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Trabajo Práctico
La FÍSICA de Aristóteles
“El Tiempo”
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Contesta a los pitagóricos probando que el tiempo no es un movimiento y lo hace con
dos argumentos también. El primero dice que sólo hay cambio y movimiento en la cosa que
está cambiando o en movimiento, pero hay tiempo en todas las cosas por igual. Aristóteles
no se conforma con este argumento y pasa al segundo, que dice que todo cambio es más
rápido o más lento, pero el tiempo no lo es; porque lo lento y lo rápido se definen mediante
el tiempo. Pero el tiempo no es definido mediante el tiempo, tanto si se lo toma
cuantitativamente como cualitativamente.
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el número del movimiento. Pero el tiempo es lo numerado, no aquello por lo cual
numeramos.
El ahora puede ser simultáneo y por lo tanto el mismo; o puede ser distinto. En tanto
que es en uno y en otro, el ahora es distinto, pero cuando es lo que es ahora, es el mismo. El
ahora sigue a la cosa desplazada como el tiempo al movimiento, ya que es por la cosa
desplazada por lo que conocemos el antes y después en el movimiento, y conocemos que hay
un ahora por ser numerables el antes y después. El ahora tiene diferente ser: el ahora es en un
sentido siempre el mismo y en otro sentido no es el mismo, ya que la cosa desplazada es así.
Por ejemplo, el móvil es el mismo sujeto, perodiferente en su razón, así también el ahora. El
ahora es siempre el mismo pero nunca lo mismo, es decir los diferentes ahoras irrepetibles
son diferentes fases de un presente persistente y en esto se funda la continuidad del tiempo.
Es evidente entonces que no habría tiempo sin un ahora y viceversa; porque el tiempo
es el número del desplazamiento y el ahora es como la unidad del número. El ahora es
continuo y sigue en el tiempo como la cosa desaplazada en el desplazamiento; en el sentido
de que la cosa desplazada es “uno” por definición ya que lo desplazado delimita el
movimiento anterior y posterior y así se asemeja al punto, ya que el punto hace que la
longitud sea continua y la delimita, pues es el comienzo de una línea y fin de otra. Pero el
ahora, por el hecho de que lo desplazado está siempre moviéndose, es siempre distinto, pero
a la vez siempre el mismo y uno porque delimita el antes y el después en el tiempo.
El ahora no es una parte del tiempo, ni la división es una parte del movimiento, como
tampoco el punto es parte de una línea. Así pues, en tanto que límite, el ahora no es tiempo,
sino un accidente suyo; pero, en tanto que numera, es número.
Es evidente, entonces que el tiempo es número del movimiento según el antes y
después, y es continuo porque es número de algo continuo.
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Por otra parte, dice, no sólo medimos el movimiento por el tiempo, sino también el
tiempo por el movimiento, pues ámbos se delimitan entre sí: el tiempo delimita un
movimiento al ser el número de ese movimiento y un movimiento delimita al tiempo.
Medimos un movimiento por el tiempo y el tiempo por un movimiento. Y esto es así porque
el movimiento sigue a una magnitud y el tiempo sigue a un movimiento, por eso es que
comparten las propiedades y así se ve que el tiempo es mucho si el movimiento lo es, y
viceversa.
Como el tiempo es la medida del movimiento y de lo que se está moviendo y lo mide
cuando se ha determinado un movimiento que será la medida de un movimiento total, es que
“SER EN EL TIEMPO” significa para el movimiento que tanto el movimiento como su ser
son medidos por el tiempo; resulta claro entonces que para las demás cosas “ser en el
tiempo” significa que el ser de cada una de ellas es medido por el tiempo. Porque ser en el
tiempo significa una de dos cosas:
1. Ser cuando el tiempo es. Es evidente que ser en el tiempo no significa ser cuando
el tiempo es, como tampoco ser en el movimiento o ser en el lugar significa ser cuando el
movimiento o el lugar son. Para el tiempo y el movimiento hay una implicación necesaria:
para lo que es en el tiempo, cuando existe tiene que haber necesariamente un tiempo, y para
lo que es en el movimiento, cuando existe tiene que haber necesariamente un movimiento.
2. Ser en el sentido en que decimos de algunas cosas que son en un número como una
parte o propiedad del mismo y en general como algo perteneciente al número. Las cosas son
en el tiempo como en un número, ya que ellas están contenidas por el tiempo, así como las
cosas en el número lo están por el número.
