lícito para conquistar, conservar del poder. Así, un nuevo cambio de época se
y ejercer el gobierno. Es la doctrina de la au- suscitó tras la Revolución americana de 1776 y
tojustificación del poder convertida en funda- la francesa de 1789. Las democracias se exten-
mento del orden, a despecho de la concepción dieron y se formaron las naciones modernas so-
católica que lo define como una concesión de bre los viejos reinos y buena parte de sus colo-
Dios para la promoción del bien común. La idea nias. Surgió el ídolo de la democracia liberal,
autotélica del poder degeneró en el absolutismo cuya retórica cobra visos religiosos y supone
monárquico, tan restringido en el medioevo y, que la soberanía, fuente del poder arrebatada a
más adelante, fue retomada en filosofías como la los monarcas despóticos, tampoco proviene de
de Nietzsche e ideologías como el nazismo. Esta Dios, sino del pueblo, que delega en sus repre-
época produjo el Renacimiento, con un redescu- sentantes mediante un implícito Contrato Social,
brimiento de la cultura pagana, y su movimiento validado por el sufragio libre y universal. El
típico: el humanismo. Esto significó un cambio pensamiento iluminista también parte de otros
de centro de gravedad en el arte, la reflexión fi- mitos como la trilogía libertad, igualdad y frater-
losófica y la teológica, desplazándose de Dios al nidad, que son tergiversaciones de conceptos
hombre. Pronto surgieron corrientes de pensa- cristianos análogos y, en cierto sentido, sustitu-
miento totalmente apartadas de la filosofía aris- tos simiescos de la Santísima Trinidad. La liber-
totélico-tomista adoptada oficialmente por la tad iluminista es en realidad libre albedrío sin
Iglesia, tales como: el racionalismo de Descartes otra atadura que la voluntad ni otros límites que
–la razón es la única fuente del conocimiento–, la moral subjetiva de cada quien. La igualdad no
el empirismo de Hume –la experiencia es única es derivada de la naturaleza del hombre, sino de
la fuente del conocimiento– y el idealismo inci- la ley positiva, por ello, no es un derecho inalie-
piente de Kant –el conocimiento es fruto de la nable sino legislable. Por otro lado, reemplaza el
experiencia, pero organizado por ciertas ideas a concepto de equidad, que es dar a cada quien lo
priori innatas–. En esa misma época, en el tiem- que corresponde, para concederle a todos lo mis-
po mediado entre Galileo y Newton, se constru- mo. Por último, la fraternidad no es más que
yó el nuevo paradigma de las ciencias naturales. sentimentalismo, basado sobre el hecho biológi-
La experimentación y la aplicación de la mate- co de la especie, y no en la caridad cristiana que
mática teórica a la física, lograron éxitos enor- la eleva al orden sobrenatural. Nota aparte mere-
mes, por ejemplo, dar cuenta de la teoría helio- ce el mito del “buen salvaje” que postula que el
céntrica y la gravitación universal. Debido a hombre es naturalmente bueno, si no fuera por
La larga declinación. De la Iglesia universal a la iglesia global 13

las imposiciones de la sociedad, lo que implica demoler el ideal iluminista y representa la cúspi-
una negación expresa del pecado original, es de- de del modernismo romántico –de fuertes in-
cir, de la doctrina católica que, si bien el hombre fluencias gnóstico-panteístas, enraizadas en el
es creado bueno por Dios, tiene una naturaleza satanismo– antepasado del actual progresismo.
proclive al mal, consecuencia de su caída. En Uno de los pocos intentos unificadores lo encar-
esta idea subyace también la negación de la na- nó la ciencia que, basada sobre la epistemología
turaleza social del hombre, lo que genera el aira- realista de Aristóteles y Santo Tomás, más las le-
do individualismo de nuestra cultura. En teoría, yes universales descubiertas por Newton, produ-
liberado el hombre por la razón y la ciencia hu- jo un avance increíble en el dominio de la natu-
mana, cuyas principales ataduras son la idea del raleza. Es por ello que las ciencias prácticas ocu-
pecado y la ignorancia, construirá el paraíso en pan el lugar de la filosofía y hasta de la religión.
esta tierra, idea pelagiana de la salvación por las Se vuelven, entonces, en el único árbitro de lo
obras, sin necesidad de la gracia divina. Sin em- cierto, a contramarcha del relativismo reinante.
bargo, no hay una religión clara, sino una espe- Junto con la revolución industrial, surge un opti-
cie de deísmo sin organización, que aspira con- mismo avasallante: el ideal del paraíso en la tie-
tener todas las creencias; un nuevo sincretismo rra, que se supone al alcance de la mano por me-
que sólo excluye a la Iglesia Católica. El papel dio de la ciencia y la técnica incipientes.
de las religiones se reduce a la esfera privada, Pero en poco más de un siglo, todo se vino
pasa ser una cuestión individual sin impacto so- abajo como un castillo de naipes, consecuencia,
cial. Simplemente, es pública y obligatoria la sin duda, de la desaparición de todo vestigio en
adhesión a un pequeño cúmulo de ideas civiles, la práctica política de aquella moral universal,
supuestamente neutrales y comunes a todos los propia de la Cristiandad. Por un lado, se produjo
ciudadanos. Así, las creencias religiosas son se- la liquidación definitiva de los viejos imperios,
cundarias, lo importante es la acción ajustada a que terminó en las guerras mundiales y, por otro,
cierta ética, sustentada sobre la ley positiva –que los excesos del capitalismo, que desembocaron
no reclama una ley natural anterior–, es decir, le- en el comunismo. La primera guerra mundial,
gisladas por el estado y expresadas inicialmente con un costo desconocido hasta el momento de
por el mito del Contrato Social. El grito de esta vidas humanas, fue producida por una tensión
época fue: «Cristo no, Dios sí». El liberalismo, entre los vetustos imperios por el reparto de sus
más allá de su discurso, se rige por varios presu- colonias y redundó en su desaparición, funda-
puestos que contradicen su teoría. Por empezar, mentalmente, de aquel último pálido resto de
la raza humana se divide de facto entre unos po- Cristiandad que fue el Imperio Austro-Húngaro.
cos que poseen capital y una extensa mayoría Además, se produjo un terrible contraste entre
que no; aunque se declame al hartazgo la igual- enormes masas que caían en el embrutecimiento
dad ante la ley, no funciona. En todos los órde- y la pobreza más abyectos, y la burguesía que se
nes los ricos tienen privilegios, hasta cuando van enriquecía obscenamente a costa de aquellas.
a la cárcel. Otra contradicción es la sistemática Ambos hechos se realizaron de la mano de los
persecución cultural –cuando no física, como en nuevos descubrimientos científicos y de la técni-
La Vendée– a los cristianos, por medio del des- ca. Esta es la época del modernismo, que se alza
crédito social. En lo filosófico, el hedonismo, el desde finales del siglo XIX hasta la segunda
escepticismo, y el relativismo dominan, cuándo guerra mundial. El ideal modernista estuvo en
no, la escena. continuidad con el iluminismo, pero renegó de
El universalismo fue un ideal lejano para la todo vestigio de lo divino. En su delirio augura-
era revolucionaria. En lo político, se trata del ba un triunfo del hombre a través de la ciencia y
desguace de los viejos reinos mediante la pro- el arte. Las ideologías dominantes son: el positi-
moción de un nacionalismo laicista con tinte vismo –que funda la religión de la ciencia–, el
anticristiano. Para la filosofía, acontece una marxismo –que funda la religión del proletaria-
diáspora de escuelas, principalmente de tinte do– y el nazi-fascismo –que funda la religión del
idealista, como la de Hegel que, en sí, viene a estado–. Así, el grito de esta época será: «Dios
14 Adrián Bet

