Está en la página 1de 11

Conciencia Ética del Ciudadano y Funcionario Público en la

República Bolivariana de Venezuela.


Para estudiar la conciencia ética del ciudadano y funcionario público, se
debe tener conocimiento de las concepciones básicas que nos van a introducir
en el tema de la ética Pública, las causas y el impacto producido por la
corrupción dentro de las instituciones públicas y específicamente en la
sociedad. Es por ello que se debe entender primero ¿Qué es la ética Pública?
¿Cuál es su importancia? ¿Por qué es necesaria? Así como también se deben
identificar las acciones a tomar para su fomento. También resulta muy
importante tocar temas como la corrupción y llevarla al estudio del impacto que
causa está dentro de las instituciones públicas y como va ocasionando daño
desde la sociedad.

Definir que es la Ética no es tarea fácil, pues el concepto ha sido


discutido intensamente por diferentes corrientes. En términos generales, la
ética o disciplina moral tiene por objeto el examen filosófico o la explicación de
los llamados “hechos morales”. De ese modo, en tanto esta disciplina, estudia
las actitudes y costumbres del ser humano y las clasifica en virtudes y vicios,
en acciones debidas e indebidas, convenientes y nocivas, con el fin de formar
el carácter de los hombres al mostrar aquellos hábitos dignos de imitar. Es por
ello que (Brugger: 1969) plantea: que la ética forja el carácter, esto significa
que los seres humanos nacen con un temperamento innato, con un conjunto de
sentimientos que no han elegido y resulta difícil modificar, pero que puede
encauzarse a lo largo de su vida; por lo que, es posible ir adquiriendo un nuevo
carácter. El individuo tiene que ir concibiéndose a sí mismo al elegir unas
posibilidades vitales y rechazar otras.

El Estado a través de sus políticas sociales y educativas, debe estimular


el desarrollo de atributos y virtudes cívicas en los ciudadanos. El respeto dentro
de la ética adquiere un valor primordial en la formación del individuo, esta debe
ser puesta en práctica para un mejor desenvolvimiento del sujeto dentro de la
sociedad. Tal como señala Kant, el respeto por uno mismo es un requisito del
proceder ético pero un requisito guiado por el interés por la suerte de los otros
y del mundo.
Dentro de la Ética el ciudadano y funcionario público resulta importante
hablar del poder, tal como es entendido por la mayoría de personas, consiste
en las facultades de las que se adueña un grupo selecto o incluso una persona
para ejercer su dominio sobre el resto. El poder es una cualidad adquirida y
que solo se adjudica a un sector determinado y reducido. Actualmente se
puede revisar el registro de ejemplos históricos de un grupo de personas que
obtuvieron dicho poder y a través de su raciocinio y dinámica, dominaron todos
los asuntos de la sociedad en temas como la política, la economía y otros, para
beneficio propio, originándose desde la formación de las civilizaciones los actos
de corrupción. Este poder a su vez pretende aparecer como legítimo, por lo
cual muchas veces la voluntad de dominante trataba de disfrazarse en fórmulas
legales, decisiones judiciales, órdenes administrativas. Estas situaciones
provocaban la ruptura de las relaciones y afectan el sistema de administración
pública

Realizando un análisis lingüístico de la palabra corrupción, proviene del


latín rumpere, que significa romper, dividir, quebrar, violar, anular; que a su vez
se deriva de corrumpere, cuyo significado es alteración, desunión,
descomposición. Corrumpere, entonces, debería significar: “romper con”,
“romper en unión de”, pero en realidad quiere decir “echar a perder, pudrir”. Por
lo tanto, la expresión corromper siempre reconoce, en líneas generales, la
presencia de dos partícipes en el acto, que se corresponden principalmente
con dos espacios; el corruptor y el corrupto, es decir la fuerza que corrompe y
aquella persona sobre el que recae y que, en definitiva, es lo que se echa a
perder, lo que se pudre.

Uno de los componentes principales para la definición de corrupción es


el referente a la afectación de intereses públicos. Tal como afirma Carretero
(2010), bajo la idea de que el servidor público tiene que encontrarse al servicio
de intereses generales, los códigos de ética han diseñado un conjunto de
principios y reglas que debe guiar la función pública. Por ende, podemos definir
a la corrupción como la negación de lo anterior, que se manifiesta
precisamente en: No seguir intereses generales; Favorecer intereses
particulares o indirectos; Favorecer los intereses de un tercero y Utilizar la
legalidad o el fraude de la ley, o la insuficiencia de la ley para ello desde un
cargo público.

