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Anomia

Antes de entrar en materia con la definición de anomia es conveniente ubicar


dicho concepto dentro del contexto de sociedad, la cual es definida por el
sociólogo francés Emile Durkheim como el conjunto de sentimientos, ideas,
creencias y valores que surgen a partir de la organización individual a través de
este tipo de grupo y que tiene una existencia diferente y superior a cada uno de
sus miembros, es decir, que existe gracias al grupo pero no está en ninguno de
ellos de forma individual. Según Durkheim, dicha sociedad cumple dos funciones:
la integración y la regulación; cuando la segunda no es ejercida adecuadamente
los individuos se encontrarán en una situación de anomia (López, M., 2009).
El autor hace referencia a la sociedad mecánica propia del modelo capitalista y
argumenta que en este tipo de sociedades los vínculos surgen gracias a la
existencia de una conciencia colectiva que está basada en la uniformidad de
creencias y costumbres, donde la diferencia es considerada por la totalidad del
grupo como: amenaza. En donde, aquél que rompe con lo establecido será
fuertemente castigado por la mayoría (López, M., 2009).
Por otra parte, Durkheim (1987) en referencia al concepto de anomia retoma el
argumento de que se ha generado una situación de decadencia de los controles a
los que los individuos estaban sometidos y con ello de los límites a que éstos
debían acotar la acción individual como consecuencia de la rápida transformación
social derivada del cambio del sistema económico, la relevancia de la razón como
elemento de juicio y la pérdida del poder organizador de la fe y la tradición. A raíz
de este debilitamiento identificado como anomia, los individuos han dejado de
tener clara la diferencia entre lo justo y lo injusto, lo legítimo y lo ilegítimo. En este
contexto en el que los límites se encuentran debilitados o no existen, el individuo
se encuentra en una situación complicada debido a que sus pasiones y deseos se
hallan desbocados al perder todo punto de referencia. Este hecho le genera un
constante sentimiento de frustración y malestar (López, M., 2009).
En la obra La Educación Moral (1902), el autor vincula a la anomia con la
educación como medio para enseñar al individuo a contener sus pasiones a la par
de la limitante externa que le imponen las normas sociales y sostiene que la moral,
entendida como el conjunto de reglas externas que determinan imperativamente la
conducta, es central en un cuerpo colectivo. Es la encargada de fijar y regular las
acciones de los hombres imponiendo con ello deberes para lo cual el cuerpo que
lo ejerce debiera ser reconocido como una autoridad legítima con mandato
imperativo. De esta forma, y a partir de la determinación y regularización de
comportamientos, la moral logra poco a poco la disciplina que suponen los límites
y la coerción necesarios para contrarrestar los deseos ilimitados de los que los
individuos son presos (López, M., 2009 .
Con lo anterior se puede decir concretamente que la anomia es un concepto de la
tradición teórica de la Sociología que significa la ausencia de normas, la tendencia
transgresora de las reglas, tanto a nivel colectivo, cuando una crisis severa de la
estructura social rompe las normas existentes y unas nuevas normas aún no se
consolidan, o también a nivel individual cuando las normas no se cumplen de
manera permanente. El concepto fue “originalmente” introducido por uno de los
padres fundadores de la Sociología, el francés Emilio Durkheim (1858-1917) en el
arsenal conceptual de esta disciplina.
Estrictamente como se señalaba, anomia significa ausencia de normas. Este
término de origen griego (nomos) fue utilizado por los teólogos medievales para
referirse a aquellos que obraban sin ‘Dios ni ley’.
La inclusión del término anomia dentro de las ciencias sociales, como es conocido,
se le atribuye a Durkheim, elaborado por este en 1893 y particularmente en su
estudio sobre el suicidio (1897) (“La anomia es, pues, en nuestras sociedades
modernas, un factor regular y específico de suicidios; una de sus fuentes).
Identificaba al sistema social anómico por una quiebra relativa del orden
normativo, una falta de regulación moral sobre las tendencias y pasiones
humanas. Hizo evidente que las sociedades anómicas se caracterizaran por una
elevada tasa de conductas desviadas y de comportamientos autodestructivos,
incluyendo el suicidio
Se refiere a la ausencia de un cuerpo de normas que gobiernen las relaciones
entre las diversas funciones sociales que cada vez se tornan más variadas debido
a la división del trabajo y la especialización, características de la modernidad.