no, Hombre sí». El marxismo, por su parte, apa- guesía, como en el caso del marxismo. Debe no-
rece con pretensiones universales, brindando una tarse que los colectivos no son una mera agrega-
explicación de la historia a partir de la lucha de ción de individuos unidos por un contrato o cier-
clases, mediante la reformulación materialista de to interés, como para el iluminismo, sino totali-
la dialéctica hegeliana. Esta ideología es atea, dades éticas, en sí y para sí, que no necesitan
profundamente anticristiana y, en la práctica, ninguna otra moral que pertenecer, fundamenta-
una contraiglesia que deglute todo lo sacro. Si das, como son, por el infalible Espíritu Absoluto.
algo tolera de la religión, lo somete a un estricto Es bastante claro que este dualismo radical –que
control para alcanzar sus fines. El experimento aún padecemos en plétora de colectivos reivindi-
bolchevique de la Unión Soviética dio claras cativos– terminara como terminó, con el mayor
muestras de crueldad inhumana. El positivismo costo de vidas de la historia.
–basado sobre los grandes descubrimientos cien- Luego de la segunda guerra, por primera vez
tíficos y teorías, como la evolución de Darwin– en 2500 años, el centro de la humanidad se des-
intentó reemplazar la filosofía y la religión. El plazó fuera de Europa. América y Rusia serán
nazi-fascismo creó un culto a la figura del líder, los protagonistas de una nueva época, producto
como encarnación del estado y médium de la vo- del reparto del mundo entre ellos. Esto inauguró
luntad popular. Fue una anticipación, algo burda, la era del posmodernismo. No es de extrañar que
del reino del Anticristo. Las tres ideologías re- surgiesen filosofías contrarias o escépticas res-
visten un profundo carácter mesiánico, expresa- pecto del ideal iluminista/modernista, pero que,
do como destino histórico de la clase a veces, de en vez de retomar el ideal cristiano, dieron otro
la raza en otras y de la evolución en otras. paso significativo en su alejamiento. Una de sus
Visto a la distancia, es una verdad de Pero- corrientes es el existencialismo, que nació a co-
grullo que tales maldiciones, con su terrible mienzos del siglo XX. Se trata de una filosofía
ofrenda de sangre al ídolo de este mundo, pasa- centrada en la reflexión de las circunstancias de
ran. Es que el modernismo genera fragmenta- la existencia del hombre, digamos, en su expe-
ción social: hacia dentro –lucha de clases–, o ha- riencia vital, por lo tanto, rabiosamente indivi-
cia afuera –nacionalismos exacerbados–. Como dualista. Pesimista hasta los tuétanos, propugna
mencionamos al pasar, el modernismo llega a su la falta de sentido de todas las cosas, no hay un
apogeo intelectual con Hegel. Este sabio postula propósito universal, ni un fin para la vida, que
que hay un espíritu universal, algo así como el en tal caso sería absurdo, obra de las fuerzas cie-
nirvana de los hindúes y budistas, que a través gas de la naturaleza o el azar. No esboza solu-
de sucesivas contradicciones o desgarramientos, ción alguna para la angustia autodestructiva que
llega al Espíritu Absoluto, que se hace objetivo genera, sino que la lleva al grado de ontología,
en la historia. Dicho espíritu es uno de los seres al hacer del absurdo la base de la existencia –lo
supremos gnósticos, lo que se dice Satanás, aun- que cataliza la antigua corriente nihilista de los
que el propio Hegel lo disfrace de humanismo y rusos y Nieztche, con origen en los escépticos
adoración a su filosofía –que representa la toma griegos–. No es de extrañar que, tras de sí, flo-
de conciencia de sí, de ese viejo Arimán de per- rezca una cultura de la muerte, con aceptación
sas y maniqueos–. Este galimatías genera ban- masiva del suicidio, la eutanasia, el aborto, en
dos antagónicos entre los que encarnan al Espíri- síntesis, el odio a la especie, muy notorio en
tu Absoluto y los que no. Tales colectivos pue- cierto ecologismo actual, que considera al hom-
den representar el par nación/extranjería, como bre una plaga, que debiera combatirse para la re-
en el caso del nazi-fascismo, o proletariado/bur- cuperación del ecosistema6.
6 «El naturalista británico David Attenborough cree que los humanos son “una plaga sobre la Tierra”, e instó a con-
trolar el crecimiento de la población para que ésta sobreviva, según comentó en una entrevista. El prestigioso natu-
ralista, de 86 años, mostró su pesimismo con respecto al futuro del planeta, al que, según su criterio, no afecta sólo
el cambio climático, sino también la presencia masificada de humanos, para los que quizá no haya recursos sufi-
cientes. “No se trata sólo de cambio climático. Es también una cuestión de espacio, de si habrá suficiente sitio para
cultivar alimentos que suministrar a toda esa enorme multitud”, explicó Attenborough». La Nueva España,
lne.es/sociedad/2013/01/23/attenborough-ve-humanos-plaga-insta-20722781.html
La larga declinación. De la Iglesia universal a la iglesia global 15

Del existencialismo surge el posmodernis- estados de su esfera. Por su parte, la Unión So-
mo. Este corpus un tanto heterogéneo, en su co- viética exportó su modelo por medio de la gue-
rriente conservadora, se reformula fusionándose rrilla y la agitación en países de la órbita occi-
con el capitalismo. Para ello sublima sus partes dental, mientras se cerraba con sus satélites tras
más oscuras y brinda cierta concordia con el sis- la Cortina de Hierro. La tensión entre ambos se
tema, al menos por medio del desinterés anesté- conoció como la Guerra Fría, y estuvo a nada
sico por él. Así, el posmodernismo práctico ter- de desatar el holocausto nuclear y el exterminio
mina en el consumismo, que propone como sen- de la mayor parte de la humanidad. Por gracia de
tido de la existencia cierto bienestar, producto Dios, no ocurrió, y la hegemonía se decantó por
del consumo de bienes materiales cada vez más medios relativamente pacíficos con la caída del
efímeros, en una suerte de carrera por conseguir- bloque soviético a finales del siglo XX. El fraca-
los, supuestamente desprovisto de cualquier so del comunismo, en términos históricos, fue
ideología. Tal forma agotadora de hedonismo se- bastante rápido. Como reacción exagerada al tu-
rá el nuevo ideal de Occidente. El Sueño Ameri- nante concepto de propiedad privada del capita-
cano de los ‘50 y la denominada Civilización Li- lismo7, lo niega teóricamente en forma absoluta
ght de los ‘90, serán sus expresiones culturales. –a pesar de ser este un derecho natural– y en la
El posmodernismo en su corriente progresista práctica lo subsume totalmente en el estado. En
también se reformula para el marxismo, y obra consecuencia, se hunde por razón de su ideolo-
de síntesis entre este y el capitalismo, a través de gía, porque suprime no sólo la propiedad priva-
la impregnación de la cultura, por lo que muchas da, sino la iniciativa personal y el principio de
veces se denomina marxismo cultural. No inten- subsidiariedad, además genera una casta parasi-
ta, en principio, una demolición total como la taria en el estado, que dilapida los haberes públi-
que propuso su antecesor bolchevique, sino el cos. Es por una idea equivocada de propiedad
reemplazo o resignificación de muchos conteni- que, tanto el marxismo como el capitalismo, son
dos aceptados universalmente, persistiendo una incapaces de resolver las injusticias que claman
relación superficial entre un concepto y su ante- al cielo, vistas cada vez con mayor frecuencia.
cesor cristiano o iluminista. Este truco de presti- Desde la decadencia de la Edad Media hasta
digitadores se denomina pomposamente decons- la irrupción del posmodernismo, es fácil de ver
trucción. En gran medida, las palabras quedan, una suerte de descenso a los sótanos del espíritu
pero tergiversado su sentido. Por ejemplo, cuan- y la sociopolítica, como si se tratase de escalo-
do se hablaba de amor en tiempos cristianos se nes, que diluyen primero, para abjurar luego del
entendía por la virtud teologal de la caridad, en ideal de Cristiandad. Los primeros dos niegan la
la edad del iluminismo se entendía como la fra- unidad y los últimos la integridad de la catolici-
ternidad natural de la familia humana, hoy día se dad, por lo que la totalidad universal, aunque
reduce al placer o utilidad que proporciona el subsiste como meta, se desmoronó en los he-
otro como objeto. Al paso que vamos, pronto el chos. En tal sentido, fueron movimientos cada
amor deconstruido significará todo el mal y la ti- vez más destructivos, que demolieron las bases
ranía que se le prodigue al otro, justificada con del universalismo cristiano, finiquitando todo
alguna frase de fuerte emotividad. resto significativo de Cristiandad, pero que no
El universalismo occidental, desde esa épo- pudieron sustituirlo por ideales de la misma
ca hasta hoy, es más bien de orden práctico que fuerza y estabilidad. Se pusieron de moda falsas
teórico. Se trata de un imperialismo basado en el y absurdas religiones, tales como los esoteris-
consumismo global. Desde la posguerra, Estados mos orientaloides, otras de carácter laico como
Unidos y sus aliados aparecieron como la policía la idolatría democrática, el culto al estado fascis-
del mundo, interviniendo en cuanto conflicto fa- ta o al proletariado comunista, pero ninguna de
vorece a sus intereses y presionando a todos los ellas tiene una aspiración trascendente, necesaria
7 El capitalismo supone que el derecho a la propiedad es absoluto, en contraposición al concepto católico de la pro -
piedad participada, concedida por Dios a toda la humanidad para el fomento del bien común. En el ideal cristiano,
alguien que ejerce su derecho de propiedad para perjuicio de la sociedad, debe perderlo.
16 Adrián Bet

