UNEFM

Maestría En Gerencia Pública

Asignatura: Ética y Gobierno
Facilitador: Prof. José Luis Martínez

Autor: José A. Contreras R

C.I.:18.047.414

Santa Ana de Coro, 29 de Febrero de 2020

Actividad Nº 1. Conceptos de Ética y Gobierno

La existencia de un Estado, la satisfacción de intereses comunes y la

resolución de conflictos respecto a la diversidad de corrientes de pensamiento,
religión, ideología y necesidades sociales de un conjunto de personas que
habitan en un determinado espacio geográfico y hacen uso de los recursos
existentes en él, han motivado el estudio de la ética dentro del desempeño de
la función pública, así como el establecimiento de restricciones legales a fin de
garantizar el bien colectivo.
Desde esta perspectiva podemos considerar como Gobierno al conjunto
de autoridades e instituciones que ejercen diversas actividades de
administración, dirección y control de un Estado según una determinada
autoridad conferida para la conducción del poder político y de los asuntos más
importantes de la población.
Dichas actividades, sin duda, requieren de acciones concretas y la toma
de decisiones en las cuales se gestionan recursos públicos y es allí donde
aparece inmerso el termino ética dentro de las funciones de gobierno. La Ética
por su parte, la podemos definir como ese conjunto de normas sociales que
están asociadas a las costumbres, así como a la interacción de las personas
dentro de un determinado ámbito, que han sido aceptadas por todos como
“validas o buenas” o “malas o inadecuadas”.
Ahora bien, si se toma en consideración la formación académica y
filosófica de una persona y su orientación ideológica puede influir sobre las
decisiones que tome en un determinado instante o circunstancias, entonces la
moral y la conducta, como normas sociales también son de transcendencia
dentro de las acciones de gobierno y ha conducido en muchos casos al
establecimiento de controles y de legislación que confieran límites a las
atribuciones y al manejo de bienes públicos.
De esta manera se puede establecer que la ética está inmersa en toda
acción de gobierno y por consiguiente puede contribuir decisivamente en el
logro de intereses colectivos de la sociedad, traduciéndose en bienes y
servicios de calidad, satisfacción de necesidades, fortalecimiento de la
economía y mejora del nivel de vida de los habitantes de una nación, sin dejar
a un lado el incremento en el nivel de confianza sobre los representantes a los
cuales fue de legada esa función y en general de toda la institución a la cual
representa.
Es por ello la imagen que construimos respecto a una determinada
administración pública y de los gobernantes está asociada a los aspectos
éticos con los cuales hemos crecido y nos hemos ido formando. Nosotros
exigimos a los gobernantes, en los sistemas democráticos con
representatividad a través de elecciones, que los mismos cumplan las
funciones dispuestas desde el punto de vista legal, con responsabilidad y
honestidad, dado que es el dogma social que tradicionalmente se ha traducido
en buenos resultados.
Bajo algunas circunstancias, el ejercicio de funciones de gobierno se
realiza de manera inconsulta o requiere de fuertes acciones que llegan a
sobrepasar los preceptos de la ética: este es un punto limite donde la población
exige cambios y la revisión de las decisiones, evaluando como ha sido la
evolución de los aspectos involucrados. En otros casos, los gobernantes toman
decisiones fuera de la ética atendiendo a circunstancias y situaciones propias,
cayendo en corrupción o infringiendo daño de alguna índole a los
connacionales.
En función a todo ello se puede concluir que la acción de gobernar
vincula la prestación de un servicio y en lo referente, una buena conducta, trato
amable, y grata comunicación son elementos básicos para establecer buenas
relaciones y buen servicio. Si esto de combina con la honestidad, la
responsabilidad y la moral entonces se podría hablar de ética en el ejercicio de
las funciones, siendo esto aplicable a cualquier nivel e instancia de la
administración pública de un país.