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¿Qué es el miedo escénico?

El miedo es una reacción involuntaria de nuestro organismo que se produce como un mecanismo
preparatorio ante una situación peligrosa o de emergencia. Es una herramienta fantástica que le ha
servido al ser humano a lo largo de su evolución para sobrevivir.

Sin embargo, el miedo es un gran obstáculo cuando se manifiesta ante una situación que no supone un
peligro real, como tocar en público. Este temor exagerado es lo que se conoce como miedo escénico y
afecta a una enorme cantidad de músicos, produciendo en ellos reacciones fisiológicas (sequedad de
boca, temblor y sudoración excesiva en las manos, aceleración del pulso, tensión muscular...) y
pensamientos irracionales.

¿Por qué me pongo nervioso al tocar?

Miedo a fallar y elevado perfeccionismo. La ansiedad y el perfeccionismo excesivo están estrechamente


relacionados. Aunque durante el estudio debes prestar atención a corregir cualquier error, tienes que
asumir que los errores o imperfecciones durante la interpretación pueden suceder porque eres humano.

Baja autoestima. Una falta de confianza en ti mismo significa que tienes dudas sobre tu capacidad de
tocar una buena interpretación y eso indudablemente lleva al fracaso. Ejemplos: "Siempre me salen mal
las audiciones", "Yo no valgo para esto".

Focalizarse en los resultados. Aprende a disfrutar del camino y de proceso, más que del resultado final.
Ejemplos: "Si no me sale bien, no conseguiré la plaza para entrar en el Conservatorio".

Exceso de actividad mental. Cuando estás continuamente bombardeandote con instrucciones y


pensamientos, tu mente se bloquea y los nervios aparecen. Ejemplos: "No te olvides del silencio del
compás 14....", "Cuidado con correr en las semicorcheas de las escalas".

Preocuparse por el qué dirán o las expectativas de los demás. La presión de tener una buena imagen
ante los demás se manifiesta en adultos y no tanto en niños. A medida que crecemos, tememos más la
evaluación de los demás. Ejemplos: "Si fallo, ¿qué va a pensar mi profesor?", "me da miedo que no le
guste el concierto al público".

Otras razones: excesiva timidez o introversión, estudio insuficiente e inadecuado, tocar obras por encima
de tu nivel, etc.

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Ansiedad:Preocupación y miedo intensos, excesivos y continuos ante situaciones cotidianas. Es posible


que se produzca taquicardia, respiración agitada, sudoración y sensación de cansancio.

¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?

Las personas con este trastorno pueden:

preocuparse demasiado por las cosas diarias;

tener problemas para controlar sus preocupaciones o sentimientos de nerviosismo;

ser conscientes de que se preocupan mucho más de lo que deberían;

sentirse inquietas o tener dificultad para relajarse;

tener problemas para concentrarse.

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Sobre las causas que provocan la ansiedad escénica tene-

mos que diferenciar como también ocurre con otros proble-

mas los factores desencadenantes y los mantenedores, ya que

suelen ser distintos.

Factores desencadenantes
Lo más frecuente es pensar en un suceso muy desagrada-

ble ocurrido en el pasado y que nos ''dejó'' ·marcados. Un fuer-

te bochorno, una situación ridícula donde se pasó muy mal, y

donde se nos criticó delante de otras personas. ·Pero .en la ma-

yoría de las ocasiones esto no ocurrió. Más bien, los factores ·

desencadenantes suelen estar en el ambiente, en algunos am-

bientes.

Por ejemplo enm el ambiente familiar, al promover actitudes de no

exponerse a situaciones sociales, de no ''dar la nota''

instrucciones como "Q-e nadie diga nada de ti'', ''ten cuidado con lo

que dices'', o de fomentar el miedo al ridículo, a quedar mal

delante de otros, exagerando las consecuencias negativas. Ade-

más nuestros familiares pueden actuar sin darse cuenta como

modelos para nuestro comportamiento, pues les vemos actuar

desde pequeños ante distintas situaciones, y sin darnos cuenta

muchas veces vamos adquiriendo esa manera de interactuar y

poco a poco la hacemos nuestra, es decir, lo podemos aprender

por observación.