como cohesión de todo universalismo, que pro- La burla del demonio


porcione una explicación para las preguntas bá-
sicas de la existencia. Falta ese paso, y parece
ser la construcción de una religión católica anti-
cristiana, hija dilecta del imperio de Satanás. En
F iguradamente8, Goethe en las primeras pá-
ginas del Fausto, obra ocultista, por cier-
to, sintetiza la última parte de esta gran declina-
otros términos, durante los cuatro escalones pre- ción, digamos desde la crisis del iluminismo, se-
vios se vació de contenido la catolicidad cristia- gún el punto de vista del romanticismo imperan-
na, en el escalón siguiente se trata de llenarla, o te. Fausto –que representa el ideal iluminista–
mejor dicho, resignificarla –lo que implica pre- tiene un profundo vacío existencial a pesar de
viamente desarmarla conceptualmente o, como haber adquirido todo el saber que da la ciencia.
le gusta decir a los intelectuales, deconstruirla–. Por ello se ha volcado a la magia en busca de
Este cambio semántico tiene un motivo muy completitud. Observa admirado el signo esotéri-
preciso: el cristianismo tiene que ser absorbido co del Macrocosmos –símbolo del conocimiento
por la iglesia global, modificando su cosmogo- astrológico, de lo eterno y de lo trascendente– y
nía, pero sin que se note, como en las ranas de la se pregunta si él será un dios. Entonces, decide
olla. De ahí, el ambiguo lenguaje que pulula en- invocar al Espíritu de la Tierra –símbolo del co-
tre muchos líderes católicos, que permite, a la nocimiento natural, la historia y lo inmanente–,
vez, interpretar algo y su contrario. El grito de la al que se considera más semejante. Luego del re-
época es: «Hombre no, Colectivo sí», que reivin- chazo que sufre –es decir, la imposibilidad de
dica los movimientos de masa, sólo para esclavi- agotar la naturaleza con el intelecto humano–, se
zarlos. Aunque esto no será todo, en algún punto funde en la más completa de las desolaciones y
aparecerá la lisa y llana adoración al Príncipe de se plantea el suicidio como salida existencial.
este mundo, que tiene en la agenda la pleitesía Más tarde, una potencia demoníaca se le apare-
de todos los pueblos a su persona. ce, primero, en forma de amigable can y, luego,
En resumen, tras una larga declinación, la con aspecto de caballero distinguido. De forma
catolicidad cristiana va camino a una anticris- sugestiva, el perro se devela como Mefistófeles
tiandad, con su iglesia global de neto corte satá- cuando Fausto intenta una exégesis deconstructi-
nico, que será instrumento de su pasión y cruz vista del primer versículo del Evangelio de San
antes de la segunda venida de Nuestro Señor, en Juan: «En el principio era la Palabra». Decide
Gloria y Majestad. que algo no encaja, que “Palabra” –Logos– en
realidad quiere decir “Poder”, para decidir final-

8 Esta digresión intenta ampliar la brillante interpretación que hizo del Fausto el Dr. Miguens (cf. op. cit. Pág. 198 ).
La larga declinación. De la Iglesia universal a la iglesia global 17

mente que debiera decir “Acción”. Con maes- nación. Los escalones, desde la Reforma hasta la
tría, el poeta define el espíritu del modernismo, actualidad, serían simplemente pasos, cada vez
que su protegido y amigo Hegel expresa a través más disruptivos, de la fragmentación dentro de
de la filosofía, como la negación del ser y de su la negación antitética de la Modernidad, hasta
esencia, en favor del movimiento perpetuo de la reencontrarse –en sí– en la Antricristiandad.
acción en sí y por sí, un autotelismo que permite
la creación ex nihilo, tal como el uroboro, la an-
tigua y alquímica serpiente que se devora su
cola. Mefistófeles se presenta como el «Espíritu Llenar el cántaro
que todo niega», es decir, la esencia del pecado
y la destrucción, porque, según él: «todo merece
ser aniquilado». Luego de distintos devenires,
Fausto le entrega el alma al diablo, por algo tan
A sí, se gesta otra época que vuelve al ideal
universalista, aunque aún no termina de
consolidarse. Hija del gnosticismo hegeliano, el
trivial como el amor de una muchacha –símbolo materialismo marxista y el pesimismo existen-
de las pasiones básicas–, y de la que antes pron- cialista que se transfunden formulando varias
to que tarde se harta, para finalizar todo en tra- corrientes, cuyo producto más exitoso ha sido el
gedia. Esta parábola nos anticipa, casi como bur- posmodernismo progresista.
la, el plan del mal para la humanidad: aparta-
miento progresivo de Dios bajo la promesa de li- Es justamente el progresismo, brazo político
bertad, a través del naturalismo y la ciencia, la del marxismo cultural, que aspira a este carácter
negación del ser por el idealismo esotérico, la universal y, como vimos antes, asume algunas
caída en el bestialismo de la sensualidad, hasta concepciones del capitalismo y las nuevas for-
llegar a la desesperación del suicidio –o mejor mulaciones de la izquierda. En Occidente, tal
dicho, del odio a la especie– y, por último, la es- mentada ideología ejerce, en la práctica, la regu-
clavitud bajo el poder satánico, que busca la ani- lación del pensamiento mediante la corrección
quilación del hombre. Lo tragicómico ha sido su política, fuera de la cual sólo hay estigmatiza-
cumplimiento, al menos hasta ahora. ción. La segregación social se implementa de
forma inmediata mediante la demonización por
epítetos, también llamados “palabras mordaza”.
También, según esta lógica diabólica que fue Esta ferocidad idiomática revela el carácter tota-
popularizada por el mentado Hegel –en realidad litario del progresismo. Por otro lado, tal movi-
formulada por Fichte e inspirada en Spinoza–, se miento se atribuye la representación de cuanta
deberían transitar tres momentos: tesis, antítesis minoría “sufriente” o “excluida” haya, para im-
y síntesis; que podríamos representar por tres poner sus puntos de vista por empatía o rabia,
épocas respectivas: Cristiandad universal, Mo- cuando es furibundo y nada empático con cual-
dernidad fragmentada y Anticristiandad global. quiera que presente la mínima objeción a su cor-
Al parecer, nuestra época está en los prolegóme- pus ideológico, también con los que dice repre-
nos de la última etapa. A partir de la perspectiva sentar, que sólo utiliza para desestabilizar las so-
de esta dinámica, podemos representar la decli- ciedades y alzarse con el poder.
Sin embargo, el progresismo carece de tras-
cendencia, En tal sentido, es un cántaro vacío
que hay que colmar para abrevar en el movi-
miento definitivo de la globalización. Hay algu-
nos candidatos ideológicos que intentan llenarlo:
el veganismo ecologista, dotado de un fanático
panteísmo; el transhumanismo, que promete me-
diante la tecnología el paraíso terrenal y la de-
rrota de la muerte; el feminismo y la ideología
de género expresados como rabia justiciera; el
18 Adrián Bet

