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NOCIONES GENERALES

BE

mOSOTIA.
OPÚSCULO SU M A M EN TE ÚTIL Á IO S CUR5ANTK«»

DE DIC UA CIENCIA EN LAS Ufc' IYERSIDAP KS

Y COLEGIOS NACIONALES;

E ST R ACT AD AS

del Nuevo Curso de F ilosofía ilc M r . G é r u z e z ,


recibido en F r a n c i a con g ran d e aceptación,

P o r un P ro fe so r del Instituto de P am p lon a .

Pamplona: Imprcuta de F. Erásuu.


1813.
Es a O p r i l a ! <*s ¡>ro¿ ¡»-»iati cJrl F d i i o r , « J c u a i
p < - ¡ Y á m n t la l ey al ^ue sin su permis o la
r c ia i^ r ii.'ia .
I. Objeto de la Filosofía . — Utilidad e impor­
tancia de esta ciencia. — jTdaciones de la Filo­
sofía con las demás ciencias.
II. /><■ los diferentes métodos adoptados hasta
el dia en las investigaciones filosóficas. — Verda­
dero método de filosofar,
III. División de la Filosofía. — Orden que debe
seguirse en ¡a esposicivn de ¿us partes.

I.

5 3 1 objeto de la Filosofía ha sido siempre /a


investigación de los principios: cu esta tarea
la razón del h o m b re se lia elevado del cono­
cim iento de los hechos al de las causas que
los p ro d u cen , infiriendo de los fenómenos qu e
á su inteligencia se ofrecen, la existencia de las
sustancias de que son una apariencia sensible.
L a F ilosofía en su o r ig e n , antes de ceñirse
al estudio de las facultades intelectuales, se p r o ­
pusiera la esplicacion del mundo. N ada mas
n a tu ra l que esta m a rc h a , puesto q u e e n los p r i ­
meros tiempos la razón del h o m bre h u b o de
a b s o rv e rs e en la contemplación de la n a t u r a ­
leza. El espectáculo del un iverso que á sus ojos
se desplegaba, debió o c u p a r entonces de He j o s u
a c ti v id a d : y por eso en todas partes la Filosofía
empezó á e n s a y ars e en aquel campo vastísimo.
T h a le s y P itá g o ra s , sus prim aros representan­
tes , se dedicaron á esplicar el sistema general
de la organización del m u n d o : y p ro b a ro n á
reem p la z ar la cosmogonía relig'. >sa con una cos­
mogonía científica. S i sus esfuerzos hubiesen
logrado un éxito feliz, el p rim er pato de la F i l o ­
sofía hu b iera m arcado el térm ino de su c a r r e r a ;
pues descifrado el g rande enigma del u n ive rso,
no p u d ie ra d e ja r de ser com prendido el enigma
de la hu m an idad. M as los tra ba jo s de aquellos
filósofos no pudieron alcanzar el resultado ape­
tecido.
E n adelante la razón h u m an a empezó á es­
tud iarse á s í propia , ansiando h a lla r en el des­
c u b rim ie n to de su naturaleza la solucion del
p ro blem a de la Filosofía. Desde este punto la
m a r c h a de la ciencia fu é mas segura cuanto
menos a tre v id a fué la empresa. A - í qne desde
S ó cra te s la h istoria de la Filosofía a braza el
desenvolvim iento mas ó menos a t in a d o , mas
ó menos incompleto de la inscripción colocada
en el frontis del tem plo de D e l f o s : conócele
á t i mismo.
Es decir que el objeto de la F ilosofía es el
conocimiento ilel hombre como introduccion ni
de Dios y la naturaleza. He aqui la direcció n
en que se agita el pensamiento h u m a n o , ins­
tru m e n to á la vez v té rm in o de la F ilosofía.
L a utilidad é im p o rtan cia de la Filosofía se
patentizan suficientemente una vez descubierto
su objeto. S i el ho m b re se descarría en su
m a rc h a , si se agota en esfuerzos impotentes, si
se ostra vía adoptando por verdades las mas in ­
sensatas aprensiones , mas b re v e , si el e r r o r
y el vicio perv ierten su inteligencia y su c o r a -
zon ; la causa está en que no conoce ni los l í ­