Para Durkheim, la anomia no es más que una etapa, producto de las rápidas
transformaciones. Etapa que, eventualmente, será superada a través de la
creación de corporaciones o grupos profesionales en las que los individuos podrán
reunirse a partir de la comunidad de intereses, con el establecimiento de reglas.
Elton Mayo (1933) hace una interpretación particular del concepto de anomia
vinculándola con el ámbito laboral y define la anomia como una disfunción social,
una incomprensión de la función social.
Talcott Parsons (1937) sostiene que la anomia está relacionada con el desajuste
que se produce en los individuos como producto de los cambiantes ciclos
económicos y las variaciones abruptas en su medio social. Tanto en las crisis
positivas como en las negativas, las expectativas sobre lo que puede y no
alcanzarse se modifica, es decir, hay un cambio en la relación entre medios y
fines. Como resultado de ello, se produce en los individuos una confusión. Dicha
relación (medios a fines) determinaba una serie de comportamientos que como
consecuencia del cambio resultan irrelevantes por lo que se hace necesario un
ajuste.
McIver (1950) sostiene que la anomia es un estado de ánimo en el que está roto o
debilitado el sentido de cohesión social del individuo. Aquél que se encuentra en
una situación anómica es el que ha dejado de preocuparse por el resto de las
personas, aquel para quien el único importante es él mismo en el momento
presente, un individuo que actúa a partir de impulsos desconectados que no tienen
continuidad ni sentido de obligación, identifica a la anomia con la alienación, con
el aislamiento en el que por diversas causas puede caer un individuo; para el
francés, en cambio, la anomia tiene que ver, primero, con una característica social
que impacta a los individuos y luego con la falta de regulación.
Robert Merton (1957) sostiene que la anomia es producto de la fragmentación de
la estructura cultural de la sociedad. Debido a la transformación de la sociedad y al
paso de una tradicional a otra moderna, se ha producido la desorganización de las
normas culturales, con un desfase entre los objetivos establecidos como legítimos
y los medios considerados como tales para alcanzarlos jugando, en dicho proceso,
un papel importante las variables socioeconómicas.
Herbert McClosky (1965) sostiene que la anomia es un estado mental, un conjunto
de actitudes, creencias y sentimientos en las mentes individuales. La anomia no
existe como tal en el contexto social, sino que es la situación personal la que hace
sentir al individuo que la sociedad es anómica. Tanto las normas como los
sentimientos de anomia son aprendidos, y serán fortalecidos si el individuo por
razones particulares no puede aprender y comprender el porqué de las normas
existentes en su sociedad.
Harold Garfinkel (1967), sostiene que la anomia como una situación en la que se
produce una desregulación del comportamiento individual es irrelevante ya que no
puede decirse que en una sociedad las normas son fijas en todos los casos. El
autor sostiene que dada la relatividad en que cada una de las sociedades existe,
las normas son constantemente revisadas y negociadas a partir de los usos que
se les dan y las prácticas cotidianas. Los miembros del grupo deciden en cada
caso cuáles normas son aplicables y cómo debe llevarse a cabo dicha aplicación a
partir de las particularidades de cada situación. Las normas son importantes
porque dan un marco de acción a los participantes para interpretar una
determinada situación, pero no como determinantes de la conducta social. Por lo
tanto, debido a que no hay normas que se aplican de forma universal y son válidas
en todos los casos, discutir sobre la anomia es irrelevante.
Una de las críticas que se ha sostenido de forma poco precisa frente a la
concepción de Durkheim es que éste siempre la consideró negativamente,
estableciendo que la ausencia de reglas es patológica para el individuo quien, ante
el mal del infinito sólo puede sentir desaliento y malestar, ante la necesidad de
límites que puedan contener sus pasiones desenfrenadas. Los críticos que
sostienen esta idea, argumentan que la anomia no necesariamente es mala de por
sí, sino que ello dependerá de cada individuo y que, incluso, existirán casos de
personas que, ante el debilitamiento de las reglas, podrán sentirse tranquilos y con
oportunidades para cambiar constantemente. Con proyectos claros y normas
definidas impuestas por la sociedad, sostienen, estas personas terminarán por
sentirse apresados en una jaula.
No se debe entender que la Anomia sea la simple violación de normas. Es más
que eso. Es un estado permanente o relativamente duradero de incumplimiento de
las normas, si utilizáramos el lenguaje médico, diríamos que la Anomia es un
estado crónico de violación o incumplimiento normativo. Por ello, no puede
asimilarse simplemente al concepto de delito o crimen porque tiene implicaciones
de ser un término que alude a una situación o estado duradero de no aceptación e
incumplimiento de las normas ya sean jurídicas o sociales.