La presión social que desde nuestra infancia nos está

introduciendo ideas irracionales sobre perfeccionismo. No se

puede fallar, y menos delante de otros. Nuestra imagen de cara

a los demás es muy importante, fundamental para los demás y

para nosotros mismos y para nuestra autoestima que va a de-

pender directamente de ella. Un dato curioso que podemos

probar es que los niños no suelen sufrir fobia social como la

que sufren los adultos, pues en ellos la presión de los demás

''todavía no está instaurada'', aún no temen la evaluación de los

demás. Y es a partir de una cierta edad cuando .ya se ve este


proceso.

El Condicionamíento Clásico

Consiste en la asociación de un estímulo neutro (E.N.)

que no provoca ninguna respuesta con otro estímulo que pro- .

duce una respuesta para convertir aquel en un estímulo capaz

de provocar una respuesta.

Este mecanismo lo descubrió el fisiólogo ruso Iván P.

Pavlov estudiando lo que él denominaba ''mecnismos refle-

jos de la digestión'',

En aquel caso, se presentaba la comida que veían los perros, a esto le llamamos Estí-

mulo Incondicionado (E.I.) , pues no es necesaria ninguna

condición para hacer que los .p erros respondan con la saliva-

ción que sería la Respuesta Incondicionada (R.I.). Si cada

vez que se les presenta la comida se asocia un estímulo como

por ejemplo un sonido de campana o una luz verde, después

de varios ensayos donde se presentan comida y campana o

luz, al presentar sólo estos últimos sin la comida conseguirán

. una respuesta en el perro parecida a la anterior, de saliva-

ción, a la que se le llama respuesta condicionada (R. C.). Vea-

mos algunos ejemplos.


pasado al ámbito músical podemos decir que:
Factores mantenedores

Se refieren a aquellos que hacen que el problema se vaya

· cronificando con el tiempo, y lejos de solucionarse, empeore

cada vez más.

El más importante es lo que se denomina técnicamente el

Refuerzo Negativo de la Conducta. Una respuesta se puede re-.

forzar {aumentar la probabilidad de que vuelva a ocurrir) posi-

tivamente, es decir, haciendo que ocurra un evento agradable

después de la realización de aquélla; por ejemplo el agradeci-

miento posterior a una tarea, un premio por un trabajo, el di-

nero recibido por una actividad, o se puede reforzar negativa-

mente. Esto último consiste en que la realización de la conduc-

ta produzca un alivio de un malestar anterior o posible (Skinner,

1975; Skinner 199 1); por ejemplo el no acudir a una cita com-

prometida, el no opinar sobre algún tema para evitar los posi-

bles reproches, el tomarse un tranquilizante para aliviar los tem-


blores. Todos los trastornos de ansiedad se mantienen por Re-

fuerzo Negativo. Este se puede manifestar a través de dos pro-

cesos: La Evitación y el Escape.

En la Evitación, la persona evita totalmente el contacto

con el estímulo ansiógeno.

Por ejemplo: Imaginemos esta situación: dos personas trabajan en un

5.0 piso. Un día coinciden los dos y suben en el ascensor, pero

éste se avería y quedan atrapados entre la 3.a y la 4.a planta. No

funcionan los ecanismos de alarma y permanecen varias ho-

ras atrapados, hasta que los bomberos les rescatan. Ha sido una

experiencia horrible para los dos pues lo han pasado muy mal.

Al día siguiente llega uno de ellos al edificio y al observar

la puerta del ascensor percibe en su cuerpo una sensación· an-

gustiosa, taquicardia y tensión muscular, pero se anima y sube.