mites ni la estension de sús facultades. E xag e­
ra n d o su poder ó su debilidad , ó p o r te m e ra ­
rio ó po r un falso t e r r o r viene á ser el juguete
de las fuerzas que le r o d e a n ; al paso que,
o b ran d o dentro del círculo de su fuerza pos¡-¿
ti v a , sería en él como un r e y , este ser que se
pierd e ó se envilece cuando se lanza mas allá
de su té rm in o ó se detiene en su camino. C o n o ­
ciéndose el h o m bre , puede hacer un uso legí­
tim o de su libertad : y conociendo todos los r e ­
sortes de la s ensibilidad, el alcance de su inte­
ligencia y los límites de su libertad , d irig irá
las potencias de su alm a conform e á su n a tu ­
raleza ; i lu s tr a r á los movimientos de la sensibi­
lidad p o r las luces de la razón , y re string irá
su libertad en el ejercicio de sus facultades. E n
la F ilosofía ocu rre a d m ir a r que ella es á la
vez una ciencia de teoría y de práctica ; que
a s í obra sobre los pensamientos como sobre las
a r r i ó n o s , Tas cuales son ana tradnecíon m a te ­
rial (!c la inteligencia: ademas la F iío«nfñ presta
a! h imbre la conciencia de su grandeza y de sus
m i s e r i a s , y llega á ennoblecer estas refirién ­
dolas á su principio.
hiendo la Filosofía, en su areprinn mas lata,
la ciencia de los p rin c ip io s , evidente es que
tiene eonexion ron las demás ciencias y que las
domina ; ó po r m ejor decir , las demas ciencias
rio son mas que ram as del árbol inmenso cu yo
tron co es la Filosofía ; todas aquellas pertene­
cen á esta por lo que tienen de mas noble, esto
es , por sus principios. Los hechos de que se
componen , fo rm an el cuerpo , ó , si se quiere,
la ca rne «le la cie n cia ; pero no tienen vid a
C u a n d o están aislados: l o que los vivifica son
los principios que los enlazan : el encadena­
miento de estos principios es precisamente la
Filosofía de las ciencias : por consiguiente la
F ilosofía no solo es la ciencia suprem a, si ta m ­
bién el alma de todas las ciencias : y ninguna
es verd ad eram en te completa sin la Filosofía.
L a historia, po r e je m p lo , que en mucho tiem­
po no f i é m i s que un catá’ogo de acontecimien­
to^ , un c u a d ro ó un d r a m a , no ha podido as­
p i r a r al título de ciencia hasta que se ha dado
á investig ar la l e v que presidía á la sucesión de
los mismos. La gram ática es ciencia en d con­
cepto de gramática g e n e ra l, esto e s , en cuanto
establece las reglas comunes del lenguage sin
descender & aplicaciones especiales: la física es
ciencia en cuanto abarca en un conjunto las le­
yes que rigen á la naturaleza m a t e r i a l ; y a s í
de los demas ram os de! sab er

II.

J L i a Filosofía ha empozado á existir el día en


que la reflexión se aplicó á los datos sum inis­
trados p o r la conciencia , los sentidos y la r a ­
zó n , proponiéndose ilu strarlos y esponerlos.
Se ha indicado que los prim eros filósofos h u ­
b ie ro n de a rr o ja rs e á la esplicacion del u n i­
v e r s o , bien que mas adelante ha ya n con vertido
ioda su atención al conocimiento de su propio ser.
P e ro ¿ q u e camino se trazó la Filosofía p r i ­
m itiva para la resolución de tan inmenso p r o ­
blema ? ¿ H a empezado por v e n tu ra descom­
poniendo el todo en p a rte s , para enlazar es­
tas de nuevo con el auxilio de la ciencia ? N o
era posible que el p rim e r ensayo del pensa­
m iento die.co por re sulla do una completa a n á ­
lisis : antes bien , no alcanzando á una descom­
posición cabal , hubo de limitarse á una a n á ­
lisis parcial seguida de una sintcsis no menos

