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Actividades

Aspectos legales de la higiene industrial

Como todas las demás disciplinas preventivas, la Higiene Industrial ha experimentado un impulso legal muy importante en los últimos años, y ello supone a la
vez una ventaja y un riesgo.

La ventaja es la importancia que adquiere en la percepción social, consecuencia inmediata del hecho de ser objeto de una reglamentación. En general, cuando
un grupo de ciudadanos reconocen algo como importante reclaman de las autoridades la elaboración de reglamentos que regulen los comportamientos para
que esa percepción se extienda al resto de personas, incluso aquellas que en principio no consideran el tema como importante. En este sentido la moderna
regulación de la prevención de riesgos laborales es un avance notable que satisface una exigencia social de actualización de la antigua reglamentación y la
Higiene Industrial se beneficia directamente.

Pero también hay riesgos, el principal es confiar en que un mero cumplimiento formal de la “letra” de los reglamentos es suficiente. En el caso de la prevención
de riesgos laborales, y más todavía en el caso de la Higiene Industrial, es prácticamente imposible poder elaborar normas de aplicación general que tengan en
consideración todas las interrelaciones entre el ambiente y el trabajador que dan origen a las enfermedades dada la cantidad y complejidad de esas
interrelaciones. Los reglamentos
no pueden concretar el comportamiento a seguir en cualquier situación posible y una actuación simplista que se limite a “cumplir la letra” sin prestar atención
a los principios y objetivos que enuncian los propios reglamentos difícilmente podrá conseguir una prevención correcta de los riesgos laborales.

La Higiene Industrial en la Ley de Prevención y el Reglamento de los Servicios de Prevención

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales y el Reglamento de los Servicios de Prevención contienen pocas referencias directas a las cuestiones que son objeto
de estudio por parte de la Higiene Industrial, lo cual no tiene nada de extraño si se considera que se trata fundamentalmente de normas que establecen los
principios de gestión de la prevención de riesgos laborales, sin apenas entrar en los aspectos concretos de la misma.

En este sentido, la primera referencia de interés la encontramos en el artículo 4.4, cuando al definir “riesgo grave e inminente” se incluyen en el mismo
aquellas situaciones en las que existan exposiciones a agentes que puedan ocasionar daños graves a la salud “aunque éstos no se manifiesten de manera
inmediata”.

LA DEFINICIÓN DE RIESGO GRAVE E INMINENTE DADA EN LA LEY DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES INCLUYE LAS EXPOSICIONES CUYOS EFECTOS
PUEDEN SER GRAVES AUNQUE NO SE MANIFIESTAN DE MANERA INMEDIATA

Asimismo, cuando se definen las condiciones de trabajo como “cualquier característica del mismo que pueda tener una influencia significativa en la generación
de riesgos para la seguridad y la salud del trabajador”, se incluyen específicamente dentro de las mismas “la naturaleza de los agentes físicos, químicos y
biológicos presentes en el ambiente de trabajo y sus correspondientes intensidades y concentraciones o sus niveles de presencia”.

Otra referencia específica a temas contemplados por la Higiene Industrial se encuentra en el artículo 25.2 cuando, refiriéndose a los trabajadores
especialmente sensibles, la Ley establece la obligación del empresario de incluir en la evaluación de riesgos los factores de riesgo que puedan influir en la
función de procreación de los trabajadores y trabajadoras, en particular a causa de la exposición a agentes físicos, químicos y biológicos. Una referencia
parecida se hace en el artículo siguiente, sobre la protección de la maternidad, al establecer una medida similar en relación con las trabajadoras embarazadas.

Finalmente, algunas referencias específicas a temas tratados por la Higiene Industrial se recogen en los artículos 46 y siguientes en los que se tipifican las
infracciones; así, el artículo 47.9 califica como infracción grave la “superación de los límites de exposición a los agentes nocivos que (…..) origine riesgo de
daños graves para la seguridad y la salud de los trabajadores”. Se califican asimismo de graves (artículo 47.16.a) las infracciones que supongan
incumplimiento de la normativa, siempre que creen un riesgo grave, en materia de comunicación a la autoridad laboral de las sustancias, agentes o procesos
utilizados (cuando proceda legalmente), respecto a prohibiciones o limitaciones respecto a operaciones, o procesos, etc.

LA SUPERACIÓN DE LOS LÍMITES DE EXPOSICIÓN A LOS AGENTES NOCIVOS ES UNA INFRACCIÓN TIPIFICADA COMO GRAVE POR LA LEY DE PREVENCIÓN DE
RIESGOS LABORALES

El Reglamento de los Servicios de Prevención se refiere a la Higiene Industrial como una más de las disciplinas preventivas que deben incluirse en el urrículo
formativo de los expertos de nivel superior, quienes tienen entre sus funciones específicas la de realizar aquellas evaluaciones de riesgo cuyo desarrollo exija el
establecimiento de una estrategia de medición para asegurar que los resultados obtenidos caracterizan efectivamente la situación que se valora o una
interpretación no mecánica de los criterios de evaluación, situaciones éstas que se dan con frecuencia al tratar problemas de Higiene Industrial. El anexo VI del
Reglamento especifica los temas que deben incluirse en la formación de los expertos de nivel superior.