Así un día tras de otro. ¿Qué le ocurrirá a su miedo y ansiedad?

Pues ue desaparecerá después de comprobar una y otra vez

que no ocurre nada peligroso y que no es necesaria tal activi-

dad en su organismo.

La otra persona llega a los pocos minutos y al ver el ascensor

siente lo mismo: angustia, taquicardia ... pues su cuerpo todavía

recuerda lo ocurrido el día anterior, y decide subir por las escale-

ras (lo evita y desaparece el malestar). Así un día tras de otro.

¿Qué le ocurrirá a su respuesta de ansiedad? Pues que seguirá

cada vez con más fuerza y consistencia ya que estamos enseñán-

dole a nuestro cuerpo que existe un peligro tan fuerte como para

no ir por lo que al verlo se prepara para el '' inminente'' peligro.

Así podemos concluir: ¿todas las personas que quedan atra-

padas en un ascensor y lo pasan realmente mal desarrollan una


fobia al ascensor? NO. Sólamente aquellos que evitan o esca-

pan de la situación. Es más, no es necesario que ocurra un

suceso desagradable como el comentado: si realizamos escapes

y evitaciones nuestra ansiedad aparecerá.

En el caso de los músicos el evitar interpretar delante de

público, no realizar actuaciones que puedan hacernos pasarlo

mal. He visto durante muchos años, a multitud de buenos pro-

fesionales rechazar cualquier posibilidad de interpretar alguna

obra por ansiedad escénica: en celebraciones sociales o para pro-

moción profesional. El sentido de esto parecería ser: no actúan

porque se ponen muy nerviosos y lo pasan mal. Sin darse cuen-

ta que es a la inversa, es decir, que se ponen nerviosos por no

tocar. La evitación es la que mantiene la ansiedad. Es bastante

frecuente el que puedan pasar meses sin interpretar ante públi-

co por profesionales, y también suele ocurrir con los estudian-

tes.
Para la mayoría de los trastornos de ansiedad la exposi-

ción es el componente fundamental para que la terapia resulte

efectiva. En concreto, para la fobia social existen numerosos

estudios que reflejan la importancia de exponerse a los estímu-.

los temidos. La efectividad que se consigue con la exposición,

sola o en combinación con otras técnicas, es mayor que la rees-

tructuración cognitiva o entrenamiento en habilidades sociales

(Carrillo, Meca y Gil, 200 1). Consiste en el hecho de que la

persona debe exponerse a la situación ansiógena hasta que la

respuesta de ansiedad desaparezca, para que se produzca una

habituación, un contracondicionamiento sobre lo que dispara

la ansiedad.

Fundamento de la exposición

A través de las evitaciones y los escapes que hemos llevado

a cabo durante tiempo, se ha fortalecido la asociación entre los

estímulos ansiógenos (interpretar ante público) y la respuesta

de ansiedad de nuestro cuerpo. Como ya señalé antes, esta res-

puesta fisiológica se activa desde el sistema nervioso autónomo

o vegetativo, es decir que no está al alcance de nuestra volun-

tad. Hemos enseñado a nuestra respuesta a que se active ante

esas situaciones como si fueran peligrosas, tanto es así que no

la soportábamos (escapamos o evitamos), como si fuera a ocu-

rrir algo terrible y ahora hay que enseñarle que estábamos equi-

vocados pues no existe ningún peligro real que haga necesario

el desencadenamiento de la respuesta de ansiedad. Este nuevo

aprendizaje no se realiza a través de razonamientos o argumen-


taciones (propias del sistema nervioso central) que desarrolla-

mos y construimos, sino en la propia experiencia que ha de

demostrarnos que ''realmente'' no ocurre nada.

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Exponernos a los errores: Al exponernis, no sólo le hacemos cara a los estímulos externos: público
escenario profesores. Sino que también a algo muy importante, nos exponemos a fallar y a cometer un
error. Y aunque ciertamente sabemos que no va a ocurrir nada peligroso, cometer un error resulta en
nuestro cuerpo una preparación previa del mismo: ponerse nervioso.