** Considerada asi la Filosofía , mas que el


n o m b r e He ciencia , im-rece el de método genera?
p a ra la form ación de todas Jas ciencias. ’ * Filosofía
ecleclica *f de G. Lmia t, i. p.
insuficiente; y adoptando h ip ó te s is, estendió a l
lo d o lo que legítimamente solo á la piirte era
aplicable. Asi que P itá g o ra s , que sustituy ó el
no m b re de filú so fo al de sabio que se h abían
a rro g a d o los que le precedieran en la investi­
gación de la v erd ad * , analizó el nú m ero, es­
puso sus diversas relaciones, y estendió al sis-
lem a del mundo las leyes que le habia re ve la d o
este análisis. L as matemáticas fu eron su pu nto
de p a r t i d a ; su método el análisis sobre este
ra m o esclu sivamente y la hipótesis sobre todo
lo demas. T h a l e s , mas físico que geómetra,
aplicóse particu la rm e n te á estudiar las fuerzas
de la naturaleza ; y considerando la influencia
del agua en la formacion de los c u e r p o s , p r e ­
sumió h a lla r en este elemento el principio de

° Habiendo p re gu n ta d o u n M o n a r c a á P i t á ­
goras que a r t e profesaba, le respondió ; « N in g u n o ;
[»ero soy filósofo. Y esplicando esta ú ltim a voz,
afirn.ó que equivale á decir amante de la sabidu-
rm . y que la ocupacion de los filósofos es refle­
xionar so bre lo que la generalidad de los hom bres
se c o n te n t a con s e n tir. V . la Filosofía ecléctica
citada t. id. p. a5 f y el pasaje de Cicerón que a llí
se t r a n s c r i b e . — Algunos A A . han observado que
los griegos d e r i v a r o n la pa la bra snphos que e n t r a
en la composíciou del n o m b re p/iilosophus t de u n
verbo hebreo que significa contemplar , meditar ,
especular. Pag. a 6 ib.
. 9
tocios los s e r e s , el agente un ive rsal de la c re a ­
ción. Pro cedió por una análisis imperfecta , y
generalizó por hipótesi la esplicacion de cierto
orden de fenómenos conforme á sus observacio­
nes: su método no era diferente del de P itá g o -
r a s , pero lo era su punto de p a r t i d a ; y fue á
p a r a r en un sistema opuesto.
L a escuela jón ic a , fundada por Thales , con­
tin u ó inquiriendo el principio de las cosas p o r
medio de los estudios físicos. A nax im a n d rc de
M i l e t o , c o m p atrio ta y discípulo de T h a le s,
a t r i b u y ó el origen del un iverso á cierto p r i n ­
cipio etereo que decia llen ar el espacio, y qué
fo rm a b a , combinado de diversos modos , el
conjunto de los fenómenos naturales, \ n a x im e —
nes reconoció el aire como p rim e r p rin c ip io , y
de él hacia r e s u lta r todos los seres p o r r a r e ­
facción y condensación.
A n a x a g o ra s llevó mas adelante el análisis y
em pleó la hipótesi ro n m a y o r disereccion : c o n ­
cibió la causa p rim era con independencia de los
fenómenos que la patentizan ; y la ¡dea de Dios,
cual la p r o p u s o , era tan s uperio r á la grosera
inteligencia de sus c o n te m p o rá n eo s , que fue
acusado de ateísmo.
L a escuela itálica desenvolvió las ¡deas de
P í t á g o r a s ; y esclusívainente preocupada por las
relaciones y arm onía «le los seres , descuido el
estudio de la substancia v de la causa.
D e lo dicho se deduce que podemos c a ra c —
t e riz a r por una fó rm u la general la m archa ¿ e
la Filosofía prim itiva , asentando que tomó p o r
pu n to de partida la naturaleza e s t e r i o r , que
procedió por análisis incompletas é inducciones
tem era rias , y fue á d a r en sistemas esclusivos,
idealistas ó materialistas segnn lo< datos que
