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ÁREA DE CIRUGÍA
PIE DIABÉTICO
INTERNOS:
ANGELO BARZALLO
GABY ORDOÑEZ
HANZEL ECHEVERRÍA
RESIDENTE:
MARCOS DAÚL MD.
TUTOR:
SANTIAGO SALAMEA MD.
2022-2023
PIE DIABETICO
La diabetes mellitus (DM) es una de las enfermedades más frecuentes en nuestro país.
Una de las complicaciones crónicas más graves de la DM, dado el efecto que tiene en la
calidad de vida de estos pacientes, es la aparición de úlceras en los pies. El pie diabético
es definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la infección,
ulceración y destrucción de tejidos profundos de la extremidad inferior, asociados con
alteraciones neurológicas y diversos grados de enfermedad vascular periférica.
ETIOLOGIA
FISIOPATOLOGIA
La patología de los pies en el paciente diabético desencadenada por las úlceras cutáneas,
es producida por traumatismos mínimos. La presencia de neuropatía, insuficiencia
vascular y alteraciones de la respuesta a la infección, así como la reducida movilidad
articular que determina la existencia de presiones anormales, hacen que el paciente
diabético presenta una vulnerabilidad excepcional a los problemas de los pies.
Neuropatía diabética:
La neuropatía diabética incluye la pérdida motora, de sensibilidad y la afección
autónoma.
• La neuropatía motora afecta a todos los músculos del pie, lo que da lugar a
deformidades que inducen a un cambio de presión sobre determinada superficie plantar,
concentrándose principalmente sobre las cabezas de metatarsianos y el talón; de ese
modo, se estimula la formación de callosidades, que serán las precursoras de las
ulceraciones.
• La neuropatía del sistema autónomo hace que se produzca un falso calor en el pie,
secundario a una alteración del flujo sanguíneo; además, disminuye la sudoración, lo
que ocasiona la aparición de piel seca con tendencia a fisuras y grietas, que puede
facilitar la entrada a las infecciones.
Por otro lado, también es frecuente que las infecciones del pie no se detecten en un
paciente diabético hasta que el estado sea muy avanzado.
CLASIFICACION DE LAS LESIONES (WAGNER)
La clasificación de Meggitt-
Wagner es probablemente el
sistema de estadiaje de lesiones
de pie diabético más conocido.
Fue descrita por primera vez en
1976 por Meggitt pero fue
popularizada por Wagner en
1981.
Deformidades digitales: están producidas por una atrofia de los músculos intrínsecos del
pie y el adelgazamiento de la almohadilla grasa bajo la cabeza de los metatarsianos. Las
más frecuentes son los dedos en martillo, dedos en garra y el hallux valgus.
• Grado III: Absceso- Es una inflamación aguda purulenta, bien delimitada, que
destruye totalmente los tejidos donde se forma. A veces drena al exterior o hacia una
cavidad por medio de trayectos irregulares o fístulas.
Osteomielitis- Consiste en una infección ósea de carácter purulento que puede tener un
curso agudo (en la mayoría de los casos) o crónico, y que suele estar causado por
bacterias (el germen más frecuente es el Staphylococcus aureus) y, más raramente, por
hongos.
DIAGNOSTICO
Para un correcto diagnóstico de las complicaciones del pie, la mejor herramienta es una
correcta anamnesis y un profundo examen físico
• Anamnesis:
Historia clínica general: debe incluir datos referentes a la duración de la enfermedad,
control glucémico, tabaquismo, HTA, dislipemia, antecedentes de úlceras o
amputaciones, medicación habitual que toma e ingresos hospitalarios previos.
Historia clínica del pie: debe incluir el tipo de calzado que utiliza, las características
del zapato, las deformidades, tipo de punta y si lleva plantilla.
• Exploración física:
Exploración Neurológica:
Exploración Vascular:
Es importante conocer que, en las personas mayores, sobre todo en los pacientes
diabéticos, son frecuentes estas calcificaciones.