Continuamente los diferentes estudiosos, plantean la problemática de la


corrupción cometida en la Administración Pública. Al respecto, se observa con
preocupación en casi todos los ámbitos, el deterioro que viene confrontando la
conducta de los funcionarios y funcionarias públicas en el ejercicio de su cargo,
pues son mayores los hechos de corrupción cometidos, a pesar de los
instrumentos legales aprobados para acabar con este flagelo.

La búsqueda de métodos eficaces para combatir la corrupción, es


esencial para la promoción del desarrollo económico, la calidad del Socialismo
y nuestra ideología de democracia para el perfeccionamiento de la justicia
social. Desde un punto de vista estructural, los efectos de la corrupción sobre el
desarrollo económico, y más sobre un desarrollo económico sostenible, son
devastadores. También, influye negativamente en el desarrollo de instituciones
en donde los trabajadores si poseen conocimiento sobre la ética del funcionario
público, pero que al existir este choque de experiencias obtenidas producto del
trato en otras instituciones, crean la desconfianza del usuario por las mismas.

De manera general, se puede plantear que la corrupción afecta


negativamente al funcionamiento de la democracia y el Estado de derecho,
pues esta daña la igualdad política y el bien común. Algunas investigaciones
señalan la corrupción como una de las variables causales del fenómeno de
aborrecimiento hacia la labor pública, pues desgasta la confianza puesta por el
individuo en el gobierno y la legitimidad de las instituciones políticas.

En cuanto al interés, un factor clave para explicar el deterioro en la


percepción de confianza, es el declive de la sinceridad o la falta de ética con la
que los políticos actúan en representación de los ciudadanos. En cuanto a las
expectativas sociales, algunos autores consideran que una ciudadanía más
educada es más consciente al momento de evaluar el desempeño de los
funcionarios públicos, además de ser más sensible a cuestiones éticas.
La presencia de estos delitos en el seno de las sociedades tiene una
vinculación directa con los valores que son defendidos por los ciudadanos. Con
relación a los funcionarios, los valores se materializan a través de la ética que
posee el profesional. Pues esta tiene como objeto crear conciencia de
responsabilidad, en todos y cada uno de los que ejercen una profesión u oficio,
se requieren cualidades éticas, como una de las capacidades que enriquecen
el perfil del profesional y le confieren una mejor personalidad.

Ser un profesional decoroso representa la excelencia, la responsabilidad


que tiene el funcionario y el respeto consigo mismo, conforma la figura principal
en el que debe girar su trabajo, su conducta en cualquier ramo donde se
desempeñe, de allí, lo relevante de éste ensayo. Se puede señalar, entonces,
que el elemento moral requiere también una gran atención en aras de un
estudio integral.

A pesar de que existe una amplia variedad de enfoques y disposiciones


que amparan la formación del nuevo ciudadano con valores y principios éticos,
el deterioro evidente en la actualidad es preocupante, sobre todo cuando se
describen situaciones de funcionarios públicos, que en el ejercicio de sus
funciones actúan en contra de ello, tomando actitudes antiéticas, propagando
esta problemática en diferentes niveles.

Es por ello, que surgen disposiciones en diversos instrumentos legales,


que llevan consigo el control jurídico, para sancionar la conducta cometida en
la administración pública por los funcionarios, aun cuando se encuentran
muchos casos, sin que hayan sido sancionados por los órganos pertinentes, a
pesar de haber sido descubiertos e identificados.

Cabe aclarar que dentro de la noción de comportamiento, por una parte,


se encierran valores, ideas y patrones que se encuentran vigentes en una
sociedad, por otra parte, es esa noción la que permite que el concepto sea
utilizado como variable explicativa de las relaciones entre ciudadanos e
instituciones.
En La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se
encuentran establecidos los parámetros que regulan la actividad del servidor
Público. Es posible mencionar los siguientes:

Artículo 145:
Los funcionarios públicos y funcionarias públicas están al servicio del
Estado y no de parcialidad alguna. Su nombramiento o remoción no podrán
estar determinados por la afiliación u orientación política. Quien esté al servicio
de los Municipios, de los Estados, de la República y demás personas jurídicas
de derecho público o de derecho privado estatales, no podrá celebrar contrato
alguno con ellas, ni por sí ni por interpósita persona, ni en representación de
otro u otra, salvo las excepciones que establezca la ley.