El concepto de anomia, es ante todo un síntoma y por lo tanto no funciona solo.

Conductas desviante
Conducta
La conducta en los animales (espécimen biológico) que está formada por patrones
de comportamiento estables, mediados por la evolución, resguardada y
perpetuada por la genética. Esta conducta se manifiesta a través de sus
cualidades adaptativas, dentro de un contexto o una comunidad. Es un indicador
observable, físico de los procesos internos del individuo.
Conducta formal
Una conducta humana se considera formal cuando en el comportamiento se
cumplen una serie de reglas reconocidas como valiosas en una comunidad o
sociedad. En las sociedades occidentales, por ejemplo, se considera formal ser
explícito, determinado, preciso, serio, puntual. Esta palabra tiene su base en la
aplicación principalmente en la conducta que tienen las personas con respecto a
sus valores.
Conducta desviada
Desviación social es el término usado para denotar la conducta que viola lo que un
agrupamiento espera normalmente de las personas de acuerdo a unas normas
sociales, según Merton.La desviación social “es definida normalmente como
conducta que viola normas y expectativas de cualquier sistema social o modo de
dominación y ante la cual éste reacciona con un dispositivo de control específico”.
Se plantea la desviación como una consecuencia de la marginación y ésta, a su
vez, propiciaría la inadaptación social. El comportamiento de cada individuo se ve
afectado por la estrecha relación que mantiene con su entorno, por lo que son
múltiples los factores que lo pueden dirigir hacia una conducta desviada.
La desviación no es un asunto de definición o construcción social”, sino que va en
dependencia de las normas establecidas por cada sociedad, esto es, la definición
de una conducta desviada es arbitraria. Entender la desviación envuelve el estudio
de quienes rompen las reglas y de quienes las formulan Por tanto, no se puede
definir la desviación de manera precisa, sino que se trata de explicar tomando en
cuenta la situación específica a la que se aplica tal concepto. “Es importante,
entonces, considerar cómo cierta conducta se relaciona a las reglas sociales y
cómo otros reaccionan a ésta”. La conducta conforme o ajustada “es la norma en
la mayoría de los grupos sociales e, incluso, los individuos que están etiquetados
como desviados usualmente se atienen, la mayor parte de sus vidas, a las reglas
formales e informales”. Contra ese nivel de conformidad es que se mide y se
compara la desviación.
Para considerarse un comportamiento, atípico o no, como una desviación social,
éste “tiene que quebrantar o alterar un estándar establecido por un grupo”. Es
decir, una vez un comportamiento se aleje de la norma social, positiva o
negativamente, se considera como una desviación. La desviación positiva es
aquella que aspira a alcanzar una conducta ideal como lo es el caso de un santo.
A diferencia de esa, la desviación negativa se dirige hacia lo deprimente como lo
es la conducta de los criminales.
Existen tres tipos principales de desviación social negativa: la pura, la secreta y la
falsamente acusada. Primero, la desviación pura incluye la mayoría de los
crímenes que infringen las leyes y son considerados como desviados por la
sociedad. La desviación, según Howard Saul Becker, es aquella conducta que
viola las reglas, pero que está muy bien escondida que nadie la ve o si la ven, la
ignoran. Ésta es disfrazada por el consenso entre las partes o por el poder de la
persona que comete el acto. Por último, la desviación del falsamente acusado se
centra en el rompimiento de reglas informales cotidianas, pero no de leyes, que
propician el etiquetamiento de la persona que comete tal acto. Usualmente, las
personas con poco poder son las que se ven más afectadas por este tipo de
etiquetamiento debido a una conducta aparentemente desviada.
En contraste, la conducta desviada se puede dividir en desviación primaria y
secundaria. La desviación primaria implica que el individuo desviado reconozca su
aberración y la corrija mediante la racionalización. Si el individuo, a consecuencia
de la reacción social, emplea su conducta desviada como medio de defensa,
ataque o ajuste a los problemas abiertos y encubiertos, esto se considera
desviación secundaria. A pesar de las múltiples connotaciones o definiciones que
se le pueden atribuir a la desviación social, se debe tomar en consideración que
toda persona en algún momento de su vida ha incurrido en una conducta
desviada, positiva o negativa, que quebranta las normas sociales establecidas
dentro de su sociedad.