socialismo contemporáneo con su adoración al discurso esjatológico: «Después os entregarán a


estado, que absorbe las organizaciones interme- la tribulación y os matarán y seréis odiados de
dias y la propiedad mediante impuestos salvajes; todos los pueblos por causa de mi nombre.» (Mt
a lo que debe añadirse, al menos nominalmente, 24:9). Es así que la máxima tensión de esta lu-
los viejos ideales masones de libertad, igualdad cha perenne ocurrirá en los últimos tiempos, jus-
y fraternidad. No deben extrañarse síntesis estra- to antes de la Parusía: «Porque habrá, entonces,
falarias entre estas corrientes y con otras ideas grande tribulación, cual no la hubo desde el
pseudomísticas. Es evidente que para lograr esta principio del mundo hasta ahora, ni la habrá
unidad sincrética hace falta la equiparación de más.» (Mt. 24:21).
todas las religiones: lo mismo Buda que Cristo, La cuestión axiológica se centra en el siste-
Gaia que la comunión de los santos, la Pachama- ma de valores, o quizás más ampliamente en la
ma que la Virgen. Nadie quedará excluido de la cosmovisión irreconciliable de cada uno. En es-
nueva religión, que seguramente se presente encia, se trata de como conciben la divinidad y
como la síntesis de la evolución humana, supera- su relación con el hombre. Estos rivales han to-
dora de todas las tendencias antagónicas, conci- mado muchos nombres a lo largo de la historia,
liadas en sí, para la “paz mundial”. Debido a aunque se podrían resumir en fidelidad a Dios
ello, es necesario “bautizar” esta nueva fe –tan versus idolatría satánica. No obstante, para este
vieja como el Edén–, mediante la cooptación de escolio, lo más adecuado sea cristianismo contra
la Iglesia de Cristo, para que la medida del cán- gnosticismo. El cristianismo cree en un Dios
taro rebose. personal, omnipotente y trascendente, el gnosti-
cismo, en cambio, concibe un principio inma-
El trasfondo de la incompatibilidad nente del universo: caótico, impersonal y abso-

P
luto, que se confunde con él, más una dualidad
ero… ¿Por qué debe ser así? ¿No es posi- inteligente y poderosa –además de un sinfín de
ble la convivencia o al menos la segrega- potencias menores–, pero no omnipotente, surgi-
ción en dos culturas diferentes? Creemos que no, da de este ser primordial, y en continua disputa.
debido a la propia naturaleza del asunto. Para Para los adeptos de la gnosis, el Dios católico es
sustentarlo, podemos hacer tres aproximaciones: una potencia maligna, que se opone al Príncipe
una teológica, situada en la lucha entre el bien y de este mundo. Los cristianos sostienen que el
el mal; otra axiológica, centrada en las diferen- universo, bueno en esencia, tanto en lo espiritual
cias entre la cosmovisión cristiana y la gnóstica; como en lo material, fue creado de la nada por
y otra geopolítica, enfocada en la coexistencia Dios en su infinita bondad; para los gnósticos, el
de dos o más pretensiones universales. mundo físico es una apariencia creada por el
El problema teológico se suscita desde el principio del mal. El espíritu, en cambio, es in-
comienzo la Revelación, como historia de la creado, pero padece la fragmentación, una suerte
creación, misma. El mundo y en su devenir es el de desgarro en todos los seres, por lo que lucha
gran escenario para la confrontación entre el por reunificarse y alcanzar la conciencia. En
bien y el mal, dentro de la Providencia o Econo- consecuencia, todos los seres son dios, tanto más
mía divina, y un auténtico misterio. La historia, cuanto más conscientes son. Respecto del fin úl-
entonces, es historia de la salvación, que no está timo, para los seguidores de Cristo, la humani-
exenta de altibajos en la relación entre Dios y el dad alcanza la bienaventuranza en cuerpo y alma
hombre. En un pasaje bíblico decisivo, luego del por la gracia de Dios; para los ocultistas, se al-
pecado original, Dios le dice a la serpiente: «Y canza por la transmutación obrada mediante un
pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu conocimiento secreto, que libera al espíritu de la
linaje y su linaje: éste te aplastará la cabeza, y tú carne y lo vuelve uno con el espíritu del univer-
le acecharás el calcañar.» (Gn 3:15). Queda cla- so. De esta forma, se establece la diferencia en
ro que no hay posibilidad de entendimiento, in- la relación con Dios: el cristianismo, a través de
cluso más, se trata de una lucha a muerte, cosa la religión; la gnosis, a través de la magia. Mien-
que deja todavía más claro Nuestro Señor en su tras que en la religión, debido a la naturaleza,
La larga declinación. De la Iglesia universal a la iglesia global 19

hay una relación jerárquica creador/criatura, no y ambigua según sus necesidades. Las ciencias,
obstante, basada sobre la libertad y el amor entre las artes y la lengua, no persiguen la verdad, ni
ambos; la magia la entiende como poder, ejerci- el bien, ni la belleza, se hacen relativas al servi-
do por el iniciado en los misterios para controlar cio del brujo. Asimismo, las ideologías surgidas
las diversas potencias, que a su vez le permiten de la gnosis son utopistas. Aspiran a sustituir la
dominar el mundo, mediante ciertas fórmulas función mesiánica de Jesucristo, pero, como en
preestablecidas. Por consiguiente, la relación lo demás, difieren del original: no es el Dios que
con los demás es concebida por el cristiano se anonada para hacerse hombre y redimirlo,
como ejercicio de la caridad mutua, para el brujo sino el hombre que pretende redimirse a sí mis-
como una relación de dominio del adepto o po- mo y por el proceso alzarse como un dios. Es el
deroso sobre el lego y el débil. Según los ocul- prestidigitador Hegel quien sublima estas ideas
tistas, el mundo material es una proyección del satánicas al estatus filosófico, que establece la
demiurgo cristiano, así, el iniciado puede a su política que hoy padecemos, y que conlleva el
vez proyectar, como pequeño dios, su propia desastre dentro de sí.
realidad, lo que se conoce como idealismo. Por La aproximación geopolítica se basa sobre
el contrario, el realismo acepta una objetividad la hipótesis inicial: la tensión entre dos culturas
independiente del sujeto, que debe ser compren- aspirantes a la catolicidad se dirime necesaria-
dida, a la cual el hombre está sometido por me- mente por lucha y con la anexión del derrotado.
dio de la ley natural. Para el gnosticismo, no hay Es claro que la Cristiandad ha desaparecido, ab-
tal cosa, establece la realidad como un ingeniero sorbida en las estructuras políticas de Occidente;
hace el plano de una máquina, o mejor como un queda el cristianismo, que no resigna la voca-
alquimista transmuta los metales. Es por eso que ción universal legada por Jesucristo: «Id por el
el esotérico hace privar la acción por sobre la mundo entero, predicad el Evangelio a toda la
contemplación, a la que desprecia, aunque para creación.» (Mc 16:15). Aunque, por lo visto, la
los cristianos, en ultima instancia, significa la batalla explícita es inevitable. El mal, antes de
bienaventuranza eterna. Tales ideas no se quedan sacarla a la luz, como en tiempo de las persecu-
en la abstracción, tienen profundas implicancias ciones, intentará debilitar la Iglesia tanto como
en la teoría política: mientras que para el cristia- pueda, para ostentar, como su presea más valio-
no el gobierno es un reflejo –imperfecto a causa sa, la apostasía masiva de los hijos de Dios.
del pecado– del poder de Dios, que busca el bien
de las gentes, y que debe adaptarse a la realidad De esta suerte, el camino que transitamos
extrínseca del orden natural; para el mago es ac- hasta aquí, no es más que la actualización de
ción que modifica la realidad, según su parecer y este trasfondo, de esta incompatibilidad esencial;
deseo. Por ello, no hay moral objetiva para los el marco conceptual sobre el cual debiéramos
hechiceros, sólo fuerzas mecánicas para obligar observar el problema para hacerlo inteligible. En
a las potencias superiores a servirlos o, más fre- cuanto al proceso, desde la perspectiva que se
cuentemente, a sus congéneres. En tal caso, mo- mire, todo parece resumirse en tomar una carac-
ral es todo lo que ayuda sus propósitos e inmoral terística de la catolicidad cristiana, romperla en
lo que no –cosa que suena a revolucionario del fragmentos para reunirla con la hermenéutica del
siglo XX–. De la misma manera, tiene su impli- demonio, según su lógica de tres pasos. En este
cancia sociológica: el solo hecho de pertenecer a punto, sólo nos falta aventurar el pronóstico de
un grupo –o colectivo– cualifica el derecho y la un futuro, más o menos, cercano.
ética de las personas, sin importar los actos ni
las particularidades del caso –cosa que suena a El gran cisma
feminista del siglo XXI–. La ley, de esta suerte,
es meramente positiva, es decir, una imposición
racionalista por sobre la adecuación a la reali-
dad, que no busca la justicia ni la equidad, sino
C on gran pesar, parece gestarse un cisma
en la Iglesia. Una gran parte, inclusive de
la jerarquía, va detrás de ideas mundanas, barni-
la justificación del poder y, por ende, cambiante zadas de cristianismo a la moda, mientras que
20 Adrián Bet