Con la exposición, al cometer errores (cuatnos más interpretemos más probabilidad de que ocurran)
también experimentaremos que no es necesaria esa actividad corporal porque no pasa absolutamente
nada que justifique esta reacción. Si esto se repite -el objetivo, no obstante no es el fallar y cometer
errores- , gradualmente la respuesta de ansiedad ante un error irá disminuyendo, por lo que la
probabilidad de hacer otro error disminuye a los que nos lleva a:
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Cambios de conducta cognitiva: para cambiar nuestro pensamientos irracionales

Para cambiar nuestras conductas cognitivas, es decir, nues-

tros pensamientos, la denominada reestructuración cognitiva

es el procedimiento adecuado, en concreto ha demostrado ser

eficaz en cambiar ideas irracionales en músicos (Mor, Day, Flett

y Hewitt, 1 995).

Una de las técnicas más eficaces para este fin es la Terapia

Racional Emotiva (T.R.E.), que Albert Ellis formuló en los años

cincuenta y que se ha ido avalando progresivamente durante

los años posteriores con numerosas investigaciones clínicas.

Como el propio autor define, ''Creé la T.R.E. a principios

de 1 955, esencialmente con propósitos de eficiencia ... la.Tera-

pia Racional Emotiva es una forma de psicoterapia relativa-


mente sencilla, fácil de entender y bastante factible, muchos

individuos determinados trabajan duramente en ella, y la ma-

yoría se ayudan a sí mismos en forma significativa.

La T.R.E. se basa en un concepto que se ha repetido a lo

largo del conocimiento· humano en toda su historia, es aquel

que afirma que al hombre no le preocupan las cosas, sino lo

que los demás piensen de las cosas, o también la idea filosófica

de que el hombre es la medida de todas las cosas (Ellis y Lega,

1993). En efecto, no son las cosas, las situaciones, las circunstancias

las que nos afectan, sino nosotros mismos al interpretarlas.

Para entender esto, presenta la T.R.E. un esquema cono-

cido por el 'BC" donde A es la situación, la realidad, lo que

nos ocurre, lo objetivo. B es la interpretación que hacemos de

esa situación, son los pensamientos que tenemos respecto la

situación, y C es la emoción resultante de tener los B. Así,

cronológicamente primero ocurre un acontecimiento, después

es interpretado, y de esta interpretación se deriva una emoClOn.

Cuando hablamos de ideas irracionales no se hace refe-

rencia a lo que nos decimos o pensamos en un momento dado,

sino como antes apuntaba a un concepto más amplio; la inter-

pretación que hacemos de la realidad, de lo que nos ocurre.


Así, un pensamiento irracional puede que lo detectemos, que

realmente lo pensemos, pero habrán otros muchos que no sur-

girán en el momento en cuestión, que no aparecerán en nues-

tro cerebro, lo cual no querrá decir que no exista, pues muchas

interpretaciones las hacemos sin darnos cuenta, de una manera

automática. Suele ser tan automático que en ocasiones cree-

mos que no existen, y siguiendo el esquema, da la sensación

que de A se pasa a C sin que exista el B. Hay situaciones que

nos disparan rápidamente nuestras emociones y podemos lle-

gar a la conclusión errónea de que éstas son causadas por aque-

llas.
Y como podemos afrontar estos pensamientos? incorporando criterios de Racionalidad tales como:
CRITERIO FORMAL

Los pensamientos racionales se manifiestan en un lenguaje flexible, relativo, de deseos, lenguaje


probabilístico, con palabras del tipo: ''es posible, probable, me gustaría, quizás, sería

preferible, a veces, en ocasiones ...

