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11.4.

EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD

LA CALIFICACIÓN REGISTRAL

Iniciado el procedimiento registral mediante solicitud de inscripción y presentación del


título y verificado el asiento de presentación en el libro Diario, el Registrador realiza un juicio
de crítica jurídica, que termina en el término del procedimiento: la práctica, la denegación o
la suspensión del asiento solicitado.

Su fundamento se encuentra en el denominado “principio de legalidad”, cuya finalidad


se basa en que sólo pueden tener acceso al Registro los títulos que reúnan los requisitos
establecidos por las leyes.

La calificación consiste, por tanto, en el examen por el Registrador de la validez


externa e interna del título presentado, antes de resolver sobre su ingreso en el Registro y a
este solo efecto.

Se caracteriza por estas notas:

- La calificación es una actuación obligatoria para el Registrador, personalísima e


imputable: “los registradores calificarán bajo su responsabilidad” (18 LH).

No pueden delegar en otra persona ni suspender su juicio y consultar con sus


superiores.

- No es una función judicial, pero se ejerce igualmente de manera independiente.

- Consiste en un juicio de valor, no para declarar un derecho dudoso o controvertido,


sino para incorporar o no al Registro una nueva situación jurídica inmobiliaria.

- Se dirige y limita al solo efecto de efectuar la inscripción solicitada, suspenderla o


denegarla.

- Produce efectos “erga omnes”, pero sin la fuerza de cosa juzgada: un mismo título
puede presentarse de nuevo una vez transcurrido el plazo de vigencia del asiento de
presentación y, en su caso, de la anotación preventiva.

- No impide que se entable un procedimiento ante los tribunales ni prejuzga su


resultado.

MEDIOS DE CALIFICACIÓN

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En el procedimiento registral, la prueba está tasada: según el 18 LH, los registradores
calificarán los títulos por lo que resulte de ellos y de los asientos del Registro.

La conjunción de tales elementos permite apreciar la procedencia del asiento


solicitado y evitará posteriores controversias.

Aquí se plantean tres cuestiones:

a) Si el Registrador puede exigir del solicitante otros documentos además de los


presentados.

La DGRN ha resuelto que, cuando en los documentos presentados faltan datos para
calificar, el Registrador se encuentra facultado para pedir la presentación de los
documentos complementarios que le sean necesarios.

b) Si los asientos del Registro a que debe atenerse son únicamente los del folio
respectivo o cualquier otro asiento.

Aunque no tiene obligación, puede examinar otros asientos y fundar en ellos su


calificación.

c) Si puede tener en cuenta otros títulos, posteriormente presentados y pendientes de


despacho.

La DGRN ha declarado como norma general la negativa como consecuencia de la


regla de la prioridad. Sin embargo, se dan algunas excepciones a dicha regla recogidas en
varias resoluciones:

1.- Cuando el título posterior no sólo sea incompatible, sino previo para el despacho
del anterior, invirtiéndose el orden de despacho de ambos títulos.

2.- Cuando al relacionarlos, resulte que el primero contiene un hecho delictivo o que el
asiento que motive ha de ser cancelado necesariamente por el del segundo.

ÁMBITO

En contraste con la limitación de medios o elementos para la calificación, el ámbito a


que ésta se extiende es notablemente amplio.

Los límites de la calificación son distintos según se trate de documentos notariales,


judiciales o administrativos, ya que es plena en los primeros, muy limitada en los segundos
y no tanto en los terceros.

La calificación se extiende a la forma del título, a la capacidad de sus otorgantes y, en


las escrituras, a la validez del contenido.

Según el 98 RH, el Registrador considerará como faltas de legalidad en la forma


extrínseca de un documento las que afectan a la validez de los mismos. Igualmente,

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apreciará la no expresión o la expresión sin claridad suficiente de cualquiera de las
circunstancias que debe contener la inscripción, bajo pena de nulidad.

La calificación registral de los documentos administrativos se extiende a la


competencia del órgano, a la congruencia de la resolución con la clase de expediente o
procedimiento seguido, a las formalidades externas del documento presentado, a los
trámites esenciales y cualquier otro obstáculo que pueda surgir del Registro (99 RH).

En cuanto a los judiciales, la calificación se limitará a la competencia del juzgado o


tribunal, a la congruencia del mandato con el procedimiento o juicio seguido, a las
formalidades externas del documento y a los obstáculos que surjan del Registro (100 RH).

PLAZO

El plazo máximo para calificar será de 15 días, contados desde la fecha del asiento
de presentación o (18 LH):

a) Si hubiese sido retirado antes de la inscripción, desde la fecha de la devolución del


título.

b) Si tuviese defectos subsanables, desde la subsanación.

c) Si existiera pendiente de despacho un título presentado antes, desde el despacho


del título previo.

Si, transcurrido el plazo máximo señalado no haya tenido lugar la calificación, el


interesado podrá instar del Registrador ante quien presentó el título que la lleve a cabo en el
término improrrogable de 3 días o aplique el cuadro de sustituciones previsto en la Ley.

La calificación realizada fuera de plazo por el Registrador titular producirá una


reducción de aranceles de un 30%, sin perjuicio de la aplicación del régimen sancionador
correspondiente.

El inicio del cómputo se hace depender de los avatares lógicos del procedimiento
registral.

En todo caso, el descuento arancelario no debe ni puede producirse sin perjuicio de la


apertura de un expediente, sino como consecuencia del mismo.

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