una minoría se mantiene en la fe, aunque arrin- Sabemos que la Iglesia, Cuerpo Místico de Cris-
conada y perseguida. En la última fase de la de- to, debe tener su pasión y su cruz, tanto como la
clinación, precisamente en las primicias de un tuvo el Señor, lo que no concebimos es que
imperio mundial anticristiano, surgirá la iglesia quienes alcen los látigos y claven los clavos sean
global, asentada sobre una gran defección, que nuestros propios hermanos. A partir del siglo
es lo que trata de fundamentar este trabajo. La XVIII, los poderes infernales han trabajado des-
Iglesia –una, santa, católica y apostólica– es el de dentro. La Iglesia, desgastada y sin energías,
último escollo para la iglesia global; y el colapso no ha podido expulsarlos, a pesar de innumera-
necesariamente tiene que ser desde dentro. bles advertencias de grandes papas, santos y
No es que la Iglesia desconozca este proce- pensadores. Últimamente, algo esclerótica, pare-
so, una de las profecías sobre el fin de los tiem- ce haber claudicado en muchos aspectos y trata
pos refiere a una gran apostasía, de la que Nues- de conciliar su doctrina con ciertas ideas munda-
tro Señor dio a entender: «Pero, cuando venga el nas, encaramadas sobre el progresismo eclesiás-
Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?» tico, que, a la postre, está destrozando la ense-
(Lc 18:8), más claramente: «Entonces se escan- ñanza de los Apóstoles.
dalizarán muchos y unos a otros se harán trai- Podemos señalar cinco causas principales,
ción y se aborrecerán; y se levantarán muchos entrelazadas entre sí, para que la apostasía se
falsos profetas, que engañarán a muchos.» (Mt. concrete: teología del pluralismo, que da funda-
24:10-11), también San Pablo: «Que nadie en mento teórico; fariseísmo, que da fundamento
modo alguno os engañe, porque antes ha de ve- moral y práctico; dualidad del poder, que da fun-
nir la apostasía y ha de manifestarse el hombre damento de acción e integridad; ruptura con la
del pecado, el hijo de la perdición.» (2Ts 2:3) y Tradición, que fundamenta la anarquía doctrinal;
además: «Pero el Espíritu claramente dice que y ruptura ejemplar, que fundamenta el abandono
en los últimos tiempos apostatarán algunos de la de la vivencia heroica de la fe.
fe, dando oídos al espíritu del error y a las ense- La teología del pluralismo es el fundamento
ñanzas de los demonios.» (1Ti 4:1). Pero, por principal para logar la absorción de la Iglesia
desgracia, los católicos estamos muy poco pre- Católica en la iglesia global, es decir, hacerla as-
parados para ello, no podemos combatir el mal equible para los tibios. Aparte de muchas teolo-
de las entrañas. Susurramos, con timidez y algo gías a la moda9, consiste en incluir la redención
de culpa, las situaciones de abuso y desintegra- de Cristo dentro de otra mayor producida por el
ción, pero estamos atónitos. Casi todas nuestras Espíritu Santo. Nuestro Señor sería una particu-
experiencias milenarias han tenido a los enemi- laridad englobada en una economía universal
gos en el exterior, sea porque nacieron fuera de ejercida por el Paráclito para todas las religiones
la Iglesia, sea que fueron oportunamente expul- y filosofías, incluso las ateas, porque en todas es
sados de ella –a excepción de la herejía arriana posible hallar las semilla del Verbo10. Simple-
que casi acabó con todo en la cuarta centuria–.
9 Podemos nombrar entre ellas la teología del buenismo, que concibe la Misericordia divina contrapuesta a su Justi-
cia, para reducir esta última, en la práctica, a la nada. Entonces, se justifica el pecado sin necesidad de contrición ni
enmienda. En consecuencia, el infierno deviene en un páramo vacío. Dice Santo Tomás de Aquino: «la misericordia
no anula la justicia, sino que es como la plenitud de la justicia» (Suma Teológica, I, q. 21, a. 3, ad. 2), y también: «la
justicia sin misericordia es crueldad; la misericordia sin justicia es la madre de la disolución» (Lect Sup Math, 429)
10 Lógos spermatikós en griego o semina Verbi en latín. Esta es una de las frases sacada de contexto más repetida por
muchos, sobre todo desde que el concilio Vaticano II la puso de moda (cf. Ad Gentes, 11 y 15) refiriéndose princi-
palmente a la inculturación. Su autor es San Justino, mártir del siglo II, quizás el primero de los apologistas cristia -
nos, que la empleó precisamente en dos obras en defensa del cristianismo –Primera y Segunda Apología– donde
conmina a los emperadores a tomar decisiones justas y racionales para terminar con las persecuciones. No habla de
un ecumenismo chapucero ni iguala la religión de Cristo con las demás, sino más bien lo contrario. Dice el santo de
los filósofos griegos: «Y es que los escritores todos, solo oscuramente, pudieron ver la realidad gracias a la semilla
del Verbo en ellos ingénita. Una cosa es, en efecto, el germen e imitación de algo que se da conforme a la capaci-
dad, y otra aquello mismo, cuya participación e imitación se da, según la gracia que de aquel también procede.»
Apología II, 13:5-6. Pero... para estos misericordes eruditos, la historia es un panfleto.
La larga declinación. De la Iglesia universal a la iglesia global 21