respectivam ente prestaba la observación.
L a escuela eleática , que se divide en dos sec­
tas , la de los físicos y la de los met,-»físicos,
presenta igual c a r a d o r , el mismo pu nto de
p a r t i d a , i«ual d ir e c c ió n , iguales estravíos.
Estos dieron lug ar al escepticismo de los so­
fistas , com batido por S ó c ra t e s ; el cual fijó una
nu eva base á la filosofía, dirigiendo la o b se rv a ­
ción hária el h o m b re mismo , centro desde en­
tonces de los estudios filosóficos.
Asi cambióse el punto de partida , mas no
pe v a r i ó de método. La o b s e rv a c ió n , ó sea el
análisis de la mente hu m an a , si bien pro fun da
y esmerada, no fué sin em bargo completa; v á di­
cha que los prim eros discípulos de S ócra te s, imi­
ta ndo la prudencia de su m a e s tro , y escarm en­
tados poc el descrédito de los sistemas de las
escuelas jónica , itálica y eleática , usaron con
economía de la ind ucción , dejando apenas en­
t r e v e r sus respectivos sistemas.
Platón y A ristóteles aplicaron la observación
á los fenómenos de la inteligencia ; y son a dm i­
rables la sagacidad de su análisis acendrada y
)a discreccion de su sintésis. Platón fijóse mas
TI
tspec¡álm ente en las facultades superiores de la
inteligencia : espuso lo qne esta debe á su na­
turaleza y los vínculos que la ligan con sti d i ­
v in o a u to r. Como los sentidos ó la percepción
m a terial no le subm in istra b a n la noción del in­
fin ito , ni de la b e lle z a , ni de la m oralidad, y
como estas sublimes contemplaciones le m a n tu ­
v ie ro n siem pre á g ran distancia del mundo de
los sentidos; sus d is c íp u lo s , conducidos por el
esp íritu de generalización, confundiero n con la
to talidad de la inteligencia las porciones por
P la tó n analizadas , y este modo de v e r dio o ri­
gen á sistemas falsos apoyados en una base so­
b ra d a m e n te lim itada. A r i s t ó t e l e s , genio mas
p o sitiv o , sujetó á una severa análisis las p a r ­
tes de la inteligencia asequibles á los sentidos;
y esta d irecció n, á que se a tu v i e r o n sus suce­
sores con un esclusivismo pronunciado , p r o ­
du jo n a tu ra lm e n te sistemas mas ó menos m a r ­
cados con el ca racter del m aterialism o.
L a escuela de A l e j a n d r í a , en que vin ieron á
resolverse los diferentes sistemas originados de
esta doble dirección , p ro b ó á conciliarios y re ­
fundirlos en un sistema mas v a s to ; pero no ha
dejado un monumento d u ra d e ro de sus tra b a jos.
L a escolástica, que fué el reinado del silo­
gismo, abusando de las deducciones, oscureció
las verdades que se proponía patentizar por las
luces de la razón n a t u r a l ; y proclam ando la
le o r í a del raciocinio y los procedimientos de la
** '
argum entación , solo produjo en realidad m inu­
ciosas y friv o la s sutilezas. A s i que la escolás­
tica no hizo mas que legar á la filosofía en su
renacim iento tr a b a s positivas que por m ucho
tiem po em b a ra zaro n su ím r c h a y sus progresos.
Desde el siglo X V hasta el X V I I las ta ­
reas de la Filosofía lim itáronse al restableci­
miento y p a rá fra sis de los sistemas de la filo­
sofía griega que im p o r ta ra n á Italia y otros
paises los fu gitivos de Constanlinopla.
La filosofía moderna data de los tiempos de
I5acon y Descartes , los cuales trazaro n las r e ­
glas del método * . A m b o s establecieron p o r
principio que " p a r a llegar á la ciencia era p re ­
ciso o b s e r v a r con c u id a d o , es d e c i r , a n a liza r;