'Los pensamientos irracionales se manifiestan en lenguaje

de demandas, exigencias, necesidades, obligaciones ... un · len-

guaje dicotómico, absolutista, con palabras del tipo: ''nunca,

siempre, todo, jamás, horrible, catastrófico, necesito, debería,


tu debes, no soporto, soy ... "

en base a esto debemos preguntarnos asociando los diferentes criterios:


Al principio puede ocurrir que no hacen efecto tales discusiones, a esto se lo llama "grado de creencia o
credibilidad de la idea". PAra que este grado crezca necesitamos hacer muchas discusiones, primero a
modo escrito y luego a modo mental. Preferentemente primero sobre ideas superficiales que no me
afectan directamente para ir llegando al fondo de pensamientos más importantes.
IDENTIFICA Y SUSTITUYE LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS

La vida que tenemos es consecuencia directa de lo que pensamos. Por eso, deberías cuidar tus
pensamientos diarios que definen tu manera de entender el mundo y, en este caso, la música.

Analiza durante un tiempo el lenguaje que utilizas cuando hablas contigo mismo durante el estudio o
antes de una actuación. ¿Eres realmente objetivo o tienes pensamientos más bien irracionales?

Ejemplo:

Pensamiento negativo: "Me va a salir fatal la actuación, como siempre".

Sustitución más "racional": "Me estoy anticipando de manera irracional a algo que no tiene por qué
ocurrir y que es producto de mis nervios. El hecho de que en otras ocasiones no haya tenido una buena
actuación no significa que esta vez tenga que ser así. Me he preparado lo mejor posible y voy a
centrarme en dar lo mejor de mi mismo".

Fomenta los pensamientos positivos

Aunque pueda parecer una tontería, repetir a tu cerebro frases positivas ayudan a tener mayor confianza
en uno mismo y calmar a tu mente inconsciente. Puedes utilizar estos ejemplos como guía para elaborar
tu propia lista de pensamientos positivos que utilizarás a modo de mantras:

"He tocado la pieza muchas veces sin problema. Sólo tengo que repetir lo que mis manos y me cerebro
ya han hecho tantas veces durante estos meses."

"Los nervios me ayudan a mantenerme alerta y conseguir un mayor rendimiento. No tengo por qué
luchar contra ellos."
"Voy a dar lo mejor de mí".

"Quiero compartir con el público lo que más me apasiona y hacerles disfrutar tanto o más como cuando
yo voy a un concierto de otra persona".

Aconsejo también que se recopilen las experiencias positivas que hayas vivido en audiciones pasadas y
que las traigas con frecuencia a tu consciente.

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Hábitos de estudio: Realmente en la mayoría de estudiantes de música existe

cierto nivel de estrés en cuanto a que mayoritariamente éstos

compaginan estos estudios con otros, de tal manera que el tiem-

po de dedicación se limita, ante todo en épocas de exámenes o

audiciones. Es cierto que la cantidad de tiempo es importante

para poder preparar nuestra intervención con garantías, y exis-

te un ''tiempo mínimo'' objetivo, necesario para la prepara-

ción, pero sobre esto hay algo que indicar.

Existe un mito bastante extendido que dice algo así como

'' ... si te pones nervioso es que no lo lle-vas suficienemente pre-

parado, no has estudiado lo que debías ... " ' ... si te pones ner-

vioso es que estas inseguro y todavía no estás preparado ... ".

Aunque puede afectar, lógicamente la poca preparación en cuan-

to a aumentar los nervios ante la ejecución no podemos afir-

mar, y mucho menos generalizar que esto sea así, que sea causa

- efecto. No es tan sencilla la cuestión. En muchos casos sí se

lleva bien preparada la obra y los nervios aparecen igual.

Propuestas:

Planificación: es bueno el que nos fijemos un horario se-

manal y diario para los estudios, donde se refleje el tiempo que

vamos a dedicar a las distintas partituras u obras. Recordar que

el horario se hace para nosotros, lo cual nos va a permitir des-


pués de probarlo el cambiar algunos aspectos de él. No vamos

a ser víctimas de una autoimposición, y tampoco a cambiarlo

constantemente según nos encontremos. Así y todo, una vez ,

conseguido un horario posible, hay que tener en cuenta que lo

lo podemos realizar es un 80 - 90 o/o de lo ''autopactado''.

