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La fu erza evocadora de La Castañeda

Al icia Sán ch ez M ej orad a

Kati Horn a nació en Budapest en mayo de 19 12. Fue

testigo:

del nacimiento, asce nso y co nso lidac ión del

nazi smo en Europa central. Desde muy jove n

parti cipó en prot estas populares co ntra la

dictadura , al tie mpo q ue su formaci ón int e-

lect ua l y a rt ística se forjaba co n las ideas de

los conside rados pionero s en fotcgra ña 1110 -

dcrna: los hú ngaros Lészlo Moholy-Nagy

- miembro y profesor de la escuela Bau -

haus- y jcser Pécsi, cuyo estudio fotogr éñ-

ca ca talizó la atenció n de los vang uardistas

de la époc a. A Jos 19 a ños de eda d Kati Hor -


Kati Hcrua, de In serie Títeres en /11 Penitenciaria, 1945. Archiv o Ka -
ti Hor na I Ccnid ill p-INIlA na se trasladó a Berlín y entre 1921 y 19 33

trabajó co me ayudante de la Agencia De-

p hot (Deutsche Photodíenst ). En Berlín

mantuvo co ntactos con el g rupo Ba uha us,

cuya escuela fue clau surada por el gobierno

nazi en 1933. Ese mismo año, Kati Horna

huye a Parí s, donde permanece hasta su

traslado a Espa ña en enero de 1937. 1

En París entra en conta cto con el movimiento surrealista y trabaja para la Agence

Photo, dond e se publican sus prim eras ser ies fotográficas: el Marché aux Puces y

Cafés de Paris. El clima de rup tura, apertu ra y de utopía, en el qu e vivió Horna en

París contribuyó a su afia nza miento en un a firme ideolcgia libertaria a la qu e la

art ista se man tiene fiel hasta el d ía de hoy. Con el encargo de tomar fotografías de

la Guerra Civil Española, Kati liorn a se traslada a Bar celona a principios de 19 37.

Compro metida con la ca usa ana rq uista tr abaja par a el comité de prop agand a ex-

terior, es redactor a de la revista Umbral, y colabora activamente en publicaciones

como Ubre Studío, TiCl"J"Il y Libcn ed, Tiempos Nu evos y M uj eres Libre s.

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Knti Horna, de la serie Títeres Cil la rennencíaris, 1945 . Archivo Ka- Ka ti Horn a, de la serie Títeres Cilla Pcmtcncuu is, 194 5. Arch ivo Ka-
ti Homa I Ccni dia p -INIIA ti Horua I Ccll idi ll p -I:>:IIA

A los 27 años de edad, en octubre de 1939, se esta ble- tan tes, 1(1 sonrisa ingenua y hasta las desmed idas car -

ce en México. Desde entonces, dura nte más de seis cajadas qu e brotan del rostro de los reclusos. En esta

déc adas, Kati Hc rn a eje rce su oficio efectua ndo en - serie se ma nifiesta su peculiar enfoque crea tivo al

cargos de fotografía docum ental y repor tajes para di- otorga r a los obje tos un espacio primord ial en el con-

versas revistas y pu blicaciones naciona les. Su labor j unto de la escena, confiriéndoles vida y persona lidad

como reportera, fotógra fa y maestra ha sido incan sa- prop ia.

ble. Su cá ma ra recoge rostros de destacada s persona - En el recuad ro de los c réd itos a las ilustracio-

lidades y escenas de la vida cultura l mexicana, al nes de la revista, un a nota explica:

tiempo qu e se oc upa con otras temáticas, generado ras

de su potencial c rea tivo, qu e le per miten recorrer las Dos elementos se han asociado para produ cir

calles de la ciudad y tener " momentos robados" al las excelentes fotografías de Nosot ros. Estos

tra bajo para rea lizar e nsayos, series y propo ner su dos elementos son Ka li Homa y su bien ma -

propia visión. uejada Rollciflcx. La técnica europea de Kati

A partir de 1944 Kat i Horn a fue fotógr afa de al captar en sus fotografías el sentido h UnL1 110

pla nta de la recié n fund ada revista Nosotros. Entre sus ha sido hasta hoy y en cierta for ma insupc -

principales reportajes g ráficos destaca Títeres en la rable. Su exq uisita sensibilidad eapta ínme-

Penitenciar ia dond e Don Ferruco, el títere, entretiene dia tamentc la egudcza de las expresiones.2

a los presos con sus historias moralizantes, La fotógra -

fa capta a la aud ienci a, logrand o tomas en las cuales Su discu rso nar rat ivo refleja una doble intención,

imaginación y realidad no rivalizan, sino qu e se fun - pues no sólo se ada pta a las necesidades del trabajo, al

den en un a serie de imágenes que, a pesar de den un - document ar con sus imágenes los reportaj es g ráficos

cia r la crudeza dclmedio, resca tan las mirada s expcc- que le encomienda n, sino q ue la libre intención de su

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Kati Hom a, de la serie 1-11 Castafieda, 1945. Archivo Ka ti Hor na I Ccnidi ap -txax

autora permite adentrarnos en un mund o de subjeti- de la música , por esa melod ía silente que brota de sus

vidad e ironía. bocas desden tadas a fuerza de castigos.