° Si algún dia publicamos un a b re ve h is t o r ia


de la filosofía que tenemos á m an o , en su lugar
h a re m os v e r , con pruebas á n u e stro juicio indes­
t ru c tib le s , que los insignes Españoles R a im u n d o
I.ulio y Luis V iv e s a lla n a r o n con sus luminosos
escritos á Bacon y á Descartes el cam in o en que
estos lian m arch ad o con t a n ta gloria ; v que , sino
los dos p r i m e r o s , ñ lo m enos V iv e s es h a r t o mas
b en em érito de la buena Filosofía que los e s t r a n -
geros m encionados , objeto de los mas en rarecid os
elogios. E n t r e t a n t o r e m itim o s á n u estros » p r e ­
ciables lectores á la Ovación apologética por la E i -
pana y <u mérito lita arlo de D. J u a n Pab lo F o r -
u e r págs. i4< > 1 ¡3 , i y 210.
prescindir de h ip ó te s is ; lla m a r la esperieucia
en auxilio de la observación ; y dirigirse á la
sintésis p o r inducciones discretas y legítimas*'.
E n resum en , pues , diremos que la Filoso­
fía se es tra v ió p o r h a b e r asentado sus siste­
mas sobre una análisis incompleta , cuyos r e ­
sultados hacía estensivos al conju nto de los
hechos m ateriales é inm ateriales , a poy a da en
inducciones ilegítimas <5 hipótesis tem era rias , y
que p a ra m a rc lia r con seguridad y p re v e n i r
nu evos e rro re s , debe proceder a n a liz a n d o , e s -
perim en tan do y generalizando sucesivamente,
hasta r e u n i r m ateriales suficientes para e m p r e n ­
d e r una síntesis d e fin itiv a ; la cual, digámoslo
así, saldrá espontáneamente al encu entro del fi­
lósofo cuando la tarea de la ob servación sea
cumplida. M as b r e v e , la F ilosofía dele adop­
ta r el método de las ciencias , que se compen­
dia en cuatro p alab ras : observación , esperien-
cia , inducción y síntesis.

I I I.

S ^ e g u n l í a c o n , la Filosofía tiene p o r o b ­
jeto el conocimiento del h o m bre , de la n a ­
t u r a l e z a , y de Dios a u to r á la vez de la n a tu ­
raleza y del hom bre. S u punto de partida a c ­
tu a l es el h o m b r e , que tiene especiales relacio­
nes con Dios por su r a z ó n , v con la n a t u r a l e ­
za p o r su org a n iza ción , esto es. p o r sus ó r g a ­
nos y las funciones de ellos. As» que el hom^
bre ha de ser el objeto de nuestros estudios:
mas por qué orden procederemos? L a a n a to m ía
y la fisiología hacen conocer fu ndam entalm ente
el cuerp o del hom bre , ó lo que es lo mismo, el
sistema de órganos que la naturaleza ha puesto
al servicio del alm a h u m a n a , sus resortes y las
funciones respectivas. La filosofía , sin despre­
c ia r los descubrim ientos debidos á estas dos
ciencias, adopta diverso ru m b o en sus trabajo s,
l i l a l m a , el principio del pensamiento , es el
objeto preferido p o r la F ilo s o fía: y la estudia
en s í misma y e n sus relaciones, en su o r i ­
gen y en su desarrollo.
P a rtie n d o de esta b a s e , las partes de la F i ­
losofía son : la Vsicología , la Lógica , la Mu­
r a l y la Theodtcéa *.
L a Psicología ( trata d o del a lm a ) es : e l
estudio del alm a en si misma , esto es , de sus
fa c u lta d e s y de sus estad os , de sus operacio­
nes y desús conocimientos. A q u i se com prende