También está decir que puesto que “ser en el tiempo” es como ser en el número,
habrá que adimitir un tiempo más grande que el de todo lo que es en el tiempo.
Por otra parte, “ser en el tiempo” es ser afectado por el tiempo y así se suele decir que
el tiempo deteriora las cosas; porque el tiempo es por sí mismo más bien causa de
destrucción, ya que es el número del movimiento y el movimiento hace salir de sí lo que
existe.
Es evidente entonces que las cosas que son siempre, en tanto que son siempre, no son
en el tiempo ya que no están contenidas por éste ni su ser es medido por el tiempo. Un signo
de esto es que el tiempo no les afecta.
Y puesto que el tiempo es la medida del movimiento será también la medida del
reposo. Aunque lo que es en movimiento tiene que moverse no todo lo que es en el tiempo
tiene que moverse, ya que el tiempo no es un movimiento sino el número del movimiento y
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lo que es en el reposo puede ser también en el número del movimiento. Lo que está privado
de movimiento puede ser movido por naturaleza. Todo lo que no existe ni en movimiento ni
en reposo no existe en el tiempo, porque “ser en el tiempo” es “ser medido por el tiempo” y
el tiempo es la medida del movimiento y del reposo.
Así se deriva que todo cuanto es susceptible de destrucción y de generación, y en
general todo cuanto a veces es y a veces no es, tendrá que ser necesariamente en el tiempo.
Ahora, de las cosas que el tiempo contiene pero que no son, algunas ya han sido, otras serán
y otras han sido y serán. Pero si el tiempo no las contiene de ningún modo, entonces no
fueron, ni son, ni serán.
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CAPÍTULO 14. Consideraciones adicionales. Tiempo y alma.
Es evidente con todo lo anterior, que todo cambio y toda cosa movida son en el
tiempo. En el tiempo hablamos de “antes” y “después” según la distancia respecto del
“ahora”, y el ahora es el límite del pasado y del futuro. Así, puesto que los “ahoras” son en el
tiempo, el antes y el después también serán en el tiempo. Y con respecto al pasado,
llamamos “antes” a lo que está más alejado del “ahora” y “después” a lo que está más
próximo; pero con respecto al futuro llamamos “antes” a lo más próximo y “después” a lo
más lejano. Así puesto que el “antes” es en el tiempo, y a todo movimiento tiene que
acompañarle un “antes”, es evidente que todo cambio y todo movimiento existen en el
tiempo.
Aristóteles también toca el tema del modo del modo en que el tiempo está en relación
con el alma, y por qué se piensa que el tiempo existe en todas las cosas. Por ejemplo, se
pregunta ¿existiría o no el tiempo si existiese el alma? Porque si no pudiese haber alguien
que numere tampoco podría haber algo que fuese numerado, y en consecuencia no podría
existir ningún número. Pero si nada que no sea el alma, o la inteligencia del alma, puede
numerar por naturaleza, resulta imposible la existencia del tiempo sin la existencia del alma.
Además hay otra dificultad, ¿de qué movimiento el tiempo es número? El tiempo es
número de cada movimiento en tanto que hay movimiento. Por eso, en sentido absoluto, el
tiempo es número de un movimiento continuo, no de cualquier clase de movimiento. Pero
entonces ¿habrá un tiempo distinto para cada uno de los movimientos y dos tiempos iguales
existirán simultáneamente? Esto no es posible, porque un tiempo que sea igual y simultáneo
es uno y el mismo tiempo. El tiempo es en todas partes el mismo, porque el número de los
movimientos iguales y simultáneos es en todas partes uno y el mismo. Así es que el tiempo
es medido por un cierto tiempo definido y el movimiento circular uniforme es la medida por
excelencia, porque su número es el más conocido. Ni la alteración, ni el aumento ni la
generación son uniformes, sólo lo es el desplazamiento.
Por eso se piensa que el tiempo es el movimiento de la esfera, porque por éste son
medidos los otros movimientos, y el tiempo por este movimiento. Además el tiempo tiene un
fin y un comienzo como si fuera un ciclo y se piensa que el tiempo mismo es un círculo; y se
piensa así porque el tiempo es la medida de tal desplazamiento; hay un círculo del tiempo.
Esto es lo que dice Aristóteles sobre el tiempo en sí mismo y sobre cuanto pertenece
a su investigación.