Factores que explican la desviación social
Biogenética
La explicación biogenética se enfoca en las características fisiológicas del
individuo” para sentar las bases de la desviación social. En el siglo XIX, Cesare
Lombroso, padre de la criminología, estudió los cráneos de los criminales
intentando buscar características o anomalías físicas que pudieran ejercer
influencia sobre el comportamiento. En su teoría del atavismo, estableció que los
criminales comparten una serie de características físicas que difieren del resto de
la población. No obstante, sus estudios se vieron afectados por la falta de
muestras, diferentes tipos de individuos, a ser analizadas.
Otros pensaban que el tipo de cuerpo era un factor determinante para la conducta
desviada siendo el principal, la persona con cuerpo musculoso.
Al refutarse esas hipótesis, se estableció que la composición cromosómica o
genética del individuo, en especial el hombre con cromosoma XYY, influía en el
comportamiento antisocial y agresivo de este tipo de personas. Además, las
anomalías cerebrales, cambios en la actividad glandular y otras condiciones
alteran el comportamiento. Sin embargo, muchos investigadores concluyen que,
incluso cuando la predisposición genética es relevante, la socialización de la
persona y el ambiente se deben tomar en consideración para dar una explicación
adecuada de la desviación.
Psicológico
La explicación psicológica se basa en los rasgos personales del individuo tales
como sus impulsos instintivos o la supresión de estos y en el aspecto mental. Para
Sigmund Freud el comportamiento es controlado por pensamientos
subconscientes y no por voluntad propia del individuo.
Aunque Freud no analizó la conducta criminal, en otras palabras desviada, su
teoría de la personalidad puede ser aplicada al estudio de dicha conducta. Estos
es, el criminal “se rige por el id, dando rienda suelta a sus placeres, y posee muy
poco o carece del superego, que le impide frenar sus actitudes antisociales”.
Stanton Samenow y Samuel Yochelson elaboraron la teoría de la personalidad
criminal en que el individuo desviado posee un patrón de pensamiento con el que
se siente superior ante los demás y no siente empatía por la responsabilidad y el
respeto, entre otros. Al igual que la explicación biogenética, ésta no puede explicar
las conductas desviadas por sí sola, sino que depende de los demás factores
determinantes.
Psicosociológico
Las teorías psicosociales enfatizan las variables que emergen como resultado de
las interacciones de la persona con otros miembros de la sociedad. Algunos
teóricos sugieren que la desviación es un producto del fracaso personal para
desarrollar suficientes controles internos durante el proceso de socialización. Al no
poseer controles internos, la persona no tiene la capacidad para impedir su
involucramiento en conductas desviadas. Otro aspecto que incluye la explicación
psicosocial es la imitación y modelaje de roles o comportamientos.
La teoría del aprendizaje social elaborada por Albert Bandura establece que los
niños imitan las conductas desviadas que observan de sus padres o de los medios
a nivel cotidiano y la aplican en su comportamiento. Edwin Sutherland elaboró la
teoría de la asociación diferencial en la que explica que “una persona aprenderá a
violar las reglas al asociarse más con personas que viola las reglas que siguen las
reglas”.
Por último, la teoría del etiquetamiento estimula que la persona, que recibió dicha
etiqueta por poseer una conducta desviada, se convenza de que, en efecto, es
desviada y se cierren caminos para enderezar ese patrón de conducta.
Sociológico
La explicación sociológica enfatiza cómo las diferentes estructuras o ambientes
sociales ejercen presión en las personas para que se involucren en actividades
desviadas. Dentro de las primeras teorías sociológicas sobre la desviación se
encuentra la teoría funcionalista de Émile Durkheim. En esta se argumenta que si
la desviación está presente en todas las sociedades, entonces debe servir alguna
función positiva, porque de lo contrario no podría persistir. La desviación, según
Durkheim, ayuda a definir las reglas para otros, unir a las personas para que la
censuren y sirvan como agentes de cambio social.
Durkheim también introdujo la teoría de la anomia, “la falta de regulación jurídica y
moral que caracteriza a la vida económica”., que está basada en que los deseos
de los individuos para aumentar su estatus social deben estar delimitados y
restringidos por normas sociales con el propósito de mantenerlos satisfechos con
su posición dentro de la sociedad. Otros sociólogos encontraron que la
desorganización social va de la mano de la desviación. Robert Merton, enfocó la
teoría de la anomia, ahora teoría de la tirantez, respecto a los medios utilizados
para alcanzar un bien material. “El énfasis, brevemente, es en ciertos aspectos de
la cultura (metas y normas) y de la estructura social (oportunidades o acceso a
medios)”.