Artículo 146:
Los cargos de los órganos de la Administración Pública son de carrera.
Se exceptúan los de elección popular, los de libre nombramiento y remoción,
los contratados y contratadas, los obreros y obreras al servicio de la
Administración Pública y los demás que determine la Ley.
El ingreso de los funcionarios públicos y las funcionarias públicas a los cargos
de carrera será por concurso público, fundamentado en principios de
honestidad, idoneidad y eficiencia. El ascenso estará sometido a métodos
científicos basados en el sistema de méritos, y el traslado, suspensión o retiro
será de acuerdo con su desempeño.

En la Ley del Estatuto de la Función Pública también se pueden


identificar algunos artículos que hablan de los requisitos que debe poseer un
ciudadano para poder desempeñar un cargo público y los deberes a los que se
encuentra comprometido.

Artículo 17.
Para ejercer un cargo de los regulados por esta Ley, los aspirantes
deberán reunir los siguientes requisitos: Ser venezolano o venezolana, ser
mayor de dieciocho años de edad, tener título de educación media
diversificada, no estar sujeto o sujeta a interdicción civil o inhabilitación política,
no gozar de jubilación o pensión otorgada por algún organismo del Estado,
salvo para ejercer cargos de alto nivel, caso en el cual deberán suspender
dicha jubilación o pensión. Se exceptúan de éste requisito la jubilación o
pensión proveniente del desempeño de cargos compatibles, reunir los
requisitos correspondientes al cargo, cumplir con los procedimientos de ingreso
establecidos en esta Ley y su Reglamento, si fuere el caso. Presentar
declaración jurada de bienes. Los demás requisitos establecidos en las leyes

Artículo 33.
Además de los deberes que impongan las leyes y los reglamentos, los
funcionarios o funcionarias públicos estarán obligados a: Prestar sus servicios
personalmente con la eficiencia requerida. Acatar las órdenes e instrucciones
emanadas de los superiores jerárquicos. Cumplir con el horario de trabajo
establecido. Prestar la información necesaria a los particulares en los asuntos y
expedientes en que éstos tengan algún interés legítimo. Guardar en todo
momento una conducta decorosa y observar en sus relaciones con sus
superiores, subordinados y con el público toda la consideración y cortesía
debidas. Guardar la reserva, discreción y secreto que requieran los asuntos
relacionados con las funciones que tengan atribuidas, dejando a salvo lo
previsto en el numeral 4 de este artículo.

Resulta muy importante para el fortalecimiento de la conciencia ética del


ciudadano y funcionario público, estar al tanto del código de ética para el
funcionario público. Es mismo contiene los siguientes artículos:

Artículo 1°. - Corresponde a los funcionarios públicos:


1. Salvaguardar en todo momento y en cada una de sus actuaciones, los
intereses generales del Estado y en la preservación del patrimonio público.

2. Actuar con estricto apego a las leyes y a todas las demás normas e
instrucciones que deben regir su comportamiento en la realización cabal de
todas las tareas que tenga asignadas.
3. Dedicar todos sus esfuerzos para cumplir, con la máxima eficiencia y
la más alta eficacia, la misión que le esté encomendada.

4. Realizar permanentemente actividades de superación personal y de


colaboración en el mejoramiento institucional de la administración pública y, en
particular, del organismo donde preste sus servicios.

5. Rehusar con firmeza inequívoca el mantenimiento de relaciones o de


intereses, con personas u organizaciones, que sean incompatibles con sus
cargos y con las atribuciones y funciones que le estén asignadas.

6. Proceder con objetividad e imparcialidad en todas las decisiones que


le corresponda tomar y en los asuntos en los que deba intervenir.

7. Rechazar en cualquier caso y circunstancia y no solicitar jamás, ni


para sí mismos ni para terceros, pagos, beneficios o privilegios en ocasión de
los servicios que deba prestar.

8. Ajustar su conducta, de modo estricto y sin excepciones, a favor de la


transparencia en la administración pública manteniendo la confidencialidad y
reserva de información en aquellos casos excepcionales cuya divulgación esté
prohibida, por razones del superior interés público, de modo expreso y
temporal.

