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Una ingesta adecuada de alimentos en cantidad y calidad lleva al individuo a un buen estado
de salud, lo que a su vez redunda en mayor resistencia a las infecciones y a las enfermedades
comunes, a un mayor rendimiento escolar, a un mayor rendimiento en el trabajo, etc.
Obesidad.
Definición.
Clasificación.
El Índice de Masa Corporal (IMC) es el método estandarizado a nivel global para calcular el
grado de obesidad que padece una persona. Gracias a él, se puede determinar si el peso se
encuentra dentro de unos parámetros saludables o puede influir negativamente en el
bienestar del individuo. No obstante, hay que puntualizar que sus resultados no son
completamente exactos puesto que deja fuera ciertas variables (sexo, edad, porcentaje de
masa muscular) que se deben tener en cuenta para determinar el estado del paciente. Se
obtiene mediante la siguiente fórmula: IMC = peso/estatura² , medida en Kg/m².
Teniendo en cuenta el IMC se puede hacer la siguiente clasificación:
Obesidad grado 4 u obesidad extrema (riesgo muy alto): IMC >50 kg/m2
Fisiopatología.
Un aumento de la ingestión y/o una disminución del gasto energético. Los lípidos
procedentes de la dieta o sintetizados a partir de un exceso de carbohidratos de la dieta, son
transportados al tejido adiposo como quilomicrones o lipoproteínas de muy baja densidad
(VLDL).
Los triglicéridos de estas partículas son hidrolizados por la lipoproteinlipasa localizada en los
capilares endoteliales, introducidos en el adiposito y reesterificados como triglicéridos
tisulares. Durante los períodos de balance positivo de energía, los ácidos grasos son
almacenados en la célula en forma de triglicéridos; por eso, cuando la ingestión supera el
gasto, se produce la obesidad.
Este hecho tiene una relevancia especial en la obesidad de temprano comienzo, en la niñez
o la adolescencia, en la cual prima la hiperplasia sobre la hipertrofia, y como resultado es más
difícil su control, pues hay una tendencia a recuperar el peso perdido con gran facilidad y de
ahí la importancia de la vigilancia estrecha en el peso de los niños y adolescentes, porque las
consecuencias pueden ser graves.
Tratamiento:
Tratamiento nutricional: El objetivo inicial en la gran mayoría de los casos es conseguir una
pérdida de peso alrededor de un 10% que conduce a una mejora metabólica y clínica
evidente sin intentar alcanzar un supuesto peso ideal que es el prácticamente imposible de
alcanzar.
Energía:
Una correcta determinación del gasto energético basal es quizá uno de los puntos
más importantes dentro del tratamiento nutricio del paciente obeso.
Un mal cálculo de los requerimientos energéticos del paciente podría limitar el éxito
del tratamiento de reducción de peso corporal o afectar el tiempo en que llegará al
peso meta.
La relación existente entre el GET y la ingestión energética diaria ayudan a calcular las
diferencias entre estas variables energéticas y con esto conocer cuál es el balance
energético actual del paciente obeso, es decir, cuando la ingestión de energía es
isocalórica, hipercalórica o hipocalórica con respecto a sus requerimientos de energía
diarios.
El déficit de energía recomendado para perder de medio a un kilogramo de peso
corporal a la semana es de 500 a 1,000 Kcal.
Macronutrientes:
Hidratos de carbono:
(4 kcal/g): 50-60% del VCT. La fuente debe ser principalmente HC complejos con bajo
IG y ricos en fibra dietética.
La ingestión de alimentos de alto índice glucémico promueve la oxidación de HC a
expensas de grasa, lo cual altera la partición nutrimental en una manera que quizá
conduzca a la ganancia de peso.
El uso de alimentos de bajo índice glucémico promueve saciedad y oxidación de grasa
a expensas de HC.
Proteínas:
Proteínas (4 kcal/g): 20% del VCT. Con una dieta hipocalórica se recomienda un
aumento del objetivo nutricional a 1 g/kg/día de proteínas de alto VB, ya que durante
la pérdida de peso, al menos el 5% de lo perdido corresponde a proteínas y hay que
responder a dicha pérdida para mantener la masa magra.
Además, las proteínas tienen cierto efecto saciante y mayor efecto termogénico
(consumo energético asociado a los procesos digestivos y metabólicos de cada
nutriente: 20% en proteínas, 12% en HC y 9% en grasas).
Grasas:
Grasas (9 kcal/g): 20-30% del VCT. La restricción de las grasas está justificada por su
elevado aporte calórico, menor gasto de almacenamiento y menor efecto
termogénico. También por el efecto beneficioso de su restricción sobre el riesgo.
Bibliografía:
Obesidad. (2020, 21 febrero). https://www.who.int/es/health-topics/obesity
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/13056/sem43.pdf