mente como ilustración –ya que tenemos abun- go hace decir al santo apologeta lo que no dice,
dancia de buenos más buenos que Cristo y ecu- como justificativo de una tesis tan extraña como
menistas más ecuménicos que el Espíritu San- insostenible13. Continúa el buen hombre:
to–, veamos lo que dice el Dr. Faustino Teixeira: «La teología cristiana del pluralismo religio-
«El camino fue abierto por San Ireneo, con so trata de resistir al cristomonismo, haciendo
aquella metáfora hermosa de las “dos manos de hincapié en un horizonte más abierto, como es el
Dios” que actúan en el plan salvífico: el Verbo y caso de Claude Geffré, que, sobre la base de los
el Espíritu. Y el Espíritu aquí se entiende en su Padres de la Iglesia, reconoce “la economía del
peculiaridad propia, no estando subordinado al Verbo encarnado como el sacramento de una
Hijo, ni quedando reducido a una función del economía más amplia, la del Verbo eterno de
Verbo. Sobre la base de esta metáfora, es perti- Dios, que coincide con la historia religiosa de la
nente hablar de una singular y distintiva activi- humanidad” […] Otro teólogo jesuita, Roger
dad salvífica del Espíritu. Incluso estando unido Haight, avanzó en esta reflexión, proponiendo el
al Logos, el Espíritu trabaja de una manera pe- camino de una cristología del Espíritu. Su osadía
culiar, y “sopla donde quiere” (Jn 3,8). En ese fue aún mayor, al poner en cuestión la constituti-
sentido, “la presencia salvífica de Dios a través vidad salvífica universal de Jesucristo. En su
de la Palabra y del Espíritu de Dios no se limita opinión, “Jesús es constitutivo y causa de la sal-
a la historia judeocristiana, sino que se extiende vación de los cristianos, por ser el mediador de
a toda la historia humana, y puede ser percibida la conciencia cristiana de la vida en el Espíritu.
principalmente en los libros sagrados, en los ri- Pero Jesús no es constitutivo de la salvación en
tuales, en las enseñanzas morales y en las prácti- términos universales.”»14
cas espirituales de todas las religiones”»11 El autor –sin entrar en la alusión panteísta
Con claridad, el autor en una frase destroza que en lugar de la Tercera Persona de la Santísi-
la historia de la salvación, reduciéndola a un ma Trinidad parece hablar del Espíritu del mun-
cuento de judíos. Justifica la existencia de múlti- do de los hindúes o Goethe–, busca el término
ples religiones, no por el error y la falsificación despectivo de cristomonismo, para catalogar la
a causa del pecado, o la llana inspiración demo- indudable enseñanza de Nuestro Señor: «Yo soy
níaca, sino como manifestaciones divinas, autén- el camino, y la verdad y la vida: nadie viene al
ticas causas de salvación del mismo nivel que la Padre, sino por mí.» (Jn 14:6). Ciertos sabios su-
religión de Cristo. El hombre toma al bueno de ponen que, a fuerza de citas eruditas y lenguaje
San Ireneo en una obra llamada Contra los here- rimbombante, pueden corregirle la plana al mis-
jes, que ya desde el título debería interpelar al mo Cristo. Pero no se trata de llevar la verdad a
autor y sus secuaces teológicos. El santo, en un los que no creen, sino de introducir la confusión
tramo que antes hablaba del Anticristo, enfatiza entre los que sí. Para disipar dudas, la Iglesia ha
el sentido esjatológico tanto de la fidelidad condenado expresamente esta proposición15.
como de la apostasía12. Con desparpajo, el teólo-

11 Faustino Teixeira, El Espíritu y la teología del pluralismo religioso. servicioskoinonia.org/relat/443.htm#_ftnref3


12 «En todo tiempo el hombre, plasmado al inicio por las manos de Dios, o sea el Hijo y el Espíritu, sigue naciendo
según la imagen y semejanza de Dios (Gn 1:26), rechazando la paja que es la apostasía, y recogiendo en el granero
el trigo (Mt 3:12), que son aquellos que por la fe fructifican en Dios. Por eso la tribulación es necesaria para quie -
nes se salvan; para que, en cierto modo triturados, molidos y dispersos por el poder del Verbo de Dios, sirvan coci-
dos para el banquete del Rey.» San Ireneo de Lyon, Contra los Herejes, 28, 4
13 Es una constante entre los teóricos progresistas: a) el uso de términos oscuros, muchas veces neologismos, de signi-
ficado vacuo o ambiguo; b) la sobrecarga de etiquetas “superlativas” reservadas para su exposición o “demoníacas”
para lo que desean contradecir; c) la metáfora o la alegoría en reemplazo del razonamiento; d) la cita circunferencial
de manada; y e) la tergiversación de los autores antiguos y de la Biblia. Como sujeto de estudio hermenéutico, el
texto referido es paradigmático; el autor no se priva de nada.
14 Faustino Teixeira, op. cit.
15 Condena el Papa Pio IX que: «En el culto de cualquiera religión pueden los hombres hallar el camino de la salud
eterna y conseguir la eterna salvación.» Syllabus, XVI.
22 Adrián Bet

El deseo de integración de todas las religio- como se dijo más arriba, observamos muchas
nes es tan antiguo como el mundo. El demonio tendencias que intentan sustituir la fe, por ejem-
ha trabajado largamente, seduciendo a muchas plo: el dogma de la democracia liberal, la creen-
almas devotas para tal propósito, pero la religión cia en las ciencias duras como árbitro supremo
universal existe y es, como vimos al comienzo, de toda verdad, la ecología sin creador, la idola-
la Santa Iglesia Católica, fundada por Nuestro tría lisa y llana de dioses indígenas, etc. Tenden-
Señor Jesucristo. Cualquiera otra pretensión no cias que, puertas adentro, son elevadas a catego-
proviene de Dios, porque se rebela contra Él y ría sacra por algunos. Estas arbitrariedades con
su divina Economía. frecuencia se imponen mediante la coacción o la
La Iglesia ha sostenido desde siempre la fór- manipulación moral, lo que implica la peor de
mula de San Cipriano: «Fuera de la Iglesia no las bajezas del fariseísmo: esclavizar por el mie-
hay salvación»16, la que fue confirmada por al do constante a las consecuencias del pecado. Por
menos cuatro concilios, definida como dogma otro lado, como característica común a estas ten-
por Bonifacio VIII en la Bula Unam Sanctam y dencias disolventes, podemos incluir cierta pas-
aclarada por varios documentos papales a lo lar- toral centrada en lo litúrgico-devocional, que
go de la historia17. Y es precisamente esta fórmu- desprecia la formación cristiana, que no realiza
la el obstáculo principal para la fundación de una acción propiamente apostólica basada sobre
una iglesia global, que incluya todas las mani- la caridad, sino sobre la mera filantropía huma-
festaciones religiosas, así que es el foco princi- nista, mucho en aras de aquel ecumenismo ro-
pal de ataque y condena al ostracismo por parte cambolesco antes citado. Hay una suerte de con-
de las fuerzas que trabajan para el mal. descendencia para con el mundo, prostitución en
el lenguaje de los profetas, con el fin de hacer
El segundo de los factores determinantes es más asequible la religión de Dios a las gentes.
el fariseísmo, que brinda una preparatoria para la Lo que se consigue es hacer más asequible las
iglesia global, que lo cultivará en grado supre- pobres almas al demonio. A las pruebas basta re-
mo. Este modo de entender la religión corrom- mitirse. No debe olvidarse que el fariseísmo es
pió a Israel hasta la médula y el rechazo del Me- ante todo anticristiano, Cristo se alzó contra sus
sías. Se manifiesta mediante una praxis altamen- abusos y lo pagó con la vida.
te regulada, antes que por una teología unifica-
da, salvo en unos muy pocos puntos comunes. En tercer término tenemos la dualidad del
No obstante, el problema central del fariseísmo poder, que da fundamento a la acción disolvente
no es la observancia escrupulosa, ni su concep- y, a la vez, actúa como principio de alineamiento
ción materialista de la moral, la fe o la escatolo- o integridad por medio de la represión. Se trata
gía, sino el vaciamiento del espíritu de la reli- del uso abusivo del gobierno, dado en dos senti-
gión en aras de pareceres y preceptos humanos dos: como fortalecimiento centralista y como de-
que, a la larga o a la corta, termina en autoadora- bilidad descentralizada. Parece algo contradicto-
ción y, por ende, de la autoridad que los susten- rio, pero tiene su lógica. En el primer caso, el
ta. O más sencillo, los fariseos son la ley de poder se absolutiza –en desmedro de la doctrina
dios, son la palabra de dios, son dios. Cuando y el derecho– justificado sobre una obediencia
hablamos del fariseísmo no tenemos en mente ciega y malentendida18. En el segundo, se diluye,
una traslación unívoca del grupo judío de la épo- haciéndose meramente nominal, en aras de la li-
ca de Jesús, sino de aquel espíritu, que eleva las bertad pastoral y la simplificación burocrática.
doctrinas de los hombres a categoría divina, que Esta ambigüedad, sospechosamente convenien-
vacía la enseñanza de la Iglesia de contenido y te, se hace coherente en el rostro que el poder
lo sustituye por vanidades y deformaciones. En muestra a cada quien: absoluto, sumario e impla-
la cultura virtualmente pagana que vivimos, cable para los fieles a la doctrina; diluido, tardo