En 194 5 Kati Horna recibe el encargo de to- Lasfotografías de Kati Horna nos permiten mirar

mar una s fotografías en el manicomío de La Castañe- la realidad de otra man era. Ella reinter preta con una

da, logra ndo una de las series fotográficas más rele- libert ad mara villosa y trastoca el rostro de un pacien-

vantes tanto por su fuerza interpretativa, como por la te, reproduce el mund o del encierro de la locura dán -

maner a de tran sform ar la simple aprehensión de los dole un vuelco más hum ano, captura el silencio y la

hechos. Su lente se torna en un espejo qu e refleja el soledad compartida de El patio de los ol vidados; des-

mundo interior del retratado. Así Kati recoge la figu- cubre el momento trágico de la toma de huellas digi-

ra de un paciente y lo convierte en un asceta, un per- tales qu e mar can el ingreso de una paciente y lo pre-

sonaje casi místico que proyecta paz interior, al cual senta como una puesta en escena en la qu e detiene el

titula El iluminado. Retrata a un loco sordomudo qu e instante que sella un destino. Sus fotos recu peran lo

baila incan sablemente, concentrado en el g iro de su cotidiano y al mismo tiempo enfatizan rasgos emocio-

cuerpo. Capta, en la expresión cor pora l del hombre na les, íntimos y persona les de los suje tos implicados.

ese otro mundo, en apari encia tan ajeno al nuestro. Y, Los tema s predominantes en su obra son el re-

sin embargo, al sólo verlo en El baile, bajo ese nombre, trato y la evocacíón de lo insólito (macabro) en la vida

una nueva identificación reviste la imagen y recu pera cotidiana , espacios íntímos que la fotógrafa recr ea,
toda integridad hu mana. En la Lección de can to (co- aplicand o a las técnicas propías de su oficio, los re-

nocida también como El coro), presenta a nueve per - cursos inagotables de su fantástica mirad a. Sus imáge-

sonajes margin ados socialmente y degradados en su nes rompen con el propósito qu e rige a la fotogra fía

aspecto físico. Seres que g rac ias a la visión penetra n - docum ental, trastocan el rigor de la regla, se revelan

te de la fotógrafa, aparecen transfigurados por la acción para dejar hablar al sujeto en una toma de postu ra

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Kati Horna, de la serie La Castañeda, 1945. Archivo Kati liorn a I Cenidiap-ixaa

ética del operado r frente a l hecho fotografiado, por responde a l co ntac to de la fotógrafa con el devenir

ello La Custuñeds es un o de sus estudios más reve la- hum an o, co n el dra ma de l desamparo, cargado siem-

dores y suge rentes. El enfoque pe rsona l de Ka ri, es- pre de una for ma de hum or par ticul ar qu e ca rac teri-

pontá neo y huma no, consigue capta r lo sustancia l de za la pr odu cción de Ka ti Horn a, así como su capaci-

la escena y con su respu esta intuitiva logra que lo dad para ex plora r la vida co n natura lidad. Al margen

transitorio se vue lva eterno y mági co. del documen to subraya de ma nera efectiva y dir ecta

Pocas series de Kati Horn a se co nocen co mple- ciertos aspec tos co tidianos, creando imágen es elo-

tas. 3 Las obras se han difundido tomando uno o dos c ue ntes cargadas de un significado simbólico ca paz

ejemplos por serie, seleccionan do aquella s que tant o de tor na rse a tempo ral.

por su co ntenido exp resivo co mo por su ca lida d téc- Alejada de los círcu los co merciales de difu-

nica re flejan la visión de su a utora , de ahí que algu - sión, su postu ra fre nte al arte es de tal entereza ética
nas fotos co nserve n un valor estético aislado. La C8s- que la difere ncia de otros fotógrafos co ntempo rá neos

te ñcds co nsta de más de 75 placas, en las cuales la de- y caracteriza su prod ucc ión. Lo interesante en Kati

nuncia está latent e y a pesa r de ello, la belleza de la Horn a es descubrir la fuerza evocado ra del lengu aje

imagen bro ta de la for ma en qu e ella abo rda cada es- fotográ fico con el que trabaja, mediant e el cua l logra

cena. El tipo de acercamiento qu e efectúa hacia su en- un a tran sposición de co nceptos y recrea nu evas visio-

torn o tiene un sentido de ironí a y familiaridad que nes de la realid ad .

1 Concepción Bados Cirin, "Ln cámara de Kat¡ li orna: rotcg ra ñes y Alicia Séuchez Mejorada, - Les series Iotcgrañ cas dc Kati
.:l Véase
textos de la Guerra Civil de España", en te tras Peninsulares, Es pa- Horua" el! Si$lIOS. 1:/ ¡Irte y la ínvesrignción, México, INlM - DIDA,
ña, primavera de 1998. 1989, pp. 52 -63.
2 Noso tros, vol. 3, Ill1111 . 39 México, 10 de marzo dc 1945 .

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