® La Física (ciencia de la naturaleza) , esto


es , el tratado de las propiedades de ¡os cuerpos
en generaljr en particular , aunque co m u n m e n te
se estudia e n t r e los cursos de Filosofía en las Es­
cuelas nacion alis y estran^eras , no form a un a
p a r l e de esta ciencia en el sentido estric to que d e­
jamos espuesto. Lo m ism o décimo* de las M a te­
mática«*
iS
l a Ideología ( trata d o de las ideas) cu y o p rin ­
cipal objeto e* la investigación del origen de
las ideas.
L a Lógica ( ratón J es: la p a rte de la F i ­
losofía que se propone d irig ir la inteligencia
en el descubrimiento y demostración de la v e r —
d ad .
L a M oral ' que se llamó ethica , esto es,
ciencia de las costumbres ) es: el estudio de los
deberes del hombre en general y en p a rtic u la r.
L a L'heodicéa (nom b re deriv ad o de theos , Dios ),
que también se dice teología n a tu r a l , es: el
trata d o de la existencia de Dios y de sus a t r i ­
butos , en cuanto una y otros están a l alcance
de la razón n atu ral.
E l orden con que deban tr a ta r s e las p a r ­
les de la í ilosofía , le señalan respectivam ente
los objetos de las mismas. Con efecto , antes de
con sid erar al aluia en sus relaciones ¿ no es n a ­
t u r a l estudiarla en sí misma i ¿ 110 es preciso
conocer sus propiedades antes de investigar las
indicadas relacio n es , que son consecuencia de
estas mismas pro piedades ?
A v e r i g u a d a la naturaleza del alma , y des­
cubiertos sus modos de ser y <le conocer, ¡>tis
operaciones y las facultades c u y a existencia de­
m u estra n ; fácil será seguir al alm a en su m a r ­
ch a , y d ete rm in ar con precisión los medios de
d irig irla y fortificarla contra el e r r o r . De con­
siguiente la psicología será el petislilo de la
c ie n c ia ; y la lógica ( que en rig o r es insepa­
ra b le de la psicología) será su com p lem en to ne­
cesario.
Conocidos el alm a y el m é t o d o , no h a b r á
peligro en colocar esta fuerza al frente de las
fuerzas rivales y de las circunstancias e s te rio -
res que la modifican. ¿ C o m o es posible d e te r­
m in a r lo que el hom bre debe á sus semejantes,
si se ignora lo que es el mismo y p o r tanto lo
que son los demas hombres? ¿ como fijar lo q u e
debe si no se alcanza lo que p u ede? ¿ q u e base
darem os á la m oral á no ser la ley del d e b e r
fu ndada en la psicología ? ¿ C o m o podremos es­
ta blecer las relaciones del h o m bre con Dios , si
p reviam en te no hemos descubierto en el fondí*
de su conciencia la nocion del S e r S u p r e m o ?
¿ s i antes no hemos a ve rig u a d o l o q u e el h o m ­
b re ha recibido del a u to r de la v i d a ? L a psi­
cología , pues , es un antecedente necesario de
la t h e o d ic é a : porque el h o m b re encuentra á
D ios en el S a n tu a r i o de su a lm a ; y sus debe­
res hácia la p rim e ra causa tienen po r m edida
los beneficios que ella le ha dispensado.
Concluyam os. L a psicología debe preceder á
la lógica : y la m ora l con la theodicéa h a n
de colocarse despues de la psicología , sin ia
cual c a re cerían de base.
FIN .

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