16 «Extra Ecclesiam nulla salus» en latín.


17 Esta fórmula fue definida en esencia y alcance como pocas por el magisterio de la Iglesia. Lo hicieron, en orden
cronológico, Inocencio III, el concilio de Letrán, Bonifacio VIII, Eugenio IV, el concilio de Florencia, el concilio de
Trento, Pio X, Benedicto XV, Pio XI, Pio XII y el concilio Vaticano II.
La larga declinación. De la Iglesia universal a la iglesia global 23

y benévolo para quienes la tergiversen, en nom- trivial como el modo más acabado de ejercicio
bre de las nuevas tendencias seculares. de la virtud. No faltarán frases, en conflicto con
19
En cuarto lugar tenemos la ruptura con la al catecismo , que digan: «La santidad no está
Tradición. Parece que la Iglesia ha comenzado en los actos heroicos. Está en las cosas de todos
desde la última tercera parte del siglo XX, la los días». Sin embargo, la mayor entrega es lo
consecuencia inmediata es una gran ignorancia e más sublime. Nuestro Señor define la excelencia
incomprensión, puertas adentro, de lo que verda- del martirio: «Nadie puede tener amor más gran-
deramente es la religión de Cristo. Sin duda, es de que dar la vida por sus amigos» (Jn 15:13).
algo conveniente para quien quiera “reinventar” La consecuencia de esta ruptura es doble: el cris-
la fe, porque no tiene que vérselas con los padres tiano no tiene modelos superiores para imitar, lo
de la Iglesia, ni con otros gigantes como Santo que va en merma de su crecimiento; y, al fomen-
Tomás de Aquino, ni con la doctrina de los pa- tarse una conducta tibia, cómoda, sin grandes
pas y los concilios. Esta actitud se combina con metas, disminuyen los afanes apostólicos 20
y se
un dudoso ejercicio de la autoridad que cuenta promueve la apostasía en la persecución .
en su menú con la inmediatez doctrinal –la inter- En resumen, en este caldo de cultivo, que es
pretación es variable a lo largo del tiempo y sólo la situación actual, se produce una gran confu-
cuenta la última realizada–, sin importar el con- sión para los fieles a Cristo, y anticipa un poco
texto en que se haga, ni las contradicciones en halagüeño porvenir. La anarquía doctrinal, las
las que caiga con otras partes de la doctrina, ni injusticias y la asfixia moral que padecerán en el
lo establecido por la Tradición, que desestima. futuro serían insostenibles, si no fuera por la
De esta forma, el católico medio no sabe a qué gracia. Siempre al borde del abismo, mientras
atenerse, escucha tantas prédicas como predica- que los abusos más aberrantes, quedarán impu-
dores hay, lo que produce una anarquía similar a nes –y con probabilidad sean alentados– en el
la que padecen los protestantes. dudoso nombre de la tolerancia, el ecumenismo
Por último, está la ruptura ejemplar. En es- o el aggiornamento a los tiempos que corren.
encia consiste en no mencionar o minimizar la
vivencia heroica de las virtudes cristianas. No se El nuevo imperio y la iglesia global

P
trata de un simple olvido del ejemplo de santos y
mártires, sino de la degradación misma del con- or otro lado, ¿qué podemos esperar de los
cepto de heroísmo, proponiendo la cotidianidad nuevos tiempos? Según vimos, una segura
repetición del catolicismo pagano: transcenden-
18 Un hermoso libro del Padre Castellani, El Ruiseñor Fusilado, tiene un capítulo que trata de forma magistral la auto-
ridad y sus abusos. Parafraseándolo, podríamos decir: «Seguir a un necio es locura y a un perverso suicida». Si se
suspende el intelecto en aras de la obediencia, ¿cómo discriminar al necio y al perverso del buen superior? Lo que
el Padre discrimina con gran claridad es que es cuando no hay caridad, la obediencia es un “cuento del tío” hecho
para el que obedece. El fin de la obediencia es tal caridad, mediante la elevación del inferior a la ciencia del supe-
rior. Si no se cumple, huero es hablar de ella. Se puede hablar de paciencia, de penitencia, de prudencia, de discipli-
na, etc. pero no de obediencia propiamente dicha.
19 «El martirio es el supremo testimonio de la verdad de la fe; designa un testimonio que llega hasta la muerte. El
mártir da testimonio de Cristo, muerto y resucitado, al cual está unido por la caridad. Da testimonio de la verdad de
la fe y de la doctrina cristiana. Soporta la muerte mediante un acto de fortaleza. “Dejadme ser pasto de las fieras.
Por ellas me será dado llegar a Dios” (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Romanos, 4, 1).»
20 No es que invalidemos la búsqueda de la santidad en lo ordinario, sino que se tome como la única viable. Todos es -
tamos llamados a realizar grandes empresas por Dios y las almas, para lo que es menester el ejercicio heroico de las
virtudes. En definitiva, una media verdad suele ser más perniciosa que una mentira completa. Tomemos por caso
Job, el hombre más justo de su tiempo por llevar una vida corriente. No obstante, alcanzó la plenitud de la justicia
luego de las pruebas por las que el Señor permitió que pasara. Escuchamos, con justa razón, que la Virgen se santi -
ficó con una vida de ama de casa, pero, si caemos en una prédica excesivamente humanista, olvidaremos el heroís -
mo de María en dos momentos cruciales: la Anunciación y la Cruz. Si sólo rescatamos los momentos en que la Vir -
gen cocinaba o cosía zurrones, ¿cómo trasmitir la confianza en Dios más allá de toda confianza, o la entereza de
permanecer de pie mientras muere un hijo? No siempre la vida de un cristiano será apacible, donde todo consiste en
ir al trabajo y a misa los domingos, es probable que Dios en algún momento nos pida algo más.
24 Adrián Bet