Descansos: en la planificación deben de tenerse en cuenta

los descansos que debemos cogernos dentro del estudio; son

fundamentales. No estar horas con la misma partitura o moda-

lidad de estudio, pues la habituación a ello resta el que se pue-

da aprender con más facilidad. Cambiar de tema de estudio

cada cierto tiempo antes de que nos canse demasiado. Por ejem-

plo, no es conveniente estar más de 1 hora seguida sin descan-

sar y estudiando lo mismo.

Actitud positiva: nuestras emociones negativas dependen

de nuestros pensamientos y nuestros pensamientos dependen

de nosotros mismos .. Esto a veces lo olvidamos, y pasamos ho-

ras o días lamentándonos de esta asignatura, de esta obra, de

este profesor, del poco tiempo disponible, de la cantidad y la

dificultad de las tareas ... sin darnos cuenta que esto no va a

cambiar nada y no sólo no nos ayudará sino que nos impedirá

conseguir lo que pretendemos.

Evitar distracciones: Existen muchos problemas de cara a

la concentración en los estudios, motivados algunos de ellos

por situaciones externas que debemos evitar: ruidos, radio, T.V.,

leer revistas, y otros muchos causados por tener en esos mo-

mentos ideas, imágenes, pensamientos que no se pueden apar-

tar y que molestan lógicamente a la tarea de memorizar y de


aprender. Cuando ocurre esto, se debe intentar apartarlos de

nuestro cerebro centrándonos en lo que estamos haciendo, una

y otra vez. Si vemos que pasa el tiempo y no lo conseguimos,

una buena estrategia es detener el estudio, marcarnos un plazo

de tiempo (unos 15 - 20 minutos) para sentarnos tranquila-

mente relajados y dedicar todo ese tiempo a centrarnos mucho

en aquello que no podemos apartar, decirnos algo así como

''muy bien, ya que no puedo apartar esta idea o pensamiento voy a

dedicarles 20 minutos en exclusiva y después de estos minutos vuelvo

a estudiar ya de Úna forma mas atenta"

Podemos cometer fallos: El cometer fallos es algo inhe-

rente a nuestra condición humana, y estos fallos se pueden co-

meter en cualquier faceta de nuestra vida; laboral, sentimental,

familiar ... por supuesto que debemos esforzarnos en que sean

los menos posibles, pero no es muy positivo el catastrofizar

esos errores. Como músicos, es posible que cometamos algu-

nos fallos en conciertos; audiciones, y en los estudios también.

No conseguiremos interpretar como queremos algunas obras o

pasajes cuando los estemos preparando, pero no debemos ge-

neralizar esto a un fracaso futuro, a nuestra valía como estu-

diantes o futuros profesionales, y cuidado con permitir una

avalancha de ideas irracionales que se derivarían de esto: ''segu-

ro que el día del concierto me ocurre lo mismo': 'es un pasaje muy,

muy difícil': 'es horrible no estudiarlo bien': ''nunca lo consegui-

ré': 'esto quiere decir que no seré un buen músico ': ''seguro que

otro ya lo habría sacado"

Cometer fallos y estar relajados: Además algo importan-

te es el que los errores que cometemos durante los estudios no


consigan activarnos, ponernos tensos o nerviosos. Es bueno

practicar también el hecho de cometer un error pero continuar

ensayando y relajarnos. Por ejemplo podemos hacer ejercicios

de interpretar toda la obra entera, de principio a fin, indepen-

dientemente de si cometemos fallos o no, y no parar cada vez a

rectificar, y repetir esto hasta conseguir que estemos relajados

(de los músculos que no necesitemos) incluso en los fallos.

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