Los taínos desarrollaron una cultura basada fundamentalmente en la
producción agrícola que les permitió incrementar una apreciable actividad artesanal de objetos utilitarios, tales como vasijas y otros recipientes de barro y de madera, hachas de piedra bien pulimentadas, objetos de cestería de fibras vegetales y tejidos de algodón que eran decorados con tintes extraídos de la jagua (Genipa americana) y de la bija (Bixa orellana), con los cuales, también se pintaban sus cuerpos en ocasiones especiales.
Además, los taínos fueron excelentes escultores que confeccionaron
artefactos ceremoniales de gran expresión artística como los duhos o asientos ceremoniales, los ídolos o cemíes, los instrumentos para el ritual de la cohoba y los aros monolíticos.
2. ¿En qué estaba enfocada sus creencias y ceremonias?
La gran particularidad del universo cosmológico taíno era el culto a los denominados cemíes, ídolos que personificaban divinidades abstractas, naturalistas, locales, espíritus familiares y fenómenos de la naturaleza.
En la religión taína existía el concepto de cemí, que aludía tanto a las
deidades como a las figuras de madera o piedra con las que se les representaba. El batey, o plaza ceremonial, enmarcaba su espacio con piedras en las que podía haber dibujos de cemíes. Aquí se llevaba a cabo el areito, celebración en la que se cantaba y bailaba. Durante esta ceremonia se narraba la historia mítica del pueblo a todos los miembros del yucayeque. También, en el mismo espacio, ocurría el juego de la pelota.
Una ceremonia religiosa de gran trascendencia era el ritual de la
cohoba. Los principales hombres del yucayeque (nitaínos), junto al cacique y al behique, se reunían en el caney, espacio que fungía como templo y casa del cacique. Allí, solo el cacique o el behique inhalaba el polvo de la semilla de la cohoba, mezclado con caracoles molidos para -extasiado y en trance- entablar comunicación con los cemíes. Con este acto se buscaban respuestas sobre el presente, lo venidero, o la causa de las enfermedades y cómo curarlas.
3. ¿A quién estaba dirigido la ceremonia?
Los areytos se desarrollaban en el batey (plaza ceremonial). "Areyto" es también la palabra para "canción", el canto era preeminente sobre la música instrumental y la danza. Uno de los regalos más valiosos, más prestigiosos que un taíno pudiera dar al otro era una canción, porque era, además, un enlace con el mundo de los espíritus. Entre los pueblos intercambiaban canciones para fortalecer las relaciones de amistad y cooperación.
Los areytos se realizaban ante los sucesos importantes de la
comunidad: bodas, nacimientos, funerales, buena cosecha, salud, festejos de victorias, eventos del pasado, o agasajo a visitantes. Durante las fiestas nadie trabajaba, solo se disfrutaba.
El juego de batú o de pelota se celebraba en un batey -plaza
ceremonial- rectangular con piso compacto de tierra apisonada, sus linderos estaban demarcados por hileras de grandes piedras que podían presentar representaciones de cemíes.
Era un importante evento social, podía ser inter-tribal, y en
ocasiones se jugaba para decidir el futuro de un enemigo capturado o un castigo. Los espectadores se sentaban alrededor de la cancha; los invitados especiales, el cacique y sus ayudantes ocupaban sus duhos (asientos ceremoniales).
El ritual de la cohoba era la ceremonia taína más importante.
Los caciques, miembros masculinos de su clase -nitaínos- y behiques -chamanes- participaban en ella para consultar a los cemíes acerca de eventos relevantes para la comunidad. Consistía en la inhalación, precedida de un vómito purificador, de sustancias alucinógenas, que provocaban un estado de éxtasis que permitía la comunicación con las deidades o cemíes.
4. ¿En cuál dios creían los taínos?
Dentro de la riqueza que presentaba la mitología taína, sobresalía su máxima divinidad Yocahú Bagua Maorocoti, el Señor de los Cielos y creador de todo lo existente.
5. ¿Cuál era su día más importante?
Los areytos eran ceremonias de celebración o conmemoración, un modo de conservar y transmitir las costumbres. Participaban todos los integrantes de la comunidad, como observadores o danzantes.