9. Denunciar ante la autoridad competente y rechazar cualquier actividad


contraria al correcto manejo de los fondos y del interés público.

10. Tratar a los ciudadanos y a los funcionarios públicos con absoluto


respeto y con apego a la estricta legalidad, prestándole sus servicios y
colaboración de manera eficiente, puntual y pertinente, sin abusar en modo
alguno de la autoridad y atribuciones que le sean conferidas en ocasión del
cargo que desempeñe.
Artículo 2°.- Se exhorta a todos los funcionarios públicos a ajustar su
conducta, en el desempeño de sus funciones, a las normas señaladas en el
artículo anterior.

No debemos dejar de lado que la actividad delictiva varía según las


circunstancias de tiempo, lugar y evaluación moral del acto ilícito. Por tal
motivo, el funcionario público en algunas ocasiones no alcanza a comprender
realmente la criminalidad del acto y su propia actividad lo lleva a distorsionar la
realidad de los hechos, creyendo que su jerarquía lo autoriza a proceder en
forma natural, sin siquiera observar que su conducta ha quedado tipificada
penalmente.

La corrupción en su sentido publicista, pues implica una conducta que se


desvía de las obligaciones de orden público normales debido a intereses
personales (familiares o de allegados) o beneficios monetarios o de orden
social; o que viola normas respecto al uso de cierto tipo de influencias con fines
personales.

Así, la Convención Interamericana contra la Corrupción establece en su


artículo 1° lo siguiente: Para los fines de la presente Convención, se entiende
por: “Función pública”, toda actividad temporal o permanente, remunerada u
honoraria, realizada por una persona natural en nombre del Estado o al servicio
del Estado o de sus entidades, en cualquiera de sus niveles jerárquicos.
“Funcionario público”, “Oficial Gubernamental” o “Servidor público”, cualquier
funcionario o empleado del Estado o de sus entidades, incluidos los que han
sido seleccionados, designados o electos para desempeñar actividades o
funciones en nombre del Estado o al servicio del Estado, en todos sus niveles
jerárquicos”. Una definición más puntual sobre el tema señala que función
pública debe ser entendida como aquella que monopólicamente ejerce el
Estado a través de sus elementos específicamente designados y sólo por
excepción delegada a particulares.

Por otra parte, no hay que olvidar que el ejercicio de la función pública
está directamente ligado a la existencia de una potestad administrativa, que, a
pesar de ser considerado un poder jurídico, no deja de estar conectado con el
ejercicio del poder político.

La falta de valores éticos tanto en los ciudadanos identificados como


individuo único dentro de la sociedad y como funcionario dentro de las
instituciones que desempeñan una función específica en el fortalecimiento del
Estado, esto puede verse sometido a causas materiales que dan lugar a
prácticas corruptas en el orden jurídico y social; Causas Culturales, es decir al
conjunto de actitudes, normas y creencias compartidas por los ciudadanos.
Ocasionan un impacto en áreas como lo político con la corrupción,
desigualdad, manejo ilegal de información, todo ello aumenta la burocracia y
genera formas parasitarias de intermediación y a la pérdida de credibilidad en
el Estado; impacto social y cultural, excluyendo las clases populares ya que
este sistema nefasto o corrupto aleja a las personas por lo difícil y complicado
de realizar algún trámite en las instancias que representan al Estado,
específicamente en la República Bolivariana de Venezuela.

Todo lo planteado en este ensayo influye en la Conciencia Ética del


Ciudadano y Funcionario Público de nuestro País. Pero para concluir resulta
importante recordar el ideal Bolivariano de nuestro Comandante Eterno Hugo
Rafael Chávez Frías y la incorporación de la Moral y Luces como tercer motor
de la Revolución Bolivariana.

Entre los pensamientos del Libertador Simón Bolívar, me permito dejar


dos pensamientos que considero ilustran el ensayo realizado:

…un buen ciudadano debe siempre pensar con respeto a sí, lo que calcularía
con respeto a lo demás, poniéndose siempre fuera de la esfera de sus
intereses personales y de sus propias inclinaciones.

Simón Bolívar
(22 de Septiembre de 1817)

Moral y Luces so los polos de una República…


… moral y luces son nuestras primeras necesidades.

Simón Bolívar
(15 de Febrero de 1819)

También podría gustarte