Al no poseer medios legítimos para alcanzar las metas, el individuo puede recurrir
a métodos poco convencionales que lo acercan a incurrir en actos desviados. “De
acuerdo con Merton, las personas pertenecientes a la clase baja tienen menos
oportunidad de realizar sus metas legítimamente, de ahí la idea de que la mayor
proporción de la criminalidad proviene del nivel socioeconómico bajo”. En este
caso, la cultura (valores que definen las metas) logra más importancia que la
fuerza social para alcanzar aquellas de forma legítima (valores que definen las
normas).
Mientras que las teorías anteriores explican por qué un individuo se desvía, la
teoría del control social intenta prevenir el hecho de que personas no desviadas
cometan actos desviados. La misma “asume que las personas cometerán actos
desviados a menos que no se le restrinja de alguna manera”. Los individuos
limitan los actos desviados en dependencia del alcance de los mecanismos de
control social. “La unión de la persona hacia la sociedad es lo que lo restringe de
cometer actos desviados” y, para Hirschi, “lo importante es estudiar la conducta
conformista, no la desviada” para así, poder prevenir la segunda.
Tipos de desviación social
La desviación social puede ser dividida en infinitamente, pero algunas conductas
desviadas negativamente se manifiestan con mayor frecuencia que otras. Entre
éstas se encuentran:
 crimen
 delincuencia
 violencia
 alcoholismo
 drogadicción, entre otros.
Las causas para que se incurra en un comportamiento desviado, como los
mencionados arriba, son de distinta índole en dependencia del entorno que
circunde al individuo y la formación personal del mismo.

Las conductas desviadas pueden ser de dos tipos: primero, las conductas delictivas,
aquellas que son merecedores de un castigo por parte del Estado, es decir, aquellas
que dentro del Código Penal se encuentran sancionadas por sus efectos directos en la
sociedad. Estas conductas tienen una consecuencia más directa sobre el orden social
establecido. Segundo, las conductas antisociales, que no respetan preceptos fijados
por la sociedad, que van desde normas que se vinculan con la limpieza hasta reglas de
respeto en las relaciones interpersonales. Esta clase de conductas se enfocan más en
causar molestia entre los miembros de una comunidad que en retar el orden social
fijado, son en su gran mayoría consideradas como simples travesuras (Formiga,
2003).
No todos los especialistas consideran que la conducta criminal es desviada. Hacen una
distinción entre conductas criminales y las desviadas propiamente dichas. Las
primeras están referidas a la violación de códigos penales, las segundas no
forzosamente tienen que violar tales códigos, sino más bien violan otras normas
sociales como la moral y la ética de las buenas costumbres (Marcial, 1997).
Se ha calificado de conductas desviadas la de algunos jóvenes cuyas formas de
adaptación no aceptan las metas socioculturales dominantes o las formas
institucionalizadas de lograrlas. Otras son calificadas deliberadamente de desviadas,
como las de grupos juveniles que se manifiestan en protestas ante la situación política
y social actual y por ello suelen adoptar estilos de vida cuestionados por un por ciento
estimable de la sociedad.
Hay un aspecto teórico coincidente entre los estudiosos: la conducta es desviada
cuando se aleja de las normas que la sociedad impone y/o cuando viola los códigos
jurídicos establecidos.
Conducta desviada: https://www.ecured.cu/Conducta_desviada

Referencias
Betancourt, R. (2005). Reflexiones acerca del estudio de la conducta desviada.
Ciencias Holguín, 11(3), 1-8.
https://www.redalyc.org/pdf/1815/181517982007.pdf
López, M. (2009). El concepto de anomia de Durkheim y las aportaciones teóricas
posteriores. Iberóforum. Revista de Ciencias Sociales de la Universidad
Iberoamericana, 4(8), 130-147.
https://www.redalyc.org/pdf/2110/211014822005.pdf
Reyes, V. (2008). Anomia y criminalidad: Un recorrido a través del desarrollo
conceptual del término Anomia. Revista Criminalidad, 50 (1), 319-332.
http://www.scielo.org.co/pdf/crim/v50n1/v50n1a09.pdf
Vera, J., Bautista, G. y Ramírez, M. (2014). Efectos de la anomia, alienación y confianza
en la conducta antisocial en jóvenes fuera del sistema escolar y laboral.
Civilizar, 14(27), 155-164.
http://www.scielo.org.co/pdf/ccso/v14n27/v14n27a11.pdf

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