HABITABILIDAD EN

ENTORNOS
COMUNITARIOS

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Todos y todas habitamos un espacio privado, que se caracteriza por ser de
nuestro dominio y autonomía, sin embargo hay también espacios públicos
donde se confluye y se comparte, es aquí donde la responsabilidad de su
cuidado, mantenimiento y funcionamiento se convierte en parte
importante de la comunidad.

Las relaciones sociales y los espacios están directamente relacionados, ya

que sin la existencia de una de ellas no existiría la otra. Los diseños de los
espacios públicos son construcciones que se le deben atribuir al ser
humano y sus distintas necesidades a través del tiempo. El espacio es una
respuesta al contexto comunitario, sin embargo, a veces los espacios son
diseñados por unos pocos, no generan esa apropiación comunitaria y se
convierten en un lugar extraño. Los espacios públicos son lugares donde se
puede dar lugar a la opinión pública y donde se fundamentan las
relaciones sociales. Esto, a su vez, da lugar a interacciones e
identificaciones del ser humano individual con la comunidad.

Los espacios se deben

interpretar por su
temporalidad y
conforman la memoria
histórica de sus
habitantes. El ser
humano históricamente
ha tenido distintos usos
para los espacios,
dotándolos de
significados diferentes.
Puede que algunos espacios no sean del todo agradables, o incluso
espacios ignorados y que están ausentes o vacíos no solo espacialmente,
sino en el sentido que la comunidad les otorga, es decir, no hay
creaciones, sueños o ideales frente al espacio.

La construcción de espacios es algo que traspasa más esferas de las que

podríamos mencionar aquí, pues sus alcances llegan a condicionar a los
barrios y por qué no a los sectores. Los espacios son creados para cumplir
un objetivo, sin embargo, cuando ese espacio entra en relación con la
comunidad puede cambiar de significado y de pronto el objetivo por el
cual fue creado no se cumpla. Puede que el espacio se haya creado para
que los habitantes lo usen para alguna actividad, sin embargo, puede que
lo usen para otras actividades o no lleguen a usarlo.

Los espacios históricamente

usados, históricamente
cargados de significados,
son los que comunidades a
nivel mundial siguen y siguen
utilizando, en estos espacios
se alimenta precisamente la
conciencia del uso, la
transmisión a través de la
generación de su uso, y la
transmisión de los
significados de estos.

Esta mirada sobre el espacio que involucra directamente a lo comunitario

hace un llamado precisamente a la construcción de sentido de algunos
espacios por parte de los habitantes de los barrios. Esto se puede hacer
sumando acontecimientos especiales y significativos a los espacios y así los
espacios se pueden convertir en construcciones históricas. Lo más difícil es
el inicio, no solo porque hay que adecuarlo, decorarlo y prepararlo para
recibir a las personas, sino que a partir de su “inauguración”, a partir de
pisar el espacio se debe buscar que éste adquiera sentido para las
personas y los haga sentir parte del colectivo.

El uso del espacio también tiene que ver con la ubicación geográfica del
mismo. Hay espacios que solo por su ubicación se pueden usar más que
otros que se encuentran más lejos, por ejemplo, lo que se denomina
espacios privilegiados.
 Los espacios se pueden
volver seguros o inseguros
para alguien de acuerdo
con ciertas horas, incluso hay
prohibiciones colectivas que
hacen que se dejen de usar
los espacios en determinadas
jornadas. Todo eso hace
parte de lo que se denomina
la memoria histórica del
espacio.

Es así como el uso del espacio tiene varios factores que influyen en su
significado y en su apropiación, comprender esto nos pone en un nivel
diferente en cuanto a la garantía del uso adecuado del espacio en
posibles eventos especiales o encuentros de formación.