El anexo V, donde se especifica la formación que deben recibir los expertos de nivel intermedio, incluye también temas relativos a Higiene Industrial, aunque
sin darles ese nombre, pues se refiere a ellos llamándoles “riesgos relacionados con el medio ambiente de trabajo”, denominación poco usual en España pero
habitual, en cambio, en la literatura producida por la OIT.

Otras disposiciones

El Reglamento de industrias molestas, insalubres, nocivas y peligrosas, de 1961, fijó en su anexo II las concentraciones máximas permitidas en el ambiente
interior de las explotaciones industriales. Estos valores máximos permitidos fueron cayendo progresivamente en desuso debido al continuo avance de los
conocimientos técnicos desde su publicación, hasta su derogación por el Real Decreto 374/2001 sobre la protección de la salud y la seguridad de los
trabajadores contra los riesgos relacionados con los agentes químicos durante el trabajo.

En orden cronológico, la siguiente disposición significativa la manipulación de amianto. Dicha Orden fue pronto sustituida por el Reglamento sobre el trabajo
con riesgo de amianto, de 31.10.84, que posteriormente fue objeto de diversas modificaciones, la más reciente el 26.7.93.

La incorporación de España a la Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea) en 1986 aceleró el ritmo de producción de normativas en este campo,
publicándose el 9.4.1986 el Reglamento para la prevención de riesgos y protección de la salud de los trabajadores por la presencia de plomo metálico y sus
compuestos iónicos en el ambiente de trabajo, también derogado por el RD 374/2001, y el reglamento para la prevención de riesgos y protección de la salud
por la presencia de cloruro de vinilo monómero en el ambiente de trabajo, que aún mantiene su vigencia parcialmente.

En el ámbito de la contaminación energética (contaminantes físicos) debe citarse el Real Decreto 1316/1989 sobre protección de los trabajadores frente a los
riesgos derivados de la exposición al ruido durante el trabajo.

Posteriormente deben citarse el Real Decreto 88/1990 sobre protección de los trabajadores mediante la prohibición de determinados agentes o actividades,
derogado por el RD 374/2001 aunque sus disposiciones han quedado incluidas en él.

Con posterioridad a la publicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, y como desarrollo de la misma, se han publicado el Real Decreto 665/1997
sobre protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes cancerígenos durante el trabajo y el Real Decreto 664/1997
que regula la exposición a agentes biológicos durante el trabajo.

El Real Decreto 665/1997 sobre agentes cancerígenos ha sido modificado por el RD 1124/2000 de 16 de junio para incluir en su ámbito de aplicación de forma
específica al benceno, amianto y cloruro de vinilo monómero (todos ellos cancerígenos). Este Real Decreto deroga la reglamentación anterior aplicable al
benceno y también, aunque de forma parcial, las relativas a amianto y cloruro de vinilo monómero.

Sin duda la disposición legal más importante en el ámbito de los riesgos debidos a agentes químicos es el ya citado Real Decreto 374/2001 que además de
derogar las disposiciones más antiguas que se han citado establece las disposiciones específicas para la evaluación y prevención de los riesgos debidos a
agentes químicos, tanto los riesgos de accidente como los de enfermedad. Es una disposición muy compleja por el alcance de sus contenidos y la complejidad
técnica de los mismos.

Otro grupo importante lo constituyen las múltiples disposiciones cuyo objetivo es la protección de los trabajadores y del público frente a las radiaciones
ionizantes, la más reciente de las cuales es el Real Decreto 783/2001 que aprueba el reglamento sobre Protección Sanitaria contra Radiaciones Ionizantes;
también conviene tener presente el Real Decreto 1836/99 por el que se aprueba el Reglamento sobre instalaciones nucleares y radiactivas.

Existen muchas normativas que, aunque no traten específicamente cuestiones relativas a Higiene Industrial, están orientadas a reducir el riesgo químico en el
trabajo (y fuera de él); la mayor parte de las que tienen interés para el desarrollo de las actividades de Higiene Industrial hacen referencia a la notificación de
sustancias nuevas y clasificación, envasado y etiquetado de sustancias peligrosas, así como a las condiciones de transporte y almacenamiento y manipulación
de sustancias y productos peligrosos.

Prácticamente la totalidad de esta reglamentación es consecuencia de la transposición a la legislación nacional de directivas comunitarias, y lógicamente sus
contenidos se adaptan a los principios definidos por la política social de la UE en materia de prevención de riesgos laborales establecidos en la Directiva Marco
(89/391) y que pueden resumirse en la secuencia: 1º eliminar el riesgo; 2º evaluarlo si la eliminación no es posible; 3º reducirlo hasta niveles aceptables
mediante un plan de actuación permanente e integrado en el conjunto de la organización de la empresa.

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