talismo gnóstico, sincretismo religioso expresa- mundial, en nombre de un ideal colectivista si-
do por un nuevo panteón, poder detentado por milar al propuesto por el marxismo, aunque sos-
un líder autócrata, grandes diferencias sociales, tenido por cierta elite capitalista, tal como se
la crueldad como institución permanente, filoso- aprecia en China. La persona como tal carecerá
fía principalmente hedonista e idealista y la per- de entidad en el nuevo mundo global, salvo a los
secución universal sistemática de los pocos cató- fines de aportar trabajo, consumir bienes y pagar
licos fieles que resistan. impuestos. El único sujeto será el colectivo so-
Pero a diferencia de su antecesor, el Nuevo cial, hoy figurado en diversos colectivos de –du-
Orden cuenta con la ubicuidad tecnológica –para dosa– representación de ciertas minorías, cierta-
la represión y la disuasión–, con la manipulación mente oprimidas o creadas artificialmente. Estos
de la verdad a gran escala –para la adhesión y el colectivos menores son estados intermedios para
activismo– y con un lenguaje disruptivo –para la la gran unidad. Hijos del Espíritu Absoluto de
propagación de un pensamiento único–. Debe Hegel, actúan como potencias subordinadas –de-
notarse que el estado actual de la tecnología per- monios a su servicio –, anhelando la fusión defi-
mite la vigilancia total de las personas. Se puede nitiva en él. Como sucedáneo para una situación
saber dónde están, qué hacen, qué amistades tie- tan angustiante, será necesario proveer escape
nen, cuáles son sus gustos, inclusive los vergon- con altas cargas de estimulación. Es probable
zosos. Puede regularse el tránsito, el consumo, el que se incremente, aún más, la alienación me-
acceso a la salud, el uso del dinero y, al paso que diante la tecnología, el entretenimiento sádico a
vamos, en donde grandes masas dependen de la lo circo romano, el sexo promiscuo e impersonal
ayuda estatal, mantener el orden por la amenaza y el consumo liberado de drogas.
de perder el sustento. Asimismo, los medios ma- Por su parte, la religión global será persona-
sivos y las redes sociales permiten la difusión de lizable desde su panteón, un producto de consu-
las ideas más absurdas con una velocidad y mo sin una ortodoxia, más bien tendrá una orto-
aceptación inusitadas, lo que genera millones de praxis básica: la adoración del hombre por el
“gendarmes del pensamiento” y “activistas del hombre, primero a través del culto a la humani-
teclado”. También tienen su parte en la forma- dad y, luego, en la figura aglutinante del Anti-
ción de esta nueva cultura los grupos de presti- cristo. La iglesia global, el templo del Maligno,
gio y validación como la ONU, fundaciones fi- quiere asimilar la mayor parte de la Iglesia Cató-
lantrópicas o universidades que determinan la lica dentro de sus tres círculos para alcanzar, en
corrección política por medio de la formación, su cenit, la Anticristiandad íntegra y total.
pero también con donaciones, premios pompo-
sos y ostracismos terribles. Nota aparte merece El fundamento de nuestra esperanza
la nueva lengua de neto cariz orweliano, que
rompe con todo rastro de tradición realista y
cristiana. Mediante ella se condiciona la manera
de pensar, a través de la connotación emotiva de
D
e esta suerte, recorrimos sucintamente el
largo camino de la declinación, por el
cual se vació de contenido al ideal de Cristian-
los vocablos, no de su contenido –que incluso dad, devorando sus despojos. Ahora nos en-
puede variar hasta contradecirse–, dejando las contramos en el momento en que los contenidos
mentes sumidas en un mundo fantasioso y bina- insubstanciales, fruto de una cultura de la muer-
rio. Si todavía no se instauró un control masivo,
te, se llenan con otros contrarios a los principios
es porque las condiciones políticas no están da-
cristianos, generando una auténtica cultura satá-
das. No parece que los poderosos demoren mu- nica. Esta será la degradación final en que la hu-
cho más en hacerlo en nombre de la seguridad, manidad caiga, porque la aniquilación total no
la salud, los derechos de las tortugas u otros ga-
será permitida por Dios: «Y si aquellos días no
limatías de calibre similar. fueran acortados, nadie se salvaría; mas por ra-
Esta suerte de control y discurso omnipre- zón de los elegidos serán acortados esos días.»
sente seguramente sea ejercido por un estado (Mt. 24:22). Es inevitable que todo esto suceda
antes de la Parusía, por la cual clamamos en el
La larga declinación. De la Iglesia universal a la iglesia global 25

Padrenuestro. Si atendemos las promesas de (Mt. 16:18), la victoria será nuestra. Es el funda-
Nuestro Señor:«Y Yo te digo que tu eres Pedro, mento de nuestra esperanza.
y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las
puertas del abismo no prevalecerán sobre ella.»

Breve anexo bibliográfico

E ste artículo ha sido producto de una reflexión de varios años. La mayoría de las fuentes se
han perdido en la nebulosa de la memoria y el tiempo, lo que es una gran pena, porque los
autores que inspiraron este modesto artículo seguramente valen por mucho lo que haya podido ex-
presar este autor. No obstante, dejamos una breve bibliografía, que ha sido influencia esencial para
el presente texto y que recomendamos sea abordada para profundizar en los temas tratados:
• La trilogía de La Ciudad Cristiana, Rubén Calderón Bouchet.
• El poder destructivo de la dialéctica comunista, P. Julio Menvielle.
• Las grandes herejías, Hillaire Belloc.
• La crisis de nuestra civilización, Hillaire Belloc.
• El Apokalypsis de San Juan, P. Leonardo Castellani.
• Cristo y los fariseos, P. Leonardo Castellani.
• El Ruiseñor Fusilado, P. Leonardo Castellani.
• Problemas y grandes corrientes de la filosofía, Louis Jugnet.
• La otra versión, José Enrique Miguens.
• Modernismo y satanismo en la política actual, José Enrique Miguens.
• La Iglesia y la democracia, Fulvio Ramos.
• Sobre el fin de los tiempos, Josef Pieper.
• Sagada Biblia, trad. de Mons. Juan Straubinger (usada para las citas).

Dios perdone las omisiones que cometimos para con estos y muchos otros autores.
EDITORA DON DOLINDO
“Oh, Jesús, yo me entrego a ti, ¡ocúpate de todo!”

Este artículo fue terminado en Buenos Aires el 8 de mayo de 2022, día de Nuestra Señora de Luján.

N uestra Señora de Luján es una advocación de la Santísima Virgen María. Fue coronada por León XIII en 1887
y declarada patrona de la Argentina, Uruguay y Paraguay por Pío XI en 1930. Su devoción se origina en un he-
cho milagroso. Un hacendado portugués, que vivía en el interior del Virreinato del Río de la Plata, encargó dos imá-
genes de la Santísima Virgen a un compatriota residente en San Pablo, Brasil. Las imágenes llegaron a Buenos Aires
en mayo de 1630 y salieron en caravana para su destino. Al llegar a una estancia, distante unos 80 km., la carreta que
llevaba las imágenes se detuvo, y no hubo forma de que los bueyes movieran el transporte. Luego de varios intentos
fallidos, bajaron las pequeñas cajas que contenían las imágenes, y la carreta se movió. Esto fue interpretado por Vo -
luntad divina y una de las imágenes quedó en el lugar. Con el tiempo se intensificó la devoción popular, hasta el día
de hoy, donde millones de personas todos los años van en peregrinación a la basílica, construida en honor de la San -
tísima Virgen bajo esta advocación.
I LA LARGA DECLINACIÓN
DE LA IGLESIA UNIVERSAL A LA IGLESIA GLOBAL

El presente artículo ensaya, a modo de glo-


sa, una explicación sobre el proceso de deca-
dencia que ha sufrido el cristianismo y su no-
ble producto político: la Cristiandad. Sugiere
la tesis de dos culturas en lucha para imponer
su universalidad, entendida como totalidad e
integridad.
Para justificarlo, realiza un análisis político,
histórico y filosófico cuyo sujeto es la Iglesia
Universal fundada por Cristo. Parte de la lucha
que sostuvo con ese otro gran pretensor, el
Imperio Romano; sigue desde el apogeo de la
Cristiandad medieval, centrándose en la larga
declinación que padece hasta nuestros días, ex-
presada por distintos pasos de una metafórica
escalera hacia los sótanos del espíritu y la
sociopolítica; para concluir con el pronóstico de
un futuro probable, en el cual se vislumbra un
imperio de corte satánico con su iglesia global.
Termina el análisis con la descripción de
las posibles características de este nuevo orden
demoníaco, que ya toca a las puertas.

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