TRATAMIENTO
Dependiendo del grado en el que se encuentre el pie del paciente diabético, según la
escala de Wagner, llevaremos a cabo los siguientes cuidados:
–Wagner grado 0-
En esta etapa, en la que existe un “pie de riesgo”, pero sin lesiones considerables
todavía, es muy importante una correcta educación al paciente en el cuidado y la higiene
del pie. Para ello habrá que hacer hincapié en la importancia del uso de cremas de urea,
utilizar piedra pómez para eliminar durezas, la retirada de callos por podólogos, uso de
plantillas para las deformidades óseas, usar zapatos que no comprimen los dedos, evitar
la humedad en el pie, entre otras pautas.
–Wagner grado I-
Se indica reposo absoluto del pie lesionado durante 3-4 semanas. Se ha de realizar
diariamente una limpieza con suero fisiológico (a cierta presión), aplicando después
gasas humedecidas con soluciones isotónicas diluidas. Las úlceras deben ser valoradas
por un profesional sanitario cada 2-3 días. El uso de sustancias tópicas es controvertido;
se han propuesto, entre ellas, las soluciones antisépticas, los factores de crecimiento,
etc., pero no existen estudios con un diseño adecuado que demuestren su eficacia.
Si se usan antisépticos locales, hay que procurar que éstos sean suaves y no coloreen la
piel.
Úlcera profunda
Se recomienda también reposo absoluto del pie afectado. Debe sospecharse la posible
existencia de una infección, puesto que ello puede condicionar la evolución de la lesión
e incluso poner en peligro la extremidad. Se realizará un minucioso desbridamiento de
la úlcera, eliminando los tejidos necróticos y la hiperqueratosis que cubre la herida. Se
tomará una muestra de exudado de la úlcera para cultivo y antibiograma y se instaurará
tratamiento antibiótico oral 3,6. Se debe realizar una exploración interna de la úlcera
valorando la tunelización con un estilete3. Ante una úlcera de evolución tórpida, con
celulitis extensa u osteomielitis asociada, hay que plantearse seriamente su derivación a
un centro hospitalario.
Ante un pie diabético que presente una amplia zona de celulitis, abscesos, osteomielitis,
signos de sepsis o gangrena (localizada o extensa), la actitud correcta es derivar al
paciente a un hospital para la administración de antibioterapia parenteral y la valoración
de posibles técnicas quirúrgicas.
PREVENCIÓN
Otra forma de proteger correctamente los pies es mantener una buena circulación distal.
Para ello, es recomendable la elevación de las extremidades inferiores en sedestación,
evitar cruzar las piernas, no usar calcetines o medias que comprimen, mover los tobillos
y dedos de forma circular al menos durante cinco minutos diarios y el abandono del
hábito tabáquico.
Las siguientes instrucciones pueden ser útiles para que el paciente evite las úlceras y las
infecciones del pie:
-Calzado-
Es conveniente elegir zapatos de cuero blando, que se ajusten bien y protejan los pies.
La puntera debe permitir el movimiento de los dedos.
Se debe cambiar de zapatos durante el día para aliviar las zonas de presión, e incluso
probar con calzado de deporte para el uso cotidiano.
Si hay problemas de ajuste o alteraciones en la estática del pie hay que utilizar
dispositivos de ortopedia para resolverlos.
Cada vez que se ponga el calzado es importante revisarlo por dentro para asegurarse de
que el forro interno esté suave y liso y que no haya objetos en su interior.
Los pies se deben lavar de forma diaria con un jabón suave, a ser posible neutro, y agua
tibia (no caliente), sin mantenerlos mucho tiempo en remojo puesto que se pueden
agrietar y resecar la piel. Después es necesario un meticuloso secado, teniendo especial
cuidado en las zonas interdigitales. Para ello se puede usar un secador con aire frío (se
puede utilizar polvos de talco con óxido de zinc sobre las zonas donde se acumula la
humedad).
Una o dos veces al día hay que aplicar crema hidratante con urea en las partes
superiores de los pies y las plantas, evitando aplicarla entre los dedos.
BIBLIOGRAFÍA
Fermawi SA, Tolson JP, Knapp SM, Marrero D, Zhou W, Armstrong DG, Tan
TW. Disparities in preventative diabetic foot examination. Semin Vasc Surg.
2023 Mar;36(1):84-89. doi: 10.1053/j.semvascsurg.2023.01.001. Epub 2023 Jan
6. PMID: 36958902.